domingo, 1 de octubre de 2017

Introducción






Extracto del discurso de Trujillo semanas antes de las elecciones de mayo, 1930, en medio de la cacería terrorista lanzada por el ejército y paramilitares en contra de otros contendientes y la junta electoral: 

No hay peligro en seguirme porque en ningún momento la investidura con que pueda favorecerme en los resultados de los comicios de mayo servirá para tiranizar la voluntad popular a la cual sirvo en este momento y a la que serviré lealmente en el porvenir. Si la suerte nos favoreciera con el triunfo, en las alturas del poder habría cesado la lucha para continuar allí por más tiempo que el que hayan señalado la confianza del pueblo y el voto de la ley.”

Según un informe de la embajada americana, en 1930 Trujillo ganó las elecciones por un número mayor que el número total de votantes que acudieron a las urnas. En 1935 hizo que el Congreso lo designara Presidente Vitalicio. Su dictadura hereditaria duró 31 años hasta que lo ajusticiaron, la más sanguinaria en la historia del continente hasta mediados del Siglo XX y la más perversa en la historia republicana de América Latina.

Cita de Rafael Trujillo extraída de:

Hispanoamerica en el Siglo XX –Volumen 18, pág. 341
Autor: Jaime Delgado
Ediciones Rialp, 1992

La cita también se encuentra en:

Trujillo: El poder del Jefe – Parte I
René Fortunato: Director y Productor





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Nota: Como en este portal presentamos numerosas cifras expresadas en los dólares de los 31 años de la dictadura, invitamos a los lectores a usar las tablas de conversión que se encuentran en la red. Una muy fácil de usar se encuentra en: www.usinflationcalculator.com. Muchos de los artículos y comentarios que se encuentran en este portal fueron escritos en 2012 y 2013, años en que las tablas de conversión mostraban una desvalorización de casi 9 veces ante el dólar de 1960. Sin embargo, USInflationCalculator hoy (2016) indica que el dólar de 1960 se ha devaluado sólo 8.11 veces. Obviamente el dólar desde 2013 ha adquirido poder de compra levemente. Por tanto, las conversiones hechas en los artículos escritos hace varios años tienen un leve desajuste con el valor del dólar actual. Por eso los invitamos a hacer sus propios cálculos con base en el poder de compra del dólar actual (ver usinflationcalculator.com), no de 2012 ó 2013. 

Ultimos cambios realizados en las secciones de este portal

3/21/2017 - Secciones Crímenes I y Varios 
4/10/2017 - Sección Varios 
4/23/2017 - Secciones Crímenes IV y Opinió
5/2/2017   - Varios 
5/12/2017 - Opinion
5/14/2017 - Fortuna 
9/20/2017 - Crimenes II y Crimenes III (No les hemos añadido texto a estas 2 páginas hasta ahora, sencillamente traspasamos 3-4 articulos de una página a otra para reorganizar las páginas y tener más espacio para futuros textos.  
10/12/2017 - Crimenes III
11/22/2017 - Crimenes II, Crimenes III, Antecedentes, Presente 
12/04/2017 - Crimenes III

NOTA: A partir de esta fecha, 14 de mayo, 2017, las siguientes secciones están repletas y ya no aceptan más texto ni imágenes por lo que no tienen que actualizarlas en el futuro en sus archivos:

Ineficiencia, Egolatría, Corrupción-Monopolio, Atropellos, Varios
  
Esto significa que no ha sido por falta de más información/datos que no hemos continuado añadiéndole más posts a las secciones. Nos vemos obligados a presentar la nueva información en NUEVAS ENTRADAS (ver Archivo en el sidebar a la derecha). En esta página principal también estaremos colocando más abajo textos ya incluidos en las secciones de este portal los cuales deseamos destacar


Los artículos incluidos en esta página Introducción, más abajo, se cambian cada tres meses.





AVISO IMPORTANTE

A los lectores que tengan interés en que no se pierda esta recopilación de datos, artículos, extractos, etc. sobre el terror, explotación y la alienación que padeció el pueblo dominicano por 31 años durante la Era de Trujillo, los invitamos a que copien cada una de las secciones contenidas en este portal (especialmente las que llevan los títulos TORTURASCRÍMENESATROPELLOSCRIMENES I, II, III y IV) y que las guarden (save) en sus computadoras para que si algún día este foro desapareciera, ustedes puedan volver a publicar toda esta información que nos ha llevado muchísimo tiempo en investigar, recopilar, editar y formatear. 

Es muy importante que no se pierda y que se perpetúe este acervo de información sobre el tormento en sangre, torturas, humillaciones y desposesiones que sufrió el pueblo dominicano para que el público tenga acceso a ella indefinidamente en años futuros. No conocemos otro portal que se haya dedicado a recopilar toda la información fidedigna posible sobre la opresión extrema y la explotación durante la Era que lo haya organizado de esta manera.

Inclusive, no tenemos ningún inconveniente en que publiquen hoy mismo secciones enteras de este portal puesto que la mayoría de la información que contiene nosotros mismos la hemos captado de otras fuentes y los textos que nosotros mismos hemos desarrollado con mucho gusto alentamos a los lectores a  que los reproduzcan en la red.

Si algún día este portal informativo desapareciera de la red, les pedimos que lo publiquen de nuevo en su totalidad con el mismo título (El Grito Contenido) o si por fuerza mayor no es posible, con un título diferente, siempre y cuando no les hagan cambios a los textos sin consulta previa

También pueden descargar todas las imágenes que se encuentran en este portal. 

Instrucciones

Para copiar todo esta información y guardarla en su computadora, puede ir a cada sección (por ejemplo, ATROPELLOS) y hacer lo siguiente:

Sombrear desde la primera línea hasta la última línea de la sección ATROPELLOS, es decir, seleccionar de una sola vez todos los artículos (texto) contenidos en dicha sección sombreando toda la sección. (Para algunos es más fácil y más rápido empezar desde abajo y sombrear hacia arriba.). Luego,


Presione Control C (Copy, para copiar todo el texto que usted ha sombreado)


Luego, abra un Word document en blanco (o cualquier otro procesador de palabras que usted use), coloque el cursor en la página en blanco y haga lo siguiente:


Presione Control V (Paste) para descargar en esa página todos el texto que usted había sombreado y copiado de ATROPELLOS. Si no logra copiarlo, repita lo anterior de nuevo. Si logró copiarlo, entonces


Presione SAVE en el programa Word. Debe guardar (save) el documento bajo el título  “Atropellos” dentro de un folder (file) que se llame “El Grito Contenido” o lo que usted quiera nombrar dicho folder.


Repita lo mismo para cada una de las secciones de este portal (CRÍMENES, CONTROL, TORTURAS, etc.) con un Word document separado para cada sección.


De esta forma tendrá en sus computadoras toda la información contenida en este portal, organizada y separada de la misma manera. 


Por ahora, a este portal le añadimos información cada 1-2 meses. Por lo tanto, cada  cuatro meses sería bueno que repitieran lo mismo para que actualicen sus archivos o pueden esperar más tiempo si lo desean. 

Les agradecemos a los lectores que decidan copiar toda esta información por su ayuda en preservar el legado de opresión, tortura y sangre con que nos marcó para siempre la dictadura trujillista durante 31 años con el fin de que las futuras generaciones conozcan su pasado y jamás sean conducidos al matadero por otra dictadura tan sanguinaria y despiadada como la de Rafael Leonidas Trujillo Molina, sus hermanos, sus hijos y sus cómplices.


Gracias por su cooperaci
ón.

Nota: Los lectores observarán que numerosas palabras en los textos carecen de los acentos y tildes que les corresponden. Esto se debe a que en los últimos párrafos y frases añadidos a los textos en las diversas secciones de este portal, el programa Blogger ya no permitía las correcciones de acentos por estar las páginas casi saturadas. A los lectores que tengan interés en reproducir estos textos en sus portales, blogspots, en Facebook o en cualquier otro medio, los invitamos a hacer las debidas correcciones antes de publicar dichos textos.  


Las hermanas Mirabal y su chofer, Rufino de la Cruz

Las hermanas Mirabal y su chofer, Rufino de la Cruz 

Quien no sabe disimular no sabe reinar. –Nicolás Maquiavelo

(Según varios historiadores, ésta fue una de las máximas favoritas de Rafael Trujillo Molina.)

Las investigaciones posteriores comprobaron claramente que las tres hermanas y su chofer habían sido asesinados y luego lanzados por el precipicio. Después del  ajusticiamiento de Trujillo, en 1962 se llevó a cabo un juicio en que los ejecutores confesaron haber realizado este horrendo crimen coordinado por el SIM. Declararon varias veces que la orden vino de Trujillo a través de Pupo Román. Por cierto, durante la Revolución de 1965, los asesinos de las Mirabal milagrosamente "se fugaron" de la cárcel. 

El motivo

Angelita Trujillo primero alegó en su libro que, por su propia iniciativa, Pupo Román dio la orden de matar a las Mirabal “talvez” para congraciarse con Trujillo como agradecimiento por un dinero que éste le había dado para que cubriera una hipoteca. Esto supone que Pupo Román estaba seguro de antemano de que Trujillo recibiría con beneplácito esta masacre de las hermanas porque con alguien como Trujillo, nadie que lo conociera de cerca se iba a arriesgar a cometer una masacre de esta magnitud, un múltiple feminicidio de personalidades tan conocidas, por iniciativa propia, sin estar completamente seguro de que esto agradaría plenamente al Jefe y que no se iba a meter en un serio y peligrosísimo embrollo con el dictador. Esto podría resultar en una destitución sumaria y en un peligroso aislamiento social, en el mejor de los casos, en un “accidente” o bien, con suerte, en un juicio penal en que, sin duda, sería condenado para demostrar la inocencia de Trujillo ante la opinión pública. 

Después pasaron a culpar a Segundo Imbert (este guardaba prisión por órdenes de Trujillo) de haber ayudado a planear la masacre y de haber salido de la cárcel para supervisar el crimen. En esto, secundan la misma acusación en contra de Segundo Imbert que lanzó Johnny Abbes en su libro, hombre pródigo en esparcir calumnias, quien, al igual que Trujillo, sentía un perverso placer en difamar a sus víctimas (ver en las notas abajo comentario de José Israel Cuello sobre Abbes y la desinformación). Ahora bien, ninguno de los presos ni carceleros ha comentado jamás que Segundo Imbert hubiera salido en libertad en esas semanas ni en ninguna otra. Todo lo contrario: Los sobrevivientes, Che Espaillat y el doctor Fernandez Caminero, quienes compartieron la misma celda con Segundo Imbert, han declarado que a Imbert nunca lo sacaron de prisión y lo volvieron a meter. Además, si Segundo Imbert hubiera supervisado esa masacre, tal como lo alegan Angelita y Johnny Abbes, es inverosímil que a Segundo Imbert no le hubieran hecho pagar cruelmente por ese atrevido dislate que supuestamente tanto enfureció a Trujillo. Ya lo tenían en la cárcel, por lo que fácilmente ahí lo hubieran torturado y eliminado. Sin embargo, Segundo Imbert siguió tranquilo en la cárcel sin mayor consecuencia y no fue sino hasta después del ajusticiamiento que lo eliminaron como represalia por la participación de su hermano Antonio en el tiranicidio o para que no revelara quienes estuvieron en el ajusticiamiento del 30 de mayo. 

Esta última versión la abandonaron los mismos trujillistas rapidamente cuando las declaraciones de la catorcista Mirian Morales cayeron como un oportuno regalo desde las alturas, a las cuales se han aferrado firmemente desde entonces.

Las declaraciones de Miriam Morales, compañera de lucha de las hermanas Mirabal, (ver artículo La última que vio a las Mirabal por Wendy Santana) en el sentido de que ella vio cuando las hermanas Mirabal y Rufino de la Cruz pasaron en el Jeep ese luctuoso día, deben ser analizadas con gran interés e imparcialidad. En la entrevista que le hizo la periodista del Listín Diario, la señora Miriam Morales declara que al parar el Jeep de las Mirabal para conversar con ella, más atrás se paró un carrito azul en que iba un alto oficial militar, quien aún está vivo y que es un alto oficial retirado. Luego, más adelante en la entrevista sencillamente comenta que los ajusticiadores de Trujillo estuvieron involucrados en la masacre de las Mirabal, sin presentar ningún fundamento, sin ocuparse de demostrar cuales son los nexos o las pruebas en que se basan sus afirmaciones. Esta es la versión a la que los trujillistas se han aferrado desde entonces pasando a repetir en toda oportunidad que Antonio Imbert Barrera, Luis Amiama Tio y Pupo Román fueron los autores intelectuales de la masacre. Específicamente, han alegado que Antonio Imbert Barrera era el oficial militar de que habla Miriam Morales, el que supuestamente iba en el carrito azul y que era el "hombre del sombrero" que estaba supervisando la masacre. Es interesante, sin embargo, el detalle de que Antonio Imbert Barrera fue funcionario del régimen, pero nunca fue un alto oficial militar durante la dictadura, ni siquiera funcionario del gobierno desde años antes de noviembre 1960. Recuerden que Miriam Morales dice que en el carrito azul iba un alto oficial militar (ver artículo de Wendy Santana). Dice que ese militar está vivo, pero no da el nombre. Ahora bien, Victor Alicinio Peña Rivera fue un alto oficial militar y todavía estaba vivo al momento de la entrevista.  En cuanto a Pupo Román, hay que tomar en cuenta que Trujillo ordenaba este tipo de operativo a través de Johnny Abbes (SIM), pero al estar Abbes ausente según algunas versiones, la orden fue dictada a través del Jefe de las FFAA (Pupo Román) a los subalternos de Johnny Abbes en el SIM. Es innegable que Pupo Román estuvo involucrado en la transmisión de la orden pero no por las razones que Miriam Morales presupone: como un conjurado en un plan de golpe de estado, sino como un subalterno del único de donde podía provenir semejante orden: el Jefe Supremo. Es talvez por este hecho que Mirian Hernández extrapola, sin fundamentos, y supone, sin tener evidencia, que los demás conjurados del ajusticiamiento también estuvieron involucrados en el montaje de la masacre (ver detalles más adelante).

En cuanto a la supuesta relación de Luis Amiama Tio con el caso Mirabal, el libro de Angelita alega que él le dio instrucciones a Pupo Román a que matara a las hermanas Mirabal. Señala que él era el contacto entre Dearborn (cónsul y jefe de la CIA en RD) y los conjurados. En su versión, el nieto alega que fue a Antonio Imbert Barrera a quien Amiama Tio le dio dichas instrucciones. En lo que respecta a Amiama Tio, esto lo veremos más abajo donde discutimos la presunta condición de la CIA. 

Sentimos gran solidaridad con Miriam Morales puesto que aparentemente ella no ha solicitado ayuda material por las prohibiciones y vejámenes que padeció ya que vemos que vive humildemente, pero con un rico espíritu de libertad que expresa en los cuadros que la rodean. Varios compañeros catorcistas han cuestionado la sinceridad antitrujillista de la señora Morales por las relaciones sentimentales que mantuvo con oficiales militares del trujillato después de salir de la cárcel. Por nuestra parte, al no conocer esos detalles por no ser parte de los catorcistas de esa región, no estamos en capacidad de cuestionar la lealtad o la integridad política de la señora Morales sin discutir con ella más a fondo, pero sí debemos cuestionar los cabos sueltos tanto en su versión como en la del libro de Angelita. Hay detalles muy importantes que los neotrujillistas no mencionan sobre el "hombre del sombrero" a pesar de que le dan gran importancia a esta figura y lo repiten en toda oportunidad.

El carro y el sombrero

Por ejemplo, el artículo Operación cumbre: El asesinato de las hermanas Mirabal publicado en 2006 (cuatro años antes de la versión de los Trujillos), anota: "Éste [refiriéndose a Alicinio Peña Rivera] llevaba puesto un sombrero Stetson blanco de ala ancha que siempre usaba cuando andaba de civil." Los sombreros Stetson son sombreros de vaquero. Dado que Peña Rivera era el encargado de coordinar y supervisar la operación, no debería de sorprender a nadie que era él el hombre del sombrero que iba detrás de las Mirabal cumpliendo su misión, como veremos. 

En cuanto al carrito azul que Miriam Morales dice que venía siguiendo a las Mirabal, en la pág. 230 del libro escrito por el Lic. José Rafael Vargas El final de una tiranía, publicado en 1985 (25 años antes del libro de Angelita), leemos: 

"Todos acechaban a las Mirabal a tres kilómetros de la fortaleza San Felipe. Cuando el vehículo que las conducía se acercaba lo mandaron a detener. A Minerva y María Teresa las introdujeron en el interior de un carro azul y blanco, y Patria que trató de escapar..."

(El pdf de este libro lo pueden descargar gratis en INABIMA)

Este carro bien podría ser el mismo carrito azul (versión Miriam Morales) que seguía a las Mirabal. Por el contrario, Angelita en su libro dice que el hombre que seguía a las Mirabal iba en un carro rojo. Varios relatos mencionan el carro de Peña Rivera. Por ejemplo, el historiador Félix Gutierrez (considerado un trujillista por muchos) afirma que Alicinio Peña Rivera estaba en un Mercedes Benz rojo en el lugar de la masacre. 

En cuanto al sombrero, el entonces joven corresponsal en Santiago del periódico La Nación, Victor A. Mármol, relata en su artículo Crimen de las Mirabal (Listín Diario) que ese 25 de noviembre fue al Destacamento Norte de la Policía y allí quien lo recibió fue Victor Alicinio Peña Rivera. Éste le entregó un telegrama del Ejército mientras le informaba que la única noticia que había era un accidente de carro en La Cumbre. Relata que Peña Rivera llevaba en esos momentos unas botas llenas de lodo y un sombrero de ala ancha.

Pero el que más claramente identifica el carro y el sombrero es el propio Victor A. Peña Rivera en su libro Trujillo, la herencia del caudillo (1978) cuando se refiere a las declaraciones del testigo Pascual de Jesús Espinal, empleado de Obras Públicas referente a lo que vio el 25 de noviembre (págs. 113-114). Citamos: "Momentos antes, había declarado que mientras reparaba un derrumbe ocurrido en un tramo de la carretera, vio pasar, como a las once de la mañana, un jeep en cuyo interior iban tres mujeres y el chofer, y que, posteriormente, vio pasar un carro rojo, marca Mercedes Benz, conducido por el capitán Peña Rivera, quien vestía de paisano y llevaba un sombrero grande como el que usan habitualmente los vaqueros. Manifestó que conocía bien al capitán, a quien le temía, al igual que todo el pueblo". Es muy importante notar que esto fue publicado en 1978, cuando no se preveían, ni remotamente, los alegatos sin fundamentos que hoy esgrimen los Trujillos de que el hombre del sombrero era Antonio Imbert Barreras. Además, en ninguna parte del libro, Alicinio Peña Rivera desmiente al testigo, ni siquiera insinúa una duda.

