sábado, 8 de febrero de 2014

Introducción







Extracto del discurso de Trujillo semanas antes de las elecciones de mayo, 1930, en medio de la cacería terrorista lanzada por el ejército y paramilitares en contra de otros contendientes y la junta electoral: 

No hay peligro en seguirme porque en ningún momento la investidura con que pueda favorecerme en los resultados de los comicios de mayo servirá para tiranizar la voluntad popular a la cual sirvo en este momento y a la que serviré lealmente en el porvenir. Si la suerte nos favoreciera con el triunfo, en las alturas del poder habría cesado la lucha para continuar allí por más tiempo que el que hayan señalado la confianza del pueblo y el voto de la ley.”

Según un informe de la embajada americana en 1930, Trujillo ganó las elecciones por un número mucho mayor que el total número de votantes que acudieron a las urnas. En 1935 hizo que el congreso lo designara Presidente Vitalicio. Su dictadura duró 31 años hasta que lo asesinaron, la más sanguinaria en la historia del continente hasta mediados del Siglo XX.

Cita extraída de:

Hispanoamerica en el Siglo XX –Volumen 18, pág. 341
Autor: Jaime Delgado
Ediciones Rialp, 1992

También:

Trujillo: El poder del Jefe – Parte I
René Fortunato: Director y Productor

AVISO IMPORTANTE

AVISO IMPORTANTE

A los lectores que tengan interés en que no se pierda esta recopilación de datos, artículos, extractos, etc. sobre el terror, explotación y la alienación que padeció el pueblo dominicano por 31 años durante la Era de Trujillo, los invitamos a que copien cada una de las secciones contenidas en este portal (especialmente las que llevan los títulos TORTURAS, CRÍMENES, ATROPELLOS, OTROS CRIMENES, MÁS CRIMENES) y que las guarden (save) en sus computadoras para que si algún día este foro desapareciera, ustedes puedan volver a publicar toda esta información que nos ha llevado muchisimo tiempo en investigar, recopilar, editar y formatear. 

Es muy importante que no se pierda y que se perpetúe este acervo de información sobre el tormento en sangre, torturas y desposesiones que sufrió el pueblo dominicano para que el público tenga acceso a ella indefinidamente en años futuros. No conocemos otro portal que se haya dedicado a recopilar toda la información fidedigna posible sobre la opresión extrema durante la Era que lo haya organizado de esta manera.

Inclusive, no tenemos ningún inconveniente en que publiquen hoy mismo secciones enteras de este portal puesto que la mayoría de la información que contiene nosotros mismos la hemos captado de otras fuentes y los textos que nosotros mismos hemos desarrollado con mucho gusto alentamos a los lectores a  que los reproduzcan en la red.

También pueden descargar todas las imágenes que se encuentran en este portal. 

Instrucciones

Para copiar todo esta información y guardarla en sus computadoras, puede ir a cada sección (por ejemplo, ATROPELLOS) y hacer lo siguiente:

Sombrear desde la primera línea hasta la última línea de la sección ATROPELLOS, es decir, seleccionar de una sola vez todos los artículos (texto) contenidos en dicha sección sombreando toda la sección. (Para algunos es más fácil y más rápido empezar desde abajo y sombrear hacia arriba.). Luego,


Presione Control C (Copy, para copiar todo el texto que usted ha sombreado)


Luego, abra un Word document en blanco (o cualquier otro procesador de palabras que usted use), coloque el cursor en la página en blanco y haga lo siguiente:


Presione Control V (Paste) para descargar en esa página todos el texto que usted había sombreado y copiado de ATROPELLOS. Si no logró copiarlo, repita lo anterior de nuevo. Si logró copiarlo, entonces


Presione SAVE en el programa Word. Debe guardar (save) el documento bajo el título  “Atropellos” dentro de un archivo (file) que se llame “El Grito Contenido” o lo que usted quiera nombrar dicho archivo.


Repita lo mismo para cada una de las secciones de este portal (CRÍMENES, CONTROL, TORTURAS, etc.) con un Word document separado para cada sección.


De esta forma tendrá en sus computadoras toda la información contenida en este portal, organizada y separada de la misma manera. 


Si encuentra que sombrear toda una sección de una sola vez es difícil, entonces puede sombrear y copiar artículo por artículo por separado (esto a la larga es mucho más lento y complicado).


Por ahora, a este portal le añadimos información cada dos o tres semanas. Por lo tanto, cada 2-3 meses sería bueno que repitieran lo mismo para que actualicen sus archivos o pueden esperar más tiempo si lo desean. Calculamos que en 2-3 meses los cambios que hagamos serán poco frecuentes. 


Les agradecemos a los lectores que decidan copiar toda esta información su ayuda en preservar el legado de opresión, tortura y sangre con que nos marcó para siempre la dictadura trujillista durante 31 años con el fin de que las futuras generaciones conozcan su pasado y jamás sean conducidos al matadero por otra dictadura tan sanguinaria y despiadada como la de Rafael Leonidas Trujillo Molina, sus hermanos, sus hijos y sus cómplices.


Gracias por su ayuda.

Espionaje y "gestapismo" trujillero - José Almoina

EXTRACTO


ESPIONAJE Y “GESTAPISMO” TRUJILLERO 

Por José Almoina: Una satrapia en el Caribe, págs. 102-104 

El Partido Dominicano, organizó un sindicato de servicio doméstico; aparentemente se trataba de proteger a las pobres sirvientas explotadas; en realidad se convirtió en medio de infiltrar espías en la intimidad de los hogares. Cada sirviente recibe instrucciones en el Partido y éste se encarga de buscar y conseguir ocupación para ellos. Las familias a las que se ofrece una sirviente por el partido y no la acepta comienza a pasar de la categoría de sospechosa a la de «desafecta» y entonces el servicio de espionaje pasa del Partido a una de las Gestapos. Si por el contrario, la familia acepta a la sirvienta propuesta por el Partido, comienza entonces el servicio de información a actuar. 

