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Cuando los Trujillo compran una finca –por lo regular los dominicanos rehúyen negociar con ellos– fijan el precio a su antojo. Después de escriturada la operación como de contado, suelen aplazar el pago indefinidamente. Cuando el interesado se queja lo suprime misteriosamente un desconocido, o recibe el bienintencionado consejo de no reclamar más, si aprecia en algo su vida.
Luis F. Mejía
(de Lilís a Trujillo, 1944)
Pag. 481
EL ESTADO DOMINICANO AL SERVICIO DEL DICTADOR Y SU FAMILIA
En esta sección nos limitamos a la corrupción ejercida por Trujillo desde que era coronel de la Guardia Nacional. Sin embargo, como Trujillo se dedicó al robo, a las amenazas, a la extorsión y al abuso desde muy joven, invitamos a los lectores a que lean sobre el historial delictivo del joven Trujillo en la sección ANTECEDENTES.
Apoyándose en el terrorismo de Estado, Trujillo expandió su imperio económico por medio de la violencia, la extorsión, amenazas abiertas o tácitas en contra de propietarios y otros empresarios, la explotación de la mano de obra (incluyendo a presos y soldados) y un trato privilegiado y proteccionista de parte del Estado hacia las numerosas empresas de la familia Trujillo. Según el historiador Frank Moya Pons "el crecimiento del imperio económico de Trujillo llegó a tal magnitud que, al final de su vida, el dictador controlaba cerca del 80% de la producción industrial". (ver Historia de la República Dominicana, Vol. 2, Frank Moya Pons, pág. 334.)
A continuación les ofrecemos a los lectores un inventario que resume parte de la corrupción del Estado por parte de Trujillo y su familia y el abuso del poder para el beneficio material exclusivo de la familia Trujillo.
Lamentablemente, ese silencio interesado nos ha robado a los dominicanos de una documentación extensa, concreta y detallada sobre la corrupción del Estado trujillista por dentro para tener un cuadro mucho más completo de la nutrida corrupción en el trujillato. Lo que sí hemos obtenido a lo largo de estas décadas ha sido gracias a los ex funcionarios que se separaron del régimen (Almoina, Galíndez, Landestoy, Luis F. Mejía, Ornes, Saillant, etc.), a algunos burócratas de bajo nivel, a los historiadores, periodistas e intelectuales que han hurgado pacientemente en lo que queda de los archivos, cartas, etc. y que han entrevistado a testigos y actores, atando cabos.
No pretendemos jamás tratar de justificar la corrupción política actual al recordarles a los dominicanos la exuberante corrupción durante el trujillato. Creemos que los tribunales, la prensa y las organizaciones cívicas de hoy deben presionar permanentemente para que se aplique la ley con todo su peso a los que corrompen el Estado, sea quien sea. Lo que no debemos hacer es llevarnos de los que se aprovechan de la crisis de confianza actual para beatificar a Trujillo y así caer en el error de apoyar un sistema totalitario peor en que la corrupción quedaría monopolizada sin ningún tipo de control, bajo amenaza de muerte y tortura para los que se opongan a la rapiña institucionalizada del Estado.
Con este inventario y varios artículos en esta sección CORRUPCIÓN y MONOPOLIO, así como en las secciones complementarias LA FORTUNA e INEFICIENCIA, invitamos a los dominicanos poco informados a reflexionar antes de repetir como cotorras la frase simplona que diseminan los trujillistas de que “aquí hace falta un Trujillo para acabar con la corrupción y el despilfarro” porque, a todas luces, es obvio que eso sería cometer la costosa e infantil torpeza de meter al zorro en el gallinero para que cuide a las gallinas y así caer en otro régimen de terror el cual, además, inevitablemente sería integralmente corrupto. Aprendamos de las experiencias del pasado.
Cuando llegó a coronel, ya Trujillo se había convertido en un rico terrateniente y utilizaba a los presos como mano de obra gratuita en sus fincas. Esta práctica de usar a los presos como esclavos privados (posteriormente a los soldados también) fue un recurso que Trujillo utilizaría en sus propiedades durante los 31 años de su dictadura.
Para que los lectores tengan una idea palpable de la magnitud de la corrupción en el Ejército bajo el mando del coronel Trujillo, les ofrecemos este ejemplo: “En 1928, el ejército se vio involucrado en un escándalo al pagar 2,000 rifles a $700 cada uno cuando el costo real en Londres era de $25.00. Antes de tomar el poder, Trujillo demostró que sus prácticas corruptas no contradecían sus planes de aumentar el armamento de las fuerzas de seguridad.” Cita sustraída de: La ayuda militar como negocio: Estados Unidos y el Caribe, por García Muñíz, Humberto y Vega R. Gloria; pág. 83, Ediciones Callejón, Universidad de Puerto Rico-San Juan, 2003.
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Como testaferro de Trujillo, María Martínez instaló un servicio de lavanderías de tal modo que todo miembro del Ejército tenía que mandar a lavar su ropa a su lavandería, amén de muchos particulares que, para congraciarse o por miedo, también enviaban la suya a esas lavanderías.
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Poco después de ser "elegido" en 1930 por una cantidad de votos mayor que el número total de los votantes que acudieron a las urnas (elecciones amañadas y acompañadas de una amplia persecución y asesinatos antes y durante los comicios) ocurrió el ciclón de San Zenón. Trujillo se hizo nombrar Presidente de la Cruz Roja del país. Recibió poderes omnímodos del Congreso para controlar las donaciones de los gobiernos y obligó a los tres bancos que funcionaban en el país a que le entregaran los balances en ahorros de sus clientes con el fin de ponerles una contribución forzada para enfrentar la emergencia nacional. En pocas palabras, confiscó las cuentas bancarias privadas, naturalmente para ser manejadas a su antojo. Además, se quedó con buena parte del dinero que los ahorrantes entregaban para la población afectada por el ciclón. No debemos olvidar que los médicos y enfermeras trabajaron completamente como voluntarios, sin paga, y que las medicinas fueron donadas por muchos países. Además, las labores de limpieza y saneamiento fueron realizadas por los soldados del ejército (trabajando largas horas) y por muchos voluntarios, por lo que esta labor no representó ningún costo excesivo. (La dictadura de Trujillo (AGN) y De Lilis a Trujillo, Luis F. Mejia). Por cierto, según varios historiadores también aprovechó la confusión causada por el ciclón y las miles de víctimas para deshacerse de un buen número de opositores e inconvenientes cuyos cuerpos fueron quemados en masa como si hubieran sido cuerpos de las víctimas del huracán.
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La “Aduanita”
Pero poco después surgió otro mecanismo más disimulado mediante el cual Trujillo obtuvo buenos ingresos de las exportaciones a través de un cartel de exportadores de cacao y café en que él era socio honorario por lo que percibía ingresos pero sin asumir ningún riesgo (modalidad ventajosa típica en casi todas las empresas en que Trujillo era socio). Además, después de la desaparición de la Aduanita, de cada cabeza de ganado que salía del país Trujillo todavía recibía US$5 dólares (hoy unos US$45,00) como impuesto personal a través de uno de sus testaferros.
Ver: Trujillo, Little Caesar of the Caribbean (1958) de Germán Ornés, pág. 256 y Yo también acuso (1946) de Carmita Landestoy, entre otros.
Contrario al incesante barullo falsificador de la propaganda trujillista, la nacionalización de las aduanas no significó que los dominicanos ya podían disponer del dinero recaudado en dichas aduanas. Como pueden ver en este libro y en otras fuentes, los americanos continuaron recibiendo el principal monto de lo que se recaudaba. Lo único que logró el país (hasta que se pagara la deuda externa) fue el derecho de administrar las aduanas (no el derecho de disponer de los fondos) y los únicos beneficiados en esto fueron Trujillo y sus allegados porque el Jefe al fin logró la libertad de crear su "aduanita" y de exonerar a las empresas (las suyas total o parcialmente) del pago de aranceles.
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Poco después de la nacionalización o "trujillización" de las aduanas, Trujillo hizo aprobar una ley que eximía a una larga lista de empresas de los impuestos de aduana. Naturalmente, las importaciones personales de los Trujillos también estaban exentas de aranceles desde que se "nacionalizaron" las aduanas. Por ejemplo, María Martínez de Trujillo era la dueña de la empresa Caribbean Motors, empresa que importaba carros y camiones sin pagar derechos de aduanas, pero luego se los vendía al ejército, a los ministerios, a los hospitales, etc. a un precio que incluía los aranceles que Caribbean Motors no había pagado. Ver Una satrapía en el Caribe, José Almoina, pág. 27.
Carmita Landestoy, ex funcionaria del Partido Dominicano, nos describe una de las formas como se usaban las aduanas a su antojo después de "nacionalizarlas":
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Con esta táctica amenazante quedó eliminada toda competencia en el canje de sueldos. La práctica de canjear sus sueldos de antemano era practicamente inevitable para la mayoría de los empleados públicos cuyos sueldos congelados no alcanzaban ante la creciente inflación de precios. Para esta transacción del canje de sueldos por adelantado, se les descontaba el 10% del salario. Además, muchos empleados canjeaban sus sueldos por adelantado sencillamente para no perder el trabajo por lo que el 10% se les descontaba automaticamente sin que ellos tuvieran que solicitarlo. Era una especie de tributo para que no los despidieran. A esto se le suma el 10% que les descontaban para el Partido Dominicano (ver más abajo). Hasta el 31 de mayo de 1961, el único banco en que los empleados públicos podían cambiar sus cheques era el banco de María Martínez de Trujillo.
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Lo mismo ocurria con las empresas de Trujillo: Soldados, funcionarios y bienes del Estado terminaban al servicio gratis de sus empresas, algo consabido por todos. Esto también fue muy común con los barcos de su empresa la Flota Mercante Dominicana, S.A. en que no era nada raro que los marinos de nuestra Marina de Guerra tripularan sus barcos de carga o de turismo privados, por ejemplo, el SS Nuevo Dominicano, el barco España, entre otros.
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Muy pocos estaban verdaderamente capacitados para el cargo. Por ejemplo, varios sobrinos ya eran teniente a los 16 años. Cuando Trujillo llegó al poder, sus seis hermanos automáticamente se convirtieron en generales y coroneles sin haber tenido entrenamiento militar (excepto uno, Hector) y sus tíos de inmediato se convirtieron en altos funcionarios. En 1932 su padre, José Trujillo Valdéz, fue elegido diputado vitalicio, pero no por el pueblo sino por los diputados controlados por Trujillo. El padre, además, aparece en un documento con el titulo de coronel, por lo que se supone que recibia el sueldo correspondiente a ese cargo.
Por medio del decreto número 16 emitido por el Presidente de la República el 26 de agosto de 1938, el hijo de 9 años del tirano, Ramfis, fue ascendido al grado de general de Brigada, “en mérito a los servicios”. Ya a los 5 años Trujillo lo había designado Coronel con e salario correspondiente al cargo. Ver más abajo en NEPOTISMO TRUJILLISTA la cita textual de dicho ridículo decreto.
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Los que encabezaban el partido eran parientes cercanos o individuos muy allegados al dictador. Por ejemplo, Virgilio Álvarez Pina, primo y amigo de la infancia, fue presidente del PD por algún tiempo. También lo fueron su sobrino García Trujillo, su concuñado Manuel Robiou, entre otros. Los estatutos del partido estipulaban claramente que "los fondos del partido pueden ser desembolsados solamente por orden expresa del Jefe del partido", o sea, Trujillo (cita literal de los estatutos del PD en William Krehm, Democracias y tiranias del Caribe, pag. 362).
Quien no tenía el carné de miembro del partido no podía encontrar empleo ni viajar al exterior, lo que hasta con carnet era en sí sumamente complicado y en la práctica prohibido para la mayoría de la población. Aparte de que era ilegal no ser miembro del PD, también era difícil que alguien se abriera paso en los negocios, en las profesiones e incluso en las artes, si no pertenecía al partido de Trujillo.
Además, les deducían a todos los empleados públicos el 10% de sus míseros sueldos para el partido único. ¿A dónde iba a parar todo este dinero si en realidad no había elecciones y por tanto no se incurría en gastos de campaña?
Para ganarse el apoyo popular, al principio el Partido Dominicano realizaba obras de caridad, repartiendo principalmente leche a los pobres. Pero, hasta a las obras de caridad Trujillo les sacaba provecho. Por ejemplo, obligaba a las lecherías a que le vendieran la leche a su empresa, la Central Lechera, a 3 centavos el litro, luego su empresa se la vendía al partido a 5 centavos y finalmente el partido, que compraba la leche con el dinero que obtenía de los empleados públicos, se la regalaba a los pobres. Con esas maniobras Trujillo aumentaba sus riquezas y a la vez se presentaba como el benefactor de los pobres.
