INEFICIENCIA

(Por favor ver AVISO IMPORTANTE en la INTRODUCCIÓN)

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Sobre la dictadura que llevaba 10 años en el poder:

El gran desorden está en la entraña, en la médula y en la orientación de toda la maquinaria, en la existencia de departamentos anexos, como la Lotería, que él domina sin control, en las numerosas asignaciones de fondos que señala el presupuesto y de las cuales nunca se rinde cuentas, en resumen, en el hecho básico y central: en la legislación de lo injusto y lo deshonesto.

Análisis de nuestro pasado y presente (1940)
Dr. Juan Isidro Jiménes Grullón
Pág. 229

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El autor de este largo informe condensado y publicado por The Daily News en tres partes, George Kent, estuvo en RD. El artículo de este experto en políticas demográficas y distribución se basa en sus propias observaciones en RD y en sus investigaciones. George Kent coincide con otros investigadores de la época en que la dictadura trujillista era, en sus palabras, "una dictadura más absoluta que la de Hitler". 

(Esta cita de George Kent se halla en la versión completa del artículo original publicado en la edición de marzo, 1946 de The Inter-American bajo el título original "God and Trujillo".


INTRODUCCION

Esta sección, al igual que las secciones dedicadas a la Egolatría, la Corrupción/Monopolio, Antecedentes y otras, tiene el propósito de desenmascarar el mito y la imagen que la poderosa maquinaria propagandística del trujillato quiso fijar perennemente en la historia nacional y en la conciencia de los dominicanos. Presentamos aquí (sólo parcialmente) algunas de las denuncias, críticas, detalles concretos y enfoques que demuestran todo lo opuesto a la imagen idealizada de la gran Era de Trujillo vendida por la multifacética maquinaria propagadística del trujillato, con su repetitiva retórica rimbombante, sus recurrentes destellos de alabanzas y largas jornadas de genuflexión. Se trata de una serie de cápsulas y episodios de la realidad concreta que fue la "Era Gloriosa de Trujillo", producto de un Estado inherentemente corrupto, a menudo ineficiente, muchas veces improvisado y siempre explotado por la extensa familia Trujillo y sus allegados para satisfacer su insaciable avaricia y sus repentinos caprichos.

La propaganda

Como sabemos, una de las principales columnas de soporte del régimen fue la desorbitada propaganda trujillista, la más intensa, extensa y vulgar en toda la historia del continente americano y una de las más descomunales de la historia universal... y todo en uno de los países más pequeños, pobres y desconocidos del mundo. Según un autor norteamericano, ni el culto a la personalidad de Stalín ni el de la dinastía de Corea del Norte han logrado superar el culto trujillista. La permanente propaganda trujillista de 31 años, desde el mismo día en que el Benefactor tomó posesión del poder hasta el día de su velorio, una propaganda sofocante, ensordecedora, envolvente, inclemente, fue uno de los principales pilares de la dictadura en su afán por controlarlo todo incluyendo, naturalmente, las conciencias de los ciudadanos en sus más profundas entrañas, desde la cuna hasta la tumba. A los que deseen conocer los detalles de la propaganda, los remitimos a la sección EGOLATRIA de este portal. Las otras columnas de soporte del régimen, las peores, fueron el Terror criminal, el Control totalitario y la Explotación económica de los recursos naturales y humanos del país y del Estado para el enriquecimiento desmedido y los privilegios de la familia real y sus allegados. Estas otras facetas ya las hemos tratado en otras secciones de este portal.

La eficiencia, la industrialización y el desarrollo

Uno de los temas recurrentes de esa propaganda que buscaba lavarle el cerebro a los dominicanos y que de hecho lo logró en gran parte de la población (hasta por varias generaciones) fue el tema que nos ocupa en esta sección: El mito de la gran "eficiencia" del régimen que supuestamente existió a todos los niveles y en todos los ámbitos: administración, finanzas, industria, fuerzas castrenses, obras públicas, servicios sociales, etc.

Otros temas de la propaganda que complementaban al de la supuesta "eficiencia máxima" son los de la Industrialización y el Desarrollo. Dado que, como habrán notado, ya no tenemos espacio para desglosar aún más en este portal las muchas facetas de esta larga dictadura, hemos omitido por completo estos dos temas de la Industrialización y Modernización. Además, reconocemos que en los 31 años, de hecho, hubo un importante proceso de industrialización y modernización. Lo que siempre hemos criticado es la forma groseramente exagerada y distorsionada en que la propaganda trujillista presentaba estas supuestas "hazañas del Benefactor de la Patria".

Como no tenemos espacio en este portal para tratar estos dos temas por aparte, aprovechamos esta ocasión para hacer algunas observaciones sobre la industrialización y el desarrollo que tanto ha enarbolado esa maquinaria propagandística ya que esos dos grandes "logros" del trujillato han sido elevados por la propaganda practicamente a la categoría de los dos milagros prodigiosos necesarios para la canonización del Perinclito en el altar trujillista a través de la siguiente distorsión de la realidad:

1- Siempre presentaban los logros en la industrialización y modernización durante la Era fuera del contexto regional y coyuntural. Jamás, ni por asomo, mencionaban ni mencionan todavía que casi toda la región latinoamericana registró (en mayor o menor grado según el segmento de la economia) similar desarrollo industrial y modernización de su infraestructura gracias a la recesión en los países industrializados en la década de los años treintas (a partir de 1930) y, especialmente, gracias a la Segunda Guerra Mundial y la guerra de Corea, cuando aumentaron la demanda y los precios de nuestros principales productos de exportación y se redujo marcadamente la oferta de productos industrializados desde los países centrales. Esto coincidió con las políticas económicas desarrollistas que promovían la sustitución de importaciones impulsadas por varios organismos regionales encabezadas por el economista Raul Prebish y su escuela. De hecho, los historiadores señalan que el mayor desarrollo industrial y la mayor modernización de la infraestructura en toda la historia de América Latina hasta el año 2000 ocurrieron entre la década de 1930 y la década de 1970. Pero esto jamás lo menciona la propaganda trujillista. A pesar de esta realidad, TODO el progreso en nuestro país lo presentaba la propaganda como producto exclusivo del genio creador de Trujillo, tal como lo expresó el embajador español en las críticas contenidas en su informe secreto a su Cancillería en 1958: "La prensa, la radio, toda publicación debe sin cesar alabar hasta la locura a Trujillo. Todo se hace por él, o hay que decir, so pena de grandes disgustos que es por insinuación de Trujillo".

Por dichas poderosas causas regionales y coyunturales, así como por el impulso natural hacia el desarrollo y el progreso en la evolución de toda sociedad, podemos decir que no toda, pero que un alto grado de la industrialización y modernización que se registraron en esas tres décadas hubieran ocurrido bajo cualesquier otros gobiernos que hubieran gobernado al país bajo las mismas condiciones internacionales durante ese largo período. No excluimos la posibilidad de que el autoritarismo radical y despiadado del régimen talvez impuso una mayor modernización que lo que hubieran logrado gobiernos más liberales, pero la mentira cardinal reside en valorar demagogicamente ese desarrollo fuera de contexo, en términos absolutos y no relativos y, más allá, en atribuirle todo el mérito de TODO el desarrollo, o la gran mayoría, exclusivamente al régimen trujillista y specificamente al Perínclito, lo que nos lleva al segundo punto. 

2 - Internamente, la maquinaria propagandística soslayaba por completo o, cuando menos, trivializaba las iniciativas, los aportes y las mejoras introducidas por otros dominicanos, ya fueran funcionarios del régimen, empresarios privados o miembros de las comunidades locales u organizaciones de base. Aunque no tendremos ni tiempo ni espacio para desarrollar este tema en este portal ni para introducir ejemplos concretos, podemos afirmar que una gran proporción de las iniciativas y obras del régimen fueron producto de la visión, las iniciativas y el talento de otros dominicanos, fueran estos funcionarios del régimen o individuos al margen del poder político-militar. En gran parte de los proyectos, Trujillo apenas aprobaba o desaprobaba sugerencias e iniciativas aunque reconocemos que su régimen de terror se aseguraba de que muchas de las obras se cumplieran plenamente pero, sorprendentemente, muchas otras no, como veremos ampliamente en los textos que compartimos más abajo. No olvidemos tampoco que un gran número de las empresas "de Trujillo" y su familia fueron iniciadas por otros y que cuando éstas se mostraban rentables o prometedoras Trujillo las "compraba" (a precios irrisorios) o se hacía "socio mayoritario" (a menudo sin invertir un centavo) y que cuando registraban pérdidas, se las vendía al Estado a precios inflados. Esta completa omisión que cometía la propaganda del régimen de las iniciativas de las fuerzas vivas del país y de individuos visionarios y dinámicos nos lleva inevitablemente a la tercera falsificación sobre el tema del desarrollo:

3 - Que, tal como lo observó el embajador español, TODO lo que se inició, se logró, se construyó, se deshizo y se rehizo en los 31 años, según la propaganda del régimen, fue exclusivamente producto de las cualidades sobrehumanas del Benefactor de la Patria, el mesías que por designio divino estaba predestinado a construir la tal llamada "Patria Nueva". La propaganda del régimen se encargó de cincelar en el subconsciente colectivo del pueblo dominicano la noción de que "todo lo que tengo se lo debo a Trujillo", " sólo Trujillo nos cura", "Trujillo nos da agua", "Trujillo vela por nosotros", "Trujillo no duerme pensando en el pueblo" (aunque casi siempre pasaba la noche con una de sus amantes), etc. (ver sección EGOLATRIA). Además de haberlo hecho todo, la incesante propaganda trujillista nos inculcaba que sin Él nuestro futuro no tendría Norte, sólo Él podía dirigir los destinos de la Patria gracias a sus dotes de superhombre multifacético: Primer Médico, Primer Agricultor, Primer Abogado, Primer Periodista, Primer Maestro, Protector de los Obreros, Padre de los Deportes, Paladín de la Libertad, Doctor Summa Cum Laude de todas las facultades, Generalísimo de Todos los Ejércitos (aire, tierra y mar) cuyo portentoso ingenio no podía menos que desbordar las fronteras nacionales como Líder de la Democracia Continental, Primer Anticomunista de América y un largo etcétera.

Es en esa lucha desigual en contra de esa maquinaria sistemática, apabullante y grosera que violaba la razón, la autenticidad y el decoro de la verdad que las valientes revelaciones y las denuncias de los autores de los textos que compartimos más abajo, verdaderos patriotas, cobran aún mayor relevancia histórica y elocuencia moral.

Otras formas de Ineficiencia

Como ya habrán deducido, el tema de la Ineficiencia inevitablemente invade el campo de la Corrupción y el Monopolio ya que, en la práctica, estos dos últimos renglones representan modalidades inherentes a la Ineficiencia o vertientes de la misma. Esto nos obliga a incluir en esta sección instancias, hechos, trances, dislates que bien pertecen a la sección ya dedicada a dichos temas (ver CORRUPCION/MONOPOLIO). Sin embargo, no tenemos reservas en incluir de nuevo estos temas aquí como parte integrante de la Ineficiencia porque el material que hemos seleccionado no repite sino que complementa y rinde mayores detalles sobre el material expuesto en la otra sección. Además, es una información que de quedar omitida, se incurriría en una injusta amputación de la realidad o encubrimiento cómplice de la Ineficiencia del régimen, lo que ayudaría a disimular la ineptitud, depredación y explotación corrupta de los recursos del Estado, la propiedad ajena y del sudor del pueblo por parte del dictador, su familia y sus cohortes.

Las limitaciones

Hay que tomar en cuenta que estos autores sólo podían escribir sobre la Ineficiencia (improvisaciones, despilfarro, incompetencia, corrupción, dislates, etc.) que ellos pudieron observar en la órbita en que ellos se desempeñaban o lo que llegaron a saber por medio de otros funcionarios y sólo durante el lapso de tiempo que estuvieron en el país antes de marchar al exilio. Luis F. Mejía publicó su libro en 1944, por lo que quedó excluida más de la mitad de la gestión del trujillato. Carmita Landestoy lo hizo en 1946, José Almoina escribió su obra en 1950, aunque el libro se publicó mucho después. Germán Ornés publicó la suya en 1958, antes de que la decadencia del régimen alcanzara repentinamente su mayor declive. Por su parte, el joven César Saillant sólo nos puede hablar de lo que conoció exclusivamente durante los siete años que estuvo restringido a las oficinas de Ramfis Trujillo en la base de San Isidro y en París, y desde Puerto Plata (lejos de la capital), Rodríguez Demorizi se limitó a anotar en su diario unicamente lo que estaba ocurriendo en el último año y medio de la dictadura (1960-1961) con contadas referencias a algunos hechos ocurridos en años anteriores. Además, debemos tomar en cuenta el aislamiento y el hermetismo impuesto por el terror imperante, el caliesaje y los soplones, lo que restringía en extremo el intercambio y la diseminación de los dislates, errores, caprichos, despilfarros e ineficiencia del gobierno. De hecho, fue una verdadera hazaña casi sobrehumana lo que lograron absorber y difundir estos valientes denunciantes de la otra cara de la "Era Gloriosa".

Por su parte, el historiador cubano, el Dr. Eliades Acosta Matos, se concentró exclusivamente en los documentos que han logrado sobrevivir en los archivos del AGN y la biblioteca presidencial. Habría que preguntarse cuántos documentos, cartas, momorandos, cables, cheques y confidencias habrán sido eliminados por ser bochornosos o comprometedores durante los seis meses en que la dictadura se desplomaba, especialmente durante los 12 años de Balaguer, más los 10 años de su segunda gestión, así como durante otros gobiernos que han tenido a cripto-trujillistas entre sus funcionarios hasta el momento en que el Dr. Acosta empezó sus investigaciones hace apenas algunos años. Lo que presentamos más abajo del formidable compendio del Dr. Acosta es una selección de uno de los tres volúmenes hecha por Jairo Joel Vicente a quien le estamos sumamente agradecidos por realizar ese trabajo. Naturalmente, lo que el señor Jairo Vicente nos presenta es un material restringido, seleccionado bajo algún criterio que desconocemos, por lo que, sin duda, lo que reproducimos más abajo no agota todos los casos de corrupción, ineficiencia, abuso de poder, etc. que se encuentran en el voluminoso compendio del Dr. Eliades Acosta.

Todo esto significa que lo que aquí compartimos, a pesar de ser extenso e impresionante, sólo representa una radiografía limitada, apenas fragmentos, instancias aisladas de diversas facetas de la gestión de gobierno (o desgobierno) del trujillato, muy lejos de presentarnos una visión sistémica, con una estructura coherente, de lo que fue un antro de despilfarros, abusos, desatinos, improvisaciones, caprichos y corrupción cometidos por el tirano, sus hermanos, sobrinos, hijos y el resto de la camarilla "gobernante". Sabemos que, de hecho, en las Fuerzas Armadas había una amplia corrupción (contrabando en la frontera, robo, sobregiros, compadrazgo, botellas, apropiaciones de tierras y bienes a la fuerza) y que Trujillo se hacía la vista gorda para mantener a los militares contentos y tranquilos. Además, en los ocho libros que escogimos, seleccionamos sólo una parte del contenido sobre este tema de la ineficiencia y sus diversas modalidades tanto por falta de espacio como para no ser reiterativos copiando denuncias o revelaciones ya hechas por uno de los demás autores. En realidad, el tema de la Ineficiencia, en todas sus modalidades, es demasiado extenso y sería abusar de la paciencia de los lectores incluirlo todo en un portal dirigido al público en general más que a los historiadores.

Reconocemos que las fuerzas castrenses y los funcionarios del Estado actuales padecen de altos niveles de corrupción, pero como ese incremento es un fenómeno que se registra en casi todos los países latinoamericanos, no entraremos a discutir qué proporción se debe a la ausencia de Trujillo (como la propaganda de los trujillistas quiere hacernos creer, "Trujillo ven a ver", etc.) y qué proporción se debe a otros factores regionales e internacionales (el tráfico de drogas, la degradación de las comunidades y la familia, el ocaso de los valores tradicionales) que nada tienen que ver con la ausencia de un dictador criminal y corrupto como Trujillo. Después de todo, este rápido declive hacia niveles más bajos de descomposición social, tanto en la población como en los funcionarios, se empezó a registrar hace unos 10-15 años por lo que, si queremos hacer propaganda barata, también podemos decir fácilmente "Balaguer ven a ver", "Antonio Guzmán ven a ver" y hasta "Hipólito ven a ver". Por cierto, como esta decadencia extrema es un fenómeno practicamente a nivel de toda América Latina, también podemos decir "Betancourt ven a ver".

A pesar de que sólo escogimos a siete críticos contemporáneos de la Era de Trujillo, más el trabajo del Dr. Eliades Acosta, y a pesar de las restricciones que tuvieron los autores, es decir, a pesar de su perspectiva limitada por el tiempo, el espacio, el terror y la censura que ya mencionamos, creemos que el siguiente material no deja dudas sobre la ineficiencia y otras aberraciones inherentes a un régimen corrupto, inepto, improvisado, antojadizo, intolerante y totalitario como ninguno, incapaz de beneficiarse y rectificar gracias a una crítica constructiva externa e interna por culpa de su intolerancia patológica a la más mínima crítica de su gestión.

El sacrificio

No olvidemos que estos intelectuales pudieron haber vivido a sus anchas a la sombra del poder trujillista, como lo hicieron muchos otros intelectuales parasitarios, adulones y oportunistas. Pero nuestros autores optaron por irse al exilio, se separaron de sus familias y de sus comunidades, sufrieron las inclemencias del exilio (falta de ingreso fijo, inseguridad, persecución, ilegaldad, austeridad y hasta días de hambre y enfermedad sin asistencia médica) para dedicarse a la denuncia de la dictadura, a organizar una oposición eficaz desde el exterior y a buscar apoyo entre organizaciones y gobiernos para ponerle fin a la tragedia cotidiana que vivía el pueblo dominicano bajo el régimen más totalitario y corrupto del mundo (ver artículos del New York Times entre otros) y uno de los peores regímenes de terror de la Tierra. Contra un enemigo implacable cuya primera opción de lucha era el asesinato, estos autores arriesgaron su vida y no pocos la perdieron (Almoina, Requena, Galíndez, Mauricio Baez, Pipí Hernandez, etc.) o fueron amenazados varias veces (Hicks, Ornés, Jimenes Grullón, Angel Morales, Tancredo M., etc., ver sección CRIMENES III). Carmita Landestoy, la única mujer que desde el exilio escribió un libro denunciando a Trujillo, no escapó a las calumnias que con mezquindad el régimen publicó en un folleto sobre su supuesta falta de pudor como mujer (Ejemplo: Tú debes reformar tu conducta social acomodándote con un solo hombre, para que tu nombre no ande de boca en boca, siendo escarnio y descrédito de la familia Landestoy.). 

Esta carta anónima firmada simplemente por una supuesta "amiga que te estima" fue publicada cuando Trujillo supo que Carmita estaba por publicar su libro Yo también acuso. Hay que leer sólo algunas páginas de su libro para darse cuenta de que se trataba de una mujer íntegra, de compromiso social y consecuente con sus altos ideales. Con este tipo de calumnia sobre esta educadora, reformadora y defensora de los derechos y la libertad, el régimen una vez más hacía gala pública de su degradante y soez mezquindad.


Semejante sacrificio voluntario sólo se puede explicar por la desesperación moral y la profunda indignación que los empujaba a poner de lado sus intereses personales y la comodidad de una vida apartada e indiferente a la tragedia dominicana para enfrentarse a ese régimen voraz, perverso y criminal, el más peligroso del continente.

La obra de Luis F. Mejía es un trabajo analítico, objetivo y detallado, pero en un momento dado no pudo contener la nostalgia que lo embargaba y por unos instantes tuvo que darle rienda a esa parte de la psiquis de un dominicano en el exilio cuyo intelecto no logra dominar. Citamos al autor de la obra De Lilís a Trujillo:

¡Han pasado catorce años! ¿Volveré a ver aquellos sitios queridos de mi Santo Domingo, donde nací? ¿Recorreré de nuevo, con cansado paso ya, aquel parque y aquellas calles de San Francisco de Macorís, por donde transitaran un tiempo mis años mozos en pos del amor o de un ideal de patria libre? ¿Tornaré a ver a cuantos seres queridos vegetan y envejecen en la tierra esclavizada por Trujillo? ¿estaré junto al lecho de mi viejecita cuando ella, antes de partir para la eternidad, quiera bendecir a sus hijos? ¡Tales interrogaciones se hace angustiado el corazón! Perdóneme el lector esta pequeña explosión de sentimentalismo, que no me fue dado reprimir.  (De Lilis a Trujillo, pág. 372)

Lo mínimo que puede hacer esta generación es tener la decencia de leer en sus momentos libres parte de estas obras que tanto sudor, terror, dolor y hasta sangre les costaron a sus autores para tratar de ponerle fin al Estado de terror que nos humillaba, nos explotaba y nos aterrorizaba. Fueron hombres y mujeres comprometidos con la causa de un pueblo postrado que ayudaron a allanar el difícil camino hacia nuestra libertad. De esta forma la juventud actual tendrá una perspectiva informada de por qué somos lo que hoy somos y como llegamos a nuestra condición actual. Sospechamos que la apatía y la desmoralización actual tienen mucho que ver con la falta de conciencia sobre lo que sufrieron nuestros antepasados en el régimen más corrupto, totalitario y sanguinario del continente hasta su caída y uno de los peores estados de terror del mundo, el cual jamás debe ser olvidado por el pueblo que lo padeció. Casi lo mismo podemos decir de la trágica y violenta década de los sesentas y de los 12 años de Balaguer. ¡Que jamás se repita esa larga tragedia dominicana del Siglo XX!

Por último, repetimos lo que expresamos en la introducción de la sección CORRUPCION/MONOPOLIO: No pretendemos jamás tratar de justificar la ineficiencia, los dislates y la corrupción actuales al recordarles a los dominicanos la exuberante corrupción y los atropellos durante el trujillato. Creemos que los tribunales, la prensa y las organizaciones cívicas de hoy deben presionar permanentemente para que se aplique la ley con todo su peso a los que corrompen el Estado, sea quien sea. Lo que no debemos hacer es llevarnos de los que se aprovechan de la crisis de confianza actual para beatificar a Trujillo y promover su agenda de alcanzar el poder. No caigamos en el error de abogar por un sistema totalitario peor en que la corrupción quedaría monopolizada sin ningún tipo de control, bajo amenaza de muerte y tortura para los que se atrevan a criticar la rapiña institucionalizada del Estado.

Ante la exaltación fantasiosa, la retórica simuladora, el lambonismo ciego y servil que siempre ha caracterizado a la empalagosa y grandilocuente propaganda trujillista, les presentamos a los lectores la fuerza persuasiva de los hechos concretos, la elocuencia de la realidad cotidiana al desnudo en que se encontraba secuestrado el pueblo dominicano en ese proceso regresivo de 31 años en el cual involucionamos vertiginosamente de una oligarquía mediocre a una satrapía depredadora.

Notas:  

En estos extensos extractos de los ocho libros, las entradas aparecen en el mismo orden en que aparecen en los libros, no en el orden de la importancia que les hubiéramos conferido. Es por eso que algunos de los extractos (ejemplo, Drama de Trujillo) empiezan con comentarios de los autores que son mucho menos impactantes que los que les siguen. Por otro lado, no queremos que los lectores piensen que las críticas al régimen de estos autores se limitan a los textos que seleccionamos. Excluimos, naturalmente, las denuncias que tienen que ver con atropellos, asesinatos, masacres, torturas, degradación, humillaciones, etc.

En siete de los ocho libros escogidos no subrayamos las frases que consideramos importantes porque todos los párrafos son tan sustanciosos que habría que subrayar casi todas las líneas.

Debemos señalar que gracias a la honestidad intelectual de estos patriotas, todos mencionan aspectos o logros positivos del régimen. Nosotros no incluimos esas observaciones "ponderadas" naturalmente, tal como no incluimos aquí los párrafos sobre otros temas (asesinatos, torturas, atropellos, etc.) porque el tema de esta sección es exclusivamente la Ineficiencia (incluyendo la corrupción, monopolio, etc.). Además, el régimen se pasó 31 años cantalateando exageradamente los logros del Benemerito y los neotrujillistas hoy se han encargado de mantener en capilla ardiente el cúmulo de laureles (inventados o arrebatados a otros o no) con que se coronó el Perínclito, por lo que, precisamente, parte del propósito de este portal es contrabalancear las exageraciones y tergiversaciones de la propaganda trujillista presentando lo que no podíamos ni siquiera insinuar en voz baja durante los 31 años de terror bajo el SIM, los soplones, el ejército y la policía

Aquellos que no conocen la trillada cantaleta de los grandes logros de la Era y que deseen familiarizarse con el ministerio y el magisterio del Perínclito de San Cristóbal, pueden visitar los portales trujillistas o comprar libros trujillistas para que se nutran. 

En la última parte de esta página, encontrarán una subsección titulada VARIOS en la que colocamos notas, noticias, párrafos, pruebas de varias fuentes que tienen que ver con la ineficiencia, corrupción, abuso de poder, etc. no incluidos en otras secciones de este portal.

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CONTENIDO 

A continuación compartimos extractos de las siguientes obras: 
 
- Drama de Trujillo (Alonso Rodríguez Demorizi)

- De Lilís a Trujillo (Luis F. Mejía)

- Yo también acuso (Carmita Landestoy) 

- Una satrapía en el Caribe (José Almoina)

- Trujillo, Little Caesar of the Caribbean (Germán Ornés) 

- Revelaciones a Sánchez Cabral (César A. Saillant) 

- República Dominicana: Análisis de su pasado y presente (Juan Isidro Jiménez Grullón)

- La dictadura de Trujillo - Documentos (Eliades Acosta Matos)

- Bibliografía sugerida 

- Varios


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"En la Torre de Radar de la Fragata 104 hay un vigía oteando el horizonte. Tengo que guardar mis papeles, no sea cosa que me visiten los esbirros."

Alonso Rodriguez Demorizi, 31 de mayo, 1961



Drama de Trujillo
Alonso Rodríguez Demorizi
Puerto Plata, 1960-1961 

Nota: En este extenso extracto las entradas aparecen en el mismo orden en que aparecen en el libro, no en el orden de importancia que le conferimos. Es por eso que el extracto empieza con comentarios que son menos importantes o menos impactantes que los que aparecen más adelante. Este largo extracto solo cubre hasta la entrada #1122 cuando en realidad la obra en su totalidad llega hasta la entrada #4373, es dccir que lo incluido aquí de Drama de Trujillo es apenas una cuarta parte. Al repasar las otras tres cuartas partes no incluidas aquí por falta de espacio, los lectores se darán cuenta de que el resto también está repleto de comentarios sobre la corrupción, ineficiencia, desaciertos y abuso de poder. Pueden descargar o acceder a la obra completa en el portal del AGN.

Este diario clandestino fue escrito entre 1960 y 961 y publicado en 1962.

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El dinero extranjero, luego como exportamos, podemos importar, sin recurrir al dinero extranjero. Esto es tan sencillo, que no debíamos explicarlo más, pero como todo el mundo aspira a la ayuda [préstamos] extranjera para robar divisas y colocarlas fuera del ámbito nacional, nunca será inútil repetir la consigna: no necesitamos dinero de Estados Unidos; como cacao, café, tabaco, azúcar, banana, frutas que jamás se han exportado, quesos, dulces, bauxitas, furfuro, coco, tenemos más que suficiente para financiar la mecanización total y la electrificación. De 1930 a 1960 hemos importado billones de dólares y solo hemos exportado cerca de los 1,500 millones, ¿dónde están los 500 millones de la balanza favorable? La situación comenzó a empeorar mucho en 1958, cuando la balanza bajó a $7,000,000 y en 1959 a $12,600,000 como consecuencia del error de convertir en cañaverales muchas plantaciones que producían para el abasto nacional. otro error consistió en la inversión de más de 32 millones, en vehículos y combustible; mientras que todos los alimentos apenas suman 55,000 toneladas y $10,300,000, que es bien poco para tres o 4,000,000 de habitantes, así mismo es excesivamente poco un kilo anual de tejido, 3,944 toneladas y $7,600,000, o sea $2 per cápita anual, esto causa desnudez. El Brasil debe tener índice aún más deplorable.

159 Servicio doméstico. Es aguda la crisis de los malos servidores domésticos, sin higiene, sin educación, sin vergüenza. Pretender que los extranjeros paguen el doble, tanto en la Capital, como aquí, es una solemne tontería legislativa. Solo un Congreso impasible, indiferente, puede propiciar leyes tan perjudiciales a Trujillo, puesto que según Radio Caribe, el gobierno de Balaguer no sirve para nada y es urgente quitarle una presidencia aliada a los curas. No hay niños bajo techo, que pueden servir: todo servidor debe tener no menos de 16 años. Tampoco pueden presentarse como hijos de crianza, si no son adoptados. La ley intolerante, inexcusable, ha traído graves problemas a los mismos servidores domésticos, porque tenemos que salir de tanta gente que no trabaja. Hasta los ricos se deshacen de servidores domésticos, sin saber servir, sin embargo, mientras un peón campesino gana $1.25, un peón municipal gana eso, pero en la ciudad y con 10% de descuento, con Seguro Social, que aprovecha los móviles. Pero los campesinos pagan el Seguro Social y no reciben asistencia jamás.

161 Puerto Plata recibió hoy su presupuesto de 1961. Para obras públicas $10,000 tendrá que exigir el pago de impuestos sobre anuncios en la zona rural y, claro, el miserable impuesto que yo propuse que se eliminara en 1957, dejará de existir, porque la Liga Municipal, una célebre antiliga ideada no sé por quién, pretende que en 1961, el año de las privaciones, de la autoridad de Argentina, de la fuga del oro en Estados Unidos, de la baja producción en Rusia y China, se pague un pasatiempo cominero con el Tavares con sus mujeres, que les dé la vida a los pintores, y que en cierto modo, refrena la velocidad de los chauffers, porque se colocan en sitios donde se deben ver mejor. En 1957 me entregaron una alcaldía con un superávit apreciable, pero desgraciadamente la célebre Liga Municipal de Virgilio Álvarez Pina, y el Doctor Jaime Fernández con la ayuda de Luis Ginebra, José Eugenio Villanueva Astol y de Cosme J. Batle Mena, se cagaron de lo lindo, porque descubrí las obras deleznables que hacía Resek, aun cuando no aparece en la lista de los ingenieros que han hecho infinidad de robos, según el Foro del El Caribe, Trujillo no podrá jamás anotarse nada significativo, en materia de obras en Puerto Plata en 30 años. El puerto no sirve, la gobernación mal ubicada y mal construida, justicia no tuvo en cuenta los vientos y lluvias predominantes, el Club de Damas, se quedó a menos de medio talle, el tanque de García Cambier, no soportó la carga de petróleo; el ferrocarril se esfumó; la marina y el cabotaje no se ven; las calles, las cunetas, las calzadas, los contenes... todo pide y clama reforma y los mosquitos nos matan, las moscas, llenas de cachaza de Montellano nos azotan, el carbón por la nubes, la electricidad electriza, el sueldo no da para nada y las fiscalización impertérrita, inconmovible, insensible.

177 Papeleo. La importación de papel y sus manufacturas ha estado aumentando de tal modo que llegaremos a importar más papel que alimentos. En 1956, $3,804,000, 3.5% de las importaciones; en 1957 $4,075,000, 3.5%; en 1958, 15,595 toneladas, $4,530,000 y en 1959, 16,044 toneladas, $4,237,000, Sin embargo, muchas oficinas públicas no tienen papel, en el correo nos envían los avisos de certificados, en cualquier papel impreso para nómina de pago. Como dice El Porvenir, hace algún tiempo, formularios, en orden de darle tamaño estándar, sin recortes, y verdadera utilidad. El formulario de las cédulas no puede ser más, totalmente planeado. Para cobrar una cuenta, se requieren hasta 16 papeles y copias. Con 40 años de experiencia en el uso y preparación de formularios puede dirigir la reorganización de todos los sistemas de tabulación, incluso las publicaciones oficiales, especialmente las muy ampulosas, costosas y difíciles de estadística.

181 Zapatos en Puerto Rico, a $6,95, menos de la mitad del precio corriente por el calzado de primerísima calidad. Si importamos ese zapato, la aduana lo tasa en $15 y cobra impuestos ad valoren, no sobre el costo de compra, sino sobre la apreciación que se hace, con la marca y el capricho del aduanero.

187 Trujillo, zar de los bancos, y de toda la economía, con un largo Decreto. Balaguer, después de mucho considerarlo, ha designado a Trujillo, presidente de todos los bancos del Estado, de todos los organismos, hasta el Seguro Social. Prácticamente los ministros no tendrán ya nada que ver con la economía y las finanzas, pues es arbitrio del presupuesto. Ahora esto trae ciertas responsabilidades que, con el curso de los gobernadores interiores, caerán directamente sobre Trujillo, entonces ¿a quién hará responsable de imbecilidad e inutilidad? El gobernador de Santiago ha pasado a ser también zar, estilo Che Guevara, de Cuba, o un mago de los Hitler. Menudo trabajito se ha procurado el sanalotodo de las finanzas.

193 El Caribe publica la producción de cacao de Juan Bautista Gómez, dijo que se prepare para ver cómo se ataja el vandalismo de plantadores ignorantes.

195 Salvador Puello Ibarra, anonimista forea sobre las escuelas del hogar para decir una barbaridad, que los maestros reciben solo $60 y tienen que pagar $5 por un rancho dónde cobijarlas.

211 Aquí nacen constituciones y leyes y se olvidan a ellas: por eso andan en la calle del Conde, descalzos, desnudos, sucios, infinidad de hombres y andan los pordioseros por todo el ámbito nacional.

221 sosúa. Se arreglan algo los caminos pero casi todo muy malamente. Todavía están a medio talle los hermosos puentes que construyó del Conste & Allasia. Los afirmados que se hicieron hace cuatros años están todavía esperando el asfalto. La autopista Célebre, se ha roto en mil pedazo, pues Trujillo quiso que la Elmhurst pusiera el cemento antes de solidificar el afirmado, para andar de prisa y el resultado ha sido un desastre vergonzoso para la técnica de esos ingenieros de Estados Unidos, que deben haber pagado bien caros, los contratos de obras [es decir, soborno].

243 exportación continúa a ritmo notable. Ascenso: hacen un recuento de las exportaciones diarias, cantidad, clase y peso, pero sin valor... algo pasa que se nos ofrece tan insustancial información. Pero azúcar... a granel y solo una partida de los sacos... parece que quiere hacer ver que se está exportando azúcar, pues las otras exportaciones son insignificantes.

253 Secretario Ginebra, explica que se invirtieron las reservas monetarias en el pago de los $20,000,000 que la azucarera Haina le debía a la W. India Sugar. De manera que, un negocio exonerado, viejo, vino a formar parte de activo del Banco Central, contrariamente a todos los sistemas. Trujillo revela de ese modo, que su propio peculio no entra en juego para esas operaciones. compra pero hipoteca, para que su dinero continué fuera de la circulación.
 
257 Banco Agrícola en Puerto Plata. Parece que perseguirá deudores morosos. La situación empeora. Cada día hay menos dinero y más carestía. Es la inflación más inexplicable del mundo. En todas partes los precios suben por excesos de dinero en circulación, por más demanda que producción. En Puerto Rico hay una realización de calzados de primerísima calidad a $6,95 y aquí, de zapatos de 2ª a 3ª a $14. Cuba puede consumir arroz barato, Puerto Rico a 9¢, y el pobre dominicano, descalzo y hambriento.

273 puerto Rico está usando un tractor muy económico y práctico, y la extensión agrícola avanza provechosamente. Aquí estamos muy lejos de poder mecanizar la agricultura.

 283 en Santo Domingo hay 1,600 vehículos de los cuales por una disposición sui géneris solo pueden transitar y utilizar sus carísimas chapas, la mitad. El tránsito se ha hecho, pues, muy penoso y ha reducido los movimientos de tal manera que parece una Capital muerta.

287  Trujillo anuncia villas y castillos a granel. A más de la Presa de Tavera de $34,000,000 anuncia un canal en Navarrete que costará $5,000,000; un nuevo acueducto para Santo Domingo, una Basílica, una Universidad, pero ya no se habla de la de Santiago. Pero nadie ha visto el presupuesto para ver de dónde van a salir estos $50,000,000 extras, cuando se habla de controlar la venta de gasolina con tickets de 25 centavos, si no llega un buque con gasolina de contrabando.

293  Certificados médicos para los empleados y el servicio doméstico. Sólo unos 3,000 individuos gestionan en Santo Domingo este nuevo recurso para hacer exacciones difíciles en el campo de la mal llamada Asistencia Social.

304 El ministro Francisco Augusto Lora establece el control del precio del pan y molletes, 1 libra, 34 centavos; 12 molletes en 1 lb., 36 centavos. Esta es una iniquidad única, pues el trigo bueno no vale nada y da 70 y pico % de rendimiento. En España, cuando había racionamiento, costaba el kilo 8 pesetas y en mercado negro o extraperlista, negocio común en Europa, hasta 12 pesetas. Los famosos Molinos Dominicanos no han logrado un pan de primera calidad porque importan trigo de segunda, ahora importan la harina exonerada, la mezclan con su harina mala y venden esos carísimo. Tampoco la Industria de Pastas Alimenticias puede importar sémola para macarrones. Abusos como ese no han levantado, sin embargo, presión popular.

307  Trujillo le embarga a Lámparas Quezada (mobiliario), por falta de pago de $4,000 de impuestos de beneficios. Debe estar bien quebrado el negocio en esta era de poco dinero, cuando el lucrativo negocio cubano no da para pagar los excesivos impuestos caprichosamente a los negocios, por exigentes y nada prácticos.

309  Estados Unidos recaudó más derechos de aduana, pero el porcentaje disminuyó en relación con los tipos de aforos. Aquí es lo contrario, disminuyen las rentas y aumentan las tasas. En Uruguay se reunirán los miembros del Mercado Común Sur Americano para planear el arancel. Estados Unidos recauda menos de 1% de todo el ingreso federal. Desgraciadamente por culpa de los ignorantes consejeros de Trujillo, la Aduana es el resorte de la más absurda política económico-financiera y el mismo grave error persiste en toda América y España.

311 Hemos pasado una tarde excelente, bajo el cocotero, con añejo de Brugal, jamón picado, pan de sándwich de la Tapounet, salsa Mayonesa, cuentos de Jesús Miguel, mientras el dinero se va más fugaz que el sol en el ocaso. Para pasar una hora de esparcimiento, Trujillo nos hace gastar más de $5 en 700 cc de añejos, de panes de poco peso,... si 1 millón de personas pudieran hacer lo mismo, circularían cada sábado, $5,000,000 y en 52 semanas $260,000,000, desgraciadamente, quien prefiere beber, no come y quien prefiere comer no puede beber.

Lunes, Enero 30, 1961

315 Ingeniería en la Universidad. Hay unos 2,000 estudiantes pero como no hay dinero solo asisten, a penas, 200 a las cátedras. Muchos han tenido que abandonar los estudios por las insistencias de personas que en realidad carecen de condiciones personales para tan delicada profesión. El mundo es de los matemáticos y deben descubrirse, donde quiera que estén, observándolos en los juegos de ajedrez, de casino, de damas, donde entra el cálculo más el azar. En las escuelas debe enseñarse primeramente la aritmética, pues se trata de 10 números y algo más esencial que el alfabeto. Enseñando canto y canto coral, se enseña a pronunciar bien, se enseña armonía y disciplina. Enseñando a sumar, restar y multiplicar, habrá más interés en aprender el alfabeto y se podrá anteponer la utilidad práctica de los números, las medidas y la distancia útil de las siembras, aspecto el más difícil de todos los problemas agrícolas.

325 Luis Rodríguez, agente de exacciones de Trujillo, no ha logrado hacerle ver a su patrón que es mucho exigir, extras por libra de cacao que exporta el monopolio Exportadora de Cacao, que da más de 100% de beneficios. Estos 2 centavos representan en cacao, a kilo, más de 20%. Esa es una de las causas que induce a tumbar los árboles, en Santiago y en las áreas productoras.

329  el Foro contra Guaroa Ginebra revela cosas que yo sabía hace años que como Trujillo pretende hacer las cosas a su capricho, hipotecó los centrales que ahora, gracias a que con él, valen $100,000,000 y dice que es culpa de sus economistas. Tremendo lío nos va a dejar, en materia financiera, el hombre que ha hecho más malos negocios que nadie, creyendo que puede engañar a los extranjeros con la facilidad que nos engaña a nosotros.

339 Banco Central. Estado publicado en la Go, de diciembre, muestra ya una rebaja de 50% a 25% para garantizar los billetes emitidos. Más de 80 mill. Tiene ahora una garantía miserable de 22 mill. Siendo esto hasta innecesario, pues un país pobre pagar las deudas y honrar su moneda, sin necesidad de garantía. La paralización o congelación de 22 mill. Significa la pérdida de intereses de casi medio millón de anual, al 2% y un receso en el programa de invenciones reproductivas. Así mismo hay como 50 millones de dólares fuera de los Bancos, que no sabemos quién los atesora y de qué manera realizan su función normal de circulante. Estos son problemas que tienen su origen en la desconfianza, la ineptitud, la avaricia y el miedo.

Para incluir en el informe de los legisladores al presidente de la J. S. del PD. Virgilio Álvarez Pina.

Hacia la margen izquierda del aproche del muelle, existe un depósito de concreto que construyó el Ing. García Cambier, depósito que al llenarse de petróleo se agrietó y hubo que sacar la carga, quedando así abandonado totalmente. Si no puede restaurarse como tanque de petróleo, por lo menos debe adaptarse en escuela de Náutica, a depósito de mercancías, con solo abrirle 4 puertas. Se trata, creemos, de una inversión de más de $30,000 que no rinde ningún beneficioEse depósito sustituyó tres depósitos magníficos de hierro, que tenía el Ferrocarril para almacenar petróleo. También la ESSO desmanteló un depósito de combustible, de manera que el Gobierno confronta un grave problema en caso de inundación, siniestro, meteoro, guerra, pues depende solo de Ciudad Trujillo para abastecer de combustible, para acarrear combustible. Monte Cristi, Sánchez, Puerto Plata, Barahona, La Romana, son sitios donde deben existir depósitos adecuados para todos tipos de combustibles a fin de mantener la movilidad y la transportación, en condición ventajosa para el gobierno.  La idea mía no es cooperar, sino señalar un grave error de Trujillo, que debemos corregir inmediatamente. En Puerto Plata pagamos el precio más alto por la gasolina, debiendo ser el más bajo con la ventaja de poder suministrarle gasolina y petróleo ventajosamente a Santiago, La Vega, Macorís. Como militarmente es un error de marca mayor, una vez que Trujillo caiga en cuenta de que puede aislar con facilidad, talvez corrija la deficiencia, pero si no lo hace, queda en claro la falla y podemos tal vez aprovecharla.  Otro grave suicidio que se ha proporcionado T. con esta centralización es que maltrata innecesariamente las carreteras y tiene un gasto extra en vehículos de transporte. Hay infinidad de errores alrededor de este problema.

345 Inflación sin dinero sigue encareciendo el talento, el franqueo, los valores declarados, el agua: yo pagaba $3 y me suben a $4.25, casi 50%. No importa que cuando se abre una pluma o dos, se reduce la salida, pues son las mismas entradas municipales y han sido rebajados los subsidios del gobierno. El presupuesto municipal llegó, como todos los años, con gran retraso, cuando eso pasa, se paraliza la vida municipal largo tiempo. El municipio ha hecho extensiva a la Zona Rural el impuesto a los limpiabotas. El desorden administrativo no puede ser más grande.

347 la opinión General es de que a Trujillo no lo tumbará nadie, sino que él mismo está cavando su fosa, como tantos errores y horrores. Casi se prohibirán las importaciones, no se dan permisos para pequeños cheques debido a que son miles, las solicitudes.

401 Trujillo, autárquico estúpido, de la escuela de Oliveira Salazar estima conveniente restringir la importación de artículos de fácil producción nacional, como tejidos, arenques, bacalaos, clavos, tachuelas, que en enero llevaron la miseria de $494,000. La lista de las importaciones es de menos de $800,000, quiere decir que pretende reducir el gusto de la gente hasta el extremo de decir el disparate de que podemos producir arenques y bacalao. Así llegaremos rápidamente al fin.

405 Se rumora el disparate de pretender 36¢ de franqueo para una carta. El alza de abono de teléfonos se considera una maniobra para que la compañía americana pierda abonados, pierda dinero y luego le compren la empresa.

407 Central Romana se negó a sacar permisos individuales para peones alegando que paga seguro social y debido a eso anda al paso la exigencia de examen médico para emplear a todo el mundo, hasta el servicio doméstico que siempre ha sido muy inestable en todos los hogares, muchas sirvientas, hasta de casas adineradas, han sido despedidas, para evitar molestias.

411 Gasto de papel: ahora es cuando se dan cuenta del mal uso que se hace del papel. Cuando yo sugerí que se revisaran todos los formularios, porque combinarlos es una ciencia que se ajusta a las dimensiones más populares, nadie hizo caso. El gobierno tiene formularios tan exageradamente grandes, como los manifiestos, las facturas consulares, las declaraciones de cédulas, de patentes aparte de que exigen infinidad de copias. Los blancos son tan mal impresos y mal combinados que es problema adaptar las anunciaciones exigidas.