Todos los días la criada debe ir al Partido a dar cuenta de lo que pasa en la casa, las visitas que se reciben, las conversaciones que se sostienen, la manera de pensar de todos los miembros de la familia. Se trata de un arma muy peligrosa, porque a veces la ignorancia de los sirvientes produce interpretaciones falsas y complica a gran número de gentes que comienzan a ser perseguidas inmediatamente. Esto mismo sucede con los servicios domésticos de las Embajadas y Legaciones. El Partido tiene un servicio de camareros de ambos sexos, especialmente preparado, y por lo general formado de negros cocolos, es decir de gentes procedentes de las Antillas Menores; estos servidores producen informaciones altamente apreciadas por la Gestapo trujillera pues todos hablan el inglés y el francés ya que son gentes de la Guadalupe, de la Martinica, de Jamaica, de Santo Tomás, de Barbados, de Tobago, Antigua, etc. Y reciben gratificaciones importantes. La Gestapo, para colocarlos en las Embajadas y Legaciones se sirve de medios indirectos y completamente reservados; los empleados de esta manera, aparentan ser adversarios o tener poca simpatía por el régimen, aprovechan cualquier oportunidad para manifestar su desagrado por Trujillo y su familia; algunos son suficientemente hábiles, como para ganarse la confianza del Jefe de la Misión, de su esposa o de sus hijos, o la de algún secretario y de esta manera obtienen informaciones preciosas; también son de estos grupos de donde recluta la Gestapo a los choferes del cuerpo diplomático, elementos de mayor interés para Trujillo, pues consigue por medio de ellos relatos vivos de inapreciable valor, ya que comúnmente es al final de las entrevistas o cuando se va a ellas, cuando los diplomáticos conversan sobre los temas tratados, con sus acompañantes o comentan lo sucedido.

En una palabra, el diplomático en Santo Domingo, está absolutamente vendido y todo cuanto hace o dice, aún en la mayor intimidad, llega al dictador. Este pues posee por la violación de la valija diplomática, de la correspondencia general, de los cables y de la radio y por las informaciones de los empleados de la Misión una detallada noticia de cuanto pasa en ella. Si tal sucede con el cuerpo diplomático, no hay que decirlo qué pasará en las casas particulares. Trujillo da mucha importancia a la vida íntima de las gentes y tiene especial cuidado en vigilar y obtener informaciones preciosas de cada familia y en envilecer la vida privada, o favorecer su envilecimiento. Le molesta que se le diga que hay alguien honesto y limpio; en cuanto sabe que existe familia que viva honradamente trata de mancharla y empujarla a la abyección. Para todo esto se necesita un servicio inquisitorial muy bien organizado y Trujillo lo posee desde 1930. Esto explica, por qué todos los complots y movimientos en contra de su régimen, fracasaron.

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La hija del embajador argentino en RD en 1960, Maria Magdalena Escobar, también da testimonio del espionaje del servicio doméstico dominicano al recordar en sus memorias al gran número de jóvenes asilados que lograron salvar sus vidas buscando protección en dicha embajada, la cual nunca les cerró las puertas:

El servicio doméstico en la embajada

Ellos eran esperados todos los días por los guardias del ejército, iban en los Volkswagen sin el asiento de adelante, uno manejaba y el otro sacaba la ametralladora por la ventanilla. Les preguntaban todo lo que se hacía y hablaba en la casa, les daban micrófonos para colocarlos en distintos lugares; bajo las mesas, dormitorios y hasta el jardín. Los muchachos dominicanos los encontraban. Tenían prohibido atenderlos, sólo cocinaban, nosotras le llevábamos las comidas en la casa y en las oficinas. Yo con 20 años jamás había oído nada semejante, todos jóvenes llenos de sueños de libertad para su querida República. Habían estado presos, los largaban un corto tiempo para volver a atraparlos. Sufrieron todo tipo de vejaciones, violaciones, torturas, palizas…Allí no podían verse pobres descalzos, los apresaban, hasta con trapos cubrían sus pies, al que hablaba le cortaban la lengua, al que robaba la mano y así todo. Creo que ni Franco fue tan malvado como él y su familia.

Recuerdos de mi vida
María Magdalena Escobar
Hija del embajador argentino en RD (1960), Dr. Enrique Escobar Cello


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Este uso sistemático de las empleadas domésticas como informantes lo confirma Lipe Collado en su libro Anécdotas y crueldades de Trujillo, (págs. 51-52), libro basado en entrevistas y declaraciones de militares, funcionarios y empleados que corrientemente u ocasionalmente tenían contacto con El Jefe. Obviamente, el Partido Dominicano no era el único canal a través del cual se reclutaban estas informantes domésticas. A continuación reproducimos este corto capitulo de este libro: 

"Servicio Doméstico"

Durante la Era de Trujillo predominaba un ambiente de desconfianza generalizada, que solía cebarse en las mujeres del servicio doméstico. En los hogares nadie "hablaba de lo suyo" delante de las "chopas"*, como se les llamaba en el lenguaje común  dominicano. Las "chopas" eran jóvenes mujeres de los campos que venían a la capital a trabajar "aunque fuera por la comida y algunos pesitos".

La tiranía había horadado todas las paredes para oír a quienes osaran criticar al régimen y a su jefe. Jesús María Ramírez hijo, el gobernador de la provincia Independencia, fue testigo en 1950 de que la desconfianza hacia las domésticas tenían base cierta.

En la Casa de "Las Caobas", en su presencia, Anselmo Paulino y el tirano encararon al entonces gobernador de Azua sobre cierto tipo de encomienda:

“¿Y por fin qué pasó con las mujeres que te dije para el servicio doméstico que sólo me mandaste 85?”, preguntó Trujillo.

“Bueno, jefe”, contestó, “sólo le pude mandar esa cantidad porque me fue imposible conseguir todas las que me pidió, pero ya casi tengo las que faltan”.

Trujillo le comentó: “Las que me mandaste están trabajando muy bien”.

Muchos años después, el gobernador Ramírez hijo aseguró que "aquellas mujeres trabajaban como confidentes". Desde luego que sí: el SIM les daba un corto y efectivo entrenamiento a estas "sirvientas" o "chopas" que generalmente intentaban ganarse la plena confianza de las familias "haciéndose las brutas e inocentes".

(Hasta aqui la cita.)