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El Partido Dominicano vendía la placa de bronce obligatoria para los empleados públicos que decía "En esta casa Trujillo es el Jefe" por $50 pesos (el peso estaba a la par del dólar y el dólar hoy vale 9 veces menos, es decir que en dólares actuales, la placa costaba US$450 dólares). La placa se vendía a pagos diferidos, desde dos hasta cinco pesos mensuales. Aunque las compraban, algunas familias no colgaban la placa pero eso era lo que menos le importaba al partido mientras estuviera cobrando por las placas por medio de los descuentos a los salarios. El problema de no colgar las placas era con los calieses y los soplones. También se emitía una versión de la placa más barata en latón para las personas de pocos recursos, quienes eran la mayoría. (También ver más abajo sobre la compañía de Trujillo que hacia las placas.)
José Almoina también nos cuenta que cada local del Partido Dominicano en cada ciudad le tenía al Jefe una habitación reservada exclusivamente para él, para que cuando visitara la ciudad o el pueblo pudiera tener allí sus citas con las jóvenes que le tenían reservadas para su entretenimiento nocturno (cuando no lo hacía en casa de uno de sus colaboradores o en un hotel).
“Por otro lado, Trujillo tenía la modalidad de alquilar muchas de sus propiedades a cuenta del Estado y a precio “consignado en el presupuesto vigente”[24] o utilizaba la modalidad de la permuta como un instrumento fraudulento, de modo que obtenía terrenos de buena calidad y entregaba terrenos que no servían para labores agrícolas. En estas acciones no dejaba de participar el Partido Dominicano, instrumento utilizado para su enriquecimiento...”
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Entrevistado en mayo de 2012 por el periodista José Acosta del Diario de Nueva York, el septuagenario José Ramos recuerda: "Yo soy de un campo de Moca, llamado San Víctor, y en la Era de Trujillo uno no salía a votar, era el alcalde quien iba a la casa, tomaba la cédula de identidad de uno, le pegaba un sello y decía: 'Ya usted votó por Trujillo', y así eran las elecciones."
Por su parte, Mireya Silva, de 77 años, dijo en el mismo artículo que en su natal San Pedro de Macorís había que hacer una larga fila en el liceo de la calle Duarte, "y uno mostraba la cédula, firmaba un papel y ya estaba". "Uno votaba por un solo partido porque no permitían otro", dijo Silva.
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Como era obligatorio votar y sólo existía el Partido Dominicano (excepto en las ocasiones en que organizaron otro partido trujillista para crear la falsa percepción en el exterior de que había dos alternativas), el partido de Trujillo siempre ganaba por una abrumadora mayoría. En el momento en que la persona votaba le estampaban un sello en la cédula de tal forma que los que se abstenían de votar eran fácilmente identificados. Como la cédula era el documento de identidad que se usaba para todos los trámites (conseguir trabajo, cuentas bancarias, matrículas, pasaporte, tránsito, etc.) y era obligatorio llevarla encima bajo pena de ser detenido por la policía, no tener el sello de haber votado podía tener serias consecuencias y era fácil quedar identificado como “desafecto” o “indiferente” al régimen, es decir, un sospechoso, además de infractor por no haber votado.
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“En 1955, el dictador Trujillo encargó la tarea, y el estadio fue construido a un costo de 3,2 millones de pesos, incluyendo el millón de pesos pagados a María, la esposa de Trujillo, por el terreno que ella había adquirido poco antes por una quinta parte del precio”.
Naturalmente, este tipo de transacción leonina no era la excepción sino la regla en los negocios de la familia Trujillo con el Estado dominicano.
Obligaba a los funcionarios del estado a ser suscriptores de su periódico La Nación. Adem, las empresas se sentían presionados a anunciarse en los periódicos de Trujillo (La Nación, El Caribe) y no en los de la competencia para no verse perjudicados o “marcados” y hasta para conseguir beneficios. Esta fue una de las razones por las que el periódico Listín Diario, propiedad de la familia Pellerano, se vio obligado a cerrar sus puertas.
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En su edición del 23 de marzo, 1959 (pág. 3 de la sección Journal Final), el Milwaukee Journal da la noticia de que Trujillo ordenó dos uniformes militares para Ramfis de una casa de Dusseldorf, Alemania, los mejores modistos del mundo en uniformes. Según los entrevistados de esta empresa, todos los adornos y ribetes de los uniformes eran de oro, excepto algunos detalles en plata. El costo de cada uniforme fue de US$4,000 dólares (hoy, US$32,000 a $36,000). Agregan los entrevistados que serán los uniformes más lujosos en toda Latinoamérica. El articulo también señala que siendo ya mayor del ejército a los tres años, el niño militar devengaba un sueldo de US$350.00 dólares al mes (hoy, US$2,500 a $3,600.00 al mes). Luego, fue ascendido a coronel a los cinco años y pocos años después a general, pero, lamentablemente, el articulo no indica por cuánto le fueron aumentando de sueldo en su precoz carrera militar.
Entrevista al Lic. Guillermo Caram (ex gobernador del Banco Central y VP del PRSC):
G. Caram: “Un error de Trujillo fue traer aquellos famosos camiones catarey, que era una empresa de él, y para obligar su uso, entonces desmontó la red ferroviaría." (Min. 35:57)
Programa: El Desarrollo Dominicano (Lic. Pdro Caba)
https://pedrocaba.do/2020/05/balaguer-reconstruye-el-modelo-heredado-de-trujillo#
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Su hija Angelita fue coronada la Reina de la Feria. Su traje, confeccionado por las hermanas Fontana de Roma, Italia, estaba lleno de piedras preciosas (rubíes, diamantes y esmeraldas), adornado con 45 metros de armiño ruso, con una cola de 22 metros. Este traje, junto a la tiara y el cetro de diamantes, costó unos $160,000 dólares en 1955 (hoy sería el equivalente de casi un millón y medio de dólares), mucho más que lo que costó el traje de novia de la Princesa Diana. Hasta hoy día, nunca nos han dicho a donde fueron a parar todas esas piedras preciosas que componían el traje, la tiara y todos los cetros de la reina y
sus damas de honor.
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Este inmigrante italiano se mudó a RD en 1920 y estableció poco después la distribuidora de automóviles Santo Domingo Motors, con la General Motors como socio, la cual con el tiempo llegó a ser una exitosa empresa en RD. Su error fue hacerle la competencia al monopolio exclusivo que había tenido la Compañía Tabacalera (con Trujillo como socio principal) cuando Barletta se asoció con una compañía americana y fundó la Dominican Tobacco Co. Bernardo Vega nos relata: “Muy pronto Trujillo envió un emisario a Barletta pidiéndole que vendiera la Compañía Tabaquera a su competidora, la Tabacalera [de Trujillo], por un monto de dinero muy reducido. Ante la negativa, la reacción fue el encarcelamiento de Barletta” bajo la acusación de proporcionarles un vehículo a varios conjurados anti-trujillistas. Lo acusó también de comunista y de no pagar impuestos, por lo que lo encarcelaron y lo condenaron a cuatro años de prisión. El régimen se apropió de las empresas de Barletta, Michelena y otros empresarios a título fiduciario (supuestamente)le En la cárcel fue vilmente golpeado para que firmara una carta en la que admitía su participación en la conjura. Barletta se rehusó, arriesgando perder la vida en la cárcel. Por suerte, tal como Barletta le había revelado a un ejecutivo de la General Motors, para protegerse de las tretas de Trujillo, él le había solicitado al gobierno de Italia que lo designara cónsul honorario, a lo que el gobierno italiano accedió. Esta previsión le salvaría la vida. El gobierno de Mussolini acusó al gobierno de RD de violar las normas de derecho diplomático al detener a su cónsul y cuando Trujillo se rehusó a liberarlo, Mussolini amenazó con enviar un barco de guerra a RD. Ya el barco se encontraba en el puerto de Nueva York y los diplomáticos italianos apelaban enérgicamente ante el gobierno de EEUU, cuando el gobierno norteamericano ejerció una fuerte presión para evitar un conflicto en el Caribe con Italia. Trujillo finalmente cedió, soltó a Barletta y lo deportó. Un historiador sostiene que Barletta salió del país por su cuenta para guardar larga distancia de Trujillo y sus esbirros. De una manera u otra, Trujillo terminó con la Santo Domingo Motors y con la Dominican Tobacco Co. en sus manos hasta su muerte. Después de la caída de la dictadura, Amadeo Barletta regresó a RD, exigió que le devolvieran la Santo Domingo Motors, a lo cual el gobierno dominicano accedió y hasta hoy día, dicha empresa está en manos de la familia Barletta, el grupo Ambar.
También pueden investigar los casos del empresario Oscar Michelena, de la familia Rodríguez, la familia Bencosme, la familia Perozo y muchas otras que tambien perdieron sus tierras y negocios.
A
continuación compartimos un comentario de un lector, el anciano Humberto
Bernabé Peralta, sobre la fábrica Favidrio:
“Lo mismo pasó con Favidrio [fábrica de vidrio] en San Cristóbal. Al señor canadiense Douglas Crowe le ofrecieron todas las facilidades para establecer esta fábrica y a los tres años Trujillo fue y le puso precio y le dio 24 horas para que se marchara del pais. Primero él ponía el precio de tu empresa y si te negabas, te daban 24 horas para que te largues del país. Douglas Crowe está vivo y vive en Toronto, Canadá y ya tiene 101 años. Trujillo compró Favidrio por $250 mil dólares cuando en realidad ya valía millón y medio de dólares.”
Esa situación no debe sorprender a nadie porque eso era típico del modus operandi de Trujillo. Lo que sabemos es que FAVIDRIO (Fábrica Nacional de Vidrio) terminó siendo una más de las muchas empresas de Trujillo que no pagaban impuestos (ver Germán Ornés Trujillo, Little Caesar of the Caribbean, pág. 245).
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Este mecanismo de eriquecimiento fácil fue muy común. Es el mismo caso de la Chocolatera Sánchez y de la Fábrica de Cemento, C. x A., entre otras empresas, las cuales se iniciaron como empresas estatales con inversiones financiadas completamente por el Estado, pero que al final, especialmente a través de testaferros para disimular, terminaron en manos de la familia Trujillo.
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La finca que menciona Hicks podría ser la misma que el Presidente Trujillo le “compró” al senador Mota hijo, en la década de 1930. Se trataba de un terreno situado en el kilómetro 8 de la Avenida Mella. Trujillo la compró por $10,000 y luego se lo vendió a la Universidad por $100,000, obteniendo una ganancia de 1,000%. Por esta “generosidad” del Benefactor de la Patria, la universidad le otorgó el título de “Doctor”. Sin embargo, ésta podría tratarse de una estafa al Estado diferente y no la misma que Hicks menciona. Sobre este caso, ver The Milwaukee Sentinel, edición del 30 de julio, 1938 (Revista del periódico The American Weekly, pág. 10 de la revista). Les sugerimos que lean este extenso reportaje de más de dos páginas sobre la violencia y la corrupción de la dictadura de Trujillo.
Otro ejemplo lo tenemos cuando Trujillo se encontraba de visita en España: Llegó a un acuerdo con Francisco Franco de transportar a varios centenares de agricultores españoles a RD con el fin de que introdujeran métodos de cultivo más efectivos y para que blanquearan la raza dominicana. Para esto, Trujillo necesitaba un medio de transporte y sus agentes compraron un viejo buque llamado Canberra que fue rebautizado España para sus nuevas misiones, con la aprobación de Trujillo. Se trataba de un barco en pésimas condiciones cuyas calderas, en su segundo viaje desde España, malfuncionaron varias veces y finalmente se rompieron en la travesía en el Atlántico. Casi se hundió y, por fin, tuvo que ser rescatado por remolcadores puertorriqueños en el Canal de la Mona. Poco le importó a Trujillo que la compra de esta chatarra fuera un pésimo negocio porque, acto seguido, se la vendió a la Marina de Guerra Dominicana, según algunos investigadores “a un precio exorbitante”, por lo que la chatarra resultó ser un excelente negocio para Trujillo. Citamos al fiscal militar, Abelardo Vicioso: “Esas eran las cosas de Trujillo, era un negocio. Él compró ese barco barato con el objetivo, como hacía siempre, de vendérselo caro al Estado. Entonces, como un gesto, ya que había sido muy bien tratado, no sólo por Franco, sino por toda la nobleza…”
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Adquirió también la Fábrica de Pintura (PIDOCA), para la cual dispuso una ley que exigía que las viviendas fuesen pintadas cada año.