413 Gobernador denuncia serie de anomalías en provincia Santiago Rodríguez. El Dr. Pedro M. Espinal hasta dice que el senador y los diputados no visitan la cabecera. Como hacían otros. Esto huele a quitadera de provincias inútiles, sin importancia política ni económica. Pero andan buscándole la cosquilla al obispo Pepén con una provincia Altagracia y una basílica que costará millones, mientras le dan hasta al Papa en Radio Caribe, por haberse aliado a Hitler y Mussolini.

417 Situación económica empeora a la carretera. Los periódicos ofrecen en alquiler y en venta innumerables propiedades. El Banco Agrícola está ejecutando muchas hipotecas. Los bancos comerciales han registrado los créditos. El cacao se paga a 9¢ ½ kilo aun cuando está a más o menos 20¢ lb. americanos. Hay interés por tabaco, pero ¿cómo puede estimarse el precio de la próxima cosecha, si nadie sabe cuánto costará manipularlo? Los particulares no pueden importar sacos vacíos, pero el monopolio sí puede importarlos para venderlos como suyos, a precios exorbitantes. El monopolio harinero importa harina de segunda, la mezcla con su mala harina y la vende carísima. Esa es la última maniobra. Los embotelleros de S. Cristóbal no saben ni soplarlas: todas son defectuosas; la boca es más grande que el corcho y el espíritu destilado se escapa.

419 Alcohol: Hay oportunidad de vender millones de galones, pero como la melaza se vende aquí a 20¢ galón liliputiense aunque se vende a 10 y 11 el galón de 3,785 cc, no será posible destilar una gran cantidad de alcohol para mezclarlo con gasolina o para exportarlo. Cuando exporta grandes cantidades de alcohol.

425 Banco Central me envía su memoria del 13 ejercicio cerrado en Dic. 31, 1959, editado en la Editorial Padilla, sin la nitidez como las editaba Montalvo. Viene con la Junta Monetaria cuando ya no existe; con los funcionarios directivos del Banco, cuando ya no existen, porque Trujillo es el Zar bancario, tipo de Che Guevara, aun cuando no sabe ni siquiera escribir. Fue telegrafista inaprovechado y asimiló la y hostosiana. A veces se me hace difícil escribir cuando no recuerdo exactamente que en español se escribe trasatlántica y no transatlántica, como en francés. Veamos sin embargo la estúpida memoria en 1959. La actividad económica de 1959. La economía mantuvo su ritmo de crecimiento el cual le permite conservar apropiados niveles de empleo... Vamos, Guaroa... un producto o gasto nació al bruto de $680 millones en 1959 y 571 mill. En 1958 es una gota de agua para esos 4 mill. de habitantes que dice mi querido primo Juan Ulises García Bonelly que tenemos. Un producto bruto tan bajo solo se concibe frente a la miseria, Angelita y María Martínez trafican con la pobreza general. Según el Banco Central el ingreso bruto per cápita en 1959 fue miserable, $170.

Viernes, Feb. 41, 1961

425 12:30 y nadie sabe exactamente qué está ocurriendo en Puerto Plata. Anoche a la 1, se presentaron cinco vehículos cargados de esbirros, metieron el celador de Brugal, Isidro, en un carro, para que no pudiera comunicarse con nadie; maltrataron al celador de Antonio Barrera Brugal y a otro que pasaba, posiblemente el celador de Munné, y rompieron, con pata de cabra, candados y cerraduras y penetraron en la oficina y licorería de Brugal, un negocio completamente fiscalizado, que es más del tirano, que de sus propios propietarios, puesto que quien paga 1,000 o 2,000% de impuestos, una botella incompleta de ron. Con 5 galones de melaza podemos obtener un galón de alcohol, que se vende al farmacéutico, con permiso de RI, a $7.50, precio prohibitivo para los 100,000 parturientes que deben consumir no menos de un litro. El caso es que, en la mañana se vio a Plácido y su hijo osvaldo ir hacia la fortaleza; allí, no saben nada: fue el SIM que actuó, con instrucciones de Santo Domingo, anoche estaba en la fortaleza S. Felipe y dice que amarrado, el gobernador Luis Ginebra y el alcalde municipal Dr. Mario Estrada Martínez. Se dice que buscan 50 ametralladoras que tiene Plácido, ¿que cómo las va a tener en la licorería, donde diariamente andan varios inspectores de RI fiscalizando la ventana? ¿Acaso, una firma tan respetable, va a usar su propio local para actividades patrióticas, teniendo mil fincas donde actúan con más libertad? Desde luego, Trujillo no olvida que Plácido Brugal y Francisco Brugal reforzaron la organización de Puerto Plata el 23 de Febrero de 1930, cuando Bubul Limardo era gobernador y estábamos todos en condición de ridiculizar el golpe militar de Trujillo, con solo pedirle a Machado armas y pertrechos, ofrecidos a Horacio Vásquez.

431 Pánico anticipado. Se rumora que Trujillo congelará los depósitos bancarios de más de $5,000 y que dará bonos. Pero olvida que hay más dinero fuera del alcance de sus estúpidos economistas que, por ejemplo, el Banco de Reservas tiene apenas $7,000,000 en caja y en el Banco Central. Si esto circula profundamente se producirá una crisis bancaria, pues todo el mundo acudirá a sacar dinero. Ya se había dicho que Trujillo le giró a la viuda de Jacinto Dumit por un $1,000,000 y a Dominguito Bermúdez por $3,000,000. Bermúdez está en el extranjero, hace tiempo, pasando el rubicón que se cierne sobre sus negocios. Para que se vea la ridiculez del sistema precario de Trujillo bastará saber que Batista puso en circulación 488 millones de dólares y Castro ha logrado elevar el circulante a $1,045,000,000, como 150 per cápita contra $20 para 4,000,000 de Hab. o $25 para si son nada más que 3,000,000. La administración humanista que necesitamos debe poner a circular no menos de $600,000,000 comenzando por pagar absolutamente todas las deudas. Luego se producirá una circulación sin peligros, pues no deberán emitirse billetes de más de $1 para que no pase como con los billetes de $1,000, que están fuera de circulación. Debe emitirse un billete cómodo de 50¢ para evitar la plata, espacio y peso. La moneda metálica, en disco de acero inoxidable, será un recurso brillante para las monedas subsidiarias de 1,5, 10 y 25¢.

432 la ley dispone que se le entregue al Banco Central el 50% del precio de las exportaciones en puertos dominicanos, creo que afectará a las corporaciones extranjeras, pues de viejos, Trujillo sabe que hasta los cheques pequeños necesitan permiso del Ministerio del Tesoro.

427 Brugal permanece cerrado. La justicia no ha actuado. El fiscal Dr. Senior, ni el ejército, ni la policía han ido a investigar los desmanes. Plácido y Osvaldo han dado el frente a la situación y Plácido salió para Santo Domingo. Esto representa un rudo golpe para la economía, ya que Brugal constituye la fuente de trabajo mejor organizada de la provincia con ramificación en otras provincias. No sabemos qué pasará en Santo Domingo, qué pasará en Puerto Rico... no hay prisiones, pero la Licorería permanece abierta violentamente o la justicia no actúa.

439 Presuntos inspectores del social macutean a Norberto Jiménez, de Yásica con $40, más de cuanto paga en un año de arrendamiento de tierras, medidas de antojo. El derecho de propiedad no vale nada, pero los impuestos disfrazados de asistencias, valen muchos.
Sobre la amplia información de El Caribe acerca de la necesidad de restringir las importaciones y el comunicado sobre exportaciones de otros nuevos renglones, que podemos intensificar, pláceme hacer las consideraciones siguientes:

 Claro está que el aumento de las importaciones a partir de 1952, cuando saltaron de 59 millones a 97 millones es una síntoma que merece, qué dice usted, una atención especial, sobre todo que en 1958 la balanza favorable ha sido casi anulada, como verá usted en este cuadro:

 
 La situación se ve todavía más clara confrontando los porcentajes siguientes:

1958  266,134,000 136,615,000      51% 120,510,000   49% 7,096
1959  247,674,000 130,136,000      52%  117,538,000   47% 12,597

1960 Si se hacen estos cálculos, año por año y si se tiene en cuenta que las exportaciones son cuantitativamente mayores por ver que los precios del azúcar, café y cacao han ejercido notable influencia en la balanza de pagos. Agravada en esa balanza por el aumento considerable de las importaciones, de modo que precede, lo apunta Ud. Un estúpido de los factores que pueden corregir descenso de las divisas, como es, por ejemplo, la centralización de abasto de petróleo y sus derivados, que está resintiendo grandemente la economía nacional tanto en el movimiento terrestre de combustibles, cuanto en la importación vehículos y repuestos, de que debemos presidir ventajosamente. Prácticamente, importamos ya, muy pocos alimentos, en 1959 $10,280,000 contra $24,000,000 en carruajes, caucho y combustibles, por tanto, si se hace una distribución del combustible, como hacía antes, se requerirá menos consumo y habrá más seguridad, la transportación interior. Todavía más si en vez de exportar melaza a vil precio, la convertimos en mezcla de carburantes, o en alcohol para exportar, conseguimos dos cosas: empujamos la producción y el consumo nacional de un producto esencial y aplicable hasta a la salud pública. La manera que usted enfoca el problema, no requiere mayor esfuerzo para entrar en razón de las soluciones más fáciles de manera que, con datos más recientes, él puede encontrar factores favorables para desarrollar su tesis, tan oportuna, como importante, en estos momentos en que debe en los mismos Estados Unidos, este problema de la balanza de pagos. Para hablar claro, estamos pagando caro los errores que revelan las estadísticas del comercio exterior de 1958, por la imprecisión en establecer una caprichosa división de los bienes de consumo y la invención (páginas XVII-XIX).

Sábado, Febrero, 42-1961

439 Juan B. Gómez hijo ha querido al bostezo tardío de Trujillo, sobre restricción de importaciones, cuando ya apenas se importan $12,000,000 de alimentos y todo anda mal, desde 1958, cuando los errores financieros dieron al traste con las jugosas balanzas internacionales. Aproveche la ocasión para hablar del garrafal error gobernativo de centralizar el abasto de combustibles, error que le cuesta a la economía dominicana muchos millones de dólares. Ahora, cada quien quiere tirar para su lado: Trujillo no quiere que se importe bacalao, porque tiene bastante sal para condimentar el plátano. El Caribe, ufano de querer hacer galas de algo que no posee, inicia serie de entrevistas para apoderar la recomendación de evitar importación de productos de fácil producción, como si pudiéramos fabricar arenques, atunes, bacalao, trigos y otros productos prácticamente indispensables en el mundo civilizado. Ahora se destapa el presidente tesorero de La Algodonera, José A. Najri, sugiriendo que pueda sustituir los tejidos con sus tejodos. Así avanza la autopista de tipo Oliveira Salazar mientras Trujillo aspira a exportar más, para robar más.

441 Máquinas de Diversiones con $100,000 autorizados, y solo $20,000 pagados fundadas por el tesorero administrativos Norman Fromkin, Vernard Allen de Miami, Kathleen Allem Gladstone Cumberbatch, organizan el juego al amparo de Trujillo, pero los infelices van a la cárcel con sus dados y centavitos. El juego, hace unas semanas se hizo público, en la calle. No es la primera vez que se ven esos tipos gansteriles. En el Jaragua (cuando estaba en su apogeo, porque ya está arruinado) se jugaba fuerte y así en otros hoteles del Estado. Soy partidario de que se permita el juego en los campos, cuando no se puede trabajar, para que haya un desahogo libre de peligros y persecuciones. Todo juego es una pérdida de tiempo; pero los juegos de cálculos son muy útiles para aguzar la mentalidad.

443 Brugal continúa desarrojado. Pero se dice que tuvieron por ahí algunos esbirros. Dos días cerrada una importante licorería que le proporciona trabajo a muchas personas. En diciembre le hizo una regalía especial de $50 a los obreros más $25 de ley y otro tanto, en mayor escala, a los empleados de oficina. Es necesario que esta regalía se convierta en mejores sueldos, para que el impuesto de beneficio no sea quien reparta los beneficios industriales.

445 en FeB. 9 Balaguer designó a Virgilio Álvarez Sánchez control de impresiones y publicaciones, que sobrepasen $500, aun cuando es presidente de El Caribe, la empresa monopolista que tiene el privilegio de publicar las resoluciones municipales hasta que Santiago, los divorcios, los foros, las noticias, con discriminación de la prensa del resto del país.

En El Porvenir escribía sobre la manera de hacer formularios, gracias a la experiencia que adquirí desde 1910, cuando comencé a copiar documentos notariales y artículos jurídicos. Pero no me hicieron caso y continuó la sangría. Hasta los cheques del Estado, tienen dimensiones inapropiadas, así, las declaraciones de patentes, las patentes mismas, las facturas consulares, todos es expuesto y suicida.

451 Plácido Brugal llevó a Sosa a la ferretería donde parece hay desperfectos en la instalación eléctrica, pues había allí un ómnibus de la Corporación de Electricidad. Todo el mundo se pregunta qué está ocurriendo en la electricidad más importante de Puerto Plata y que además posee cuantiosos intereses en distintas provincias.

453 La Industria de Pastas Alimenticias es hoy una nueva industria, modernizada por Luciano Tossu, del staff que trajo del Conté & Allasia. Pero, es una industria a merced de Molinos Dominicanos, que le suple semolina con gorgojos y de mala calidad. Estos molinos de Ramfis, Marco Gómez, yerno de Benjamín Paiewonsky, están matando al pueblo con sus productos de baja calidad. Traigo que da 78% de harina tienen mezclarlo con harina de baja calidad para que dé un pan feúcho y malo. Sin embargo, ni pagando un macuteo alto se deciden a darle permiso a la industria de pastas para que continué importando la clase de semolina que importaban antes de dar ese zarpazo el estómago dominicano. Todos estos abusos, que los mismos de siempre se aprestan a continuar, terminarán si triunfa el civismo y no el cinismo que impera en materia gobernativa.

455 Pedro Zacarías Bendek dijo, que con Gadala María ha hecho fechorías en Centro América, hablar por la Textilera monopolista cuando significa para Trujillo reducir las exportaciones para que haya más divisas que extraer de la nación y de ese modo, más fácil es dominar al pueblo hambriento y desnudo. Estos Zacarías, que es su apellido, han logrado embaucar a Trujillo con una fábrica de botellas incompletas y malas y quitarles los sustentos a mil negocios útiles y convivientes ya que se le da valor a un envase higiénico bajo la supervigilancia de los embotellados. Estos exploradores monopolistas deben considerarse enemigos de la humanidad y pertenecen a la clase más criminal del mundo puesto que trafican con la miseria humana, contribuyendo al pueblo en todas las latitudes, sin pizca de remordimiento.

461 la Bolsa de New York ha sacado del mercado las acciones de tres compañías nacionalizadas y Pawley tuvo el tupé de insinuarle a Trujillo que pusiera las de sus ingenios en un mercado protegido contra toda posible pérdida, como será toda inversión en empresas trujilloides, como Azucarera Haina, Molinos Dominicanos, Sal y Yesos, Licorería Altagracia, Fundación Amigos de los Desamparados, menudo negocio del macuteo disfrazado de caridad pública, Fábrica de Cemento, Ferretería Read, Ultramares, Chocolatera Sánchez, Café Dominicano, Exportadora de Cacao y otros monopolios indecentes y agresivos, que tiene a pan y agua a casi 3 millones de habitantes, desnudos. 1,000 viven bien; 5,000 viven pensando cómo vivir bajo la cobija del tirano; 2,000 comerciantes prósperos son torturados mentalmente en su lucha para evadir atracos, 200 ministros, generalitos y coroneles no saben si van a amanecer carbonizados dentro de sus carros o destituidos ignominiosamente; 20,000 empleadillos y esbirros tienen que macutear para disipar la tensión nerviosa, los traslados, los foros; todo el mundo, grandes y chicos, viven inadecuados hasta la médula y afanosos por vender una intriga o un secreto aunque le cueste la vida al prójimo, en fin, el 99.999% de la población padece de algún mal y el 0,001% vive sobre un barril de pólvora, que puede explotar en cualquier momento.

459 Papeleo: Hoy recibo un cheque de $6,75 con tres formularios adicionales, uno para acuse recibo que requiera un sobre y franqueo, pero yo lo pondré en el correo, sin sellos para que cargue la Secretaría de Finanzas con el franqueo. Me pagan $6,75 que me deben desde antes de abril de 1960, Hablé con la Contabilidad de obras Públicas en Santo Domingo y me informaron que no pudieron localizar una  cuentecita acumulada de varios suministros y ahora resulta que recibo $6,75 que ya ni siquiera recordaba. Obras Públicas me dijo que enviará comprobantes rápidamente, porque el presupuesto de 1960 se cerrará el 15 de Febrero... desconoce Trujillo la enorme ventaja de pagar rápidamente, para hacer circular el dinero con la velocidad requerida en los compromisos de todo orden.

461 el Docto A. García Jiménez, uno de los enormes entendidos de San Francisco de Macorís, que conoce los problemas de su región y del país, sugiere medidas similares a las que hemos propugnado, sobre mejora y entresaque de plantaciones de cacao y café, extirpación de plagas dañinas, utilización de tierras altas para cafetales..., pero no se hará nada... es muy tarde para darles escopetas a los campesinos, como propuse por boca de Juancito B. Gómez hijo, hay mil cosas factibles y fáciles, que no se hacen, porque dan trabajo y dinero, y Trujillo y los Trujilloides se han propuesto mantener hambreados a sus semejantes.

465 Cástulo Regido, un anonimista de Elías Piña, le echa en cara al ingeniero Alejandro Zéller Cocco, errores de obras que tienen dos años y que no sirven. Sin embargo, fueron inauguradas con bombo y platillo. No hay una sola obra realmente terminada. Todo es negocio y falacia científica. La responsabilidad de los constructores no existe. La seriedad, mucho menos, porque como esas obras entran en el negocio de Palacio, de cobrar por adelantado, el macuteo, tiene que admitir que no hay dinero suficiente para terminarlas, de acuerdo con los planos. Así pasó con el puerto de Santo Domingo, de San Pedro de Macorís y de Puerto Plata, asociado Trujillo a Benítez Rexach. Así pasa con la autopista Duarte y con todas las obras públicas.

467 Mauricio Fermín, un anónimo trujilloide, se convence de que el peso de Trujillo ha bajado a 90 y a 80¢, porque Leopoldo Mejía hijo compró dólares de Estados Unidos para viajar. Eso lo dice la bolsa de Miami, según VÉRITAS, allí no cotizan los dólares en peso oro con solo  25% de garantía, que nadie sabe dónde está, ni para qué sirve. Vamos a suponer que un dominicano sabio saque 5 billones de pesos y se lo da a una empresa americana. ¿Puede Trujillo impedir la conversión en oro o en dólares, como convierte él las divisas robadas en dólares? Pero que ya no hay un solo dominicano arriesgado, listo e inteligente capaz de provocar la quiebra de Trujillo, monetariamente. Pero en cambio se ceban en Estados Unidos, y le sacan el oro, de gobierno a gobierno. Trataré de inducir a algún amigo a realizar esa maniobra.

469 Stanley Ross, inventor de El Caribe y ahora de La Prensa de New York, agente de Trujillo, gángster de maquinaria de imprenta dañada, traficante en noticias, refiriéndose a una conferencia de prensa de Kennedy, dijo que a los cubanos les compete resolver el problema con Estados Unidos, como a los dominicanos resolver el problema de Trujillo. Desde luego, el ducho traficante en periódicos atacó el apoyo del State Department, a los anticastristas, para favorecer a sus amos dominicanos.

475 Los abusos son tan frecuentes que en Santo Domingo le han pasado un recibo de $300 de basura, a una gasolinera que está en la entrada, manejada por el español.

477 Hoy amaneció el pan miserable de los Molinos anti Dominicanos a 2¢. No se dan cuenta de que podemos consumir más pan si el trigo y la harina entrara libre y así podríamos exportar millones de plátanos a Puerto Rico y US. Se compensaría de tal modo el intercambio, que tendríamos más carga para la Naviera. Posiblemente el alza del pan significará también el alza de los víveres. Ahora, vale experimentar exportar Cassava Canoabo porque la gente dominicana de New York se desvive por comer el sabroso casabe que nos enseñaron a confeccionar los indígenas quisqueyanos. Podemos crearnos, de la noche a la mañana, la mejor mesa servida del mundo, si adoptamos la política de libre cambio de productos. España podrá fumar el mejor tabaco dominicano y nosotros podremos saborear chorizos, buenos vinos, turrones, anchoas, sardinas, usar zapatos cómodos la Mallorca y las Canarias, comer aceite de oliva, anís del mono, podremos lucir mantones de Manila, boinas y cuantas cosas buenas pueden venir de España. Sin que falte la sal de la mujer española.

481 Constructora Elmhurst ha paralizado nuevamente la autopista Duarte, a pesar de que se anunciaron tantos proyectos de millones de dólares, uno tras otros, como si no se supiera que falta dinero para cosas elementales, como son formularios para el pago de impuesto. Hace dos días tuve que regalarle al municipio 200 sobres de oficio que tenía impresos y ya hoy tardan 200 sobre más para timbrar, porque no hay manera de obtenerlos en ningún departamento del gobierno. Tras de que no quiebran, quitándonos los trabajos de imprenta, también tenemos que suministrarles impuestos en forma de papel.

488 Che Guevara hace unos días hablando del período de desarrollo agrícola previo a la industrialización. Coincide con mis observaciones de viejos; US es esencialmente país agrícola. Nosotros, sin ton, sin son, pretendemos establecer industrias raquíticas como las textiles, de botellas, de vino malos hasta la vodka. Nuestras industrias de calzado son de lo más deleznables que puede concebir un estúpido antártico. Nuestro calzado, de pacotilla, aparentemente bien presentado, no dura ni un día. Pierde la forma y la suela, hiede y se declara o se desliza. Un calzado hecho por la castellana, por Cordero, por el viejo José Iar, con materiales buenos, cuesta no menos de $9 y en el Cibao, Zayed tiene fama de fabricarlos muy buenos.

489 Rusia dice que tiene 500 ingenieros para cada millón de habitantes. Nuestra universidad tiene de 2,000 inscriptos pero apenas si van 200, los otro nos tienen dinero o optaron por esa facultad en busca de fuentes fáciles de ingreso, sin tener vocación. La ingeniería es muy necesaria para modernizar a toda América.

492 Zarpazo sin precedente. De 50% pasa ahora a 90% el valor de las exportaciones que deben entregarse al Banco Central. Como dije antes la ley va más bien contra el Central Romana, la Alcoa Exploration, la Grenada, las compañías de tabaco y todas las empresas extranjeras, que no podrán ahora disponer de divisas para pagar sus dividendos fuera, ni podrán exportar recursos monetarios dominicanos.

Martes, Febrero. 24-5, 1961

493 Franqueo. El franqueo local de ½ ¢ a 1, en la era de Truchimán, a 2¢ pero ahora paga ya 8¢, esto es, 300% más. El franqueo al extranjero pasó de 10 o 20¢ a 40¢, esto es otro 300% y el franqueo intermunicipal, de 9 a 36, o sea 400% más. La idea debe ser bien extraña: reducir la escribanía y controlar las cartas a mano, cosa que vendrá, con sanción penal fuerte. Claro está, que no debe enviarse correspondencia cerrada, sin franqueo, pero siempre se ha usado correo privado, para asuntos familiares o delicados.

490 La Justicia Federal de US ha atrapado a dos márgenes monopolistas que manejaron los precios de efectos eléctricos, a su antojo. Si aquí tuvieran un FBI al servicio del pueblo todos los monopolistas como [cunado de Trujillo] Paquito Martínez, el magnate de mil negocios sucios, no se salva de cadena perpetua.

493 Franqueo. El franqueo local de ½ ¢ a 1, en la era de Truchimán, a 2¢ pero ahora paga ya 8¢, esto es, 300% más. El franqueo al extranjero pasó de 10 o 20¢ a 40¢, esto es otro 300% y el franqueo intermunicipal, de 9 a 36, o sea 400% más. La idea debe ser bien extraña: reducir la escribanía y controlar las cartas a mano, cosa que vendrá, con sanción penal fuerte. Claro está, que no debe enviarse correspondencia cerrada, sin franqueo, pero siempre se ha usado correo privado, para asuntos familiares o delicados.

509 Cima de Villa Valdés dice que en 1951 teníamos 40 y pico de mil abonados y ahora tenemos 100,000. Los foros destrozan la Era, sin darse cuenta. Un tiro por la culata a la tan cacareada era de progreso y prosperidad. Tenemos apenas 2½ % de abonados y ahora en relación con un difícil salto poblacional de 4 mill. Pero si solo tenemos 3 mill. Apenas el 3% tiene luz eléctricas y eso, que el sistema de extorsión es tal, que se ven tres contadores en ranchos miserables, como se ven varias acometidas para impedir la venta de agua. La Corporación de Electricidad me suprimió un contador y me hace pagar mensualmente una tasa que no me corresponde. En Dic. pagué $13.15 en vez de $9.841 para 204 KVH, precio altísimo para corriente pobre. Así matutea, la millonaria empresa de servicios públicos al pueblo consumidor.

517 El Estado de Préstamos del Banco Agrícola fue publicado. Es una miseria y coincide con el retiro de 3 o 5 empleados que estaban asignados al sistema de préstamo a los colonos sacrificados del Ingenio Montellano. Ahora vuelve el ingenio a hacer la refacción; al precio y en la fecha que le da la gana, sin tener en cuenta la reciprocidad de intereses, el peso, el transporte, las semillas, el jornal, el seguro social, sacó millones con azúcar a 5¢ y se niega a pagar lo justo.

Viernes, Febrero. 48, 1961

518 Hoy ha llegado el Estado del Banco Central. No vino ni Jun. ni Jul., pero el Ago. y Set. mostrando la debilidad del sistema al tiempo que Trujillo, dice El Caribe, comprobó diversas irregularidades en el Banco Agrícola.

519 Trujillo se jacta de pagarle a particulares $2,480,000, pero $393,000; Benítez Rexach, ultraintermediario del patrón, ya que en meses no ha hecho nada que se le paguen $1,500,000; Atlas Comercial es otro negocito de autos del patrón, $225,000; Dominican Motors, por el mismo camino; Mecanización Agrícola, si se niega; Texaco, porque no le quiere fiar más $88,000, y Hacienda Fundación, ni hay que preguntar de qué, $17,000; la gente se preguntará, ¿y por qué no me pagan mi cuentita vieja, vieja?

520 ¿Edward P. Pawley? ¿Pero este no es el mismo que se robó $200,000 en el menudo negocio de pretender venderle acciones a Trujillo, en el mercado de Wall St.? Este macuteo mayor, convoca a la minera y beneficiadora dominicana, capital $1,300,000 y la Petrolera Dominicana, capital $3,000,000 para asamblea con diversos motivos... todo este huele a disolución.

529 16 páginas ni una sola línea para Trujillo, como se escribe a la historia económica de la Tiranía derrotada. Mientras El Caribe, La Nación gastan papel en salvas. México produce más botellas en 1959: 631,000,000 en 1959 con el valor de $14 mill. contra 257.4 mill. en 1950, aquí, Gadala María, ni sabe soplar botella, ni cooperar realmente con Trujillo puesto que su sistema es contra el obrero y contra la economía y el ansia de dinero de Trujillo ya que, por ignorancia, por avaricia, se entretiene en fabricar botellas que se pueden lavar, en vez de ir a sembrar batatas.

530 Un comité de embellecimiento parroquial en la era de la negativa obispal del 6 de Febrero, quiere tapar el cielo con un dedo pidiéndole a Trujillo $ 3,200, todo para cantarle al oído perdido, que es el benefactor de la iglesia, quien ha donado el Templo, cosa incierta puesto que existe un folleto donde están los donantes que desde 1917, con Lola Encaramán a la cabeza se dieron a la tarea de recabar fondos para la Soc. San Felipe. El padre Castellanos se enfrentó a la Escaramán y le quitaron los fondos y el padre Miró levantó la parte frontal. Luego Trujillo contribuyó con algo, pero no de su propio peculado. El comité de embellecimiento parroquial ha recolectado $1837 para un altar de mármol, alabastros y metales para aplacar la ira de Trujillo.

533 Pagan más de $60,000,000 desde que Trujillo asumiera la presidencia de los bancos. En el extranjeros pagó más de $40,000,000 y aquí más de $25,000,000, hasta en eso anda mal la mente del sátrapa. Dice que se han cubierto todas las deudas de los distintos departamentos y no hay recibo de un miserable cheque de $6,25 que me adeudan desde junio, porque no le permite a OP comprar más de $10 y para pagarme $50 y pico, dividieron los suministros en varias partidas. Esta operación demuestra la quiebra general a que ha arribado Trujillo, puesto que están pagando $60,000,000 a principios de 1961, que de manera que, ¿cómo se hace aquí el presupuesto con deudas de más de dos años? Trujillo habló del 8% leonino que cobran los bancos para poderles pagar a los acreedores de US 5%, como si la usura de su ERA solo tiene ese borrón encima: se olvida del Monte de Impiedad y de las leyes que permiten las casas de empeño, duermen millares de herramientas de obreros empobrecidos; se olvida del 10% que le quitan a los empleados; de los descuentos por diversas tonterías y la compra leonina de sueldos, por el propio Banco de Reservas.

533 Grenada Co. parece tiene dificultad para exportar bananas a US y tampoco puede exportar enormes cantidades de tomates que se pierden en la región No.

538 Evaristo Reyes y Cruz acusa a los gerentes del Banco Agrícola de tener 1,700 préstamos vencidos y dice que la picardía de los clientes demuestra el interés que tienen en tumbar el gobierno. Dice que es inconcebible que quien debe no pague. Está el anonimista jugando con fuego, porque el pícaro mayor está en palacio, donde de un tiro se jactan de pagar 60 millones de pesos, aunque antes se jactó de decir que es el país que no le debe a nadie. Los pillos más grandes comienzan, no de abajo para arriba, sino de la coronilla para abajo.

539 El Caribe se pronuncia contra los altos precios y dice que el arroz se vende a 17¢, muy mal informado está ese señor, pues el saco de 125 libras se vende a $15,50 o $16 el bueno, y se vende al detalle a 17¢ Lb. Incompleta. Da pena que hasta se lleven noticias tan comunes, falseadas.

549 Trujillo paga otros $197,500 pero la mayor tajada, $118,500, es para su empresita llamada, mal llamada Servicios Tecnológicos donde se hacen cosa no santas contra el pueblo.

Miércoles, Febrero. 53, 1961

553 Inauguran fábrica de papel y El Caribe edita en ese papel un suplemento: Hablemos. Preparémonos a soportar un monopolio más; el precio del papel de estraza, que era de $30, subió a $35 y luego a $50 el fardo de 10 resmas de 4,000 pliegos o de 20 manillas de 20 pliegos. El papel de periódicos que puede conseguirse a $150 tonelada, plana, seguramente subirá escandalosamente.

556 J. Cima de Villa Valdez, de la Corp. de Electricidad, arroja luz sobre el estado miserable del pueblo: solo hay 20,000 abonados que pueden pagar $1. Un habitante de cada 200 tiene servicio barato, más bien, el medio por ciento a los ¾ si somos 3,000,000 tiene servicio de $1. Los otros 80,000 representan 1 abonado para cada 40 habitantes. En ambos casos, hay ahora en Feb. millones de hab. que carecen de luz eléctrica. Este cálculo es muy difícil, porque en realidad, debemos simplificar los cálculos de otras maneras: si tenemos 3,200,000 hab. hay un promedio de 640,000 familias de 5 individuos (las hay de 20, pero también de 2 y 3) y entonces resultaría que de cada 6 familias, una tiene servicio. Este cálculo debe asimilarse al de los teléfonos.

565 Cuba. La construcción de edificaciones múltiples es algo que debemos copiar. En Reforma Fiscal hablé de la ley de la propiedad horizontal, del Uruguay, que me explicó algo, don Salvador J. Dohir. Aquí, Trujillo, con su visión excusa del problema social de América, ha hecho construir verdaderos apiarios humanos, como el de la margen izquierda del ozama, hacia el puente que va a V. Duarte. Esos apiarios humanos ocupan mucha extensión de terreno que requieren mil servicios diseminados, precisamente, en la tierra que debía hacer producir, con más provecho. Los edificios múltiples que vamos a construir en Santo Domingo, realmente limpio, realmente bello, erradicarán miles de viviendas improvisadas en las narices del Verdugo Mayor. Santo Domingo ofrece espectáculos verdaderamente degradantes. De la noche a la mañana, surgen barrios de indigentes. Frente a la Eusebio Manzuela, en una hondonada donde se ve una gran fábrica de Alcohol, abandonado.

566 Mi maniobra para hacerle ver a Trujillo su error de centralizar la distribución de combustible ha dado resultado. Por algunas vía caminan estas ideas, que cuando se dijeron en El Porvenir nadie les hizo caso. Ahora, cuando hay dificultad para obtener carburantes, sale a la luz un error que viene de viejo, cuando Trujillo, avariento, arrancó los tres tanques de petróleo que tenía el ferrocarril, para llevárselos a sus empresas. También permitió que la Esso arrancara sus tanques de combustibles, para satisfacer el bárbaro sistema centralizador, que le ha costado millones de dólares al pobre pueblo.

588 Banco Agrícola embarga a Miguel Antonio Dájer Scheker, por $172,500. Fue Ministro de Agricultura y Zar del desbarajuste del Banco Agrícola, con sus préstamos a favoritos inescrupulosos del Trujillato.

589 Visitadores Sociales del Instituto de Investigaciones Sociales, que dirige nada menos que el pervertido Santiago Lamela Geler, lector de los pasquines de Gerardo Gallegos, en la Radio Caribe, dirigió la entrega del sueldo de Febrero, a los universitarios reclutados para el vil trabajo de espías. Los 1,000 estudiantes escogidos, se convertirán en empleados al servicio de un Instituto dirigido por un locutor impertinente y cínico.

953 Trujillo, árbitro de los Bancos, desmenuza el estado del Banco Agrícola con 85 mill. Prestados a la brava, a gente sin verdear iniciativa comercial, mientras los entendidos en industrias son arruinados por monopolios indecentes. Eso de la industria se le debe a Trujillo.

594 Humillación sin límite: Trujillo castiga duramente al Ministro sin Cartera, que fue Gobernador del Banco Central. Oscar Guaroa Ginebra Henríquez, víctima de la oleada incesante de insultos contra los pseudos banqueros improvisados por Trujillo, desciende a la ínfima categoría de Cónsul General en Washington, mientras al Cónsul Peña lo hacen Ministro ante la OEA. Estos Cónsules Generales reemplazan, en cierto modo, acomodaticio, al Embajador en Washington. Aun así, Guaroa ha sido precipitado al abismo, en ese mismo abismo que echó en las hondonadas de Constanza, al ministro Marrero Aristy, en las de Puerto Plata, a Donato Bencosme, y borrando del mundo de los vivos a quienes un día sobresalieron ilusos. A Guaroa, se le puede cantar el verso de Darío: Muertos no son quienes en la tumba fría yacen. Muertos son quienes viven todavía y tienen el alma muerta. Es el mismo caso de Emilio Rodríguez, de Roberto Despradel, de Fello Vidal Torres, de José Estrella, de Rafael Estrella Ureña, del Dr. Benzo, del Dr. José Dolores Mejía, del Dr. Carlos Teófilo Hernández, del Gral. Rafael Vásquez Rivera, del Cor. Aníbal Vallejo, del Cor. Leoncio Blanco, y mil más que han sido asesinados o vejados.

603 Trujillo cree que no debe recurrirse a otro Banco en busca de dinero. Citó al Royal Bank, al Nova Scotia, al Banco Agrícola y al Banco de Reservas: es casi mi tesis de BANCA DOMINICANA para crear un CLEARING HOUSE Leviatán, pero la idea no es para beneficio del pueblo: encierra alguna artimaña, ya que ciertas empresas trabajan indistintamente con todos los Bancos establecidos, como Casa Svelti. El mismo Trujillo no tiene todo su dinero robado al pueblo, en un solo Banco, como se verá, cuando podamos hacer el embargo total del Tesoro que heredó de Colón. Dice que al 10 de Feb. había 14,127 préstamos por valor de $86,000,000; pero el Banco Central dice que había en mayo de 1960 Inversiones de valores $35,2 Mill: en préstamos $44.5, en obligaciones a cobrar a largo plazo $25,5, en muebles y propiedades (embargadas seguramente) $10,5 y en otros activos $53.6, quiere decir que no son 86 millones, sino 170 Mill. que andan volando en la balanza inestable del Trujillato caduco. Trujillo cree que todo el mundo es tan estúpido como él, para creer en los números que le fabrican sus esbrirros de puñal y los esbirros peores, ideológicos. En el propio Santo Domingo hay 2,031 préstamos atrasados y 355 vencidos y al día 1,588, quiere decir, que tiene en sus narices, el peor malestar de los malestares. ¿Por qué Trujillo esconde la verdadera situación de otros $85,000,000 del activo del Banco Agrícola?

607 Tabaco. Fijan precio al tabaco de 1961. El mismito de 1960, $1 para 60 KB en el campo y $13,55 KB para picadura corta de olor. Así puede el monopolio de Trujillo sacarle miles de dólares al pobre pueblo en forma de cigarrillos y cigarros y en forma de impuestos a la exportación. Antes, el precio era Base F, digamos $20, F $22 y A, $18 los 100 K. La técnica ha degerado muchísimo: ya no se cosecha como antes, mucha FF. Nando Cordero González me dice que él cultiva un buen tabaco hacia Bonao, donde está ahora, el mejor tabaco. Máximo Gómez, después de la Paz del Zanjón, quiso implantar los sistemas de Vuelta Abajo, pero Martí vino por él, en 1895, y no logró enseñarnos en Guayacanes, la técnica de Cuba. Cuba le saca millones de dólares a su cosecha de Habanos. Nosotros les sacamos la sangre a los consumidores dominicanos y a los productores, y regalamos la hoja a Holanda, Alger, Alemania, Francia y España. US no nos compra, porque no sabemos presentar una Sumatra Antillana, como debe ser.

Ginsburg, luego del peligro que corrían los judíos, Samuel Graham, invitó a Mamón Henríquez a comprarlo, pero Mamón alegó que no tenía dinero disponible. Ginsburg sabía que la inversión era buena. Como el Chase, de acuerdo con las leyes de US no podía o no debía retener largo tiempo una empresa, casi se la regaló en $100,000 a Erwin I. Kilbourne, pero entonces Trujillo se antojó de cuantos ingenios hay y pagó $950,000 y $250,000 por Amistad, que Cornelio Julián compró por $20,000 después que Costa se cansó de los Pasalacqua. Claro que la pobre viuda de Cornelio Julián fue forzada a vender su propiedad, que estaba próspera bajo la administración de José Arzeno Heinsen, refaccionada por Font Gamundi. Ahora, Trujillo, en una de sus mil travesuras financieras, ha capitalizado estos cachimbos, con Catarey y Esperanza, en nada menos que 25 millones, para que José Antonio Jiménez y Plácido Brugal le den el frente al aguacero que se avecina. Es una vieja táctica. Compra y luego hipoteca al Banco Agrícola y así no invierte un solo dólar de cuantos tiene a buen recaudo en Suiza, en Londres, en US y hasta en Liberia. Pero allá iremos a embargar retentivamente esos dólares robados al pueblo, para devolvérselos en forma de trabajo reproductivo. No vamos a regalar dinero, porque eso es inmoral, pero sí podemos pagar bien los jornales, y daremos asistencia a las madres desamparadas y a los inútiles y ancianos. La actual Azucarera del Norte no es otra cosa que una empresa que explota a los colonos y a los trabajadores a pesar de que goza de una ilegal exoneración de impuestos.

628 Obras Públicas no atiende al entretenimiento de las carreteras. Los Municipios no tienen dinero. Pero Trujillo se atreve a decir que cerró 1960 con más de 2 mill. de superávit. Luego, ¿cómo pagó esos $60,000,000 si todavía hay cuentas viejas, de más de 3 años?
630 El Arroz Levante, sacos de 125 Lbs. $16,50 qtl. $20,62, $14.50 son para satisfacer la ambición inhumanitaria de Trujillo. Ni en US exigen un precio tan alto para un barato artículo de primera necesidad. Azúcar de Jaina, 5 Lbs., 62¢, pero se la vende, cruda, 3¢ a la millonaria Inglaterra y Wall St.

636 Inercia General. Uno de los aspectos más terribles del actual desconcierto económico, consiste en la inercia general que nos corre. De cuando en cuando surgen industrias de carácter monopolista, como aceite de maíz, algodón, alambre de púas, clavos, molinos de harina, papel, sacos vacíos importados, botellas malas, leche condensada dañada, sal cara, zapatos endebles; harina con gorgojos, en tanto que no cuidamos el cacaotal, el cafetal, el cocal, ni sembramos buen tabaco. Hay una crisis enorme, que el propio Balaguer reconoce en el mensaje del 27 de Febrero.

638 Balaguer eleva el capital del Banco Central, de $300,000 a 77 mill. Para que pueda recibir ahorros y depósitos. ¿Entonces, para qué tenemos al Banco de Reservas? Todos esos Banquitos deben refundirse, incluyendo el Monte de Piedra, para vender a plazo todas las existencias y continuar prestando dinero, a bajo interés, para suprimirlas, todas las Compra Ventas, y debemos devolverle a los pobres que empeñaron sus propiedades, cuanto deseen recuperar, a un precio bajo.

Miércoles, Marzo. (60) 1, 1961

639 José Azar escribe en El Caribe, «El comercio exterior en la Era de Trujillo», una especie de copia de cuando le escribió Juan B. Gómez a Trujillo, sobre la restricción de importaciones. Lo interesante es que, mientras Trujillo dice que ha pagado 60 mill. Azar dice que no le debemos nada al Banco Monetario Mundial, ni al Eximbank, ni al Banco de Reconstrucción y Fomento, NI A NADIE ABSOLUTAMENTE. Veremos, tan pronto como caigan en nuestras manos, esos libritos presupuestales y ese aluvión de reclamaciones, que vendrá del mundo entero, tan pronto como ruede la guanábana podrida. [Con base en los libros y los informes del exterior, los historiadores hoy saben que el regimen habia obtenido prestamos del Export-Import Bank, del Banco de Nova Scotia y del FMI y que para el 30 de mayo, 1961, el gobierno no habia pagado ni un centavo de estos prestamos.]

647 El ministro de Agricultura publica dos listas de precios máximos para Santo Domingo y cabeceras de provincias, que ahora son verdaderos arrabales miserables: cebollas a 22 y 24¢ lb. Incompleta; botella de 3/4 de litro, de aceite de maní, 64¢ y en los otros municipios hasta 70¢; la bot. de manteca 40¢, en Chicago, al granel, 11 o 12¢ Lb. Este el bofetón más inhumano que se le puede dar a un pueblo hambriento, que paga la inflación de Trujillo, ciñéndose el cinturon a la barriga.

652 Todos los empleados de Luis J. Sued, presos. Se les acusa de haber propagado la NUEVA CANOSA y otros escritos sobre las Mirabal. Sued es tío de Víctor Sued, íntimo de Ramfis, con grandes privilegios para viajar, para gastar dinero, para mantener automóviles y un joven que sin saber papa de cacao, administra a la brava la Chocolatera Industrial, por donde Trujillo deja que sea inferior al costo. Los beneficios se sacan de exoneraciones estúpidas, inexplicables, que están desacreditando al régimen, desde que Juan Bta. Gómez hijo las aclaró, con lujo de detalles sin resultado para el pueblo.

654 El hecho de aumentar el capital del Banco Central, por decreto, revela un designio temperamental, de hacer cuanto le viene en gana. Cuando se planeo el Banco Central, debió pensarse en el sistema del Perú, que diseñó Kemmerer. Aunque yo venía escribiendo sobre Bancos, desde 1924, nadie buscó contacto conmigo, para darme la satisfacción de cooperar, siquiera fuera con la bibliografía que poseia hacía más de veinte años. El Banco Central tiene, de golpe y porrazo, $77,000,000 de capital: Parece que el verdadero capital asignado al Banco Agrícola de $63,700,00 más los $300,000 del Banco Central y el capital del Banco de Reservas, van a ser acumulados, para eliminar dos Bancos, pues hoy están sacando del Banco Agrícola un gran Stock de formularios, para llevárselos en un Jeep, a otro lugar. Se anticipa así, Trujillo, a mi idea de refundir todas esas instituciones muy mal planeadas, en una BANCA DOMINICANA, de más amplia actividad económica y financiera, capaz de acabar con la usura, capaz de promover el progreso y bienestar de la Patria. Eso es muy sencillo: Si LA BANCA DOMINICANA se convierte en el único acreedor del pueblo dominicano, el padre de familia honesto, podrá comprar a precio cash, neveras, estufa eléctrica, aire acondicionado, lavadora, plancha, liquadora, automóvil, vivienda, muebles, para pagar un interés bajo y una amortización cómoda. Todo esto, unido a precios naturales: arroz a 5¢, azúcar a 5¢, calzado bueno a $10 lo más, trajes americanos, a $30; electricidad al precio de Italia, agua potable abundante; pan y leche de la mejor calidad del mundo, y en fin, todo y todos, en condiciones de consumir al alcance de su trabajo.