Pueden descargar este libro gratis en: http://inabima.gob.do/descargas/biblioteca/Autores%20Dominicanos/Lipe%20Collado/Lipe%20Collado%20-%20An%E9cdotas%20y%20crueldades%20de%20Trujillo.pdf

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La paranoia de un megalómano

EXTRACTO
 
LA PARANOIA DE UN MEGALÓMANO

Según el censo de 1935,  la población de la República Dominicana era de  1,479,417 habitantes, en 1955 era de 2,135,872 habitantes y para 1960 el censo indicaba una población de 3,047,070 habitantes. En un país de 48,442 km2 con una población relativamente pequeña y una extensión territorial reducida, fácil de controlar, el poderoso aparato politico-militar del país (uno de los ejércitos mejor dotados de Latinoamérica en la ultima década del régimen y el ejército más poderoso del Caribe y Centroamérica), complementado por los despiadados servicios de inteligencia, gravitaban onerosamente sobre todos los ciudadanos con un efecto asfixiante y deshumanizante a todos los niveles sociales (clase alta, media y baja), desde el campo y los pueblos hasta las ciudades. Por esa combinación de esos tres factores (demográfico, territorial y militar), pocos pueblos habían sido sometidos a un control tan penetrante y enajenante en casi todos los espacios de la vida cotidiana. Como si esto fuera poco, las potencialidades deshumanizantes de esas tres condiciones objetivas fueron elevadas patológicamente a su máximo limite por la personalidad megalómana, obsesiva, sádica y paranoica del tirano Rafael Trujillo. Un investigador alemán, cuyo nombre no recuerdo, comentó hace varias décadas en su libro The dictators, que los dominicanos durante la "Era" sintieron mucho más terror y más represión que los alemanes durante el Tercer Reich de Adolfo Hitler.

A continuación compartimos con los lectores un extracto del libro de historia dominicana escrito por varios historiadores encabezados por Frank Moya Pons que resume el control abrumador del aparato politico-militar sobre los ciudadanos durante los 31 años:

"Las medidas de control tomadas durante la dictadura solo son comparables con las establecidas en la Unión Soviética por Stalin y manejadas por la KGB y las vigentes en la Alemania del Este por la Stasi.

"Siete medidas limitaban considerablemente la salida al extranjero. Tan solo los bien vistos por el gobierno tenían pasaporte y derecho a viajar. Los consulados, las embajadas y la propia rama extranjera de los servicios de inteligencia vigilaban a los estudiantes fuera del país y a la diáspora, en general. Los periódicos y revistas extranjeras estaban sujetos a censura así como la correspondencia privada en ambas vías. Un sofisticado equipo electrónico permitía bloquear las estaciones de radio venezolanas, cubanas, haitianas, etc. que diseminaban propaganda anti-trujillista. Los muy pocos periodistas extranjeros que visitaban el país eran vigilados muy de cerca, así como los diplomáticos residentes en él. Excepto entre 1945 y 1947 y en 1960  fue imposible acercarse a una misión diplomática latinoamericana para obtener asilo.

"Localmente, el teléfono estaba intervenido así como la correspondencia. La radio y la prensa no podían transmitir ni publicar noticias negativas sobre el régimen. Los enemigos del gobierno eran definidos como “desafectos”. A algunos les estaba prohibido residir en ciertas ciudades y otros eran enviados como presos de confianza a vivir en zonas apartadas, como la frontera. Todo el tiempo existieron presos politicos. 

"Los servicios de inteligencia incluían el ejército y la policía, pero también elementos civiles. Los gobernadores, síndicos, policías y jefes de destacamentos militares reportaban regularmente sobre los desafectos residentes en sus zonas. Existían expedientes sobre ellos y sus familiares que eran utilizados para “depurar” los formularios de solicitud de empleo, no solo para trabajar en el gobierno sino para laborar en empresas extranjeras donde trataban de ubicarse muchos “desafectos”. Todo aquel que tuviere un familiar “desafecto”, ya fuese en el país o en el extranjero corría el riesgo de no conseguir empleo. Existía un expediente practicamente para cada adulto (Vega, 1986a).

"A partir de 1946 surgió un servicio de inteligencia radicado en el exterior. Por lo menos cinco personas fueron asesinadas en el extranjero y una de ellas, el célebre Jesús de Galíndez fue raptado en Nueva York, drogado y llevado en avión a Santo Domingo donde fue asesinado. Fue uno de los tres republicanos españoles muerto por orden de Trujillo (Vega,  2001). [Nota: Fueron mas de cinco asesinados en el extranjero, ver sección MAS CRIMENES]
Asesinatos hubo muchos y desde el mismo inicio de la dictadura, aunque se hicieron más frecuentes en su etapa final, entre 1959 y 1961. Incluyeron a mujeres como el caso de las tres hermanas Mirabal (1960).

"La inscripción en el partido único (el Partido Dominicano) era obligatoria como también lo fue a partir de 1947 hacer el servicio militar. A partir de ese año todo enemigo del regimen era tildado de “comunista” aunque en la mayoría de los casos no lo fueran. Era parte de la estrategia, coincidiendo con el inicio de la Guerra Fría, de hacer parecer al dictador como paladin del anticomunismo en el continente. A partir de finales de los años cuarenta en un periódico oficial existió diariamente una sección, “El foro público”, redactado en el Palacio Nacional donde se humillaba tanto a opositores como a funcionarios del gobierno caídos “en desgracia”. Para aumentar el control politico y militar, el número de provincias fue triplicado para que existiesen fortalezas en todo pueblo de cierto tamaño. 

"Tan solo entre 1946 y 1947, dada, como veremos, la coyuntura internacional de posguerra, Trujillo se vio obligado a permitir un breve “interludio de tolerancia” bajo el cual dos grupos de oposición pudieron hacer circular sus periódicos y realizar algunos mítines. Después, al comenzar la guerra fría, en junio de 1947, sobrevino la represión.  Tan solo hubo huelgas y solo en los ingenios azucareros entre 1942 y 1946 (Vega, 1987). 

La dictadura de Trujillo, de 31 años, puede ser definida como la de la “generación perdida” ya que sus integrantes no pudieron expresarse o actuar…

Historia de la República Dominicana, Vol. 2
Editado por Frank Moya Pons
Págs. 447-448

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Los desafectos

 ¿Quiénes eran los “desafectos” al régimen? 


Los desafectos al régimen eran aquellos que pertenecían a las primeras familias antitrujillistas de los años treintas (sus descendientes estuvieron marcadas para siempre), los que habían expresado algún tipo de inconformidad con el régimen (que todavía no habían sido detenidos o desaparecidos), el que era pariente de algún antitrujillista que estaba en esos momentos en la cárcel, en el exilio o que habia sido asesinado o los que no demostraban interés en cooperar con el régimen o en participar en actos de adhesión. No era nada raro, como hemos visto en este portal, que los desafectos terminaran tarde o temprano torturados en la cárcel, desaparecidos, sin posibilidad de trabajo o en el exilio.