Se hizo dueño de las salinas de Barahona por lo que mediante le Ley 281 el Estado prohibió el uso personal, la explotación y venta de la sal natural que la gente extraía fácilmente de varias zonas costeras, tal como en Montecristi y Baní. Una vez establecido el monopolio con dichas prohibiciones para su empresa Salinera Nacional, C. por A., el precio de la sal subió de 60 centavos el quintal a $3.00 el quintal, lo que le reportó a Trujillo beneficios anuales cercanos a US$400.000,00. Pero probablemente el verdadero negocio de la sal consistía en las exportaciones masivas que hacía hacia las grandes ciudades del Norte (NY, Detroit, Chicago, etc.) donde la usaban a granel para derretir la nieve en las calles, avenidas, aceras, etc. En esto, sus contactos con las mafias de esas ciudades lo ayudaron.
Lo mismo hizo con la producción y distribución de la carne, imponiendo leyes que obligaban a otros productores a salirse del mercado. Este monopolio le reportó ingresos de alrededor de US$500.000,00.
Trujillo adquirió la Marmolería Dominicana, C por A y como la demanda del mármol en nuestro país era baja, la decisión que se tomó no fue invertir en publicidad o en promoción de ventas, sino que se obligó a todo aquel que realizara construcciones por un valor de RD$30 mil o más a utilizar mármol en ellas.
También monopolizó la producción y distribución del arroz con el desarrollo de sus arrozales de Nagua. Trujillo se apropió de casi todas estas tierras militarmente, a la fuerza, obligando a los campesinos a entregárselas. Se ha documentado el genocidio de muchos campesinos para no tener que pagarles por la tierra así como la explotación inmisericorde y genocidio de los presos que trabajaban de sol a sol en los arrozales, bajo control militar, con una comida al día (carente de proteína) y durmiendo alineados en el suelo de madera. Muchos murieron de inanición y enfermedades pero antes, a la mayoria los mataban para eliminarlos rapidamente cuando estaban demasiado débiles por desnutrición o enfermedad y ya no servían.(ver un resumen de esto en sección ATROPELLOS).
Cuando logró el monopolio del arroz, Trujillo prohibió la importación de arroz. Este monopolio subió el precio del arroz de 6 centavos la libra a 12 centavos y para el de mejor calidad, a 15 centavos.
Cuando en 1940 Trujillo adquirió la Sociedad Industrial Dominicana (la "Manicera", planta procesadora de mani y coco para aceite vegetal), poco después dispuso que las panaderías y los hogares dominicanos ya no usaran manteca de cerdo sino aceite vegetal para la cocina. Naturalmente, esto no lo hizo por la salud del pueblo ya que en los años cuarentas no se sabía nada sobre los efectos nocivos de la grasa animal en las arterias. Además, la grasa animal era la preferida de los consumidores por el sabor agradable que le daba a la comida.
En mayo de 1932 Trujillo propuso una ley sobre accidentes de trabajo, la cual fue aprobada por el Congreso, y cinco meses después se hizo dueño de la compañía de seguros a la que le cambió el nombre (Seguros San Rafael). Esta compañia llegó a monopolizar totalmente el negocio de los seguros. La ley obligaba al Estado y a los empresarios a asegurar a sus empleados contra accidentes de trabajo. También era obligatorio que los vehiculos particulares y oficiales estuvieran asegurados, naturalmente con Seguros San Rafael. Tal como lo señala William Krehm en su libro Democracias y Tiranias del Caribe (pags. 349-350), "las primas eran altas, las indemnizaciones bajas y con frecuencia, ni siquiera se pagaban". Un tributo más para El Jefe.
(Ver, entre otros, Frank Moya Pons: Historia de la Republica Dominicana, Vol.2, págs. 126-128).
Como ya lo habíamos señalado, era obligatorio que los empleados públicos y los militares compraran y colgaran una placa de bronce en sus hogares que llevaba la imagen de Trujillo y que decía “En esta casa Trujillo es el Jefe". Trujillo era el dueño de la fábrica metalúrgica "La Armería" que hacia las placas y éstas se vendían únicamente en la Ferretería Reid, propiedad de María Martínez. Buena parte del resto de la población también sentía la necesidad de colocar esas placas en sus casas para evitar atraer la atención de los soplones por ser posibles "desafectos".
Controló la “Lotería Nacional”, empresa que le arrendó a un empresario español y luego se la quitó, convirtiéndola en fuero personal de María Martínez quien actuaba como testaferro de Trujillo. El administrador de la lotería era su cuñado Mon Saviñón. Para garantizar nutridas ventas de la Loteria, obligaron a los empleados del Estado a comprar billetes todas las semanas.
Era dueno de la Fabrica de Ropas y Tejidos, la cual suplia al Ejército de los uniformes de los soldados.
Durante la Era estaba prohibida la fabricación, venta o compra de cigarros caseros, una práctica que siempre fue muy arraigada en los pueblos y en las zonas rurales. Posiblemente esta prohibición tuvo que ver con el hecho de que Trujillo era el dueño de la Compañía Anónima Tabacalera. José Nicolás Taveras, humilde padre de familia que mantenía a los suyos haciendo puros para venderlos en su casa en Tamboril junto a su esposa Paula Bautista, fue delatado por algún vecino y casi de inmediato llegaron las autoridades militares, allanaron el lugar y detuvieron a Taveras. Uno de los militares lo abofeteó y lo obligó a tragarse el puro que estaba fumando. Casi de inmediato, Tavares sufrió un fuerte malestar estomacal que dice que “todavía recuerdo con horror”. Al ver que enfermaba, uno de los militares se apiadó de él y agenció su libertad bajo la advertencia de que si lo agarraban de nuevo fabricando cigarros le iba a ir peor. Hasta hoy Tavares no ha vuelto a fumar desde ese día.
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Además, Trujillo financió varias de estas adquisiciones personales con préstamos bancarios que el Estado dominicano asumía. Un ejemplo es la adquisición privada por parte de Trujillo de los 5 ingenios de la West Indies Company por la suma de US$35.8 millones (hoy, mas de US$310 millones) por medio de un préstamo del BanReservas en que el Banco Central actuó como garante. Los 5 ingenios se sumaron a los siete ingenios que Trujillo había adquirido de otros propietarios.
Más abajo pueden ver una lista (no completa) de la mayoría de las empresas pertenecientes a Trujillo.
"Esas migajas que te lanzan son del pan que te quitaron."
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En el Congreso obligaba a senadores y a diputados a renunciar cuando él se lo pidiera. Incluso les exigía firmar su renuncia antes de tomar posesión para hacerla efectiva cuando le pareciera conveniente. El mayor celo lo ponía en el Ejército, donde cambiaba con frecuencia a los mandos para evitar que formaran grupos de poder que se le salieran de control. Metía presos a generales y a coroneles para luego liberarlos y, agradecidos, someterlos más todavia bajo su poder. Desconfiaba hasta de algunos de sus hermanos quienes, al igual que él, eran dados al robo, los atropellos y al crimen (ver sección ANTECEDENTES).
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En octubre de 1936, Trujillo ascendió a su hermano Aníbal, un enfermo mental, a la jefatura del Estado Mayor del Ejército. Al mes siguiente, como era de esperarse, destituyó a Aníbal, lo hizo diputado títere y nombró a su hermano Héctor Bienvenido general y Jefe del Estado Mayor del Ejército. Aníbal, el único hermano del dictador que no le tenía miedo a Trujillo porque era un reconocido desquiciado, conspiró contra el Jefe y salvó la vida porque Héctor Trujillo lo protegió en Puerto Plata. Esto no evitó que Trujillo fusilara a 18 individuos vinculados a Aníbal. Al tiempo Aníbal se suicidó, aunque algunos cuestionan que fuera un suicidio ya que Anibal le causaba problemas y era el unico hermano al que Trujillo le tenia miedo. Sin embargo, como Anibal Trujillo era un esquizofrénico, no se descarta que en realidad se hubiera suicidado. Trujillo también había mandado a matar un par de veces a su otro hermano, Petán, ( en una por robarle, en otra por conspirar para tumbarlo y convertirse en el nuevo dictador), pero su madre doña Julia, a quien Trujillo veneraba, le daba protección en su casa cuando Petán se metía en líos con Trujillo.
Lo que la prensa trujillista siempre omitió por completo fue que nuestro humilde vecino, Haití, también pagó su deuda externa ese mismo año de 1947....para colmo, bajo el gobierno democrático de Dumarsais Estime, quien nunca hizo semejante alarde por el logro. De hecho, cuando supo que Haití estaba por pagar su deuda externa, Trujillo se apresuró a pagar la suya precisamente para que Haití no se le adelantara, a contrapelo de lo que le aconsejaba sus asesores económicos norteamericanos (Wallich y Triffin) quienes consideraban que se debía crear el Banco Central primero. Por cierto, otros países de la región también pagaron su deuda externa sin caer en el arrebato delirante de loas y alabanzas que ha reverberado hasta nuestros días entre los devotos neo-trujillistas.
Tambien creó la moneda nacional, el peso dominicano. El excedente en dólares (se calcula en US$11 millones, hoy unos US$99 millones) por esta transacción de la conversión en la nueva moneda se esfumó misteriosamente. Con sádica ironía, el monto que se esfumó fue mayor que el monto que tuvimos que pagar para saldar la deuda externa. Para más detalles, ver el artículo más abajo La creación del peso dominicano: La gran estafa del siglo.
Pero
además, la paridad estaba principalmente en función de los
intereses de la familia Trujillo y sus allegados en comparación con
los magros ingresos e ínfimos ahorros de los demás dominicanos
quienes en su mayoría vivían insertados en una economía de
subsistencia o de austeridad. Un
70% de la poblacieón
consistía de campesinos pobres
y un
15-20% lo componía la pequeña
burguesía quienes
apenas podían comprar lo básico necesario, la mayoría ni siquiera
podía ahorrar. Por tanto, el gobierno no tuvo que hacer grandes
emisiones de moneda sin respaldo con el fin de monetarizar la
economía para cubrir la demanda de los mercados internos dado que
los dominicanos compraban apenas lo que necesitaban, los que podían.
Debido a que los Trujillos, sus jerarcas
y una ínfima
alta burguesia independiente eran los principales capitalistas, los
principales ahorrantes, los principales consumidores y los
principales importadores, la paridad del peso con el dólar les
garantizaba a ellos exclusivamente que sus capitales en RD no
perderían valor a la hora de convertirlos en dólares para
exportarlos y que, además, con un peso fuerte, podían costear
fácilmente sus importaciones tanto para sus numerosas empresas como
para su suntuosa u holgada vida privada. Con cruel ironía, la vida
austera o de subsistencia de la mayoría (85% de la población) de
los dominicanos les garantizaba o les subvencionaba a la extensa
familia reinante, a sus colaboradores y altos oficiales militares un
peso oro estable
que
sólo ellos podían aprovechar para su beneficio propio. No debe
sorprender que los propagandistas trujillistas, con la despiadada
arrogancia que siempre los ha caracterizado, presenten el "peso-oro"
como una hazaña patriótica de Trujillo porque, desde su perspectiva
depredadora y contrario a la realidad, todo lo que era bueno para los
Trujillos era bueno para la Patria.
Con
su típica arrogancia, los propagandistas trujillistas de ayer y de
hoy siempre han exigido que ese pueblo llano, la gran mayoría que no
obtuvo ningún beneficio del peso-oro, celebre como súbditos
embobados el milagro del peso-oro.
Más adelante, ya con el caso Galíndez a la distancia, solicita de nuevo y obtiene varios préstamos del Eximbank, uno del Fondo Monetario Internacional (US$11 millones) y otros préstamos con bancos extranjeros privados, en que obtiene varios préstamos para sus empresas privadas pero dando en garantía bienes públicos. Además, en 1960 obtuvo un préstamo stand-by con el FMI por US$11 millones. Ver extenso informe sobre Trujillo y la deuda externa en la edición de julio, 2017 de este portal. Ver también No sería una estatua cualquiera, en la sección EGOLATRIA, sobre como, con cruel hipocresía, se planeaba celebrar por todo lo alto este nuevo endeudamiento con la misma algarabía con que se había celebrado el pago de la deuda externa.
Como ya hemos señalado, en 1957 obtuvo un préstamo del Banco Nova Scotia por la suma de US$30, 40 ó 50 millones (los historiadores no concuerdan gracias al secretismo del régimen) con el fin de destinarlos supuestamente a la renovación tecnológica de sus ingenios azucareros privados, pero dando en garantía la reserva en oro del Banco Central, naturalmente con el visto bueno del presidente títere, Joaquín Balaguer. En esa ocasión, el Banco de Nova Scotia retiró las reservas de oro de nuestro Banco Central y las trasladó al Canadá como garantía.
"A la hora de su muerte, de este último préstamo Trujillo no había pagado un solo centavo y Balaguer tuvo que vaciar las bóvedas del Banco Central" para pagar el saldo no cubierto por el oro dado en garantía, US$30.0 millones, mora e intereses. "Esta operación no fue registrada en términos contables como una deuda externa de la nación, aunque de hecho lo era" (ver F. Berroa Ubiera).