657 Llegó, por fin, un resumen del censo de Ago. 7, 1960, Un escándalo estadístico, planeado por Trujillo, para ofuscar al mundo. En Ago. o Set. de 1960 anunciaron una población de 3,070,000 hab. Con un crecimiento algo exagerado, pero pasable. No sé con qué designio aumentaron la población a 4,070,108, como quien dice nada, 1,000,000, pero ¿qué pasa? El cómputo dio casi 40,000 varones más que hembras: 2,055,000 contra 2,015,112, La Zona Urbana para poder presentar a Santo Domingo con 478,000 almas y las otras secciones con la miseria de 1280,500, Pero, como para poder hablar embustes es necesario ser muy inteligente, olvidaron alterar las viviendas y se quedaron en 16,892, con un promedio de 7.55 personas por lo menos, en tanto, que Santo Domingo, con sus edificios múltiples, bajó a 4.6%. El resultado es, socialemente, desastroso. En el campo, promiscuidad criminal y en la ciudad dizque de 476,000 hab. La más absurda y costosa extensión de servicios de baja calidad, como alumbrado, agua, alimentos. El censo es un verdadero fracaso y debe revisarse, tan pronto como podamos levantar presión.

659 Balaguer autoriza al Gobernador del Banco Central a fijar el interés que deben cobrar los Bancos, aun los extranjeros: pero como la ley estadal en US, que fija el máximum de interés, en todas las operaciones. Generalmente el máximum de 5 o 6% al año y en Alaska el 8%, pero en NY es de 6% sobre más de $500, 2 1/2% hasta $100: 2% de $100 a $300. El Gobierno paga, por sus bonos entre 2,2 1/2 y 3% anual. En Puerto Rico cobran, para préstamos agrícolas, 4% anual. La fatalidad del crédito dominicano va aparejada al sistema diábolico de intereses: al 10% anual, el capital se duplica a los 10 años, pero si se cobra semestralmente, se duplica a los 7.103 años y si se cobra trimestralmente, a los 7.018 años: al perdido 1% mensual o 12% anual, se duplica a los 8,34 años: computado anualmente, a los 6,116 años: a los 6 meses, a los 5,48 años y cobrado trimestralmente será todavía, mucho más leonino. A esa barrera infranqueable para el comerciante honesto se deben las quiebras y el descrédito de América. El decreto de Balaguer, como todas las cosas que se hacen aquí, sin consultar a las personas de experiencia, no tiene alternativas: el interés será único para todos.

660 El Banco Central podrá recibir en depósito divisas, para devolverlas al requerimiento de los depositantes. Un decreto similar, fue promulgado, cuando Batista estaba asilado en Santo Domingo y se dice que, por haber consentido Juan A. Morales González, entregar los dólares, perdió la vida. En Cuba se les permitía a los Bancos tener cuentas en dólares de US y en pesos cubanos. Se trata, sencillamente, de una aceptación tácita, de nuestro descalabro monetario.

663 Salvajismo. Esta noche, frente al Bar Brisas del N., un muchachón le dio de patadas en espinilla a un niño, aunque había cerca algunos hombres: 2 vinieron a recoger al niño tirado en el suelo. Frente al Banco de Reservas, dos guardias con ametralladoras no vieron cuanto yo vi, de mucho más distancia. Así se maltrata en Trujillolandia, en plena calle, a niños indefensos o insolentes. Nuestra carácterística más dolorosa es la insolencia y provocación, sin tener en cuenta la delincuencia juvenil, la arbitrariedad, el abuso, la superioridad incontrolada, la falta de decencia y en cierto modo, el control de la paciencia. Nuestra educación, especialmente en las escuelas, constituye un peligro mortal, para la Gobernación del Estado.

666 Desde 1930, Trujillo está desangrando al país, sin importársele un bledo, su propio afán de divisas; porque, si Trujillo, en vez de sacar divisas, las hubiera empleado en fomentar industrias, no monopoliza, entonces, gradualmente hubiera podido extraer más dólares.

670 15,635 obreros realizan el corte de caña y pretende Trujillo producir más de 1,200,000 Ton. métricas de azúcar, como si fuera posible cortar 8 mill. 400,000 Ton. de caña con haitianos inexpertos y criollos, que le temen al filo y limaduras de las hojas de la dulce gramínea. Trujillo se propone eliminar a los braceros extranjeros, después de 31 años de explotación despiadada, pero con la pretensión de pagarle salarios de miseria, como a los haitianos, y ahora, sin invertir dólares de US, que es, en el fondo, el móvil de la maniobra.

673 Mientras la Co. Dominicana de Teléfonos, C.por A., envía un aviso de aumento de capital a $18,000,000 a publicarse donde quiera que la telefónica tiene oficinas, Trujillo se hace economizar las publicaciones de sus monopolios, como por ejemplo, Azucarera del Norte, constituida con dos ingenios en Puerto Plata, uno en Santiago (Esperanza) y otro en Villa Altagracia. Todos esos negocios son mal constituidos. Pero el hombre se ha hecho dar una ley, cubriendo las nulidades con respecto a los asociados, y como esas nulidades no afectan a terceros, aparentemente no hay responsabilidad. Sin embargo, ninguna industria exonerada encontrará jamás pie para subsistir, ni siquiera invocando las constituciones amañadas, torpes e inútiles, de Trujillo. Indirectamente, todos estos malos manejos van contra los periódicos de provincias.

Martes, Marzo 66 (7) 1961

677 Partimos hacia la Capital con Iván Saviñón, el Dr. otto Bournigal, mi hijo Félix y yo. Panoramas tropicales de lujuriosa belleza, pero muchos ranchos abandonados y otros destartalados. En Moca hubo que regularizar el cargador de baterías. La autopista incoclusa, deja atrás muchas viviendas fantasmas. Trujillo le ha hecho un grave daño a los intereses creados, sin necesidad, pues se quedan sin utilidad muchos puentes.

678 Santo Domingo es un desierto que se mueve gracias a la cosecha mensual del menguado presupuesto. Por doquiera cuarteles y esbirros. El Sanatorio Antituberculoso abandonado, ha sido al fin pintado de nuevo, y se promueve su constante desinfección para convertirlo en un cuartel más. Como nadie ha osado pedir el edificio para algo, el sabio, el primer maestro, el creador de las Fuerzas Armadas, le ha encontrado aplicación, sin réplica, soldados para ver constantemente el espectro del contagio y de la psicosis tuberculosa. Cuando de ese Cuartel salga el primer tuberculoso, se vendrá abajo el cuartel pero no habrá revolución. Será un triunfo de la coacción contra la misma fuerza armada, impotente, porque siempre hay quienes quieren ser cabos, sargentos, tenientes, y hasta generales.

679 El alquiler de carros que conchan está ya a $11 interdiarios. El sistema de dejar unos 600 carros paralizados, ha aliviado la suerte de los chauffers.

682 Santo Domingo. En la Ave. S. Martín hay una sucursal amplísima del Banco de Reservas, una Colecturía de RI y una chupadora de necesidades en forma de cédula de identidad. Todo desierto. En el Banco, apenas estaba la bicsicleta del cobrador. En otros sectores comerciales, la inactividad hace desesperar a los deudores, que ven envejecer las mercancías y los giros.

683 Una semana en Santo Domingo. Conocí a Baní, la playa, Sabana Grande de Palenque, donde el único edificio es el del Partido Entero, para manejar pobres criadores de chivos. En la residencia de Najayo está en un alto, propia para que quienes han recibido ofensas, vayan a gozar cuanto no supo gozar plenamente el Tirano. La comarca está afeada con los mil ranchos abandonados. Debemos dar una orden general de convertir en leña, todo rancho abandonando, sin techo. De esos, deben existir miles y miles. En la misma Capital hay viviendas que deshonran la campaña siniestra, de un progreso que no se ve.

688  La imaginaria paridad del Trujillo con el dólar es notable cuando se compra arroz, aceite o habichuelas, entonces el dólar como el Trujillo, no valen nada, pero cuando se compra en Puerto Rico, adquiere su máximo valor en forma de más poder adquisitivo. Se nota habla de Trujillos a 23¢ y de una proposición de Betancourt, para que los Gobiernos recuperen las fortunas robadas a los pueblos, como hicieron Pérez Jiménez, Rojas Pinilla, Batista, Trujillo y otros más.

Martes, Marzo 73 (14) 1961

689 Los obreros de US están unificándose para boicotear a Trujillo, en el campo obrerista. Esa será una sanción más efectiva que el boicot de la OEA. Cuba, todavía, le vende unos $68,000,000 a US, pero los tabaqueros de la Florida claman por tabaco habano, para poder vivir del lucrativo negocio de fabricar cigarros. Sin embargo, Kennedy está firme en su oposición a Cuba. Tal vez resulta muy contraproducente esta airada actitud de US, sin consultar la dividida opinión de las demás naciones del mundo.

691 El impuesto impuesto por Trujillo, sobre beneficios, solo recae sobre los muchos que no tienen privilegios: la cédula recae también, sobre los desprovistos de privilegios. Menos del 1% de la población, mucho menos de 30,000 individuos; uno de cada 1,000, lo más, 3,000 privilegiados, tiene en sus manos todo el poder económico de la Nación. Parece increíble, que el deseo de medrar, tiene acorralados, 3,007,000, para que unos cuantos capitanes, coroneles y generalitos anden en su bolsillo impunemente.

692 Chocolatera Industrial exporta 4000 Lbs. de licor de cacao en pésimas condiciones y tiene que traerlo, para vendérnoslo en forma de Chocolate LUPERÓN. Por eso están vendiéndose tanto el Cortés y el Monarca. Antes, otra partida, tuvieron que quemarla, por su mala calidad. Desde que Cabral salió, la fabricación está de mal en peor. Uno de los que mejor logró un producto aceptable, fue Ricardo Marrero Estrada. Aquí descuidamos mucho la técnica de producir, hasta el azúcar sin refinar.

697 Esta tarde, a las 3, los banqueros de Trujillo, Ml. V. Ramos, Gobernador del Banco Central, y el gerente del Banco de Reservas nos convocan para una reunión en la Gobernación, en vez de hacerla en la Cámara de Comercio. En Moca, Bichara Dabas dijo que estamos en quiebra. En Santiago, Augusto Vega Espaillat, posiblemente, fue quien habló en nombre de Augusto Espaillat Sucs., para decir que los cobros están muy mal. –Qué va, en la Era más floreciente de la República, no se debe hablar así–. Esta es mi versión, claro está. Veremos qué nos traen esto pseudo banqueros de agua dulce, después de haber sido insultados por Trujillo, cuando dijo que el único que no ha metido la pata es su pariente Virgilito Álvarez Sánchez, flamante administrador de río Jaina, Zar del Papel y de las publicaciones del Gobierno. En S. Fraco. de Macorís dijo que allá todo está en quiebra pero que si querían que hubiera dinero que paguen el cacao a 18¢. Aquí, José Paiewonsky preguntó cuál es el nuevo tipo de interés: Ramos dijo que la ley está en camino pero que no puede avanzar nada. Dijo que no hay posibilidad de exportar 8 ni 10,000 bultos de tabaco y pidió que el Control de Exportaciones tenga un delegado aquí para poder exportar, sin dificultad. Ramos dijo que exportamos plátanos por Haití. Yo dije que como el Banco Central va a recibir ahorros y depósitos, conviene atraer unos 48 mill. que están fuera de los Bancos. Ramos arguyó que no es tanto, sin embargo, la estadística de su propio Banco ofrece esos datos. Ramos ofreció ampliar los créditos, cuando la realidad es otra. Pidió, como lo había hecho Trujillo, que el comercio trabaje con un solo Banco, como si eso fuera posible y conveniente. Si se concentran los créditos y cesa el rejuego de chequear para cubrir los sobregiros, la quiebra se producirá más rápidamente.

Jueves, Mar. 15, 1961

5 El Gobernador del Banco Central Manuel V. Ramos y el admor. del Banco de Reservas Juan Martínez Cruz provocaron una reunión en la Gobernación de los principales elementos de la provincia, para explicar el giro que nuestro ilustre Jefe le está imprimiendo a las instituciones bancarias y a la conversión del Banco Central en algo similar al de Reservas, con un amplio capital de $77,000,000. Ofrecida que fue la palabra a los concurrentes, expresó el presidente de la Cámara de Comercio, José Paiewonsky, que es necesaria una delegación del Control de Exportaciones para evitar que se pierdan ocasiones de exportar y de traer divisas; habló de la importancia del tipo de interés a que se refirió el Benefactor, en su crítica sobre tan importante factor para el desarrollo de los negocios. El director de El Porvenir, Rodríguez, expresó que se debe hacer una campaña para atraer los $48,000,000 que retiene el público, de la emisión monetaria, para que, a su vez, los Bancos puedan ampliar los créditos en unos $43,200,000. El Sr. Ramos aclaró que no hay tanto dinero en poder del público, pero de todos modos admitió que la idea es buena. El síndico Estrada pidió auspiciar un plan de construcciones y el Sr. Redondo habló de abaratar las reconstrucciones y construcciones. Estrada aclaró que hasta $25. La reunión terminó con repetidos aplausos cuando se hicieron mención de las medidas auspiciadas por el Generalísimo, y la posibilidad de tener una cosecha de 10,000 bultos de tabaco.

709 Traerán Técnicos para reducir Costo en Cultivo de Arroz. Arroz caro, dice Trujillo, como si el causante de tanta escasez y hambre fuera cosa del clima, de la técnica o del trabajador. El arroz se vende al detalle a 17¢ Lb. incompleta porque el arancel rabioso impide que se importe arroz, pero el arroz dominicano exonerado, se puede vender a 9¢ en Puerto Rico. El mismo Sátrapa se enreda en sus líos. El alto impuesto a la producción el arroz que se comen los ratones, el que se pudre, todo va sobre las costillas del consumidor, pero como Paquito Martínez [cuñado de Trujillo]puede darse el lujo de comer arroz canilla, de España, a 20¢ Lb. poco le importa que yo, que veo a mi mujer echarle al fogón 10 Lbs. diarias, me encuentre en franca bancarrota gastronómica.

711 Cifras Revelan Auge Comercio Exterior: Exportaciones $174,228,000, Importaciones $87,520,500; Balance $87,000,000. ¿Dónde está? En la Bolsa grande que tiene Trujillo esparcida en Suiza, US, Gran Bretaña, España, Liberia, Brasil, para tener dinero, donde quiera que lo eche la mala suerte que toca a sus puertas. Dice que en 1930 solo teníamos 8 hospitales con 400 camas y un presupuesto de $161,000. Ahora tenemos $8,555,300 para 70 hospitales contando los de Seguros Sociales. Pero vean esta barbaridad indescifrable, para calmar ansias infinitas: «Los hospitales dependientes de la Sec. de Salud tienen un total (está de más total) de 7,680 camas para enfermos (claro está); 1,345 los de la Caja: 600 otros hospitales y dependencias del Estado: y 1,735 en clínicas privadas». Creo que ni el mismo Secretario Lamarche Soto puede cuadrar semejante lucubración
demagógica. Trujillo le sacó leche al ganadero y la revendió bien cara: Regalaron así, menos de 100,000 botellas diarias de leche, en todo el país. Asistencia ridícula y miserable.

715 Presupuesto de 1961. He tabulado al lado los de 1960 y 1959. La huida de Batista produjo una gran conmoción en toda América y a eso se sumó el intento de asesinar a Betancourt. 1959 trajo esperanzas en cuanto a lograr $152,460,000, pero como se desmoronó la finanza, bajó a 138,247,740; y como tampoco pudo apuntalarse el roído edificio, en 1961 solo se han presupuestado 120,225,845 a base de elevar los impuestos inconsideradamente. Casi todas las entradas han bajado:
Arrimo, de  $650,000 a $545,000 Utilidades de los Bancos  1,600,000 1,000,000 Lotería 7,000,000 6,800,000 Servicios Tecnológicos 4,300,000 Nada Form. Consulares  275,000 150,000

Jueves, Mar. 75 (16) 1961

Presupuesto de 1961: 1959  1961 Inscripción en la Universidad  $350,000  275,000 Impuesto sobre Beneficios  1,0500,000  0,000,000 Cédula, a pesar de los 4,000,000 Hab. 300,000  6,500,000 (los aumentos han sido inútiles) El arancel desorbitado y criminal 21,500,000  15,000,000 Estúpidos derechos consulares 2,200,000  1,800,000 Servicios de Puerto sin remolcador   325,000   175,000 más arancel atrabilario  5.000,000  4,237,890
Impuestos Unificados, jamás,  14,500,000  11,000,000 Tabaco, como si deseara que no se siembre  300,000  230,000 Café, y aun así persigue al cultivador  7,000,000  4,000,000 Cacao, criminalmente abandonado  6,500,000  3,600,000 Chocolate, criminalmente abandonado  250,000   100,000 Melazas, dice explotación y no se equivoca  1,000,000 500,000 Para la defensa nacional Ley 5144 Nada  1,506,000 Arrimo y servicio de muelle (1960 $1600)  1,300,000  1,200,000 Cerveza, en 1960 $1,600,000 1,400,000  1,200,000 Alcohol para ron 1,900,000  1,550,000 Cigarrillos  3,100,000  2,900,000 Fósforos   625,000  500,000 Azúcar   4,500,000  4,200,000 Plusvalía del azúcar  3,000,000  2,500,000 Arroz en 1960 $3,050,000 3500,000  3,500,000 Arroz, impuesto especial creado -  720,000 Mercancía de Exportación 2,350,000  1,358,000 12% adicional    11,400,000  11,000,000 organismos Autónomos 30,364,400  20,912,500

Estos son los principales ajustes que he logrado sacar de un enmarañado sistema presupuestal. Todos los impuestos son como una maldición sobre los pobres, ya que los Trujillo y su casta pagan apenas $10,000,000. El resto se le pega, hondo, al pobrísimo consumidor. Con estos datos en cualquier parte donde existe libertad de discusión, se tumba un Gobierno impopular. Aquí, ni con ametralladoras se ha logrado hacerle saber a Trujillo, que ni su brazo, ni su inteligencia han servido jamás para nada bueno.

En Puerto Rico, en 1957-8 (Jun. 30).
  
Exportaciones  $497,000,000 Importanciones  $757,000,000 Ingresos  $231,000,000

Sin contar organismos autónomos. Puerto Rico tenía 2,355,000 hab. La electricidad se lleva nada menos que $40,000,000. El tabaco, por haber sido de baja calidad, bajó de $30,84 a $27. Los turistas gastaron $30,000,000 y hay 2,200 habitaciones en los hoteles. Las construcciones costaron $183,000,000 de las cuales eran públicas, $ 90,000,000. Parece inútil sacar a relucir tanta disparidad en materia presupuestal, pero vale la pena aclarar ese punto porque tan pronto como Trujillo dé la espalda, podemos doblar, triplicar y llevar ingresos y producción a un tope gigantesco.

Viernes Mar. 76 (17) 1961

117 Parece mentira que Puerto Rico importa $757,000,000 en 1958 y Trujillo la miseria de               $88,000,000 en 1960 con la agravante de querer hacerle creer al mundo que tenemos  4,070,000 Hab. en Ago. de 1960. Pero aún es más deplorable,  exportar la miseria de $174,420,000 en 1960 mientras que Puerto Rico exportó 497,000,000 en 1958 cuando tenía 2,355,000 Hab.

Estas enormes diferencias tienen su origen principal, en que Trujillo gasta casi $60,000,000 en las fuerzas armadas, inútiles y extravagantes, y también mantiene exorbitantes impuestos sobre importaciones, sobre exportaciones y sobre la producción no vendida.

723 Formosa exportó $23,500,000 en arroz cosechado de manera intensiva y, sin embargo, Trujillo pretende sacarles a los arroceros más de $4,000,000 sin tener en cuenta el hambre reinante. Fidel Castro ha comprado arroz extranjero a 5¢ Lb. Ninguna Revolución Dominicana triunfante que no logre rebajar el arroz a 5¢, la manteca o el aceite al precio de Chicago; el bacalao al precio de Noruega; el arenque al precio del Canadá; los cigarrillos al precio de New York; los zapatos al precio de la Argentina, Uruguay, Canarias; el aceite de oliva al precio de España, Italia y Francia; los automóviles al precio de Alemania, Inglaterra y US; en general, necesitamos urgentemente en América, precios naturales, precios de oferta y demanda libres de impuestos, para que los beneficios sean reales y las entradas del Estado, humanos y fáciles de recaudar. Un gran impuesto sobre la renta sustituirá con ventajas todos los impuestos estúpidos que ha creado Trujillo, para torturar a los más necesitados y a los verdaderos trabajadores. Menos pobres y menos ricos, pero ricos en felicidad todos, absolutamente todos.

736 Puerto Rico. El Gobierno trata de someter a las compañías que se han confabulado para mantener un precio de más por el galón de gas propano que se vende al detalle, galón a 12 1/2¢. Ese gas se vende aquí en cilindros, a $16 y antes se vendía a $12 o $13, valor sumamente alto para las estufas que economizan la madera de nuestros bosques. El carbón vegetal caro y la electricidad mucho más cara. El gobierno de Puerto Rico trata de aplicarle una multa de $600,000 a las Compañías de Gas.

740 Continúa la farsa del interés por abaratar el arroz mientras el propio Trujillo pretende sacarles a los productores $5,000,000. Ahora acusa a su propio Banco Agrícola de manipular un monopolio como gran acaparador de $12,000,000 en arroz, valor superior al consumo miserable que permiten
los altos precios. El arroz pignorado se pudre en los almacenes mientras el pueblo tiene su estómago pegado a la espina dorsal. Se dice que Trujillo pidió visas en Brasil para 100 de su casta y que no las obtuvo, tampoco en Suiza. Se dice que está borracho constantemente, pidiendo votos contra Panal, y muy celoso de que Petán tenga bajo su mando el ejército de cocuyos, con cuartel a la salida de Bonao.

742  Aquí gasta Trujillo unos $64,000,000 en fuerzas armadas y defensa nacional y $8,000,000 en salud pública y eso que se atreve a decir que tenemos 4,070,000 Hab. Así mismo, el Alcalde de Ponce está poniendo el grito en el cielo porque solo tiene un ingreso de $1,800,000 y está planeando subir el impuesto para poder atender a las necesidades del Municipio. Como dije en 715, Puerto Rico tuvo ingresos en 1957-8, de $231,000,000, Si se ponen al lado los ingresos, las importaciones, los egresos, las exportaciones y los precios de Cuba, Puerto Rico y de Trujillo, saltará a la vista el desgobierno que nos agobia desde 1930. Radio Swan explicó algo sobre las dictaduras que hemos padecido desde Santana.

Miércoles, Marzo 81 (22) 1961

753 Calzado. Trujillo le niega dólares a los importadores de calzado. Tendremos que fumarnos esos zapatos acartonados, que valen más que los baratos de US. Claro está que quienes sufrirán son los de la clase media, porque los ricos, el Ejército, seguirán usando buen calzado. El hombre no sabe qué hacer para robar dólares y para sacarlos impunemente del país, en un intento de recuperar el poder a base de dólares.

754 Trujillo desbarra en una conferencia de prensa. Creará un Instituto del Arroz y ya se habla de que exportará a Haití, a 6¢ mientras nos cobra 16¢ y 17¢. Traerá a un chino de Formosa, como si el cultivo intensivo fuera obra de los chinos. El cultivo intensivo de arroz se realiza en US hace casi un siglo. El costo no se abarata con sistemas de cultivo, sino con diesel barato, nada de impuestos, maquinaria barata, crédito barato.

755 Envases. La ley del envase la dicta el comprador. Pero como Trujillo saca millones de los sacos vacíos y de la madera, quiere echarle en cara a los exportadores que sus envases son inadecuados. Dice que el azúcar es el único producto que se envasa bien, y eso que va al granel a Europa. Dice que ha ganado premios por la forma como se exporta, mentira que se ha inventado, porque ¿dónde están esos premios?

 756 Estas escuelas de una tanda, con deportes, no enseñan nada. Es una vocinglería permanente. De cuando en cuando se baila. He abogado inútilmente por las ESCUELAS DE TRABAJO como la forma única de hacer productivas la instrucción y la educación, simultáneamente. El sistema actual es apenas de deficiente instrucción sin nada de moral ni nada de respeto, el resultado es, un profesionalismo inmoral, divorciado completamente de las más elementales normas de amistad y lealtad.

758 Santo Domingo. En la calle Santiago Rodríguez vi una casa con 6 contadores de electricidad, otra con 4 y algunas pequeñísimas con 2 contadores. Eso demuestra que es un puro bluff lo de que tenemos 100,000 abonados. Posiblemente menos de 25,000 casas están dotadas de electricidad.

759 Cacao. Agricultura comienza de nuevo a publicar el precio del cacao. $8.50 los 50 kilos, bien seco, sano. Así ayuda Trujillo al agricultor, pero hay más, ese precio es oficial. El precio es aún menor aunque el cacao está en NY a 20¢ Lb.

761 Trujillo y los discos. Nuevo escándalo para hacer creer que hay dominicanidad en sus manejos para evitar que saquen dólares, que necesita para sus planes de extorsión continua.

762 Arroz. Como no se vende el arroz por su carestía, se dice que le venderá 600,000 qtls. a Haití a $6, una gran cantidad de arroz pignorada a los Bancos se ha deteriorado de tal manera que, a los mismos comerciantes que quieren retirar partidas, les obligan a aceptar la mitad en arroz medio podrido.

763 El ánimo público está entonado con el asunto de la cuota azucarera. A eso le agregan que Central Romana no podrá siquiera moler este año, porque con el 10% de divisas que le dejan, no puede atender a sus accionistas y empleados extranjeros. Esto no creo que tiene fundamento. Romana no necesita tantos dólares para la Zafra, pero si los necesitara, puede valerse de alguna maniobra para retener dólares fuera del país, con las ventas de azúcar.

765 Puerto Rico: Spaguettis 2 Lbs. por 35¢, aquí, criollos a 25¢, extranjeros a 35 y 40¢ Lb. Nada, nada, que estamos condenados a no comer el sabroso plato italiano, porque a los Molinos Antidominicanos de Ramfis les da la gana de vender semolina con gorgojos y harina mezclada, de baja calidad, a precios exorbitantes. ¡Hasta cuándo!...

766 Kennedy investiga la inversión de $2,000,000 en el Perú y otras ayudas extranjeras, porque se ha descubierto que la plata iba a parar a manos de prominentes funcionarios, como aquí, con el Punto 4º, que la mecanización y ayuda se concretó a ararle a Trujillo sus fincas. o como en el Terremoto de Ago. 4, que los de Julia Molina no recibieron la ayuda que US envió, ni tampoco los damnificados del Ciclón de Set. 3, cuando comenzó el hombre a agarrar cuanta plata caía en manos del empobrecido régimen inaugurado en Ago. 16.

768 Persiguen a los descalzos, como si fuera posible corregir la miseria con multas de $1,35, no importa que se trate de niños. Un padre de diez mocosos necesita por lo menos 10 chancletas malas. Las chanchetas son ofensivas y desdicen. Una mujer en chancleta es cosa horrorosa, levantando polvo por las calles que, a juicio del propio Trujillo, necesitan pronto arreglo. La medida coincide con las restricciones para la importación de calzado. Como siempre, una burda maniobra tras una necesidad social y de salud pública.

770 Chocolatera. El Radhamés trae otra partida de chocolate. Se dice que han sido devueltos 7,000 cartones de 60 a 66 Lbs. La incapacidad campea en una industria inútil, ideada por Hermann, cuando no había impuestos de exportación al cacao. Hoy día constituye el más inicuo sistema de robar, porque vendemos el chocolate más barato que el mismo cacao, con toda su humedad. Hasta se dice que le darán por tercera vez la administración a Benjamín Paiewnsky. El coronel Leon Estévez y Víctor Sued liquidaron a Ramón Cabral, que tenía el control del análisis y parece que la General Cocos no ha podido colocar algunas partidas, porque son capaces de haber variado la calidad y sabor del cacao dominicano, que entra en recetas antiguas, para la elaboración de chocolate. En US hacen mezclas con distintos tipos de cacao y recuerdo que hacia 1928, cuando Rafael Espaillat quiso hacer fermentar todo el cacao dominicano, para conseguir 2¢ más, le aconsejaron que no hiciera tal cosa, porque Acra fermenta, a muy bajo costo, todo su cacao.

772 Juan Bautista Gómez hijo le escribió a Trujillo una carta, que yo vi, diciendo que durante el tiempo que el fue Pagador del tesoro no permitió tantos macuteos y Trujillo, Foreador Mayor de la República, envió la carta a El Caribe, para que se sepa, que él sabe, que Trujillo sabe que se macutea de lo lindo desde 1930, pero que hay que darle cuenta, por si acaso no le dan completa su participación en esos macuteos. Recuerdo que Flores me dijo que Trujillo no pedía pero que tenía muy en cuenta a los Capitanes Comandantes que le mandaban su partecita, de cuando en cuando, y otros sus vaquitas, robadas en las carreteras o exigidas o los ganaderos, como hacía cierto capitancito, para granjearse la amistad del hombre.

776 Aquí hay abundancia de todo y consumo de nada. Hay inflación sin dinero. En los depósitos del Banco Agrícola se pudren 1,200,000 qtls. de arroz mientras Trujillo pretende que el pordiosero pague 17¢ Lb.

777 LA INFORMACIÓN recuerda que, según los inventarios de 1936, las propiedades raíces que se robó Juan Vicente Gómez en unos 30 años, valían unos 150 mill. de bolívares. Bien poco para una dictadura tan dura y larga. Nadie sabe calcular hoy día el botín que atesora Trujillo desde 1930, pero va a dejar chiquitos a todos los ladrones del mundo entero. [Segun algunos historiadores, Trujillo llego a ser uno de los 6 hombres mas ricos del mundo; segun otros historiadores, llego a ser el hombre mas rico del mundo si se toma en cuenta que, de facto, era el dueno del Estado dominicano y de la mayor parte de la economia del pais. Por ende, la prediccion de Demorizi se materializo.]

788 Hoy están revisando los contadores de las industrias, con un plano antiguo de Puerto Plata. No saben por dónde ir. La situación debe ser bien mala cuando andan tras las maniobras de robo de electricidad. A mi vecina Cheíta Padilla Herrera (V. Jul. 8, 1960) le cortaron la luz, a pesar de que suplicó y clamó que iba a pagarla seguido. Que no la pagó porque su marido Nino Pérez, Sargento de la PN, fue a reclamar el alto consumo. Resultado, que la reconexión le costó $1. Es la inhumanidad en pasta, eso que hace la muy alabada Corporación de Electricidad. A mí me quitaron uno de los dos contadores que tenía, con 3 fianzas de $5, $5 y $10 y me aplican la tarifa industrial, porque tengo un motorcito de 1/2 HP. He llegado a pagar hasta casi $20 de corriente gracias al sistema de acelerar los contadores y bajar el amperaje. De acuerdo con los contratos, el Ayuntamiento tenía el deber de vigilar que la corriente fuera constante en 110 aunque jamás, excepto en 1933 que exigí esa formalidad, se hizo intento alguno de regularizar el suministro de energía eléctrica. De ese modo, somos tributarios indios incautos, de la propia técnica de US, en materia de manejar artefactos eléctricos, eficientemente.

789 Trujillo hace condenar a Luis Amable Iglesias Molina a $1,000,000 y le embarga varias propiedades con primeras pujas de más de $150,000. ¿A cuánto habrá que condenar a Trujillo por daños morales y materiales?

796 Trujillo le embarga y pone en subasta un ganadito de Cosme J. Batlle Mena. También han alquilado sus propiedades urbanas. Su hija fue del grupo de damas que en La Vega fue, descalza, al Santo Cerro. Una romería, como en los días 24 de Setiembre, día de las Mercedes.

798 Puerto Rico. El registro continuo de vehículos de motor anota la existencia de 180,000 contra 99 en 1907. Qué dirá el hombre de los grandes logros, de la Era de Progreso y Bienestar, el superhombre que aspira a todos los títulos habidos y por haber, con sus 1,300 vehículos públicos para el transporte urbano de Santo Domingo, ciudad a la cual le atribuye ingenuamente, cerca de 500,000 hab. La miseria más espantosa se revela en el minúsculo tráfico de vehículos. No existen estadísticas, porque no conviene que se sepa la verdad, pero como no han logrado ocultar un hecho positivo, tienen que racionar el transporte urbano, porque de lo contrario es incosteable el concheo. En US hay un vehículo para cada 3 hab. En Puerto Rico hay como 7 para cada 100. Trujillo tiene como 7 para cada 1,000 Hab. Y sin embargo, se ha atrevido a hablar de concentraciones de 1,000,000 de personas para rendirle homenaje, como si fuera posible movilizar tanta gente, sin vehículos, sin gasolina, sin alimentos, sin hoteles, sin carreteras y sin dinero.

803 La Autarquía de Trujillo en Marcha: La Informacion: El peso consumido en productos nacionales vuelve a nuestro bolsillo. Si la táctica se populariza con la rapidez que ha tomado en Dominicana porque Trujillo no quiere darle salida a los dólares que roba, entonces los extranjeros aprenderán también a prescindir de tanta azúcar, cacao y café y así nos quedaremos sin trigo, sin automóviles, sin artefactos. La autarquía es una maldición contra la convivencia y el principio económico de la división del trabajo. Producir arroz caro, alambre de púas retorcido aquí, botellas malas, papel malo, sacos vacíos protegidos, sin capacidad de producción, es tan odioso como criminal.

805 Divisas. Del extranjero están pagando con cheques en pesos de Trujillo. Acabo de ver uno de Curazao a cargo de The Royal Bank of Canada, que le envían a Braulio Jiménez, de Yásica, y dice Forthy pesos dominicanos. También vi otro de $1,020 sobre el Banco de Reservas pagadero al cambio sobre NY, de manera que el Banco debe pagar el peso de Trujillo a como está en NY, pero no ocurre así, porque aquí creen en una paridad que no existe. El Caribe ha dicho que los dólares valen entre 1.10 y 1.15, También registré que le pagaron $7,000,000 de azúcar, con pesos Trujillo. Hay muchos rumores sobre dificultades para remesar dólares porque Trujillo pretende que le den el 90% de las exportaciones. Según esa ley estúpida, Alcoa, que ha invertido millones de dólares, tiene que conformarse con el 10% de la bauxita que exporta de Cabo Rojo.

Como seguramente Ud. estará enterado, de New York, han retornado una partida de chocolate de la Chocolatera. Adicionalmente a los informes que le pueden haber suministrado, creo de mi deber asegurarle, que durante mi administración nunca ocurrió un hecho similar. Puede ser que el encargado de la producción de licor de chocolate no le dio un excedente de manteca de cacao para evitar que su contenido no sea menor de 50%, que es el mínimum aceptable. También puede ser que la partida contiene partículas de cáscara, que antes se quemaba, aun cuando es un subproducto que tiene valor. Creo sinceramente que al prescindirse de la experiencia del químico Cabral, puede haberse variado la fórmula stándard que le dio tan buen crédito al producto dominicano. Así msimo considero conveniente que se revise la fórmula del Chocolate LUPERÓN, que se ofrece en la Radio, como algo nuevo, porque eso indica que se han hecho cambios sensibles en algunos productos de la Chocolatera. Comparando las ventas locales de Chocolate Luperón y el rendimiento del Licor de Cacao será posible regularizar las fórmulas favoritas, para aumentar el consumo local y evitar el rechazo de más partidas exportadas. En la esperanza de llevarle una información valiosa, para evitar que no repita un rechazo costoso, en de productos que representan divisas efectivas, me place mucho reiterarme a sus órdenes, con muestras de la mayor consideración, S.S.S. y amigo. Donde se habla de Cabral se puede meter a Marrero.

Martes, Marzo 87 (28) 1961

806 Cedula. El drama de quienes esperan el último día para pagar se multiplicará este año con el Jueves y Viernes Santo y luego el primero de abril, sábado, o sea, domingo cimarrón en Trujillolandia, a merced del Santoral y de los horarios más caprichosos del mundo. Se puede llamar esto, la Era de la Vagancia Oficial, la Era del Desajuste, la Era de la Mortificación. Las oficinas públicas y los bancos trabajan hasta la 1:30 cuando más calienta el sol en el zenit. Los niños salen de la escuela a las 12:30 o a la 1. Llegan primero que sus padres a la mesa del hogar, si es que podemos llamar hogar, a un nido de grillos donde todo el mundo grita, patalea y llora. La vagancia queda revelada en el hecho real de que como el comercio cierra a las 12, nadie acude a las oficinas públicas y los funcionarios tienen que soportar el sopor sofocante de un medio día frente a un escritorio vacío.

La Era del Desajuste consiste en que si el funcionario sale a la 1:30, el hijo a las 12:30 y la mujer, del Banco, a las 12, el lío es bien claro. Y es la Era de la Mortificación, porque quien espera desespera… subiendo el diapasón, como el anuncio de Radio El Mundo: quien espera desespera, y claro está, al tercer grito en el cielo, no hay control de mal genio que logre evitar la cólera que nos abate.

807 Trujillo reconoce que el acueducto que hace poco tiempo hizo construir en Puerto Plata, sin permiso del pueblo, no sirve. Acomete reformas por valor de $112,000, 4 veces y media cuanto costó el que construyó el capitán Becher.

816 Puerto Rico. Carne de masa, que debe ser la de bola aquí a 79¢ lb. En Sosúa, limpia, completa, 32¢. Allá, cebollas buenas 71/2¢ aquí, 14¢ malas e incompletas. El dólar dominicano valdrá, automáticamente, cuando echemos a Trujillo, tanto como un dólar de US con solo bajar los precios a los precios naturales aunque algunos subirán, como el cacao, café, maíz, banana, carnes que se pueden exportar libremente. Claro está que, en un pueblo hambriento y un comercio inexperto, necesitarán freno para evitar que nos quedemos sin esos productos, cuando no hay impuestos de exportación.

820 Puerto Rico. Se le pide a la ciudadanía presentar sus planillas de income tax antes del 18 de abril y se le permite deducir los gastos de hospital y de médicos, que se hagan fuera de Puerto Rico. Nuestra ley tiene lujo de no deducible, desde arriba abajo. Pero los Paquito Martínez [cuñado de Trujillo] y los Trujillo están exonerados. También están exonerados de derechos de importación, y de exportación, mientras yo tengo que ver, con sangre hirviente de impotencia, las injusticias imperantes.

829 Banco Agrícola pone en venta parcelas de Miguel Antonio Dájer Scheker, por $173,788, despues de tres avisos en El Caribe, sin especificar intereses. Dájer fue Gerente del Banco Agrícola y Secretario de Agricultura y cayó en desgracia, cuando su colaboración no fue necesaria. Dájer surgió de la mañana a la noche, gracias al genio de Trujillo, y sucumbe gracias al propio genio.

832 El Gobierno (Trujillo) firma contratos para obras por $11,734,521. Los propósitos del Benefactor (ya no es el Gobierno) de que se sustituyan las carreteras Duarte, Sánchez y Mella por amplias y modernas autopistas, se están llevando a la realidad. Esta es una mentira atroz que se repite desde 1930 sin que nadie ose desmentirla. No hay tal modernización, sino cambios de sectores que dejan puentes y tierras en deplorable estado, para la reposición de nuevos terrenos para hacer rectas. Sin embargo, la reducción de 61 a 40 k de la Carretera Luperón está ahí, desmintiendo el afán porgresista de Trujillo. Además, el presupuesto en vigor no tiene partidas asignadas para estas obras y no hay dinero sobrante en el primer trimestre de 1961. otra gran mentira: se trabaja en la pavimentación de Santiago-Santo Domingo en 155 k a un costo de $47.31. Esta obra de gran envergadura está concluida en su tercera parte. Eso se le ocurre a M. M. P Pouerié Cordero sin ir a ver los destrozos enormes realizados en los 175 k que dejan atrás pueblos fantasmas. Los contratos no se dan a ingenieros con experiencia, sino a personas que pagan 20% por contratos mal habidos y mal ejecutados.

833 401 empresas piden permisos en Febrero. Ilusión periodística trujilloide. Cuando flaquea el armazón endeble del régimen, Estadística se atreve a hablar de nuevas empresas, con un miserable capital de $74,275. Se trata de mujeres que les traspasan a sus maridos, maridos que les traspasan a sus mujeres, hijos que aparecen como nuevos empresarios, vendedores de refrescos con patente miserable. A todo eso le llama empresa el Soberano Régimen Trujillonazo.

837 Puerto Rico propone una enmienda al income tax para fijar la exención de los solteros en $1,200 y la de los casados en $2,400 más $600 por cada hijo y $1,800 cuando esos hijos estén en la universidad. Aquí tenemos una ley de Impuesto sobre Beneficios diseñada tal vez por Barbosa Aquino, que aunque es hijo de un zapatero que se suicidó, pretende que todo el mundo haga harakiri con sus pocos ingresos. El Baboso Aquino sin embargo, exonera a los Paco Martínez [hermano de María Martínez], el hombre de los cien monopolios improvisados en la Ferretería Read, como el afortunado usurero que compraba las cuentas contra Trujillo, cuando ya se las habían pagado, a 10%.

838 Cuba. El Che Guevara inaugura una fábrica de lápices que producirá unos 20 millones. Se venderán a 2¢ y a 3¢ los de color. Se trata de algo extraordinario, ya que un material de tanto consumo nunca se ha fabricado en país hispano. La fábrica, una de las 100 que se están montando, fue hecha en Checoeslovaquia. Los lápices americanos que consumimos aquí son malos y caros: 50 o 60¢ la docena. Los buenos, del Japón, se venden a $1.

844 Radio Caribe continúa atacando al clero. Atacó al padre Cabello. En la procesión de Viernes Santo había muchedumbre de puertoplateños. El SIM tomó fotografías.

845 Santo Domingo. Se rumora que ayer fue incendiada la Dirección de la Cédula, convertida en despiadado sistema de confiscación, de doble y triple imposición a los mismos capitales.

846 Otra bomba en Polanco Radio. El Caribe describe, parcialmente, los destrozos. La Editorial Duarte, como una maligna intención, muestra al Cristo Sacrificado y otras imágenes dispersas. En la procesión del Jueves Santo se dispararon ampolletas fétidas y polvos fogaraté. El Caribe intenta condenar actos provocados por ellos mismos. Radio Caribe dice que Rafael Reinoso Pimentel provoca desórdenes en Puerto Plata y luego quiere aparecer como un conciliador. Que las autoridades deben investigar eso. [Para mas detalles sobre estas explosiones ver articulo titulado Explosiones en la Semana Santa 1961 de Angela Peña.]

Domingo, Abril 92, (2) 1961

849 Cuba compró 240,000 Ton. de arroz de la Guayana Inglesa. Aquí se pudre en los depósitos del Banco Agrícola y han tenido que venderlo a 6¢ a la pobre Haití. Nuestra pobreza se mide así. En 1927 al amparo de la libertad más grande de comercio, importamos 30,856 ton. de arroz que se vendían a menos de $3 el quintal. Cuando la revolución de Trujillo abatió toda la actividad nacional, bajó en 1930 a 21,873 ton. En 1935 a 9,456 ton. valoradas en $354,500; en 1939. Así cesó la importación y solo recibimos 512 ton. valoradas en 18,600, fue entonces que para defender a los arroceros de la voracidad de Trujillo escribí en EL PORVENIR y fui a parar a la cárcel. En 1958 se reprodujo el grave problema: El Banco Agrícola le aclaró la situación a Trujillo y habló de 60,000 qtls. de arroz viejo, que obligaba a los productores a recibirlo de mala gana. La estadística de arroz es de lo más absurdo que existe bajo la égida de la estupidez: véase mi obra RIQUEZA DOMINICANA donde hago una somera historia de arroz. Hasta en US, donde se consume muy poco arroz y en ciertas áreas, nada, el consumo es superior per cápita, al nuestro. Esto habrá que aclararlo.

850 Tabaco. Apenas hace unos días, dijo el gobernador del Banco Central, que íbamos a tener una cosecha extraordinaria de 1,000,000 de bultos, después se rebajó el estimado a 900,000 y ahora LA INFORMACIÓN, de Mar. 28, dice que de Elías Piña a Estero Hondo hay 800,000 quintales, menos de 800,000 bultos. Estos mismos cálculos son falsos: si el precio es de $10 los 60 k y $13 el de olor los 55 k, ¿cómo pueden producir $10,000,000? Al fin, veremos todos esos cálculos de Adolfo Cabrera Ariza y Luis Carballo R.

854 Puerto Rico calcula su zafra en 1,278,000 ton. y 148,000 ton. para el consumo doméstico. Virgilio Álvarez Sánchez habla de una zafra de 1,200,000 Ton., pero solo tiene una cuota en el mercado mundial de 650,000 ton., más 112,000 ton. para US. Produce, además, 100,000 ton. para el consumo local y solo 5,000,000 de galones de melaza, más 70 mill. Para exportar: se vendía a 9¢, luego a 12 y creo que logrará 18¢ galón. Todo esto es falso, porque los medios de producción de Trujillo jamás han logrado una zafra ni siquiera como la de Puerto Rico. En materia de producción estamos muy por debajo del mundo entero.