También caían en la categoría de “desafectos” los que valientemente habían resistido las presiones de los hermanos Trujillos o sus hijos a que les "vendieran"  su tierra o parte de su negocio, a que le entregaran su hija o esposa, o bien los que fueron invitados a ocupar algún cargo en el gobierno trujillista y que no aceptaron. Generalmente, al rehusarle un cargo al Jefe, la persona quedaba incluida en una lista negra. Esto conllevaba el riesgo de sufrir a la larga un accidente o de desaparecer. En el mejor de los casos, terminaba marginado por la sociedad como un “desafecto”. (Ver varios casos en BREVES, en la sección MAS CRIMENES.

Un gris presagio de que probablemente estabas por perder tu puesto, tu negocio, tu vida o, en el mejor de los casos, que terminarías marginado en el trabajo o en tu barrio, era cuando tú o alguien en tu familia era objeto de las críticas o ataques del infame “Foro Público” en el periódico del tirano, El Caribe. A través del "Foro Público" Trujillo "marcaba" publicamente a la víctima. Ahí ya todos sabían que era peligroso asociarse contigo y dicho descenso en la desgracia social y material sólo se podía reparar si la persona marcada escribía una carta pública renegando las acusaciones o aceptando su culpa en el foro, pidiendo clemencia (aún cuando fuera totalmente inocente), reiterando su adhesión completa al Jefe y dedicándole los elogios de rigor al Benefactor de la Patria.

Esa humillación de tener que aceptar públicamente una culpabilidad falsa y de arrodillarse ante el tirano no representaba necesariamente una garantía de que, al final, no sufrirías las nefastas consecuencias que quisiste evitar doblando las rodillas ante el tirano. Hay varios casos en que, después de que el tirano tuvo la satisfacción de verlo humillarse publicamente, el “desafecto” comoquiera fue vilmente asesinado, desaparecido o aislado. Más adelante, incluiremos algunos ejemplos.  

El conocido periodista, escritor y profesor de Derecho Lipe Collado comenta: “Tu no te imaginas lo que era la Era de Trujillo. Si una persona caía presa por política o estaba asignado como antitrujillista, nadie le hablaba, tú venías caminando por una acera, y todo el mundo, todo el mundo, yo no estoy exagerando, cruzaba. Si te conocía, cruzaba a la otra acera para que a ti no se te ocurriera saludarlo. Los vecinos dejaron de hablarte, y saludarte, salvo algunas excepciones, y ¿salir contigo? No, pero eso era [inaudible] la vida también". Ver en YouTube este comentario y otros sobre la Era en Lipe Collado entrevistado por Pedro de León, parte II:: https://www.youtube.com/watch?v=Im-dnlP3zQA. 


Inclusive, mantenerse en silencio y no decir nada también resultaba fatalmente peligroso. Entre otros, pueden ver el caso del doctor Manuel Tejada Florentino en BREVES (Sección MÁS CRÍMENES), quien por nunca mencionar a Trujillo cada vez que le tocaba dar un discurso en la Logia Masónica de Santiago, resultó ser sospechoso para algunos miembros. Por ese silencio, el destacado cardiólogo, hombre multifacético y solidario, fue denunciado secretamente por uno de los miembros de la Logia (no revelaremos el nombre). Lo detuvieron y lo llevaron a La 40 donde lo torturaron y lo mataron. Si bien después se supo que era militante del 1J4, el verdadero motivo de su detención fueron las sospechas que levantó su omisión del Jefe en sus discursos. Como éste, hemos encontrado otros casos. También pueden leer el extracto No se olviden del Jefe en la sección ATROPELLOS.

También existía la categoría de los “indiferentes" al régimen. Casi siempre eran aquellos que encontraban excusas para no participar en actos en honor al Jefe o a algún miembro de la familia Trujillo (ofrendas florales en las estatuas, etc.) o que no aceptó un puesto público aún cuando el puesto no fuera ofrecido por un representante directo de Trujillo, sino por algún funcionario. El que le rechazaba un cargo a Trujillo directamente era un “desafecto”, peor que un "indiferente".  Esto también podía resultar mortal. Los lectores pueden leer el caso de Alejandro Rodriguez en BREVES (Sección MÁS CRÍMENES).

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El ostracismo de los “desafectos al régimen"

Como 'desafectos al régimen'. Ese era un calificativo que se le daba que significaba mucho, la palabra 'desafecto al régimen'. Porque significaba que usted no podía visitar un club social porque todos los que estaban ahí se iban.

Significaba que tus hijos en la escuela cuando llegaban, los demás compañeritos se iban, porque la mayoría de los que estaban ahí eran funcionarios públicos. Y si un hijo de algún desafecto  al gobierno se juntaba con un hijo de un funcionario público, se suponía que lo contaminaba.

Yo conocí casos aquí en Barahona que a veces hasta las familias tenían que ahuyentarse”, separarse por temor a represalias, algunos porque tenían en empleíto y por muchísimas razones, fue un régimen muy difícil”.

Julio Coiscou (Neno)
Barahona (2006)
Testimonio de un “desafecto” al régimen

Pueden ver este testimonio en el video:

Vejaciones y Asesinatos Dictadura de Trujillo en YouTube:
http://www.youtube.com/watch?v=_2NN1emfgzs
Historia oral de la dictadura trujillista (Archivo General de la Nación)

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Otro testimonio de un "desafecto":

Extracto de la entrevista a Poncio Pou Saleta, combatiente antitrujillista de Santiago de los Caballeros. Poncio salió vivo varias veces de la cárcel porque una parte de su familia tenía lazos con los Trujillos. Por otra parte, su padre Julio Pou Perez, contrario a Trujillo, lo habían desaparecido en 1936 cuando Poncio era un adolescente.

¿El ambiente en Santiago que usted recuerda en la década del treinta?

Imagínese usted que a las nueve de la noche el pueblo estaba completamente cerrado del terror que se tenía. Era la época de Enrique Blanco [década de 1930]. Eso era cerrado a las nueve de la noche. No había una casa que no tuviera cerradas sus puertas, del terror. Trujillo gobernó con el terror. Por eso mató a uno en su casa y lo sacó pa’ fuera pa’ que lo vieran. Él quería aterrorizar y lo logró. Treinta y un años lleno de miedo, un país entero, la sociedad de arriba a abajo, el rico, el pobre, el profesional”.