Por lo tanto, según varios historiadores y economistas, "a la hora de su muerte Trujillo dejó a los dominicanos deudas por encima de los US$60.0 millones, es decir, más de tres veces la deuda encontrada por su primer gobierno en 1930, aunque en el Banco Central solamente se registra en 1961 una deuda externa por la suma de US$14.0 millones". (ver Trujillo y la deuda externa dominicana, de F. Berroa Ubiera, entre otros).
Como pueden ver en esta noticia (deuda por US$146 millones, hoy unos US$1,314,000.00), esa cifra como el total de la deuda que nos dejó Trujillo se asemeja más a la suma de los préstamos que nosotros hemos mencionado más arriba que a la limitada suma presentada por Berroa Ubiera, talvez porque nosotros descubrimos más recientemente otras deudas en los documentos y en la prensa norteamericana. Estas imprecisiones son producto, precisamente, del secretismo imperante impuesto por el terror del trujillato y al ocultamiento posterior del balaguerato. Analicen los detalles concretos del articulo.
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En octubre de 1937 Trujillo dio la orden de matar a miles de haitianos que se encontraban en los territorios aledaños a la frontera con Haití. Además de ser un genocidio contra una etnia, esta medida extrema también afectó a los ingenios de azúcar y otras fincas de producción agrícola porque se quedaron sin mano de obra, excepto las haciendas pertenecientes a Trujillo y a algunos ingenios americanos donde del todo no se aplicó la orden, por lo que éstos no tuvieron pérdidas. Con esta repentina ventaja competitiva, las haciendas de Trujillo acapararon una mayor porción del mercado. Los historiadores indican que, además, Trujillo se apoderó directamente de tierras en el sureste del país que habían pertenecido a haitianos que fueron exterminados o que lograron huir a Haití.
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Naturalmente, que en la construcción de estos edificios sobre el territorio nacional, como en toda obra que de esa naturaleza se hace, el pueblo paga siempre cinco veces su valor, y la diferencia ya se sabe a donde va a parar: a la cuenta privada del reyesuelo antillano.
Además, en los trabajos de construcción, como se hace casi siempre en todo, se favorecen con contratos a determinadas personas, para que éstas tengan esplendidas ganacias, y son estas personas las que ajenas a todo sufrimiento y a toda necesidad, indifentes a los problemas humanos, ayudan a sostener la tiranía.
En cuanto a los trabajadores, el jornal es casi siempre de algunos centavos diarios, porque todo cuanto se diga con respecto al obrero es mentira, el trabajador dominicano no tiene protección alguna, ni menos puede pedir que les aumenten el jornal, porque hasta ahora los grupos que lo han intentado han sido ametrallados. Lo que sucedió recientemente en el Ingenío azucarero "La Romana," no pueden esconderlo ni taparlo con literatura”.
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Un faro en las tinieblas
En su biografía de Trujillo, el senador ultra trujillista hasta su muerte, Abelardo R. Nanita, describió en 1957 (págs. 176 y 177) las donaciones que hasta el momento del primer golpe de pico había hecho cada país latinoamericano para la construcción del Faro a Colón: US$133,086.57. En dólares de hoy, esa cifra equivale a US$1 millón, 198 mil dólares. No olviden que esa cifra proviene de uno de los más leales y fervorosos colaboradores de Trujillo hasta la muerte, Abelardo Nanita, por lo que no se debe descartar que él haya reducido esa cifra para minimizar el monto del dinero desaparecido. Sabemos que el dictador de Brasil Eurico Dutra le entregó en audiencia solemne al embajador dominicano en Rio de Janeiro, Porfirio Herrera Báez, un cheque por 75 mil dólares (hoy, unos US$600,000) como contribución inicial a la construcción del faro. Según la prensa norteamericana de la época, el Comité del Faro a Colón y el gobierno dominicano habían calculado el costo de la obra en $10 millones de dólares (equivalente hoy a más de $90 millones de dólares).
La construcción del faro se inició el 14 de abril de 1948 pero el proyecto no pasó de la ceremonia y la explosión inaugural del suelo. El proyecto quedó completamente suspendido y olvidado y no sería sino hasta los años ochentas en que el capricho hispanista de Balaguer se impondría para iniciar la obra a un costo de casi RD$200 millones para los contribuyentes dominicanos.
¿Y qué misteriosa razón nos explican los historiadores para que tan magno proyecto quedara tan repentinamente en ascuas bajo la tutela de un generalísimo todopoderoso? La explicación ha sido que presuntamente algunas de las rocas de la explosión inaugural le cayeron encima al carro oficial del presidente Héctor Trujillo y esto de inmediato lo interpretó el todopoderoso Jefe como un mal augurio, por lo que inmediatamente se canceló la obra. Extraña mucho que la férrea voluntad y la mano de hierro del tirano temblaran ante los poderes del más allá, pero parece que hasta Trujillo conocía sus límites.
Aparentemente, sin embargo, esas oscuras fuerzas maléficas que impactaron el carro del presidente también hicieron desaparecer los fondos envíados por las hermanas repúblicas puesto que nunca más se habló del dinero ni se atrevieron los embajadores de los países contribuyentes a indagar sobre su paradero. Otra versión, menos exótica que la que presentan los apologetas del dictador, es que el gobierno dominicano tuvo que suspender los trabajos porque otros países latinoamericanos congelaron las contribuciones bajo fuerte sospechas de que Trujillo ya se estaba embolsillando parte de los fondos.
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Comentarios finales
No olvidemos que la corrupción antes descrita es sólo una parte: lo que se ha podido descubrir años después y en forma limitada sobre el régimen más totalitario del continente en que la información sobre la explotación abusiva del Estado por parte de los Trujillos estaba totalmente prohibida bajo amenaza de muerte y tortura al que osara comentar, revelar o criticar, además de que la gran mayoría de los funcionarios que estaban al tanto se han mantenido en el anonimato y han optado por mantener un completo silencio para no desprestigiarse ellos mismos.
Sobra decir que cualquier persona que se le ocurriera criticar, insinuar y mucho menos denunciar esta burda corrupción institucionalizada y esta explotación sistemática del Estado dominicano y el pueblo se estaba ofreciendo como manso cordero a ser inexorablemente sacrificado en la calle o en los centros de tortura para luego terminar desaparecido. Esto no es una teoría. Así ocurrió con muchos que manifestaron su opinión en voz alta o en susurro (ver las cuatro secciones sobre crímenes).
Como dijimos, esta compilación no pretende cubrir todos los casos de corrupción, parasitismo y apropiaciones impuestos por el dictador, su familia y allegados durante los 31 años. Pueden consultar otras fuentes, a las cuales no hemos tenido acceso, que discuten otros casos de corrupción. Además, varios artículos más abajo, los cuales discuten la fortuna de Trujillo (dentro o fuera del país), incluyen otros casos que nosotros no hemos mencionado para no caer en la repetición.
Varios historiadores sostienen que Trujillo llegó a ser el hombre más rico de Latinoamérica en bienes muebles e inmuebles y uno de los seis o siete hombres más ricos del mundo, lo que no debe sorprender a nadie puesto que Trujillo y su familia eran los dueños absolutos del Estado dominicano y del 70-80% de las empresas y tierras cultivables en esta media isla del Caribe.
LOS BENEFICIOS PARA LA PRIMERA FAMILIA
Algunos ejemplos:
Además de la explotación, abuso y atropellos de Trujillo, el pueblo dominicano también padeció el abuso de sus hermanos (Petán, Danilo, Virgilio, Pipí, etc.), sus hijos y muchos otros familiares cada uno en la región o en el sector de la economía que controlaba.
Se sabe a ciencia cierta que por lo menos cuatro de los hermanos de Trujillo (Petán, Virgilio, Pipí y Aníbal) tenían la misma afición del Jefe de adquirir tierras ajenas fácilmente a precios risibles, bajo extorsión y muerte. Todos ellos al final de la dictadura eran dueños de grandes extensiones de tierras. William Krehm señala que Héctor Trujillo también acostumbraba venderle tierras al Estado a precios inflados (Krehm, op. cit., pag. 186).
Prepotente, violento e impulsivo, Petán era el hermano que más se parecía a Trujillo. Con US$5 millones de dólares que le estafó al Estado dominicano en una transacción monetaria del gobierno en el exterior, financió la construcción y equipamiento de su estación La Voz del Yuna que luego se convertiría en La Voz Dominicana (Para leer sobre esta estafa, ver artículo del historiador José C. Novas: Petán Trujillo, personaje de película). Este robo Trujillo lo vio como un atrevimiento de Petán ya que estafar al Estado era lo mismo que estafarlo a él, por lo que ordenó a oficiales a que le trajeran a Petán desde Bonao vivo o muerto. Los oficiales, sabiendo que si mataban al hermano del Jefe (quien no quería entregarse) ellos serían los chivos expiatorios de la culpa ante el público y serían castigados ("suicidados" en la cárcel), llegaron a un acuerdo con Petán y lo llevaron a la casa de su madre, dona Julia. Con la mediación de ésta, Petán salvó su vida y también pudo quedarse con los millones, con lo cual financió su estación. Por cierto, el Jefe quería que la estación se llamara, naturalmente, "La Voz de Trujillo" pero como la intención era que tuviera una proyección internacional con su potente antena, el Jefe por fin cedió y renunció a ese deseo.
Otra publicación informa que el gobierno dominicano le pagaba directamente a Petán, como propietario de la estación, la suma de US$25,000 dólares mensuales (hoy US$225,000.00 dólares) por la propaganda anti-comunista que transmitía a través de la Voz Dominicana. Un tributo más del pueblo dominicano a un Trujillo. Para la Semana Universitaria La Voz Dominicana traía a artistas latinoamericanos de primera categoría, pero el costoso honorario que cobraban estos artistas no corría por cuenta de La Voz Dominicana ni mucho menos del peculio personal de Petán sino por cuenta principalmente de terceros. Semanas y meses antes de ese evento, "mensajeros" de Petán iban a las empresas a recoger las valiosas "contribuciones" de los empresarios a este colorido evento, impuesto ilegal que ningún empresario en sus cabales se atrevía a rechazar. Los lectores pueden leer más sobre los abusos de Petán, especialmente los abusos sexuales, en las secciones VARIOS y ATROPELLOS. Además, los lectores pueden leer sobre algunos de los mecanismos de abuso sexual en Bonao contados por una víctima años después en la revista ¡Ahora! de la segunda quincena de diciembre, 1962, edición No. 23, pág. 6, Petán, pervertidor sexual (biblioteca FUNGLODE).
Otro hermano, Romeo Trujillo (Pipí), era bebedor, jugador y mujeriego, dejando una numerosa prole en el país con diferentes concubinas. Era hábil en el tráfico de influencia, la extorsión y el engaño. Además, compraba y no pagaba. Acostumbraba a reclutar arbitrariamente a la fuerza (aunque siempre con su estilo pueblerino) a cualesquier peatones que se encontraba para que lo "ayudaran" en algun proyecto o construcción sin pagarles un centavo. Parte de sus ingresos le provenía de los alquileres de casas que compraba bajo extorsión, a precios irrisorios, y aquel que no pagaba el alquiler a tiempo sufría amenazas.
Además, Pipí tenia su retén personal en la carretera a Santiago y semanalmente sus agentes le entregaban en bolsas lo recaudado (Ver William Krehm, op. cit., pág. 351). El único trabajo formal que tuvo fue como jefe del centro para el control de la prostitución (se expedían permisos para ejercer la prostitución en el país y en el exterior con el fin de controlar las efermedades). Al poco tiempo, esto se convirtió en un negocio más a través del chantaje en que logró un control personal de los prostíbulos y las prostitutas. Para poder ejercer en el país u obtener permiso de salida para ejercer en otros países, había que comprar la famosa "tarjeta de Pipí" en que el criterio para obtener la tarjeta, a su precio, no era la salud de la mujer sino el pago del precio por la tarjeta. También “compraba” ganado a nombre del Jefe diciéndoles que recogieran el pago en alguna dependencia del gobierno, pero dichos fondos no existían. Además, les cobraba un impuesto personal a los limpiabotas. Por dondequiera que se paseaba, Pipí encontraba víctimas para saciar su codicia. A la sombra del poder de su hermano, a menudo comía y bebía en restaurantes y bares y casi nunca pagaba bajo algún pretexto, y no por necesidad claro está, sin que nadie pudiera recurrir a las autoridades. Las veces que individuos se quejaron a las autoridades por algún abuso, éstos terminaban en la cárcel o multados.