855 Cuba tiene oportunidad de vender a Rusia 500,000 pares de calzado y por falta de pieles no ha podido fabricarlos. Aquí no producimos buen calzado porque hasta las puntillas cuestan mucho, con más de 50% de impuestos. No hay tal protección. Cuba en cambio puede vender y no puede cumplir por las enormes restricciones que le ha impuesto US.

 856 Creo que en CAPITALISMO PRÁCTICO escribí sobre la manera de auspiciar el retorno de dinero a las arcas del Banco. Tenemos fuera de los Bancos más de $48,000,000 que deben recuperarse, poniendo fuera de circulación todos los billetes de $10 a $1,000, ya que ningún ciudadano que no sea de la casta privilegiada tiene gran cantidad de dinero efectivo, atesorado al margen de la economía dominicana.

 865 Cuba: Traerá la Italia una fábrica de vajilla a un costo de $400,000 para fabricar loza de excelente calidad. Los cubanos no aceptarán, como nosotros aceptamos, que Gadala María mantenga un monopolio estúpido, que desvaloriza un stock de botellas extranjeras excelentes para poder vender a precio de oro sus botellas incompletas, anormales totalmente.

871 Benítez Rexach se refiere al proyecto, uno de los golpes de efecto que acostumbra a dar Trujillo, de trasformar a Samaná. EN RIQUEZA DOMINICANA y EXPANSIÓN Y DEFENSA DEL TERRITORIO DOMINICANO hemos estudiado ampliamente infinidad de factores con respecto a Samaná, al Yuna, a la Ciénaga del Gran Estero. Es posible aumentar el cauce del Yuna en todo su trayecto, alargando las bocas con ayuda del sedimento, tirado derecha de Yuna. El puerto principal de la Bahía de Samaná debe emplazarse del lado de Sabana de la Mar o del lado de Sánchez, donde sea posible tirar un puente para atravesar el Yuna en ambas direcciones. Samaná debe trasformarse en un emporio de riqueza. El drenaje de la Ciénaga y la siembra de arroz constituyen problemas fáciles de resolver en la región. Mi hermano Félix y John Hogan estudiaron toda la cuenca del Yuna para siembras de bananos, pero Petán malogró el negocio.

873 Gaspar Hernández. La revista que se organizó para homenajear a Petán le costó el puesto a 14 personas, entre ellas mi amigo Cristino E. Gómez, que sirvió el Juzgado de Paz durante 14 años. El sabio de Luis Ginebra no asistió, pero mi primo hermano Mario E. Abreu Victoria sirvió de asesor, siendo Gobernador de Julia Molina y voló del puesto rápidamente. Todo esto ocurre por dejar camino Real por Vereda, como dijo Trujillo en Bonao, cuando Petán quiso erguirse líder y único capaz de pelear cuando llegue el momento. Los cocuyos han sido licenciados, después de numerosas exhibiciones y de ser condecorados como héroes en la triste jornada del 14 de junio, cuando Jiménez Moya, Gómez ochoa, José Horacio Rodríguez y otros vinieron a Constanza a liberarnos, cayendo en manos de asesinos que no eran ni campesinos ni ciudadanos.

Miércoles, Abril 95, (5) 1961

874 Ofrecimientos de Trujillo a granel: Presa de Tavera, más de $30,000,000 mientras está muy atrasada la Autopista Duarte: Trasformación de Samaná; mientras se llena de ranchos la empobrecida Santo Domingo; Hospitales, mientras anda la suciedad a la orden del día en todos los hospitales; promete una refinería de petróleo, mientras vende un galón minúsculo de gasolina a 53¢. En esto le sigue los pasos a Fidel Castro, como si el consumo dominicano requiriera realmente la construcción costosa de una Refinería. Trujillo habla hasta por los codos, de cosas que ignora totalmente. Ahora, como si fuera un jefe de Estado genuino, concede conferencias de prensa, cosa que en 30 años fue pura formalidad, pues jamás se ha enfrentado a una comparecencia del tipo de Castro y de Kennedy. Todo es escrito, porque cuando habla, mete la pata. ¿De dónde salen tantos millones, cuando las cuentas de inversión no llegan ni a $10,000,000 anuales en OP?

875 Yamasá. Ranchos para 200,000 qtls. de tabaco. Quirilio Viloria Sánchez parece ser un sujeto hecho a la medida del régimen, mientras tanto tiene al Lic. Frco. Augusto Lora loco sacándole ventajas a Agricultura para fomentar una finca. Ahora no son $10 sino $15 o 20 millones el rendimiento del tabaco, pero Cabrera Ariza y Carballo no saben exactamente a cuánto ascendió la cosecha de 1950 y muchas atrasadas.

879 Voz Dominicana ataca despiadadamente a Lleras Camargo [Presidente de Colombia], como si la ranchería que han hecho en las afueras de Bogotá tuvieran un aspecto peor que las rancherías que se ven por todas partes. Pronto haremos un recuento de los ranchitos miserables y de los habitantes de esas casas de miseria y desolación. Será fácil remediar un pueblo que a base de arroz, frijoles, aceite, plátanos, yuca, azúcar, café, calzado, ropa, ron, cerveza, refrescos, puede vivir en un verdadero paraíso, si adoptamos precios naturales de NY, Puerto Rico, en cuanto a productos de US, arroz, en cuanto al precio del Japón, grasas, al precio de Chicago, macarrones al precio de Nápoles.

Jueves, Abril 96, (6) 1961

880 Manuel Imbert Peralta, que logró salir con su esposa Yolanda Rainieri, fue privado de los beneficios de las acciones que posee en la Fábrica de Cemento. Ahora, el Sátrapa las pone en subasta, pero claro está, pura forma, porque ningún particular podrá entrar a participar del monopolio que mantiene la retrogradación más inicuo.

881 Standard oil representa casi más que todas estas republiquitas agobiadas por las aduanas y la autarquía: sus ingresos en 1960 fueron de $8,915,000,000. Tiene aparentemente 680,000 accionistas y ganó $688,573,000, de manera que las acciones subieron de $2,93 a $3.18. Este leviatán petrolero opera la Creole Petroleum, de Venezuela y otras naciones. Trujillo, siguiendo en 1958, fue apenas de 189,540 Ton., valoradas en $5,453,000, la gasolina importada es todavía más insignificante para un país que Trujillo le asigna 4,070,000 hab: 114,337,600 litros valorados en $3,076,000, de modo que el precio es de menos de 2,7¢ litro, apenas 8.7¢ galón minúsculo de 3,240 cc que el Malefactor convierte en 53¢. Así, importamos 35,290,000 galoncitos y los vendimos en la fabulosa suma de $17,645,000. El bárbaro sistema de frenar el progreso es el signo más evidente de la ignorancia que impera en el régimen que soporta el pueblo.

882 Cuba  comprará 600 tractores checoeslovacos y otros 600 más. Así se hace reforma agraria, no con leyes y ofrecimientos tipo Trujilloide. Brugal tiene 2 mosquitos y uno grande que vale $7,000, La mecanización agrícola se impone. Podemos convertir los 100,000 bueyes que pastan en los campos, en tractores. Necesitamos palas mecánicas para limpiar el cauce de los ríos y fabricar lagos artificiales en las hondonadas. De esa manera controlamos las crecientes y preservamos la agricultura.

885 Reforma Agraria. Continúo fichando todo cuanto puede ser útil para dar a conocer ampliamente la reforma agraria de Sierra Maestra. El análisis que tengo en fichas no le he dado forma porque cada día que pasa, más datos hay que acoplar a la Reforma que vamos a imponerle al geófago ignorante de San Cristóbal. No sabe Trujillo que nada se lleva y que ha robado en balde (o de balde si es lo correcto). Nunca olvidaré una salida de mi buen amigo Dr. Juan Gassó Gassó, quien, sin inmutarse, repelía a intrigantes estúpidos, siempre sonreído, advirtiéndoles, que mal podía desearle la muerte a su suegro Lic. Nicolás Pereyra y Jiménez, puesto que era un administrador excelente. Gassó es más dominicano que muchos dominicanos y tan buen administrador como su suegro.

892 Vamos hacia Santo Domingo. Miles de bohíos en ruinas y mucha gente haragana, sentada en las puertas de esos bohíos, mientras la manigua cubre los platanales abandonados, el cacao y el café. Hacia Santiago, un gran cementerio de vehículos detrozados. En Bonao, Elmhurst mantiene un campamento de equipo, casi inútil, hace años, mientras la autopista avanza al paso del pavito. Bonao, queda a un lado. Pueblos enteros, como pueblos fantasmas, por el capricho de un hombre que jamás ha logrado terminar nada.

Sabado, Abril 98 (8)

893 Hospital Gautier. Hay que esperar mucho para regresar a la ciudad. Los ómnibus son retenidos largo tiempo, para que no circulen vacíos. Las paradas se alargan para lograr algunos transeúntes más. En la noche, a las 10, la Capital es un cementerio donde deambulan borrachos y trasnochadores consuetudinarios. La vida pobre del día ha cesado en el día de más consumo de bebidas. No se oyen las velloneras. En la calle del Conde apenas transita algún carro, tras una medicina o alguna necesidad urgente. Una carrera, vale hasta $2.

Domingo Abril 99 (9)

894 El mismo panorama desolador. En Bonao, el gerente de un Restaurant no sabe qué es leche evaporada. Nos dice que tal vez en la botica podemos conseguir la leche para el niño. En Cuba las cosas escasean por mucho consumo, aquí, por falta de dólares.

895 Nicodemo Aguilar, uno de los anónimos del Trujillato, denuncia irregularidades en café dominicano. Esos señores, reciben $7 de beneficios por quintal mientras que los productores reciben solo $16-18. Parece mentira que se ponga en letras de molde, un abuso tan perjudicial al pueblo.

896 Milcíades D. Herrera Báez, ahora Gerente de Exportadora de Cacao, hace consideraciones tontas para defender un monopolio insaciable y anti económico. Se han sacrificado solo 387,455 carpinteros y se han construido 974 secaderos de cacao.

878 Exportaciones de frutos tropicales a NY se intensifican mucho. Yuca excelente, sin necesidad de refrigeración: plátanos seleccionados en huacales de 60 a 70 plátanos a $27 el millar, pero solo van las cuatro manos grandes. Mercado para todo, aun cuando no sabemos seleccionar. Cuba suplía todo eso en forma metódica y a precios altos, nosotros venderemos, para desgracia del pueblo, cuanto necesitamos para alimentarnos y Trujillo tendrá divisas y el pueblo hambre. Al fin, será perjudicial este mercado de casabe, plátanos, yuca, piñas, pero también puede surtir efectos sociales perjudiciales al régimen.

898 Banco Agrícola. Aviso como si fuera algo propio de un aviso. Se informa... que debido a la superproducción (todo lo contrario, por falta de consumo) de arroz. Tiene un excedente de 500,000 qtls, el cual ha sido vendido en el extranjero. Y... en esta operación, la institución experimenta una pérdida de $4 por quintal. La tragedia del arrocero es muy grande: trabas e impuestos a los plantadores. Ese arroz pignorado al banco es parte de los 1,200,000 qtls. de que habló Trujillo. Ahora dicen que Haití o Cuba lo están comprando a 6¢ Lb.

902 US gastará en su programa de Alimentos para la Paz, 11 billones pero no cuenta con turpenes como Trujillo y Tito, que se embolsillan la ayuda y mandan a sus fincas a los técnicos que deben ayudar a los campesinos. Los pueblos no necesitan dólares, necesitan trabajar y que se les pague el valor de los productos  así como que no se recargue la producción con impuestos confiscatorios.

Lunes, Abril 100 (10) 1961

903 Arroz. Vuelve a salir el aviso mostrenco del Banco Agrícola donde dice que el Banco ha perdido $4 en quintal de arroz, de manera que prefiere venderlo en el extranjero antes que favorecer al propio pueblo dominicano, rebajando el precio al detalle. Así opera el Malefactor, con el estómago de sus empobrecidos esclavos.

904 Partido Antidominicano informa sobre sus labores. Recaudó en 1960 $4,176,000 del 10% de los sueldos, esto representa $41,760,000 de sueldos. Si se toma en cuenta que las fuerzas armadas no pagan, será facil advertir, que los egresos se van en sueldos más que en mejoras positivas. Tiene en Caja en Dic. 31, 1960 $2,633,000, de manera que no hay justificación alguna para quitar dinero que no se usa. En 1960 gastó $3,453,000 de los cuales $780,000 eran de sueldos en 103 juntas del Entero. Las actividades no pueden ser más reprensibles en un país pobrísimo: 38,000 actos: un promedio de 104 diarios, uno para cada municipio, incluyendo 836 conferencias que le quitaron su asueto al público; 3,085 manifestaciones; 6,348 reuniones urbanas y 4,753 rurales. Así, todo parece una organización atormentadora, que no cesa de mover y hacer sudar las prensas. El informe merece analizarse bien, para que jamás caigamos en un error tan grave.

909 La Información: La Habana sin agua. No tiene nada de particular. En Santo Domingo, en la Avenida Mella, 50, altos, apenas sale un chorrito de agua. Para poder quitarme el jabón tuve que esperar largo rato. Sin embargo, el Mago de los proyectos sigue planeando…. Planazos... sablazos, porque canales de riego, pozos artesianos, acueductos, eso, eso se queda en el papel, como el agua de Isa que va a parar a las fincas de los García y los Trujillo, mientras la Capital sufre escasez.

910 Papas en Puerto Rico, seleccionadas, 5 Lbs. 23¢, aquí, 10 a 12¢, sin seleccionar. La era es grande en exterminio del hombre. La ignorancia va tan lejos que el Banco considera que hay superproducción de arroz y por eso ha vendido en Haití o en Cuba, 500,000 qtls. Pues eso solo representa 12 1/2 Lbs. per cápita en razón de 4, 000,000 o 17 Lbs. en razón de 3. El doble censo ha roto todos los cálculos per cápita.

914 Importaciones y Exportaciones: Trujillo hace publicar datos ridículos: aviones, y el resultado, $4,000, gasolina, unos números sin explicación, y así todo, para ridiculizar las sanciones de la OEA.

Martes, Abril 101 (11) 1961

915 La Decretomanía de Trujillo se pronuncia hoy con nuevas y estúpidas denominaciones de Ministerios: le quitan a Agricultura, por centésima vez, el Comercio que pasa a otro ministerio:
Trabajo ahora es no sé qué, industria. Pero para los ministerios, las mismas fichas.

916 DIA DEL CAFÉ con telegramas y discursitos cursis sobre la protección que ha recibido el cafetalero. Tras quitarles el valor de su trabajo, quieren hacerle creer al pueblo que Trujillo le ha dado protección al café.

917 CACAO bien parido a base de abonos: un amigo dice: «Qué pendejo, quién va a abonar cacao, que lo abone él». Qué pendejo, al dueño del cacao dominicano, que apenas recibe $9.75 por 50k, aunque está a más de 20¢ Lb. en NY. Esos odiosos monopolios servirán de base para consolidar la economía dominicana, como jamás se lo ha imaginado Trujillo. Tan pronto como el agricultor reciba el valor íntegro, por sus frutos y cuando no tenga que alimentar monopolios como el de la sal y otros mil más, la situación mejorará, habrá trabajo, circulará dinero, faltarán alimentos para tanta gente hambrienta, pero podrán importarse muchos productos prohibidos por el arancel. Tal vez, los zapateros y las zapaterías sufrirán un pequeño colapso, si se liberan de aforos los calzados extranjeros, pero como también las pieles buenas, las puntillas, los forros, todo, podrá entrar libre, se producirá un reajuste, a bajo costo, entre los dos tipos de calzados. Un Champión no puede competir con un Champios de Hong Kong, pero debe competir algún día, sobre todo, cuando la mano de obra dominicana es muy barata.

939 Café: Atacan el odioso monopolio que dirige Federico García Godoy, porque tras robarle impuestos de exportación, los precios son inferiores al 50% del precio del mercado extranjero. Eso mismo pasa con el cacao, el arroz, el aceite de maní. Libres de monopolio, solo las viandas del campesino, que es difícil controlar.

947 Santo Domingo. Los esbirros acuartelados. Radio Caribe hace creer que se ha convertido al socialismo. Trujillo con Fidel, pero por debajo la gente que ve clara la situación; sabe que US no favorecen el Castrismo en Dominicana y yo sé que es una tacha para el State Dep. simpatizar con un régimen que se opone a los monopolios y al robo.

949 Manuel de Jesús Cholín Tejera murió octogenario con su esposa Esperanza Pereyra García y una hija loca. Pero le dejó a la Defensa Nacional $200,000 en un nuevo procedimiento de exacción de última voluntad. También don Eduardo Ricart apareció, después de tres días, muerto, con su testamento a favor de Defensa Nacional o más bien de Trujillo. También parece que la muerte a palos de Cuesta Fernández, que quieren atribuirle a un triángulo y a cuestión de faldas, tiene origen político porque los Trujillo han insistido en querer quitarle su propiedad al bajo precio que siempre han comprado, para revender seguido. Así Mauriz, que se salvó cuando cayó en un canal de riego, le sugirió a Danilo Trujillo, en la Grenada, la idea de eliminarlo. Así también, Ney Pimentel, en La Vega, y en Moca León del Rosario [asesinados].

950 Bonao. La Autopista, que hace más de 6 años está dándole quehacer al tránsito y al tráfico deja miles de hogares lejos de la Carretera, hasta Moca quedará fuera del nuevo trazado. Sin embargo, un equipo formidable duerme el sueño de mariana en un campamento de Elmhurst.

951 La crisis económica abate a Santo Domingo. Los plátanos se venden a 1¢, tan baratos como en los conucos de La Vega. Las papas a 4¢ y en Puerto Plata a 10¢. No se vende el calzado. El Teatro para 850 personas, en construcción, en la Ave. Mella, sigue al paso. Nadie hipoteca ni compra. Los incautos invierten en propiedades. Hay más movimiento de vehículos en Arz. Meriño que en El Conde. El gran aliado de Trujillo, plátano, yuca, batata, naranjas, mangos, se están exportando. A la postre eso hará la revolución ya que por el afán de agarrar dólares, estamos expuestos a pasar hambre. Trujillo no cuenta ni siquiera con 100 privilegiados ricos realmente. Si hay 400,070, cosa que no creo, 4,000,000 son pobres; 65,000 son acomodados o de la clase media y 4,000 pueden tener entre $20 a 100,000 dólares.

961 Abril 111, Viernes (21)

955 Lamela Geler descargado: al salir del Palacio de Justicia se burló de la Justicia gritando que iban a beber para festejar la burla. Pina Acevedo gritó: «Viva el Socialismo». Son los revolucionarios de Trujillato que hacen risa en el circo o en círculo vicioso de la ERA, pero la ERA ES HEZ. Esta salida es mía, cuando vimos un andrajoso en la carretera Lúperon, dije: «Ese es un producto de la ERA». otro dijo: «Ese es».

Y yo recalqué: «Ese es hez». En la calle Santiago Rodríguez hay hacinadas muchas familias que colindan con Jobo Bonito, un laberinto de callejones que colindan con el barrio e Iglesia y Parquecito de S. Miguel. Son tan despreocupados, que no rompen las piedras que impiden el paso cómodo y hasta de vehículos. Los niños se entretienen piropeando indecentemente a los vecinos, sin protesta de los enamorados, que gozan con las insinuaciones morbosas, que predisponen el ánimo. No me explico cómo se las hacen para vivir y respirar. Hay casas que tienen 6 contadores acelerados exprofeso, para dar la impresión de 100,000 reales abonados a un monopolio indecente de Trujillo, en forma de servicio público, con millones de superávit. Hasta la limpieza, es un medio de extorsión, en Santo Domingo. Los anuncios de alquileres, las ventas de ocasión, las solicitudes de empleo, las ofertas de venta de propiedades, todo indica que la miseria crece como degenera el poder implacable del Déspota.

961 Puerto Rico. S. Juan tiene ahora los plátanos a 5 por 19¢. Cuando exportemos una gran cantidad, Trujillo perderá un aliado que hace llevadera el hambre dominicana, pues aquí están baratísimos: a 4 por 5¢ bien grandes. En Santo Domingo, medianos 8 por 10¢ y a 1¢. Un racimo de bananos maduros, bonito, 75¢, en Santo Domingo. Los precios constituyen la clave del verdadero socialismo de Estado. Donde los monopolios encarecen la vida, no hay Gobierno ni hay socialismo, hay despotismo inhumano. Así pues, el enemigo más terrible de América es ese afán minoritario, de dirigir monopolios contra el bienestar general.

965 Cebollas a 5¢ hoy, a 20¢ ayer. Papas a 4¢ en Santo Domingo, a 10¢ en Puerto Plata. Esas son las cosas del despotismo. Porque no hay razón para una diferencia de precios tan grande, teniendo a diario información internacional sobre todos los mercados de abastecimiento y consumo. Todos los muertos que el régimen se ha anotado desde 1930 significan poco, al lado de los sufrimientos que hemos padecido. El hambre, las necesidades fisiológicas, la comodidad, la promiscuidad, las deudas impagadas, el azote de los caseros, la ignominia de los garroteros de oficio, el Partido Antidominicano, la cédula, las contribuciones, los macuteos, la impunidad de los esbirros seductores, todo contribuye a hacer deplorable la vida de más de 3 o de 4 millones de habitantes, al servicio de una casta que no llega a 1,000 privilegiados.

969 Banco de Reservas presenta su estado de Mar. 31 abultado con $8,000,000 agregados a un capital que Trujillo no ha pagado. Esa misma forma falaz la usan también para abultar al activo el Banco Agrícola. The Royal Bank of Canada deduce del Capital que está autorizado, las acciones no vendidas. Aquí no saben hacer Estados financiales, ni en el comercio ni en la Banca. Parece que mi advertencia en la Gobernacion, al Gobernador Manuel V. Ramos y otros gerentes, ha surtido efecto. Ahora, el encaje es de $22,302,300, incluyendo $2,304,000 en dólares US. Sin embargo, todavía hay en poder del público un stock de dinero, al margen de los verdaderos méritos de toda emisión y ese dinero está en manos de los Trujillo, porque nadie va a retener millones de billetes de 500 y $1,000, sin beneficio alguno.

972 Banca. Es notoria la restricción de créditos bancarios a pesar de la oferta de Trujillo, de dar dinero para los negocios. El Banco Agrícola ni siquiera publica ya la concesión de créditos, que en su mayor parte son renovaciones. Tampoco han cumplido la promesa de bajar los intereses usurarios.

979 Importaciones minerables: Automóviles, y cuando se va a la Estadística, $6,000. Esa exhibición de datos es de lo más ridículo que puede publicarse como una burla a las sanciones económicas y diplomáticas. También se publican las miserables exportaciones, en kilos, no en toneladas, para abultar más y más, todo cuanto se hace en el país.

991 Depredaciones: Pienso que La OEA debe acordar, para el bien de las 21 repúblicas, que todo gobernante honesto tiene derecho a conservar sus bienes y entradas necesarias y decentes, pero que puede ser condenado a devolver el fruto de su prevaricación. Si se hace eso, podemos recuperar muchos millones extraídos de la circulación de Dominicana, con fines revolucionarios y reaccionarios. Trujillo saca el dinero excedente de las exportaciones pensando en una vida mejor, fuera, o para recuperar el poder, si eventualmente se lo quitan a la mala. La ignorancia de Trujillo y de todos los ambiciosos del mundo es tanta, que no sabe que nada se lleva, ni siquiera el ataúd endeble que destrozarán sus propios gusanos y gases de que se compone su miserable cuerpo.

992 Asistencia Social: La Caja de Seguros Sociales está de más, por la sencilla razón de que, en un pueblo donde el patrón vive peor que el obrero, resulta inicuo que tenga que pagar cotizaciones para que asistan a sus empleados, mientras él, el patrón y su familia, tienen que acudir a la Caridad del Estado, del Déspota, que la da, a sus parciales, con recomendación del Gobernador, o a capricho del Director del Hospital. La asistencia social necesita médicos, odontólogos, enfermeras, medicinas, alimentos en abundancia, salubridad pública, higiene, acueductos, alumbrado, implementos, artefactos, calefacción, aire acondicionado, todo, todo, a precios naturales, esto es, al mejor precio obtenible en el mercado mundial, sin impuestos proteccionistas para proteger monopolios indecentes.

993 Invasión por Haití, 6 pm. La perversidad del trujillato hace propalar, con insistencia, que viene la invasión por Haití.

1961 Abril 120 Domingo 30

En Puerto Plata no hubo ninguna manifestación de vitalidad obrera porque todos están pobrísimos. La Banda de Música pasó al Partido donde Lorenzo Mejía los metió, como si ese Partido Entero Antidominicano fuera la esencia misma del trabajo y no el explotador inicuo.

1003 Fábrica de papel. Radio Progreso explica la falta de técnica con que fue levantada una fábrica de papel durante la Tiranía. No se preocuparon ni siquiera por algo elemental: el agua necesaria para la industria. Ahora, bajo Castro, se han contratado los técnicos apropiados y la industria realmente abastecerá de papel de diarios a Cuba. Trujillo, queriendo arruinar a todo el mundo con sus monopolios, inventó la Fábrica, pero el papel sanitario lo importan en grandes rollos para cortarlo aquí. Automáticamente, los sobres subieron de $2 a $3.75, el papel de estraza de $30 a $50. Es así como este grosero mercurial trata el pobre pueblo que sufre.

1005 Café. La cosecha presenta floración prometedora, pero, desgraciadamente, Trujillo ha convertido al plantador en un esclavo de su monopolio. Pagan mucho menos de $20, que es el precio oficial que aparece en El Caribe, por 50 kilos, listos para embarque. Sería estupendo negocio, comprar café para almacenarlo y luego, cuando esto se derrumbe, aunque no es posible derrumbar cuanto siempre ha estado en el suelo, por desgracia, todavía la Trujillería domina todas las actividades y puede robar impunemente. Igual negocio puede hacerse almacenando todo fruto de exportación, como cacao, otro monopolio antidominicano, porque reduce la capacidad del plantador, para mejorar los campos y sacar provecho máximo. El precio es de $11, los 50 kilos, pero el cosechador no recibe más de $9. El monopolio y Trujillo se roban el resto. Tabaco, es otra cosa que viene bien para pinchar al régimen en el campo de las divisas. Si guardamos tabaco, guardamos oro. Lástima grande que no hay, ni hombres capaces de hacer la operación, ni espíritu práctico para hacerle la guerra al robo.

1006 Desesperación. No hay ni siquiera propagandas. Eso de que hay actividades de tanques y esbirros hacia el E. pensando en los 3,500 cubanos que están en Vieques, eso de que han llegado 600 esbirros a Mao, no basta para levantar el espíritu público. La verdad es que si Allan Dulles se equivocó en cuanto a calibrar la moralidad del pueblo de Cuba, aquí puede equivocarse aun peor, porque no tenemos ni piedras que tirar. Se necesita todavía, levantar el espírirtu público, para que salgan a relucir los palos, machetes, piedras, que Trujillo no ha logrado requisar y prohibir.

1007 Trujillo no habla sin meter la pata. El Caribe trae la peregrina declaración de que el impuesto sobre beneficios es científico pero que el pueblo no lo ve con simpatías y que por eso estudia otros impuestos. Que el contribuyente debe pagar el de 1960 cuanto antes mejor, para poder sustituirlo. ¿Cómo es posible que un contribuyente mire con simpatías un impuesto al lado de la Cédula mientras el Sátrapa se exonera y exonera a su casta? En US los beneficios excedentes de 2 o $300,000 pagan más de 91% y es por eso que US constituye el país más socializado del mundo. No exonera ni siquiera el presidente, ni mucho menos a los militares esbirros. Aquí los pobres pagan todos los impuestos, porque cualquier pobrete come la misma ración de arroz, habichuelas, sal, azúcar, ron, fósforos, que cuanto se come al multimillonario ladrón. Desde esta mañana se rumora que viene por ahí un impuesto de consumo. Se olvida el pseudo financista, que existe un impuesto de consumo que cobra sobre las importaciones, sobre la producción de arroz, esto es, sobre todo cuanto se derrama, se daña o se comen los ratones. Es más, cualquier impuesto sobre ventas es acumulativo, en un país de tantos intermediarios. Munné le vende a Mundito Parra y paga, Mundito me vende y pago, pero Munné le pagó al Monopolio de Aceite un impuesto de consumo y al otro monopolio de las Harinas y Semolina, fuertes impuestos insoportables, porque quien no sabe que el consumo ha bajado, está lejos de la realidad. Estamos presenciando la dislocación fiscal más grosera. Mi obra REFORMA FISCAL está dirigida a dilucir.

1009 oro. Desde mayo 3, el Banco Central ofrece $1 por gramo de oro fino, de los lavaderos de los ríos. Hace años, se explotó ese filón, con grandes beneficios. Los Bancos compraban el oro libremente, y se exportaba. Vino la ambición de T. y era como un crimen ayudar a los lavadores de Santiago y Monción. Joaquincito Cocco tenía el monopolio del oro de Altamira, en Sabana de la Mar, donde se recolectó una pepita grande, fotografiada, que nos recuerda el célebre grano de oro gigante, de que habla el padre Las Casas. Bartolomé Colón, atraído por las minas de la Buenaventura, que con los fundiciones en La Vega produjeron 450 mil ducados de oro, abandonó estúpidamente a la vieja Isabela. Las Casas dice que se sacó de uno de los ríos de la Banda N. mucha cantidad de oro fino, donde se hallaron granos crecidos y grano de ocho libras. Luego dice: “El grano de que dieron nueva, fue cosa monstruosa en naturaleza, porque nunca otra joya vimos; pesaba 35 libras, a. Valían 3,600 pesos de oro, cada peso era o tenía 450 maravedís; era tan grande como una hogaza de Alcalá (que hay en Sevilla, y de aquella hechura, que pesa tres libras) y yo lo vide bien visto. Juzgaban que tenía piedra, mezclada y abrazada con el oro (la cual, sin duda, había de ser por tiempo en oro convertida) los 600 pesos, y porque la piedra. Este tesoro puede rescatarse en la Nao Capitana, según explica el naufragio” (Las Casas, T. II, pág. 150). Trujillo, monopolista impenitente, le puso trabas al lavado de oro y cesó. Ahora, en vez de inventar artefactos apropiados, en vez de hacer como aconsejó el célebre Amiama Gómez, operar una draga para levar la boca de Jaina, en vez de premiar el lavado de oro, pretende comprarlo a 50¢ el gramo, para luego pagarle al intermediario $1. Cuando podamos cometer tantos robos, ni la explotación del hombre por el hombre. Aunque podemos prescindir del oro, es indudable que su incorruptibilidad puede empleársele de manera altamente humana y social, en el arreglo de la dentadura de millones de seres, que no viven, que no gozan de salud, porque padecen piorrea y caries dolorosas. Además, es muy agradable, una dentadura reluciente y olorosa, en tanto que una dentadura podrida repele el trato humano.

1961 Mayo 128 Lunes 8

1010 Puerto Rico gastó $28,000,000 en medicinas debido al alto precio que se cobra por un artículo tan imprescindible. Aquí, a pesar de que hay drogas que valen $5, $10 y $15, se importan miserias: un Decatrón Óptico $2,95, 1 frasco de Litrison $5; 1 frasco de Fovane $4.15: otrivina débil $1.35; Ungüento Kenacort $2,45; un estuche Johnson $2,70; antitoxina Tetánica, 6¢: 1 Bemotinicaps $3.65; 1 biberón 50¢ y las teteras 15, que es colmo de la explotación. Guardo las facturas para cuando tengamos que corregir esos abusos contra la salud pública.

1016 Lotería Nacional: He confrontado $42 de billetes de distintos sorteos, en dos listas, y ni siquiera un vigésimo ha sido premiado, en más de 8 sorteos. Es necesario investigar ese robo tan escandaloso.

1961 Mayo 128, Lunes 8

1019 Café. El mercado cotiza Santos a 36,75 pero Café Dominicano, Fed. García Godoy dice que apenas gana 26% como dice la gente. El caso es que el plantador solo recibe menos de la mitad del precio extranjero y los dueños de factoría reciben la miseria de $20 los 50 kilos. El resultado es la más desastrosa situación cafetalera del mundo. No podemos limpiar las plantaciones, ni podemos podarlas y abonarlas, no podemos dar una calidad superior, porque eso se consigue en el campo, al recogerlo grano a grano, y ea recogedor le pagan la miseria de 40¢ la caja con mucho colmo. Para defenderse, llevan los niños y los niños inexpertos, recogen café verde que va al lavado bueno y malo. Por eso, cuando tomamos café encontramos los gustos más extraños. Algún día, que espero no esté lejano, el caficultor recibirá, íntegro, el valor del producto. Los sacos no costarán caros, no habrá derechos de exportación, ni combustible caro. El café debe pagarse, cuando menos, a 29¢ Lb. Dejando 8¢ para saco, flete, seguro, comisión y beneficio.

1021 Puerto Rico coloca bonos por $22,000,000 al 4.018% anual, en NY para el programa de fuentes fluviales. Aquí no hay un abasto eficiente ni siquiera en Santo Domingo. Como Trujillo implacablemente se lo roba casi todo, el progreso se reduce, desde 1930, a malas carreteras, algunos edificios, puentes que no duran gran cosa, como el del HIGUAMo, ya insuficiente. Sin embargo, hay cientos de kilómetros de carreteras y fuentes abandonados por nuevas rutas, sin necesidad urgente.

1022 Radio El Mundo. US estudia la nueva política económica de Trujillo, mientras La Voz Antidominicana grita un editorial virulento contra Kennedy. Trujillo cometió la brutalidad única de decir que el impuesto sobre beneficios es científico, pero que al pueblo dominicano no le simpatiza y ahora pretende suplantarlo por un impuesto que gravará más el consumo, para que sus monopolios no paguen nada de income tax, ni de excise. Como he dicho ya, existen trabas confiscatorias sobre produción e importación

1025 Trujillo asoma con un ejército de guardaespaldas ametralladoragidos. El yate Angelita en Puerto para servirle de aposento durante su estadía. Así despilfarra el dinero del pueblo, manteniendo de aquí para allá, en estadías improductivas, un buque lujoso. La recepción en el Club del Comercio se redujo, en gran parte, a verle de un lado para otro, viendo la muchedumbre andrajosa que levantaba sus manos, para mendigar algo. Una pobre mujer dijo estar enferma y uno de esos lacayos, gritó varias veces “los médicos, un médico de pronto”. Todos creíamos que el hombre le había atacado un patatu. La borrachera era tal; que a las 5 estaba dirigiendo la orquesta y bailando tango, cosa con que le ha cogido un delirio de grandeza que está lejos de poseer. En el yate, fue a parar enorme muchedumbre tras obsequios de $5. Hubo estrujones y ropa rota y la Guardia terminó por echar a un lado a tanta gente pedidora. Durante el baile, le ordenó a Danilo Brugal Alfau, pronunciarse revolucionario y seguidor de Fidel Castro y así mismo dijo que Arturito Despradel había dejado colar en su Rectoría la semilla del comunismo; Arturito ripostó muy bien. Hablaron otros tres nuevos legisladores y el Dr. Luis Senior. Él tenía ribetes tragicómicos, porque se mezclaron cosas de Estado, importantes, con un relajo de mal gusto.

1026 Trujillo, durante su estado aquí y la estadía de su aposento marítimo, recibe cartas y peticiones. Algunos privilegiados reciben dinero para pagar deudas y resolver problemas. Don Cucho Álvarez se ha interesado por mí y hace propalar que el Partido Antidominicano me va a dar $200 mensuales para El Porvenir. En una de las formas viejas de pervertirlo todo. Así tuvieron a La Voz del Norte, largo tiempo, con unos miserables $30 y terminaron por quitárselos, a pesar de que lo convirtió en un papelucho lleno de tonterías.

1027 En el Tennis Club, más bien un Country Club, en la falda de Isabel de Torres. El hombre se mueve por todas partes, como un pavo real, repartiendo abrazos y besos. Cuando le echa el brazo a las damas, le pone su manaza más debajo de la cadera, sin preocupación decente alguna. Se celebran matrimonios. Habla largo con Mario Bournigal Núñez, posiblemente sobre bananos en la Grenada. Habló con Armando Rosenberg de Moya. Hasta las 10 de la noche, porque el sábado temprano irá a Valverde a otra parranda. Va a cumplir 70 años en oct. 24 y parece estar saludable. No bebió ni comió en el Tennis. A ratos se sentaba y a menudo atravesó el salón interrumpiendo a las parejas.

1028 Mayo 13. Salimos como a las 5, Montellano, Sabaneta de Yásica, Gaspar Hernández, para poder entrar en río S. Juan fue la de Caín. El viejo camino desde donde se ve el terraplén de los Conte & Allasia es un infierno para un Chevrolet fino. Siguen los baches, hasta Cabrera. Tomamos, cuando ignominiosamente se llama la autopista, un afirmado Del Conte & Allasia que ha resistido cuatro años de abandono. Pasamos por Baoba. En Julia Molina cambiamos el Chevrolet por un Jeep y un pequeño carrito. No tuvimos tropiezos, sino saltos y más saltos hasta Baoba otra vez. De una sola mirada se ven 200,000 tareas excelentes. Quita Espuela y muchas lomas. Cerca hay una vaca que parió dos becerritos, en excelente estado de salud. Comimos buen sancocho, chivo, pipián, huevos. El añejo no faltó. En la tarde vinieron algunas muchachas de Julia Molina, pero la música no apareció en la radio, a pesar de que era domingo. Como Plácido Brugal tenía ofrecido apadrinar a un niño, y amenazaba fuerte lluvia, regresamos a Julia Molina y yo me metí en el Hotel y preferí la cama a un gran sancocho para festejar al nuevo cristiano. En la mañana del lunes para V. Riva: saludé las familias de Rafael Dalmasí, Emma Mota de Fernández, Dionisio Guzmán, Emilia López, Rafael Abreu Victoria. El 16 era día del Agricultor. Me fui a caballo, por entre el cacao de Julio R. Abreu, a la orilla del Yuna hasta llegar a Mejía. Un infierno de camino para entrar a la parcela de arroz que prestamos a Antonio Eustaquio Ramírez, de Jima. La popa, un arroz falso, es la causa falsa para justificar el incumplimiento de los contratos. El arroz está lozano. Se ven más de 1,000 tareas juntitas, regadas por más de 15 canales. Volvemos al río donde un bote nos lleva a V. Riva a dormir sin mosquitos. En la noche del 17 nos lleva Julio F. Peynado a Rincón. Pero ya Rincón, no es el sitio apropiado para conseguir seguir viaje. Rincón es un sitio fantasma, que la inconclusa autopista ha dejado atrás. Me dio trabajo conseguir un puesto hacia Santiago. En Santiago a la 1 de la noche. Una excelente noche, un joven Kingsley me trajo gratuitamente. El viernes 19 en mi propia mesa con todos mis familiares. En 6 días, la imprenta no logró un solo trabajito, ni un solo dólar. Quien tiene tienda, la atiende o la vende. Eso nos pasa con V. Riva, del mismo modo nos pasa con la Imprenta. Palo si bogas y palo si no bogas.

1029 Trujillo hace innumerables cambios. Estamos viviendo la Era del Relajo Administrativo. La gente anda a caza de proyectos, sin pie ni cabeza, que remedien algo la sed de dinero que domina al Sátrapa, desde 1930. Mientras tanto, los plantadores de cacao prefieren derribarlos o dejarlos a merced de la maleza, para sacar una miseria inferior a $10 los 50 kilos.

1031 Cuba. Se sacrificaron 1,393 reses y 677 cerdos. Cuando Prío y Batista, hubo que racionar la matanza. Los encomenderos hacían maniobras para mantener la carne cara y escasa. Fidel, en cambio, ha abaratado ese alimento y ha aumentado enormemente el consumo. Trujillo ha reducido a una ridícula cantidad, la matanza, y por eso, hay matanza clandestina de animales sospechosos. Antes de llegar al matadero industrial, la res no vale nada, pero después, nadie que no sea Paquito Martínez 
[cunado de Trujillo] y los déspotas privilegiados, puede comerse un filete, a precio razonable.

1032 Impuesto de Beneficios. Cuando la noche del 11 le dije a Trujillo que el impuesto es cosa seria, sonrió. Pero no sé si cayó de bruto el Sátrapa, pues cuanto pasa es que sus monopolios tienen que pagar el impuesto sobre beneficios, mientras que el comercio que gana algo, tiene la plata invertida en impuesto sobre la producción o sobre importaciones. No hay dinero en circulación y quieren ahora, cobrar más rápidamente, gravando el consumo exorbitantemente. Entonces, sí que el pueblo clamará. Hasta ahora, el pueblo ni sabe que existe tal impuesto.

1033 Azua. Trujillo haciendo piruetas en otra manifestación provincial, como si eso a la postre no fuera perjudicial al trabajo y a la economía. Desfiles y más desfiles, de gente famélica, hambrienta de dádivas. Para armar el show, Trujillo pone en planta un plan nativo de empleados: el hombre que le da regidores, alcaldes y barrenderos a las villas y ciudades, vuelve atrás ahora, para darnos autoridades naturales, cosa esencial para la gobernación del Estado.

1961 Mayo 140 Sábado

1035 Amnistía. Por segunda vez, Trujillo le hace suscribir al Congreso una amnistía que Balaguer ha falseado, por su incapaciad para cumplir las leyes cabalmente. Así mismo, no se habla más del Coronel Jules Dubois, de la SIP, vilipendiado en mil artículos, que el Gobierno repudió, insultó y le cerró las puertas de La Nación. Tampoco se habla del MPD de Máximo López Molina. Ahora todo es desfiles y visitas del Sátrapa a distintas localidades del país, para recibir loas infinitas. Donde quiera que va, lleva una hermosa banileja, con sus padres, y la introduce en los Centros Sociales, sin credenciales. Luego van al yate, con menosprecio de la críticas. ¿Pero qué ha pesado con la amnistía?

1036 Administración humanista y vida sencilla. La simplificación del gobierno, sin impuesto, con precios bajos, sin grandes cantidades de dinero circulando, pero de gran potencia económica es posible con una Banca Dominicana de Clearing House General. El Banco debe llegar a ser un poderoso intermediario entre el pueblo y la socialización del capitalismo. Todo el mundo debe ser feliz pero debe trabajar algo, para que los niños, los desvalidos y los ancianos puedan vivir también, cómodamente. El sistema puede operarse con poco dinero y alto nivel de vida, ya que se podrán comprar todos los productos de exportación y de importaciones: necesitamos 100,000 refrigeradores, 1,000,000 de ollas de presión, 500,000 cocinas eléctricas, 10 millones de vasos, 10,000,000 de platos, y así todo cuanto hace falta se compra globalmente, bajo garantía, a un precio ínfimo. El sistema capitalista de Trujillo, en cambio, está fracasado: monopoliza el trigo, pero la Industria de Pastas Alimenticias de Puerto Plata hace una semana que está paralizada por falta de semolina.

1961 Mayo 141 Domingo

1040 Seguros de vida. La Administración Humanista debe asumir inmediatamente, la obligación de pagar absolutamente todas las primas atrasadas, sobre pólizas de seguro de vida para evitar que caduquen, con perjuicio de la economía. También debe asumir la obligación de hacer arreglos para poner al día las anualidades atrasadas, a fin de que no se pierda el beneficio del pago, bien sea al morir o al vencer la póliza. Este es un asunto nacional, de gran importancia. La idea es enormemente importante, y todo ciudadano apto debe propagarla hasta obtener los beneficios que reportará.

1041 Pero Trujillo pierde su tiempo en S. Juan de la Maguana, viendo al Dr. Víctor Garrido Puello hablar de cosas muy sabidas, y viendo las mismas carrozas que han desfilado en otras poblaciones, con muchachas hermosas, caña, cacao, café, plátanos, porque otra cosa no hay que exhibir en todo el ámbito nacional. El mismo panorama en Baní, en Dajabón, en Puerto Plata, en Salcedo, en Azua, en Tamayo, en Valverde. Ya las pancartas no son pergaminos conteniendo copia de documentos, sino loas estúpidas, del mismo jaez.

1042 San Juan, Radio El Mundo. Han llegado a Cuba 26 monjas del Sagrado Corazón de Jesús entre las cuales hay 8 dominicanas. Esa congregación está en Santiago y posee un colegio vilipendiado, porque Trujillo ha puesto al lado un burdel para sus mil queridas, en tanto que en la mansión que fue de Copello, este otro burdel de la hija Angelita, para ocasiones raras pero propicias a la liviandad y lascivia de toda la familia, machos y hombres, porque como dijo Nieves Luisa, ella no es la única cuero de la familia. Creo que Radio El Mundo, al hablar de monjas dominicanas, no se refirió a la orden de Santo Domingo, porque dijo que otra era del Canadá.

1048 Puerto Rico, los supermercados le hacen guerra a los precios altos, en cambio Trujillo le hace guerra a los precios bajos y convierte una lb. de arroz malo en 17¢ y 1 lb. de azúcar en 12¢. También le hace guerra al precio de los productos de consumo y exportación, que no valen nada, mientras están en manos del productor.