Más adelante nos da Poncio un ejemplo de su aislamiento por ser un "desafecto":

“¿Tú sabes el terror a dónde llegó? Te voy a dar un ejemplo….. Yo fui una vez al cine, entré temprano, fui y me senté en una fila y cuando me senté noto que se fueron parando todos los que estaban en la fila, en el teatro, y digo ‘coño, pero que es esto?..... Yo comencé a molestarme, pero me aguanté, dejé que se fueran. Ahora, no volvió a pasar porque más nunca me volví a sentar así. Me iba atrás y me sentaba, había dos policías sentados atrás y yo me sentaba con los policías en el teatro, cuando quería ver una película. A mí me pasó eso, que me despreciaban así de esa forma. Era como aquí en la época de esa enfermedad que se consideraba terrible ….la lepra.

"Yo había salido de una prisión, tuve dos años y cuatro días en solitaria, había salido de ella, y cuando ya estaba libre, fui al cine, y me pasó eso cuando llegué al cine.

Pueden ver el resto de esta entrevista a Poncio Pou Saleta en YouTube:
https://www.youtube.com/watch?v=Fxq54tP0aqI

Esas reservas y esos temores de acercarse a un desafecto del régimen estaban muy bien sustentados por los muchos antecedentes que había en esas décadas de las funestas consecuencias.

Efectivamente, esto le pasó a un inocente taxista, Emilio Montano Deschamps Mercado, al que habían visto conversando por casualidad con Poncio Pou Saleta en Santiago la noche antes de que Pou Saleta se desapareciera y se asilara en la embajada de México (debido a la vigilancia permanente en que lo mantenían los agentes de Trujillo después de que saliera de la carcel). Se sabía que a menudo Trujillo mandaba a liberar a los presos políticos de la cárcel, dejaba que los vecinos y amigos lo vieran libre por las calles durante varios días y semanas y después los desaparecían. De esta forma, el gobierno no se hacía responsible por su desaparicion. Este patrón ya lo sabian los presos políticos y por eso al poco tiempo de salir de la cárcel se asilaban o se escondían. Eso explica la inteligente decisión de Pou Saleta de asilarse. 

Fue asesinado porque creyeron, erróneamente, que lo había trasladado a Ciudad Trujillo.
Al cadáver, encontrado en la carretera que conduce a San José de Las Matas, le colocaron un letrero amenazador en el pecho que expresaba, ESTO LE PASARÁ A TODOS LOS QUE LE PRESTEN SERVICIOS A LOS ENEMIGOS DEL GOBIERNO.

(Cita del reconocido escritor y periodista Edwin Disla en su libro Poncio Pou Saleta, en luz y en oscuridad.)

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Como pretende dominar hasta los sentimientos del corazón - Carmita Landestoy

CÓMO PRETENDE DOMINAR HASTA LOS SENTIMIENTOS DEL CORAZÓN

Yo también acuso (Págs. 30-31)
Carmita Landestoy
Agosto, 1946, NY

Como se sabe Trujillo no tiene respeto por nada ni por nadie, pero por lo menos es más razonable que disponga por medio de ía fuerza de cosas materiales, de cosas que tiene forma corpórea y se pueden agarrar con las manos, pero que pretenda manipular cesas subjetivas, que no pueden reducirse a formas, eso está completamente fuera de toda lógica, es fantástico y contra producenfe.

Trujillo pretende controlar también los sentimientos de! corazón. Ya se sabe que en su tiranía lo mismo se elimina a los adultos que a los jovencítos. Ya he dicho que cuando por cualquier mioíívo no puede echarle el guante a algún honorable padre de familia, le desaparece al hijito de catorce o doce años, pues bien, cuando la familia se convence de que nunca  más lo volverá a ver, es natural que lloren y guarden luto, pero Trujillo prohibe una cosa y la otra.

Si como es natural, una familia demuestra su dolor llorando, inmediatamente aparecen dos guardias a investigar por qué lloran, o por qué guardan luto, y si dicen que es por fulano o sutano, los amenazan con llevarlos a la Corte para que prueben que éstos han sido muertos.

Trujillo demuestra con su actitud que padece una especie de morbo, pues no conforme con haberles desaparecido al hijo o familiar, entonces se goza en privarlos del único recurso del corazón, llorar y seguir una sagrada costumbre tan arraigada en el pueblo dominicano, que es como parte integrante de cada persona: guardar luto al ser querido.

Cuando se sale al extranjero, se tiene que tener mucho cuidado de no tropezar con algún refugiado, aunque éste sea algún familiar, de modo que tienen que mudarse de hotel si se enteran que su primo fulano o sutano tamién vive en éste; tienen que doblar casi corriendo una esquina, si ven venir a determinadas personas para evitar ser sadudados por ellas; en resumen que tienen que reprimir el sentimiento del amor y de la amistad, porque de lo contrario ya saben lo que les espera .cuando regresen a la patria.

Asi se dan casos de personas que teniendo necesidad de ir a Puerto Rico por negocios o quebranto de salud, no se atreven a ir temiendo que tal o cual refugiado, les hable o los visite.

Cuando por esas inevitables circunstancias, el que ha ido al exterior, no ha podido evadir saludar o comer en el mismo sitio frecuentado por algún refugiado, muchas veces al regresar, le han registrado cuidadosamente el equipaje, lo han desnudado para examinar hasta la ultima costura de la ropa, etc.

De ahí que el pueblo dominicano, en su inmensa mayoría sufra hiperestesia aguda. Sus nervios están en completo desorden, pues el control de los sentimientos es algo de lo que no se puede abusar por largo tiempo, sin pagar muy caro por ello.

Esto lo saben tanto los médicos como los psicólogos. Y, ante la terrible realidad, ante el abismo que se abre bajo los pies de un pueblo, dominado por un cruel e insensato' tirano, el corazón se aterra ... y solo exponiendo la vida, puede una persona, señalar la llaga, y decir al mundo siquiera una parte de la verdad, como es la que expongo en este libro.  

(Hasta aqui la cita de Landestoy.)