Se cuenta que eran tantas las ofrendas florales que le mandaban a Mama Julia (Julia Molina) provenientes de ministerios, negocios e individuos que querían congraciarse con la familia reinante que su hija Japonesa (hermana del Jefe) era la que se encargaba de recibir dichos arreglos florales, un pequeño servicio a la Patria por el cual, naturalmente, ella recibía un sueldo. Esto del sueldo de Japonesa se sabía entre la población aunque no hemos investigado para ver si lo habrá confirmado algún historiador. Trataremos de confirmar la versión popular, la cual no debe sorprender ya que es consistente con los mecanismos de explotación del Estado por parte de los miembros de esa familia, hasta por las cosas más insignificantes.
Héctor Trujillo fue el menos agresivo de todos, pero esto no impidió que también supiera beneficiarse ampliamente del poder absoluto de su hermano protector. El ex Secretario de Prensa del régimen, Germán Ornés, nos informa en su libro (Trujillo, Little Caesar of the Caribbean, pág. 263) que Héctor, como Presidente títere, en 1958 devengaba un salario de US$283,550.00 al año (hoy en 2020, US$2,539,303.20). gran parte de su tiempo escuchando grabaciones secretas de las oficinas de los funcionarios ya que quien realmente gobernaba era su hermano. Pero ese exagerado sueldo por tan mediocre esfuerzo no bastaba. Su propio edecán personal durante muchos años, el teniente Generoso Gómez, escribió en sus memorias cómo Héctor Trujillo disimuladamente recibía cuantiosas sumas de dinero en efectivo de parte de funcionarios del Estado y políticos, como una especie de tributo personal. Gómez era el responsable de depositar ese dinero en la cuenta. Además, acostumbraba venderle tierras al Estado a un precio sobrevaluado. Dicho edecán, hoy todavía completamente leal a su jefe, también confirma en sus memorias lo que era un secreto a voces: Que Héctor Trujillo era mujeriego y que le gustaban "las mujeres ajenas” con lo que también humillaba a los funcionarios. También cuenta Generoso en uno de sus libros y en una entrevista que él fue quien sacó un millón de dólares de una cuenta para la partida de Héctor Trujillo del país en 1961 (además, el gobierno de Balaguer le daría 1-2 millones de dólares más para que desistiera de su intento por tumbar a Balaguer y otros 1-2 millones a Petán). No se sabe a ciencia cierta el total de fondos que Héctor Trujillo había sacado del país antes de la caída del régimen, pero el importante periódico alemán Die Zeit (ver sección LA FORTUNA) sostiene que sacó un total de US$90 millones (hoy unos US$720 millones).
Comparen el salario anual del presidente Héctor Trujillo en 1958, US$2,539,303.20 (ajustado al dólar de 2020), con el salario anual de Danilo Medina en el 2020, US$96,428.00:
US$2,539,303.00 (salario HT) ÷ US$96,428.00 (salario DM) = 26.3
Es decir que el salario de Danilo Medina en el 2020 es 26 veces más pequeño que el de Héctor Trujillo en 1958 (con los ajustes de desvalorización del dólar ya calculados).
Otra comparación:
En 1958 el salario del Presidente americano Dwight Eisenhower era de US$100,000.00 mientras que el del Presidente títere de nuestro paisito en 1958 era de US$283,550.00, casi 3 veces mayor que el del Presidente de la primera potencia económica, industrial y militar del mundo.
De lo que aquí en RD se trataba era de una corrupción formalmente legalizada, pero corrupción real en toda su esencia.
Notas:
-
Con base a los cálculos de usinflationcalculator.com, US$283,550 de
1958 equivalen
en
2020 a US$2,539,303.20.
- El boletín de OSES-INTEC-2020-21 indica que el salario mensual de Danilo Medina en 2020 es de RD$450,000.00 al mes. Otras fuentes señalan la misma cifra.
RD$450,000
x 12 meses = RD$5,400,000.00 (salario anual)
RD$5,400,000.00
÷ 56 (tasa de cambio peso/dólar en 2020) = US$96,428.57
- Salario anual de Danilo Medina en dólares, en 2020: US$96,428.57
- US$2,539,303.00 (salario HT) ÷ US$96,428.00 (salario DM) = 26.3
Los seis hermanos de Trujillo (Petán, Romeo, Virgilio, Pedro, Aníbal y Héctor) eran grandes terratenientes y hay muchos ejemplos de cómo ellos fueron adquiriendo sus propiedades a base de violencia y extorsión. Las hermanas también tenían propiedades (especialmente Marina) aunque no tan extensas como las de los hermanos más poderosos.
Pueden ver más abajo El Nepotismo Trujillista, una lista de 61 miembros de la familia Trujillo con sus respectivos cargos en el gobierno y en las fuerzas armadas. También pueden ir a la sección ANTECEDENTES para leer más sobre los hermanos de Trujillo. Invitamos a los lectores a descargar gratis en pdf la edición completa de la obra de José Almoina Una Satrapía en el Caribe por cortesía del Instituto Nacional de Bienestar Magisterial (INABIMA, Ministerio de Educación) en: inabima.gob.do/.../Autores%20Dominicanos/.../Almoina.
Además, pueden descargar gratis en pdf en el portal del AGN el libro de Carmita Landestoy Yo también acuso, publicado en el exilio en 1946. Debido a que esta dama se movía dentro de los círculos de poder antes de irse al exilio, ella revela datos importantes sobre la corrupción, la riqueza que Trujillo y sus hermanos estaban acumulando vertiginosamente y los mecanismos internos del poder. Este libro es un valioso documento sobre la dictadura hasta 1946.
También pueden descargar gratis en pdf un importante diario redactado secretamente durante la Era por el periodista Alonzo Rodríguez Demorizi: Drama de Trujillo por Alonzo Rodriguez Demorizi
Nota: Otra vertiente de la corrupción y perversión a que fue sometida la sociedad dominicana por los Trujillos y sus cómplices fue la descomunal explotación sexual de nuestras adolescentes y mujeres durante los 31 años. Los lectores pueden leer un amplio informe sobre esta faceta del Trujillato en la edición de enero 1, 2022 titulado La explotación sexual durante la “Eva Gloriosa”.
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César Saillant escribió estas memorias sobre lo que vivió como secretario y traductor de Ramfis Trujillo durante los últimos años de la dictadura. Las escribió mientras se encontraba en una especie de auto exilio en Nueva York después de la caída de la dictadura. Le envió las 52 páginas de dichas memorias al embajador dominicano en la OEA, Eduardo Sánchez Cabral. Además, le envió otro amplio informe a El Caribe. Recomendamos leer dichas memorias por completo ya que contienen muchos detalles sobre la corrupción, los desmanes y abusos en las oficinas del hijo predilecto del dictador.
EXTRACTO
Secretario y Traductor de Ramfis Trujillo
Citamos a Saillant:
“¿Y pagaba [Ramfis] un centavo más que usted o que yo? ¡Jamás! ¡Y cuánto trabajo daba cobrarle cuando uno se decidía a hacerlo! Recuerdo que en una ocasión la Ferretería de Pool le cerró el crédito, cansada de cobrar una cuenta que amenazaba pasar a la historia. Ese señor está vivo porque nosotros escondimos el hecho a Pirulo hasta lograr que la Intendencia hiciera efectiva la deuda.
Y mientras tanto, nuestras divisas en fuga incesante hacia los bancos de Estados Unidos, Suiza e Inglaterra. Desde hacía años venía explotando al pueblo, sacando dólares por todos los conductos que le aconsejaban los entendidos en la materia, Víctor Sued y Antonio León Estévez.
(Fin de la cita de Saillant)
Nos preguntamos: Cuando Ramfis Trujillo murió repentinamente a raíz de su accidente, ¿estaban la viuda, sus hermanos o su madre informados de esas cuentas en EUA donde secretamente se depositaba el capital devengado de las exportaciones de las compañías "propiedad" de Ramfis? ¿O sólo sus testaferros? ¿En qué manos quedó ese dinero?
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HACE 50 AÑOS
“La Secretaría de Administración, Control y Recuperación de Bienes congela los fondos depositados a plazo fijo en el Banco de Credito y Ahorros a nombre de la Pan American Holding and Investment Corporation. Los mencionados fondos por el valor de medio millón de pesos [a la par con el dólar] son propiedad de Flor de Oro Trujillo.”
Cabe la pregunta: Una mujer como Flor de Oro, que no era una profesional (ni médico, ni abogado, ni ingeniero, etc.), ni era ninguna alta ejecutiva empresarial, ¿tendría la capacidad de generar semejante suma de dinero por su propia cuenta?
¿Podrían estos fondos (posiblemente otros fondos también) explicar la forma insistente y febril en que Flor de Oro trató de regresar inmediatamente a República Dominicana desde Canadá tan pronto supo del ajusticiamiento de su padre, lo que no pudo hacer porque las autoridades norteamericanas le impidieron la salida de EUA? Flor de Oro no era indiferente al buen dinero y a los beneficios que de él se derivan. No olvidemos que varios años después del tiranicidio Flor de Oro contrató el poderoso bufete de Richard Nixon para que reclamara ante los hijos de María Martínez lo que a ella le tocaba de la fortuna Trujillo en Europa. Tampoco hay que olvidar que la relación entre Flor de Oro y su padre había sido antagónica y distante durante mucho tiempo, lo que no compagina con su desesperado esfuerzo por viajar al país inmediatamente después del ajusticiamiento.
Ver noticia en el Diario de Nueva York, pág. 15: http://news.google.com/newspapers?nid=gqw4OU68NNkC&dat=19620611&printsec=frontpage&hl=en
“Another nephew became a medical doctor without ever attending school. Accompanied by armed friends, he took his medical exam from the thoroughly intimidated Medical Examination Board which merely asked him to identify 'an eye, a nose, and an ear'.”
Europe Meets U.S. in Crime and Policy
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(Ver Revelaciones a Sanchez Cabral, Cesar A. Saillant, Disclosures to Sanchez Cabral, Google Books)
Les recomendamos a los lectores leer las extensas memorias de Cesar A. Saillant en su totalidad porque contienen muchas revelaciones sobre el quehacer diario y los eventos de importancia que presenció al servicio de Ramfis Trujillo como su secretario. No hemos incluido la gran mayoría de los dislates, desmanes y corrupción porque este portal ya casi no acepta más texto. Las Memorias de César A. Saillant fueron publicadas originalmente en 1963 por Editora del Caribe bajo el título Revelaciones a Sánchez Cabral. César Saillant escribió estas memorias mientras se encontraba en una especie de auto exilio en Nueva York después de la caída de la dictadura. Le envió las 52 páginas de dichas memorias al embajador dominicano en la OEA, Eduardo Sánchez Cabral. Le envió, además, otro informe a El Caribe con muchas revelaciones más. Dichas memorias estan tan repletas de revelaciones sobre los desmanes, ineficiencia, corrupción, abusos que la única manera de hacerle justicia a este valioso documento sería publicándolo en su totalidad, lo que no es posible por falta de espacio.
LAS EMPRESAS PROPIEDAD DE RAFAEL LEONIDAS TRUJILLO
Al final de su gobierno y de su vida, Trujillo controlaba cerca del 60-70% de la producción industrial y la producción agrícola, empleando, a través de sus empresas y el Estado (el cual era practicamente una empresa más) a casi el 60% de la población del país. Algunos biógrafos sostienen que Trujillo poseia 111 empresas pero esto no lo hemos podido verificar por falta de tiempo.
Además, sus hermanos, sobrinos, cuñados y otros miembros de la familia también eran dueños de empresas bajo las mismas condiciones privilegiadas. Algunos también eran testaferros de Trujillo en las empresas de éste.
Estas son las principales empresas pertenecientes a Rafael Leonidas Trujillo y algunas de las empresas en que era socio mayoritario:
Constructora Ozama*
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Como pueden ver en esta noticia publicada justo después de la caída de la dictadura, la familia Trujillo poseía muchísimas más empresas que las que nosotros identificamos en nuestra lista. El gobierno tomó esta disposición para que los Trujillos en el exilio y sus testaferros no pudieran vender dichas empresas desde afuera.
- Las falsas hazañas de Trujillo
- La creación del peso dominicano: La gran estafa del siglo
- La utilización del Estado en provecho personal
- Trujillo y la deuda externa dominicana
- ¿Cuántos millones sacaron los Trujillos del país?
- Mitos en la historia de la deuda externa dominicana
- Anticipando la caída de Trujillo
- Trujillo y la industrialización
- Trujillo: Maniobra singular con los bancos del Estado
- Lo que ya se olvidó
Sebastian Robiou, su hijo, tuvo el cargo de Director de Meteorología entre 1935 y 1948, durante 13 largos años.
Jacobo Trujillo era hijo natural de José Trujillo Valdez, pero no fue reconocido legalmente. Aún así, Jacobo usaba el apellido de su padre natural y obtuvo cargos y privilegios por derecho de sangre. Se dice que después de la caída de la dictadura, abandonó rápidamente el antes preciado apellido paterno.