1050 Washington. Morales Carrión, portavoz del State Dep., presentó una queja a la Comisión Interamericana de la Paz, en la OEA, contra Trujillo, por instigar ataques al clero extranjero.
Es más, me informan que la información la dio el Embajador McVittie, de Inglaterra, de manera que ha de producirse un problema cuando el iracundo Trujillo se dé cuenta de que no hace nada con ir declarando personas no gratas a funcionarios extranjeros, porque siempre hay la manera de obtener información veraz [a través de los embajadores, como McVittie]. El cura de Tavares, objetivamente, dejó ver que para qué va a atajar un siniestro provocado por Trujillo. ¿A quién se le ocurre pensar que pueden ser casuales los fuegos de S. Juan, las bombas en S. Carlos, el fuego de la casa del padre Henríquez y ahora ese fuego, frente al obispado de Santiago? Los bomberos de Santiago no hicieron nada, aunque tuvieron el incendio a una cuadra. Así, la prensa se inhibe, en muchos casos, ante crímenes atroces y sucesos impresionantes, porque todo se le achaca a Trujillo.

1056 japón. Nuevo ultraje a la necesidad de inmigración trabajadora surge con la medida del Japón, de ayudar a los japoneses establecidos en Constanza y en La Vigía, plantadores de tomates y hortalizas y pescadores, que no resisten el ambiente ni la calidad de las tierras que les asignó Trujillo. Los japoneses llevan a las ciudades verduras a precios muy baratos. Pero hace unos días se propagó que en Santiago han dejado una venérea que hace caer el miembro a pedazos: le llaman la Japonesa, la Asiática o el Muertico. Parece ser una blenorragia resistente. Este puede ser el principio del descrédito de la inmigración. Yo vi dos japoneses, pero no dieron resultado en la parcelita de Luis A. Pelegrín. Puede ser que el ambiente político, la carestía de los medios de obtener insecticidas no son apropiados. Pero el caso es que los españoles, los portugueses, los húngaros y otros grupos han emigrado rápidamente. Los portugueses dieron buena carpeta. El maestro Certad Hernández escribió a favor de ellos y yo enviaba los períodicos al extranjero. De NY ordenó Trujillo que se me amonestara: me llamó el gobernador Arturo Santiago Gómez y me presentó el recorte de El Porvenir, advirtiéndome que Trujillo tenía a los portugueses más arriba de la coronilla. A su regreso de Europa ni siquiera pudo volver a Portugal, donde se levantó una ola de indignación.

1057 Washington. Trujillo vuelve a la carga con su cuento de elecciones libres –pero en mayo de 1962–; quiere un año más de libertinaje. ofrece aceptar una comisión de la OEA, pero en realidad, se necesitará un ejército para fiscalizar las votaciones amañadas de Trujillo. Sin partidos de oposición ¿Qué libertad puede ejercer el elector?

1059 Trujillo le pone nuevas trabas al pago de giros extranjeros. Hay dificultad para declarar las mercancías, porque el Banco necesita una autorización para recibir pesos de Trujillo, que da trabajo remesar. Las trabas son tantas, que creo por eso el State Dep. dijo que estudiaba la nueva táctica comercial de Trujillo.

1060 Elecciones de Dic. 15 Traen el cómputo de votos. ¿Y cómo es posible que si en la provincia Puerto Plata votaron 69,000 pueden congregarse algunos hombres y niños en número de 80,000 sin el concurso de las mujeres? En Azua votaron 36,642 y La Voz Antidominicana calculó 80,000 manifestantes. La manía de asignarle millares de manifestantes a las manadas de hombres atemorizados por el Trujillato, es una consigna desde 1930, para evitar que Trujillo se torne enemigo del pueblo.

1961 Mayo 146, Viernes 26

1061 Néstor Sosa Henríquez le dijo a mi hijo César que ha llegado un cheque de $150 del Partido Dominicano, a mi favor, como asignación de mayo para el periódico El Porvenir. Así pretende el Sátrapa unir a su carro de ignominia al más antiguo periódico del país, en un último esfuerzo para enrolarlo todo en una política aviesa. Este sistema es muy viejo. LA VOZ DEL NORTE que siguió al PALADÍN, fue un periódico independiente hasta que le dieron $30 de subvención. Desde entonces sus columnas se convirtieron en basura insustancial. Cuando dejó de existir la genuina LA VOZ DEL NORTE, le quitaron la subvención. Así estoy yo en la absoluta seguridad, de que Trujillo se cansa de todo y maltrata a todo el mundo.

1064 Tabaco. En Santiago quieren hacer creer que se ha perdido mucho tabaco, por falta de cana para construir los ranchos. La verdad es que, por ignorancia oficial, se abultó el estimado de producción, cuando lo apropiado es que se diga que la cosecha es de buena calidad pero pequeña, porque la verdad es que jamás hemos cosechado y aprovechado las vetas de terrenos más apropiadas para mayor cantidad y calidad.

1065 Reclutamiento. Están trayendo de los campos, camiones repletos de jóvenes, para meterlos en la Guardia Pretoriana. Se proponen catequizar un buen número de hombres, para que si se celebran elecciones libres, se vean obligados moralmente a votar por Trujillo, y contra las sanciones
condenatorias. Se habla, también, de posible invasión. De naves de la US Navy, cerca de nuestras costas.

1069 Cuba. Ya hay en el matadero 2,000 novillos para la matanza que se reparten equitativamente entre las carnicerías de expendio. Este era un malhadado negocio de los déspotas de toda América. En Dominicana, Trujillo se ha apoderado de la matanza y controla un mal llamado Matadero Industrial que duplica el precio de la carne, la res solo tiene valor para el cobro de cédulas y pago de impuestos, para el dueño, poco.

1071 Cuba tenía, durante el batistiato, 10,000 camas en los hospitales y Castro tiene 21,000, Batista solo tenía para Salud Pública 22 Mill. y Castro tiene $72 Mill. Trujillo gasta en salud, la miseria de $8,553,000 incluyendo las antiguas instituciones municipales. Ya no se especifica el Seguro Social, que constituye una exacción extraordinaria, que no se le devuelve al trabajador, ni en servicios ni en plata.


1961 Mayo 149, Lunes 29

1074 Petán Trujillo se dirige a Radio Caribe en forma desafiante. Radio Caribe se dirige a Balaguer, Balaguer dice que hay un clima de madurez política y que estamos en un período preseleccionario, aun cuando no se ve actividad alguna a un año de las elecciones de 1962 (Mayo 16), una verdadera tragicomedia, con ribetes de liberalidad calculadora. Todo porque Radio Caribe publicó una página de El Caribe anunciando que Betancourt iba a hablar hoy a la 1:30 y todo fue pura mofa contra el venezolano, mofa que puede costarle bien cara al régimen.

Mayo 150, Martes 30

1076 Unos 200 haitianos avanzaron sobre Tierra Fría de Mallin y Federico, donde jamás habían penetrado en su afán de posesión. No dice la efemérides de 1931, qué hizo Trujillo para contenerlos. Este hecho debe investigarse.

1077 Inquietud General. Se habla mucho de diversos asuntos: impuestos, exportaciones, importaciones, invasión, hambre, descontento. Le dije a un amigo, que automáticamente, cuando se caiga Trujillo, mejorará la situación económica. Así es, basta que cese la hemorragia de dólares robados al pueblo, y basta que se recuperen los millones extraídos del país, para que este emporio de riqueza, recupere su poder.

2:30 Comienza un aguacero persistente. Es un tiempo favorable para una invasión. La ciudad está sin vida en las calles y el agua cubre las mal desaguadas de la parte baja. Trujillo nos creó, en 1944, un problema de desagüe que Benítez Rexach tiene que reparar algún día.

1112 Las más raras medidas se han tomado contra el movimiento vehicular. Registros y más registros en las carreteras tortuosas que nos lega Trujillo, junto con un montón informe de proyectos descabellados. Tal los 50 mill. para el dragado del Yuna. Total, el presupuesto de 1961 solo trae 9 mill. para OP [Obras Publicas] y sin embargo se anuncian inversiones de millones y más millones, que nadie sabe de dónde salen. Muchas OP se han hecho con fondos aportados por los mismos empresarios.

1122 Cuba. En 7 días fue construida una casa confortable a un costo mínimo de $2,900. En esa misma, en la época del Batistato, hubiera costado de 8 a 10 mil dólares. Aquí será igual: esos apiarios que ha construido Trujillo para robarle al pueblo dinero en forma de cemento, se cambiarán por modernos edificios de apartamentos donde vivan millares de personas

Megalómano sin remedio, Trujillo pretendió trascender a la posteridad por sus fastuosas construcciones, la estabilidad económico-financiera, el orden social y la limpieza en las ciudades del país. Pero el cuestionable progreso dominicano —cuyas realizaciones insignia fueron la organización estatal, el control de las aduanas, el establecimiento de una moneda nacional y el fomento de algunas industrias gracias a la abusiva explotación de los trabajadores— solo sirvió para enriquecer aún más al dictador y a sus elegidos, pues no representó beneficio social alguno, y el tan cacareado orden descansó en una cruel y metódica represión. Algunas cifras oficiales del propio régimen son muy ilustrativas a este respecto. Según la Secretaría de Estado de Finanzas, en 1946 cada obrero producía bienes por valor de 1,884.00 pesos al año y recibía un salario de 349 pesos, o sea, menos de un peso al día; pero estas cifras resultaban engañosas, pues incluían a la alta empleomanía industrial que percibía ingresos superiores, por lo que el salario de los obreros era aún más bajo. Por otra parte, de acuerdo con la Dirección General de Rentas Internas, de un total de 1,297 negocios industriales patentados en 1946 —exceptuando la industria azucarera—, 435 eran fábricas de muebles, 382 de zapatos, 137 de ataúdes, 135 de chocolate, 104 de queso, 57 de ladrillos y bloques, y 47 de ropa, con un promedio global de 10 trabajadores por establecimiento, lo que da una medida del llamado crecimiento industrial.7 

Como se puede apreciar, la fabricación de ataúdes ocupaba el tercer lugar entre las principales actividades industriales, macabro galardón que venía ostentando desde 1937. El ensayista dominicano Franklin J. Franco ha explicado la causa de este fenómeno de manera harto elocuente: «Los muertos constituían una de nuestras bases industriales; producíamos más para morir que para seguir viviendo. Esta era la realidad fría de la situación. Esta industria de ataúdes estaba acorde a la esencia del Estado: Más explotación, más miseria, más hambre, más enfermedades para morir más pronto, más jóvenes, en mayor número cada día».

Y de que se moría cada vez más jóvenes no cabía duda alguna, pues mientras en 1938 de 14,336 defunciones, 6,253 habían correspondido a niños menores de diez años, para un 44%, en 1946, de 21,610 muertes, 11,474 eran niños menores de diez años, para el 53%. Esta triste realidad se puede comprender totalmente al comparar las asignaciones del presupuesto nacional de 1946, pues de un total de 9,586,700 pesos, se destinaron 1,878,880 a gastos militares (20%) y solo 478,600 (5%) a la salud pública, lo que significaba 27 centavos y medio anuales por habitante. Trujillo elevó la ridiculez al rango de liturgia de Estado y su propia estampa era el colmo de lo grotesco. En las ceremonias oficiales lucía uniforme de gala ceñido, con entorchados dorados, tahalí de hilos de seda, espadín, medallas, condecoraciones y bicornio con plumas de avestruz. Más que un jefe de Estado del siglo xx, parecía un mariscal del xix o un personaje de opereta. Por esa razón, a pesar de los rimbombantes títulos que se adjudicó y ostentaba sin pudor (Generalísimo, Benefactor de la Patria, Reconstructor de la independencia financiera, Padre de la Patria Nueva, Caudillo Invicto, Benemérito, Primer soldado de la República, Primer abogado, Primer médico, Primer maestro, Primer periodista, Primer obrero, Primer poeta...), sus opositores políticos lo llamaron indistintamente Chacal del Caribe, Nerón del Caribe, Guapo del Caribe y Bucanero del Caribe, en dependencia de la circunstancia, mientras la fina sabiduría popular le endilgó el sonoro Chapitas, mote que por lo elocuente y certero ha perdurado en la memoria colectiva. Según el periodista y profesor español Jesús de Galíndez, el único título que faltó en la espléndida colección de Trujillo fue el muy merecido de Primer propietario de la República Dominicana.

(Como lo mencionamos al principio, lo anterior es apenas una cuarta parte de este compendio Drama de Trujillo. Los lectores pueden descargar gratis el pdf del resto de esta valiosa obra en el portal del AGN.)

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El terror, la extorsión económica y el relajamiento de todo concepto de dignidad humana han sido y son los instrumentos con que se ha quebrantado la resistencia de la mayoría de nuestros compatriotas.

Luis F. Mejia, 1944



 
De Lilis a Trujillo
Luis F. Mejía
Caracas, 1944
(BanReservas)

Examinemos el actual estado económico de la República Dominicana, después de catorce años de aniquiladora explotación de todos sus recursos en beneficio exclusivo de los Trujillo, que la han transformado en un feudo medioeval. Rafael Leónidas y sus seis hermanos –las siete plagas de egipto, los llama el pueblo– se han convertido en propietarios de las mejores haciendas agropecuarias del país. cada uno tiene dos o tres y las del Benefactor pasan de la docena. Su número, sin embargo, no es crecido, pues ellos prefieren, como expertos administradores, extenderse a costa de los vecinos, a poseer pequeñas fincas dispersas. el trabajo gratuito de presidiarios, presos políticos y soldados, ha sido empleado con largueza para levantarlas. La adquisición de tierras, se ha realizado por medio de la violencia en la mayoría de los casos. cuando los Trujillo compran una finca –por lo regular los dominicanos rehúyen negociar con ellos– fijan el precio a su antojo. Después de escriturada la operación como de contado, suelen aplazar el pago indefinidamente. cuando el interesado se queja lo suprime misteriosamente un desconocido, o recibe el bienintencionado consejo de no reclamar más, si aprecia en algo su vida. Los agricultores, propietarios de buenas tierras en la vecindad de una hacienda de los Trujillo, son compelidos a venderles en esa forma. Después el Tribunal de Tierras se encarga de sanear los títulos y de adjudicarles cuantas otras ellos codicien. no es óbice una adjudicación anterior: basta suprimir el expediente en que conste. Las haciendas del Benefactor, merced a esas facilidades, alcanzan extensiones inmensas. Todas están cuidadosamente limpias, sembradas y regadas. en las pecuarias se cría un magnífico ganado, adquirido por cuenta de la nación con el pretexto de mejorar las razas criollas, tampoco despreciadas, pues cuanta vaca orejana o estampada con el hierro de otro hacendado, paste en la vecindad irá pronto, confundida entre las del Benefactor o las de Petán, camino del matadero. el ganado de ellos, lustroso y cebado, abastece las principales ciudades del país, cuyo consumo monopolizan. De vez en cuando se le concede permiso a un amigo para expender algunas reses, pero regularmente los hacendados se las venden al Benefactor a un precio irrisorio. Sus agentes las sacrifican y obtienen el doble de lo pagado. algunos de los oficiales del ejército y sus manos de hierro, como josé estrella, participan en determinadas ciudades del monopolio de la carne. También se exporta ganado en pie del Generalísimo o de sus hermanos para las antillas francesas, holandesas e inglesas. nadie más osa emprender ese negocio. en la capital, donde la leche tiene mejor precio, ellos la venden únicamente, pues han suprimido toda competencia. También tiene el Benefactor magníficas queseras y fábricas de mantequilla. en Puerto Plata existía una de excelente producción, propiedad de particulares, pero fue embargada y liquidada. el Benefactor la compró a bajísimo precio. Huelga decir que los criadores están arruinados y endeudados. Sus haciendas irán cayendo, una a una, en manos de los Trujillo. Los cosecheros de cacao, café y tabaco podían exportar libremente sus frutos y obtener beneficios cuando los precios eran buenos, pero debido a la guerra mundial el café y el cacao están sometidos a cuotas en los estados unidos y el consumo del tabaco es limitado. como el Benefactor y los suyos poseen magníficas haciendas de café, colocan sus cosechas dentro del cupo señalado a la República y el resto, para completarlo, adquiérenlo por la mitad del justo precio. La cantidad pagada al agricultor no le alcanza a cubrir los gastos. Plátanos, guineos, frutos menores, frutas, cerdos, pavos y gallinas se producen en cantidades muy superiores a la necesaria para el consumo interno. el excedente se exportaba libremente a Puerto Rico y a las antillas menores. así manteníanse los precios a buen nivel y agricultores y criadores obtenían moderados beneficios. Pero desde hace años el Benefactor y su hermano Petán se incautaron también de ese negocio, pagándolo todo a precios ínfimos. ¿Quién puede competirles? el doctor atilano carnevali, culto letrado venezolano, organizó durante su exilio en Santo Domingo un negocio de exportación de plátanos y guineos a nueva York. como pagaba mejor y de contado, los productores preferían venderle a él y no a Petán. Daban cuantos rodeos eran necesarios con el fin de eludir a los agentes compradores del monopolio. el doctor carnevali recogía los frutos de un trabajo arduo, extraño a sus inclinaciones, y preparábase a fundar su hogar en nuestra tierra, antaño tan acogedora. Pero un día se presentó, en su oficina, Petán Trujillo con sus agentes y guardias armados. Le rompieron los archivos, las máquinas de escribir y los papeles. Petán le ordenó conminatoriamente, con palabras gruesas y agitando en el aire su fusta, la inmediata suspensión de sus negocios. ¿Qué podía hacer un exiliado, huérfano de toda protección de su Gobierno, sino obedecer? esa es la situación de agricultores, criadores y negociantes en productos agrícolas. Monopolios y expoliaciones van paulatinamente eliminándolos. Sólo los ingenios azucareros funcionan y exportan libremente. Pertenecen casi todos a poderosas compañías

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americanas. Sin embargo, para la venta del azúcar destinado al consumo interno, el Benefactor organizó un monopolio con la firma armenteros & co. Se compra a los centrales las cantidades necesarias y se vende, sin competidores, doblando el precio. Los beneficios así obtenidos constituyen una de las rentas más saneadas del Benefactor. También algunos latifundistas se han asegurado su protección; negocian con él y a su amparo siguen ensanchando sus haciendas con la adquisición, a bajísimo precio, de las de los vecinos, cuyos propietarios caen en ese proletariado rural integrado por los peones o jornaleros agrícolas o en el urbano de más miserable condición. esos latifundistas son sanguijuelas a quienes el Benefactor exprimirá en el momento oportuno para quedarse con sus tierras. La pequeña propiedad, fuente de la prosperidad dominicana hasta hace catorce años, está en camino de desaparecer. no puede ser más pavoroso el futuro de nuestros sufridos campesinos, si el reinado de la fuerza se prolonga. el desarrollo industrial de la República Dominicana no corre parejo con su producción agrícola. Sin embargo, cuanto existe de manufacturas pertenece al Benefactor, bajo el nombre de una compañía anónima, de la cual es único accionista o cuyo control tiene por haber obligado a los propietarios de la empresa a venderle a precio vil el 51% de las acciones. Le pertenecen en su totalidad o en la proporción indicada, “La Fac-Doc-compañía anónima Fabricante de Zapatos”, “Las industrias nacionales c. por a.”, que fabrica aceites de maní y palma; “La compañía anónima Tabacalera”; la fábrica de cartones; todos los aserraderos de madera; la fábrica de muebles; la “compañía de Seguros San Rafael”, donde deben legalmente industriales y comerciantes asegurar a sus empleados y obreros contra accidentes de trabajo. cada una de estas compañías goza de un absoluto monopolio. nadie puede competirles.

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En el comercio las actividades de la familia no son menores. La Ferretería Read, c. por a., pertenece a su esposa actual, María Martínez, bajo la gerencia de su hermano, Paco Martínez. ella recibe todos los pedidos de materiales de construcción, e introduce a su antojo contrabandos. Los negocios similares, en otros tiempos prósperos, se hallan en plena decadencia. no pueden competir. También las empresas de los Trujillo han monopolizado últimamente la importación y expendio de gasolina. el Benefactor fundó hace algunos años una compañía naviera para la exportación de sus productos. compró dos viejos vapores, que bautizó con los nombres “San Rafael” y “Presidente Trujillo”. el negocio dejaba pingües beneficios. Los barcos de vela, que traficaban con las antillas, suspendieron sus viajes. Sus armadores se arruinaron. capitanes y marinos quedaron con los brazos cruzados. Pero vino la guerra submarina y los alemanes echaron a pique los barcos del Generalísimo. Varias docenas de infelices dominicanos, a quienes el hambre llevó a enrolarse en sus tripulaciones, yacen en el fondo del mar. a sus hijos y esposas, en vez del mísero pan que iban a llevarles, les han quedado miseria y orfandad. el Benefactor, en cambio, no ha perdido un centavo. Tenía pólizas de seguros por más del valor de sus naves, las cuales repondrá cuando termine la guerra. Si para desgracia de la humanidad, hubiese triunfado Hitler, habría recibido otras mejores en compensación a sus servicios secretos al nazifascismo. afortunadamente las dictaduras han fracasado. en la República Dominicana, la sal común había sido siempre producto de libre comercio. algunas Municipalidades arrendaban sus salinas a particulares. Desde el primer año de su gobierno, el Benefactor constituyó una compañía anónima “La Salinera, c. por a.”, cuyas acciones le pertenecen en su totalidad. esa entidad goza del derecho exclusivo de extracción y venta de la sal, sin que

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nadie pueda competirle. Gentes del pueblo, de mísera condición, que se arriesgaron a llenar damajuanas de agua de mar para sazonar con ella sus alimentos, hallaron la muerte al ser sorprendidas. el precio de la sal vendida a los detallistas era antes del monopolio de $0.50 los 50 kilos, hoy es de $3.00. ese negocio le deja al Benefactor unos $100.000 anuales. ¡Procede cuerdamente al cuidarlo con tal celo! el Listín Diario tenía el primer puesto en la prensa nacional. Después de llevado el viejo diario a la más abyecta condición, al verle envilecido y despreciado, el Benefactor adquirió una imprenta, dotada de modernísimo equipo, y fundó La Nación. Los empleados públicos tomaron obligatoriamente una suscripción del diario oficial. como sus haberes están muy castigados por toda clase de contribuciones dejaron la del Listín Diario. Para no ser tildados de enemigos del Gobierno, los anunciantes utilizan las columnas del periódico de Trujillo y al igual que los suscriptores, por motivos económicos, retiraron sus anuncios del Listín Diario, el cual, carente de anunciantes, con papel caro, casi imposible de adquirir, pues el que llega se destina a La Nación, ha desaparecido desde julio de 1942. a la sombra de los grandes monopolios prosperan los negocitos: el de carbón vegetal en la capital, carga y descarga en los muelles; la cal para las construcciones, la pesquerías, los huevos, el transporte por camiones, todos manejados y explotados por uno de los innumerables tentáculos del Benefactor, o por sus también innumerables hermanos y familiares, quienes, al observar la prosperidad de una empresa o industria, hallan pronto el medio de apropiársela. Miserable ha sido en todo tiempo la condición del padre de familia dominicano atado a un cargo público secundario del que deriva lo necesario para la manutención de los suyos. cualquier

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desnivel en su presupuesto, ocasionado por enfermedades en el hogar o por una imprevisión, le echa manos de los usureros, que le compran su sueldo con diez por ciento de descuento. una vez atrapado por el agio sin conciencia, la necesidad lo obliga a repetir esa operación todos los meses. ante lo lucrativo del negocio el Benefactor resolvió tomarlo por su cuenta. en efecto, ha fundado la “compañía Bancaria nacional”, cuyo administrador es su cuñado Paco Martínez. ella compra los sueldos de los empleados, después de deducir el 10% destinado al sostenimiento del Partido Dominicano, con el alto descuento acostumbrado. Para proteger el monopolio de la usura se dictó, paradójicamente, la ley que la castiga. Todos los demás compradores de sueldos, sometidos a la justicia por violar sus preceptos y encarcelados, abandonaron el negocio. La prensa aplaudió la medida tomada. el banco del Benefactor ha seguido sin tropiezos, y ya sin competidores, sus lucrativas operaciones. Ha quedado descrito uno de los aspectos de la explotación económica a que han sometido el Benefactor y su familia a la República Dominicana: el acaparamiento de la riqueza privada por la violencia o por el monopolio, creado a su sombra; pero el peculado, la compra de suministros y el manejo de las empresas de la nación les dejan también enormes beneficios y completan la obra de expropiación del Patrimonio dominicano, llevado a cabo en forma inexorable. La primera ocasión de aumentar su fortuna al amparo del poder, recién asaltado, se la deparó al Benefactor la naturaleza. el 3 de septiembre de 1930 un formidable ciclón como no se recuerda otro, azotó a la capital de la República. 3.000 muertos, 12.000 heridos, millares de casas destruidas, millares de familias proletarias dejadas a la intemperie, empresas hasta entonces prósperas, arruinadas, fue el trágico balance del meteoro. Las naciones

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hermanas o amigas acudieron en auxilio de nuestra capital. Desde los estados unidos, Puerto Rico, Venezuela, cuba, Haití, México, españa, inglaterra, Francia y Holanda llegaron socorros de todo género: brigadas de la cruz Roja, alimentos, frazadas, medicinas y dinero en abundancia. el Benefactor, con su mirada de águila, vislumbró el negocio. como primera medida, se hizo investir por el congreso de poderes omnímodos. en uso de ellos declaró la Ley Marcial y se autonombró Presidente de la cruz Roja Dominicana. Requirió de los donantes la entrega de todos los auxilios enviados, en dinero o en efectos. Después obtuvo de los bancos el balance de la cuenta de depósito de los particulares. a cada depositante se le fijó, como contribución forzosa, una cuota crecida de sus fondos. Las cantidades recaudadas en una y otra forma alcanzaron centenares de miles de pesos, quizás llegó al millón, nadie lo sabe, porque de su inversión no se ha publicado balance alguno. Los beneficios recibidos por el pueblo desvalido y lo gastado en hospitales improvisados, manejados gratuitamente por médicos nacionales o extranjeros, están muy por debajo de las sumas apuntadas. La tormenta, pues, arruinó a los capitaleños y enriqueció al Benefactor. Por eso el pueblo la llama el ciclón de Trujillo, aunque en la prensa ha querido bautizársele con el nombre de San Zenón, santo conmemorado el 3 de septiembre. La Lotería nacional, empresa del estado, cuyos beneficios se dedican a fines de asistencia social, atrajo la mirada codiciosa del Benefactor desde el momento de su instalación en la Presidencia. al principio la arrendó a agapito del Toro sujeto de nacionalidad española y empresario de negocios ilícitos, quien pagó una fuerte cantidad por la concesión. Pero a poco lo despojó del negocio, sin devolverle la suma recibida. Para acallar las quejas del aventurero le ordenó abandonar el territorio dominicano en el término de veinte y cuatro horas. agapito salió con la ropa de encima, por

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el primer barco que partía, con pasaje de tercera, pues había sido totalmente desplumado. no hubo otro incauto dispuesto a arrendar tan espléndido negocio. en virtud de una ley se organizó entonces la lotería en forma autónoma e independiente de todo control oficial. Ramón Saviñón Lluberes, cuñado del Benefactor, encargóse de administrarla. Hoy es un potentado, con magníficas residencias y cuantiosos bienes de toda especie. nuestros billetes de lotería, muy solicitados antes en Puerto Rico, curazao y otros países, desaparecieron de los mercados extranjeros. como en Santo Domingo tienen muy poca demanda, se obliga a los empleados públicos a comprarlos semanalmente. nadie sabe quién se saca el premio mayor. De vez en cuando le cae a un grupo de personas del interior. el administrador va personalmente a pagarlo; se publican las fotografías de los agraciados y de las entregas de los cheques; es una propaganda a toda orquesta. Sin embargo, los compradores obligados mueven tristemente la cabeza, saben a qué atenerse. al capitán Romeo Trujillo (Pipí) uno de los siete hermanos –el gallo pelón de la familia– le ha tocado lo peor en el reparto; el negocio de la prostitución. en efecto, cada mujer de mala vida, para ejercer libremente su oficio y gozar de la protección oficial, debe pagarle medio dólar por día. La que no satisface esa contribución no puede continuar comerciando con su cuerpo, pues sería reducida a prisión. ardua tarea sería describir las diversas maneras del Benefactor aumentar su patrimonio, a costa del de la nación. en todos los contratos por suministros y en las concesiones de importantes obras públicas va asociado directa o indirectamente. en los catorce años de su mando se ha formado un capital de no menos de veinte millones de dólares. además de sus haciendas agropecuarias, empresas industriales, magnificas residencias, tiene en el extranjero: edificios de varios pisos en San juan de Puerto Rico,

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comprados a nombre de terceras personas, bonos dominicanos de la deuda exterior, de los cuales es el principal tenedor, depósitos bancarios, acciones de compañías petroleras y de diversa índole en los estados unidos. Su esposa actual, de espíritu mercantil, maneja un capital propio no menor de dos millones de dólares, y todos sus hermanos, tíos, cuñados y sobrinos son capitalistas. La fortuna privada dominicana, así como la pública, se han vaciado en los bolsillos de la familia Trujillo y de los pocos secuaces a quienes ha dejado enriquecerse. Gracias a tan cuantiosos bienes y a sus enormes entradas anuales puede el Benefactor llevar un tren de vida como no lo soñó ulises Heureaux, el único quebrantador de las normas de sencillez de los Presidentes que hemos tenido desde el 44. nuestro déspota –perdóneseme ese exabrupto de irrespeto al Benefactor– se ha hecho construir un palacete rodeado de jardines versallescos. Tiene a su disposición una servidumbre europea, vestida de librea, presta a satisfacer sus caprichos de epicúreo. Sus automóviles ostentan las mejores marcas americanas; no desmerecen de los de Rockefeller y de otros multimillonarios; están además hechos a prueba de disparos. en sus bodegas envejecen magníficos vinos, y el brandy español carlos iii, su bebida preferida. Sus caballos son de las más puras razas inglesas. en cada una de sus haciendas y en lugares frescos, apropiados para el solaz, posee cómodas y agradables residencias, por las que han desfilado mujeres de todas las razas y categorías sociales, pues su libidinosidad no desmerece ni de su soberbia, ni de su crueldad, ni de sus insaciables apetitos de riqueza: se jacta de ser, como sus toros y caballos de raza, un excelente semental. Sus mancebas son bien recibidas en todas partes, ya por vil adulación, para merecer la protección de ellas acerca de él, ya por miedo. junto al puerto recién construido se hizo levantar una residencia de placer llamada “Sans Souci”, dotada

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de toda clase de refinamientos, donde iba a gozar de sus conquistas amorosas. Después de sus viajes al exterior la ha transformado en un cabaret atendido por mujeres francesas, traídas expresamente de París. ama también el Benefactor el buen vestir. Los mejores sastres de Londres o de los estados unidos, cortan y cosen sus trajes, bien sean uniformes de general o de almirante, que usaba cuando viajaba por mar, bien ropa de etiqueta, de deporte o corriente. Siempre está impecablemente vestido. Por suscripción popular se le regaló, en años atrás, un yate de recreo, revestido de gran lujo. costó unos $75.000, de segunda mano. cuando viajaba a europa o a estados unidos no acostumbraba ir en él. el yate era enviado para desplegar su fasto de nabad en cortos viajes costaneros. al extenderse la guerra, como le era innecesario y peligroso, lo vendió al Gobierno americano en un precio superior al de la adquisición, en más de ochenta mil dólares. el comprador alabó, además, su generosidad y desprendimiento. cuando sale al exterior, una vez a europa y dos a estados unidos, lleva un séquito de secretarios, médicos, edecanes, sirvientes y espalderos. en nueva York tomó, en ambas ocasiones, un piso completo del “Waldorf, astoria”, el más caro hotel de aquella cara urbe, e hizo ostentación de su riqueza y poderío. Su familia no le va a la zaga. casi todos sus hermanos llevan vida de placeres, especialmente sexuales, con una insolencia ilimitada. Son toros sueltos en una gran sabana. Para establecer cierta consonancia rítmica entre su escenario y la importancia de su personalidad e impresionar bien al visitante extranjero, el Benefactor se ha ocupado en el embellecimiento de la hoy ciudad Trujillo. La ha dotado de un buen puerto, todavía no experimentado por nuestros ciclones, de bellos parques, espléndidas avenidas, sembradas de árboles. Las calles y las casas presentan un aspecto de limpieza extraordinaria. Pero debajo del tal lujo encúbrese una enorme miseria. el país está arruinado. Debido a

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despojos, monopolios y exacciones, así como a los casi constantes bajos precios, a partir de 1930, de nuestros productos de exportación, su capacidad tributaria ha disminuido extraordinariamente. Los ingresos aduaneros y los impuestos de estampillas y alcoholes mermaron en casi un cincuenta por ciento. Para sostener el Benefactor bien equipado, pagado y adiestrado un numeroso ejército, una eficiente policía y un cuerpo de matones; para enviar al exterior una representación diplomática más numerosa que cuantas anteriormente hemos tenido, encargada de hacer propaganda sobre las excelsitudes de su régimen, de vigilar a los exiliados y de conseguirle condecoraciones; para pagar con esplendidez a agentes confidenciales en los estados unidos, que como el ruso blanco Dangaroff reciben cincuenta mil dólares anuales; para indemnizar al Gobierno haitiano por la épica matanza de sus ciudadanos y hacer regalos como el de $25.000 al representante Hamilton Fish, ha habido necesidad de aumentar, extraordinariamente las contribuciones. corto tiempo después de instalado el régimen de la Era se creó el impuesto directo de la cédula personal, expedida a cada ciudadano mediante el pago de un dólar anual. como en la última constitución se les ha dado el voto a las mujeres, ahora ellas deben pagar también el impuesto, ya elevado de acuerdo con la fortuna de cada cual. Los impuestos de renta interna sobre artículos importados se han recargado repetidas veces. así se dispone de más dinero y se protegen las industrias del Benefactor contra la competencia extranjera. La producción de arroz ha ido creciendo constantemente. existe un excedente para la exportación, pues por la depreciación de los otros frutos los campesinos han preferido dedicarse al cultivo de esa gramínea. el Benefactor, en su hermosa hacienda “San Rafael”, levantada en tierras arrebatadas a la sucesión de Desiderio arias, cosecha millares de sacos, sin costo alguno, gracias al

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trabajo de sus esclavos: presidiarios, soldados y presos políticos. ante la necesidad de aumentar los ingresos del erario ha gravado con un impuesto interno a cada quintal de arroz descascarado, lo que eleva su costo, pero el cosechado en sus fincas está exonerado de esa tributación. así se aumentaron los ingresos fiscales, y los del Benefactor de paso, pues ha subido el precio del arroz. ¡oh excelente política de buen vecino a cuya sombra goza, sin inquietudes, nuestro Héroe de su inmensa hacienda “Santo Domingo”! el azúcar corriente destinada al consumo interno, ya explotada por el monopolio, paga un impuesto de $2.00 el quintal, la crema $2.40 y la refinada $2.75. Durante los últimos trece años tuvo ese producto un precio medio de $1.20 el quintal, pero gracias al impuesto y al monopolio, es consumida dentro del país, a $6.00 el quintal. el impuesto produce $1.000.000 anuales y el monopolio tributa al Benefactor $500.000. La madera ha sido también gravada con un impuesto interno. nuestra caoba paga, en virtud de la ley 1550, $15.00 por millar de pies que se exporte. el costo de las construcciones urbanas ha subido, especialmente en el interior donde las casas son de madera. en la República Dominicana no había existido jamás derechos de peaje. ante la imperiosa necesidad de arbitrarse fondos, el Benefactor los ha establecido. el tránsito por los puentes sobre los ríos Yuna, Higuamo y nizao, situados sobre las tres principales carreteras, le cuesta a un carro de pasajeros $0.40 y a un camión $0.80. Los carros y camiones del Gobierno están exentos del impuesto. Los del Benefactor y los de sus hermanos, gozan de igual franquicia. el monopolio de trasporte, que hacía tiempo trataban ellos de establecer, ha quedado en la actualidad cabalmente logrado, pues por las dificultades debidas a la falta de bodegas, sólo viene gasolina para las empresas de los Benefactores y, por lo tanto, sus camiones son los únicos que trafican. en la capital, los víveres

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procedentes del cibao han subido a precios escandalosos, con encarecimiento extraordinario del costo de la vida. Los derechos de renta interna sobre la harina de trigo importada han sido elevados en $2.00 más por cada cien kilos. como se observa, los artículos de primera necesidad: arroz, azúcar, sal y harina son los más castigados por impuestos y monopolios. ¿cómo puede subsistir el obrero pagado con mísero salario? También se ha implantado, desde hace tres años, un impuesto sobre donaciones y herencias. De las contribuciones directas e indirectas creadas, hay algunas, como esa, que responden a un moderno concepto científico, así como el de las cédulas, pero todas son mal recibidas y execradas por los dominicanos, porque los cuantiosos ingresos que proporcionan no se destinan a su mejoramiento cultural, a crear escuelas, a fomentar el bienestar nacional, a obras de evidente utilidad, a mejorar los servicios públicos o de asistencia social, sino, como lo acabo de decir, al sostenimiento de un numeroso ejército, al pago de diplomáticos y agentes en el exterior y al de una burocracia numerosa. antes era la República Dominicana país de inmigración. el problema de los desocupados no existía. españoles, italianos, sirios y puertorriqueños venían constantemente en busca de un muy probable bienestar. Hoy millares de dominicanos han emigrado y andan de país en país, tratando de ganarse el pan, pues en el nuestro hallan todas las puertas cerradas a sus actividades. el Benefactor, para fingir de demócrata, brindó hospitalidad a los españoles republicanos y a los perseguidos hebreos; pero la inmensa mayoría de ellos, después de contemplar aquel régimen paradisíaco, si pudieron obtener el viso consular de otra nación, salieron con la mayor premura. ¡cuántos dominicanos querrían imitarlos!

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Yo que en mi país he visto a guardias rasos, hombres rudos, ignorantes y analfabetos, conducir presos golpeándolos por la espalda con la culata de los rifles hasta bañarlos en sangre, tengo que escribir este libro. Yo que he visto a estos mismos guardias rasos conduciendo a honorables padres de familia, ciudadanos honestos y cultos, golpeándolos como animales por el simple delito de haber dicho: «cómo se las harán ahora los pobres con el arroz y las habichuelas tan caros», tengo que escribir este libro. 

Carmita Landestoy, 1946




Yo también acuso
Carmita Landestoy
Nueva York, 1946
(AGN)

Págs. 100-102

Todas esas ventajas y todas esas comodidades han traído las carreteras al país y a sus habitantes. Y si los dominicanos hubieran permanecido libres y dueños de sus bienes y de sus acciones, hubiera sido una bendición para el pueblo, sobre todo para el campesino, para el agricultor que muchas veces antes veía perderse sus cosechas por falta de caminos para llevarlas a los mercados. Pero resulta que como hoy Trujillo y sus hermanos han controlado las compras de casi todos los productos agrícolas, el campesino no he mejorado su situación, sino que además de empeorarla se le ha estrujado y vejado; porque antes se sentían libres y dueños de sus productos y de sus actos, mientras que hoy tienen un amo a quien rendir cuentas y por quien se sienten controlados. Antes, cuando un gobierno no satisfacía al pueblo, se reunían los hombres de pensamiento y de acción, discutían, se ponían de acuerdo y se levantaban revoluciones, día a día aumentaba el número de adeptos, marchaban a la capital del país, le ponían sitio y derrocaban al Gobierno.

Hoy, con la facilidad para recorrer el país en todas direcciones en pocas horas, no sólo no pueden fomentarse revoluciones, sino que ni siquiera pueden formarse instituciones, ni menos reunirse para discutir la situación nacional. Los hombres no pueden reunirse siquiera para comunicarse sus pensamientos y tener intercambio de ideas, toda libertad de expresión, no importa la forma que sea, ha sida suprimida en el país. Toda reunión que se celebre, toda institución que se forme, hay que informarle con anticipación y darle detalles de los móviles que la impulsan y los temas que se van a tratar, y tienen que decir la verdad, ni una palabra o detalle de más o de menos, porque siempre hay algún espía en todo sitio y en toda ocasión. Con la facilidad que para transportarse de un lugar a otro del país, hay hoy, todo movimiento tendiente a romper la presente situación, ha sido sofocado en sus comienzos; hasta llegar a lo que se ha llegado en la actualidad en que, el dominicano ha perdido el derecho a reunirse para hablar de sus propios intereses, acerca de los problemas nacionales. De ahí que todo lo que se haga sea para alabanza del Dictador, sólo las instituciones que sean para hacer literatura acerca de la obra del Benefactor, son permitidas. Hoy el dominicano es como extranjero en su propio país; ya no puede enterarse de los problemas fundamentales de su tierra, no puede enterarse de lo que se piensa y sucede en cierto orden de cosas en otras partes de la nación, no puede opinar acerca de nada, ni enterarse tampoco de nada que sea vital para la libertad. Con la construcción de las carreteras Trujillo ha controlado los productos del país privando a los campesinos del fruto de su honesto trabajo, así que además de controlar otro negocio se ha apoderado también de otro sector humano: los agricultores, para manejarlos a su antojo, atropellando con eso, otro aspecto de los derechos humanos.


 A manera de cadena, Trujillo ha ido eslabón por eslabón echando mano de todas las fuentes naturales de riquezas para su beneficio personal, y eslabón por eslabón también, controlando cada sector, cada grupo humano, hasta llegar a lo que ha llegado hoy, que esa cadena es tan larga y tan fuerte, que el pueblo está atado y maniatado por ella. Por tal motivo, las carreteras son otro aspecto del condicionamiento de esa gran finca de su propiedad, y otro factor que le permite disimuladamente el monopolio de la agricultura y el control del campesino, de esos hombres de trabajo, de los cuales Trujillo dice ser su mejor amigo. ¡Qué ironía…!

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¡Todo recurso ha sido hábilmente utilizado por Trujillo para sus fines particulares, pero actúa con tan maravillosa habilidad y tan sutilmente que siempre aparece como si en verdad todos sus actos se encaminaran a proporcionar comodidad y a dar facilidades de vida a su amado pueblo…!

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En San Cristóbal, ciudad natal del Tirano, aparte de los edificios ya mencionados, se han construido también innumerables chalets para residencia de familias, casas preciosas y acogedoras, con jardines en el frente, garajes, y patios llenos de árboles frutales. El clima de dicha ciudad es magnífico y todo lo que se siembra allí, crece espléndidamente. Está de más decir que todos estos chalets son propiedad particular de Trujillo, quien los alquila a los empleados del Gobierno, así que esto representa otro pequeño negocio para nuestro hombre...

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Naturalmente, que en la construcción de estos edificios sobre el territorio nacional, como en toda obra que de esa naturaleza se hace, el pueblo paga siempre cinco veces su valor, y la diferencia ya se sabe a donde va a parar: a la cuenta privada del reyesuelo antillano. Además, en los trabajos de construcción, como se hace casi siempre en todo, se favorecen con contratos a determinadas personas, para que éstas tengan espléndidas ganancias, y son estas personas las que ajenas a todo sufrimiento y a toda necesidad, indiferentes a los problemas humanos, ayudan a sostener la tiranía. En cuanto a los trabajadores, el jornal es casi siempre de algunos centavos diarios, porque todo cuanto se diga con respecto al obrero es mentira, el trabajador dominicano no tiene protección alguna, ni menos puede pedir que les aumenten el jornal, porque hasta ahora los grupos que lo han intentado han sido ametrallados. Lo que sucedió recientemente en el ingenio azucarero «La Romana», no pueden esconderlo ni taparlo con literatura. Por tanto, pedir aumento en los salarios equivale para los obreros bajo la tiranía de Trujillo, a firmar su sentencia de encarcelamiento, de golpes o de muerte. Porque si Trujillo no tiene miramiento con los catedráticos, ni con los estudiantes universitarios, menos lo puede tener con los jornaleros, pues en mi país son seres casi anónimos. Como ya he dicho, al progreso en la República Dominicana se hubiera producido de todos modos, pero sin Trujillo hubiera sido distinto, no se hubieran resquebrado tantas cosas, tantos detalles del alma nacional. Además el sostenimiento

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Desde que comenzó la guerra, Trujillo se dio cuenta de que había que surtir al mundo de comida y ha prestado mucha atención al mejoramiento y aumento de la agricultura. Así que en los últimos años la agricultura en general ha progresado de un modo maravilloso, multiplicándose la siembra y producción de los indicados productos e iniciándose la siembra de muchos otros. Hoy en día la agricultura en la República Dominicana es una de las fuentes naturales de mayor ingreso para el país, desde que se inició la [Segunda] Guerra [Mundial] se han exportado infinidad de productos a Puerto Rico, Curazao, Aruba,

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Porque Trujillo es muy inteligente y ha estudiado algunos de los sistemas usados en países más avanzados, como es construir obras en beneficio de la colectividad y que ésta pague por ella, en forma mensual o según la calidad de la obra, si [es] agua, cada vez que la usen y según la cantidad; si [es] puente, cada vez que se viaje por él, y así sucesivamente. Lo único que estas contribuciones se hacen pagar, es decir se le cobran al pueblo, en otros países, hasta que se paga la obra, pero en mi país nadie sabe cuánto tiempo tiene que pagar, porque aun cuando le rindan un informe, este será siempre aparente, ese es el consabido sistema de explotación. Así que nadie sabe hasta cuando tendrán que pagar los agricultores por usar el agua de los canales de riego. Como ya he dicho, se hace mucha propaganda acerca de las siembras, y de los beneficios que éstas reportan al país en general y al agricultor en particular, así que estos se dedican a sembrar con el mayor entusiasmo y buena voluntad. Pero resulta que a la hora de la venta de las cosechas, los precios bajan fantásticamente, de modo tal, que muchas veces lo que los agricultores consiguen por la venta de sus productos apenas les alcanza para cubrir los gastos ocasionados por la siembra de los mismos.