En la pág. 112 también se refiere a otro testigo, José Rafael Perez, quien trabajaba en un camión de la Caja de Seguros Sociales y quien declaró que: "En la carretera vio un carro azul y blanco de cuyo interior salieron varios sujetos que interceptaron un jeep y apresaron a sus ocupantes, que eran mujeres, excepto el chofer. Aseguró que más adelante, y a varios kilómetros de distancia, estaba estacionado un automóvil Mercedes Benz de color rojo y que dentro del mismo, había una mujer en el asiento del frente, y un hombre alto, con sombrero de ganadero, estaba tomando café en un kiosko cercano." No pasemos por alto que Antonio Imbert Barreras no es un hombre de estatura alta. Pero lo más significativo es que el propio Peña Rivera no niega en sus dos libros que él fuera ese hombre que iba en el carro rojo y que llevaba el sombrero de ganadero
Esto lo confirma de nuevo el propio Víctor Alicinio Pena Rivera durante el mismísimo juicio de 1962 cuando el fiscal le pregunta si él tiene un sombrero de vaquero. Veamos lo que el propio Alicinio Pena Rivera nos relata en su libro La herencia del caudillo (Edición 1978, pág. 117): 
Fiscal: Dígame una cosa, acusado: ¿Tenía usted un automóvil "Mercedes Benz" rojo?
VAPR: No senor: tuve un "Mercedes" sólo dos meses antes de caer prisionero, y era negro.
Fiscal: ¿Tenía usted un sombrero grande estilo vaquero?
VAPR: No, senor:, no tenía uno; tenía más de seis.
(fin de la cita)
Como dice el principio jurídico: "A confesión de parte, relevo de pruebas." 
********

Pero la verdadera confesión y aclaración la hace Víctor A. Peña Rivera en su segundo libro, Historia oculta de un dictador (1996, págs. 277-295), Peña Rivera relata la conversación cuando recibió la orden de matar a las hermanas Mirabal de parte de Cándido Torres Tejada, Jefe Interino del SIM. Como no podemos reproducir el extenso diálogo entre los dos jefes del SIM que revela paso a paso el plan de la masacre, extraímos sólo la parte que demuestra que la orden procedió directamente desde Cándido Torres a Víctor A. Peña Rivera, cumpliendo la orden superior desde la más alta autoridad del país, Rafael Trujillo, través de Pupo Román, Jefe de las FFAA. Citamos a Peña Rivera:

--Vengo de parte del Ministro de las Fuerzas Armadas, General Román par que dispongas el traslado a Puerto Plata de los esposos de las Mirabal, que están en la cárcel de Salcedo. Diles que estamos esperando una introducción de armas clandestinas, y como esperamos capturar a los contrabandistas necesitamos tenerlos en el área de los hechos para que ellos no ayuden a determinar si esas personas pertenecían al movimiento “14 de Junio”. Explícales que tan pronto termine la operación serán regresados a Salcedo, que contra ellos no hay nada, y que sus esposas pueden visitarles como de costumbre.

Torres Tejada hizo una pausa, y luego agregó:

Una vez trasladado tu deberás prepararle una emboscada a las Mirabal en la carretera, matarlas y simular un accidente automovilístico, sin que nadie quede vivo. Ese es el deseo del Jefe.(…).

Ahora me daba perfecta cuenta que mi fin estaba acercándose. Alguien quería ponerme en una situación tan peligrosa y comprometedora, que desde ese mismo momento, en cualquier forma que actuase, iba a quedar perjudicado.

(Fin de la cita)

Lo anterior no lo decimos nosotros, lo dice el propio Peña Rivera en su segundo libro.

Lamentablemente tuvimos acceso a este segundo libro de Peña Rivera, con esta reveladora cita, muy recientemente. De haber tenido este material antes, nos hubiéramos ahorrado gran parte de toda la información que compartimos en el resto de este informe, pues esta declaración del propio Alicinio Peña Rivera revela en forma diáfana e incuestionable que la orden le llegó a él directamente de Cándido Torres, nada que ver con Imbert Barrera, y que, además, esa orden provenía desde la más alta autoridad política y militar, el propio Trujillo.

[Estas declaraciones de Victor A. Peña Rivera las insertamos en este informe recientemente, en julio del 2021.]

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Después de insertar las declaraciones de Peñ Rivera que adqurimos recientemente, continuamos con el resto del informe que ya había sido publicado en el 2017:

Es importante tomar en cuenta que en lo tocante al hombre que iba dentro de ese carro, con base en lo que conocemos hasta ahora, ninguno de los coordinadores, ni los ejecutores de la masacre, ni en el juicio, ni en los libros de Peña Rivera, ni en el libro de J. R. Vargas, ni en otras publicaciones antes ni después del libro de Angelita jamás han mencionado, hasta ahora, a Antonio Imbert Barreras ni a su hermano Segundo como participantes en el montaje o la ejecución de este espeluznante feminicidio múltiple, excepto Angelita y su hijo sustentados en la solitaria versión de Miriam Morales, versión que contiene fallas, tal como el hecho de que Antonio Imbert Barreras nunca habia sido un alto oficial militar antes de 1962. 
Además, ya ha quedado plenamente demostrado que Antonio Imbert Barreras no era gobernador de Puerto Plata ni en 1959, 1960, 1961 ni en años posteriores, sino el senor Luis A. Ginebra, y que por lo tanto no tenía la autoridad de darle órdenes a Peña Rivera, jefe del SIM región norte. La última vez que Imbert Barreras fue gobernador de Puerto Plata fue en 1948, cuando Trujillo lo destituyó del cargo.  Ver artículo al final de esta página titulado Imbert Barreras no era gobernador de Puerto Plata en las décadas de 1950 y 1960. .

Sobre las iniciales 'AI' que supuestamente llevaba el sombrero, ellos mencionan como fuente de este dato a los propios asesinos durante el juicio en 1962. Sin embargo, en ninguno de los escritos de los últimos 52 años sobre el juicio del caso Mirabal hemos encontrado hasta ahora que hayan mencionado que en el juicio se hablara de las iniciales "AI" en el sombrero ni que los documentos del juicio hagan referencia a dichas iniciales. El mismo Victor A. Peña Rivera, el más interesado en disasociarse del 'hombre del sombrero', en sus dos libros (Historia oculta de un dictador-1996 y La herencia del caudillo-1978) no menciona en absoluto ningunas iniciales en el sombrero, algo que a él le hubiera convenido recalcar. Como en los últimos 7 años los trujillistas no han presentado los documentos del juicio que respalden tal aseveración, no se le puede dar ninguna credibilidad en estos momentos. También han mencionado a Miriam Morales como fuente, pero en la única publicación que se conoce sobre las declaraciones de Miriam Morales, ella no dice absolutamente nada sobre un sombrero con iniciales "AI" (ver artículo La última que vio a las Mirabal). Hasta ahora, en nuestras investigaciones, las únicas personas que hemos encontrado que se refieren a un sombrero con iniciales "AI" han sido los Trujillos. En esto también madre e hijo se contradicen puesto que Angelita declara en su libro que Segundo Imbert era el hombre  que seguia a las Mirabal mientras que su hijo dice que era Antonio Imbert. Parece que a ella no le avisaron que el nombre de Segundo no corresponde a las iniciales 'AI'. 

Trujillo el inocente

Ahora bien, para seguirles el argumento (a pesar de todo lo anterior), aún en el supuesto de que las declaraciones de Miriam Morales fueran ciertas (no cuestionamos la parte de que ella habló con las Mirabal en la calle), eso no significa necesariamente, como hemos visto, que ellos (Pupo Román o Antonio Imbert) actuaron por su propia cuenta, sin la iniciativa, aprobación o el conocimiento de Trujillo, según lo presentan los que plantean la inocencia de Trujillo. Si acaso Antonio Imbert Barreras hubiera estado involucrado, no habría sido desde una posición de mando, dado que no poseia ninguna autoridad militar ni politica, como hemos visto. En cuanto a Pupo Román, no olvidemos que, según el libro de Angelita, él le había sugerido varias veces a Trujillo que había que matar a las Mirabal a lo que Trujillo, supuestamente, se oponía tajantemente y que, cuando de hecho se cometió el crimen, el Jefe, supuestamente, quedó furibundo. Como Trujillo, según esta versión, no le dio a Pupo Román ninguna señal ni indicio de que deseaba que las eliminaran, todo lo contrario, se opuso firmemente supuestamente, entonces no tiene ningún sentido que Román tomara la iniciativa de eliminar a las Mirabal por su cuenta para congraciarse con Trujillo como sostiene Angelita en su libro ya que Trujillo se lo habia prohibido repetidas veces (según el mismísimo libro de Angelita). Es decir, la propia Angelita invalida su propio argumento. Además, aún si Trujillo no se lo hubiera prohibido, nadie que conociera a Trujillo de cerca, especialmente Pupo Román, a quien Trujillo regañaba y humillaba por asuntos de mucha menor importancia, se hubiera atrevido a dar una orden de tal envergadura (asesinar a personalidades políticas tan conocidas, especialmente a tres mujeres de cierto status social) por su propia cuenta, sin la aprobación de Trujillo, y exponerse a las nefastas consecuencias de un Trujillo furibundo. 

Los propios colaboradores más íntimos de Trujillo (Balaguer, Alvarez Pina, Salomón Sanz) decididamente concuerdan en que nadie que conociera a Trujillo se hubiera atrevido a cometer semejante acto sin la orden directa o la aprobación de Trujillo (ver más abajo). Citamos a Salomón Sanz, asistente de suma confianza de Trujillo: "Pero imposible que en un régimen como en el de Trujillo que eso ocurriera sin la voluntad o sin la decisión de él." (Ver en YouTube: documental: Nombre Secreto: Mariposas, el documental - Min. 42:51 - Publicado por Biblioteca Dominicana 2:0 - Mayo 1, 2015. 

Además, como veremos más abajo, entre agosto y noviembre de 1960 Pupo Román todavía estaba lejos de ser contactado por los conjurados del 30 de mayo para que se incorporara al complot. Por no tener Román ningún motivo propio (ni por conjura ni para congraciarse) para matar a las hermanas, entonces la orden de matarlas solo pudo haberse originado en sus superiores, Trujillo y/o el SIM, dictada a través de él, Pupo Román, quien despiadadamente transmitió la orden al Jefe interino del SIM, capitán Candito Torres Peña. Contrario a lo que nos quieren hacer creer los neotrujillistas en su afán por librar a Trujillo por completo de toda culpa en este horrendo crimen, sólo porque Pupo Román estuviera involucrado en la masacre y supuestamente Imbert Barreras también, esto comoquiera no lava automaticamente las manos de Trujillo en la planeación de este horripilante crimen como veremos a continuación. 

Un testimonio ignorado   
En su diligente afán por "esclarecer" el crimen de las Mirabal (según los Trujillos ellos han estado investigando el caso a fondo), resulta extraño que en estos 7 años desde el 2010 o antes los Trujillos hayan ignorado por completo las importantes declaraciones de otro testigo sobre el montaje de este múltiple asesinato. Se trata de lo declarado por escrito y publicado en marzo de 2010 por el reconocido comandante Evelio Hernández (de limpia trayectoria militar tanto en la Era y como constitucionalista), quien fue testigo de excepción de la orden desde el comando en San Cristóbal. Evelio Hernández era miembro de la XII Compañía del Ejército Nacional ubicada en San Cristóbal, donde Trujillo pasaba gran parte de su tiempo y, por ende, importante centro de decisiones político-militares. Dicha compañía tenía un sistema de radio que recibía órdenes confidenciales provenientes del propio Trujillo y su círculo más cercano. En la carta que le escribió al periódico El Diario Libre en marzo del 2010, Hernández declara que el 25 de noviembre de 1960 él se encontraba en la unidad de radio acompañado por el sargento mayor Darío Piña. A mediodía llamaban insistentemente al capitán Alicinio Peña Rivera ubicado en Santiago y le preguntaron: “Cuántos cocos tiene hoy la mata de cocos de Puerto Plata, y éste contestó: cuatro. Y la orden que siguió a la respuesta fue un tajante: túmbenlos los cuatro”.

Al oír al día siguiente la noticia del accidente de las hermanas Mirabal, escribe Evelio Hernández “inmediatamente concatené lo escuchado en la radio con la muerte de las tres heroínas y el chofer (pues era coherente que éstos fueran los cuatro cocos)".

Algo importante es que esto concuerda con lo manifestado por otros testigos e investigadores en el sentido de que Trujillo les había dado la orden a los del SIM de que si iban más de 4 ó 5 personas, que no ejecutaran la matanza. Suponemos que el límite se debió a que resultaría  sospechoso que de tantas personas no quedara un solo sobreviviente en un supuesto accidente de carro. Observen que la pregunta clave que hacen es "¿Cuántos cocos...?" y que al haber solo cuatro, dictan la orden tajante de proseguir.

A pesar de que hemos parafraseado parte de lo declarado por el comandante Evelio Hernández, decidimos copiar más abajo el artículo completo para que no queden dudas y porque en el artículo hay declaraciones de otros testigos que indican que el asesinato de las hermanas Mirabal fue un homicidio que Johnny Abbes venía cavilando desde tiempo atrás. Este documento contradice la peregrina idea de que Pupo Román tomó la iniciativa de matarlas contraviniendo la repetida y expresa prohibición de Trujillo (en la versión de Angelita), presuntamente en coordinación con Amiama Tio e Imbert Barreras.
[[REVELACION DE ULTIMA HORA: Hoy, 30 de noviembre, 2020, intercalamos esta información que acabamos de conocer y que no hemos podido incorporar al relato. Se trata de la descripción que hizo Johnny Abbes en un extenso escrito, notariado y certificado, dirigido al periódico El Tiempo de Nueva York. En este escrito, entre otros temas, Johnny Abbes narra la reunión entre Trujillo, Johnny Abbes, Pupo Román y el Gral. Arturo Espaillat en que se tomó la decisión final de eliminar a las hermanas Mirabal lo más pronto posible. Debido a que la narración que hace Johnny Abbes es detallada, en el futuro probablemente no citaremos literalmente en este relato la narración de la reunión sino que dejaremos que los lectores lean directamente el artículo del historiador Alejandro Paulino Ramos en Acento.com.do. Este es el enlace al artículo:
https://acento.com.do/politica/trujillo-contra-las-hermanas-mirabal-en-1967-el-asesino-johnny-abbes-confeso-el-dictador-le-ordeno-salir-de-las-mirabal-y-6-8754056.html 
 Esta revelación/confesión de Johnny Abbes reitera en forma concreta que fue Trujillo quien tomó la iniciativa y dio la orden de asesinar a las hermanas Mirabal.]] 

No estaban complotados

En sus declaraciones en el juicio de las Mirabal (1962), Manolo Tavárez Justo declaró (ver libro de Victor A. Peña Rivera, La herencia del Caudillo, pág. 110) que él y Leandro Guzmán fueron trasladados en agosto a la cárcel de Salcedo y luego a principios de noviembre a la de Puerto Plata, lo que despertó sospechas en él de que algo se tramaba. En su artículo Cuando las mariposas no volaron (25/11/2011), Tony Pina señala que los dos maridos fueron trasladados de Salcedo a Puerto Plata, mucho antes, dos semanas después de llegar a Salcedo.  La madre de las Mirabal, parientes y amigos también sospecharon, con ese traslado, que había una trama para un "accidente" en la montañosa carretera hacia Puerto Plata puesto que, además, los agentes les dijeron a las hermanas que podían visitar a sus maridos cuando ellas quisieran, cortesia completamente inusual para los presos políticos (ver, entre otros, Biografía de Minerva Argentina Mirabal en gentequehacehistoria.blogspot.com). Hasta el mismo chofer que casi siempre las llevaba no quiso llevarlas esa vez y otros rechazaron la oferta por temor.

Ahora bien, entre agosto y noviembre de 1960, todavía ninguno de los conjurados había hablado con Pupo Román sobre el complot para matar a Trujillo. Luis Amiama Tio, el encargado de reclutar a Pupo Román por ser su compadre, no habló por primera vez sobre el complot con el general sino hasta enero de1961 (ver, entre otros, artículo Pupo Román, ni héroe ni traidor -2007- en el Listín Diario y artículo de Chichi de Jesus Reyes Lo dijo en interrogatorio -2013- sobre las declaraciones de Pupo Román a Ramfis Trujillo en junio, 1961) en las que dice que la primera vez que se le acercaron con la propuesta de derrocar a Trujillo fue en enero de 1961. En esa ocasión, Pupo Román se rehusó a participar en el tiranicidio pero expresó que estaría dispuesto a asumir el poder. Todavía el 16 de mayo de 1961, cuando Luis Amiama Tio le pidió en una fiesta de familia que por fin se definiera, Pupo Román le contestó que eso de dar un golpe de estado era un disparate porque no contaba con la estructura de poder que necesitaba para materializar el golpe. Finalmentte, cuando Amiama Tio le expresó que con él o sin él seguirían con sus planes, Román le dijo que estaría dispuesto a asumir el mando sólo si no mataban a Trujillo sino si sólo lo hacían prisionero. Bernardo Vega reconstruyó estos hechos para su libro Los días finales publicado en 1999 (once años antes de las declaraciones de Miriam Morales y los Trujillos) con base en sus detalladas investigaciones y en las declaraciones de un hijo de Pupo Román y las de Fernando Amiama Tio, hermano de Luis Amiama. Por tanto, Pupo Román no tenía entre agosto y noviembre de 1960 motivaciones conspiratorias para matar a las Mirabal. Lo que hizo fue cumplir cobardemente y despiadadamente órdenes superiores.

Por su parte, para 1960 Antonio Imbert Barreras no había tenido ningún cargo en el gobierno, ni civil ni militar, desde hacía muchos años por lo que no tenía ninguna autoridad de mando, ni militar ni político, para dictar una orden de esa magnitud (el asesinato de tres mujeres destacadas y admiradas) a un jefe del SIM (Candito Torres y Alicinio Peña Rivera) o a cualquier otro. De hecho, se sabía que desde que fue destituido años atrás de su cargo como gobernador y con un hermano en prisión por orden de Trujillo, su relación con Trujillo no era ni estrecha ni amistosa por lo que ningún alto jefe militar o del SIM acataría una orden de un civil, orden de tal magnitud, sin cuestionarla y verificarla, especialmente de alguien que no tenía poder de mando. Repetimos, además, que Antonio Imbert Barreras nunca fue un alto oficial militar sino hasta después de la caída de la dictadura.

Además, el grupo de Moca (los de la Maza) fue el primero en organizarse, luego se conectaron con los Díaz y luego con Pedro Livio Cedeño y Estrella Sadhalá a principios de 1961, siendo Antonio Imbert Barreras uno de los dos últimos (creemos que el penúltimo) en ser reclutado. Si bien Antonio Imbert Barreras estaba distanciado de Trujillo desde buen tiempo atrás (nadie ha negado eso), según publicaciones anteriores a 2010, él habló con Salvador Estrella Sadhalá sobre la necesidad de decapitar la dictadura por primera vez en enero de 1961 (deseo hecho más urgente, precisamente, por la masacre de las Mirabal, según Imbert Barrera) y con Pedro Livio Cedeño, pero no fue reclutado a la conjura del, para entonces, grupo Díaz-de la Maza sino hasta marzo de 1961 (cinco meses después de la masacre de las Mirabal). Ver Los últimos dias de Trujillo (2014), un extenso reportaje del veterano periodista Miguel Guerrero. Además, en la carta que él escribio en junio de 1961 desde su escondite (con el fin de dejar su testimonio ya que la muerte casi segura lo rodeaba) Imbert Barrera dijo que su grupo (Estrella Sadhalá, García Guerrero y él) hicieron contacto con los de la Maza en marzo de 1961 (Ver la carta reproducida en el artículo Imbert Barrera narra como tramaron..." de Miguel Guerrero).

Lo anterior lo confirma el historiador Frank Moya Pons en su libro Historia de la República Dominicana, Vol. II, publicado en enero de 2010 (un mes antes del libro de Angelita, pero cuya investigación y redacción fueron mucho antes). En las págs. 501 y 502 declara, entre otros datos importantes, que los dos últimos grupos, el de la Maza (ya unido al de los Díaz) y el pequeño grupo compuesto por Estrella Sadalhá, Imbert Barreras y Amado García Guerrero, no se habían enterado mutuamente de su existencia sino hasta marzo de 1961. Como habíamos señalado, ese contacto inicial fue con Estrella Sadhalá quien después les sugirió incorporar a Imbert Barreras, contrario a la versión que Sadhalá dio en el interrogatorio del SIM para salvar su propia vida (ver siguiente párrafo). Esto significa que Luis Amiama Tio (del grupo de los Díaz) no pudo haberle dado a Imbert Barreras (del último grupo en conformarse) ningunas instrucciones sobre el femenicidio entre agosto y noviembre de 1960 cuando no había ningunos lazos conspirativos entre los dos hombres y, además, en todo lo que hemos leído hasta ahora, no hay indicios de que estos dos hombres siquiera se hubieran tratado personalmente antes de la conjura de 1961.