NOTA: Carmita Landestoy fue una intelectual y activista dominicana. Había residido fuera de la República Dominicana desde 1927. Cuando regresó a RD en 1938 se integró, como muchos intelectuales que creyeron en los planes de modernización de Trujillo, como “fiel admiradora” a la promoción de la ejecutoria del gobierno de Trujillo y defensora de los intereses feministas. Caminó el país como conferencista, fundó la revista Hogar y el periódico Predica y Acción; estudió en la Facultad de Filosofía de la USD y publicó el libro Temas históricos, así como el Libro de lectura, dirigido a la educación de los niños. Fue funcionaria importante del Partido Dominicano, dirigió el Plan de Asistencia Social para ayudar a la mujer. En 1944 cayó en desgracia, no se sabe si por comentarios contrarios a la dictadura hechos en privado. Perdió su trabajo y comenzó a ser aislada. Tras varias cartas pidiéndole permiso a Trujillo para salir a cuidar a su anciana madre enferma, logra viajar a Nueva York para no regresar al pais. En esa ciudad tiene la osadia de escribir el libro condenatorio Yo también acuso en que plasma la dictadura por dentro, el modus operandi, desde la perspectiva de una persona que se movía en influyentes círculos trujillistas, conocedora del engranaje del poder concentrado de la dictadura. 

Recomendados esta obra porque es un valioso acervo que contiene detalles sobre los crimenes y la corrupcion de la dictadura durante los primeros 15 años. Los lectores pueden descargar este libro completo gratis en: http://www.agn.gov.do/sites/default/files/publicaciones/yotambienacuso20110930.pdf

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El control


Era tan difícil vivir en libertad que los dominicanos tenían terror hasta en pensar mal del jefe, para que alguien no adivinara el pensamiento.”-Mayobanex Vargas (uno de los seis sobrevivientes de la expedición de 1959), 7dias.com.do, 4 de diciembre, 2013

¿Quiénes eran los “desafectos” al régimen? 

Los desafectos al régimen eran aquellos que pertenecían a las primeras familias antitrujillistas de los años treintas (sus descendientes estuvieron marcadas para siempre), los que habían expresado algún tipo de inconformidad con el régimen (que todavía no habían sido detenidos o desaparecidos), el que era pariente de algún antitrujillista que estaba en esos momentos en la cárcel, en el exilio o que habia sido asesinado o los que no demostraban interés en cooperar con el régimen o en participar en actos de adhesión. No era nada raro, como hemos visto en este portal, que los desafectos terminaran tarde o temprano torturados en la cárcel, desaparecidos, sin posibilidad de trabajo o en el exilio.

También caían en la categoría de “desafectos” los que valientemente habían resistido las presiones de los hermanos Trujillos o sus hijos a que les "vendieran"  su tierra o parte de su negocio, a que le entregaran su hija o esposa, o bien los que fueron invitados a ocupar algún cargo en el gobierno trujillista y que no aceptaron. Generalmente, al rehusarle un cargo al Jefe, la persona quedaba incluida en una lista negra. Esto conllevaba el riesgo de sufrir a la larga un accidente o de desaparecer. En el mejor de los casos, terminaba marginado por la sociedad como un “desafecto”. (Ver varios casos en BREVES, en la sección MAS CRIMENES.

Un gris presagio de que probablemente estabas por perder tu puesto, tu negocio, tu vida o, en el mejor de los casos, que terminarías marginado en el trabajo o en tu barrio, era cuando tú o alguien en tu familia era objeto de las críticas o ataques del infame “Foro Público” en el periódico del tirano, El Caribe. A través del "Foro Público" Trujillo "marcaba" publicamente a la víctima. Ahí ya todos sabían que era peligroso asociarse contigo y dicho descenso en la desgracia social y material sólo se podía reparar si la persona marcada escribía una carta pública renegando las acusaciones o aceptando su culpa en el foro, pidiendo clemencia (aún cuando fuera totalmente inocente), reiterando su adhesión completa al Jefe y dedicándole los elogios de rigor al Benefactor de la Patria.

Esa humillación de tener que aceptar públicamente una culpabilidad falsa y de arrodillarse ante el tirano no representaba necesariamente una garantía de que, al final, no sufrirías las nefastas consecuencias que quisiste evitar doblando las rodillas ante el tirano. Hay varios casos en que, después de que el tirano tuvo la satisfacción de verlo humillarse publicamente, el “desafecto” comoquiera fue vilmente asesinado, desaparecido o aislado. Más adelante, incluiremos algunos ejemplos.  

El conocido periodista, escritor y profesor de Derecho Lipe Collado comenta: “Tu no te imaginas lo que era la Era de Trujillo. Si una persona caía presa por política o estaba asignado como antitrujillista, nadie le hablaba, tú venías caminando por una acera, y todo el mundo, todo el mundo, yo no estoy exagerando, cruzaba. Si te conocía, cruzaba a la otra acera para que a ti no se te ocurriera saludarlo. Los vecinos dejaron de hablarte, y saludarte, salvo algunas excepciones, y ¿salir contigo? No, pero eso era [inaudible] la vida también". Ver en YouTube este comentario y otros sobre la Era en Lipe Collado entrevistado por Pedro de León, parte II:: https://www.youtube.com/watch?v=Im-dnlP3zQA. 


Inclusive, mantenerse en silencio y no decir nada también resultaba fatalmente peligroso. Entre otros, pueden ver el caso del doctor Manuel Tejada Florentino en BREVES (Sección MÁS CRÍMENES), quien por nunca mencionar a Trujillo cada vez que le tocaba dar un discurso en la Logia Masónica de Santiago, resultó ser sospechoso para algunos miembros. Por ese silencio, el destacado cardiólogo, hombre multifacético y solidario, fue denunciado secretamente por uno de los miembros de la Logia (no revelaremos el nombre). Lo detuvieron y lo llevaron a La 40 donde lo torturaron y lo mataron. Si bien después se supo que era militante del 1J4, el verdadero motivo de su detención fueron las sospechas que levantó su omisión del Jefe en sus discursos. Como éste, hemos encontrado otros casos. También pueden leer el extracto No se olviden del Jefe en la sección ATROPELLOS.

También existía la categoría de los “indiferentes" al régimen. Casi siempre eran aquellos que encontraban excusas para no participar en actos en honor al Jefe o a algún miembro de la familia Trujillo (ofrendas florales en las estatuas, etc.) o que no aceptó un puesto público aún cuando el puesto no fuera ofrecido por un representante directo de Trujillo, sino por algún funcionario. El que le rechazaba un cargo a Trujillo directamente era un “desafecto”, peor que un "indiferente".  Esto también podía resultar mortal. Los lectores pueden leer el caso de Alejandro Rodriguez en BREVES (Sección MÁS CRÍMENES).