Resultado: que el campesino ha trabajado por nada, que toda esa lucha que todo ese afán por ganarse la vida en su trabajo, ha sido inútil; y lo peor es que se resquiebra la moral, pues todos los sueños que tejieron en sus mentes, todos esos deseos del corazón se evaporan, y al sentir que ofrecieron lo mejor de sí mismos en su trabajo, que hicieron honestamente su parte, y que todo eso ha sido por nada y para nada, se desalientan, ¡y sienten alma adentro el poder del tirano que los acorrala en un callejón sin salida...! Todos sabemos cuales son los sueños de los campesinos: que sus cosechas sean espléndidas, que puedan venderlas bien para poder juntar con que comprar una casita en el pueblo, pues ya los muchachos están crecidos y hay que mandarlos a la escuela, pues no quieren que sus hijos se queden sin aprender a leer y a escribir. ¡En fin todos sabemos de todas esas cosas inocentes y santas que pueblan de ensueños las mentes sencillas y el gran corazón del honesto ciudadano que hay en el campesino...! A la hora de la siembra se le regalan semillas, se les entusiasma con bella literatura que los hace acariciar sueños preñados de bienestar, se les pintan pajaritos en el aire, para que pongan toda su devoción y todo su entusiasmo en el trabajo, y a la postre lo que recogen es: la convicción de haber trabajado por nada y la amargura de sus sueños frustrados. Y que cosa más extraña, ahora que ha progresado tanto la agricultura, que todo debía ser más barato y estar al alcance del pueblo, ahora la gente pobre no puede consumir ciertos productos y, pasan miseria y pasan hambre. Los países que han alcanzado cierto nivel de organización, cuando el costo de la vida sube, suben también los salarios y el pueblo no sufre, pero donde el costo de la vida sube por las nubes y los salarios permanecen igual, y además donde todo está monopolizado por unos pocos y el dinero se va acumulando en pocas manos, la miseria y el hambre que padece el pueblo no tiene límites, como sucede en la República Dominicana, bajo la tiranía de Trujillo.

Así que toda esa expansión de la agricultura, y toda esa gran propaganda para el mejoramiento de la misma, no ha sido para beneficio del pueblo, sino para beneficio del tirano y sus familiares. Y así sucede casi con todo. Se sabe que hay cosas que no pueden ser la labor de un sólo hombre ni de un reducido grupo, sino del pueblo, por eso busca el apoyo del pueblo y lo hace trabajar, y mientras se siembra y se cuidan las cosechas entretiene al pueblo con lindas frases y suaves maneras, pero a la hora de los beneficios, no piensa en nada ni en nadie, y mientras Trujillo y los suyos se enriquecen fantásticamente, el pueblo sufre hambre y se vuelve tuberculoso. No exagero, si se examinan uno por uno los habitantes de los barrios altos de la ciudad capital (Santo Domingo) así como la mayoría de los barrios pobres de las ciudades más populosas del país, se puede constatar que los casos de tuberculosis son pavorosos, que las cifras sobrepasan a toda idea que se pueda tener con anticipación.

Ese es un aspecto del panorama nacional, esa es la gran labor de este hombre que se dice ser el mejor amigo de los hombres de trabajo; de este hombre «que no duerme pensando en el bienestar de su pueblo». En el fondo, la inteligencia de Trujillo es un fenómeno oscuro e indescriptible, porque no se puede armonizar con nada lógico y de sentido común. Aun cuando en su sórdida conciencia, este hombre considerase al resto del pueblo como a simples bestias de carga, debía procurar que se alimentaran bien, para que les rindieran mejor labor. Porque hasta los dueños de trineos en las heladas regiones, cuidan amorosamente a los perros que trabajan para ellos. Trujillo empero no sólo mantiene el látigo sobre el pueblo, sino que, para satisfacer su desmedida sed de lucro, ¡ni siquiera lo alimenta debidamente…! Es extraño, que con tanto empeño como cuida y pule sus innumerables instrumentos de trabajo y producción, se descuide con el material humano, porque al fin y a la postre es el más valioso y el más peligroso también, ¡ya que es el único que está dotado, por mandato de lo alto, de alma y de razón!

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Indudablemente la apertura de canales de riego es un gran paso de avance en el progreso agrícola de todo país, y en la República Dominicana sería tan beneficioso como para cualquier otro país donde haya libertad y los seres humanos sean respectados. Sería beneficioso para el país si cada agricultor vendiera sus cosechas y dispusiera de ellas cuando juzgara conveniente a sus intereses personales, pero no bajo la tiranía de Trujillo en [la] que todo es controlado por éste y sus familiares. El pueblo es explotado como en tiempos de la esclavitud, porque a la postre lo que ganan los trabajadores en cualquier sector tanto de las industrias como en la agricultura, son pocos centavos al día, que apenas les alcanza[n] para comer escasamente, para no morirse del hambre. Ese es el caso del pueblo dominicano, no debe decirse que el país exporta, debe decir que Trujillo exporta tantos quintales de arroz, porque Trujillo usa el nombre del país como coraza para protegerse ante los ojos de nativos y extraños. Hay que ver hasta dónde llega la astucia de Trujillo, que se ha fabricado su propia filosofía; las cosas que hace el pueblo y en particular determinadas personas, se adueña de ellas, apropiándoselas como autor, y las cosas que hace él, entonces se las achaca al pueblo. En todos los sitios donde se han abierto canales de riego, se ha producido una enorme plaga de mosquitos que propaga el paludismo, y todas las personas que viven por los contornos están sufriendo de la terrible enfermedad. Por ejemplo Nizao, que es una pequeña y deliciosa aldea, famosa por lo saludable de su clima y por la abundancia y calidad de su alimentación, la población entera está sufriendo de paludismo, ha habido días en que en cada casa han habido dos o tres casos de fiebre, y varias casas cerradas porque todos los miembros de la familia han estado en cama con fiebre. El paludismo como se sabe, es una de las más terribles enfermedades del trópico y de las más difíciles de curar; además que la mayoría de estas personas que se enferman en los distintos sitios del país, no disponen de recursos para curarse ni para protegerse, porque son sumamente pobres. Muchas veces cuando la persona parece haberse curado de paludismo, por cualquier otro quebranto de salud, reaparece el paludismo y se producen peligrosas complicaciones. El sistema en mi país es, que cuando alguien, naturalmente que dispone de medios para curarse, se mejora, se van a vivir a lugares secos escogiendo por lo regular el sur del país, Azua, Baní, etc.; pero esto lo pueden hacer solamente determinadas personas; pero esas pobres gentes que no disponen si siquiera de lo suficiente para vivir, tienen que quedarse adonde están, pase lo que pase. ¿Qué ha ganado Nizao, con los canales de riego?, paludismo y miseria, pues las tierras que se han regado pertenecen A un reducido número de personas amigas del tirano, es decir se les han asignado a personas de otras partes por el solo hecho de ser amigos del Jefe Supremo. Los nativos de Nizao, no sólo no derivan beneficio alguno, sino que se les ha impuesto un permanente foco de paludismo. Además, antes se importaba el arroz, y el [tipo] corriente que era el que comía el pobre, se vendía a cinco centavos la libra; hoy se produce en abundancia tal en el país, que se exporta a otros países, y sin embargo la libra se vende a 14 centavos, resultado que el pueblo pobre no puede comer arroz. Ahora yo quiero preguntar al más ingenuo: ¿qué clase de sistema, qué clase de gobierno es ese, en el cual se producen las mayores contradicciones…?

Y desde el momento que el pueblo no puede consumir, por falta de recursos, los productos que se dan en el país, menos puede comprar los que vienen de fuera porque los impuestos de la Aduana son tan altos, que dichos productos se venden a fantásticos precios. Actualmente el pueblo pobre no come carne, ni huevos, ni pescado, ni leche, ni mantequilla, ni queso, y los vegetales y víveres que antes eran sumamente baratos, al alcance de todos, también están por las nubes, resultado que la tuberculosis se está produciendo y propagando de un modo espeluznante. La falta de alimentación adecuada hace estragos en el pueblo bajo, porque el sistema general sufre, porque llega un momento en que hay deficiencia de todo lo necesario para mantener la salud. Tenemos el ejemplo de lo mucho que ha sufrido Puerto Rico, para no ir más lejos, pero eso tiene excusa en que sus tierras están en manos de compañías extranjeras, en que el país es pequeño y en que hay exceso de población, etc.

Pero en la República Dominicana no tiene justificación que al pueblo pase hambre al extremo de que se produzcan enfermedades; porque tenemos muchas tierras vírgenes, porque el país produce en abundancia y porque nuestra población es muy reducida, de acuerdo a nuestra extensión territorial. Lo que pasa es que los productos que no controla Trujillo, los controlan sus hermanos, y mientras las rentas diarias del tirano, así como las de doña María y Petán, y todos los otros miembros de su familia aumentan cada día fantásticamente, el pueblo sufre hambre y se vuelve tuberculoso, al extremo que han tenido que abrir comedores populares en distintas ciudades del país. Está bien que se abran comedores populares en Europa después de la tremenda guerra que acaba de terminar; está bien que se abran comedores populares en los países a raíz de algunos de esos cataclismos que han afectado la estabilidad económica nacional, como en los Estados Unidos de Norteamérica en el 1929, cuando la crisis de Wall Street; pero en la República Dominicana donde como en una ocasión me dijo un europeo: «en su país se siembra un zapato viejo y nace una bota», ¡en sentido figurado de la riqueza de nuestras tierras; [por lo que] no tienen justificación los comedores populares…! ¿Qué clase de sistema ha implantado Trujillo, que en un país agrícola, donde el pueblo ha comido siempre tanto lo que se cosecha en su propio suelo como lo que venía del exterior, porque todo estaba al alcance de su bolsillos, ahora tenga que alimentarse de caridad…? No, ese no es el sistema que conviene, cada persona debe tener su hogar y en cada hogar debe haber lo suficiente para satisfacer sus necesidades, como sucedió siempre en la República Dominicana, antes de que Trujillo y sus familiares se apoderaran del Gobierno y monopolizaran los negocios y se apoderaran de las fuentes naturales de riquezas, y acapararan los pequeños negocios y las pequeñas propiedades. Yo misma he oído en varias oportunidades achacarle la situación a la guerra, pero es que precisamente la guerra ha beneficiado a los países de América que como es natural han tenido oportunidad para vender sus productos, sobre todo los comestibles. Así que la guerra ha beneficiado a la República Dominicana al igual que a los otros países, es un fenómeno social que no hay que discutir, porque es consecuencia lógica del estado producido por la guerra. Si los pequeños negocios y las pequeñas propiedades hubieran permanecido igual que antes, repartidos en muchas manos, pues cada uno se hubiera beneficiado en proporción al volumen de su negocio y en cada hogar y cada persona, serían felices pudiendo satisfacer sus necesidades. Lo que sucede es que en mi país, Trujillo y los suyos, y sus amigos íntimos, se han apoderado de todo, absolutamente de todo, como una bandada de langostas de esas que asolan la China y a otros países y no dejan nada para el resto del pueblo, eso se evidencia con la tuberculosis y con los comedores populares que se han visto obligados a instalar.

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El hospital Marión, es el hospital del Ejército Nacional, a él solamente tienen acceso los militares y sus familiares más allegados, dicho hospital es el mejor de país, el más moderno y está equipado con todos los adelantos que la ciencia puede ofrecer. Siendo el hospital del Ejército, todo cuanto se puede comprar con dinero ha sido adquirido para bienestar de dicho centro [que] es un magnífico hospital que no tiene nada que envidiar a los mejores de otros países. Ante la ola de tuberculosis han tenido que construir el hospital Martos con capacidad para 120 camas que constantemente están ocupadas, disponen de todo lo necesario para curar el terrible mal. Todas las personas que son internadas a tiempo se curan; disponen de un personal muy eficiente y no se puede pedir que hagan más de lo que hacen.

El hospital Ramfis es un hospital para niños, también [cuenta] con todos los adelantos modernos y donde los internados reciben los mejores cuidados por parte de los doctores. En los barrios altos de Santo Domingo, donde vive la gente necesitada, se esta construyendo un hospital que seguramente habrá de ser un eficiente centro de esa índole, para cubrir parte de las necesidades de los moradores de dichos barrios. Esos son los hospitales que se han construido bajo la tiranía de Trujillo, y con excepción del Marión que como es para determinado grupo casi nunca se llena, los demás no dan abasto. La tuberculosis se ha producido por falta de alimentación y en tal cantidad que ante el alarmante número y el trágico panorama la construcción del hospital Martos se imponía. Pero si no se combaten las causas de la tuberculosis, aunque se construyan diez hospitales, no se habría dado ningún paso para combatir y detener al mal. Porque el hospital es para combatir los efectos, pero lo que se debe combatir es la causa. Lo que se debe hacer es que los artículos de primera necesidad vuelvan a venderse a precios razonables, al alcance de los bolsillos de la gente pobre. Por ejemplo todas esas personas que van al Martos, con muy raras excepciones, después que las dan de alta, no tienen adónde ir, no tienen casa, no tienen qué comer, ni empleo, de modo que, el bien que se le ha hecho es prolongarle la vida unos meses más, porque seguramente volverán a recaer y mientras tanto habrán sido un foco andante de microbios de la terrible enfermedad. Entre distintos médicos que comisionaron para que examinaran a los habitantes de los mencionados barrios reportaron acerca de 7,000 casos que si inmediatamente no se hospitalizaban y sometían a determinado régimen alimenticio y cuidados, tres meses más tarde estarían tuberculosos. Y reportaron también que más de 1000 personas estaban ya en el segundo período de dicha enfermedad. Así que las cifras hablan por sí solas.

Que una vez allí esos trabajadores sean bien atendidos o no, no importa, el mundo contará el número de hospitales y quizás de alguna parte por tan piadosa obra, ¡le mandarán otra medalla…!

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Muchos me han preguntado cómo logré obtener tan copiosa documentación. Toda me la proporcionaron los que rodean al Sátrapa. No seré yo quien los denuncie, que tanto equivaldría a cortarles la cabeza. Lo que aseguro es que cuanto sé, y es mucho más de lo que aquí se estampa y para nuevo libro reservo, me lo comunicaron los que supone el tirano más afectos suyos, los que en la primera oportunidad se sumarán a los que han de derrocarle. 

José Almoina, 1949

(Lamentablemente, este valiente y solidario español fue asesinado antes de que pudiera escribir su segundo libro.)

 


Una satrapía en el Caribe
José Almoina
México, 1950
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A los obreros no les queda ya nada qué hacer en la República. Ni siquiera lo que se les dio en el papel. El barrio de Mejoramiento Social no fue para ellos, sino para los oficiales del Ejército, a quienes Trujillo regaló la mayor parte de las casas; otras fueron para Celito Peña Morros, para Álvarez Pina, o para otros capitostes o «tutumpotes»[11] de la situación; éstos a su vez las alquilan a su capricho, a precios altos, para sacar rentas gananciosas; el hospital Morgan presta servicios a quien lleva recomendaciones fuertes y no es sospechoso de enemistad. El derecho de huelga quedó en la Gaceta, pero ni un obrero se atreverá a utilizarlo, si quiere conservar la vida; lo del Seguro Social es un negocio de Trujillo, pues siendo él propietario de la Compañía de Seguros la San Rafael que ya tenía el de enfermedad y accidentes, todas las cuotas van a parar a sus bolsillos y el disfrute del seguro queda tan reducido que sólo con grandes «merecimientos», a juicio del tirano, se otorga. Eso sí, trajo el dictador a un señor peruano,[12] especialista, que se hospedó a gran tren en el hotel Jaragua y recibió condecoraciones y todo y

UN RÉGIMEN MONOPOLISTA

1 • Cómo se hacer 250,000,000 de dólares en menos de veinte años. No creo que precise un gran esfuerzo para comprender que no hay en Santo Domingo actividad industrial o comercial de alguna importancia que se substraiga a la garra del Sátrapa. Todo lo monopoliza, todo lo controla. Sólo así pueden hacerse doscientos cincuenta millones de dólares. Trujillo es hoy, muerto Patiño, el hombre más rico de Hispanoamérica.[1] Primero se dedicó a eliminar a sus enemigos, reales o supuestos; después a enriquecerse. Lo que no cae bajo su acción inmediata, como la Compañía de Luz, paga un fuerte canon al dictador. Veamos los monopolios que controla.

2. • El Tesoro Nacional se confunde con el particular del Sátrapa. Al ascender a la presidencia, en 1930, Trujillo no tenía «flaco». Ya dijimos que con sus hermanos, dirigidos por el padre, se dedicaban, por los alrededores de San Cristóbal y de Baní, al robo de ganado. A todos ellos se les abrió expediente o proceso como abigeos, saliendo en libertad merced a la influencia de los Pina Chevalier —Plinio y Teódulo— sus parientes. Más tarde Rafael, ya se ha dicho, terne o perseverante con lo de no abandonar las artes del hurto, se dedicaba a escamotear relojitos de pulsera, medallas, cadenitas y otras chucherías y cuando la madre le preguntaba por qué hacía eso respondía: —No es nada, son chapitas. De donde a él le quedó el apodo de Chapita. Protegieron a Trujillo, obligándole a dejar sus aficiones al robo, don Plinio y don Teódulo Pina Chevalier. Este último estuvo al servicio de los americanos invasores. Por su recomendación, ingresó el

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pillete de Rafael, en el Ejército reorganizado por los norteamericanos y por ellos subió más tarde al poder protegido especialmente por el General Watson. El canalla de McLaughlin, entonces Sargento, fue luego su agente en Estados Unidos. Ya de Capitán, Trujillo organizó, de acuerdo con su pajolero padre y sus pajolerísimos hermanos, el robo de tierra y ganado en las regiones sancristobaleña y banileja. A poco tenía ya una pequeña finca donde hoy se ubica La Suiza, dentro de Fundación. Para entonces sólo había en ese predio una casita, con colgadizo para los ganados robados, que allí llevaban. El tesoro del Sátrapa es hoy el de la nación. Al menos confundidos están y desde luego quien quisiera desglosarlos se hallaría ante un laberinto inextrincable.

3. • Monopolio de la «Central Lechera» o una exclusiva por decreto. Sobre La Suiza, creó Rafael Leónidas un negocio lechero. Sería lo que más tarde y por decreto había de ser la Central Lechera. A ese decreto se le dio un tono de protección a la salud. Controlada la leche por las autoridades el público consumidor podía tener la seguridad de su pureza. Mas lo cierto es que los productores habían de acudir a un centro receptor, donde la vendían a tres centavos litro, precio que multiplicaba con a mucho la sociedad monopolizadora, esto es, el dictador.

4. • Monopolio de la sal: eliminación de los Michelena. Las únicas salinas que se hallaban en Sur del país y desde mucho antes de ascender el bárbaro al poder, les explotaba una compañía, cuyos primeros accionistas eran los Michelena. El Sátrapa comenzó amenazando a estos tenedores de la mayoría de las acciones y uno de ellos hubo de exiliarse. El otro casado con Teresa Ariza, emparentada con una de las grandes firmas de Puerto Plata,[2] tuvo que vender una casa que poseía cerca de la costa —la hoy estancia Ramfis está ubicada en ese lugar— y en vista de las coacciones a que se le sometía, salir también del país. Al fin tomó Trujillo violentamente posesión de las salinas, estableciendo el monopolio no sólo para el país, sino para la exportación a otros lugares del Caribe.

5. • Monopolio del tabaco: rebeldía de Barletta y sumisión de Copello. Casi todo el tabaco es de la región del Cibao y se elabora en Santiago de los Caballeros. Los que dominaban la industria eran

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Copello y Barletta. Había otros fabricantes y todos se distinguían por su desprecio al tiranuelo. Al intentar éste ser socio del Club de Santiago, unánimemente le repudiaron. Y conste que para entonces era ya Trujillo General, bajo la presidencia de Horacio Vásquez. Mas los dignos cibaeños no querían codearse con un ladronzuelo, por muchos galones que llevase encima. Existían dos compañías de tabacos —las más fuertes—, una El Faro a Colón, cuyo principal accionista era un ex-cónsul de Italia, y otra La Tabacalera Dominicana. Esta fue la primera víctima de Chapita. Pero no una víctima cualquiera sino una víctima sangrienta. Fueron asesinados algunos de los accionistas y los otros, transigieron con entregar a Trujillo las acciones a muy bajo precio. Lanzó el bárbaro un decreto nombrando a un delegado del gobierno para la Industria de Tabaco y así pudo Trujillo comprar la mayor parte de las acciones, dejando a Copello en minoría. Acabó éste por someterse y el Sátrapa agradecido lo nombró Embajador dominicano en Washington, donde murió. Dueño ya el déspota de La Tabacalera Dominicana el pueblo para manifestar su oposición a la dictadura compraba sólo los cigarros El Faro a Colón. Por el año de 1937, los antes preciados Cremas de La Tabacalera apenas se vendían. Este año el tirano ordenó una maniobra por la que aparecía Barletta de acuerdo con el Cónsul de Italia y elementos dominicanos, capitaneando una supuesta conjura encaminada a exterminar a Trujillo. El Secretario de Relaciones Exteriores —era el gordo Logroño— abrió expediente, procediendo nada menos que al encarcelamiento del Cónsul italiano, so pretexto de que trataba de substituir la democrática y vil tiranía trujillera, con el régimen fascista. Amenazó Italia y se dejó en libertad al Cónsul. Más, lo importante era quedarse con El Faro a Colón y que el Chacal monopolizara todo el negocio del tabaco. En 1942 publicó el Canciller Peña Batlle, servidor forzoso del tirano caribeño, un Libro Blanco —no hay nada blanco en Santo Domingo como no sea la leche monopolizada— al intento de demostrar que desde 1937 Trujillo era un antifascista y tuvo la avilantez de traer a cuento el caso de Barletta y del Cónsul italiano en Santiago de los Caballeros, cuando la realidad es que el Sátrapa lo que necesitaba para quedarse con el monopolio del tabaco, era someter a estos

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hombres, dueños en su mayor parte de El Faro a Colón. No podía tolerar el chacal que hubiera nadie que se le resistiese.

6. • Monopolio de las exportaciones e importaciones de arroz: Baduí Dumit. Durante mucho tiempo en la República Dominicana importaba el arroz de Siam. Es el arroz la base de la alimentación en Santo Domingo, como en casi todas las Antillas. Desde aún antes de ser Presidente, Trujillo deseó convertir en arrozales grandes zonas del país. Dentro de Fundación y sobre todo en los aledaños, fomentó el riego, organizando colonias de gentes pobres a los que suministraba semillas. Pronto comenzó a cobrar auge la producción arrocera. Al principio el Sátrapa explotaba la venta del arroz por sí mismo, mas como no le conviniese aparecer detentando un monopolio, se puso de acuerdo con la firma Baduí Dumit de Santiago de los Caballeros. A este siriolíbanés convirtió Trujillo en almacenista y distribuidor de todo el arroz que se produce en el país. El negocio se hizo gigantesco, al aumentar la producción y al ser regulado su precio oficialmente, alcanzándolo tan alto que ya sólo estaba al alcance de la clase media. Los sobrantes se vienen exportando a muy buenos precios a Puerto Rico, Cuba y otras Antillas menores. Durante la guerra, sobre todo, Trujillo es el poseedor hasta el último grano de arroz de Santo Domingo. Se llevó a cabo una exportación masiva a las Antillas, con lo que no sólo ganó dinero a manos llenas, sino que apareció ayudando al plan de reconstrucción. En el mercado interior, sin embargo, los precios subieron. Mas como por entonces se preparaba el ambiente para la reelección del déspota se vio obligado a tener un gesto de generosidad, creando el control del arroz —¡que sarcasmo!— y haciendo que Baduí Dumit —él realmente— llenase de sacos de arroz unas camionetas del Ejército, que el Jefe mandaba vender a precios asequibles a todas las fortunas. Poco después y como a Trujillo le interesaba vender el arroz fuera del país, de nuevo lo importó de Siam, que le resultaba más barato, sobre todo sin pagar aduanas. Helfant fue quien intervino en una de esas importaciones.

7. • Monopolio del aceite de maní, incendio de la fábrica y negocio subsiguiente en el que aparece como testaferro Bonetti y Burgos. La Aceitera Dominicana se crea en 1939, utilizando el déspota como hombre de paja al ilustre pendejo señor Bonetri Burgos,

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Secretario del Despacho del Generalísimo en época en que éste aparecía, al menos oficialmente, alejado de la presidencia. Para construir una sociedad, Trujillo sigue el sistema de levantar un acta notarial de constitución de la misma, por medio de acciones a diversas personas. Al día siguiente son llamadas éstas para firmar en blanco el endoso de las dichas acciones, quedando en interesados platónicos, y sin figurar para nada el tirano. Así se hizo en el caso de la Aceitera, cuyas acciones se asignaron a los hermanos Bonetti, instalándose la fábrica con dinero proporcionado por Trujillo. Los campesinos fueron obligados, manu militari, a plantar maní en zonas extensísimas, comprometiéndose a vender a la Aceitera toda la producción en las condiciones que ésta fijara. Los precios que se pagaban eran tan bajos, que resultaba la siembra de maní antieconómica a más de que los terrenos que dan este producto quedan estériles para otras producciones. La cosa llegó, a que el segundo año hubo de hacerse uso de la más extremada violencia, para que sembrasen maní los campesinos. Dio la Aceitera al Sátrapa considerables rendimientos. Más, para mayor ganancia y viendo lo renuentes que andaban los campesinos a sembrar maní, la empresa aseguró contra incendios la fábrica, que a poco ardía —el haber sido ladrón desde niño imprime carácter— muy aparatosamente y vino entonces el segundo negocio. Se había salvado —¡qué feliz casualidad!— todo el aceite almacenado, cuyo precio se elevó más que un globo. Volvió a levantarse de nuevo la fábrica y volvió consiguientemente a exigirse por la fuerza el que se sembrara maní. La faena que acaba de relatarse lleva, en algunos pueblos civilizados, a la cárcel. En Santo Domingo, se le permite al Presidente de la República.

8. • Monopolio del cemento; contratos con el Estado; lo que ha dejado el Sátrapa el Capitolio y el Canal Trujillo; faena que éste le hizo al arquitecto Alessandro. La construcción de una fábrica de cemento en Santo Domingo, fue obligado corolario del sistema dictatorial de levantar grandes edificios públicos, de construir carreteras, puentes, etc. De todo lo presupuestado para estas obras, que sirven al tirano de justificación en el exterior, se gasta de dos partes una; la otra se la embolsa Chapita. El Palacio de Justicia produjo a

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Trujillo un beneficio neto de 300,000 dólares. Los Palacios todos del Partido Dominicano —y son unos cuantos— han dejado al tirano un 40% líquido. Y lo mismo sucede con las obras emprendidas, ya por contrato directo, ya por administración. Necesitaba el déspota poseer esa fuente de producción y así constituyó una sociedad por los procedimientos ya indicados y cuya cabeza visible, fue este viaje, el distinguido alcahuete y bufón del tirano, Manuel Moya Alonso. Lleváronse técnicos norteamericanos y se comenzó la construcción de la planta. Se presentaron algunas dificultades, por errores de técnica, y la producción hubo de demorarse más de lo que Trujillo esperaba, lo que vino luego a reflejarse en el precio del cemento. Hoy la importación de este producto es ya mínima y se sostiene para cubrir las apariencias en el mercado norteamericano. El afán del dictador por las grandes obras, se comprenderá cuando se sepa que sólo el canal Trujillo le ha dejado un beneficio de 2,000,000 de dólares y el Capitolio 3,000,000. Esta última suntuosa edificación la encomendó el Sátrapa a un ingeniero italiano, de apellido Alessandro. Trujillo lo conocía, porque cuando llegó al país fue nombrado ingeniero militar y por aquellos días el ladronzuelo Chapita era ya jefe del Ejército. Ya de Presidente le obligó a casarse con Carmen, la hija de la muy acrisolada y sutilísima alcahueta Isabel Mayer, a quien como y se dice en otro lugar, nombró el déspota Senadora y Gobernadora de Santiago de los Caballeros. También se sabe que doña Celestina Mayer fue la que proporcionó al tirano a la Lina Lovatón y a muchas otras. Trujillo visitaba la casa de la Mayer —¡Dios los cría y ellos se juntan!— con la mayor intimidad y había prometido al ingeniero Alessandro el 10% de la obra del Capitolio, que aparece costando a la nación nada menos que 6,000,000 de dólares. Pues bien no sólo le rebajó el tanto por ciento a 100,000 sino que le sopló a la Mayer. Aunque hay quien diga, que las intimidades del dictador con Carmen, son de antes y después del casamiento. 9. • Monopolio de la cerveza; la botella de «luxe» y la llamada «batatica» o «don Pipí», que es como le dicen a don Manuel Troncoso de la Concha; la nueva fábrica para competir con las marcas extranjeras. La organización de la Cervecería Nacional se

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hizo por los mismos días, y con procedimiento, que la Aceitera, interviniendo los Bonetti Burgos más el aditamento del cuñado del déspota, Francisco Martínez Alba. La Cervecería Nacional lanzó inmediatamente al mercado la marca Presidente, de obligado consumo, en sus dos tipos de luxe y don Pipí —grande y media respectivamente—, aludiendo la última al testaferro presidencial de Trujillo, en el único período que no se reeligió. Con ser el negocio estupendísimo, sin restricciones para la Carta Blanca mexicana o para las marcas canadienses y norteamericanas, el Sátrapa les hace la guerra y para terminar con ellas ha instalado una nueva planta, que dirige un muy buen técnico de la Cervecería Nacional, un norteamericano. En esta nueva fábrica han entrado como accionistas (¿?) el acreditado buey Paíno Pichardo —desde aquí oímos el cencerro—, Héctor Bienvenido Trujillo y el pollo Ramfis. Elaborará la nueva planta, cerveza en todo iguales a las canadienses y norteamericanas.

10. Monopolio de drogas y medicamentos para el Ejército, clínicas, etc. Una hermana de la María Martínez, la esposa del tirano, está casada con un Coronel médico militar, el eximio sinvergüenza Robiou, a quien Trujillo nombró jefe de todos los servicios sanitarios Este es quien facilita al dictador no sólo los beneficios que derivan de las instalaciones médico-quirúrgicas, farmacológicas, etc., sino los procedentes de la venta de drogas, ampolletas de inyectables y toda clase de medicamentos que se sirven al Ejército y a las dependencias de la Secretaría de Sanidad, obligada a entenderse para cualquier adquisición con el tal Robiou. Las ganancias son fabulosas.

11. • Monopolio de la madera, obtenido en la comarca de San José de las Matas, en fuerza de violencias y depredaciones cometidas por la brigada 43 que manda el feroz Paulino. A fuerza de sangre adquirió Chapita —¿y cuándo no:— una de sus mejores posesiones, en la montañosa comarca de San José de las Matas —Cordillera Central del país— a 1000 metros sobre el nivel del mar. Allí, en aquel lugar donde reina perpetuamente la primavera, tiene el tirano una de sus más espléndidas residencias, teatro de toda clase de orgías, y a más grandes extensiones de terreno.[3] Este latifundio, al igual que Fundación, está organizado a base de apropiaciones

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ilegítimas y despojos inicuos, que constituyen verdaderos latrocinios. En esta comarca apacible se han realizado los más tenebrosos crímenes. La tristemente célebre Brigada 43, mandada por el sanguinario Paulino, acabó en estas montañas con todo cuanto se oponía a la codicia del déspota. Un pequeño propietario que estorbaba a Trujillo, fue vilmente asesinado con su esposa, ésta embarazada, y sus hijos. El dominio de estos terrenos, que incluyen grandes extensiones de bosques proporcionó al dictador riquezas enormes en pinos y otros árboles maderables. Más tarde dominó el aprovechamiento maderero de todo el país. Se apoderó también de todos los aserraderos. Por cierto que uno de los tales, ubicado en la región de Jarabacoa y Constanza, era de su concuño Robiou. Mas ni el parentesco, ni el haber sido médico de Trujillo y de su familia durante años, le sirvió. Lo despojó como si hubiera sido un extraño. Esta voracidad que nada respeta y todo lo atropella es característica trujillera.

12. • Monopolio del calzado. La organización del monopolio del calzado se hizo sobre bases muy seguras. La compañía fundada por el tirano se denominó FADOC —sigla de Fábrica Dominicana de Calzado— y se puso como hombres de paja o accionistas nominales a unos comerciantes españoles, asociados con los Corripio, y a un mallorquín llamado Roselló, junto con Paíno Pichardo. La empresa estaba asegurada en cuanto a la venta de la producción, por los decretos que con pretexto de favorecer al industria nacional trataban la importación de calzado extranjero y además con la adquisición de calzado para el Ejército y las instituciones oficiales. No sólo zapatos y botas se fabricaban, sino también correajes militares y aparejos. La prosperidad de la industria se hizo patente inmediatamente con beneficios para el Sátrapa, que era, en realidad, quien dominaba como único propietario la empresa. Especialmente los años de la guerra fueron de pingües resultados. Cuando el conflicto armado y los ataques a la pseudo-democracia trujillera alcanzaron mayor proporción, el tirano disfrazó el asunto. Roselló se quedó nominalmente con todo y a cambio de que se prestase al manejo se le concedieron exclusivas de exportación de frutos menores, de acuerdo con Petán, con el cual hubo de hacerse un arreglo, no sin ciertas dificultades; Paíno Pichardo quedó asociado a Roselló y los Corripio se retiraron

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de su nominal participación. Pero Trujillo siguió y sigue quedándose con todos los beneficios de este monopolio.

13. • Monopolio de la provisión de agua; represalias políticas. La empresa proveedora de agua, o Acueducto, era de carácter privado. Trujillo fue apoderándose de ella, desde los primeros días de subir al poder. Actualmente es ya del dictador. En ella no sólo tiene enormes ingresos el tirano sino que posee un arma para atacar a sus adversarios a los que no le cantan alabanzas. Cuando alguien cae en desgracia, se le corta el agua, se establece un sitio en regla y el tan necesario elemento es el primero que falta en las casas de los tildados de desafectos.

14. • Monopolio de la navegación. La Naviera Dominicana es la empresa del transporte marítimo propiedad del dictador. Ya dijimos cómo se aprovechó el tirano de la guerra, para cobrar las gruesas primas de seguro de los dos barcos hundidos por órdenes suyas. La empresa aumentó entonces sus efectivos por la construcción de las llamadas goletas de transporte en «beneficio de las democracias». En realidad es un sarcasmo y una burla terrible; porque estas goletas construidas en el mismo puerto de Santo Domingo y pagadas por el Estado, eran en realidad unidades que iban a engrosar la Naviera de Trujillo. No hay que decir que todo el transporte marítimo hay que hacerlo cuando se trata de viajes de cabotaje o de navegación por las Antillas, en los barcos de la Naviera. Al frente de esta empresa está el Coronel McLaughlin, que es en realidad el «manager» del dictador para los negocios gruesos: navíos de guerra y mercantes, aviones, armamento, adquisiciones en los Estados Unidos, en donde el ex-sargento de las tropas yanquis de ocupación, tiene amistades en el Ejército. La Naviera ha aumentado últimamente sus efectivos y ya posee barcos que hacen el servicio entre Nueva York y Santo Domingo. Lo mismo sucede con la empresa de aviación constituida por Trujillo, para el transporte y viajes en el interior del país; empresa en la cual son dirigentes el citado McLaughlin y el General Fiallo, pero cuyos beneficios caen en la brisa del dictador.

15. • Monopolio de la cordelería y saquería. El negocio de la fábrica de Sacos y Cordelería se montó igualmente sobre la base de una aparente y nominal sociedad anónima. Trujillo repartió acciones nominales con sus correspondientes endosos en bancos, a favor de

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distintas personas entre ellas el ingeniero italiano Alessandro, un tal Bienvenido Gómez y otros. El problema era obtener materia prima, porque cuando se fundó el negocio se hizo a base de la producción de sisal, pero en la práctica resultó que esta producción era tan limitada como poco asequible. En su vista se quiso concertar una compra grande en Haití, pero las dificultades que surgieron por la bárbara conducta del dictador para con los desgraciados braceros de color del vecino país, no permitieron la adquisición allí de sisal. Como ya la planta estaba instalada, el dictador lanzó una serie de decretos estableciendo el «control» de sacos y de cordelería. De esta manera toda la importación de caros artículos indispensables para el empaquetado de azúcar, cacao, café, etc., y para el atado de otros productos, quedó en manos suyas. Nadie podía importar directamente sacos y cordeles. Toda esta importación pasó a Trujillo para ir a la fábrica y salir de allí como si hubiese sido fabricado por ella. De esta manera se hacían dos negocios en uno y el precio de los sacos y cordelería subió a las nubes. Después de esta medida vino la de obligar la plantación de plantas de sisal y otras fibras con contratos leoninos para los plantadores. Se llevó a un técnico de Guatemala y a otro italiano establecido en El Salvador[4] y la fábrica comenzó a funcionar con doble seguridad: la de que siempre tendría mercado y la de que aún en el supuesto de carecer de materia prima, reelaboraría la importación monopolizada. Todo para aumentar el dinero en las arcas trujilleras.

16. • Monopolio de la venta de azúcar; monopolio del cacao. La venta de azúcar en el interior del país es otro de los negocios monopolizados por el dictador. Las empresas productoras de azúcar y propietarias de los ingenios azucareros más grandes son norteamericanas y la exportación se dirige preferentemente a Inglaterra. El más importante rubro del presupuesto nacional es el impuesto del azúcar; pero estas empresas pagan a Trujillo en varias formas: políticamente respaldándolo con los poderes de Wall Street y por estos con la Casa Blanca y el Departamento de Estado; económicamente por medio de periódicas, regulares y determinadas entregas de contribución personal; y, además, obligándose a darle a él la venta exclusiva de azúcar en el interior del país. De esta manera Trujillo por medio de firmas como la de Baduí Dumit y otras recoge

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el azúcar para el consumo interior, le pone precio y lo revende. Es uno de los más serios renglones de beneficio para el Sátrapa. Por si esto fuese poco el dictador controla desde hace cuatro años la producción de cacao. Fue esta siempre el sostén de los campesinos y pequeños propietarios cibaeños, que con cosechas regulares de la rica almendra podían asegurar el año; la exportación había sido libre relativamente, pues nunca faltaron, desde 1930 las indirectas contribuciones en favor de Trujillo y sus familiares, para conseguir permiso de salida, buen lugar en los almacenes y sitio en los barcos de transporte. Pero al fin el producto iba de manos de los productores a la de los intermediarios o fabricantes estadounidenses. Pero Trujillo ha terminado con este sistema. Ahora el cacao pasa a una empresa que aparentemente es norteamericana, pero en realidad es de Trujillo; esta empresa adquiere a un precio bajo todo el cacao que se produce en el país; lo elabora en polvo o pasta y así le exporta a Norteamérica. Trujillo se queda de esta manera con el cacao y con los inmensos beneficios que supone la exportación del producto semielaborado. Esto significa al año varios millones de dólares.

17. • Monopolio de muebles y de carbón vegetal. Monopolio parecido es el de los muebles. No es que Trujillo haya querido monopolizar en absoluto la fabricación de muebles, sino que duplicó el sistema. Es decir, en realidad fundó una sociedad de fabricación de muebles para aprovechamiento de madera, esta sociedad denominada La Caobera se constituyó con un nominal accionista, el tristemente célebre General Joaquín Cocco hijo; después se adicionó a éste el ingeniero Alessandro; quien en realidad dominaba la empresa, no tenemos que decir que era Trujillo. Pero a fin de dominar el mercado y conquistar la exportación, La Caobera logró varios decretos favorecedores. Uno prohibiendo de cortar madera sin permiso especial —a fin de favorecer la riqueza forestal del país—; se trataba de un pretexto para que sólo pudiesen cortar madera los proveedores de La Caobera y de rechazo aumentar el mercado de madera de los aserraderos de Trujillo que administra el Coronel Santelises,[5] con el consiguiente aumento en el precio; pero además por otro decreto se prohibió el transporte de madera en el interior del país, sin permiso, con lo cual no cabían filtraciones.

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A estos decretos siguió el establecimiento del control de muebles y maderas con el pretexto de favorecer la industria nacional; por este control resulta que no se puede exportar ni una silla ni las partes sueltas que la componen, sin un permiso especial y este permiso, claro está, sólo se otorga a quien el dictador quiere. De esta manera el monopolio cierra toda posible salida tanto dentro como fuera del país y somete a Trujillo la industria de la madera y sus derivados. Por si esto fuese poco, se estableció el control del carbón. En Santo Domingo no hay gasómetro y la electricidad se produce por aceite pesado y es de empresa norteamericana y muy cara; como consecuencia todo el mundo usa el carbón vegetal, carbón de madera. Trujillo al establecer el control del carbón, se ha reservado para sí otra fuente de buenos ingresos; la organización de este sistema de monopolio carbonífero se la encomendó a la familia Castillo, que dio el asunto al aventurero español Rodolfo Bosch Pearson, un tipo que fue sargento del Tercio de Extranjeros en España, y casó con una Castillo.[6] Para establecer el control riguroso, se colocaron guardias en las entradas de las poblaciones al objeto de apoderarse de todo el carbón que se traía a ellas; los pobres carboneros, que hacía años y años se dedicaban a esta pequeña manera de ganarse la vida, se encontraron despojados; hubo un arreglo; ellos harían el carbón como siempre en el monte, para lo cual se les daría autorización que les permitiera cortar y quemar madera en zonas determinadas y se obligaban a entregarlo a los agentes de Trujillo para su venta en centrales; los carboneros tuvieron que someterse, con gran pérdida, y el carbón aumentó de precio... en beneficio del Jefe.

18. • Monopolio de la exportación de cocos. Uno de los productos más fáciles y seguros para el tirano es el de los cocos. Como consecuencia de la expropiación en su beneficio, de todos los predios con alguna agricultura, Trujillo vino a convertirse en el primero y casi único propietario de los mayores cocotales de la República. Sólo en el distrito de San Cristóbal y en las tierras del Sur, puede decirse que no hay un solo cocotal que no le pertenezca. Durante mucho tiempo se limitó el tirano a exportar cocos a Estados Unidos y a las Antillas, dejando así que esta riqueza fuese a manos de industriales extranjeros para su elaboración. Desde 1944 la consigna de industrializar el país, lanzada por el Sátrapa

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con fines de mayor lucro personal y para dar solución económica a los inmensos recursos que posee en el campo, condujo al establecimiento de fábricas sostenidas por empresas que se constituyeron con nominales accionistas, pero todas ellas de la exclusiva propiedad de Trujillo, según el sistema de constitución de estas sociedades que ya señalamos al hablar de la aceitera, la cervecera, etc. Una de estas industrias de carácter monopolista también —ya que no es posible ni hablar de competencia, que de asomar siquiera sería aplastada a hierro y fuego— es la de aceite de copra. Trujillo dueño de la materia prima con jornaleros que nada le cuestan, pues son los presos quienes realizan todas las labores en sus propiedades, ha podido montar una industria que deja enormes beneficios y además puede colocar su aceite elaborado en el exterior en mejores condiciones y precios que los de las industrias similares del extranjero, sometidas al pago de jornales, transportes, etc. Puede afirmarse que en esta industria Trujillo gana anualmente cerca de un millón de dólares. Esto ha llevado al dictador a aumentar el rigor de su sistema de apoderarse de tierras con cocotales, usurpaciones que en los últimos años llegó a extremos terribles o inhumanos, pues ya no es sólo en las comarcas donde él tenía sus antiguos latifundios, sino que este afán se ha extendido a la totalidad del territorio dominicano. Ahora no sólo exporta más cocos que antes, sino que aumentó también la producción de aceite de copra. Los beneficios son enormes.

19. • Monopolio de las carnes; Saviñón, Farber y García; la finca Catarey. En la hoy Ciudad Trujillo existía un antiguo matadero, donde acudían ganaderos e intermediarios. Dominando Trujillo la ganadería del país, desde que era Jefe militar, ya hacía tiempo que venía siendo el Rastro para el Chacal de La Casa de Caoba, un fuerte ingreso de dineros. Con todo, pensó que más lo sería la industrialización de las carnes, montando un matadero en la carretera de San Cristóbal, no lejos de la Estancia Ramfis. Organizó su explotación, poniendo como hombre de paja a su cuñado Saviñón Lluberes y como técnicos al judío austriaco Ferber y al veterinario español García.[7] Para lograr todos sus propósitos en gran escala el tirano hizo que el Estado le vendiera a bajo precio —¿y cómo no?— una gran finca de pastos, llamada Catarey finca que de nuevo Chapita endosó al

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gobierno, a un precio exorbitante, un año después y ya sin ganado y el pasto exhausto. La industria prosperó al extremo de que producía una ganancia anual de 800,000 dólares y más cuando se exportaba carne a Puerto Rico. 20. • Monopolio de la Lotería Nacional, que toca a quien quiere Trujillo y damos un ejemplo. Antes de la llegada de Trujillo al poder existía una lotería administrada por el Estado y cuyas ganancias se dedicaban a la beneficencia pública. El déspota se apoderó de este negocio y lo puso bajo la gerencia del preciado Saviñón, casado con una hermana suya. Hoy es la lotería un negocio personal del Sátrapa con beneficios exorbitantes y cuyos premios recaen en las personas que designa el dictador. En una ocasión, queriendo el tirano despedir con una gran dádiva, que no le costara nada, a su «valer de chambre» o ayuda de cámara, le indicó, por tercera persona que adquiriera un número determinado de la lotería. La casualidad (?) hizo que saliera premiado con el gordo.