Por otro lado, consideramos que las declaraciones de Salvador Estrella Sadhalá hechas en el SIM (después de ser detenido e interrogado) están viciadas dado que es obvio que él estaba tratando de minimizar su participación en la organización del complot con el fin de evitar muerte y tortura. Contradiciendo a todos los investigadores y participantes, él declara que después de varias conversaciones con de la Maza en que este último le hablaba a él sobre la necesidad de acabar con Trujillo, él fue finalmente reclutado por Antonio de la Maza, pero sólo después de que Amado García Guerrero, Imbert Barreras y Pupo Román ya era parte de la conjura, sin decir cuando estos fueron incorporados. Con esto él estaba tratando de evitar las torturas y salvar su vida, lo que es natural, presentando su rol en la conjura como un actor marginal que se incorporó superficialmente al final, ya cuando la conjura estaba plenamente organizada por los otros, no él. Les recordamos que esta versión no concuerda con todas las demás investigaciones y declaraciones, las cuales indican que Estrella Sadhalá conjuraba (o hablaba de "hacer algo") primero con García Guerrero e Imbert Barreras, que fue él quien luego sugirió que estos dos últimos fueran incorporados a la conjura y que Pupo Román fue el último en quedar "integrado", si acaso alguna vez lo estuvo realmente. Además, independientemente de que fuese él reclutado antes o después de Imbert Barrera, lo más importante es que Estrella Sadhalá le dice al SIM que la primera vez que Antonio de la Maza le insinuó la necesidad de hacer algo para acabar con el régimen fue a finales de marzo de 1961 en un encuentro casual en medio de un proyecto de construcción en el que él estaba trabajando. También es importante remarcar que en sus declaraciones no dijo nada en absoluto, ni por asomo, de que ya en 1960 existiera conjura alguna.

Por su parte, durante el interrogatorio del SIM, Pedro Livio Cedeño, quien les contestaba a los interrogadores con firmeza y coraje (como alguien que sabía que iba a morir de todas formas), declaró que Antonio de la Maza le habló de un plan de tumbar la dictadura en febrero de 1961 y dice que fue 2-3 meses antes de principios de junio, 1961 (o sea, en marzo o abril) que estuvo en la presencia de Antonio de la Maza en casa de Juan Tomás Díaz donde se hablaba propiamente sobre un atentado en contra de la vida de Trujillo. Lamentablemente para nuestro esfuerzo, en sus declaraciones (por lo menos en las que se conocen públicamente) Pedro Livio Cedeño no menciona cuando fue que Imbert Barreras, Amiama Tio y Pupo Román se incorporaron al complot. La mayor parte de sus declaraciones tienen que ver ya con la preparación material del asalto en la avenida. Lo importante es que él, como los demás, no dice absolutamente nada de ningún complot contra Trujillo en 1960, en absoluto. Ver dos artículos en el Listín Diario: Las declaraciones de Pedro Livio Cedeño y Arrestar a Trujillo era el plan inicial.

Los Trujillos también alegan, sin pruebas, que a principios de junio de 1961 Pupo Román le confesó a Ramfis Trujillo que el asesinato de las Mirabal fue una trama de los conjurados aconsejada por Amiama Tio. Nuestra pregunta es: ¿Creen los lectores que tiene sentido alguno que Ramfis Trujillo no difundiera esta revelación a diestra y a siniestra por todos los medios con el fin de exonerar a su padre de ese horripilante feminicidio? Ramfis estuvo casi 6 meses en el país después del ajusticiamiento y 7 años en el exterior para dar a conocer esta importante revelación que no sólo hubiera lavado el nombre de su padre en relación a esa masacre sino que hubiera imputado y deshonrado a los conjurados a quienes él todavía odiaba con inquina (especialmente a los dos que no pudo eliminar: Imbert Barreras y Amiama Tio) aún después de haber matado a la mayoría (ver Memorias de Cesar A. Saillant). Para los que tengan dudas, esa preocupación de Ramfis por la "honra" de su apellido la observó el mismo embajador americano ante la OEA, Chep Morrison, quien negociaba con Ramfis en octubre/noviembre de 1961. Morrison, viejo amigo de Trujillo y su hijo, observó en su informe que Ramfis quería irse del país, pero (palabras de Morrison) "en forma decorosa para reivindicar su apellido" (ver artículo de Miguel Guerrero Los últimos días de Trujillo II). Sin embargo, hasta su muerte en diciembre de 1969 Ramfis mantuvo en torno a esta presunta confesión de Pupo Román (según Angelita) de tanta trascendencia un silencio tan hermético que lo elevaría sin duda a la categoría de leal cómplice y encubridor de los conjurados en la trama para satanizar a su padre. ¿Tiene esto sentido? Como en otros alegatos, los Trujillos ni presentan pruebas ni tienen lógica.

La misma Angelita Trujillo dijo claramente en la entrevista de 2010 con Alicia Ortega que 
ella leyó en 1961 la transcripción del interrogatorio a Pupo Román en que, según ella, él confiesa que Luis Amiama Tio fue quien le dio la orden de matar a las Mirabal. Es absurdo creer que en 49 años ella se mantuviera en total silencio sobre algo que hubiera lavado las manos de su padre sobre lo que muchos creen, incluyendo a los Trujillos, que fue el peor crimen de la dictadura (aparte de la matanza de perejil), que fue lo que determinó la crisis final del régimen de su padre y que terminó de sellar definitivamente la reputación de su padre como monstruo sanguinario. Sin embargo, durante todas esas décadas viviendo en países con completa libertad de expresión, ni ella ni ningún miembro de su familia insinuaron siquiera que Amiama Tio, y no su padre, fue el responsable de la orden de matar a las hermanas. ¿Tiene esto sentido alguno? Cuando Alicia Ortega le preguntó por qué esperó casi 50 años para revelar esa trama sobre las Mirabal, las excusas que Angelita dio no tienen sentido: 1) que las investigaciones del Senado de EUA se realizaron en 1975 (y eso ¿qué tiene que ver?) y que para escribir su libro tenía que conseguir todo tipo de información. Sin embargo, con todo lo que esperó, datos e información concreta que respalden sus acusaciones sobre Amiama Tio brillan por su ausencia en el libro. (Ver min:5, seg.31 en Entrevista a Angelita Trujillo – La muerte de las hermanas Mirabal - https://www.youtube.com/watch?v=u08klhabR3I).

Las razones que da para justificar su silencio de 50 años no ofrecen ninguna explicación lógica: No entendemos qué tienen que ver las investigaciones del Senado en 1975 con su silencio. Además, ese Comité Church realizó la investigación en 1974-1975. Le preguntamos: ¿Como pudo esa investigación del Senado impedir que ella compartiera públicamente entre 1961 y 1974 lo que supuestamente sabia o que compartiera un dato tan importante entre 1976 y 2010? Además, en el libro no hay ni siquiera evidencia de una investigación a profundidad sobre la presunta trama de matar a las Mirabal por lo que no tuvo que tardar cinco décadas reuniendo una evidencia que no presenta. Desde los años sesentas ella pudo haber exigido que se investigara y que entrevistaran a testigos de las declaraciones de Pupo Román o a personas que estaban informadas. Ella alega que eso fue algo que se discutió mucho en esos días, pero no existe un ápice de evidencia de que la prensa, ni personalidades, ni investigadores, ni siquiera trujillistas hubieran comentado una jota sobre las supuestas declaraciones de Pupo Román ante Ramfis ni que semejante trama existiera en 1960. Nadie a declarado nada, ni en 1961, ni en 1962, ni en los últimos 50 años... sino hasta que se publicó el libro de Angelita en 2010.

Además, Aida Trujillo, la hija de Ramfis Trujillo, escribió sus recuerdos de su padre en un libro titulado El otro Ramfis Trujillo, escrito como novela para evitar cualquier litigio o amenaza de litigio por supuesta difamación sobre hechos y recuerdos que hoy ella sólo puede avalar con su palabra. En dicha obra hace importantes revelaciones. El artículo del reconocido periodista José Rafael Soza titulado Ramfis: “Yo soy un asesino” según novela de su hija señala que Aida Trujillo acompañó a su padre durante los 11 días en que éste estuvo hablando y alucinando mientras agonizaba en la clínica tras su accidente en diciembre de 1969. En momentos de lucidez relataba y confesaba hechos a los que lo rodeaban en la clínica, entre éstos, su descripción de la masacre de la Hacienda María. Sobre el asesinato de las hermanas Mirabal, el periodista resume el relato del libro:

En sus referidas alucinaciones, Ramfis llegó a decir que el asesinato de las tres hermanas Mirabal fue un crímen cobarde y que se extrañó – cuando le tocó el punto a su padre- que éste no desmintiera que las hubiese mandado a matar. (Pág. 224).

(Ver artículo completo en elnacional.com; 23/11/2014)
 
Si bien es un testimonio de tercera persona, creemos que Aida Trujillo no es el tipo de persona que pondría en la boca de su moribundo padre, palabras falsas. 

¿Qué nos dice sobre la conjura del 30 de mayo la sobrina de Antonio de la Maza? Si bien el relato de Isabel Rosario de la Maza no concuerda en su totalidad con las investigaciones de los historiadores y periodistas sobre la fecha del contacto entre los dos grupos (el de Moca y el grupo pequeño de Estrella Sadhalá), pues ella expresa que Estrella Sadhalá y Antonio de la Maza hablaron sobre la necesidad de eliminar a Trujillo a mediados de 1960, ella en definitiva señala que Antonio Imbert Barreras se integró al grupo a principios de 1961 y, no por casualidad, es el último que ella menciona en integrarse. En otra ocasión, en una conferencia dictada en la Academia Dominicana de Historia (30 de mayo, 2009), dicha sobrina repite que Imbert Barreras se integró al grupo a principios de 1961 y añade dos datos importantes: Que Modesto Díaz también se integró al grupo igualmente a principios de 1961 (recuerden que él fue el lazo entre su grupo y Amiama Tio por ser su íntimo amigo) y que en esa misma época también establecieron contacto con Ángel Severo Cabral, quien ya estaba en conversaciones con los agentes americanos. Aunque sus comentarios no se deben descartar por completo, es menester señalar que por ser la única en decir que de la Maza y Estrella Sadhalá hablaron de eliminar a Trujillo en 1960 (como lo decía mucha gente en voz baja para esa época) y por no ser ella ni historiadora ni participante en el complot, sería enteramente irracional descartar la versión compartida por todos los investigadores y conjurados con el fin de optar exclusivamente por la solitaria versión que dice lo contrario (la de la sobrina) sin siquiera contar con una prueba concreta que la asista. Una explicación para esta discordancia con todos los demás podría ser que su comentario fuera producto simplemente de un error en la información de que se nutre su versión dado que ella no es ni historiadora, ni periodista, ni participante. Aún así, lo más importante es que en lo que antañe a los tres personajes que nos interesa (Imbert Barreras, Pupo Román y Amiama Tio), su versión reitera que Antonio Imbert Barreras (según los Trujillos, el hombre clave para la trama de matar a las Mirabal) no se integró a la conjura hasta meses después (enero, 1961) de que se formó la trama para matar a las Mirabal (entre agosto y noviembre de 1960). Además, ella señala (al igual que otros) que Modesto Díaz no se integró a la conjura sino hasta principios de 1961. Debemos recordar que Modesto Díaz era un hombre mucho más pausado y precavido que su hermano y que, además, tenía reservas en conjurar contra el dictador dado que él, a la sazón, era funcionario del gobierno. Esto explica por qué no se incorporó al mismo tiempo que su hermano. Como Modesto Díaz fue el que conquistó a Amiama Tio al complot (por ser su amigo íntimo) después de integrarse él mismo a principios de 1961, entonces Amiama Tio no empezaría a negociar con los americanos sino hasta ese mismo año (1961). Esto significa, a menos que aparezca una prueba contraria fehaciente, que Amiama Tio no pudo haberle aconsejado entre agosto y noviembre de 1960 ni a Pupo Román ni a Imbert Barreras a que mataran a las Mirabal para satisfacer la presunta exigencia del agente de la CIA de crear una crisis que volcara la opinión pública en contra del régimen. Quien sí había estado en contacto con Lorenzo Berry (Wimpy) era Ángel Severo Cabral a quien los Trujillos no involucran en absoluto en la masacre de las Mirabal.

Debemos aclarar que Rosario de la Maza dice que Imbert Barreras se incorporó a la conjura en enero de 1961. Sin embargo, no debemos olvidar que muchas personas confunden 'intención' con 'decisión'. Se sabe que Imbert Barreras habló con Estrella Sadhala sobre la necesidad de eliminar a Trujillo (como lo hacían muchísimas personas en susurro durante toda la dictadura y aún más en los últimos tres años de la Era), pero esto no significa, como talvez lo interpretó Rosario de la Maza, que necesariamente Estrella Sadhalá le habló concretamente de la conjura a Imbert Barrera en esos momentos, ni mucho menos que les sugirió de inmediato en enero a los conjurados que incluyeran al puertoplateño, por lo que no se puede decir que Imbert ya fuera parte de la conjura en enero. Efectivamente, varios investigadores han señalado, como hemos visto, que si bien los dos hablaron en enero sobre la necesidad de eliminar al tirano (como lo hacía mucha gente), Estrella Sadhalá no le sugirió a Juan Tomás Díaz incorporar a Imbert Barreras sino hasta marzo de 1961 y que Díaz lo aceptó y suponemos (por lógica) que luego Estrella Sadhala, ya con la aprobación de Díaz, le reveló el plan a Imbert Barreras invitándolo a unirse, tal como lo comentan algunos investigadores. 
 
Vale la pena observar que en todo su relato sobre el proceso de integración de los tres grupos, Rosario de la Maza ni siquiera menciona a Pupo Román, apoyando con esto lo que sostienen los investigadores en el sentido de que Pupo Román en realidad no pertenecía a ninguno de los tres grupos cuando éstos se conformaron cada uno por su cuenta y que él fue el último en ser conquistado, es decir ya bien entrado el año 1961 (todo indica que en marzo y posiblemente después). Ella sólo lo menciona por primera vez cuando ya pasa a describir como se iba a realizar el golpe de estado justo después del tiranicidio. Tal como supimos después por el golpe de estado que no se dio, Pupo Román nunca se integró de cuerpo y alma en la conjura, en parte, debido a que nunca fue parte integrante de los tres grupos que complotaban. Sin embargo, sabemos que también hubo otros factores (fallas de comunicación, la interferencia de Espaillat, el inesperado arribo, casi inmediato, de Ramfis a RD, etc.) que malograron el golpe de estado y otros detalles.

En resumen, lo más importante en todas estas declaraciones e investigaciones (incluyendo a Rosario de la Maza) es que Antonio Imbert Barreras no aparece como complotado sino hasta principios de 1961 (posiblemente en enero, pero más probablemente en marzo) y que Pupo Román fue el último en quedar "incorporado", si es que acaso alguna vez lo estuvo en realidad. Sobre Amiama Tio tenemos menos información, pero lo poco que ha surgido es que él fue reclutado por Modesto Díaz, quien, a su vez, se había incorporado a la conjura a principios de 1961. 

Todo esto desarticula el argumento de los Trujillos de que Antonio Imbert Barreras, Pupo Román y Amiama Tio estaban confabulados para matar a las Mirabal entre agosto y noviembre de 1960. En esos meses no había nexos conspirativos entre ellos. Mientras no surja una prueba fehaciente, de peso, que contradiga todo lo anterior, esto nos dice que Imbert Barreras no pudo haber recibido ningunas instrucciones de parte de Amiama Tio entre agosto y noviembre de 1960 de matar a las hermanas Mirabal ni mucho menos Pupo Román, el último en incorporarse. En pocas palabras, entre agosto y noviembre de 1960 no existía la conjura del 30 de Mayo tal como se empezó a coordinar a partir de enero de 1961, con base en lo que conocemos hasta ahora. Si bien el grupo de Moca ya se había conformado a finales de 1960, ese grupo definitivamente no incluía ni a Pupo Román ni a Imbert Barreras, ni tampoco, según parece, a Amiama Tio. En ninguno de los relatos que se encuentran en la prensa y el Internet sobre el proceso de formación del grupo de Moca mencionan, ni por asomo, a ninguno de los tres.

No olviden que en algún momento entre agosto y noviembre de 1960, y posiblemente antes, la trama de la masacre de las Mirabal ya se había empezado a preparar puesto que en agosto (ver referencia más arriba) los esposos Leandro Guzmán y Manolo Tavarez Justo fueron traslados a la cárcel de Salcedo dizque para que las esposas no tuvieran que viajar tan lejos y de ahí a la cárcel de Puerto Plata dos semanas después según algunos y más tarde según otros (Peña Rivera menciona a Manolo Tavarez diciendo que fue el 9 de noviembre), supuestamente para que identificaran a miembros del 1J4 que estuvieron involucrados en un trasiego de armas. Esto obligaría a las hermanas Mirabal a viajar por la montañosa carretera hacia Puerto Plata, zona propicia para el montaje de un "accidente". No olviden tampoco que hubo dos intentos de asesinarlas antes del 25 de noviembre (el 18 y el 22) y que no lo hicieron porque iban con niños. Ahora bien, ¿desde cuándo los esbirros del SIM y los militares se preocupaban por acomodar a las esposas de sus presos políticos? ¿Especialmente cuando ellas mismas eran activistas enemigas del régimen? Por cierto, en su artículo Minerva, María Teresa y Patria Mirabal fueron víctimas del Trujillato, Chichi de Jesús Reyes señala, refiriéndose al traslado, que "en la orden se hace constar que la medida fue dispuesta directamente por Trujillo". (Para los que tengan dudas, este veterano periodista siempre calza sus artículos con su correo electrónico de tal forma que los lectores pueden consultarle fácilmente sobre sus fuentes.)

Por todo lo anterior, nos parece tendencioso y retorcido alegar que las hermanas Mirabal fueron asesinadas por orden exclusiva de Pupo Román y/o Antonio Imbert Barreras como parte de una conjura que todavía no le había sido revelada a ninguno de los dos y, además, bajo instrucciones de Luis Amiama Tio, completamente a espaldas de la única y máxima autoridad que podía dictar una orden de esa magnitud: el propio Trujillo. Más adelante trataremos con más detalle la personalidad de Luis Amiama Tio. 

El lapsus linguae

Volvamos de nuevo a noviembre de 1960. 

Un detalle revelador es el desliz verbal que comete Trujillo cuando llama al Mayor Cándido Torres al día siguiente de la masacre. Trujillo empieza hablando de las "noticias" y del "accidente" de las Mirabal, pero acto seguido comete el lapsus de llamarlo "ese crimen" cuando supuestamente él sólo conocía lo que declaraban las noticias de esa mañana. Balaguer nos lo relata cuando discute lo que según él es la insoslayable culpabilidad de Trujillo por esa masacre. Se trata del deslíz del Jefe que Aquiles Julián recoge en su artículo sobre el caso. A continuación citamos a Aquiles Julián. Ademas copiamos más abajo parte del artículo debido a que se trata de un importante y revelador detalle:
 
El lapsus linguae, el resbalón de lengua, declara inconscientemente aquello que el perpetrante persigue ocultar. Su habla lo traiciona.
Y Trujillo, en el relato de Balaguer, incurre en uno.
Cuando le dice al Mayor Cándido Torres, mismo que había cursado la orden para asesinar a las Mirabal que provenía de él, de Trujillo “¿Y no sabe usted que las hermanas Mirabal han sufrido un accidente y que es posible que ese crimen se achaque al Servicio de Inteligencia, como ocurre cada vez que muere alguien señalado por el rumor público como enemigo del Gobierno?”, Trujillo se denuncia a sí mismo al calificar de crimen lo que él mismo antes tildaba de accidente.
Su inconsciente lo traicionó.
Balaguer recogió y preservó la conversación para la posteridad.
Y puso en ella la evidencia de la culpabilidad del propio Trujillo en el crimen, pese a su teatralidad y a su simulación.