Flor de Oro fue hasta entonces la única mujer en todo el cuerpo diplomático en Washington que ostentó el cargo de Primer/a secretario/a de una legación. Dicho cargo es un cargo diplomático, no administrativo como erróneamente creen algunos. Ya divorciada de Rubirosa, asumió dicho cargo en 1943 y lo mantuvo por cuatro años.
Bolivar de Peña (yerno, casado con Odette Trujillo) fue secretario de la embajada en Canadá en 1955, por lo que estamos seguros de que ya para finales de la dictadura, debió de haber ostentado cargos superiores por ser yerno del Jefe, pero por ahora no tenemos información.
El Coronel Luis Beauchamps Javier estaba casado con una hija de Aníbal Trujillo, Silveria Trujillo. En 2004, una hija suya, Silveria Beauchamps Trujillo, murió en un asalto efectuado por delincuentes en que su marido resultó herido. El Coronel Beauchamps también era hermano del General Juan René Beauchamps Javier, quien en los gobiernos de Balaguer llegaría a ser Secretario de Estado.
Casilda Trujillo era hija de Pedro Vetilio Trujillo Molina.
Además de ser diputado por Bahoruco, senador por Santiago Rodríguez y funcionario del gobierno, Frank Parra Alba al principio también administraba la infame "Aduanita" que pertenecía a su prima María Martínez (Alba) de Trujillo.
Muchos de estos miembros de la familia Trujillo tuvieron más cargos que los que aparecen en la lista, pero por falta de espacio nos limitamos a mencionar uno o dos cargos. Algunos títulos se repiten porque, naturalmente, estas personas se turnaban en los puestos durante los 31 años de la dictadura.
No incluidos en la lista todavía:
Virgilio Oviedo Trujillo, sobrino o primo. Es mencionado por Tomás Baez Díaz en su libro En las garras del terror (p. 35) como uno de los esbirros que lo torturó en La Cuarenta. Suponemos que tendría un rango militar. Cuando lo sepamos quedará incluido en la lista.
Coronel Neit Nivar Seijas: Si confirmamos nuestras sospechas, lo incluiremos en la lista. El Jefe tenía un medio hermano mayor llamado Julián Nivar Trujillo y es muy posible que el entonces coronel Neit Nivar Seijas fuera su hijo o sobrino ya que el apellido Nivar no era común y, además, lo ascendieron rápidamente. Durante el balaguerato los consejeros militares americanos lo consideraban inepto y mal entrenado para el mando militar, así como uno de los oficiales militares que más se enriqueció bajo Balaguer.
*José García Trujillo: Hubo dos José García Trujillo. La Academia de la Historia en La familia de José Juan de Dios Trujillo Valdez, Pepito, y Altagracia Julia Molina Chevalier, al hablar de los años de infancia de Trujillo, dice que “identifica a Pepito Trujillo como su cuñado (Wenceslao García, el jefe comunal, casado con una hermana de Pepito, era el padre del general José García Trujillo, quien fuera luego comandante del E. N., entre otros altos cargos en el gobierno trujillista)”. Este José García Trujillo era sobrino de José Trujillo Valdez (Pepito) y, por tanto, primo de Rafael Trujillo Molina.
Los hermanos Trujillo también tuvieron muchos hijos naturales quienes, si bien no llevaban el apellido Trujillo, algunos se vieron favorecidos con cargos en el gobierno central o local. Sin embargo, es defícil identificarlos porque llevaban el apellido materno y hoy no recordamos los nombres.
Al primogénito Ramfis también le habían otorgado el titulo de Doctor en Derecho summa cum laude de la Universidad de Santo Domingo, Summa Cum Laude, sin haber asistido a clases ni tomado examen alguno.
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No estamos seguros sobre cuál de las ramas de las Fuerzas Armadas era Mayor el infante Radhamés Trujillo puesto que la fuente de donde obtuvimos la foto dice que era Mayor de la Aviación, pero en un artículo escrito por un oficial militar sobre el viaje de Trujillo a España en mayo de 1954, dice que entre los acompañantes iba "Radhamés Trujillo, Mayor del E. N (Ejército Nacional)". No sería extraño que este niño prodigio fuese Mayor de las tres ramas de las Fuerzas Armadas, como su hermano Ramfis. Por cierto, en ese viaje a España el Mayor Radhamés tenía 11 años y medio (nació el 2 de diciembre, 1942). Obviamente, su carrera militar no fue tan meteórica como la de su hermano mayor quien para esa edad era ya General.
Por Bernardo Vega
Economista, historiador
Ex director del Museo del Hombre Dominicano
Ex director del Banco Central
1 de junio 2011
La realidad, que nunca se hizo pública durante la dictadura, fue que Haití logró su control aduanal seis años antes que los dominicanos, tuvo moneda propia en 1935, doce años antes que los dominicanos y pagó su deuda externa el mismo día que los dominicanos. Santo Domingo fue uno de los últimos tres países en América Latina en tener un Banco Central y moneda propia. Su industrialización fue de las más lentas del continente, Trujillo quitó tierras a campesinos pobres y el tratado fronterizo realmente se firmó durante el gobierno de Horacio Vásquez y Trujillo lo que hizo, al firmar un protocolo al mismo, fue entregar tierras a Haití que en el tratado firmado por Vásquez eran dominicanas, a cambio de un pacto político bajo el cual el gobierno haitiano se comprometió a no permitir la presencia de exilados anti trujillistas en su territorio. Hoy trataremos el tema de las aduanas.
Bajo la convención de 1924, firmada por el gobierno de Horacio Vásquez, se ratificó el control de las aduanas por parte de representantes del gobierno norteamericano. Desde 1905, a través de un Modus Vivendi y luego por la convención domínico-americana de 1907, los norteamericanos controlaban dichas aduanas, no sólo en los puertos dominicanos sino también en los puestos fronterizos.
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LA CREACIÓN DEL PESO DOMINICANO: LA GRAN ESTAFA DEL SIGLO
Por: Franklin Franco
Historiador
hoy.com.do
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Francisco Berroa Ubiera
Después de ciertas negociaciones y de muchas amenazas de desembarco militar por parte de los acreedores extranjeros del país, el gobierno dominicano de Ramón Cáceres fue obligado a firmar un arreglo de cuentas en 1907 o Convención Dominico-Americana, por medio de la cual la deuda externa se fija en la suma de US $ 20.0 millones para ser pagados a más tardar en 1927.
A esta onerosa deuda se le agrega una nueva que fue contraída por los gobiernos norteamericanos de ocupación entre 1916 a 1924; en este último año la nueva deuda fue consolidada por medio de una nueva Convención que la fija en US $ 25.0 millones.
Trujillo inicia su dictadura en febrero de 1930.
Yo nací a finales de 1953, y crecí en la ciudad de Santo Domingo, valga decir en un ambiente urbano en medio de una familia trujillista; fui educado en la escuela trujillista, oyendo decir a los maestros que Trujillo era mejor que Dios y más grande que los padres de la patria, incluso era considerado por esos calieses o espías del gobierno enganchados a educadores como superior a Juan Pablo Duarte el fundador de la República, y decían además que Trujillo era más ético que el maestro de maestros don Eugenio Maria de Hostos, y más magnánimo y espiritual que el Papa y que los obispos de la iglesia católica.
La propia iglesia lo endiosaba y muchos curas estaban más al servicio de la dictadura que a sus propios templos y seguidores.
Recuerdo haber oído decir a mis mayores que el Jefe Trujillo era el único dominicano que había pagado la deuda externa como algún uno todavía hoy lo sostiene.
Ese es otro mito que han divulgado hasta la saciedad los periodistas, los políticos, los pseudos historiadores, y sobre todo los mitómanos trujillistas hijos de los cleptocratas y alcahuetes que se enriquecieron a su lado supuestamente administrando sus bienes y propiedades.
Trujillo y la deuda externa
La afirmación de que Trujillo pago la deuda externa esta basada en el hecho de que en 1947 el otrora dictador ordenó la tesorero de la nación el pago la suma de US $ 9, 271, 855.55 adeudados a los Estados Unidos desde 1924, es decir, la deuda de US $ 25.0 millones reconocida mediante la Convención Dominico-Americana, y que aunque debió pagarse en 1942, el legendario Dictador no la pagó.
Trujillo gestionó en 1940 un arreglo de cuentas con el gobierno de los Estados Unidos denominado Convención Dominico-Americana de 1940 (divulgado por los publicistas del funesto régimen con la denominación de Tratado Trujillo-Hull), por medio de la cual la deuda que debía ser pagada en 1942 fue diferida para pagarse en 1947, es decir que Trujillo pagaba tarde, y por lo tanto pagaba mal porque el retraso de un pago de una obligación de este tipo conlleva el pago adicional de moras y de intereses adicionales.
Sin embargo, hecho el pago de la deuda en 1947 el dictador actuó como una buena gallina cuando pone el huevo, y cacareó a los cuatro vientos por todos los medios de comunicación y de propaganda a su servicio -que eran muchos- que había pagado la deuda externa, y lo dijo con tal intensidad que todavía ciertos ecos extraviados en el tiempo lo continúan repitiendo.
Y ciertamente Trujillo pago esa deuda tarde y mal porque dicha deuda debió liquidarse en 1942, y no lo hizo.
Sin embargo, mucho antes que Trujillo el general don Horacio Vásquez Lajara liquidó en 1927 la deuda heredada del siglo 19 que fue consolidada mediante la Convención Dominico-Americana de 1907.
Tras Rafael Trujillo alcanzar el poder por medio de un golpe de estado contra don Horacio Vásquez, su protector, impuso dos gobiernos títeres (los de Rafael Estrella Ureña y el de Jacinto B. Peynado), y organiza una farsa electoral antes de juramentarse como Presidente el 16 de agosto de 1930.
Habiendo los nuevos gobernantes heredado una deuda de aproximadamente US $ 20.0 millones, no obstante entre mayo y agosto de 1930 Trujillo viaja a los Estados Unidos para solicitar en los Estados Unidos un nuevo préstamo por la suma de US $ 50.0 millones, siendo considerado por los funcionarios norteamericanos del Departamento de Estado como un loco e insensato, y claro dicha solicitud de préstamo no fue atendida.
Pero lo que nadie se imagina es que después de ser saldada la deuda de 1925 en 1947, con un retraso de cinco años, el dictadorcillo concentra sus esfuerzos en la tarea de endeudar la nación.
Solicita y obtiene varios préstamos del Eximbank, uno del Fondo Monetario Internacional, y otros varios con bancos extranjeros y nacionales, gestionando y obteniendo varios préstamos para sus empresas privadas pero dando en garantía bienes públicos.
Por ejemplo, en 1960 obtuvo un préstamo del Banco Nova Scotia por la suma de US $ 30.0 millones para destinarlos supuestamente para la renovación tecnológica de sus ingenios azucareros, pero dando en garantía la Reserva Monetaria del Banco Central, claro está que con el visto bueno del presidente títere Joaquín Balaguer.
En fin, a la hora de su muerte en 30 de mayo de 1961 de este último préstamo Trujillo no había pagado un solo centavo, y Balaguer vació las bóvedas del Banco Central para pagar los US $ 30.0 millones, mora e intereses, y esta operación no fue registrada en términos contables como una deuda externa de la nación, aunque de hecho lo era.
Por lo tanto, Trujillo a la hora de su muerte dejó a los dominicanos deudas por encima de los US $ 60.0 millones, es decir, más de tres veces la deuda encontrada por su primer gobierno en 1930, aunque en el Banco Central solamente se registra en 1961 una deuda externa por la suma de US $ 14.0 millones.
Cuando ustedes oigan decir que Trujillo pagó la deuda externa, díganle a quien lo afirme que esa es una gran mentira fruto del desorden propio de un estado fallido en donde reinan la cleptocracia y la impunidad judicial.
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¿CUÁNTOS MILLONES SACARON LOS TRUJILLO DEL PAÍS?
Se han realizado diversas estimaciones sobre la fortuna acumulada por el dictador Rafael L. Trujillo y su familia, que operaba de acuerdo a una perfecta división del trabajo y mediante el empleo de la extorsión económica, la violencia, el fraude, el despojo, la subordinación de grupos económicos, la manipulación de la legislación estatal para obtener ganancias, etc.
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Mitos en la historia de la deuda externa dominicana
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Anticipando la caída de Trujillo
Anibal de Castro
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Guido Riggio
Pero ya Platón en su Crátilo se preguntaba si el significado de la palabra venía dado de forma natural, o si por el contrario era arbitraria y dependía del hábito de los hablantes.