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EL CONTROL ASFIXIANTE

Los temibles “cepillos” eran Volkswagens negros que el SIM usaba para vigilar las calles y detener a los desafectos o sospechosos. Tenían una larga antena capaz de captar la sintonía de cualquier radio de onda corta de quienes estuvieran escuchando secretamente en sus casas los noticieros de otros países.

Todo hombre adulto tenía que portar tres documentos en la calle: la cédula, el carnet del Partido Dominicano y el carnet del servicio militar obligatorio. Si te faltaba uno, quedabas detenido. Naturalmente, las mujeres solo tenia que portar los primeros dos documentos. Para obtener un pasaporte dominicano había que ir no a migración sino al SIM donde eras interrogado como si fueras un sospechoso de algo, en una forma áspera y con preguntas capciosas, lo que creaba tensión y miedo. 

Era muy difícil y complicado obtener un pasaporte dominicano y los pocos que podían salir, al regresar tenían que devolver el pasaporte en el aeropuerto. Si querías volver a viajar tenías que pasar de nuevo por la desagradable experiencia de ser interrogado en el SIM. 

Cuando el joven expedicionario del ’59, Mayobanex Vargas, decide salir del país para unirse a la resistencia antitrujillista en el exterior, él era un joven rural que vivía aislado de los centros urbanos, sin antecedentes antitrujillistas, ni se había expresado en contra de la dictadura. Sus inquietudes políticas surgieron a través de las estaciones extranjeras que lograba captar por la radio. Es decir, no había motivos para sospechar de él, lo que no impidió que lo interrogaran al soliticar un pasaporte, puesto que ese era un incómodo proceso por el que tenían que pasar todos los que solicitaban el documento. Transcribimos a continuación parte del artículo  Mayobanex Vargas: El campesino fue nuestro… (listindiario.com.do, 11 de febrero, 2007).

“Para conseguir el documento se valió de una prima que vivía en la Capital que era amiga de Nieves Luisa, una hermana de Trujillo, a quien, afirma, le gustaba mucho el dinero. La prima de Mayobanex habló con Nieves Luisa, a quien tuvieron que buscarle 200 pesos.

“Antes de entrevistarlo, la prima le advirtió que le iban a preguntar por muchas personas, y que él debía decir que no las conocía. 

Comenzaron a preguntar por un grupo de gente, tú conoce a fulano, no, tu conoce a fulano, no..., me preguntaban por muchas gente que estaban fuera, familia y no familia mía, en una me preguntaron por Marcelino Vargas García, yo digo que no lo conozco, veo que el teniente me mira y se rie, y yo de una vez digo, sí, lo conozco, ese es mi abuelo”, precisó.

Para no levantar sospechas, la excusa para solicitar el pasaporte fue que iba a la Capital a estudiar.” (También pueden leer los comentarios del compositor Rafael Solano en la sección ATROPELLOS.)

Era obligatorio votar y como sólo existía el Partido Dominicano (excepto en las ocasiones en que organizaron otro partido trujillista para crear la falsa percepción en el exterior de que había dos alternativas), el partido de Trujillo siempre ganaba por abrumadora mayoría. En el momento en que la persona votaba, le estampaban un sello en la cédula de tal forma que los que se abstenían de votar eran facilmente identificados. Como la cédula era el documento de identidad que se usaba para todos los trámites (conseguir trabajo, cuentas bancarias, matrículas, pasaporte, tránsito, etc.) y era obligatorio llevarla encima so pena de ser detenido por la policía. No tener el sello de haber votado podía tener serias consecuencias y era fácil quedar identificado como “desafecto” o “indiferente” al régimen, es decir, un sospechoso, además de infractor por no haber votado. 

El correo y todos los teléfonos estaban intervenidos. Eso lo sabía bien la población y las familias habían desarrollado ciertas palabras y frases en código para dar aviso o intercambiar cierta información en clave. 

Este control afectaba también el desplazamiento de los ciudadanos por el territorio nacional. Internamente, en las carreteras que conectaban las diferentes provincias había puestos de control militar y todo el que pasaba por ellos debía identificarse, decir dónde vive, el propósito de su viaje, etc.  Como habia muchas menos carreteras que hoy y en todas habia estos puestos militares, era imposible evitarlos.

Cuentan algunos periodistas de la Era que también en todos los puntos de salida de las ciudades habian un retén militar para revisar la identificación y, si era necesario, el baúl del auto.

  El siguiente comentario de Alonzo Rodriguez Demorizi en su diario secreto Drama de Trujillo-Cronología comentada da cuenta de los puestros de control en su viaje desde Puerto Plata a la capital en 534 kilómetros de carretera:

Miércoles, octubre 19, 1960

2098 Santo Domingo. Llegamos a las 8:15 tras varias molestias en los puestos de esbirros, que no son pocos.

De aquí a Yásica 3 [tres controles]
En 26 k [no dice "otro", pero suponemos que se refiere a un puesto de control]
en la Cumbre otro
en Licey otro
en la Cumbre
en Villa Altagracia
en el 8 [se refiere al km. 8 de la carretera]

Piden nombres y a veces la cédula. Ahora no están registrando, cuando más, se
cuelan revistas y propagandas. La depresión en la Capital es mayormente económica”.

Esta cronologia comentada del último año de la Era, se puede descargar gratuitamente del portal del AGN (Archivo General de la Nación).

Todo esto más las persecusiones, detenciones, desapariciones, amenazas, prepotencia, apropiaciones a la fuerza mantenían a la población civil en un estado de neurosis colectiva, terror y alienación en que se sentian totalmente vulnerables, sin ningún recurso interno para defenderse (ni tribunales, ni prensa, ni armas). El pueblo estaba postrado y oprimido a todos los niveles de la vida cotidiana. 