(Hasta aquí la cita de Aquiles Julián.)

Además, un detalle importante es que, primero, Trujillo pretende no saber nada, ni siquiera de la noticia del accidente, y le pregunta inocentemente al mayor Cándito Torres ¿que hay de nuevo? Lo ideal para Trujillo hubiera sido que el mayor le diera la noticia del accidente para poder manifestar su inocente sorpresa al oír la noticia "por primera vez". Pero, al no decir el mayor nada sobre el "accidente", Trujillo se siente frustrado, no aguanta y se ve obligado a introducir él mismo el tema ("¿y no sabe  usted que...") para luego poder dramatizar ante el mayor Torres su aspaviento e indignación. La intención era que el mayor Cándido sirviera de testigo de que Trujillo ni siquiera sabía nada sobre el "accidente" (lo oyó por primera vez de la voz de Torres), pero al no salirle el diálogo como él esperaba, Trujillo se ve obligado a introducir él mismo el tema para que el dialogo llevara el curso que a el le interesaba.  

A los que llevamos años estudiando la dictadura y la personalidad de Trujillo, estas tramas y manipulaciones sutiles y no tan sutiles no nos sorprenden. Trujillo era un gato marrullero, simulador y manipulador, contrario a la personalidad pública que presentaba de ser un estadista noble, íntegro y consecuente. Aunque a menudo se dejaba llevar por el instinto y daba órdenes impulsivas, también sabía ser muy calculador cuando se trataba de eliminar a personas de gran relevancia. Ver más abajo Sobre el talento teatral de Trujillo.

Aparte de las declaraciones de la señora Morales, las cuales han sido bien aprovechadas por los trujillistas, los demás argumentos presentados por los trujillistas son simples especulaciones sin sustento, cuyo razonamiento se cae por su propio peso. A continuación analizamos todos los que hemos escuchado.

Los caprichos del Jefe

Uno de los principales argumentos que esgrime la familia Trujillo para exonerar a Trujillo del crimen es que las tres hermanas no representaban ninguna amenaza hacia su régimen y que, por tanto, Trujillo no tenía motivo para matarlas dado que no ganaba nada con eliminarlas. Esto contradice diametralmente lo que le había declarado el propio Trujillo el 3 de noviembre, 1960 a El Caribe: que a su gobierno solo le quedaban dos problemas, la Iglesia y Minerva Mirabal. (ver, artículo original de El Caribe al final de esta página). De esta forma, Trujillo colocó a las Mirabal en el mismo plano de importancia que tenía la Iglesia Católica. 

Como hombre obsesivo que era, esto lo expresó Trujillo varias veces. El historiador Roberto Cassá:

"Trujillo le manifestó a un funcionario de San Francisco de Macoris, meses antes del asesinato, que él tenía dos problemas: la Iglesia católica y las hermanas Mirabal."

Documental: El dictador Trujillo. Minuto: 9:24
https://www.youtube.com/watch?v=saMFgdUuUdo&t=419s

Esto lo avala el mozo de confianza de la familia Trujillo, Juan Antonio de la Cruz (primo del chofer de Trujillo, Zacarias de la Cruz), en una entrevista con una periodista de Telemicro Canal 5 (Objetivo 5). Citamos literalmente a Juan Antonio de la Cruz:

(Min:3, Seg:15) “A los meses siguientes ahí hizo una reunión de todo los altos militares en un salón de su casa, en el patio, no en salón, en el patio de su casa, al lado de la piscina. Una invitación de todo alto militares. Tiró su discurso, tenía una tribuna, se encaramó y tiró su discurso y dice:

'Me voy porque no tengo militares a mi lado, porque no han cumplido lo de la orden que he dado. No se ha cumplido lo que ordené de las hermanas Mirabal, no se ha cumplido lo que yo les he dicho contra los padres de la Iglesia. Ya de las Mirabal estoy cansado de decirles ya que la eliminen y no he encontrado un solo que la elimine.'

Ahí se paró, vino León Estévez, el esposo de Angelita: Yo señor, estamos a su la orden, a la orden y el día en que usted lo disponga.”

Por cierto, Juan A. de la Cruz afirma que el SIM no tuvo nada que ver con el asesinato de las Mirabal porque el contacto de este mozo con el SIM era únicamente con los del SIM que iban a las viviendas de los Trujillos (Johnny Abbes, etc.). Al no estar Abbes y sus inmediatos involucrados en esta masacre, el mozo concluye, erróneamente por falta de conocimiento, que entonces el SIM no tuvo nada que ver. En realidad, quien coordinó esta masacre fue el jefe del SIM Región Norte, Víctor Alicinio Peña Rivera, pero el mozo, en su limitado ámbito, no se imaginaba que el SIM pudiera actuar sin la presencia de Abbes. ¡Ahora! del 27 de junio, 1977).

Pero más importante aún es que en esta entrevista Juan de la Cruz declara que León Estevez le ordenó que escondiera temporalmente la ropa ensangrentada y los zapatos de las Mirabal. Esto concuerda con lo que declaró el juez de instrucción que el 25 de noviembre levantó los cadáveres de las cuatro víctimas del despeñadero, el Dr. Ambiorix Díaz Estrella (de familia trujillista). Después de la caída del régimen, les declaró a periodistas y a algunos miembros de la familia Mirabal que los cuerpos de las tres hermanas Mirabal estaban desnudos y que campesinos le consiguieron unas sábanas para cubrir su desnudez. Sólo llevaban puestas sus prendas interiores, no la vestimenta y que no había ninguna señal de que habían sido violadas. Ver muchos detalles importantes que relata el juez Díaz Estrella: Revista ¡Ahora! del 27 de junio, 1977. Esto de que los cuerpos estaban desnudos lo avala un pariente campesino que los vio (ver en YouTube minuto 51:35 en el documental: Nombre secreto: Mariposas, el documental (https://www.youtube.com/watch?v=Y_c1Tu1zgcI&t=207s).

Además, una crónica del 24 de enero de 1961 del periódico La Nación (propiedad de Trujillo) afirmaba que desde un carro Mercedes Benz rojo, conocido como propiedad de Luis José León Estévez, dispararon hacia unos manifestantes... (ver artículo Estrella Liz, asesinado por agentes trujillistas... en hoy.do, 7/29/2007). Es interesante que Angelita Trujillo no mencionara en su libro a su propio esposo como uno de los sospechosos ya que ella alega que el oficial militar que seguía a las Mirabal iba en un Mercedes Benz rojo. Por nuestra parte, nosotros tampoco descartamos que León Estévez hubiese colaborado, por lo menos, en la parte de encubrir la masacre.

Ahora bien, si este señor, J.A. de la Cruz Tavares, estuviera manipulado o comprado para que emitiera estas declaraciones que contradicen la versión del nieto de Trujillo, a estas alturas, cuando el caso Mirabal se ha comentado durante décadas por todos los medios, él y los que estarían detrás de él (si acaso existen) se hubieran ocupado de que la versión del mozo compaginara con la versión de que las hermanas fueron asesinadas por un comando del SIM encabezado por Peña Rivera para darle la máxima credibilidad a sus declaraciones y no crear otra polémica. Pero noten, lectores, que la versión del mozo refleja el conocimiento limitado que él tenía como mozo en las residencias privadas de los Trujillos, conocimiento restringido a lo él que veía y oía en esas viviendas y que omiten la version conocida por todos, lo que no significa que la niegue. Como hombre sencillo restringido a su limitado ámbito, no es raro que el mozo desconociera la estructura del SIM a nivel nacional y que el SIM tuviera centros regionales aparte de la jefatura de Johnny Abbes. 

Para ver esta entrevista, pueden ir a YouTube, en el siguiente enlace (min: 3, seg: 15):

Entrevista en exclusiva al Moso de Trujillo, Juan Antonio De la Cruz Tavares [sic]
 
 

 
Los que llevamos años estudiando la larga dictadura, el argumento de que Trujillo no tenia motivos de importancia para eliminar a las Mirabal casi nos mueve a la risa si no fuera tan ofensivo. La gran mayoría de las víctimas de Trujillo nunca representaron una amenaza hacia el régimen. Motivos racionales no eran necesarios para eliminar a alguien. Son incontables las personas que el régimen mató por razones caprichosas, por resentimiento, sólo por estar emparentada la víctima a algún antitrujillista (aunque se supiera que dicho pariente no militaba), por resistirse a cederle sus propiedades o su negocio al dictador, por haber dicho una impertinencia (ver Lithgow-Ceara, Colon Piris, Rafael Yepes, etc.), por ser un empleado o chofer de un enemigo, por rechazarle un puesto u oferta y otras sinrazones más. 

Además, no olvidemos que después de haber interactuado con Minerva un par de veces en fiestas (especialmente en la última en que no pudo conquistarla y en la que ella le planteó cierto reto) Trujillo quedó obsesionado con Minerva en una forma enfermiza. De esto se ha publicado bastante. Sin plantearlo como un hecho incontrovertible, podemos mencionar el libro de Dedé Mirabal (ver pág. 197 de Vivas en su jardín), en que dice que Zacarías, el chofer de Trujillo, le había comentado a Japonesa Trujillo que el Jefe no andaba bien pues varias veces de repente Trujillo le decía "Mira a esa mujer, mírala ahí, es Minerva" y que cuando él miraba, no había nadie. Con base en todo lo que hemos leído sobre la dictadura, Minerva ha sido la única persona que, al rechazarlo, le habló a Trujillo como su igual, a los ojos, sin genuflexión. Ser objeto de la obsesión frustrada de un psicópata genocida como Trujillo, sintiéndose rechazado y, para colmo, todopoderoso, quien tenía que controlarlo todo y a todos, es estar bailando con la muerte.

Los trujillistas también sostienen que no tenía sentido ni lógica que Trujillo mandara a matar a estas tres mujeres puesto que semejante crimen sólo le acarrearía enorme resentimiento entre la población y mayor condena internacional, justo cuando Trujillo no lo necesitaba debido a la condena y el aislamiento regional a que lo habían sometido por el atentado contra Betancourt.

Repetimos: Plantear este tipo de argumento de 'racionalidad' en el caso de Trujillo es totalmente incongruente con su trayectoria criminal e irracional y prácticamente una burla puesto que Trujillo demostró una y mil veces en sus 31 años de desgobierno que era capaz de alternar fácilmente sus maquiavélicas tramas con decisiones antojadizas, irracionales, morbosas y contraproducentes, intensificadas éstas en los últimos dos años de su gobierno cuando estaba cada vez más desesperado por la incesante resistencia interna, las presiones internacionales, la crisis económica y posiblemente por los achaques de la vejez.

¿Se preocupó Trujillo por lo que pensaría la opinión pública cuando mandó a matar a miles de haitianos? ¿Cuando a principios de 1960 dio la orden de disparar a matar indiscriminadamente a todo el que tratara de asilarse en una embajada, inclusive invadiendo  violentamente las mismas sedes diplomáticas con turbas violentas y disparos? ¿Cuando trató de matar al presidente de otro país (Betancourt) y cuando efectivamente mató al de Guatemala? ¿Cuando meses despues de la condena en la OEA, bajo la orden expresa de Trujillo, la dictadura persiguió como si hubieran sido delincuentes a sacerdotes de la iglesia católica y atacó los templos después de la Carta Pastoral, incluyendo el intenso sacrilegio del templo de La Vega, con prostitutas y turbas, cuando sus esbirros trataron de incendiar dicho templo, cuando destruyeron con una bomba el seminario de Santiago en construcción, así como los ataques y violentos desalojos de curas y obispos de sus hogares y centros, o la agresión física contra las monjas hasta hacerlas sangrar? (Ver otras secciones en este portal que discuten estos casos.)

¿Es eso actuar racionalmente, con prudencia, para no crear una imagen negativa que pudiera impactar adversamente a la población civil y a la opinión internacional?

Los últimos párrafos no pretenden “probar” positivamente que Trujillo fuera quien diera la orden de matar a las Mirabal sino que los argumentos de los trujillistas de que Trujillo no tenía un motivo "racional" no "prueban" en absoluto que no fuera él quien diera la macabra orden puesto que Trujillo mataba más por motivos irracionales que racionales. Considerando sus reiterados antecedentes de dislates irracionales durante 31 años, es realmente una farsa de mal gusto pretextar el sentido de “racionalidad” y “sensibilidad” a la opinión pública como pruebas de que Trujillo no hubiera emitido semejante orden. Para los que todavía tengan dudas, lean más abajo lo que tienen que decir sobre este caso dos de sus tres más cercanos y fieles colaboradores: Joaquín Balaguer y Virgilio Álvarez Pina. 

La condición del misterioso agente

En cuanto a la conexión entre los conjurados y algunos funcionarios de la embajada y/o agentes de la CIA, eso es ampliamente conocido. Los historiadores, las Fundaciones Patrióticas y los investigadores del campo antitrujillista se han referido abiertamente en muchas ocasiones a esta conexión. Lo que está en tela de juicio es específicamente la exigencia que, según los trujillistas, les hiciera a los conjurados un agente americano (¿Plato Cox, Barfield, Farland, Dearborn?, los Trujillos no dejan claro) para que EUA apoyara el complot. Dicha exigencia consistía en que era necesario, según las palabras repetidas del nieto de Trujillo, que "cometieran un hecho de trascendencia que incriminara al dictador y volcara la opinión pública en su contra". Esta exigencia, según la versión de los trujillistas, fue lo que motivó el asesinato de las Mirabal.

Hasta ahora, la única documentación que han mencionado para respaldar la presunta exigencia por parte del misterioso agente americano consiste en tres fuentes. Debido a que Blogger casi no acepta más texto, no podemos reproducir los documentos aquí, pero les ofrecemos el link para que los lean directamente. Estas son las tres fuentes:

1- El informe de la famosa investigación del 94 Congreso de EUA (el Comité Church) sobre Asesinatos y atentados en contra de líderes extranjeros (1974).

De ese extenso informe del Comité Church leímos la parte que se refiere al complot contra Trujillo (págs. 191-215). En esas 24 páginas, lo único que dice acerca de las condiciones del gobierno de EUA para involucrarse en el complot es lo que Henry Dearborn (cónsul en RD y luego agente de la CIA) le sugiere a la CIA. Citamos textualmente (págs. 192 y 193) lo que el informe dice sobre la solicitud de Dearborn. Se refiere específicamente a la comunicación entre las oficinas centrales de la CIA en Washington y Henry Dearborn en la embajada americana en Ciudad Trujillo:

He [Dearborn] agreed. He requested, however, that the CIA confirm the arrangement with the dissidents as being that the United States would "clandestinely" assist the opposition to 'develop effective force to accomplish Trujillo overthrow', but would not 'undertake any covert action itself against Trujillo government while it is in full control of Dominican Republic." (Cable, Station to HQ, 6/17/60).

Lo que acaban de leer es lo único en ese largo informe de 24 páginas que se asemeja a una exigencia y lo único que dice es que EUA no tomaría acción encubierta "mientras el gobierno de Trujillo esté en pleno control de la República Dominicana". Nuestra pregunta es: ¿En qué se asemeja esto a la exigencia específica de que (palabras del nieto de Trujillo) "cometieran un hecho de trascendencia que incriminara al dictador y volcara la opinión pública en su contra"?

Entre lo que le dijo Dearborn a la CIA y la frase que el nieto de Trujillo repite incansablemente hay un abismo denotativo y connotativo tan ancho que sólo puede ser franqueado por una febril alucinación desbocada....o interesada. El contorsionismo semántico-demagógico salta a la vista.

Para los que deseen verificar lo que dice el informe, por favor lean las 24 páginas que se refieren al tiranicidio de Trujillo. Empieza en la pág. 191. Este es el link: https://archive.org/stream/allegedassassina00unit#page/n15/mode/2up

2- Un artículo de Norman Gall: How the Agency Killed Trujillo (1963). Por favor léanlo. Este es el link: http://www.normangall.com/dominicanr_art2.htm

Hay dos cortos párrafos en este artículo que hacen referencia a la relación entre los agentes y Amiama Tio, pero ninguno de los dos menciona absolutamente nada sobre una exigencia del gobierno americano. Apenas dice que Amiama Tio estaba en conversaciones con Dearborn a finales de 1960 y más adelante dice que Amiama Tio estableció contacto con un agente de la CIA a finales de 1960. Pero, ¿cuál es la fuente de esta información? Nada menos que el gral. Arturo Espaillat ("Navajita") quien apenas menciona en una conferencia de prensa a este agente, Plato Cox. De hecho, el mismo Glass nos aconseja que no debemos confiar sólo en lo que nos diga Espaillat. Es posible que esas reservas de Glass se deban a que Espaillat, agente encubierto de Trujillo con varios asesinatos en su haber y ex jefe del SIM, era un ser manipulador y no era ningún angelito incapaz de mentir en aras de alguna agenda oculta. No sólo cuestiona Glass él mismo su propia fuente, sino que tampoco dice ni una sola palabra sobre condiciones o exigencias por parte de la CIA o la embajada (por favor lean el artículo). El resto del artículo se refiere a la crisis de la dictudura, los hechos del 30 de mayo y al suministro de las armas de parte de la CIA, algo que todos conocemos y que nadie cuestiona.

3- En forma tangencial y difusa, en una ocasión el nieto de Trujillo mencionó el breve comentario que hiciera el gral. Arturo Espaillat en una conferencia de prensa, pero sólo dijo que Espaillat mencionó al agente Plato Cox, nada más. De nuevo, nada sobre ninguna exigencia. Para asegurarnos, nosotros realizamos una búsqueda electrónica del nombre Plato Cox en el libro de Arturo Espaillat (Trujillo, the last Caesar,) que se encuentra en la red (estas búsquedas electrónicas no fallan) y por ningún lado encontramos el nombre Plato ni Cox, por lo que concluimos que en su libro no dice nada sobre este personaje. Además, si dijera algo que se asemejara a la presunta exigencia que el nieto repite, hace ratos que en estos últimos siete años los trujillistas hubieran estado repitiéndolo por todo lo alto y lo ancho, con el número de la página y citándolo literalmente hasta la saciedad. A Amiama Tio el libro sólo lo menciona una vez, para decir que llamó al consulado después del ajusticiamiento, lo que no es ninguna novedad porque todos los investigadores saben que él tenia contacto con los americanos. El nombre de Imbert Barreras sólo aparece una vez (para decir que fue uno de los dos conjurados sobrevivientes) y el nombre Mirabal no aparece del todo. En conclusión, como el libro de Espaillat no dice absolutamente nada sobre ninguna exigencia de la CIA, su breve comentario a la prensa es lo único que podriamos tener de Espaillat como fuente. Hemos encontrado tres reportajes en la prensa canadiense de esos dias sobre dicha conferencia de prensa y ninguno informa que Espaillat dijera algo sobre el tal Plato Cox ni Amiama Tio, aunque podría ser que los periódicos no resumieran todo lo que dijo. Si Espaillat hubiera lanzado semejante escandalosa acusación, sin duda los periódicos no la omitirian. Por ejemplo, en esa conferencia de prensa Espaillat lanza la comprometedora acusación de que Trujillo habia gastado unos US$5 millones en sobornos a senadores y funcionarios americanos y esto la prensa americana lo publicó con mucho enfasis (en titulares), pero de la presunta trama de los complotados para asesinar a las Mirabal, no dicen ni una jota. Los otros temas de la conferencia de prensa que mencionan son el status migratorio de Espaillat en el Canadá y un proceso legal a que fue sometido por portar un arma ilegal. Invitamos a los lectores a que investiguen a ver si tienen mejor suerte que nosotros y si encuentran la parte de la entrevista en que Espaillat hace referencia al contacto entre Amiama Tio y Plato Cox, por favor publiquenla para ver si contiene exigencias de la CIA que nos hagan reconsiderar nuestras conclusiones sobre la exigencia de la CIA. Consideramos, sin embargo, que si Norman Gall no lo ha mencionado, ni la prensa, ni nadie más es porque Espaillat no habló de una exigencia de la CIA. De hecho, muy recientemente, encontramos un artículo del Indianapolis Star sobre un discurso y una entrevista al gral. Arturo Espaillat hechas en Canadá. El artículo trata exclusivamente sobre las declaraciones de Espaillat en relación al apoyo del gobierno de EUA al complot del 30 de mayo, apoyo que, repetimos, es conocido ampliamente y mencionado abiertamente por los investigadores antitrujillistas, por lo que esto no es una novedad. A pesar de que Espaillat insiste en que EUA propiciaba la eliminación de Trujillo (lo que es cierto), en dicho artículo no dice una sola palabra sobre Plato Cox ni las Mirabal. El recorte del artículo estuvo en los archivos de la CIA y éste fue desclasificado en 1999. Pueden ver una copia al final de esta exposición.