Pero, como no es el lenguaje el que revela la verdad sino los hechos concretos, para poder sostener aquel juicio tendríamos que encontrar algún rastro de lo que a la sazón debió ser, oficial u oficiosamente, la "política de industrialización nacional de Trujillo". Veamos.
Empresas personales
Si bien es cierto que Trujillo fundó una serie de "industrias nacionales" hay que destacar que casi todas estas industrias fueron "industrias personales" (a veces aliado con socios extranjeros) y que por circunstancia repentina de su muerte no pudieron ser traspasadas (con algunas excepciones) a sus descendientes o testaferros.
De todas maneras, quedó muy claro que cuando las creó, no fue su intención pasar estas empresas, ni sus beneficios, al Estado Dominicano. Más por el contrario, las industrias de Trujillo, que surgieron en plena guerra mundial debido a la escasez de productos en los mercados internacionales, prosperaron amparadas en: 1) precios excesivos y 2) negocios monopólicos amañados que hacía con un Estado que lo financiaba y que además lo exoneraba de impuestos aduanales .
Lo que sí podríamos afirmar, para ser objetivos, es que Trujillo, sin proponérselo, al morir, devolvió lo robado al Estado Dominicano: un considerable número de empresas "personales" que luego fueron llamadas "estatales".
El atraso dominicano
Pero, para evaluar más objetivamente la cuestión, examinemos en perspectiva a la República Dominicana dentro del contexto internacional y preguntémonos:
¿Qué sucedía por aquel entonces en la economía, en la industria y el comercio de Cuba, de Argentina, de Chile, de Colombia, de Venezuela, de México y de otros países del mundo, durante aquellas "décadas tiránicas"- 1930 al 1960- en que aquí gobernaba Trujillo para él y su familia?
Pues sucedía lo que debía de suceder: sus clases empresariales y sus economías se expandían a mayor velocidad y a mayor escala que la nuestra, debido, lógicamente, a las mayores libertades y al grado de tolerancia mayor de sus regímenes políticos.
Mientras aquellos gobiernos promovían una política de "desarrollo empresarial e industrial", nuestro país se quedaba rezagado. Aquí el Estado sembraba una política para promover el "negocio industrial monopólico del Jefe".
Y no existe señal alguna razonable que nos impida inferir que el enorme crecimiento industrial que experimentaron aquellos países latinoamericanos, también hubiese acontecido aquí, si no hubiera existido un régimen tan egoísta como el de Trujillo.
Mientras que en 30 años Trujillo creó sólo unas 30 nuevas empresas importantes, en aquellos otros países- aun existiendo dictaduras en algunos de ellos - gozaban de ciertas libertades políticas y económicas, y en los mismos 30 años, este número de empresas fue superado cientos de veces.
No existía un plan de desarrollo industrial
De manera que jamás podemos afirmar razonablemente que Trujillo se dedicó a poner en marcha un plan efectivo, una "política para el desarrollo de la industria nacional", como se dice falsamente. Más bien él fue "sepulturero de la industria nacional", fue quien castró la iniciativa privada, para constituirse, prácticamente como en todo, en el único súper empresario criollo, superando a otros dictadores latinoamericanos.
Además, a nadie se le ocurriría decir que la mayoría de las empresas importantes surgidas durante La Era, fueron todas propiedades del tirano, a razón de que el resto de la oligarquía dominicana y los demás ciudadanos carecían de la inteligencia y de la capacidad para desarrollar una importante industria nacional.
Monopolio personal
Porque los inversionistas de otros países no tenían en contra, como los empresarios dominicanos, a un empresario mafioso, monopolista, criminal y asesino, con todo el poder militar en sus manos, que se había apoderado del gobierno en 1930 a base del terror, asesinando a sus opositores políticos a sangre fría.
En aquella Era bastaba tener una próspera finca, o un hermoso caballo, o un toro de raza, para provocar la envidia del sátrapa o la de sus ladrones hermanos, a quienes había que cederle o, con suerte, "venderle" la propiedad a precio vil. En esto superaba a otros dictadores.
Trujillo: ¿empresario o ladrón?
Porque Trujillo fue un temible "ladrón personal" y un "asesino vulgar", y no sólo un "asesino político" que mató por razón de Estado, como sus admiradores y devotos afirman falseando la historia.
Además, si damos un vistazo a nuestras tres décadas 'democráticas' comprendidas entre el año 1978 al 2008, veremos que en estos últimos 30 años, nuestro desarrollo industrial creció y sigue creciendo enormemente, porque tomó el camino de la normalidad, el camino de los otros países con políticas empresariales liberales.
Algo parecido pudimos observar en España después de la muerte de Franco. Con el fin de la dictadura, aquella nación gozó de una transformación económica extraordinaria y vertiginosa, pasando de una sociedad atrasada, a una de las más avanzadas de Europa y del mundo, esto, como muestra fehaciente del daño al desarrollo y a la empresa industrial que ejerce toda dictadura, aun aquellas dictaduras un poco moderadas, que no hacen de su país una finca a su servicio personal y familiar.
Si bien podemos contabilizar las 30 industrias propiedad del Jefe, jamás podremos contabilizar las decenas de industrias que hubiesen surgido si el país hubiese estado gobernado por un régimen liberal, orientado hacia la libre empresa. O quizás otro hubiese sido nuestro destino industrial, si hubiésemos tenido un dictador menos egoísta, un dictador que no se dedicara a perseguir a sus competidores, como lo hizo Trujillo.
Solo fue propaganda
En su reciente obra "La Otra Historia Dominicana", dice el historiador Frank Moya Pons: "Buscando en bibliotecas y archivos públicos y privados la existencia de publicaciones o escritos que contengan las ideas que pudieron haber inspirado el 'desarrollo industrial' durante la Era de Trujillo, sorprende la falta de una teoría explicita, o de una justificación del proceso dominicano, aparte de las acostumbradas alusiones al 'genio portentoso' de Trujillo".
Pero Moya Pons descarta la única evidencia histórica de lo que pudo ser un 'Plan de Industrialización' trujillista , y niega que la existencia del Índice ,elaborado por Manuel Resumil Aragunde, fuese un plan preexistente que esbozara el desarrollo industrial dominicano, a razón de haber sido escrito a posteriori , con la finalidad de justificar lo ya acontecido.
Por todo lo visto, podemos concluir razonablemente que el régimen de Trujillo (como toda dictadura) fue el sepulturero y el perseguidor de la clase industrial criolla y por ende, de la industrialización dominicana.
Hubiésemos podido hablar de la "Industrialización de Trujillo", si él hubiese implementado una política para el desarrollo industrial general y no personal, si hubiese estimulando a todos los sectores a invertir, sin la amenaza del despojo y la intimidación con que eliminó a su competencia, aplastó al empresariado e impidió el desarrollo de la Industria Nacional.
En este caso, el significado de las palabras propagadas en el sofisma que afirma que "Trujillo creó la Industria Nacional", debe tener su origen en el uso de un lenguaje con significado y juicio histórico desacertado , y por demás arbitrario; a decir de Platón : 'Algunos falsos juicios son producto del hábito irreflexivo de hablantes interesados'.
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Rafael L. Trujillo: La utilizacion del Estado en provecho personal
Historiador
Subdirector Archivo General de la Nación
Naciondominicana.com
Santo Domingo, RD.- Hace un par de años el Archivo General de la Nación recibió una copia del inventario de las propiedades, empresas y recursos económicos acumulados por Rafael L. Trujillo M. en sus treinta años de dictadura. El documento, en que se enumera todo lo que poseía el dictador al momento de su muerte, está fechado 5 de julio de 1961.
En él aparece de manera detallada la riqueza acumulada por el dictador hasta la hora de su muerte, ascendente a 148 millones 800 mil pesos. Además, se tiene calculado en 150 millones de dólares el dinero depositado por Trujillo, tanto a su nombre como a nombre de familiares y testaferros, en bancos extranjeros.
Tomando este documento como referencia, ahora sabemos que los bienes de Trujillo estaban repartidos en: Haciendas y propiedades rurales, inversiones en empresas, posesión de acciones diversas, deudores, el Yate Angelita, solares, propiedades rurales, y bienes e inversiones de María de los Ángeles Martínez Alba de Trujillo.
Para que se tenga una idea, basta destacar que Trujillo tenía fincas en La Victoria, La Estrella, Hato Nuevo, San Cristóbal, La Vega, Santiago, Monseñor Nouel, Cotui, Distrito Nacional, San Juan de la Maguana, San José de las Matas, Monte Cristy y Guayubin. La suma de toda la tierra de Trujillo asciende a 348,369 tareas, además de poseer residencias, casas de alquiler y solares en casi todas las provincias del país.
Las empresas más importantes controladas por el dictador eran la Dominican Republic Sttlament, el Santo Domingo Country Club, Azucarera Haina, Industria Licorera La Altagracia, Laboratorio Químico Dominicano, Cervecería Nacional Dominicana, Editora La Nacion, Banco de Crédito Agrícola e industrial, Explotación Minera Hatillo, Industrial dominico-Suiza y la Industria Dominica de Alcoholes.
Pero, imagino que ustedes se estarán preguntando, y cómo Trujillo pudo acumular tanta riqueza, cómo fue que utilizo el Estado para enriquecerse de manera desmedida? Cómo fue que Trujillo, con un salario de $400 dólares como Brigadier General del Ejército en 1928 y de $700 dólares que recibía en 1939 como presidente, pudo acumular una riqueza de más de 300 millones de dólares en su período de gobierno.
Leyendo los documentos publicados por el historiador Eliades Acosta, he seleccionado una muestra que puede ayudar a entender la voracidad del dictador, y que conste, que no estamos hablando de toda la riqueza acumulada en manos de sus hermanos, hijos y demás familiares, la que debe ser exorbitante.
La acumulación de riqueza de Trujillo se inició durante la ocupación militar americana, y la forma en se apropiaba de lo ajeno, aparece claramente establecido en el expediente del consejo de guerra a que fue sometido en 1920, cuando era apenas segundo Teniente de la Guardia Nacional Dominicana. En el referido expediente preservado en Washington, Trujillo fue acusado de “violación e intento de estupro” y por “conducta escandalosa tendiente a la destrucción de las buenas costumbres”.
Los oficiales norteamericanos que llevaban el consejo de guerra contra Trujillo, destacaron el intento de estupro contra la joven Isabel Guzmán, de 17 años, y el cobro fraudulento de 150 dólares hecho contra el padre de la misma, para dejarlo en libertad. Se destaca en la acusación que “el dicho Rafael L. Trujillo, (…), voluntariamente, de manera ilegal, mal intencionada y corrupta, se apropió para su uso y beneficio, de la citada suma (…), obtenido incorrectamente, para vergüenza y deshonra del servicio de la Guardia Nacional Dominicana y del Gobierno Militar de Estados Unidos en República Dominicana.”
En 1926, siendo Trujillo el Jefe de la Policía Nacional, en la Cámara de Diputados se dispuso, cuando se estaba discutiendo la Ley de caminos, que quedaba “prohibido bajo pena de destitución a la Policía Nacional Dominicana y a los Policías Municipales tomar participación alguna, a menos que sean requeridos por autoridad judicial competente, en el cobro de este impuesto”. Esto se debió a que todo el que no portaba un recibo de libre transito, era detenido y para dejarlo en libertad tenía que pagar 5 dólares, dinero que iba a parar a manos de Trujillo.
En aquella ocasión, el diputado Licairac relató un incidente: “Yo si estoy con que se apruebe esa ley, porque la Policía Nacional Dominicana está cometiendo grandes abusos en los campos con ese motivo”. Otro diputado, de apellido Ferrer, planteo que “era necesario aprobar esa ley, porque se estaba haciendo negocios con los fondos de caminos, y que hay camino que deberían producir $5,0000.00 (y) no han producido la mitad”. En el mismo año, “la cámara de Cuentas mantenía en suspenso 18 mil pesos de la Policía Nacional Dominicana, debido a que esta no había podido rendir cuenta y observando: “de manera que eso acusa muy mala administración”. Pero hay más; cuando en la Cámara de Diputados se estaba discutiendo el presupuesto de la Policía Nacional para 1926, el diputado Brache critico que la PND contrajera deudas por 37 mil pesos sin contar con la autorización del Congreso y aclaraba que eso era: “darle una autorización tacita para que mañana nuevamente, comience a enredarse, segura que nuevamente se le van a pagar sus enredos”. Recuérdese que desde 1924 la Republica estaba gobernada por el general Horacio Vásquez, quien fue muy criticado por la corrupción bajo su mandato, lo que provoco que 1929 Vásquez solicitara la intervención de una delegación de especialistas norteamericanos para realizar una especie de auditoria de los gastos del gobierno. Esta fue conocida como la Comisión Dawes, que al tratar las finanzas del Ejército Nacional planteó entre otras cosas:
“Gastos tales como: compra de ropa, raciones, compra de gasolina, de aceite, reparaciones y gastos de contingencias, son arbitrariamente calculados. (…). La Comisión presenta varias partidas que agregan la suma de $529,875.00 que son infundadamente calculados. La Comisión opina que se podría lograr un gran ahorro siempre y cuando se haga una supervisión más científica y más estrecha”. Lo que estaba destacando la Comisión, de manera discreta, era la corrupción que existía en el Ejército Nacional bajo la jefatura de Trujillo.