21. • Sistema de controles. Durante la guerra, incrementó Trujillo el sistema de controles, que en realidad funcionaban ya como monopolios. Ejemplo típico: el del sebo. Con el pretexto de proteger a la industria nacional —es decir a su propio matadero y planta de refrigeración— se decretó un alto impuesto sobre las importaciones de sebo procedente de la Argentina, que consumían las fábricas dominicanas de jabón, con esta medida, el déspota trataba de congraciarse con la política económica norteamericana, obteniendo de paso mayores ganancias para su industria. Más no le bastaba esto y entonces estableció un control no declarado, mediante el que no se podía introducir ningún sebo sin el permiso especial de la presidencia. Encomendó la expedición de estos permisos, a la Julia Vega Batlle, sodomita, alcahuete, Coronel y hoy Rector de la Universidad primera del continente. Cuando algún jabonero, tras de haber pagado los impuestos oficiales, tenía ya el sebo desembarcado en el muelle, derritiéndose bajo el sol tórrido de Santo Domingo, tropezaba con el arduo inconveniente de que no podía llevarse los barriles, pues una guardia especial se lo prohibía. Necesitaba entonces acudir a la presidencia, donde con dinero contante y sonante —nada de cheques— se le expedía

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un permiso, por una suma que solía oscilar entre los 20,000 y los 40,000 dólares. Caso aún mucho más grave fue el del control sobre importaciones y exportaciones, establecido por Trujillo, durante los años de guerra, y administrado por el cabronzuelo Frank Parra. Este cucú, está protegido por la María Martínez, esposa del tirano, en razón de un sedicente parentesco. Lo verdadero en el caso es, que el padre de Frank Parra protegió a la familia de los Martínez Alba, en sus primeros años de vivir en Santo Domingo. El sistema que regía este control era como sigue: todo comerciante que deseaba importar productos del exterior, había de presentar a Parra una solicitud detallada sobre lo que deseaba traer de fuera. Luego, mediante el pago de un 10% a un 25% sobre el monto global de la partida, quedaba concedida la autorización. El pago se hacía, el 50% al entregar la solicitud y el otro 50% al llegar la mercancía. En los casos de exportación se seguía el mismo procedimiento, sólo que la autorización concedida implicaba el pago total del tanto por ciento establecido, que era el mismo que para las importaciones. Todas las semanas llevaba el Parra a la presidencia y entregaba al Secretario, un sobre conteniendo, en billetes, el importe de lo recaudado, con los justificantes correspondientes. Creo que después de cuanto se dice no puede caber duda que la República Dominicana es una propiedad exclusiva del dictador. Los mapas debieran determinarla, no como isla de Santo Domingo, sino como hacienda de Trujillo y la geografía aclarar que toda la extensión superficial es propiedad del Chacal y de su familia, lo mismo que las producciones, etc.

22. • Lo confiscable a la caída, el próximo año, del desgobierno trujillero. La fortuna del antiguo raterillo Chapita, se calcula en 250,000,000 de dólares. Desde el año 1938 sus ingresos anuales se cifran en 30,000,000 por lo muy bajo. Parte de ella radica en Santo Domingo, pero no la mayor colocada en empresas y bienes raíces, en Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Puerto Rico. A Francia y a Inglaterra mandó, a fines de 1946, a Vega Batlle, para que hiciera nuevas inversiones y realizara ciertas comprobaciones financieras. Preguntamos: cuándo en 1950 logre liberarse el pueblo

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dominicano, ¿no podrá recuperar el producto de tantos despojos? Conviene llevar al conocimiento de la opinión internacional y desde ahora, que al instaurar la democracia el pueblo dominicano tiene un indiscutible derecho a exigir que regresen a las arcas del Tesoro Nacional todos los caudales que le han sido robados. Entonces habrá llegado el momento de hacer un estado de cuentas por el que se demostrará que Trujillo no tenía en 1927 bienes de ninguna especie y que desde aquella fecha no ha cesado de extorsionar al pueblo. Habrá llegado entonces el momento de embargar al dictador ya todos sus familiares, las propiedades de todo género que tengan en el país, y de solicitar el embargo de todas las que se hallen en el extranjero, invocando los preceptos de derecho internacional privado, por tratarse de delitos comunes y no de cuestiones políticas. Y esto que se dice para las inmensas fortunas de los Trujillo y de los Martínez Alba, habrá de hacerse extensivo a la de los amigotes y esbirros del dictador, que se vieron de la noche a la mañana nadando en oro, por rapiñas realizadas en perjuicio del Erario Público. Tal es el caso de la Julia Vega Batlle, de Paíno Pichardo, de los Bonetti Burgos, de Saviñón Lluveres, de Frank Parra, de Celito Peña Morros, de McLaughlin, de Álvarez Pina, de Baduí Dumit, de Benítez Rexach, de Miguel Santelises, de Joaquín Cocco hijo, etc. Es lo menos que se puede exigir al cabo de veinte años de robos y asesinatos, ya que no se pueden recobrar las vidas de los eliminados, ni el honor y la moral perdidos. Esta deberá ser la primera medida que tome el pueblo libertado del tirano, para escarmiento y ejemplo de tan perniciosos ejemplares de la fauna humana. 23. • Referencias a las Gacetas donde se consignan los decretos extorsivos sobre monopolios, exclusivas, controles, etc. Control de sacos y cordelería: Gaceta N° 5840, de 11 de diciembre de 1942; control de maderas: Gaceta N° 5798, de 12 de septiembre de 1942; del café y cacao: Gaceta 5799, de 15 de septiembre de 1942; exportación y reexportación de botellas: Gaceta 5848, de 30 de diciembre de 1942; control de la parafina: Gaceta 5982, decreto 1427; control de la harina: Gaceta 5759, decreto 57; control de materias eléctricas; Gacetas N° 6061 y 6088, decretos 1844 y 1868; control de clavos; Gacetas N° 5848 y 5859 de 30 de diciembre de 1942 y de 20 de enero de 1943; control del papel: Gacetas

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5923 y 6106, decretos 1168 y 2025; control de impresiones y publicaciones: Gaceta 5898, decreto 1084; control de víveres, frutos, animales, etc.: Gaceta 5814, de 21 de octubre de 1942; control de la quinina: Gaceta N° 5816, de 28 de octubre de 1942; control de tejidos: Gaceta N° 5949, decreto 1294; comisión de importación de materiales: Gacetas N° 5755 y 5764, de 27 de mayo y 20 de junio de 1942 respectivamente; control de precios de productos farmacéuticos: Gaceta 5766, de 27 de junio de 1942; control del tabaco: Gaceta N° 5796, de 5 de septiembre de 1942; control del arroz: Gacetas N° 5750 y 5751, de 19 y 20 de mayo de 1942; control del ganado: Gaceta 5784, de 8 de agosto de 1942; control de precios de materiales de construcción: decreto 1379 inserto en la Gaceta de 9 de septiembre de 1943; la ley N° 479 —Gaceta 5603, de 14 de junio de 1941— prohibe la exportación de ciertos efectos, artículos y materiales; decreto 1514, que pone bajo el control del Gobierno —Gaceta 5708, de 14 de febrero de 1942— toda clase de operaciones comerciales que se realicen con autos, camiones, etc.; reglamento que controla y rige la venta de gasolina, circulación de autos, etc. —Gaceta 5722, de 14 de marzo de 1942; decreto 1564, prohibiendo la exportación o reexportación de vehículos de motor y accesorios o partes de los mismos—: Gaceta 5724, de 21 de marzo de 1942; reglamento para la protección de las llantas de goma de los vehículos de motor: Gaceta 5721, de 14 de marzo de 1942; ley 564 prohibiendo operar estaciones radio-eléctricas a buques extranjeros en aguas jurisdiccionales: Gaceta N° 5649; reglamento que establece control sobre las refrigeradoras existentes en el país que ni pueden ser vendidas ni exportadas sin previo permiso: Gaceta 5724, de 21 de marzo de 1942; decreto N° 1042 que controla las importaciones de neumáticos y gomas para vehículos de motor: Gaceta 5889, de 19 de marzo de 1943; decreto N° 1111, que establece la censura sobre la correspondencia postal: Gaceta 5903, de 20 de abril de 1943; decreto N° 113, que prohibe la exportación de moneda corriente norteamericana: Gacetas N° 5771 y 5772, de 11 de julio y 9 de noviembre de 1942; ley 51, que establece el control sobre expedición de giros bancarios: Gaceta 5780, de 29 de julio de 1942; ley N° 16, declarando el estado de emergencia nacional: Gaceta 5765, de 24 de junio de 1942, ley importante pues en virtud

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de ella crearon casi todos los controles; decretos 1198, que declara bajo administración militar las zonas portuarias de Ciudad Trujillo, Barahona, San Pedro de Macorís, La Romana y Puerto Plata: Gaceta 5931, de 12 de junio de 1943; ley que crea inspectores para controlar el tránsito de buques de nacionalidad extranjera: Gaceta 5720, de 11 de marzo de 1942; ley 623 que permite fijar la jornada de trabajo mientras dure la guerra: Gaceta 5848, de 30 de diciembre de 1942; decreto 995, que suspende, en tanto dure la guerra, el reembolso del impuesto sobre alcoholes y derivados: Gaceta 5875, de 23 de febrero de 1943; decreto que coloca bajo el control del gobierno toda clase de embarcaciones de mar o río, incluso las de pesca: Gaceta 5718, de 28 de marzo de 1942; decreto 568, sobre la declaración obligatoria a particulares de material de hierro, acero o análogos: Gaceta 5730, de 4 de abril de 1942; Comisión Nacional de Transportes y control de petróleo: Gaceta 5748, de 14 de mayo de 1942; decreto N° 1678, que prohibe la exportación, sin permiso, de carnes, aves, huevos, frutos, etc.: Gaceta 5748, de 14 de mayo de 1942; ley que crea el Comité Nacional de Alimentos: Gaceta 5750, de 17 de mayo de 1942; decreto 246 que prohibe la exportación, venta o traspaso de equipos radio-telegráficos, repuestos o partes de los mismos: Gaceta 5800, de 16 de septiembre de 1942, etc., etc. Fácil es adivinar que hay en todos estos decretos una intención definida: la de enriquecer al Sátrapa. Lo mismo sucede con la llamada liberación financiera. A Trujillo le interesaba que Norteamérica le devolviera las aduanas, para mangonearlas él, y fijar nuevos aranceles. Por eso se le ha llamado —¡Oh sanctas gentes!— Restaurador de la Independencia Financiera de la República. Igualmente sucedió con la creación del Banco de Reservas de la República —en realidad un banco del dictador— de acuerdo con el National City Bank y constituido en banco emisor de moneda fiduciaria dominicana. A realizar este negocio le ayudó un Troncoso Sánchez y el chileno Carlos Dávila, que le escribió un texto de Economía política —¡a Trujillo que no sabe casi leer!— y el Reajuste de la Deuda Exterior. El negocio del Chacal fue tremendo: a) con la retirada de bonos de la deuda exterior pagando a sus tenedores con el sobrante de la retirada de moneda circulante, al crear el peso dominicano papel; b) con la retirada de garantías de circulación del

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dólar papel, pagándolas con rebaja; y c) con las manipulaciones que mediaron antes de sacar a la calle las notas fiduciarias dominicanas. La operación valió a Trujillo 9,000,000 de dólares. ¡Y a vivir que son dos días!

(Los lectores pueden descargar gratis desde el portal del AGN el pdf de esta valiosa obra que le costó la vida a su autor.)

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El boom de la construcción, aunque ayuda al monopolio del cemento que tiene Trujillo, no es una causa sino el resultado de la prosperidad. Los 'buenos tiempos' se deben al sólido precio del café, el azúcar, el tabaco y la cocoa en los mercados extranjeros, los cuales exclusivamente representaban en 1956 el 86,8 porciento del valor total de las exportaciones nacionales. También han sido importantes, aunque en grado mucho menor, el arroz, el maíz, las bananas, las maderas tropicales y los vegetales. Ha sido el gran comercio internacional que, en forma independiente de cualquier acción tomada por el gobierno, ha generado la mayoría de la actual prosperidad.
 
Germán Ornés, 1958






Trujillo, Little Caesar of the Caribbean
Germán E. Ornés
Nueva York, 1958

(Lamentablemente, no tenemos la version en espanol de este libro.)

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Moreover, Ciudad Trujillo, showplace of the dictatorship, Is a clean, modem city as well as a fast-spreading one. Its streets and markets are spotless; its stores well stocked; its night life, if not actually gay, is not devoid of charm, especially for those who like gambling; its traffic is orderly and its courteous and well-mannered inhabitants look content and busy. The eulogies (daily reprinted by the local press) that junketing journalists heap upon the city are factual and well deserved. This much, of course, is true, but it is far from the whole truth. The full story is quite another thing. The stark truth, despite all the alleged new bright spots, is that for the average citizen the basic realities are still the same as in the pre-Trajillo days, when not worse in certain cases. A peasant economy based on four cheap-labor crops prevails as always. Two-thirds of the population still produce little, consume little and buy practically nothing. Although there is basically no unemployment and almost everyone works and works hard this happens because, in the last analysis, everyone works first of all for the regime. New industries and so-called new sources of work have proved to be no deterrents for the rampant inflation choking the working classes, who earn 80 per cent less than their North American counterparts and must pay living costs as high as those of the United States if not higher. It may be that a clean market place is better than a dirty one and that a wide street is preferable to a narrow one, but there is little consolation in seeing fine supermarkets and broad avenues as near to filthy slums and dire poverty as they are in Ciudad Trujillo. And, certainly, markets stocked with luscious fresh vegetables that few people cam afford to buy are unadulterated window dressing. Neither the elegance of the city's shops nor the beauty of its buildings can hide the fact that just a few blocks away live people who cannot buy even a pair of shoes. The multitude of the begging, the unclad and the underfed defy police regulations and all efforts to legislate wretchedness out of the well-groomed trujillista fief. Notwithstanding the high-sounding prohibitions of the Trujillo Labor Code, barefooted children sell newspapers and lottery tickets late at night in the city streets. And tourists are accosted in front of restaurants, theaters and other places of entertainment by children who repeatedly plead: "Gimme fi cen" The truth is that this situation is not the sad plight of a few remnants of an ignorant lower class incapable of assimilating progress. Except for the few rich who daily get richer while they enjoy the good graces of "the Big One," in the Dominican Republic today the poor get poorer and the gulf between grows larger. Caught in the trap of high prices and scant incomes the salaried urban middle class the clerks, some professionals and most heads of Government departments whose pay checks

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are sometimes mortgaged three months in advance lives a precarious life, always in the grip of money lenders and grocery creditors. Outside the cities conditions are much worse. A few minutes' ride
beyond the capital city limits will show there is not much real or fake progress. It the tourist is not lost in contemplation of the gorgeous Dominican landscape, he cannot miss on both sides of the road the miserable dirt floor huts in which Dominicans have lived since ancient times. Nor will he fail to notice the hundreds of undernourished children running naked with their bloated bellies. The unbelievably poor live side-by-side with the astoundingly rich. The literate live side-by-side with those who can neither write nor read. The assessment of $226 per capita income, even if correct, may not mean much in a country where wealth is concentrated in so very few hands. (A recent banking statistic shows that seven accounts representing the 0.9% of the total number of accounts make a 27.54% of the total amount of deposits.) Were it possible to subtract the huge wealth of the TrujiUo family and divide the rest of the national income among the remaining members of the Dominican population, there is no doubt that the per capita income would be reduced by perhaps as much as $150. Moreover, total national income expressed in money terms is misleading since, unlike more economically advanced countries such as the United States, a considerable part of the economic activities, especially in the agricultural sector, are carried on without the medium of money. A good part of the total national output of goods is never sold in the market for money. A better idea of the actual income of the average Dominican is afforded by the minimum wages officially set by the Government agency in charge of such matters. The level of salaries for unskilled labor still varies between $26 and $78 a month in those industries and occupations covered by social legislation. (The labor code provisions are not applicable to farms with less than ten workers nor are they enforced at the sugar mills owned by Trujillo.) Notwithstanding a labor code provision setting forth the principle of "equal payment for equal work," women are still paid lower wages than men. There are occupations in which the females are still paid from 90 cents to $1 for an eight-hour work day. And it is possible to hire either a maid or a cook for $15 to $20 a month. In an upper bracket a good bi-lingual stenographer may be employed for $150 a month. This of course is a far cry from the not so distant days when a dairyman declared before the Minimum Wage Commission that as late as December 1945 he paid to his peones 30 cents a day plus food. In the meantime the price level in the Dominican Republic is the same when not higher as in large American cities such as New York. The average Dominican, depending on a few staples for his daily diet, is bewildered when he goes to the market and is asked to pay 84 cents for a

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dozen eggs. In a country that still depends on kerosene to light more than half Its homes, people are forced to pay 3 1 cents a gallon. Low-grade gasoline is 43V2 cents a gallon in Ciudad Tmjillo (higher inland), a fact which, coupled with the fact that a Icense plate costs $180 a year, accounts for the low number of cars. It is miraculous the way in which middle-class housewives make ends meet when they have to pay from 14 to 17 cents for a pound of rice, the basic staple of Dominican diet, 15 cents for a pound of refined sugar, and 17 cents for a pound of beans. A pound of fish costs 45 cents and Grade B meat sells for 85 cents a pound. Better meat is unavailable outside of the tourist hotels and large restaurants, because the best quality beef is exported by the Trajillo monopoly. The price of a pound of lard is 44 cents and the consumer must pay 52 cents for a pound of the only available edible grease: peanut oil. A package of domestic cigarettes properly branded Benefactor costs 40 cents. Whenever bought outside the black market, American cigarettes cost 85 cents a package. To emphasize the plight of the average city dweller, it only remains to point out that a small modest unfurnished three-room apartment rents in Ciudad Trujillo from $90 to $120 a month. Expert opinion to the contrary, low salaries have not acted as a deterrent for inflation. Extravagant Government spending in unproductive public works such as the $40 million World Fair and the luxurious living of high Government officials and other members of the upper classes, have fed the inflationary trends as much as in places where the wages of organized labor contribute to the rise of salaries. Dominicans, unlike people in democratic countries, must suffer in silence the steady mounting of the cost of living. Trujillo's monopolistic practices, the lack of any new substantial foreign investments and the withdrawal of large amounts of foreign capital during the last four years, the swollen bureaucracy, the complex taxes (many of which cost more to collect than they bring in) and the immense budgets have begun to catch up with the economy. At the end of 1955 an economic slow-down was clearly apparent, so much in fact that the Government operations were momentarily affected at the beginning of 1956. With characteristic rathlessness Trujillo promptly resorted in February of that year to Ms favorite method for balancing the budget salaries were slashed, personnel reduced. No one knows how many people were discharged from Government departments but their number must have been considerable because the Government in order to insure the official agency in charge of loans against a big loss felt itself compelled to allow one-month severance pay to the fired employees to be turned over in payment of their debts to the Monte de Piedad. Dominicans had to swallow in silence the bitter medicine. Fortunately

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for the rest of the people, this stopgap measure seemed to be enough to save the day for the Government. Clouds were further dispelled by a new injection of foreign exchange pumped into the country by cash crops. At the end of 1956 the price of sugar bounced up to its highest level since the Korean War and coffee and cocoa held up on their own heights. As a result, the crisis was soon past and by the month of August, 1957, it was possible for the regime to announce officially that trade and production figures for the first six months of the year presaged the most prosperous twelve-month period in the history of the Dominican Republic. Riding the wave of its greatest economic boom, the Dominican Republic shows nonetheless a strange patchwork of economic and social contrasts. Engrossed in its eye-pleasing programs of urban public works the Government has neglected to employ its revenues in more productive projects of social improvement to combat poverty and backwardness. On the other hand, stifled by the enormous growth of the ever-expanding public economy, private enterprise is lagging far behind. Tax-ridden and strictly controlled, the private sector of the Dominican economy does not dare to make a move without previously receiving the go-ahead signal from the Government authorities. Depending on the regime for the allocation of their resources, the leaders of private industry have let many opportunities pass beyond recall. The dependency of private business on the Government is not totally unjustified. Many an enterprising businessman has been ruinously forced out of business for trespassing into a field exploited or coveted by the Benefactor. Moreover, credit facilities are almost monopolized by the three existing Government-owned banks (only two other banks and they are Canadian operate in the country), which with the exception of the Central Bank supposedly conduct business along the lines of traditional private credit institutions. However, the Banco de Reservas and the Banco de Credito Agricola e Industrial, with combined assets of over $200 million, have deviated from their avowed purpose of alleviating the problem of inadequate credit facilities in the country and have turned into instruments of Trujillo's control over the economic, social and political life of the people. Behind their businesslike fronts the Government banks cover up one of the most unscrupulous systems of political blackmail ever conceived. The Government banks are run by politically minded, rubber-stamp boards of directors, whose members are appointed by the President of the Republic. These boards are empowered with authority to steer the national credit policies, but in practice they limit themselves to carry out directives handed out by the Benefactor or a group of his closest aides. Credit applications are approved or rejected not only on the basis of their merits but in accordance with the applicant's political credit-rating with the

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secret police. Once the credit is granted it is always used as a weapon to keep debtors within bounds of political subservience. No wonder business prospects look gloomy, especially for those engaged in small retail trade. The curtailment of the free flow of trade has brought about a marked fall in retail sales which in turn has forced many merchants, large and small, to resort to desperate measures to get rid of thek accumulating inventories. Newspaper columns have been full of advertisements of baratillos (special sales), something to which Dominican businessmen traditionally resort whenever faced with the threat of a business recession. 1 The same columns have been reporting a larger number of business failures than usual, particularly in the interior. And, more significant still, is the fact that during September and October businessmen of all sections of the country were invited to mysterious special conferences at the National Palace with the Secretary of State Without Portfolio, Virgilio Alvarez Pina. The rosy picture is blurred as well by the fact that there is all too evident a tendency within unskilled groups of laborers to go back to low-productivity occupations. An exceedingly high number of people are now engaged in the sale of lottery tickets, street peddling and boot blacking, which in any Latin American country is the first sign of impending economic trouble. To dispel rumors spreading out of the country to the effect that Dominican workers were having a tough time, the Government announced, through its Secretary of Foreign Affairs on September 24, 1957, that currently "unemployment was at only one-tenth of one per cent of the population; the salary index at 348.9 and the general price index at 235.5, using 1945 as a base year." That the Government statistics give a false picture is proved by the growing official concern with the problem of unemployment. During the last year several official bureaus of employment have been opened throughout the country and all jobless people are under obligation of registering there with indication of their names, trades and addresses. It could be, however, that, as many of Trujillo's detractors say, these bureaux have nothing to do with unemployment and are in reality recruiting centers of forced labor for the Big One's sugar plantations. According to these accounts, whenever it is necessary the police round up city unemployed and after convicting them of vagrancy pack them off to work in the sugar mills. Recently, moreover, newspapers have printed official notices advising foreigners that prior to securing employment they must obtain a special card issued by the Government. The Governor of the National District, where the capital city is located, periodically prints advertisements and ^In a country where there is practically one season the whole year there Is hardly the need for a change of styles or for the easing off of last season's inventories at the end of the summer or winter.

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makes statements to the press "inviting" farmers who have lately migrated to the capital in great numbers seeking salaried employment to go back to their former places, lest the authorities punish them for violation of the official regulations forbidding countrymen to settle in cities without a Government permit. In addition to these disturbing factors, there are further proofs to show that Trujillo's ill-conceived economic programs have caused many social dislocations and have created added hardships, particularly for the white-collar workers. Usury is rampant and people pay the highest rates of interest known to any Western country. Money lenders have sprung up apparently from nowhere and even the Government has embarked on the business of lending money to its own employees. The Monte de Piedad, a government-owned glorified pawn shop, bails the government labor force out of economic difficulties at the interest rate of three per cent per month 36% a year. Collateral for the loan is the employee's next-month salary which is sent directly to the Monte by the National Treasurer. The Government interest rates, however, are not the highest in force. According to a letter to the editor printed in the January 3, 1956, issue of El Caribe, the prevailing rates of interest vary between ten and twenty per cent monthly. These, of course, are illegally collected, but by Act of Congress the finance houses are authorized to charge, for loans up to $500, a legal rate of four per cent monthly. For mortgages and other commerical transactions the Dominican Civil Code decrees an interest of 12% annually. Clients of the large banking firms still can get money at rates varying between four and a half and seven per cent annually. This seemingly contradictory maze of evidence is what makes risky any type of prediction about the future course of Dominican economy. It would be utterly ridiculous to deny that Trujillo has put forward some strenuous and imaginative efforts to raise the standards of productivity of the country. All things considered, and without leaning backwards to indulge in any wishful thinking on whether the country would have been better or worse off without Trujillo, it must be admitted that Trujillo's long tenure of power is marked by some constructive fiscal, monetary and economic reforms but also by a perilous concentration of wealth and means of production in the hands of a few greedy individuals.

The half-billion Dollar Fortune

Thus, in the hands of the Benefactor the immense powers of legislation, taxation, customs systems and tariffs, quantitative economic controls and restrictions and so forth, have been used almost exclusively for the furthering of the private interests of his own clan and the small coterie of military and civilian henchmen who surround him. In the fields they have invaded, Trujillo and his men have killed off, sometimes with the help of a very accommodating due process of law, competing and independent business. Unquestionably, to pile up Trujillo's wealth in a small country of 2,698,126 inhabitants, who make on the average (whenever they work for a monetary salary) a little over a dollar a day, requires special talents. Nevertheless, the main ingredients of the strange compound that made possible such a fantastic accumulation of wealth within such a short time are ruthlessness and sheer lack of scruples in dealing with innocent third parties. "The Big One" does not recognize nor respect commitments with anyone* Trujillo has compiled an unbelievable record of perjury and misleading commitments. Honesty has never been one of his preoccupations. Extortion has always been one of the resources par excellence of the Benefactor. When he wants a thing he first tries to get it by "legal" means and usually makes, before taking it over, a reasonably fair offer (particularly if the proprietor of the coveted business or real estate is a foreigner), but whenever refused he forgets about paying for it and takes whatever he wants. With the passing of time Trujillo's extortions have grown to involve such enormous amounts of money that the common citizen no longer recognizes the familiar swindle. It is said, among the many cynics dictatorship has bred in the island, that the Dominican Academy of History is contemplating a new interpretation of the role of larceny in organized society throughout the ages. As a result the Academy is expected to declare formally that larceny is robbery, but grand larceny is glory. Then the Benefactor will be officially declared the most glorious citizen of the nation.

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Trujillo's defenders, sometimes at a loss and always short of arguments on this tricky terrain, contend that in the process of enriching himself "the Big One" has also enriched others. They also argue that as a result of the Benefactor's enterprise, imagination and resourcefulness, the country as a whole has gained a full measure of prosperity. The former argument has some foundation, but the latter is totally misleading. It is true that the Dominican Republic shows many signs of outward prosperity, but as explained elsewhere its good times are due chiefly to the solid price of coffee, sugar and cocoa in foreign markets. Moreover, as anyone who has tried to interest Trujillo in any sort of project knows, he only pays attention to those schemes that promise a fast return with a minimum of capital and effort. It may well be that Trujillo has come to identify his own welfare with that of the country, but the truth is that very few projects which are not directly beneficial for the Benefactor, or that at least promise to bring about definite advantages for him, have ever been undertaken in the country. The reigning family or their proxies figure as stockholders of practically every profitable corporation in the country. As a result every product a person buys in the country's stores, domestic or imported, means, in one way or another, actual cash money in the pockets of the Benefactor. As a result, very few private new businesses have been started in the country during the last decade. Notwithstanding Government-avowed protection of foreign capital, the latter, especially American, has been withdrawing from the country at an exceedingly fast rate. The trend has not been upset even by the big business enterprises in the mining field started by the Benefactor in partnership with American and Canadian interests. Trujillo is becoming a little concerned over the fact that his monopolistic methods have become a matter of growing international concern. Accordingly he has instructed his close associate and Ambassador to the United States, Manuel de Moya Alonzo, to put up for sale as many of Trujillo's enterprises as he finds buyers for. Thus far all the signs are that Ambassador de Moya has found very few gullible capitalists willing to risk the uncertainties of doing business under the suffocating wing of the Generalissimo. Prior to Mr. de Moya's efforts, some steps were taken within the Dominican Republic itself to lessen emphasis upon Trujillo's role in the economic life of the country. Jesus Maria Troncoso, the regime's financial wizard, chairman of the Trujillo-owned sugar corporations and "Gray Eminence 7 * of the Administration, assured a visiting American reporter that "it is absolutely not true that the Generalissimo is as rich as some say he is." Troncoso also denied that Trujillo owns a single corporation although he admitted that the Benefactor "will contribute capital to any new industry." Then he added: "Trujillo has not one cent abroad. The sugar mills have been sold to the agricultural bank. He leads, after all, a very quiet and

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frugal life. He lives strictly as a soldier. He walks a lot. He doesn't enjoy the delicacies of life except perhaps the best horse. "Why should he need money? He has, after all, power, which is the important thing." The reporter then said: If Trujillo is not so rich, how come he can afford to keep an empty presidential suite in each of the two largest tourist hotels in the capital city; to hire foreign polo players to teach his sons the sport of princes; to maintain 25 cars, three yachts, 30 houses and 20-odd farms scattered around the republic? As always he covered his low, selfish, and contemptible purposes of enriching himself with high sounding words about national interest and popular welfare. For instance, the establishment of an insurance monopoly was accompanied by the passage of the first piece of Dominican labor legislation & workers' compensation law. High tariff and

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restrictive quotas were established in order to create trujillista monopolies shielded by inspired manifestations of patriotism and nationalism. Soon the people began to learn to look with suspicion on every project announced in the national interest, knowing that behind each one of them lay the selfish predatory claw of the dictator. Soon Trujillo was the biggest business man in the country, then almost the only one. As Time pointed out, "While dictators in many Latin countries have fumbled their way to economic disaster, Trujillo has turned into a brutally efficient businessman. Name of the business: the Dominican Republic." The assertion that Trujillo's business is the Dominican Republic is not a simple literary figure it is an inescapable reality. It means that Rafael Trujillo, but not society, reaps the new riches. It means that although privately owned monopolies are specifically forbidden by the Dominican constitution, practically every industry and trade in the country is under the control of a single person. It means that while hundreds of thousands of people live in substandard conditions, the Benefactor, through his multiple interests, takes down a steady $36 million or so a year, with perhaps another $15 million to be divided among the group of proxies who administer the vast empire. The situation is self-evident in the sugar industry the backbone of the Dominican economy in which Trujillo owns, through a holding corporation, twelve of the sixteen sugar mills now in operation. A newcomer in this field, the Generalissimo did not rise to a dominant position until the beginning of 1957, when he acquired the last six of his twelve properties. However, he started his encroachment right after the end of World War II, when he decided that with the riches he had accumulated during the conflict he was in a good position to wage a victorious campaign against the big Wall Street corporations that owned the majority of the plantations. To begin with, he built two sugar mills of his own. One of these new mills, the Central Rio Haina on the Caribbean coast eight miles west of Ciudad Trujillo, was planned as the largest sugar factory in the world. Yet, by the time it was completed, a larger one was already in operation in Venezuela. Located in one of the richest agricultural belts of the country, alongside the Rio Haina, the Trujillo-owned sugar plantations have since been increasingly growing in size and number. Thousands of farmers have been forced to sell their lands at prices below their real value. Those who showed reluctance to sell properties in which they had been settled for generations, were forcibly dispossessed and transported to other areas. Estimates are that at least 10,000 men, women and children were thus transferred and "exiled" to isolated and not fertile enough regions of the country. Trujillo invested large sums of his own money in the development of his sugar plantations, but in the process he was helped by the resources of the Dominican Government. His new corporations were awarded a general tax exemption for a period of twenty years, most of their cane was planted on

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lands watered by a Government irrigation project and roads and other land improvements were also built with government funds. Government-owned construction equipment was largely used without charge and Army trucks provided most of the transportation. Mainstays of the labor force were soldiers and convicts as well as cheap Haitian laborers who were kept as virtual prisoners behind barbed wire enclosures. The sugar industry is no short-term, hit and run proposition. In order to operate efficiently, it requires a large original investment coupled with a sizable amount of working capital. So, by the time the new Trujillo-owned sugar mills were ready to begin operation early in 1950, after completion of the long, tedious spade work required for their purposes, the Benefactor had already sunk in the venture $30 million. In the process he learned as well a few of the facts of life that at the outset had been hidden from him by the promoters who sold him the idea of branching out into the supposedly lucrative sugar industry. Of all major Dominican economic activities none is more vulnerable to the rise of spiraling prices or the blight of softening business in foreign markets than the sugar industry. This fact, in its turn, aggravates a permanent and peculiar state of general uncertainty which prevails within the industry periods of intense hope are followed by sudden fears of impending ruinous depression, in accordance with the latest fluctuations of an ever-inconsistent foreign market. "The Big One" is not a man who likes to invest his good money in enterprises whose success or failure depends on matters outside his own control. A man who has turned the government into a vast and succulent barbecue, Trujillo cannot understand that kind of business in which profits are not a sure bet. The venture began to worry him, lest he could not recoup the good money he had already sunk in it. Finally he came up with an ideal solution to extricate himself. He unburdened himself of the heavy load of the sugar mills by discharging it onto the government's shoulders. For an outright $50 million, which he immediately received in cash and government securities, Trujillo sold his sugar properties to the Banco Agrlcola late in 1953. "The Big One" chose to disguise his coup behind a mantle of fake generosity and profound preoccupation in the people's welfare. The pillage of the national treasury was trumpeted as the beginning of a far reaching land reform intended to split up all the sugar estates among individual farmers, and bring about bountiful opportunities to the men at the bottom of the economic pyramid. 1 To set an example and prove that the Generalissimo (who no longer 1 With the help of hindsight, indeed, it is now clear that the operation was devised as a double-edged weapon. It was the beginning of a relentless trujlllista sniping upon the foreign-owned sugar properties that eventually ended in acquisition of the coveted plantations. The squeeze play, however, was not immediately successful because the ILS. State Department put itself on record as being "deeply concerned.'*

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owned the properties) practices what he preaches, the first land division took place in Central Rio Haina and its sister property Central Catarey. The Generalissimo put fifty-nine of his former foremen (most of them Army "veterans") in possession of as many big tracts (up to 9,000 acres) of the lands recently acquired by the Banco Agricola, without even requiring from them a token down-payment. 2 Upon completion of his propaganda maneuver (which earned him flattering press comments), Trujillo permitted himself to relieve the bank from the cumbersome job of operating such a complicated business. He agreed to buy back on easy terms the same properties he had just sold for hard cash. This time, however, he did not show his face. Several dummy corporations were set up to take over without delay the sugar properties. Presiding over the whole empire is the so-called Corporation Dominicana de Centrales, a holding corporation whose chairman is Dr. Jesus Maria Troncoso. With large amounts of liquid capital at his disposal, Trujillo was in a position to make new inroads into the sugar industry. With calm efficiency and avoiding mistakes as well as unnecessary publicity, Trujillo's hands reached out unto the rest of the privately-owned sugar properties. In the short span of four years he concentrated in his hands the control of this industrial sector. First to capitulate to the Benefactor's "sweet approach," backed by the grim face of "legal" terror, were three small American (Porvenir, Amistad and Montellano) and one Canadian (Ozamd) corporations. Then, on January 5, 1957, it was announced that one of the Trujillo corporations, the Azucarera Rio Haina C. por A., had bought for the sum of $35,830,000 the five Dominican subsidiaries of the West Indies Sugar Company. Shortly afterwards, Trujillo added to his fold the Santa Fe sugar mill, leaving only four properties in private hands. Of these, three are owned by the Dominican Vicini family and only one is owned by the once preponderant American interests. Worth at present an estimated $125 million, the Trujillo group controls nearly two-thirds of the 993,172 short tons which the sugar industry was officially authorized to produce in 1957. The corporations belonging to this group (most of which are tax exempt) have the exclusive rights to sell in the Dominican domestic market, where a pound of refined sugar costs fifteen cents. In addition, they have been allotted the lion's share of the exports to the restricted American market. Sugar is perhaps the biggest investment Trujillo has made thus far in his country, but it is by no means the only large one. Three years ago he worked out a deal with Jacksonville shipyard tycoon George Gibbs, Jr., to set up a 2 The land reform was a very short-lived one. Lacking capital as well as the know-how and technical facilities to operate independently on a profitable basis, the colonos (homesteaders) could not even meet their first interest payment. Shortly afterwards they were all back in their former posts as foremen.

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$50 million port and shipyard center at the mouth of the Rio Haina, right next door to the sugar mill. For some unclear reason the partnership between Gibbs and Trujillo did not last long. By the middle of 1956 Gibbs was back home and his name had been dropped from the Corporation's name. To succeed him as head of the ambitious project, "the Chief" appointed as President of the corporation a young Navy officer, Commodore Tomas Emilio Cortinas. After Gibbs's departure a publicity campaign was launched to stress the fact that the new shipyard, hailed as one of the biggest in Latin America, was a single-handed effort of Dominican capital. "Puerto Haina is the biggest enterprise Trujillo has yet undertaken to increase the Dominican Republic's national income which is sometimes hard to distinguish from his own massive personal income," wrote Time in the days of the Trujillo-Gibbs partnership, announced as a joint venture in which the American would put up 45% of the capital, whereas 55% would be invested by Trujillo and selected pals. The erection of a bigger shipyard in neighboring Venezuela, along with the departure of Gibbs and the all-pervading Dominican official corruption destroyed the high hopes placed on this project. Last year Cortinas was quietly thrown into jail; sick and tired of the big enterprise, "the Chief" "sold" it to the Banco Agricola. Although some work is done and a giant floating drydock is in operation, the outlook is not bright for this costly project. But, if anyone is going to lose, it is not Trujillo. He has already got back his original investment. Every time that new avenues of profit are open in the economic field, Trujillo and his relatives are the first, and usually the only ones, to take advantage of the situation. Under Rafael Trujillo's leadership, the Trujillo empire grows bigger and more prosperous. Trujillo now employs more than 60,000 workers in his many private factories; he is turning out glassware, edible oils, alcoholic beverages, textiles, drugs, guns almost everything but heavy industrial machinery. One of the first monopolies Trujillo undertook to exploit was the salt industry. He discovered that the methods employed by the owners of the salt pits along the Dominican coasts were unsanitary. Moreover, the salt deposits were located in the maritime zone which is property of the State according to Dominican laws. Doubtless the national interest called for a prompt expropriation of all the trespassing, squalid salt-producing business in the country. Thereupon this was quickly done and the Salinera National, a company wholly owned by the Benefactor, was given the exclusive rights to produce and sen hygienic salt in the country. In its fifteen years of existence the salt monopoly reaped profits for Trujillo figured between $700,000 and $1,000,000 a year, whereas Dominicans who had traditionally paid, without contracting any disease, one cent for a pound of unsanitary salt, were forced to pay four times that much for the healthy product.