De hecho, lo único que hace Norman Gall (ver punto 2) en su artículo es sencillamente referirse a la mención que hizo Arturo Espaillat a la prensa por lo que estas dos fuentes (Norman Gall y Espaillat) son en realidad una sola fuente y en ninguno de los dos se menciona nada sobre ninguna exigencia del gobierno americano dirigida a los complotados. Si leen el artículo de Norman Gall, verán que lo único que dice es que, según Espaillat, Amiama hizo contacto con Plato Cox y todos sabemos que ni los investigadores ni los antitrujillistas niegan que hubo contacto entre los conjurados y los agentes de la embajada y la CIA, contacto que ha sido ampliamente comentado, por lo que no es ninguna gran revelación.

Esas tres son las fuentes o "pruebas" que los trujillistas han presentado hasta ahora para sustentar el alegato de que un agente de la CIA o la embajada (sea Cox, Dearborn o cualquiera) les comunicó a los conjurados que "cometieran un hecho de trascendencia que incriminara al dictador y volcara la opinión pública en su contra". Como pueden ver ninguna de las fuentes avala esta versión y hasta tanto no presenten una verdadera prueba de la condición planteada por el misterioso agente que ellos tanto repiten y que presuntamente condujo a la masacre, dicha exigencia continuará relegada al plano de la fértil fantasía trujillista. 

Todo parece indicar que lo que los trujillistas han querido hacer con esta extrapolada trama de conectar a los complotados del 30 de mayo al asesinato de las hermanas Mirabal es jugar al juego de "Hazme un cuento" en que con base en lo que ven en una foto real, los participantes del juego inventan relaciones entre diversas personas en la foto y objetos hasta crear una trama interesante y creíble...pero que en el fondo lo único que es concreto y verdadero es lo que se ve superficialmente en la foto alrededor de lo cual se puede inventar un sinnúmero de historietas. 

Debemos agregar que en los textos que discuten con mayor detalle las negociaciones entre los conjurados y los agentes americanos ("Wimpy" y Dearborn), el principal enlace de los conjurados que siempre aparece (y además, el enlace inicial) es Ángel Severo Cabral (grupo de Santiago, luego conectado a los Díaz). Es interesante, además, que en sus declaraciones a Ramfis Trujillo como preso, Pupo Román dijo que la primera vez que Amiama Tio le habló del complot en enero de 1961éste le dijo que él estaba en comunicación con un agente de la CIA que se hacía pasar por propietario de un supermercado (es decir, Lorenzo Berry "Wimpy"), no menciona a Plato Cox

Con base en nuestra amplia investigación, podemos decir que la principal preocupación del gobierno de EUA y la razón de sus reservas en apoyar un golpe de estado contra Trujillo entre 1960 y 1961 no era la tal necesidad de debilitar el supuesto "apoyo popular al régimen" que alegan los trujillistas sino que su preocupación principal era el tipo de gobierno que asumiría el poder después del golpe para no repetir lo de Cuba (ver, entre otras fuentes, Eisenhower and the Overthrow of Rafael Trujillo). Además, dudamos que el gobierno americano tuviera mayor preocupación con el supuesto "apoyo popular" de Trujillo. No olvidemos que EUA trató de tumbar a Fidel Castro (Bahia de los Cochinos y otros atentados) cuando Fidel Castro estaba en la cúspide de su popularidad en Cuba y  en Latinoamérica. También habían tumbado a Jacobo Arbens en 1954, presidente liberal y reformista sumamente popular en Guatemala, luego a Salvador Allende, a Joao Goulart, reformista de Brasil, etc, todos ellos mucho más populares que un sátrapa asesino como Trujillo, para no hablar de otros líderes altamente populares, reformistas y nacionalistas en otras regiones que fueron tumbados del poder por los intereses geopolíticos de EUA (Sukarno, Papandreou, Lumumba, etc.).

Pero algo mucho más importante aún es que los informes desclasificados de la CIA (ver varios más abajo) demuestran que ya para principios de 1960 el gobierno americano estaba plenamente consciente de que el pueblo dominicano estaba harto de los Trujillos y su régimen de terror, especialmente la población urbana y la clase media en general, y que en definitiva no era necesario un crimen como el de las Mirabal para crear artificialmente unas condiciones que ya existían plenamente (ver algunos de los informes de la CIA al final). 

Los investigadores concuerdan en que Luis Amiama Tio participó completamente por razones de principio, patriotismo y desesperación, sin tener ningún resentimiento personal en contra de Trujillo (a diferencia de otros conjurados) puesto que nunca fue ofendido, ni engañado, ni obligado a nada por Trujillo. Su indignación y su dolor por el país se reflejan en la carta que le escribió a su esposa desde su escondite cuando la muerte era una realidad inmediata y casi segura y en los comentarios desesperados que hacía en la intimidad del hogar cuando los esbirros asaltaban, golpeaban y les disparaban a los jóvenes que trataban de asilarse en la embajada de México que les quedaba en frente. La embajada de México fue una de las dos embajadas más asediadas por el régimen y, por estar dicha embajada en una loma, eran plenamente visibles los atropellos que se cometían. Amigos, socios y colaboradores concuerdan en que era un hombre conciliador, incapaz de propiciar despiadadamente el asesinato de tres mujeres para satisfacer algún tipo de ambición política maquiavélica. Si hubiera ambicionado altos cargos, los cuales ya los había detentado durante el régimen, no se hubiera involucrado en una trama tan peligrosa, arriesgada y complicada como la del ajusticiamiento ya que los hubiera conseguido fácilmente gracias a su buena relación con Trujillo. De hecho, Trujillo le había ofrecido la última vez el jugoso cargo de Secretario de Obras Públicas (cargo que siempre generaba mucha riqueza personal), cargo que Amiama Tio logró rechazar muy diplomáticamente sin provocar la ira del tirano, una inusual hazaña gracias a su gran tacto y personalidad conciliadora. En resumen, Luis Amiama Tio no tenía ni resentimientos, ni sed de venganza, ni extrema ambición de poder que lo motivaran a asumir una empresa tan peligrosa, tensa y complicada como la conjura en contra de la dictadura más férrea y atrincherada del continente y, en definitiva, este acomodado empresario y hombre de familia no lo hubiera hecho simplemente para disfrutar de una aventura peligrosa. 

Los chivos expiatorios

El artificio de echarle la culpa de sus crímenes a otros, preferiblemente a sus enemigos, era un instinto natural que Trujillo aplicaba con gran regularidad, lo que parecen estar imitando sus descendientes. Contrario a lo que manifestó Angelita Trujillo en una importante entrevista con el director del Listin Diario declarando que su padre "no era hombre de tirar la piedra y esconder la mano", nos vienen a la mente varios ejemplos de como Trujillo era un diestro lanzador cuando ordenaba algún serio atropello del cual prefería distanciarse. Por ejemplo, después del atentado a Betancourt (24 de junio, 1960) en que murieron varias personas e hirieron al presidente venezolano, "La Voz Dominicana" (voz oficial del régimen, especialmente en asuntos internacionales) de inmediato acusó a Colombia de ser la sede de los conspiradores que atentaron contra la vida del presidente venezolano (Ver Drama de Trujillo, 1960, de Alonso Rodríguez Demorizi, pág. 117). Además, el periódico español ABC de Madrid, en su edición matutina del 2 de agosto, 1960 (pág. 19) informó bajo el título MENTIS DE TRUJILLO que el propio Trujillo, en sus declaraciones exclusivas al enviado especial de la UPI, Henry Reymont, le afirmó que "La República Dominicana no ha tenido la menor relación con el atentado cometido hace unas semanas contra el presidente Rómulo Betancourt". Sin embargo, las investigaciones del gobierno venezolano encontraron pruebas irrefutables sobre el origen de la bomba y la trama (pruebas concretas que condujeron a las sanciones de la OEA), además de que varios de los agentes involucrados confesaron que el atentado se había preparado y ensayado en una de las fincas de Trujillo. Ver especialmente las confesiones del agente franquista Luis González Mata (Cisne: Yo fui un espía de Franco) quien estuvo presente durante la planeacion y ensayos del atentado contra Betancourt en una finca de Trujillo (Ver CRIMENES IV: La sangre fría de un psicópata). Asi de fácil el dictador se lavaba las manos.

También recordamos el caso del genocidio de los haitianos. Trujillo, al verse interpelado por el Congreso de Estados Unidos, los gobiernos de México, Cuba y Haití por esta masacre de miles de personas, trató de echarle la culpa de este genocidio a Alfonso Perozo Guzmán poco después de matarlo, como el instigador (aunque usted no lo crea), esperanzado Trujillo de que el gobierno americano apoyara la falsedad debido a que Alfonso Perozo había sino uno de los líderes que se enfrentaron a las tropas norteamericanas cuando éstas entraron en su poblado (1916), a quien los americanos no pudieron eliminar. Como Trujillo sabía que Alfonso Perozo habia sido enemigo y combatiente activo en contra de los Marines, creyó que podría usarlo facilmente como chivo expiatorio por la masacre de perejil (suponemos que Perozo habría incitado a los campesinos a matar haitianos), pero el gobierno americano no le hizo el coro, no aceptó cooperar con la artimaña y continuó exigiéndole reparaciones. 

Poco le importaba a Trujillo que antes de levantar esta calumnia en contra de Perozo (ya asesinado y por tanto sin voz para defenderse), él mismo se había ufanado publicamente (una o dos semanas después de la masacre) en un discurso sobre su solución al problema haitiano y la necesidad de realizar ese “corte”. Declaró, además, que habían matado a unos 12,000 haitianos. Este reconocimiento público por parte de Trujillo de que la masacre fue su iniciativa (además de otras pruebas históricas y confesiones) no impidió que después tratara de culpar a un enemigo suyo y de los norteamericanos para evitar el pago de las reparaciones ($750.000.00). Después de todo, Trujillo era el árbitro supremo en la isla sobre la verdad con el derecho a decir una cosa hoy y todo lo contrario mañana para que todos los dominicanos aceptaran las dos versiones contradictorias como verdades incuestionables. 

De hecho, cuando el periodista de Collier's Magazine, Quentin Reynolds, lo entrevistó poco después de la matanza, Trujillo sostuvo que los culpables de la matanza habían sido los campesinos dominicanos, que el ejército no tuvo nada que ver y que, según Trujillo, "fue un incidente verdaderamente lamentable y nadie se siente más herido que yo por lo ocurrido." Observó Reynolds que "fue una actuación teatral verdaderamente impresionante" (ver Why the Cocks Fight, Michele Wuker, pág. 51). No olvidemos tampoco que las coronas de flores que Trujillo mandaba al velorio de sus víctimas eran casi siempre las más grandes.

Otro ejemplo es la facilidad con que Trujillo detuvo y culpó a Octavio de la Maza supuestamente por haber matado al piloto Gerald Murphy cuando la embajada, la FBI y el congresista Charles Porter empezaron a exigir explicaciones por la desaparición de Murphy. Luego, con esa nobleza de espíritu de que hoy nos hablan con nostalgia sus descendientes, Trujillo mandó a matar a Tavito de la Maza para silenciarlo puesto que éste se negaba a cargar con la culpa del asesinato de Murphy. Como éste, hay muchos otros ejemplos de cómo Trujillo tiraba la piedra y escondia la mano con incomparable destreza. 

Trujillo el impotente

Además, si Trujillo nada tuvo que ver con la decisión de matar a las tres hermanas y si estaba tan alarmado y furibundo, llama poderosamente la atención que Trujillo no tomara, en absoluto, ninguna represalia (ni jurídica, ni física, ni pública), en contra de los que planearon y ordenaron ese costoso dislate que podría “tumbarle” el gobierno o por lo menos desestabilizarlo, según la opinión desesperada que Trujillo gritó al conocer la noticia. Ante esa posible e imprevista crisis de "legitimidad" que presuntamente tomó al Jefe por sorpresa, resulta muy extraño que Trujillo no ordenara una investigación, ni degradara a ningún militar, ni que siquiera montara la pantomima de un juicio, ni que apresara, fusilara o desapareciera a "los responsables", ni que por lo menos diera un discurso ante toda la población, una opinión pública que supuestamente tanto le preocupaba a Trujillo. Además, no olviden que Angelita dice en su libro que Pupo Román varias veces le propuso a Trujillo eliminar a las Mirabal y que dizque Trujillo se lo prohibió cada vez tajantemente. ¿Qué creen ustedes que hubiera hecho Trujillo como castigo si Pupo Román hubiera actuado no sólo por su propia cuenta, sin su permiso sino que, más increíble aún, a contrapelo de lo que él mismo había prohibido repetidas veces? No olviden que Trujillo humillaba y le gritaba a Pupo Román por errores de poca monta, así que si hubiera desobedecido una prohibición repetida de Trujillo en algo de tanta importancia, Pupo hubiera sufrido mucho más que soportar boches y humillaciones de parte del Jefe. Pero nada, absolutamente nada le pasó a Román.

Actuando completamente contrario a su muy conocido modus operandi  (un tirano que se aseguraba de que siempre hubiera un costoso castigo por cualquier “metida de pata” o descuido de sus subalternos), esta vez, como si el Jefe hubiera caído en el estupor de algún poderoso encantamiento, en lugar de investigar, fustigar, degradar, castigar, desaparecer o enjuiciar públicamente a los responsables, el implacable todopoderoso simplemente se sintió frustrado, sufrió pasiva y estóicamente el feminicidio múltiple como si fuera un doliente más, conformándose con visitar el lugar del “accidente” y expresar algunas palabras pesarosas sobre un crimen que supuestamente lo conmovió hasta sus más profundas y petrificadas entrañas. 

Esta teatralidad nos recuerda cuando Trujillo lloraba ríos de lágrimas en Santiago mientras, bajo su orden, detenían a decenas de jóvenes en Santiago (los panfleteros), a escasas cuadras de la casa donde él se encontraba, para torturarlos y matarlos. Mientras ocurrían las redadas, Trujillo lloraba, no por la suerte de los panfleteros, sino porque se sentía traicionado. A pesar de su lacrimoso teatro, las redadas continuaron y unos 38 jovenes fueron torturados y ejecutados por el solo hecho de colocar panfletos con frases anti-trujillistas (ver CRIMENES I y ver entrevista a Poncio Pou Saleta: https://www.youtube.com/watch?v=Fxq54tP0aqI ). También ver más abajo Sobre el talento teatral de Trujillo.

Está de sobra decir que el montaje teatral de su aspaviento e indignación cuando se percató del asesinato de las Mirabal no convence.    

Una celebración macabra

Pero hay algo más. El sospechoso a menudo se delata involuntariamente después del crimen.  En una extensa entrevista publicada en enero de 2008 (dos años antes de la versión de Angelita y su hijo), el catorcista y vecino de Patria Mirabal (vivía en frente), Isidro Renato González Disla, hombre tímido y sensible, compañero de lucha de Minerva como catorcista y primo del chofer Rufino de la Cruz Disla, da cuenta de como, después de la vil masacre, Trujillo visita Salcedo con un gran despliegue de funcionarios y militares (obviamente a modo de burla y humillación de las familias dolientes y su comunidad). Lleva una banda de música y al cantante Primitivo Santos en son de fiesta frente a la casa de Patria Mirabal. La banda tocaba nada menos que “Recogiendo limosna no lo tumban.” Sin invitación alguna ni siquiera a la galería por parte de los sorprendidos anfitriones, Trujillo se instala en la casa de Isidro Renato, en frente de la casa de Patria Mirabal, para almorzar y tomar su brandy favorito. Isidro Renato era compañero de lucha de Minerva y había sido detenido y torturado en La 40. De hecho, seis meses antes de la masacre, Trujillo había hecho un importante discurso en el que tachaba a las Mirabal y a los González de esa región de comunistas. Durante la Era, la acusación pública de ser comunista por parte de un militar, especialmente por parte del mismo Trujillo, era practicamente una condena de muerte, solo era cuestión de tiempo.

Volviendo a la visita del Jefe a Salcedo, sin mostrar pesadumbre ni expresar condolencias (todo lo contrario, Trujillo parece tener un ánimo festivo), el tirano ordena comida en la ciudad para su séquito aunque hace que a él le preparen comida criolla en la casa de los González. Come a gusto, bebe de su brandy favorito, uno de los cortesanos que lo acompaña le recita casi al oído loas en verso, Trujillo hasta se da un pequeño salto y grita victorioso ¡Que Viva Trujillo! Les preguntamos a los lectores: ¿Es este macabro comportamiento congruente con el hombre alarmado y frustrado por el asesinato de las muchachas que habíamos visto al día siguiente del "accidente" o el de un vencedor que viene a humillar al pueblo vencido, en este caso, la comunidad de Ojo de Agua y las familias Mirabal y González Disla? ¿No creen que este gesto arrogante refleja celebración del crimen en lugar de inocente indignación y desconcierto? (Ver la entrevista en el artículo: La megalomanía de Rafael Trujillo en el portal Historia Dominicana)

¿Quién le regaló el premio?

Otro importante detalle es que como botín por su abominable hazaña, a Víctor Alicinio Peña (coordinador de la masacre) le regalaron la casa de Patria Mirabal. Pocos días después del crimen, Peña Rivera desbarató la casa de Patria y se llevó toda la madera de caoba para terminar de construir su propia casa en Santiago. El resto de la casa de Patria la mandó a quemar. ¿De dónde vino la despiadada orden de otorgarle semejante premio? ¿Creen que si Imbert Barreras, Pupo Román y Amiama Tio hubieran sido los autores intelectuales de este crímen que supuestamente tanto enfureció a Trujillo, se hubieran atrevido a empeorar las cosas con el Jefe regalándole esta casa al principal ejecutor de una masacre que exasperó (supuestamente) a Trujillo porque le podría tumbar el gobierno? Entonces, ¿quién se la regaló? ¿Por qué Trujillo no dijo nada (ni crítica, ni indignación, ni investigación) sobre la casa de Patria que tenía frente a sus ojos (ya destruida antes de su visita) cuando visitó victorioso la casa de los González Disla? Por favor ver recorte más abajo (carta de Peña Rivera a Ramfis) acerca de este botín. Si Trujillo no tuvo nada que ver con la masacre ni con el traspaso del botín a Peña Rivera, ¿por qué los Trujillos no reaccionaron indignados por esta carta y no tomaron medidas en contra de Alicinio Peña Rivera en lugar de premiarlo?

¿Esperaba su propio karma?