Como ejemplo del temor omnipresente a ser detenido o desaparecido por cualquier trivialidad (hasta por oír una burla sobre el Jefe), en su libro Universitarios de Calasanz en la lucha contra Trujillo, el autor José Abigail Cruz Infante recuerda la reacción en un salón del colegio al chiste de Pedro Antonio Núñez del Risco cuando, señalando un cuadro de Trujillo en la pared, dijo con doble sentido: Éste está torcido, si no lo arreglan se caerá pronto. Cuando oyeron el osado comentario, los colegiales abandonaron el salón inmediatamente a tropel jurando que no oyeron nada. Algo similar contó una vez Freddy Beras Goico en su programa. Dijo que cuando era un muchachón se fue con un grupo a pasear por El Conde y a uno de ellos se le ocurrió gritar a todo pulmón “abajo Trujillo!”. Beras Goico dice que todos los muchachos salieron corriendo en todas las direcciones para que no los asociaran con el que se atrevió a semejante audacia. Tuvieron suerte de que nadie los reportó. Todo esto, este miedo atroz a quedar asociado a cualquier comentario superfluo sobre la dictadura, refleja la clase de control que había sobre la libertad de expresión a base del terror.

Y no tenía que ser un comentario sobre la política o sobre el Jefe y su familia estrictamente. Una simple frase sobre la situación económica en general era suficiente para quedar etiquetado como “desafecto” e ir a parar a la cárcel o quedar desaparecido. Esto, para los que no vivieron en la “Era”, les resulta difícil de creer por absurdo, y es que la realidad en esas décadas se había tornado surrealista, pero en una forma peligrosa y macabra.

Al contestar al inocente saludo callejero de “¿Cómo ‘ta la cosa?” hecha por un amigo o un extraño, había que medir muy bien las palabras para no dejar la impresión de que uno estaba inconforme con la economía o con la estrechez por la que uno estaba pasando. De hecho, los calieses y los soplones usaban esa inocente pregunta para detectar inconformidad (sin importarles que cualquier leve queja sobre la situación económica estuviese plenamente justificada). Nada de atreverse a decir que “las cosas están caras” o “el dinero no alcanza”, o simplemente que “la cosa anda mal”., sino que había que recurrir al desgastado e insípido “bien, todo muy bien” por desesperado que uno se encontrara económicamente. Los que se arriesgaron, de alguna forma u otra, le era informado a algún calié o al SIM, y las consecuencias no se hacían esperar. Para los que no creen esto por absurdo, les transcribimos un ejemplo del libro Pioneros de agricultores a comerciantes (págs. 73, 74), escrito por William Galván, hijo de un pequeño comerciante pueblerino. El adolescente Leonidas, con la inocencia de un muchacho de campo, al andar en San Cristobal como vendedor ambulante contesta honestamente a esa ominosa pregunta. Citamos al autor:

Y en la tardecita, cansados de andar en esas calles, él se sentó en un banco del parque, donde se le acercó un señor y le puso conversación, y parece que el muchacho, de majadero, le dijo que la cosa estaba mala porque no vendía sus andullos. Él ignoraba que nadie podía quejarse de la situación y tampoco había oído del cuento del comerciante cuidadoso, al que le preguntaban cómo estaba la cosa, y su respuesta era “la cosa está buena, pero no se vende”. 

Al poco rato se lo llevaron preso [a Leonidas], por enemigo del gobierno o “desafecto” o “bajeao”, la acusación más mortal que le hacían a una gente”.  

Tuvieron que ir sus parientes Amado y Gerineldo a tratar de sacarlo y este último, con facilidad de expresión, habló de que él era amigo del Jefe desde el día en que él le salvó la vida al generalísimo cuando cruzaba un río, etc., etc.. Después de mucho afanar e insistir con los guardias, logró que soltaran al muchacho. 

El padre comenta: “Sepan que nos asustamos con esta prisión. Un muchacho que hablaba poco, y ese día habló para embromarse! Después de ese chasco no quería ni pasar por San Cristobal”. 

Tal era el control  basado en la represión arbitraria, hasta en las trivialidades más insignificantes. 

Fue una dictadura férrea que duró 31 años. Empezó en 1930 y yo nací en 1934, pero a los seis años ya era capaz de respirar el ambiente de miedo que se instauró”.José Luis ("Pepín") Corripio, empresario dominico-español (La Opinión, Corruña, España, 8 de diciembre, 2013)






En los años cincuentas, los asalariados, pequeños comerciantes y estudiantes sólo tenían un saco y con suerte, dos, de tal forma que cuando le confiscaban el saco a alguien, esto representaba una valiosa pérdida. Por ser una sociedad más formal que la de hoy, casi todos los hombres dedicados a estas actividades usaban saco y corbata. Además, no perdamos de vista que la mayoría de los ciudadanos no tenía carro y era común caminar muchos kilómetros para ir al trabajo o a la universidad o los que podían usaban el transporte público el cual no era tan nutrido como hoy. Eso significa que los empleados tenían que caminar muchos kilómetros soportando el calor de un país tropical. También hay que recordar que el 90% de las personas regresaba a su casa al mediodía a almorzar (habia muy pocos restaurantes y el precio no era asequible) y a tomar la siesta, esa era la costumbre, lo que significaba que los hombres tenían que desplazarse 4 veces al día y, como pueden ver, estaban obligados a llevar el saco puesto bajo el sol candente del Caribe. 

Como esta ordenanza absurda, había muchas que asfixiaban la vida cotidiana de los dominicanos. Por ejemplo, estaba prohibido correr por las calzadas porque un grupo de jóvenes corriendo podría desembocar en una manifestación popular contra el gobierno. 

Durante la Era estaba prohibida la fabricación, venta o compra de cigarros caseros, una práctica que siempre fue muy arraigada en los pueblos y en las zonas rurales. Posiblemente esta prohibición tuviera que ver con el hecho de que Trujillo era el dueño de la Compañía Anónima Tabacalera. José Nicolás Taveras, humilde padre de familia que mantenía a los suyos haciendo puros en su casa en Tamboril junto a su esposa, fue delatado y casi de inmediato llegaron las autoridades militares, allanaron el lugar y detuvieron a Taveras. Uno de los militares lo abofeteó y lo obligó a tragarse el puro que estaba fumando. Poco después Taveras sufrió un fuerte malestar estomacal que él dice que “todavía recuerdo con horror”.  Al ver que enfermaba, uno de los militares se apiadó de él y agenció su libertad bajo la advertencia de que si lo agarraban de nuevo fabricando cigarros le iba a ir peor. 

Este era el tipo de abuso caprichoso y humillante al que la población estuvo expuesta diariamente sin derecho a apelar a los tribunales ni a la prensa, ni siquiera a comentar entre los vecinos, amigos o parientes bajo la fuerte amenaza de ser delatado y desaparecido o torturado.