Horacio Vásquez fue derrocado el 23 de febrero de 1930 y a partir de ese momento, ya Trujillo no tendrá límites en la acumulación de riquezas. Los mecanismos fueron diversos y casi siempre amparados en alguna legislación. Los documentos producidos por la propia dictadura son suficientes para demostrar cómo era que Trujillo utilizaba el Estado dominicano para enriquecerse o disfrutar de los bienes del pueblo dominicano. Veamos algunos ejemplos:
Trujillo respetó a empresarios burgueses, aunque a través de una política parcialmente monopólica afectó a sectores de los mismos , lo que incidió en la acumulación de capitales en beneficio propio y el de su grupo. Esos monopolios abarcaron diversos sectores de la economía como fueron el de la carne, la sal, la leche, las compañías de seguro y cigarrillos, impidiendo la aparición de empresas similares o haciendo que las existentes salieran del mercado en base a la extorsión y hasta la persecución política, como aconteció con Barleta y Michelena.
Un caso sintomático de la forma en que se producía el monopolio, se puede apreciar en la fabricación de cigarrillos: se dio el caso de que William G. Walsh, empresario de la ciudad de Nueva York, visitó el país con el fin de instalar una “factorías modernas de cigarrillos capaz de elaborar un producto de superior calidad que se pueda vender en competencia con las otras marcas existentes en el país”. Este empresario norteamericano se relacionó en este negocio con el italiano Amadeo Barletta quien tendría a su cargo la administración y la venta de los productos elaborados en la empresa. Barletta fue implicado en una conspiración en 1935, quedando la referida empresa, además de la Santo Domingo Motors bajo el control de Trujillo.”
En los casos más descarados, Trujillo se valió de leyes que permitían la expropiación de las empresas y bienes de las personas acusadas de conspirar contra la estabilidad del Estado. Apoyado en ella, Trujillo terminó quedándose con las propiedades de sus enemigos políticos.
Trujillo convirtió el Estado en un negocio particular y llegó un momento en que ya el pueblo no distinguía entre lo que era propiedad de Trujillo o propiedad del Estado. Solo él y la “Oficina particular del presidente”, tenían conocimientos de todas las actividades fraudulentas que se venían ejecutando, a través del partido, el Ejército y la estructura del Estado.
Muchas de las obras públicas del país, con recursos asignados en el presupuesto, eran construidas por dominicanos que en ocasiones, para justificar la acción fraudulenta eran declarados como vagos, como sucedió en 1930 cuando el gobierno inició una campaña contra supuestos vagos en la ciudad de Santo Domingo. La orden de Trujillo indicaba que todos “los hombres hábiles, sorprendidos en delito de vagancia, deben ser utilizados en los trabajos de las carreteras”.
En 1941, en el libro puesto a circular por Eliades Acosta, aparece el documento que prueba la utilización de campesinos en las propiedades de los Trujillo, cuando uno de ellos se atrevió a denunciar: “nosotros somos cincos compañeros que hemos ido a La Mata a trabajar ; (…) y ahora el raso De León ha inventado un camino para ir a su conuco (…) y ha puesto la gente a trabajar de balde y cuando nosotros decimos que ese camino es perdiendo su tiempo que está, entonces nos dijo que ese camino era del mayor Trujillo y del Presidente y también ha puesto una alambrada para su conuco las gentes de balde. A nosotros si fuera el camino para el Mayor o para el Presidente, nosotros no negaríamos de hacerlo, (…), pues nos quita todas las semanas el lunes y el jueves; (…) he faltado dos veces al camino y me ha echado diez días preso” .
Interesante resulta un mecanismo, que yo he llamado de “donación voluntaria”, para beneficiar a Trujillo, instaurado desde los primeros tiempos de la dictadura. Esa modalidad comenzó en 1930 con el regalo de un carro para Trujillo.
En 1933, importantes funcionarios y miembros del Partido Dominicano, promovieron una campaña nacional para que los dominicanos se despojaran de sus bienes y aportaran recursos para la erección de una estatua a Trujillo, proponiendo que “cada ciudadano y cada extranjero contribuyera con 50 centavos para formar el fondo que se necesitaba para la misma. Esa estatua fue instalada en San Cristóbal., Las cotizaciones de la estatua recibida por el gobierno indicaban que el pueblo dominicano tendría que pagar entre 140 mil y 68 mil dólares, solo para satisfacer la megalomanía del dictador.
Igual sucedió para la construcción del Monumento de Santiago en 1946, para lo que se promovió la existencia de un comité nacional que logró reunir $81,000 pesos y el cheque, que salio publicado en el periódico La Nacion, estaba destinado para ser cobrado directamente por Trujillo.
En 1933 los dominicanos decidieron despojarse de sus bienes para contribuir para la donación del yate de Trujillo. Otra embarcación adquirida por el Estado fue el “Guantánamo”. Inmediatamente se compró, fue armado “como buque para la defensa nacional” y bautizado con el nombre de “Presidente Trujillo”. La crónica del periódico La Opinión destaca el viaje de Trujillo a la región Sur conduciendo el mismo el vapor “Presidente Trujillo”.
Como parece que Trujillo y su familia tenían afición por los barcos, en 1939 quien recibió la donación de una embarcación lo fue Ramfis, y bautizada de inmediato como Yate Ramfis, el que antes llevó el nombre de “Camargo”, y que fue propiedad de Julio Fleischmann. El Miami Herald publicó una nota, reproducida por el periódico Listín Diario, que me permito leer:
“La esposa e hijos del Jefe del Ejercito de la República Dominicana a bordo del yate en espera de la llegada del Generalísimo y de sus ayudantes americanos antes de partir de visita a la Habana”. “Ramfis guía su propio bote de motor y tiene una perrera con 52 perros en su palacio dominicano. Él es dueño del único trailer (aparato que se agrega a un automóvil) que hay en la república y lo usa en sus frecuentes paseos al campo, conduciendo a sus compañeritos y a los perros. A bordo del yate hay seis de esos perros”.
En 1937 el presidente decidió construir un parque para Ramfis, su hijo favorito, y como siempre lo hizo con el dinero del Estado y la contribución “voluntaria” de los empleados y militares. Todas las secretarías de Estado apartaron partidas de su presupuesto con ese fin.
Cuando era necesario seguir llenando los bolsillos del presidente, los soldados, los presos y los empleados siempre estaban presentes, como lo demuestran numerosos informes de oficiales del Ejército. Cito: “Retornado, informando a Usted (…), que de los 261 presos que hay recluidos en las caréceles de Boca Nigua y en la cárcel de esta, no se puede disponer en la actualidad que trabajen 170 presos en la construcción de la nueva fortaleza, por la razón de que muchos de esos presos se encuentran enfermos e inutilizables para el trabajo, y además que de esos 261 hay 33 presos haciendo trabajos en la Finca del Honorable Señor Presidente.” En otro informe del Ejercito en 1942, El oficial de la cárcel informo al comandante en Jefe del Ejército sobre los presos que trabajaban en diferentes lugares: en la propiedad de Pedro V. Trujillo 51; en la de Romeo Trujillo 4; Arismendy Trujillo, 2; en casa de Nieves Trujillo 4 y en la Mansión presidencial, 6.
Un trabajo hecho publicar por Félix W. Bernardino, deja totalmente evidenciado la situación de los prisioneros durante la dictadura: Los agricultores se envían periódicamente a las distintas colonias agrícolas del Estado, de donde hemos visto salir a muchos hombres, luego de haber cumplido su condena, con la preparación necesaria, y habituados a la agricultura. (…).Los presos de la cárcel de la Fortaleza Ozama son utilizados en labores que redundan en un beneficio positivo para la sociedad: la construcción de edificios públicos, cuarteles, militares, campos de aterrizaje, limpieza de cuarteles, colonias agrícolas, etc.”
Mientras que en otro informe se le requiere a los oficiales impartir ordenes de “lugar a cada uno de los oficiales de sus respectivas dependencia, a fin de que estos den sus contribuciones para un regalo que la oficialidad del Ejercito hará al General de Brigada Héctor Bienvenido Trujillo Molina (…) consistente en un par de espolines con cadena, todo de oro de 14 kilates. Y aclaraba la orden, que ese dinero debía descontarse del sueldo de abril de 1937. Esa era la forma voluntaria con la que Trujillo esquilmaba a los dominicanos.
En cuanto a los empleados, existen en los fondos del Archivo General de la Nación numerosos documentos que demuestran la forma en que el gobierno los despojaba de sus exiguos salarios, pues “en algunas comunes de la República se obliga a los empleados municipales a pagar un tanto por ciento del sueldo que perciben, en provecho de lideres políticos, o para fines políticos”. , igual sucedía cuando había la intención de construir algunas obras publicas o para adular al tirano, llegándose a descontarle hasta el 5 % por varios meses consecutivos. , o simplemente eran designados para trabajar en casa de algunos de los familiares de Trujillo.
Resulta alarmante la forma en que los Trujillo o algunos de sus familiares más cercanos, se apropiaban de las propiedades ajenas, encubriendo sus acciones con el nombre de testaferros. Basta con leer la carta enviada por el Lic. Rafael Alburquerque Zaya Bazán a Trujillo en 1937, denunciando a uno de los familiares del Jefe. El padre del exvicepresidente Alburquerque denunció como salvaje el atentado de que fue victima de parte de Arismendy Trujillo en su bufete de abogado: “Estaba llevando un caso de revisión de fraude de unas 300 tareas en la común de San Cristóbal en contra de Alejandrina Pérez. “Hoy en la mañana, acompañado del señor Rafael Dacosta Gómez (a) Chicha, irrumpió en el apartamento privado de mi oficina, el señor J. Arismendy Trujillo Molina, demandándome imperativamente “si había meditado el asunto al enviar la citación para la audiencia, que recibió” (…). Acto seguido se abalanzó sobre mi, en actitud agresiva, mientras decía “que esa propiedad era de él”, viendo que yo retrocedía, sacó la pistola que portaba y me lanzó un maquinazo a la cabeza, golpe que recibí en el brazo izquierdo, al defenderme. Entonces, diciendo palabras groseras e insultantes para mi persona, sobó la pistola, me apuntó, y a no ser por la pronta intervención del amigo Lic. Cesar L. Romero, que se interpuso entre nosotros y a quien agarró por el cuello, no se habría evitado la consumación de sus propósitos. (...). Honorable Señor Presidente de la República, por lo que me dirijo a Ud. no con la intención de que Ud. sancione los hechos cometidos, sino con el propósito de que con su garantía, pueda yo quedar a resguardo de posteriores ataques”.
Por otro lado, Trujillo tenía la modalidad de alquilar muchas de sus propiedades a cuenta del Estado y a precio “consignado en el presupuesto vigente” o utilizaba la modalidad de la permuta como un instrumento fraudulento, de modo que obtenía terrenos de buena calidad y entregaba terrenos que no servían para labores agrícolas. En estas acciones no dejaba de participar el Partido Dominicano, instrumentos utilizados para su enriquecimiento, pues a través de él se apropiaba del 10% de los salarios de los empleados del Estado; pero también de las propiedades de muchos dominicanos, que por miedo a la dictadura aceptaban que se les despojase de sus tierras. Además de que Trujillo vendía sus propiedades al Estado a precios exorbitantes, como sucedió con la Finca San Rafael, la cual fue vendida a la Secretaria de Agricultura para el establecimiento de la escuela provincial de Agricultura.
Creo que sería muy interesante, que algún investigador pudiera tipificar la forma en que Trujillo utilizaba el Estado para su enriquecimiento ilícito, porque no es posible que una persona por más general o dictador que fuera, pudiera acumular 300 millones de dólares recibiendo salarios que nunca pasaron de los mil dólares mensuales. También sería interesante cuantificar la fortuna en manos de la familia Trujillo e incluir a sus más cercanos colaboradores. Talvez así, y de una manera contundente, los herederos del dictador dejarían de seguir reivindicando las bondades y honestidad de Trujillo y sus familiares.
(Resumen de la ponencia presentada en el Panel: “Crímenes, delitos y dictadura: en los documentos está la verdad”. Archivo General de la Nación, 22 de noviembre del 2012).
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Lo que ya se olvidó
Pero ahora, 43 años después, habría que decir que ya todo eso se olvidó, porque la memoria humana parecería muy corta.
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