Los neo-trujillistas también critican a los que sostienen que un crimen de esa magnitud no se podía ejecutar sin la orden o la anuencia de Trujillo ya que, después de todo aducen ellos, Trujillo no estaba al tanto del complot más importante de su vida, el de su propio asesinato, prueba de que el Jefe no siempre estaba informado de todas las tramas. La realidad es que militares y funcionarios del régimen han señalado que, de hecho, a Trujillo le habían informado varias veces que los de la Maza estaban complotando para eliminarlo. En la red hay numerosas referencias sobre esto. Ver entre otros: (1) Antonio de la Maza Vasquez y el 30 de Mayo de Isabel Rosario de la Maza (2009), Academia de Historia, pags 9 y 10; (2) Presagio de muerte de Trujillo (2008), entrevista en YouTube a Salomón Saenz allegado de confianza de la familia Trujillo; (3) las memorias de don Cucho Alvarez Pina, pariente y funcionario del régimen, entre otros. Por otro lado, a Trujillo ya le habían dicho que los hermanos Díaz estaban complotando contra él y Trujillo contestó que ellos serían incapaces de traicionarlo ya que, después de todo, los Díaz y Trujillo tenían amistad desde la infancia. Además de las anteriores referencias, a Ángel Severo Cabral lo habían llevado a La 40 dos veces para interrogarlo sobre una conjura para matar al Jefe y lo que él sabía sobre lo que estaban tramando los hermanos Díaz. De hecho, antes de soltarlo la segunda vez, el propio Trujillo le mandó un mensaje a través del Jefe del SIM, Candito Torres, con una propuesta para formar un partido de izquierda, pero controlado por el régimen. Es obvio que Trujillo estaba personalmente informado de la detención de Severo Cabral y los motivos y que probablemente fue él mismo quien ordenó su detención. Sorprendentemente, en ninguno de los casos anteriores el Jefe Supremo tomó las medidas urgentes necesarias para prevenir el fatal desenlace. Cabe la pregunta: ¿Cómo es posible que un megalómano tan cínico, detallista y previsor hiciera caso omiso de estos informes? Para sorpresa de algunos, creemos que la respuesta no es tan escurridiza.

Nos parece que Trujillo, a sus 69 años, invitaba la muerte. Siempre tuvo que vivir altamente resguardado, con un complicado sistema de seguridad personal, lo que en su vejez posiblemente ya lo tenía agobiado y quería, de una vez por todas, enfrentarse a la muerte violenta que él tan fácilmente le deparaba a otros y que a él mismo siempre le colgaba como una espada de Damocles. Por otro lado, el régimen se encontraba acorralado por las sanciones económicas, el aislamiento político-diplomático (mantenidas impl
ícitamente hasta que él se fuera del país) y el desprecio internacional, así como el indetenible descontento del pueblo por la opresión, el terror y las limitaciones económicas. Además de estar mucho más enfermo que lo que aparentaba públicamente (el New York Times reveló después que tenía cáncer, una enfermedad incurable en esa época), por lo que su cuerpo ya le avisaba su fin biológico, en su vejez Trujillo parecía manifestar tímidos y tardíos atisbos de conciencia moral y remordimiento. Balaguer dijo en un discurso que en sus últimos días Trujillo en una ocasión le dijo “yo pienso mucho en los muertos.” 

Efectivamente, los investigadores nos cuentan que en sus últimos años Trujillo violaba cada vez con mayor frecuencia las normas y protocolos de seguridad diseñados para protegerlo en todo momento. ¿Es que al ignorar los informes de los diversos complots, el tirano mostraba que subconscientemente sentía que sólo se merecía una muerte violenta y teatral que le hiciera honor al estilo de vida gansteril que le permitió llegar a la gloria terrenal del poder más absoluto? ¿Buscaba Trujillo facilitar la consumación de su propio karma?  

Veamos lo que nos dice el propio sobrino de Trujillo, Luis Ruiz Trujillo, en una entrevista de 2003 con el periodista Victor Grimaldi:

Luis Ruiz Trujillo: (1:11:25) “La verdad es que le voy a decir: todos, todos, teníamos una preocupación enorme porque lo que no sabíamos era qué día iba a suceder pero sabíamos que iba a suceder porque es que él lo estaba provocando y cada vez era custodiado por... el cuerpo de ayudantes, lo despachaba, andaba solo para todas partes y lo anunciaba, que es lo peor.”

Publicado por: Historical Magazine - Enero 10, 2020 - El último día de Trujillo

Creemos que esto se pone de manifiesto cuando en el enfrentamiento de la noche del 30 de mayo, Trujillo 1) rechaza la única posibilidad de escapar a la emboscada devolviéndose a Ciudad Trujillo tal como le sugirió su chofer 2) se sale del carro donde hubiera estado más protegido y no lo hace para alejarse del lugar corriendo, 3) ya fuera del carro, avanza al descubierto (de cuerpo entero) hacia el enemigo cuya mayor potencia de fuego desde diferentes rifles le garantiza una muerte segura y, para colmo, lo hace delante de los faros encendidos del carro. 

Además, Johnny Abbes señaló que Trujillo en los últimos meses cada vez más prefería salir de noche sin escolta, solo con su chofer, y que le molestaba todas las medidas de seguridad que Johnny Abbes tomaba para garantizarle la vida. Debemos recordar que según varios artículos escritos en periódicos norteamericanos en los años treintas y cuarentas, las medidas de seguridad tomadas en EUA por su equipo de seguridad de avanzada, meses antes de la visita de Trujillo a Washington, eran más exigentes y complejas que las del equipo de seguridad del presidente de Estados Unidos cuando éste viajaba. El cambio en su actitud y su amor por la vida ya en 1961 era obvio. 

Los lectores pueden investigar más extensamente el caso de las hermanas Mirabal en la red dado que ha sido ampliamente comentado en los medios. Por ahora, para finalizar, nos remitimos a las palabras de dos de los tres más fieles, más cercanos y más antiguos colaboradores del tirano: Joaquín Balaguer y Virgilio Álvarez Pina.  

Los que lo conocían de cerca

Joaquín Balaguer, leal asistente personal de Trujillo por 31 años y conocedor a fondo de la personalidad, la duplicidad y el modus operandi de Trujillo, escribe en su libro La palabra encadenada, págs. 315-318:  

“Una vez consumada la iniquidad, sin duda el más repugnante de los crímenes realizados durante la Era de Trujillo, el responsable del hecho se presenta ante sus propios esbirros como un ser inocente que había sido abrumado por la noticia”.
Las palabras de Salomón Sanz, asistente de suma confianza de Trujillo: "Pero imposible que en un régimen como en el de Trujillo que eso ocurriera sin la voluntad o sin la decisión de él." (Ver en YouTube: documental: Nombre Secreto: Mariposas, el documental - Min. 42:51 - Publicado por Biblioteca Dominicana 2:0 - Mayo 1, 2015. 

Por su parte, Virgilio Álvarez Pina (don Cucho), pariente y amigo íntimo de Trujillo desde la infancia y uno de los más cercanos colaboradores de Trujillo durante décadas, leal hasta el final y conocedor íntimo de los mecanismos interno de poder del régimen, escribe en su libro La Era de Trujillo, pág. 51:

"El propio Trujillo se refería a ese injustificado crimen, en la intimidad, como un acontecimiento ajeno a su voluntad, pero los que le rodeábamos sabíamos que órdenes de esa naturaleza no podían provenir de ninguna autoridad inferior a la del árbitro nacional, que era el mismo Trujillo, y mucho menos producirse sin su consentimiento expreso”.

Más adelante reitera lo anterior cuando comenta en la pág. 155:

“Dentro del gobierno, las cosas no marchaban tan bien. Se sentía la presión causada como consecuencia de los errores cometidos por Trujillo. A las abiertas acciones de 1959 y 1960 se sumó la absurda orden de matar a las hermanas Mirabal y aunque Trujillo, en la intimidad, quería hacer ver que no había tenido una participación directa en ese asesinato, se sabía que un crimen de esa magnitud de ningún modo se podía haber perpetrado sin su anuencia". 

El silencio de la CIA

Otro de los argumentos que lanzan los interesados en sembrar dudas es que comentan que resulta sospechoso que la CIA no haya desclasificado ningún documento sobre el asesinato de las hermanas Mirabal. Al principio a nosotros también nos parecía extraño. Sin embargo, nosotros hemos estado revisando los documentos desclasificados de la CIA (ver resultados en Nuevas Entradas y en las NE de trimestres atrás en el Sidebar a la derecha de este portal) y ya hemos revisado aproximadamente unos 400-500 documentos desclasificados sobre el trujillato, el equivalente de una tercera parte de los documentos que aparecen en los archivos desclasificados de la CIA bajo el nombre de Rafael Trujillo y podemos afirmar que hasta ahora hemos encontrado, si acaso, uno o dos documentos que hacen una breve referencia a un par de asesinatos durante el régimen (excepcion: el caso Galindez-Murphy-de la Maza y, naturalmente, los muy conocidos asesinatos de los conjurados del 30 de mayo). Entre los cientos de documentos que ya hemos revisado, ninguno hace referencia a tales connotados crímenes como el de Almoina, Juan Morales, Andrés Requena, Pipí Hernández, Lithgow Ceara, Otto von Smolenski y su esposa Lali, Juan de Dios Ventura Simó, los asesinatos y heridos frente a las embajadas, etc., ni a las desapariciones, ni a las numerosas masacres (ver las 4 secciones sobre CRIMENES en este portal) excepto las referencias a la matanza de los haitianos en el 37. Tampoco les dedican tinta a las torturas, excepto muy brevemente un par de veces cuando mencionan de paso las acusaciones de torturas a los delegados de la OEA. No sabemos si es que casi nunca hacían informes sobre los asesinatos, masacres y torturas o si es que ese tipo de documento prefieren no desclasificarlo. Como resultado, a nosotros no nos sorprende que hasta ahora tampoco hayamos podido encontrar documentos sobre el caso Mirabal. Invitamos a los lectores a que realicen búsquedas de cualquier crimen de la dictadura en el Reading Room de la CIA Library y se darán cuenta de que con suerte aparecerán 2 ó 3 documentos en total. Por nuestra parte, estamos por abandonar esas búsquedas en los archivos de la CIA porque ya empezamos a encontrar, con mucha frecuencia, documentos o temas repetidos. La información que contienen los demás documentos es información ampliamente conocida o de poca trascendencia. Los que hemos encontrado de interés, los hemos estado publicando en varias Nuevas Entradas (ver Sidebar). 

Por cierto, otro argumento presentado por el nieto de Trujillo (ver entrevista en programa Consensuando de Ercilio Veloz, min.33:35) es que los americanos querían desahacerse de Trujillo por haber librado a RD de toda deuda externa puesto que a EUA le interesa tener países financieramente dependientes. Obviamente el nieto debe informarse mejor antes de hablar. Ante este absurdo argumento señalamos dos cosas:

1) Si el interés de los americanos hubiera sido mantener a RD dependiente financieramente, no le hubieran rehusado ocho veces tantas solicitudes de préstamo presentadas por el régimen durante los 31 años. (Ver Trujillo y la deuda externa en este portal, edición de julio, 2017).

2) Es falso que a partir de 1947 (pago del saldo de la deuda externa) RD se libró de toda deuda con el exterior. A partir de 1957 obtuvo una serie de préstamos de diversos bancos americanos y canadientes y del FMI de tal forma que al momento de su muerte RD estaba casi 4 veces más endeudada que en 1930 (aún con los ajustes de la desvalorización del dólar). 

Ver comentario de Ramfis Domínguez Trujillo en el programa Consensuando con Ercilio Veloz (Min. 33:35). 

https://www.youtube.com/watch?v=8k09G682uwg&t=1814s

Ver Trujillo y la deuda externa en este portal, edición de julio, 2017

https://elgritocontenido.blogspot.com/2017/07/trujillo-y-la-deuda-externa-en1931-el.html


Acápite

Como habrán observado, basamos nuestras opiniones y conclusiones en los hechos que los investigadores, historiadores han podido transmitirnos, en las pruebas objetivas a las que tenemos acceso, en nuestro razonamiento y testigos al tratar de establecer las conexiones entre los eventos, actores, etc. y en los argumentos de aquellos que tratan de culpar a los conjurados del 30 de Mayo de la masacre de las hermanas Mirabal y su chofer. Sabemos que no hemos agotado todo lo que se ha escrito sobre dicha masacre y deseamos expresar que siempre estaremos anuentes a ajustar nuestras conclusiones a los hechos, datos o pruebas que puedan surgir en el futuro. 

En esta larga exposición, no incluimos los textos publicados en años recientes en las redes sociales personales americanas (blogspots, Facebook, Twitter, etc.), especulativas y de fuerte tono sensacionalista (conspiracy theories) sobre las actividades de la CIA dado que no respaldan sus especulaciones con documentos ni pruebas y no sabemos que nexos interesados puedan tener con el proyecto neo-trujillista de adecentar la figura de Trujillo para alcanzar el poder. Si presentaran pruebas válidas, incluiríamos sus observaciones. De hecho, algunos mencionan a Plato Cox como agente de la CIA (algo que consideramos cierto), pero NINGUNO, hasta ahora, dice que Plato Cox transmitió la tal “condición” de EUA a los ajusticiadores. Invitamos a los lectores a que lean y analicen los textos de dichas redes sociales personales. 

NOTA: Esta larga exposición sobre el caso de las Mirabal y Rufino de la Cruz ha sido actualizada con detalles y datos adicionales en el año 2020.

Para leer la entrevista completa a Isidro Renato González Disla titulada La megalomanía de Rafael Trujillo, pueden ir a: http://wwwhistoriadominicana.blogspot.com/2008/01/la-megalomana-de-rafael-trujillo.html

Lo siguiente es una copia de un artículo sobre las acusaciones del gral. Arturo Espaillat en el sentido de que la CIA estuvo involucrada en el complot para ajusticiar a Trujillo. Dicha copia estaba en los archivos de la CIA y fue desclasificada.Como podrán ver al leer el artículo, Espaillat no menciona absolutamente nada sobre las Mirabal ni nada sobre una supuesta condición de un agente de la CIA.
 


Los lectores también pueden referirse a los siguientes artículos sobre la entrevista de Espaillat publicados en esos días y semanas. No podemos reproducirlos aquí directamente por razones de copyright. Como notarán, ninguno de los artículos menciona la presunta declaración de Espaillat de que, según los neo-trujillistas, Plato Cox le había transmitido a Amiama Tio (otras veces los trujillistas dicen que fue a Imbert Barreras) que para que los Estados Unidos se involucrara en un complot contra Trujillo era necesario que antes "cometieran un hecho de trascendencia que incriminara al dictador y volcara la opinión pública en su contra". Les recordamos a los lectores que la única fuente de esas palabras ha sido el nieto de Trujillos y que lo único que Norman Gall anota es que, segun Arturo Espaillat, Plato Cox tenia contacto con Amiama Tio, no dice nada sobre la tal “condición” del gobierno americano. Repetimos que es un hecho ampliamente conocido que agentes americanos estaban en contacto con algunos de los conjurados y que proporcionaron algunas de las armas que se usaron (tres fusiles). Por lógica elemental, ese hecho no implica en absoluto que exista relación alguna entre la masacre de las Mirabal y la conjura del 30 de mayo. Animamos a los lectores a que sigan investigando sobre las declaraciones de Espaillat y otros hechos que puedan aportar mayores detalles. 

The Ottawa Journal (Canadá)
20 de septiembre, 1962, pág. 16

The Tucson Daily Citizen (Arizona)
20 de septiembre, 1962, pág. 17

Corona Daily Independent (California)
20 de septiembre, 1962, pág. 1

The Daily Herald from Provo (Utah)
20 de septiembre, 1962, pág. 16

Algunos de los anteriores artículos sobre la conferencia de prensa de Espaillat se concentran o ponen énfasis en diferentes partes de la conferencia de prensa y otros son exactamente iguales palabra por palabra, es decir, son artículos sindicados. Al igual que en los siguientes articulos sobre el tema del complot del 30 de mayo, ninguno menciona ninguna condicion de parte de un agente de la CIA para desestabilizar e régimen con un acto criminal que incriminaría a Trujillo. 

Trujillo Aid Makes Sensacional Charges
Chicago Tribune
5 de enero, 1964, pág. 233

Trujillo Assassins Implicated CIA
Washington Post
15 de mayo, 1975, pág. F23

Uno de los conjurados, Antonio Imbert Barreras, siempre ha negado que él supiera de colaboración alguna por parte de la CIA y esto no debe sorprender a nadie dado que Imbert Barreras pertenecía al pequeño grupo que se sumó a la conjura tardíamente, en marzo de 1961, y que no tuvo nada que ver con la etapa política del golpe de estado ni en las negociaciones con la potencia del Norte. Ese grupo se involucró para cooperar con el grupo de accion en la primera etapa: la eliminación de Trujillo. En ese ambiente de máximo secretismo, hubiera sido imposible y una locura irresponsable que todos los involucrados en el complot del 30 de mayo (unas 30-40 personas como mínimo) estuvieran informados de todos las facetas, niveles y contactos que existían en el complot. De hecho, por razones de seguridad, cada uno de los conjurados sólo conocía de la participacion de 3 ó 4 personas más, como máximo. Por tanto, no debería sorprender a nadie que Imbert Barreras no supiera nada sobre contactos con agentes americanos. 
Nota añadida en enero de 2021: Once años después de que Angelita Trujillo y su hijo lanzaran la acusación de que Imbert Barrera y Amiama Tio estuvieron involucrados en el asesinato de las hermanas Mirabal y su chofer, los Trujillos no han presentado ninguno de los documentos o pruebas que ellos dicen que respaldan sus acusaciones: 1)  del juicio sobre el sombrero y las iniciales AI, 2) ni el mensaje escrito de Plato Cox a Amiama Tio, 3) ni el documento de la investigación de la Comisión Church en 1974 que supuestamente dice que el gobierno americano no se involucraría mientras no ocurra un hecho que vuelque la opinión pública dominicana (como si en la Era no existieran decenas de hechos deleznables). 
Por cierto, a pesar de que el nieto de Trujillo menciona a Plato Cox como si fuera un agente enviado de la CIA, ajeno y fuera de los manejos internos en RD, les informamos a los lectores que Plato Cox fue un agente tanto de la CIA como de Trujillo. Fue un hombre de confianza del régimen y una de sus labores era llevar dinero desde RD o de las cuentas de Trujillo en el exterior y entregárselo a los colaboradores de Trujillo en el exterior, tanto a sus agentes y abogados a sueldo como a los sobornados. De hecho, en la prensa de Miami se publicó una noticia en de que los vecinos de Miami se estaban quejando de la presencia de Héctor Trujillo como residente en su barrio y que Héctor Trujillo estaba buscando otra residencia que comprar en otro lugar. Menciona que Plato Cox, agente de la familia, lo estaba ayudando en ese esfuerzo. Cox trabajó mucho bajo la tutela de Arturo Espaillat durante la dictadura. Mencionamos esto en caso de que vaya a aparecer un documento por ahí con la firma de Plato Cox. No sería extraño pues al ser un estrecho colaborador de la familia Trujillo en cuestiones de transacciones, los Trujillos podrían tener en sus manos varios documentos con la firma de Plato Cox.
 




 
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Evelio Hernández: "Trujillo ordenó matar a las Mirabal"

4 de marzo, 2010
Diariolibre.com

Dijo que fue testigo de excepción de la orden que terminó con las tres hermanas

SANTO DOMINGO. El comandante constitucionalista Evelio Hernández reafirmó que Rafael L. Trujillo Molina ordenó a Johnny Abbes García dar muerte a las hermanas Mirabal. Con su afirmación contradice la versión de Angelita Trujillo, en el sentido de que Luis Amiama Tió, uno de los ajusticiadores del tirano, y Segundo Imbert Barreras habían tenido participación en la planificación y ejecución de ese crimen.

En una carta enviada a este diario, Hernández explica que fue testigo de excepción de la orden de ejecutar a las Mirabal por ser parte de la XII Compañía del Ejército Nacional, ubicada en San Cristóbal y donde existía un sistema de radio para la comunicación que recibía las instrucciones y órdenes confidenciales que daban los altos mandos de las Fuerzas Armadas.

Hernández narra que el 25 de noviembre de 1960 se encontraba en la unidad de radio junto al sargento mayor Darío Piña cuando "entre las doce y doce y media (del día) llamaban insistentemente al capitán Alicinio Peña Rivera, quien estaba de puesto en Santiago, y se le preguntó: "Cuántos cocos tiene hoy la mata de cocos de Puerto Plata, y éste contestó: cuatro. Y la orden que siguió a la respuesta fue un tajante: túmbelos los cuatro".

Al día siguiente, agrega Hernández, "la noticia de la muerte de tres de las hermanas Mirabal y del chofer del vehículo que las transportaba, Rufino de la Cruz, consternaba a toda la sociedad dominicana".

"Inmediatamente concatené lo escuchado en la radio con la muerte de las tres heroínas y el chofer (pues era coherente que éstos fueran los cuatro cocos)", detalla Hernández.

Otra prueba de su planteamiento es una conversación que sostuvo años más tarde con Porfirio Dante Castillo (Popi), subjefe de la Marina de Guerra, en la que participó también Ramón Montes Arache. Según la versión de Hernández, Popi les contó que Johnny Abbes le propuso una noche en una fiesta de la Marina, la eliminación física de Minerva Mirabal, por el nivel de agitación que mantenía en el Cibao central, pero él le respondió que no "mataba mujeres".

Sostiene que ante la negativa de Popi, Abbes cambió de estrategia y gestionó que nombraran al capitán Basilio Camilio, un hombre de su confianza, como gobernador de Salcedo, tierra de las Mirabal.

En su versión de los hechos, Hernández indica que "después de tomar posesión y de unos meses en el cargo, por mandato de Abbes, Basilio Camilio aprovechó otro encuentro con 'El Jefe' para reiterarle que si no hacía algo con Minerva Mirabal no se garantizaba el Cibao Central, a lo que Trujillo contestó: 'Hagan lo que sea'".

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Extracto

  Quien dio la orden de matar a las Mirabal fue Trujillo, según Balaguer

Aquiles Julián
Publicista y mercadólogo
Comentarista político
Almomento.net

BALAGUER, DE PUÑO Y LETRA, SEÑALA A TRUJILLO COMO MANDANTE DEL CRIMEN
Personalidad tortuosa y amiga de la teatralidad y el disimulo, Trujillo gustaba de jugar con la inteligencia de los demás y mantenía una farsa continua.
Balaguer lo pinta en una frase concisa: “Fingía a toda hora y en todas las ocasiones”.
Entonces, nos cuenta el asunto que nos interesa: la responsabilidad de Trujillo en aquel crimen inmundo.
Leamos a Balaguer:
Sus simulaciones eran muchas veces cínicas. Cuando las hermanas Mirabal fueron asesinadas y se hizo pública la especie de que habían perecido en un accidente en la carretera Luperón, Trujillo llamó a su residencia de Fundación al mayor Cándido Torres, encargado en esos momentos de los Servicios de Seguridad. “¿Qué hay de nuevo?” , le preguntó con aire despreocupado. Cuando el interpelado empezaba a informarle sobre las últimas novedades del departamento a su cargo, Trujillo lo interrumpió  para decirle: “Y no sabe usted que las hermanas Mirabal han sufrido un accidente y que es posible que ese crimen se achaque al Servicio de Inteligencia, como ocurre cada vez que muere alguien señalado por el rumor público como enemigo del Gobierno? Váyase seguido y adopte las medidas que sean de lugar para que ese acontecimiento casual no se tome como pretexto para un escándalo”. El Mayor Torres salió de allí confundido. La muerte de las hermanas Mirabal había sido largamente elaborada. La orden había llegado hasta el Servicio de Seguridad, pero los mismos sabuesos que se habían formado en esa escuela de crímenes habían retrocedido ante esa monstruosidad. Johnny Abbes García, cerebro diabólico que introdujo en el presidio de “La Cuarenta” los sistemas de tortura más odiosos, escurrió el bulto a semejante iniquidad y precipitó con ese fin el viaje que hizo a fines de 1960 a Chevoslovaquia y a otros países situados tras la Cortina de Hierro. El Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, general José Román Fernández, a través de quien fue transmitida la orden, tuvo que hacer uso de toda su autoridad para que se cumpliera el hecho horrendo. Una vez consumada la iniquidad, sin duda el más repugnante de los crímenes realizados durante la Era de Trujillo, el responsable del hecho se presentaba ante sus propios esbirros como un ser inocente que había sido abrumado por la noticia. Algunos días después, pasando frente al precipicio en que las tres hermanas fueron victimizadas, Trujillo hizo detener su automóvil para decir a su acompañante, el señor Virgilio Álvarez Pina: “Aquí fue donde murieron las hermanas Mirabal. Qué Dios las tenga en gloria”. (Fin de la cita de Balaguer, La Palabra Encadenada, Págs.316-318).
La narración de Balaguer muestra claramente quién ordenó el crimen: el propio Trujillo, al que llama “el responsable del hecho”. Si alguien sabía eso, era Balaguer, en cuya presidencia aconteció el crimen.
UN LAPSUS LINGUAE DE TRUJILLO
Sigmund Freud describió en su libro “Psicopatología de la vida cotidiana” el lapsus linguae, el error involuntario al hablar que ponía en evidencia una verdad que el individuo hablante intentaba reprimir y ocultar.
El lapsus linguae, el resbalón de lengua, declara inconscientemente aquello que el perpetrante persigue ocultar. Su habla lo traiciona.
Y Trujillo, en el relato de Balaguer, incurre en uno.
Cuando le dice al Mayor Cándido Torres, mismo que había cursado la orden para asesinar a las Mirabal que provenía de él, de Trujillo “¿Y no sabe usted que las hermanas Mirabal han sufrido un accidente y que es posible que ese crimen se achaque al Servicio de Inteligencia, como ocurre cada vez que muere alguien señalado por el rumor público como enemigo del Gobierno?”, Trujillo se denuncia a sí mismo al calificar de crimen lo que él mismo antes tildaba de accidente.
Su inconsciente lo traicionó.
Balaguer recogió y preservó la conversación para la posteridad.
Y puso en ella la evidencia de la culpabilidad del propio Trujillo en el crimen, pese a su teatralidad y a su simulación.
Quería que se supiera bien quién era el responsable, de forma que esa sangre no le salpicara, algo que él no podía impedir porque era una de las principales figuras del régimen que asesinó a las Mirabal y la sangre de esas mártires también a él lo embarra.
UN ESTADO ASESINO Y DE ASESINOS
La tiranía trujillista instaló un Estado asesino, integrado por asesinos y servidores de asesinos.
Nadie escapó a esas responsabilidades.
El mismo Balaguer, cómplice de Trujillo y presidente nominal por entonces del país, escribe que “La muerte de las hermanas Mirabal había sido largamente elaborada”.
La trascendencia de aquel crimen inmundo que dio origen a que el 25 de noviembre se dedique a denunciar la violencia contra la mujer, tiene al clan Angelita empecinado en buscar maneras de desvincular a su padre del hecho. Vano intento.
El aparato del crimen quedó en muchos aspectos intacto en el país. Y siguió matando.
Y también el aparato de impunidad conexo.
Un falso héroe, de esos tantos que hemos fabricado por conveniencia política, Manuel Ramón Montes Arache, liberó a los asesinos convictos de las Mirabal y les facilitó escapar a su crimen.
También ese mismo individuo está detrás del asesinato de un héroe real de este país, Ángel Severo Cabral, al que mandó matar.
Es la restauración de esa época de crimen la que el Clan Angelita busca desesperadamente. Y para eso cuentan con gente desprevenida, crédula y fácil de confundir y engañar.
Y la complicidad de muchos malos dominicanos que se prestan a lo peor.
EL APARATO DE MENTIR Y CALUMNIAR
Si algo aprendieron los trujillistas de los nazis y los estalinistas, sus modelos, fue a manipular la opinión pública, a mentir y desinformar.
Y eso es lo que están haciendo a dos manos, empleando todos los medios a su alcance.
El mentir y desinformar es un viejo recurso.
Cuando los estalinistas en España asesinaron al líder anarquista catalán Andreu Nin y los indignados combatientes republicanos españoles escribían en las paredes: “¿Dónde está Nin?”, los comunistas del PCE escribían abaj “En Salamanca o en Berlín”, tratando de indicar que estaba en el cuartel general de las fuerzas franquistas o en la capital de Hitler.
Al asesinato físico, que habían cometido, sumaron el asesinato moral.
Es la misma conducta de los trujillistas.
Asesinaron a Galíndez y luego lanzaron la especie de que a  Galíndez lo habían visto en distintas capitales tras la Cortina de Hierro.
Y ahora intentan inculpar al héroe Luis Amiama Tió para encubrir la responsabilidad criminal de Trujillo en aquel abuso imperdonable.
Y no pocos se dejan atrapar en las malignidades de estos tejedores de infundios y calumnias.
Se han envalentonado.
La impunidad en que se amparan y la complicidad de sectores de poder nacionales que los encubren y subsidian, les da ánimo.
Como escribía Orwell, quieren controlar el futuro vía controlar el pasado.
Tenemos que estar alerta y denunciar cada tropelía.
Cada desafuero.
Cada acción vil de esta pandilla infame.
Y no seremos dignos de nada y lo merecemos todo.
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Sobre el talento teatral de Trujillo

Decidimos incluir aquí estos párrafos del libro Trujillo y sus mujeres (1991) del periodista e historiador Ramón Alberto Ferreras porque resumen acertadamente las apreciaciones sobre las dotes teatrales de Trujillo hechas por Joaquín Balaguer y Álvarez Pina, dos funcionarios que conocieron a Trujillo muy de cerca, a su lado por más de tres décadas (ver sus comentarios más arriba). Creemos que  describen con precisión el instinto natural de Trujillo por la simulación, su capacidad de desempeñar con gran naturalidad el papel que la situación requiriera, hasta con rios de lágrimas, especialmente cuando deseaba proyectar ante amigos y familiares total inocencia en relación a los asesinatos que él ordenaba. Nos viene a la mente la ocasión en que Trujillo teatralmente se arrodilló solemnemente frente a su mentor, el presidente Horacio Vázquez, y le juró total lealtad en momentos en que ya se desenvolvia la trama que habia montado con los opositores de Vázquez para tumbar el gobierno. 

Algunos crédulos e incautos se han dejado convencer de la inocencia de Trujillo en el caso Mirabal, basándose  en los testimonios de dos personas (una empleada doméstica de Trujillo y un niño de nueve años, hijo de un general de las FFAA) quienes estaban presente cuando Trujillo leyó la noticia de que las Mirabal se habían “accidentado” y quienes presenciaron la reacción de disgusto y desesperación de Trujillo, sin sospechar de las bien pulidas habilidades teatreras del Jefe, quien las usaba constantemente como parte de su cínico arsenal psicológico para influir en la mente de otros y camuflar la realidad. A continuación varios párrafos del libro:

 “Una fuente de poder, una fuente inherente tanto a la sicología de Trujillo como a la tradición hispanoamericana, radicaba en su enorme instinto dramático. El teatro como tal no le gustaba. Ni aún en los últimos años en que su residencia oficial contaba con un cine-teatro privado, se entretuvo viendo películas, quizá porque no sentía realmente interés por cosas que no podía experimentar, influir, ni dominar personalmente. Sí, en cambio, era gran amante del teatro cuando era él el primer actor, y su  régimen fue teatral hasta un grado que no cuenta quizá con otro precedente.

[Párrafo irrelevante omitido para ahorrar espacio]

Todas las formas del disimulo le eran connaturales. Una de sus máximas de gobierno a la que se ajustó en todo momento, era la de que “Quien no sabe disimular no sabe reinar”.

“Podía derramar lágrimas verdaderas si esas lágrimas venían a cuento, aún cuando todos los presentes supieran que él era la causa del suceso que provocaba congoja. ¿Era necesario que un enemigo fuese asesinado? En tal caso, Trujillo era el primero en presentarse en el enlutado hogar llevando condolencias, donaciones y la promesa de que se haría justicia. Otras veces hacía llamar a la viuda, que se presentaba en el Palacio Nacional vestida de negro. Trujillo la recibía cortés y ceremonioso y hablaba con la apariencia de completa sinceridad, como lo hizo en el caso de la muerte de un hombre llamado Torres, en 1937:

La he mandado a llamar para decirle tres cosas.  Primero que los enemigos del Gobierno están esparciendo la noticia de que su esposo fue asesinado por razones políticas, y eso no es verdad porque su esposo era uno de mis mejores amigos.  Tengo aquí todas las cartas que me escribió –y se las mostró para que ellas las viese-. Siempre tuve a su esposo en alta estima. Segundo, he ordenado efectuar una completa y exhaustiva investigación y los culpables serán castigados ejemplarmente.  Por último, quiero saber si puedo serle útil en algo."

Cuando la viuda se retiraba le daba un sobre que en la mayoría de los casos contenía de cinco a diez mil pesos de regalo.

[Este protocolo fúnebre de tres pasos del Jefe hacia la familia de las víctimas suyas era un ritual conocido de memoria por los dominicanos: Primero, el pésame expresado solemnemente, segúndo, la promesa de que se haría justicia pronta y segura y tercero, alguna compensación monetaria como prueba de sus nobles sentimientos, entiéndase, soborno para que se tranquilice.]

“Transcurridos unos pocos años desde su ascenso al poder, se iniciaría y se daría curso a prolijas actuaciones judiciales cuya causa sólo vagamente tenía relación con los hechos reales. ¿La reputación de una mujer había sido mancillada por una carta vengativa que Trujillo hiciera insertar en el Foro Público? Él era el primero en inquirir, indignado, si no sería posible averiguar quién era el autor de tan vil misiva. O decía, acaloradamente: “Esto es una vergüenza; debieron de medir más sus palabras”.

“Este gusto por la charada estaba relacionado, en esencia, con su instinto del secreto y de la reacción inesperada, cosas éstas que también minaban la moral pública y sostenían la estrutura del poder. Aún en los últimos años, bajo el impulso exacerbado de la agitación nerviosa y la declinación mental, esa cualidad se ejercía tan ampliamente y de manera tan perfeccionada que la ficción se entremezclaba con la realidad en forma parecida a como ocurría en un sueño fantasmagórico”. 

TRUJILLO Y SUS MUJERES
Autor: Ramón Alberto Ferreras
Págs. 143-144
Editora del Nordeste, sexta edición (1991) 

Reiterando todo lo anterior, José del Castillo Pichardo (cuya familia conocía a los Trujillos de cerca) empieza su artículo titulado “El macabro teatro de Trujillo” (2008) con estas muy acertadas palabras:

"Uno de los rasgos peculiares del perfil de Trujillo fue la teatralidad. Actor nato, simulaba los más diversos estados de humor, a conveniencia de cada situación y propósito. Halagaba a una dama a conquistar, a un Jefe de Estado extranjero o a los militares del Pentágono, con una jovialidad envidiable, prodigando todo tipo de atenciones. Infundía respeto y temor entre los subalternos, exhibiendo una férrea disciplina, reforzada con rostro adusto y severidad gestual. Aterrorizaba como sólo él sabía hacerlo, aún a servidores de lealtad probada como Joaquín Balaguer, a quien, en las postrimerías de su dictadura -al coincidir en el ascensor del Palacio Nacional- le miró fríamente y le dijo: "Balaguer, yo sólo creo en esto", al tiempo que se pasaba el índice derecho por el cuello, a modo de filosa navaja amenazante.

"Aparte de histrión, Trujillo fue guionista consumado, asignando roles para sus dramas o sainetes, escogiendo cuidadosamente a sus actores, voluntarios o forzados. Montaba la escena, sin descuidar detalles y dirigía la obra, buscando impactar a su "blanco de público", como diría hoy un mercadólogo".

El macabro teatro de Trujillo
30 de agosto, 2008
www.diariolibre.com.do 

Por su parte, en su libro La Era en los días del fin (2006), Rafael Chaljub Mejía observa en la pág. 109:

“Entre la ridícula y desacostumbrada cantidad de medallas, títulos y condecoraciones  con que halagaron el egoísmo sin límites a Trujillo, al inefable Generalísimo y a sus cortesanos se les olvidó inventar la única que debió concederle al déspota, un Óscar como actor. Pocos personajes del poder en nuestra historia habían exhibido tanta disposición para el teatro político como la que demostró Rafael Trujillo desde el comienzo mismo de su violenta y tormentosa carrera”. 

A su vez, el abogado y político Mario Read Vittini en su libro Trujillo de cerca (2007), nos advierte lo mismo. Mario Read Vittini era de San Cristóbal y su familia tenía antiguos lazos de amistad con los Trujillos. Los sancristobalenses señalan que Read Vittini acostumbraba ir a la Hacienda Fundación con gran regularidad y él mismo nos cuenta que conocía a Trujillo personalmente, de cerca. Durante el régimen fue diputado y ministro gracias a los lazos de amistad entre su familia y Trujillo. Hacia el final de la Era, Mario Read Vittini se viró contra el régimen y ayudó a fundar el 1J4. Finalmente tuvo que asilarse en una embajada para ponerse a salvo. No hemos tenido acceso al libro donde describe las dotes teatrales de Trujillo, pero en un discurso que hizo en 2006 en San Cristóbal reitera lo que escribió en su libro sobre esta gran habilidad de Trujillo. El autor del artículo que estuvo presente en la reunión, José Pimentel Muñoz (proveniente de una familia muy trujillista), cita textualmente o parafrasea con las siguientes palabras (no queda claro) lo que dijo Read Vittini sobre Trujillo:

Era un actor consumado, un histrión de pies a cabeza. Era de todo. Era guionista, era tramoyista, era armador de la obra, era director y era el principal actor, como si fuera el protagonista de la obra. Y lo hacía magistralmente. Tenía un concepto tan claro de lo que hacía. (Resulta imposible descartar la figura de Trujillo, hoy.com.do, 2006)

Es por todo lo anterior que defender la inocencia de Trujillo en el caso Mirabal aduciendo la indignación e irritación que el tirano mostró con tanto dramatismo cuando recibió la noticia del "accidente" es un argumento estéril y completamente espurio en el caso de un simulador magistral como Trujillo. 

Observen, además, que los tres libros y los dos artículos fueron publicados años antes de que se publicara el libro de Angelita (2010) con su nueva versión, por lo que podemos afirmar que estos comentarios sobre el histrionismo de Trujillo no fueron escritos en reacción a la versión de Angelita y su hijo.

Al finalizar esta larga lectura y artículos complementarios sobre el caso de las hermanas Mirabal, los lectores se preguntarán cómo es posible que le dediquemos tantas cuartillas a los casos Awad Canaan y las hermanas Mirabal cuando los Trujillos han fijado su posición sobre dichos casos mediante breves y sencillas declaraciones y unos cuantos párrafos escritos, si bien recurriendo a varios recursos propagandísticos siempre usados por los demagogos consumados para crear mayor impacto: la repetición, el dramatismo y la falsa indignación.

Nuestra respuesta es recordarles a los lectores que las entelequias, para lograr cabalmente la decepción que buscan, a menudo presentan los hechos en forma somera o simplificada y que para llegar a la realidad, la cual casi siempre es compleja, hay que ir removiendo todos los velos de distracción para poder empezar a desmenuzar los hechos. Mark Twain lo dijo en forma más sencilla en estas palabras que le atribuyen al perspicaz escritor: “Mientras la verdad se pone las medias, la mentira le habrá dado media vuelta al mundo”.


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NOTAS: Este artículo originalmente fue escrito en 2013. Desde entonces le hemos añadido numerosos detalles y párrafos con más información y le hemos ajustado los años.

Los lectores pueden encontrar la exposición de unos 15 casos más de muerte "por accidente" (31 muertos) durante la dictadura de Trujillo en la sección CRIMENES II.

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José Israel Cuello: “Hubo dos que se los tiraron esa misma noche. Se tiraron a Imbert Barrera a Segundo, y a Papito Sánchez, esos dos se los llevaron esa misma noche, porque eran dos grandes líderes de la resistencia. Tenían un liderazgo hecho. Eso se lo achacan a Pupo Román, como un elemento de repartición de penas. Pero quien hace esa acusación es Johnny Abbes, y todo lo que decía Johnny Abbes tenía un criterio desinformativo, que él era un gran desinformador, como oficial de inteligencia. La inteligencia comienza por la desinformación.”


José Israel Cuello (Min: 12:45)
Las horas cruciales tras la muerte de Trujillo
Revista 110


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Informes desclasificados de la CIA que demuestran que el gobierno americano para, por lo menos, principios de 1960 ya estaba consciente de la reinante antipatía que había en el país hacia los Trujillos y su régimen. Una razón más para entender que el gobierno de Estados Unidos no consideraba necesario fabricar una masacre para virar la opinión pública en contra deTrujillo.

















También pueden leer el artículo del historiador Alejandro Paulino Ramos sobre la confesión que johnny Abbes hizo en una carta enviada al periódico El Tiempo de Nueva York en que revela la orden que Trujillo dio para que las eliminaran. Como lo encontramos recientemente, no hemos tenido tiempo de incorporar esta nueva información al texto de esta página. Este es el enlace:

https://acento.com.do/politica/trujillo-contra-las-hermanas-mirabal-en-1967-el-asesino-johnny-abbes-confeso-el-dictador-le-ordeno-salir-de-las-mirabal-y-6-8754056.html
 
A continuación compartimos un extracto del escrito de Johnny Abbes publicado en 1967 en el periódico El Tiempo de Nueva York:

CONFESIÓN DE JOHNNY ABBES INVOLUCRA A TRUJILLO Y A PUPO ROMÁN

El 25 de noviembre, 2019, el historiador Alejandro Paulino Ramos publicó en el periódico Acento.com.do un largo artículo sobre la revelación/confesión que en 1967 hizo Johnny Abbes en un largo escrito, notariado y certificado, enviado al periódico El Tiempo de Nueva York.

(Para ver más detalles, ir al enlace que compartimos más abajo.)

Extracto del escrito de Johnny Abbes sobre la reunión con Trujillo:

Tres días después de haber ordenado Trujillo la liquidación del problema Mirabal, recibí un informe confidencial de nuestra oficina de Santiago en la que ese hablaba de un desesperado plan de las hermanas y de un grupo de jóvenes del Cibao para tratar de libertar a los Dres. Tavárez Justo, Leandro Guzmán y a Pedro González, los esposos.

Conociendo el temperamento impaciente de Trujillo, pensé que había que hacer “algo” y pronto.

Con el informe recibido, a pesar de que sabía que la realización del “plan” era imposible dada la seguridad en que se mantenía a los presos políticos, en mi entrevista de ese dia-5 de noviembre del 1960—le dije a Trujillo:

--“Tengo planeada la operación de las Mirabal”.

--“No—me dijo el Dictador—el General Román tiene un plan”.

E inmediatamente hizo sonar la chicharra correspondiente, apareciendo al instante, muy nervioso como siempre, el General Román quien tal vez porque sí ya proyectaba su traición se empeñaba en ofrecer tan “espontáneamente” esas desesperadas pruebas de “lealtad”.

Trujillo interpeló directamente a Román:

--“¿Qué hay del caso de las Mirabal?”

--“Ya los esposos fueron trasladados a la cárcel de Puerto Plata”, respondió.

--“No le estoy hablando de los esposos. Le he preguntado—dijo Trujillo con esa violencia que ponía a temblar a los más valientes—por las hermanas Mirabal”.

Román no podía contestar. Estaba lívido. Para hacerle la situación menos penosa y no dejar el servicio en manos de guardias, (militares) generalmente torpes e indiscretos en sus “trabajos”, le dije:

--“General, si le hace falta puedo facilitarle varios de mis hombres de confianza”.

En eso se apersonó el General Arturo Espaillat, hombre de la absoluta confianza de Trujillo, quien había realizado ciertas operaciones de importancia en el exterior y quien tenía acceso sin anunciarse al despacho del Generalísimo.

--¿Qué dice el General Espaillat de las hermanas Mirabal? Tu sabias que esas muchachas tienen revolucionado el Cibao y que todavía el SIM no ha sido capaz de resolver el problema?”. Espaillat acotó:

--“Déjemelo a mí Jefe”.

Me di cuenta de que Trujillo me estaba lanzando una estocada a fondo, a mí, que era el hombre en quien más confiaba en esos momentos y quien cargaba con las mayores responsabilidades y recogí el reto:

--“Ese problema hay que resolverlo. Pero usted acaba de decir que el General Román tiene un plan. Lo que tiene que hacer es ejecutarlo”, fue lo que se ocurrió para recuperar el terreno que sentía había perdido. Trujillo me dio satisfacción inmediata.

Muy bien Johnny; pero tú no puedes hacerlo todo”.

Román se daba cuenta de que no podía permanecer en silencio a menos de caer bajo la atronadora furia del Dictador.(…).

De acuerdo a lo convenido, ese mismo día envié a Palacio a uno de los miembros del SIM más eficientes y discretos, Ciriaco de la Rosa y transmitir instrucciones en clave a uno de los más inteligentes investigadores a mi servicio, al Capitán Alicinio Pena Rivera, Jefe del SIM en el Cibao. La función de Alicinio consistió únicamente en proveer los carros privados en que viajaron los hombres de la acción cuyo desenvolvimiento realmente ignoró. Por cierto que en el juicio penal, escandaloso que se siguió a los autores de la “operación Mirabal” puso en ridículo a su acusador un antiguo agente a mi servicio, muy locuelo e indiscreto (…).

El General Román transmitió sus instrucciones precisas a Ciriaco de la Rosa (…) y los hombres seleccionados por mí: Alfonso Cruz Valerio, Estrada Malleta, Pérez Terrero y Rojas Lara, bajo el mando de Ciriaco enfilaron hacia la carretera que va a Puerto Plata. (…).

Llegó el esperado 25 de noviembre, día de la acción. Ya antes, la ejecución del plan había fracasado por razones de seguridad y discreción, pero Trujillo estaba furioso e impaciente. El General Román me dijo el sábado 24 de noviembre:

--“De mañana esto no pude pasar”.

Yo le dije a Ciriaco de la Rosa:

--“De mañana esto no puede pasar” (…).

Y del 25 de noviembre del 1960 no pasó”.

No pude comprobar personalmente como se ejecutó la operación; pero el lunes 26 de noviembre, a las seis de la mañana, tenía ante mi presencia al Sargento Ciriaco de la Rosa quien me rindió el informe de lo sucedido.

[Fin del extracto del escrito de Johnny Abbes]

(Fuente: [1] Carta de Johnny Abbes García a un tal “Papito”, enviada posiblemente desde Japón y fechada 15 de junio de 1960. En AGN, Exp. 7 de 1957-1961; [2]Fragmentos del texto de Johnny Abbes García, “Intimidades de la dictadura más recia de América. Odisea y muertes de Hermanas Mirabal”.Periódico El Tiempo, Nueva York, 5 de noviembre 1967).

Para leer el artículo completo del historiador Alejandro Paulino Ramos en Acento.com.do, que contiene parte del relato de Johnny Abbes, pueden ir al siguiente enlace:

https://acento.com.do/politica/trujillo-contra-las-hermanas-mirabal-en-1967-el-asesino-johnny-abbes-confeso-el-dictador-le-ordeno-salir-de-las-mirabal-y-6-8754056.html

 

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[A continuación, la transcripción completa del artículo de El Caribe del 17 de mayo, 1960, pág. 1]

Homenaje a Trujillo: incalculable multitud desfila ante estadista”

Líder denuncia actividades clandestinas que perturban varias secciones del Cibao”.

Por: J. Rafael Khoury

“Santiago, 16 de mayo.—El Padre de la Patria Nueva, Generalísimo Doctor Rafael Leonidas Trujillo Molina, hizo hoy trascendentales declaraciones a la prensa, en las cuales denunció las actividades clandestinas a que se han estado dedicando algunas personas en ciudades del Cibao.

Dijo que esas actividades fueron desplegadas en Santiago, La Vega, San Francisco de Macorís, Salcedo y Tenares, en las secciones de Conuco, Cutupú y Río Verde.

Trujillo habló con este redactor al terminar el apoteótico desfile de hoy, en el que las fuerzas vivas de esta provincia le testimoniaron su inquebrantable lealtad y cariño.

El ilustre líder dijo: “la manifestación fue magnifica. Me hay complacido especialmente la asistencia de la juventud, porque esta juventud estará siempre dispuesta a castigar a los traidores internos y externos, en cualquier momento”.

Con su verbo firme y expresivo el Generalísimo declaró que ratificaba sus declaraciones del 28 de abril a la prensa, en las que informó que “ciertos católicos, con sotana o sin ella, trabajan con los comunistas y testigos de Jehová”.

Y agregó: “desde hace mucho tiempo los Testigos de Jehová y los comunistas donde han echado raíces más hondas ha sido en la sección de Conuco y en las ciudades de Tenares y Salcedo, hasta llegar a San Francisco de Macorís”.

Tras una breve pausa prosiguió: “años atrás en Conuco se destacaron los Mirabal y sus familiares, y algunos miembros de la familia González. Los comunistas también hicieron intensa campaña en La Vega y en las secciones de Cutupú y Río Verde”.

En una rotunda reafirmación de cómo sigue paso a paso todas las actividades de su pueblo, el Jefe dijo: “En Santiago, miembros de una familia Pérez, una de ellas hija de Froilán Pérez, se unió al reconocido comunista Bonilla Atiles, y ahora residen en Nueva York”.

El 16 de mayo de 1960 Trujillo acuso a las hermanas Mirabal de comunistas.

El Generalísimo informó que el Servicio de Migración le acababa de avisar que dos norteamericanos pertenecientes a la secta Testigos de Jehová, habían pedido permiso para desplegar sus actividades en el país y que a ambos se les había extendido pasaportes.

Expresó que no sabía sí algún comunista extranjero deseaba venir a la República Dominicana, pero en caso de que así fuera también se le daría permiso de entrada para que salgan abiertamente a la luz.

(Fin del artículo

Nota: Los subrayados y negritas son nuestros.

(Fuente:“Homenaje a Trujillo: incalculable multitud desfila ante estadista; Líder denuncia actividades clandestinas que perturban varias secciones del Cibao”, El Caribe, 17 de mayo de 1960).


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Esa preocupación de Trujillo por la influencia que tenían las hermanas Mirabal también la expresó el dictador en una visita que realizó en la zona de Salcedo. Víctor A. Peña Rivera era parte de la escolta que protegía a Trujillo en su recorrido por diversos pueblos y campos.del Cibao y escuchó la observación que hizo Trujillo sobre las hemanas Mirabal ante un grupo de personas. En su libro Trujillo: Historia oculta de un dictador (pág. 279) comparte este encuentro. Citamos literalmente a Peña Rivera:

El 2 de noviembre del mismo año el Generalísimo recorría la región del Cibao, y yo formaba parte del grupo de seguridad que debía protegerle por ciudades y campos. Esa mañana decidió visitar el poblado de Villa Tapia, cercano a Salcedo. La gente del lugar se agolpaba para verle. Se desmontó de su automóvil a la residencia de José Rafael Quesada, la persona más representativa del lugar, donde las autoridades se habían reunido para darle la bienvenida y saludarlo. Allí, hablando a un grupo que le escuchaba, manifestó con energía que su régimen estaba más fuerte que nunca, y que sus únicos dos problemas eran la Iglesia Católica y las hermanas Mirabal. Afirmó categoricamente que ambos problemas serían resueltos. Sólo 23 días después fueron asesinadas las hermanas Mirabal". (Pág. 279)

(Que juzgue el lector.)

Esa declaración de Trujillo también quedó documentada en la Sentencia No. 28 de la Cámara Penal con Jurisdicción Nacional en el juicio contra los asesinos de las hermanas Mirabal (1962) y su chofer como parte de los antecedentes que condujeron al complot para asesinarlas.

Citamos el siguiente párrafo de la sentencia:

"Que en una ocasión se puso de manifiesto cuando al visitar a su amigo José Quezada en Villa Tapia, rugió iracundo la siguiente expresión: “solo tengo dos problemas políticos que resolver: la Iglesia Católica y la familia Mirabal”; esta tormenta se desencadenaba en el tirano 23 días antes de la tragedia; que para dar ejecución a sus horrorosos propósitos impartió ordenes al Jefe del Servicio de Inteligencia Militar Teniente Coronel Cándido Torres Tejada (a) Candito…"

 

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ANTONIO IMBERT BARRERAS NO ERA GOBERNADOR

DE PUERTO PLATA EN LAS DÉCADAS DE 1950 Y 1960

Antonio Imbert Barreras no era gobernador de Puerto Plata en 1960 cuando mataron a las hermanas Mirabal como alegan y no pudo darle la orden a Víctor A. Peña Rivera para que las mataran. Él había sido gobernador de PP en 1948-1949 y luego Trujillo lo destituyó porque desaprobó su actuación frente a los expedicionarios de Luperón en 1949.

La lista de gobernadores de esa provincia demuestra que el gobernador de Puerto Plata entre 1954 y 1962 era Luis A. Ginebra y que el gobernador interino era José Sixto Ginebra Henríquez 1956-1961.

Además de la lista, como pruebas de que Luis Ginebra era el gobernador en 1960, tenemos las siguientes referencias:

En sus cronología Drama de Trujillo, el periodista Alonso Rodríguez Demorizi comenta en la pág. 81 sobre los preparativos para el Desfile del Millón que estaba programado para el 24 de octubre, 1960:

Se dice que le han exigido al gobernador Luis Ginebra un contingente de 15,000 de Puerto Plata, pero no le dan dinero, ni transporte.En Trujillolandia no hay vehículos. Para movilizar 1,000,000 se necesitan 200,000 carros de 5 pasajeros o 20,000 camiones.”

Más adelante, en la pág. 86, comenta sobre una reunión en PP en 1960:

Johnny Abbes estuvo en el Hotel Tropical Bambú de Luis A. Pelegrín y allí estuvieron con él Ernest Carlsson, Juan Bra Gómez hijo y Ramoncito Mercado. Se dice que le entregaron algunos papeles pero como no ha sucedido nada, nada se puede decir. Hasta el gobernador Luis Ginebra se puso nervioso cuando supo que ese turpén andaba aquí.”

Luego, en la pág. 104, en octubre de 1960 Rodríguez Demorizi comenta:

Luis Ginebra, gobernador, conversó con Danilo Brugal Alfau, Iván Savignon Moore y conmigo frente a mi casa.”

Por su parte, en su libro Balaguer y Yo (Tomo I), Víctor Gómez Bergés(pág. 134) menciona a L. Ginebra, gobernador de PP, en abril de 1961:

En Puerto Plata, en el mes de abril del mismo año [1961], se habíarealizado actos desaprensivos, algo parecidos, como salir a las 5 de la madrugada de un baile… rodeado de un grupo de amigos que le acompañaban, entre ellos, Virgilio Alvarez Pina, Paíno Pichardo, el gobernador Luis Ginebra, Luis Augusto Ginebra Hernández...”

En su libro La Era en los días del fin (pág. 115), el investigador Rafael Chaljub Mejía comenta sobre la visita de Trujillo a Puerto Plata en 1959, parte de su gira para celebrar su victoria sobre la expedición de 1959:

Era martes, se quedó en la ciudad y al día siguiente asistió a una recepción en el histórico Club del Comercio, donde el señor gobernador don Luis Ginebra y su esposa doña Enriqueta, encabezaron la lista de los anfitriones.” 

 

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 LA CULPABILIDAD DE TRUJILLO EN LA MASACRE DE LAS HERMANAS MIRABAL

(Palabras de los más íntimos colaboradores de Trujillo)

JOAQUÍN BALAGUER, leal asistente personal de Trujillo por 31 años y conocedor a fondo de la personalidad, la duplicidad y el modus operandi de Trujillo, escribe en su libro La palabra encadenada, págs. 315-318:

“Una vez consumada la iniquidad, sin duda el más repugnante de los crímenes realizados durante la Era de Trujillo, el responsable del hecho se presenta ante sus propios esbirros como un ser inocente que había sido abrumado por la noticia”.

SALOMÓN SANZ, asistente de suma confianza de Trujillo y sus hijos: "Pero imposible que en un régimen como en el de Trujillo que eso ocurriera sin la voluntad o sin la decisión de él." (Ver en YouTube: documental: Nombre Secreto: Mariposas, el documental - Min. 42:51 - Publicado por Biblioteca Dominicana 2:0 - Mayo 1, 2015.

VIRGILIO ÁLVAREZ PINA (don Cucho), pariente y amigo íntimo de Trujillo desde la infancia y uno de los más cercanos colaboradores de Trujillo durante décadas, leal hasta el final y conocedor íntimo de los mecanismos interno de poder del régimen, escribe en su libro La Era de Trujillo, pág. 51 y 155:

"El propio Trujillo se refería a ese injustificado crimen, en la intimidad, como un acontecimiento ajeno a su voluntad, pero los que le rodeábamos sabíamos que órdenes de esa naturaleza no podían provenir de ninguna autoridad inferior a la del árbitro nacional, que era el mismo Trujillo, y mucho menos producirse sin su consentimiento expreso”.

Más adelante reitera lo anterior cuando comenta en la pág. 155:

“Dentro del gobierno, las cosas no marchaban tan bien. Se sentía la presión causada como consecuencia de los errores cometidos por Trujillo. A las abiertas acciones de 1959 y 1960 se sumó la absurda orden de matar a las hermanas Mirabal y aunque Trujillo, en la intimidad, quería hacer ver que no había tenido una participación directa en ese asesinato, se sabía que un crimen de esa magnitud de ningún modo se podía haber perpetrado sin su anuencia".

Referencias:

Cita de Balaguer: Tomada de su libro La palabra encadenada, págs. 315-318.

Cita de Salomón Sanz: Tomada del documental en YouTube:

Nombre Secreto: Mariposas, el documental – Minuto 42:51
Publicado por Biblioteca Dominicana - Mayo 1, 2015.

Cita de Virgilio Alvarez Pina: Tomada de su libro La Era de Trujillo, pág. 51. 

 

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Lea la importante serie Trujillo contra las hermanas Mirabal en seis partes, detallados artículos sobre el caso Mirabal publicados en el 2019 por el historiador Alejandro Paulino Ramos. Excelente investigación y análisis:
 
https://acento.com.do/politica/trujillo-contra-las-hermanas-mirabal-minerva-tuvo-que-rogar-para-que-le-permitieran-ir-a-la-universidad-1-8752263.html

https://acento.com.do/politica/trujillo-contra-las-hermanas-mirabal-seis-meses-antes-de-asesinato-el-tirano-acuso-a-las-mirabal-de-comunistas-2-8752791.html

https://acento.com.do/politica/trujillo-contra-las-hermanas-mirabal-en-el-juicio-testigos-narraron-la-forma-en-que-fueron-asesinadas-3-8753206.html

https://acento.com.do/politica/trujillo-contra-las-hermanas-mirabal-la-camara-penal-aporto-detalles-espeluznantes-sobre-el-multiple-asesinato-4-8753519.html

https://acento.com.do/politica/trujillo-contra-las-hermanas-mirabal-diecisiete-anos-despues-pena-rivera-confeso-participo-y-dirigio-el-crimen-contra-heroinas-de-salcedo-5-8753746.html

https://acento.com.do/politica/trujillo-contra-las-hermanas-mirabal-en-1967-el-asesino-johnny-abbes-confeso-el-dictador-le-ordeno-salir-de-las-mirabal-y-6-8754056.html