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Business and politics are closely linked in Trujillo's case. Always very sensitive to the fluctuation of the political weathervane, the Benefactor saw signs of impending trouble in the democratic winds then blowing along and across the Hemisphere. In addition, he was having opposition troubles of his own inside the country for the first time since the early thirties. He decided it would be wise to make some extra cash fast, so on January 1, 1946, it was unexpectedly announced that the Generalissimo had "sold" to the Banco Agricola the productive salt business for an undisclosed sum. "The Chiefs" choice proved to be a shrewd one. He cleared a large profit and the properties were there to be bought back at any time he should choose. To do this he waited another decade. After taking over the salt concession, the Bank invested several million dollars in new equipment to exploit the heretofore untouched Barahona's Salt Mountain, a ten-mile block of solid, almost pure salt with an estimated weight of 500 million tons, which makes it one of the largest salt deposits in the world. Late in 1955 the Bank turned over to a new corporation also owned by the Benefactor the salt mines and its costly installations. Details of the deal are not available, but the Benefactor is back selling Dominicans the salt they consume and also exporting some 600,000 tons a year. Announcements were made recently to the effect that in the years to come the Salt Mountain may become the basis of a major industrial development. Cigarettes are another Trujillo exclusive and so are the matches which light them. The Compama Anonima Tabacalera, the only cigarette factory in the country and the largest cigar manufacturer, had been in existence long before Trujillo's climb to power. Founded by a cunning Italian businessman, Anselmo Copello, the Tabacalera soon edged out competitors, establishing the basis of one of the most remunerative trusts. When the Benefactor began studying investment possibilities Tabacalera had to catch his eye. However, unlike the case of salt, the Benefactor could not find this time exalted reasons to justify a "legal" confiscatory action. Strong-arm methods against the owners were also out of question, since there were too many of them and, besides, quite a few were foreigners. Somehow, Trujillo found a shareholder willing to sell his stock and he established a bridgehead inside the corporation. Little by little he expanded his holdings until the moment came when he and Copello held the controlling interest. After Copello's death, which occurred late in 1944 while serving as trujillista Ambassador to the United States, Trujillo assumed complete control of the property, paying the Copello heirs a fraction of what their interest was worth. Yet, there were a few minor stockholders left and their profits were deemed excessive by the Benefactor. Thus, to curb such scandalous profiteering "the Big One" set up a new corporation, Comisiones en General, whose shareholders were the Benefactor and a few proxies. Comisiones contracted immediately for the distribution and selling of the Tabacalera

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production on an exclusive basis and at a very low price. There is no limitation to Comisiones' right to fix the retail price of cigarettes. For years a high tariff had kept American cigarettes out of the Dominican market, since very few people could afford to pay the price of 80 cents for a package. Throughout the years, however, a black market of American cigarettes was developed in complicity sometimes with high customs officers and other officials of the Trujillo regime. For years the Dominican authorities tried unsuccessfully to stave off the spreading of the black market to no avail. Late in 1955, the Benefactor reached the conclusion that if he could not destroy the black market he might better take it over himself. But, since he does not indulge in illegal activities he entrusted his advisers with the task of finding a way to wrest the trade from the "speculators" by proper means. Negotiations were first undertaken with American manufacturers and a series of individual deals were arrived at, whereby Comisiones en General was made the sole distributor of the best known brands of American cigarettes in the Dominican Republic. Then, to obviate the obstacle posed by the high prices of the imported cigarettes, a tax exemption was granted to all cigarettes legally imported by Comisiones. The death knell at last sounded for the long existing cigarette black market and another source of income for many Dominicans was cut off. Fabrica National de Fdsjoros manufactures all the matches sold in the Dominican Republic. This corporation is, however, one of the two monopolies Trujillo does not own outright. "The Chiefs" encroachments in this field were contained only because the controlling interest in this firm is held by the Swedish Cartel. Faced with the impossibility of breaking the Cartel's firm hold and unable to start a competing business, "the Big One" contented himself with squeezing Dominican stockholders out of part of their shares and making himself a minor but nevertheless highly influential partner. The other monopoly in which the Benefactor is but a modest stockholder (20 per cent) is the Cervecena Nacional Dominicana, the only brewery at present operating in the Republic. This is another of the pre-Trujillo solid business ventures, founded by American capitalists in partnership with some enterprising Dominicans. When his efforts to buy the Cerveceria failed, Trujillo bullied his way into the corporation by unf air competition (setting up of another brewery) and gangster-like methods of intimidation. In practical terms Trujillo's other holdings may be roughly divided into two main groups. First, the "traditional" businesses, that is to say, the first ones upon which Trujillo put his hands, and next, the most recent ones. The oldest in the first group is the Fabrica Domirdcana de Calzado (Fa-Doc), currently managed by Trujillo's brother-in-law, Luis Ruiz Mon- teagudo. This factory supplies all the footgear for the Armed Forces and other government institutions. The manufacture of shoes in a country where half its citizens go barefooted, is not the kind of business Trujillo Ekes,

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A more promising field is that covered by the lumber as well as cabinet and furniture factories. At present Trujillo owns the largest sawmills and all the existing drying facilities. Lumber exports are controlled and no one is allowed to get an export license without first paying a tribute to the companies owned by the Benefactor. Through the Industrial Caobera, which he owns in partnership with one of his former military commanders, Trujillo controls the furniture manufacturing business in the country. This corporation holds a virtual monopoly over the production of mahogany, and the other furniture factories must buy their stocks there. As one of the largest cattle growers of the country, Trujillo has been interested in the meat industry right from the beginning, In the early forties, with the help of a loan from the U.S. Export and Import Bank, he built a modern slaughter house and meat packing installation in Ciudad Trujillo. Though the slaughter house is Government-owned, it has been operated by Trujillo under a long-term lease. The Matadero Industrial and Planta de Refrigeration not only supplies all the meat and by-products that is consumed by Ciudad Trujillo, but it is also one of the largest manufacturers of soap and lard in the country. A wide group of the new Trujillo-owned corporations operate in the city of San Cristobal, the Benefactor's home town, which he seeks to transform into a big industrial center. Located in San Cristobal are the Armeria E.N., the $5 million arms manufacturing center founded with Trujillo's money and now operated by the Government. There we find also the Fabrica Nacional de Vidrios, the tax-exempt glassware monopoly, that manufactures all the bottles for the local market as well as other articles, and the Licorera Altagracia, the cognac factory jointly owned by Trujillo and a few members of his Cabinet. Modas Miss America, a garment industry with its main center in San Cristobal, is owned by American interests in partnership with brother Arismendy Trujillo. Operated by another member of the Family there is a hat factory in San Cristobal, although this could hardly be called a medium sized business. The Sociedad Industrial Dominicana is the sole producer of peanut oil in the country and perhaps one of its most lucrative ventures. Due to the fact that the production of animal fats is limited and the import of edible grease is almost stopped by a cumbersome system of quotas, licenses and high tariffs, the only cooking grease easily obtainable in the country is peanut oil. This fantastic business operation, which turns out a million gallons of oil annually, is under the control of "president" Hector B. Trujillo, who administers it in partnership with an old crony, Jos6 M. Bonetti Burgos. The Industrial Dominicana also produces more than 6,000 tons of animal feed yearly from the peanut residue. Since the Trujillo-owned cattle

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industry is growing steadily, indications are that the cattle-feed industry will expand considerably in the future. Since he began his business career, Trujillo has found in transportation an inspiration for many of his greatest schemes. His particular interest in maritime developments received an early boost with the founding of Naviera Dominicana a shipping company that, however, never went beyond its modest beginnings. The idea of becoming a shipping tycoon seemingly revived in Trujillo's mind during the early days of World War II. With money supplied by the Export and Import Bank the Dominican government built in 1942 a group of small sailing boats with the avowed purpose of relieving, by transportation of foodstuffs, the plight of Puerto Rico and other small islands of the Caribbean, suffering hardship from the German submarine blockade and scarcity of shipping facilities. Trujillo realized the possibilities of making a fat profit and bought the ships on terms from the government at a nominal price. Thus, he handled all the Dominican wartime export of foodstuffs to the Caribbean islands, making in the process a fabulous amount of money without risking a penny. Upon termination of hostilities he turned back to the Government, in payment of his debt, the now useless schooners. The Benefactor then proceeded to invest $3 million of his own in a new shipping corporation, the Flota Mercante Dominicana, started as an all out effort to capture business from the U.S. lines that traditionally have handled the largest share of Caribbean trade. This operation was bound to be unsuccessful. First, the ships bought by unscrupulous agents turned out to be of a type inadequate for the service for which they were intended. Second, the vessels were most of the time on repair and therefore unable to give regular service. The facts that the Flota operating costs were only a fraction of those of their competitors (its crews were Government-paid members of the Dominican Navy) and that Dominican exporters and importers had been told to give their trade, when operating, to the Flota, were not enough to offset the disadvantages. Caught in a vice whose jaws were inefficiency and corruption, Trujillo solved the problem in a ruthless way. He sent to jail all people involved in the mess and recouped his investment by the always effective expedient of dropping the hot potato into someone else's hands. He first mortgaged the corporation to the Banco de Reservas for $3 million, then gave it to the bank to pay the debt. At the same time Trujillo showed a marked interest in aviation. When an opportunity presented itself at the war's end, he set up the Compaftia Dominicana de Aviacidn as an affiliate of Pan American World Airways, For years CDA lived precariously, relying practically on its domestic services and on a few non-scheduled flights to Miami and San Juan, Puerto Rico. Yet, recently plans were announced to move the corporation's

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headquarters to a new and bigger place and it was said that studies are under way on the possibilities of new regular routes. President of CDA is one of Trujillo's close associates and his long-time registered agent with the U.S. Department of Justice, Colonel Charles Alston McLaughlin, a U.S. Marines noncommissioned officer during the occupation of the country. One of the leading foreign residents for years, before becoming a Dominican citizen, McLaughlin, in addition to his duties as President of the CDA, acts as a purchasing agent for the Dominican Government in the United States. According to the reports of the U.S. Attorney General, the amounts received by McLaughlin to act on behalf of the Dominican Government during the period 1950-54 were figured at $910,343. Both during 1955 and 1956 he was reported as receiving $7,200 each year. The Attorney General's report does not make clear, however, how much of this money went to McLaughlin himself. Dominican progress is well advertised by the country's varied public works programs. In port construction the Government, for instance, has spent $40 million since 1930, All the jobs in this field have been awarded to construction companies in which the Benefactor has a financial interest, chiefly the firm of Felix Benitez Rexach. In 1946 TrujUlo promised the low-income classes to build 25,000 new homes for them. Ten years later only 2,500 had been completed, but in order to speed up construction, the Generalissimo put, in 1955, the sum of $2 million into a house construction firm, the Compania de Construcciones Ozama C. por A., whose President is Ambassador Manuel de Moya Alonzo. To complete its numerous projects, which includes a new suburb of the capital city, the Ozama has been granted a very liberal credit of several million dollars by the Banco de Reservas. To expedite further disposal of the houses as well as to create popular interest in the housing develop- ment, Congress passed a law making legal the establishment of private lotteries with houses as prizes. Needless to say that the first and only concession under the new law was granted to Ozama. Last but not least in the long, tedious list of the Family holdings comes the large group of enterprises (with a combined capital exceeding $20 million), administered by the Generalissimo's brother-in-law Francisco Martinez Alba. This group is one of the most powerful industrial com- bines; its forte is the representation of American manufacturers. It is no exaggeration to say that American businessmen who go to the Dominican Republic soon find out that their firms are represented one way or another by Martinez Alba, In the United States, General Motors, Chrysler Corp. and Packard fiercely compete with each other; but not in the Dominican Republic.

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same happens with Goodyear, Firestone, and many other firms. Down there they are all members of one happy family. Chrysler is represented by Caribbean Motors Co. (which also represents General Electric and scores of large American corporations), whose President is Martinez Alba himself. General Motors has as its representatives Atlas Commercial Co., another Martinez corporation whose highest executive is Enrique Peynado, married to a sister of Mrs. Martinez. President of Dominican Motors Co., representatives of Packard, is another brother-in-law, Manuel Alfaro Ricart. Caribbean represents Goodyear and Atlas Firestone. Dominican Motors is the smallest of the Dominican big three. A list of the lines it handles will give a fair idea of the size and importance of the components of this group. They are: Allis-Chalmers Mfg. Company (tractors, graders, industrial equipment, cement factories, mills, tur- bines); General Motors Corporation Detroit Division (industrial and maritime Diesel engines, power plants, spare parts); Ingersoll-Rand Com- pany (pneumatic equipment and industrial compressors, water pumps, Diesel generators); the White Motors Company (trucks); Ford Motor Co., Ltd. (Dagenham), England (Zephyr and Consul cars, Fordson trucks) ; Studebaker-Packard Corporation (Packard cars) ; Euclid Division, General Motors Co. (scrapers, industrial trucks for mines); Bethlehem Steel Export Corp. (steel, zinc, tin, manufactured steel); Minneapolis- Moline International (tractors and farm equipment); Harnischfeger Corp. (electric welders); Thomson Machinery Co. Inc. (farm equip- ment); General Refractories Co. (bricks); South Bend Lathe Works (winches, spindles); Link-Belt Speeder Corporation (steam shovels); Kel- vinator Corporation (refrigerators, both domestic and industrial); Zenith Radio Corp. (radios, television sets); Amrocta, Inc., (television sets, drilling equipment) ; Engineering Equipment Co. (winches, mixers, cement mixers); Smith Kirkpatrick-Gorman Rupp (pumps, centrifugates); Uni- versal Road Machinery Co. (conveyors, elevators). These products are duplicated in each one of the remaining corpora- tions. There is no question that almost every buyer of American automo- biles, manufactured articles or industrial equipment is a contributor to the Family pool. Far from devoting his time to the care of the aforementioned interests, Martinez Alba presides over the operation of a number of other corpora- tions, including the $7 million cement monopoly, Fabrica Dominicana de Cemento, which supplies aU the products required to maintain the con- struction boom in the country. And to take further advantage of the boom, three construction outfits have been set up under the presidency of Martinez Alba: Mezcla Lista, Concretera Dominicana and Equipo de Construction. These corporations have had a hand in almost every public works job done in the country during the last five years. They can, if T

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 they wish, outbid competitors, because they are tax exempt and buy cement cheaper than any other firm, but no one bothers to follow that procedure. The commercial and industrial activities of the ubiquitous Martinez do not end there. He is also president, as a proxy of his sister Mrs. Rafael L. Trujillo, of the hardware near-monopoly Ferreteria Read C. por A. Also his worries are: Planta de Recauchado C. por A., the largest tire re- builders in the country; Fabrica de Baterias Dominicanas, the only battery works in the island; Caribbean Medical Supply, wholesale dealers in medical and surgical equipment and Industrias de Asbesto-Cemento, the only factory for the manufacture of asbestos materials. One of Martinez' monopolies that has gained some international name lately is the Laboratorio Quimico Dominicana (Dominican Chemical Laboratory), producers of all kinds of drugs and miracle cures from quinine to Pega Palo. The latter is a concoction extracted from a wild vine of the Dominican jungle, which is prominently advertised on posters placed in the lobbies of the best hotels of Ciudad Trujillo, as well as by the press and radio, as the miracle ("better than Spanish-fly") that gives old men young ideas. Exploiting the populace's century-old belief in the powers of the vine the Laboratorio prepared a mixture of the vine and rum and began to sell it in bottles whose labels have an almost porno- graphic appeal. To introduce this "strict monopoly of the Dominicans" to the American public a promotion campaign of vast proportions was con- ducted in the United States, with the help of magazines in the Confidential league. Hailed by Confidential as ". . . the Vine that makes you Virile!" Pega Palo was asserted to be the secret of Porfirio Rubirosa's "boudoir tri- umphs." A sample paragraph: "They (Dominicans) know that Rubi's suc- cess as the Babe Ruth of the bedrooms can be credited to a seemingly useless vine that grows wild in the forests and jungles of the Republic. They've been using the same stuff themselves." Then, as Time recounted, "a fast-moving Texas insurance man heard about the vine last fall (1956), flew to Ciudad Trujillo." He signed a contract with the Laboratorio at a ceremony attended by Martinez Alba himself and by the top health official of the country, Dr. Jos6 Soba, who happens to be, in addition to Minister of Health, president of the Pega Palo manufacturing corporation. Bridges was given the exclusive right to buy Pega Palo in a rum base for $77 a gallon, provided that he advertise it in the United States as an "advance" achieved in the "luminous era of Trujillo, renowned father of the New Fatherland." On June 6 the newspaper El Caribe printed a full-page advertisement showing photographs of one of the shipments by air of the product in five-gallon drums. Trouble was looming ahead. Bridges did not get a Food and Drug Administration clearance, but started

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selling the stuff only to doctors. Other importers who were able to get the bulk vine into the U.S. were doing a brisk business at $15 a stem. Then the FDA cracked down and seized $1,500,000 worth of shipments. Said Time: "Says the U.S. Government after extensive tests: the weed is worthless except to its promoters." Added the Miami Herald: "Privately, though, many Dominicans admit that stories of aged men becoming fathers are hearsay." Insurance was one of Trujillo's first business loves, but it is Martinez Alba who handles it for him. Since the early thirties they have owned Campania de Seguros San Rafael, which for years held a monopoly in the field of workers' accident insurance. When the Government set up its own system of social security San Rafael graciously acceded to selling to the government its profitable accident insurance line for a sizable amount of money. The company kept on doing business in the field of commercial insurance, in which it has a near monopoly. Only in the life insurance line does it face any real competition from long-established British and Canadian firms. No monopoly is small business, least of all a monopoly dealing with a necessity like milk. In the Dominican Republic the Industrial Lechera is the milk-distributing organization through which all milk in Ciudad Tru- jillo and Santiago must be sold. Since this monopoly was established about twelve years ago the price of milk has been steadily going up from six cents a bottle to the 17 cents it now costs. By law all dairy farms must sell their milk already pasteurized. Since the Lechera is the only one with the equipment required by the health authorities, theoretically not a drop of milk can be sold without having passed through its plants. How- ever, sometimes the Lechera allows dairymen to dispense with the use of its pasteurizing facilities in exchange for a tribute of two cents on each bottle of mttk directly sold to the consumer. Heads of this Trujillo-owned monopoly have been a succession of favorites and high officials, begin- ning with Anselmo Paulino. At present the chairman of the corporation is Ambassador Manuel de Moya and its general manager is de Moya's brother Miguel. Lieutenant General Rafael L. Trujillo, Jr., rejected the Vice Presidential nomination because it might interfere with his military career. But he does not see any conflict between business activities and his Air Force duties. He now owns the second largest radio broadcasting chain (the biggest is owned by uncle Arismendy) and the paint manufacturing mo- nopoly Pinturas Dominicanas. Following in his father's footsteps, Tru- jillo, Jr., does not show his face. The radio corporation is administered by a host of his cronies and the paint factory by his long-time associate and preceptor, J. Antonio Perrotta. For a time this corporation looked as if it might be one of the few trujilUsta business failures, but the U.S.

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Department of State obligingly agreed to allow the Dominican Government to raise the customs tariffs on imported paint, which it could not do without such an agreement in accordance with international agreements. In July 1956 the new tariffs went into effect and since then the sailing has been good for the Pidoca paints. Perhaps the Dominican paint market is not big enough to warrant a complaint by American paint manufacturers; never- theless, in helping the consolidation of an ailing monopoly, the State De- partment set a dangerous precedent. In addition to all this, the Benefactor has invaided recently the field of textiles. In partnership with a businessman from El Salvador, Elias Gadala Maria, "the Big One" has set up a group of corporations to manufacture cotton textiles as well as sisal bags and ropes. As a result big cotton plantations are being developed in several parts of the country. To force farmers to produce the raw material in the quantities needed by the new industrial empire, the Department of Agriculture has declared the culti- vation of cotton a matter of "national interest" and has set aside large portions of land where cotton must be grown to the exclusion of every- thing else. Peasants who disobey these directives are heavily fined and their properties confiscated and put in the hands of more pliant people. Reasons of space forbid a thorough analysis of other trujillista trusts such as the $3 million Chocolatera Industrial which operates one of the biggest chocolate plants in the Hemisphere; the Marmolera Nacional in charge of exploiting the marble quarries, and the several construction out- fits that on a permanent or provisional basis do business for Trujillo and his relatives. Land development in Ciudad Trujillo is a new field being opened with Government assistance* A $6 million project was set under way in November 1957 in the northwest sector of Ciudad Trujillo. Even though the known mineral resources of the country are nothing to keep a mining tycoon awake, mine concessions are of permanent inter- est to Trujillo. One of his companies, Minera Hatillo, controls the iron ore deposits as well as practically all the mining rights of the country, with the exception of bauxite. Recently the Benefactor went into partnership with a group of American and Canadian capitalists for the exploration and eventual exploitation of the oil, nickel, iron, uranium and other deposits under his jurisdiction. Gold has been produced in substantial quantities and the mine of Pueblo Viejo, one of Trujillo's concessions, still promises a good reward if rationally exploited. Present production, however, is only about $250,000 annually, but Government geologists believe it could be expanded considerably. Most gold in the country comes from the river beds where it is washed by poor farmers and women, who are forced to sell their entire output to Trujillo's agents at prices arbitrarily set by the latter. All this is merely a rough estimate of Trujillo's holdings, It does not

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comprise what the Benefactor has invested in foreign lands, of which there is no record available nor possibility of making an accurate assessment. Time said on August 7, 1950, that "Trujillo's foreign holdings, according to impartial sources total about $100 million half in Puerto Rico, half in the U.S."

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Nota: La cita de Germán Ornés con que al principio introdujimos los anteriores extractos de su libro en el sentido de que la causa principal del desarrollo en infraestructura durante esas tres décadas fue el aumento en la demanda y los precios de nuestros productos de exportación es un hecho consabido por los historiadores e investigadores. Para los trujillistas que todavía abrigan dudas sobre esto, a continuación citamos al abogado e historiador Euclides Gutierrez, hijo de un oficial militar trujillista, siendo el propio don Euclides senador trujillista durante la Era y miembro de la Juventud Trujillista, considerado todavía hoy, por muchos, como un gran admirador del régimen:

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en 1945, en términos económicos el gobierno del régimen dictatatorial de  Rafael Trujillo Molina estaba consolidado con mucha seguridad, consecuencia de los beneficios que se habían obtenido en la venta de los productos nacionales principalmente azúcar, cacao, tabaco, café y frutas tropicales como la piña, naranja, mango, lechosa, toronja y limones agrios a los que se deben sumar plátanos y yuca en el poderoso mercado de las Islas del Caribe, en ese momento la totalidad de ellas Colonias de Inglaterra, Francia, Holanda y Bélgica. Al finalizar el conflicto bélico que había estremecido al mundo, e iniciarse el segundo lustro de la década que había comenzado en 1940, el gobierno puso en ejecución un gigantesco plan de construcciones físicas que se ejecutó en todo el territorio nacional.

Más adelante continúa el Dr. Gutierrez:

El gobierno contrató los servicios de una poderosa y eficiente compañía estadounidense llamada Lock Joint Pipe Company, “La Yonpai”, como la lamaban popularmente, con quien suscribió varios contratos por más de cuarenta millones de dólares que era la moneda de papel que circulaba en el país. Es lógico pensar desde luego que el 10 por ciento de esos millones de dólares fue a parar a los bolsillos de Rafael Trujillo Molina.

Crónica del presente
4 de octubre, 2010
elnacional.com.do


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Me quedé mirándolo y me repetí mentalmente la pregunta de siempre: ¿qué hombre es éste? ¿Qué esperanzas podíamos tener nosotros de un hombre que, con tantos millones, tenía corazón para negar un par de zapatos a un muchacho humilde de su pueblo? ¿Es que él piensa que estas cosas no van a saberse nunca?

César A. Saillant
Secretario y Traductor de Ramfis Trujillo







Extractos

Revelaciones a Sánchez Cabral

Carta al Director de El Caribe

César A. Saillant
(secretario de Ramfis Trujillo)
Santo Domingo, 1962


(Recomendamos encarecidamente adquirir este valioso libro repleto de reveladores detalles no incluidos aquí, desconocidos por la mayoría de los interesados en la dictadura trujillista.)


Citamos a Saillant:


Luego vinieron los chismes con las monjitas.
Se decía que la labor que hacían era inútil, que debían ser despachadas de regreso a España, que no hacían nada, etc. Las monjitas administraban el hospital. La idea había sido del mismo general Trujillo, a quien alguien le dijo, cuando trabajábamos en los estatutos del hospital, que todos los administradores de hospitales acababan negociando con las medicinas y eran puestos muy solicitados y por los cuales siempre se generaban pleitos; siendo monjitas, pensó el general que no habría lugar a discusión y hasta en eso se equivocó en el hospital.
Posteriormente las monjitas fueron despachadas, pero ahora por motivos políticos, como en su oportunidad se verá.
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Todos los vehículos de la jefatura estaban al servicio personal de Sánchez Rubirosa; en su casa permanecían y dormían tres y cuatro vehículos de la jefatura, mientras nosotros, muertos de cansancio, vegetábamos frente a la casa de guardia en espera de un vehículo que nos trajera a nuestras casas.
Como él no gastaba un centavo en nada, todo le tenía que salir de balde, y aún así tenía que ser de lo mejor.
Si un día podíamos salir a las siete de la noche, no teníamos en qué irnos, porque el único vehículo tenía que esperar el pan del coronel en el hospital para llevárselo a su casa y no podía hacer ningún otro servicio.
Si alguna vez podíamos salir a la una, el vehículo no aparecía porque había ido a buscar la yerba de los caballos del coronel, y los demás estaban ocupados, uno haciéndole la compra con los sirvientes (militares, por supuesto) y el otro procurándole el barbero militar para que lo esperase en su casa, o cargándole el whiskey de la intendencia.
En realidad, si nosotros jamás vimos aquella maldad en el general Trujillo, fue por la presencia de un individuo infinitamente más malvado que él: Sánchez Rubirosa. Soportarlo diariamente fue para nosotros el peor de los castigos.
Casado pocos meses antes, su mujer le odiaba y se decía que se había separado de él al verle entrar a su casa cubierto de sangre, en una de sus habituales visitas a las salas de tortura de la calle Cuarenta y del kilómetro Nueve.
El, por su parte, se expresaba frente a nosotros con respecto a su mujer en una forma tan descaradamente sucia, que daba asco. Hablar de él da trabajo, porque uno no sabe cómo empezar.
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Pero el 15 de junio transcurría sin novedades y sin que se lograra hacer contacto con el enemigo.
Las incursiones aéreas no habían cesado en todo el día, arrasando con bombas incendiarias y ametrallando todo el área hasta donde se suponía que los expedicionarios podían haber llegado.
Las tropas de Infantería, sumamente cautelosas, avanzaban con lentitud, aprovechando cada paso para hacer una cantidad exorbitante e innecesaria de disparos.
Nuevas tropas fueron despachadas en avión desde San Isidro al atardecer de ese día y la noche transcurrió sin otra actividad que nuevas órdenes del general, que veía transcurrir su primer día de campaña sin resultados positivos.
Fue el martes 16 en la mañana cuando las primeras tropas de infantería, las que comandaba el teniente Grampolver Medina, lograron hacer contacto con el enemigo, pero con cautela tal que guardó la más prudente distancia.
El enemigo disparaba con precisión, y el soldado no estaba acostumbrado a este fuego vivo y real.
Todos los pilotos de la AMD estuvieron tan activos como el día anterior; unos en la labor de ametrallamiento y arrasamiento con bombas y cohetes, y otros en el acostumbrado patrullaje incesante, ahora más minucioso pues nunca se pasó por alto la posibilidad de un nuevo desembarco, marítimo o aéreo.
A medida que el martes 16 de junio avanzaba, la ansiedad se hacía patente en el general Trujillo.
Había prometido a su padre que para sus tropas de la AMD y su bien entrenada oficialidad la labor de terminar con aquella expedición era una tarea fácil; pero veía que habían transcurrido ya casi 48 horas y no habían logrado ni siquiera hacer un prisionero, ni reportar la primera baja de los insurgentes.
Comenzaron a llegar sí los informes de campesinos que aseguraban haber visto pasar a los expedicionarios y lo informaban de inmediato a las autoridades militares y nuevas órdenes fueron dadas: serían generosamente gratificados los campesinos que informaran con seguridad dónde se escondía cualquier sedicioso[38], y si el mismo campesino lo ultimaba podía quedarse con todo el dinero que tuviese encima. Para el efecto, se echó a correr entre ellos la noticia de que los sediciosos venían cargados de dinero.
También se gratificaría y se ascendería de inmediato a aquellos oficiales y alistados que lograran el primer contacto y las demostraciones de valor serían también gratificadas con dinero para los campesinos y dinero y ascensos para los militares.
En la noche, sin embargo, todavía nada se había logrado, pese al incesante martilleo de la aviación, que sin cesar arrasaba los montes aledaños del área de desembarco hasta mucho más allá de donde prácticamente podrán haber llegado.
*****
(Sobre los gastos militares en los enfrentamientos con los expedicionarios de 1959)
La relación del material bélico gastado por las Fuerzas Armadas en esos veintiséis días arrojó un balance increíble.
Al principio pensó el  general Trujillo que se había incurrido en errores y ordenó una revisión general de los datos, pero éstos en vez de disminuir, aumentaron aún más con nuevas pérdidas reportadas después de ofrecidos los primeros datos.
Parecía imposible, increíble al general Trujillo que en aquella corta campaña caracterizada por una superioridad numérica tan extraordinaria, pudiesen haberse consumido cantidades casi fabulosas de proyectiles, de armas y de material de guerra.
Aquello fue una revelación para el general Trujillo y para las pocas personas a quienes mostró el informe.
De no haber sido por lo dramático de las circunstancias y del momento, aquellas pérdidas tan extraordinarias hubieran movido a risa.
Aunque exageraba visiblemente, el general Trujillo hizo calcular aquellas pérdidas y las acercó a los veinte y pico de millones de dólares; pero las pérdidas, a su juicio, se acercaban a los cincuenta millones, para fines de publicidad y reclamar mayor entrada presupuestal.
Increíble, pero ahí estaba la relación de las pérdidas de material bélico de las Fuerzas Armadas, que cualquier ejército no iba a gastar en una campaña de varios meses.
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Después de lo ocurrido al negarse el sacerdote a decir una misa por el alma de los soldados muertos en el mismo sitio donde había dicho antes una por la memoria de los invasores, el general se dio a la tarea de reunir datos para una futura campaña contra la Iglesia.
La campaña debía ser lenta, pero consistente y sistemática, de forma que poco a poco se fuese desmoronado el prestigio y la fuerza moral de que gozaban los sacerdotes en nuestro medio, mediante el conocimiento público de cuantas acciones vergonzosas hubieran cometido o encubierto los sacerdotes en nuestro país.
Muchos de esos datos los convertía en cartas para el Foro Público, pero ignoraba, como todos lo ignorábamos, que todo lo que iba al Foro Público era aprobado directamente por el generalísimo; naturalmente, lo que era suyo no tenía objeción del padre.
Ocurrió, sin embargo, que una de esas cartas denunciando un hecho vergonzoso de un sacerdote, no apareció publicada como él lo había dispuesto y se había enfurecido y preparado para aplicar la sanción correspondiente si la culpa era nuestra.
Llamó al coronel Sánchez Rubirosa y a mí a su casa.
—Yo quiero saber por qué no apareció la carta que ordené ayer en el Foro Público. Eso hay que investigarlo inmediatamente.
Desde su propia casa llamé al director de El Caribe, que estaba durmiendo todavía y le pedí la explicación correspondiente. Era el periodista Osorio Lizarazo[26].
—Explíquele usted al general que yo no tengo la culpa de lo que ha ocurrido; que lo que sucede es que todo lo que va para el Foro Público yo acostumbro a llevarlo primero al generalísimo para que lo lea, y cuando no puedo verlo personalmente no me atrevo a publicar en esa sección más que cuestiones sin importancia. Ayer tarde fui al Palacio con el folder en que tenía todos los asuntos que iban para el Foro Público, entre ellos la carta que ustedes me mandaron, pero no pude ver al Jefe porque no fue a Palacio y yo no supe dónde localizarlo. No me atreví a publicar esa carta porque es de los asuntos que el generalísimo tiene que ver primero, por el tema que trata.
Impuesto el general Trujillo del asunto, me hizo llamar otra vez para disponer que se publicase al día siguiente, pero al día siguiente tampoco apareció.
El generalísimo la había leído pero le había dado instrucciones a Lizarazo de que no la publicase hasta que él hablara personalmente con su hijo.
La campaña contra la Iglesia estaba muy tensa entonces y la carta del general era muy fuerte.
El generalísimo era más político que el hijo.
Aquello enfureció de veras al general, quien llamó enseguida al coronel Sánchez Rubirosa a su casa de Boca Chica, junto conmigo. Allí trazó planes para su futuro inmediato.
—Una carta de renuncia —me dijo y yo apresté mi lápiz seguro de que se iban a tomar pasos trascendentales—. Yo renuncio como jefe del Estado Mayor General Conjunto de las Fuerzas de Aire, Mar y Tierra y también como oficial activo de las Fuerzas Armadas, y solicito al Poder Ejecutivo ser pasado a la Reserva Civil. Recomiendo que sea disuelto el Estado Mayor General Conjunto y que se cree un cargo de Asesor Técnico Militar del Poder Ejecutivo y que en ese cargo sea nombrado Rhadamés. El coronel Gilberto Sánchez Rubirosa renunciará también como oficial activo y solicitará su paso a la Reserva Civil, como lo hizo Antonio Manuel [León Estévez] para administrar la Chocolatera.

 Corrí a la jefatura a preparar esa correspondencia y poner a Peguerito y a Rodríguez al tanto de los acontecimientos.
Mientras tanto, el general daba órdenes a Sánchez Rubirosa para que se instalara en un escritorio en la habitación contigua a su oficina de Jainamosa, lo mismo que a mi.

Cuando volví con la correspondencia a Boca Chica, estaba ordenándole a Martí Otero renunciar también como asimilado de la AMD, pues aunque Martí se ocupaba exclusivamente en su servicio personal era pagado por la AMD, igual que todos nosotros que también le servíamos, aunque tanto en asuntos militares como personales, mientras que las funciones de Martí quedaban reducidas exclusivamente a lo personal.
En la tarde se produjeron otras órdenes.
Me ordenó renunciar como asimilado militar para dedicarme a su servicio personal; lo cual en definitiva no significaba sino un cambio de ambiente: en vez de trabajar en la jefatura, pasaría a Jainamosa.
No me asignó sueldo.
Al día siguiente, en la mañana, pidió por teléfono a Víctor Sued, presidente de la Chocolatera Industrial, una relación de los cargos principales de esa industria y los acontecimientos fueron desarrollándose ahora con más rapidez.
Instalados Sánchez Rubirosa y yo en la nueva oficina, ya preveía el general que aquella oficina iba a desarrollar una labor muy amplia, y decidió que los otros dos taquígrafos, Peguerito y Rodríguez Pozo, pasaran también a ella.
Para no tener que pagarnos sueldos, nos asignó a Peguero y a mí dos cargos vacantes en la Chocolatera Industrial, con el mismo sueldo, y a Rodríguez Pozo dispuso que le pagara la nómina de Jainamosa C. por A.
Así, con nosotros tres, no necesitaba más.
Allí tenía, rodeándole, el pasado y el presente, amordazados y continuamente fustigados por el capataz tártaro de Sánchez Rubirosa.
*****

Catuca de Schiffino, por unos días
El nombre de la señorita Catuca era frecuentemente mencionado por el coronel Sánchez Rubirosa, proxeneta del general Trujillo y conocedor de todos sus enredos amorosos.
Frecuentemente la llamaba desde su escritorio de Jainamosa, y nos sorprendió la mañana en que, después de conferenciar con el general Trujillo hijo, recibió de éste ciertas instrucciones.
Llamó al Centro de Enseñanza y ordenó que el teniente Schiffino Saint-Amand (Riccio), uno de los íntimos amigo de Rhadamés, se reportase en seguida a Jainamosa.
Una vez en la oficina, le dio instrucciones precisas.
—¿Tú tuviste amores una vez con Catuca? —le preguntó Sánchez Rubirosa.
—Sí, señor.
—Pues el general quiere que te cases mañana con ella.
Schiffino lo miró sorprendido.
—¿Yo? Yo no quiero casarme por ahora.
—Pero el general quiere que te cases porque él quiere que esa muchacha se case cuanto antes. Yo voy a ser el padrino del matrimonio y el general te va a regalar mil pesos.
El teniente se resistió.
—Yo quiero hablar con el general Trujillo. Permítame hablar con él, porque yo no deseo casarme.
—Es inútil, teniente —habló severamente Sánchez Rubirosa. Después cambió de voz y quiso ser cordial—. No seas pendejo; te casas con ella, gozas con ella esa noche y seguido te divorcias. Por eso solo, te va el general a regalar mil pesos. El general te va a pagar el divorcio y tú no vas a tener que hacer nada; nosotros nos encargamos de todo. Ojalá yo que a mí se me presentara a cada momento una oportunidad como esa.
A Schiffino se le notaba su ira por encima del uniforme.
Apretó los puños y los dientes y apenas podía hablar.
Cuando se serenó, volvió a insistir:
—¿No puedo hablar personalmente con el general Trujillo hijo?
—No —respondió riendo Pirulo— No hay apelación. Eso es lo que él quiere que se haga, y hay que hacerlo.
Viendo que toda resistencia era inútil, Schiffino saludó y se retiró sin hablar una palabra.
El coronel Sánchez Rubirosa llamó a Martí y le ordenó hacer un cheque por mil pesos a nombre del teniente, y cuando el general lo firmó se lo echó al bolsillo.
El matrimonio se hizo.
Se entregó al oficial sus mil pesos y según costumbre el general pidió para su archivo personal el cheque firmado, cobrado y cancelado por el banco.
Una semana más tarde se inició el divorcio; pero para esa fecha ya la señorita Catuca residía, junto con una amiga, amante a la zazón de Sánchez Rubirosa, en un chalet que poseía el general Trujillo en el poblado de Boca Chica, más tarde vendido para la rifa de casas.
*****
La casa de Germán Ornes pasa a Pirulo
Al acercarse los días de Nochebuena, Peguero, Rodríguez Pozo y yo nos frotábamos las manos de contento, seguros ahora de que el general premiaría nuestra labor eficiente e incesante, sobre todo porque estaba personalmente separado del personal militar y podía evadir más fácilmente los obsequios que había tenido que dar el pasado año.
Parecía mentira que un funcionario con tanto poder, con tantos millones y cuya prodigalidad convenía darle discreta publicidad, mantuviera continuamente bajo su servicio tres elementos como nosotros, que vivíamos las 24 horas del día pendientes de ese servicio, y que exponíamos hasta la vida si no cumplíamos a cabalidad con nuestro cometido, y que aparte de eso tuviéramos que soportar la espada de Damocles del capataz Sánchez Rubirosa, tres elementos, repito, que esperásemos ansiosamente los días de pago y cuando éste llegaba se nos veía buscar pesitos prestados para completar el presupuesto doméstico.
Las personas que nos conocían bien, eran las únicas que daban crédito a esta verdad, pues nadie más lo hubiera creído.
Ni siquiera sueldos decentes teníamos, con excepción de Sánchez Rubirosa, que aún siendo ya rico continuaba explotando a la humanidad y haciéndose servir de todo y de todos sin pagar un centavo a nadie. Obligaba a los alistados bajo su servicio a buscarle mujeres de vida alegre y llevárselas a su casa en Arroyo Hondo, y después de exigirles el concederles sus favores obligaba a los mismos infelices alistados que se las llevaban a pagarles de sus bolsillos. Los mismos alistados tenían que buscarle las bebidas gratuitas, las colonias gratuitas, los discos de música gratuitos, y nada podía uno llevar a la oficina que él no lo pidiese, y había que dárselo.
Su residencia de Arroyo Hondo, incautada por el Estado a Germán Emilio Ornes, la había obtenido valiéndose del general Trujillo[30]. Vivía en ella alquilada a El Caribe, pero no pagaba el alquiler, hasta que se le ocurrió comprarla y así se lo dijo al general, añadiendo que él no tenía un centavo. Los miles de dólares que trajo de Leavenworth estaban aún sin tocar, pues solo los usaba para el juego y como nunca pagaba ni siquiera esas deudas la cuenta no disminuía; al contrario, había aumentado con las frecuentes dádivas del general, y otras que exigía a oficiales y civiles por recomendaciones y ayudas cerca del general Trujillo. El general dio instrucciones para que la residencia fuese tasada por menos de su valor real y cuando se le dijo que a él se le solicitarían $7,000 por ella, escribió una nota a su padre:
“Mi amigo Gilberto Sánchez Rubirosa desea comprar la casa donde vive, valorada por Bienes Nacionales en $7,000. Yo le voy a prestar el dinero y te solicito impartir las órdenes correspondientes para que le sea otorgada por compra”.
*****


Ese día, 24 de diciembre, el general no fue a Jainamosa pero me mandó a llamar a Boca Chica.
En cuanto entré me preguntó, mostrándome El Caribe:
—¿Tú leíste el telegrama que yo le mandé a papá felicitándolo?
—Si, señor —le respondí.
—¿Y quién fue que escribió eso? —volvió a preguntar.
—El capitán Haché es quien siempre lo hace. Ayer él lo mandó a Jainamosa para que lo aprobaran y yo se lo devolví después de leerlo. Supongo que debe ser una copia del que se mandó el año pasado, porque uno siempre revisa en esos casos el último que se mandó y más o menos lo actualiza.
El general pensó un segundo, pero su rostro estaba serio.
Parece ser, y eso lo pude comprobar más tarde, que uno de sus amigos había comentado que un telegrama enviado por él debía sobresalir sobre los demás y él estaba de acuerdo con eso, y un mensaje ordinario para él, que anteriormente había aprobado tantas veces, ahora no le gustaba.
—A Haché que le pongan diez días de encierro.
La medida me parecía demasiado drástica y aunque jamás me metía en esas cosas, esta vez, quizás alentado por los aires de Pascuas que esa mañana eran más frescos que nunca, me atreví a insinuarle:
—Entonces voy a decirle al general Sánchez que se los ponga efectivos el 2 de enero ¿verdad? Porque hoy es día de nochebuena…
—No —respondió severamente—. Que se los pongan hoy.
Sánchez Rubirosa sonreía a mi lado, con aquella risa de maldad que le era característica.
No pudo resistir la maldad y desde allí mismo llamó por teléfono al general Tuntin Sánchez para darle la orden de que encerrara a Haché.
Todos los días aprendía algo nuevo acerca del general Trujillo.
No le importaba nada, ni nadie.
Si me hubiera creído culpable a mí, a mí me hubiera encerrado también esa Nochebuena, porque para él los hombres no eran seres humanos; ante él, nadie tenía derechos, nadie era gente.
En vez de regresar a Jainamosa me fui a la base, a la oficina de Haché.
Ya sabía la noticia, pero para mi sorpresa no mostraba pesar alguno.
Al contrario, al verme echó su carcajada gutural y contagiosa.
—Voy para la burra, Saillant; ¿te lo dijeron?
—Claro. Por eso vine a verte.
Haché dejó de reír un instante; luego repuso:
—Pero ese telegrama yo lo mandé ayer a Jainamosa y ustedes me lo devolvieron aprobado.
—Si, yo mismo se lo dije al general; pero parece que él tenía algo más contigo y lo aprovechó ahora. El sabe que tú lo mandaste allá y yo te lo devolví aprobado. Realmente yo no comprendo eso.
Le conté mi insistencia para que no le pusieran el castigo en Navidades y Haché volvió a reír.
—No te apures, Saillant. En Pascuas y después es lo mismo. Al contrario, me economizo los tragos y me los tomo después.
Su resignación acabó por despejar un poco el pesar con que yo me solidarizaba con aquel castigo, injusto, innecesario e incomprensible.
Esas Pascuas de Haché, encerrado, no eran muy distintas de las nuestras, que aunque no estábamos encerrados éramos igualmente mantenidos esclavizados en nuestras propias oficinas.
*****
No me explico qué afán tenían el general y Sánchez Rubirosa de mantenernos ocupados todo el tiempo.
Aunque de Sánchez Rubirosa el interés estaba claro: nosotros le resolvíamos todos sus problemas personales. Su correspondencia era absurdamente copiosa; casi siempre había uno de nosotros frente a él, tomándole todo aquel palabrerío de intranscendente a inmoral con que se dirigía a sus amigos y a aquellas mujeres que por el solo hecho de pertenecerle bien se puede juzgar la capacidad de su moralidad. O a los cónsules, o a los embajadores, o a los agregados, pidiendo continuamente que le enviaran todo lo que él acertaba a ver en las revistas y periódicos del extranjero, y que ellos estaban obligados a enviarle a vuelta de correo aéreo, todo con cargo al presupuesto de la Nación.
Todo lo que había en su casa era de lo mejor, traído desde todos los puntos de la tierra, y no le había costado un centavo; más nos costaba a nosotros, que teníamos que pedírselo, llamar por teléfono cuando no los recibía en los días señalados por él, mandarlo a buscar a las aduanas y llamar para decir que eran cosas del general para que fueran inmediatamente exonerados, y dejarlo instalado en su casa.
Algún día, porque soy cristiano, podré perdonar al general Trujillo hijo el mal que a sabiendas me ha hecho; jamás a Sánchez Rubirosa.
Aquella Pascua fue triste, y tristes fueron también todos los días finales del año.
A medida que transcurrían los días se advertía que habíamos cambiado y que habían ocurrido acontecimientos trascendentales que habían hecho de aquel año el más importante vivido hasta entonces.
Habíamos aprendido un poco a ver al general Trujillo desde otro punto de vista.
Ya no era aquel ídolo; ya podía uno atreverse a enjuiciarlo, así fuera para uno mismo.
Si, nuestro ídolo tenía un poder extraordinario, tenía una fortuna inmensa, pero ¿quién se beneficiaba de uno y de la otra?
Si nosotros, que éramos como sus manos, no recibíamos ni siquiera un elogio, ni siquiera una palabra de agradecimiento, si éramos esclavos sin derecho ni para vivir nuestra propia vida, y no disfrutábamos más que del trabajo, ¿qué podía pedirse para los demás?
*****
En Bruselas, año de 1960
-¡Yo no pago nada que no haya autorizado previamente!, decía iracundo el general frente al expediente que acababa de entregarle.
Pensé que no había visto bien la cantidad y me permití aclararle:
—Son cuatro pesos solamente [hoy US$32.00 dólares], general. Fue una tarde que le dio un dolor de muelas [a uno de los empleados de servicio] y Julien lo llevó a que el dentista lo curara.
—¡Lo que sea! Entonces que lo pague el chofer.
Se lo informé a Vorshirm y a Julien, y Julien Renard, sin comprender cómo un hombre tan rico actuaba en esa forma, pagó la cuenta.
Llegó la hora de pagar mi pensión, aumentada en algunos pesos con los 20 francos diarios del baño, aquel baño que tanto asombraba a los demás pensionistas. Yo estoy en desacuerdo con los que dicen que los españoles no se bañan: ningún europeo se baña. Sobre esto estuve comentando un día con el general Trujillo, tratando de insinuar ya que mi pensión iba a aumentar un poco, pero él no se dio por aludido:
—Imagínese, general, la sorpresa de esa gente cuando ve que yo me meto en el baño todos los días. Hay un señor flamenco que en estos días no se pudo contener y me preguntó a la hora de comer: “Señor Saillant, ustedes los americanos sudan mucho”. Yo le contesté que nuestro clima es regularmente cálido, pero que nosotros nos bañamos aunque no sudemos.
—Ah, sí —me había contestado el general— lo mismo le pasó a María Altagracia en su colegio de España. ¿Tú no te acuerdas la carta que yo le escribí a Comprés? El colegio la autorizaba a un baño semanal, no más, pero ella es una niña acostumbrada al baño diario y ríete de problemas que tuvo para conseguir que la dejaran bañar todos los días. Hasta yo tuve que meterme en eso.
—Pues a mí se me ocurrió preguntarle a este señor cada qué tiempo se bañaban los belgas y me contestó que nadie se bañaba más de una o dos ves al mes; y él ni siquiera todos los meses se bañaba, se había bañado a principios de verano y pensaba volverse a bañar para Pascuas.
—Pero no vayas tú muy lejos, Saillant —repuso sonriendo el general—. ¿Y tú crees que [Porfirio] Rubirosa se baña? El lo que hace es que se pasa un aceite una vez a la semana, como los egipcios. Pero ¿agua? La ve cada dos meses, si acaso.
Con todo y eso a la hora de pagar mi pensión no me atreví a pedirle que me aumentara los seis pesos adicionales del baño. Lo consulté con Vorshirm y él me prometió decírselo esa tarde, cuando saliera con él a ver al doctor Bloch. Cuando regresaron, me hizo una seña negativa desde lejos.
—Se lo dije, Saillant, pero él dijo que no pagaba más que lo que Víctor le dijo. Pero yo te lo presto, si tú quieres.
*****

Los estados demostrativos de ingresos y egresos de las haciendas del general se los enviaba ahora Martí Otero a mano al general, pues siempre aparecía una oportunidad con tantas personas vinculadas a éste que viajaban a Europa con el fin de hablar con él o con otros varios motivos.
Ahora el general los leía con más detenimiento y hacía observaciones que hasta yo, que conocía de sobre su avaricia, me quedaba perplejo.
Encontró, por ejemplo, que se gastaba demasiado ($2.50) en jabón para sus perros, y ordenó que se usasen más baratos porque eso era mucho dinero.
Encontró que en su residencia de Boca Chica se estaba gastando $1.50 diario en comida, cosa sorprendente para él pues solo había dejado la cocinera, Olivia, que con 50 centavos podía comer.
Los gastos todos, en Jainamosa y en Boca Chica, eran exagerados; los mismos perros comían demasiado, había que buscar la manera de que consumiesen menos.
Aquel afán de recortar centavos era típico en el general, pero ahora se estaba esmerando, ¿por qué?
Probablemente el contacto con Lita lo había llevado a esos extremos.
Vorshirm apenas podía creer en lo que estaba viendo y veía cada vez más lejos sus esperanzas de abultado obsequio cuando partiera el general.
Veía en mí un ejemplo patente.
La negativa del general a aumentarme los cuatro pesos del baño era demasiado significativa y dos nuevos acontecimientos, también relacionados conmigo, lo habían dejado perplejo.
Uno de ellos sucedió días antes de la renuncia de Julien, uno de cuyos deberes, antes de que se levantara el general, era recoger toda la correspondencia del día anterior, preparada por mí, y llevarla al correo; para eso se le había dado una suma, $20, de la cual él gastaba diariamente lo necesario en la correspondencia y luego le entregaba a Lita los recibos para que ella los sumase, pues en aquellos países uno puede pedir un recibo de los sellos que compra, y lo obtiene.
Pues bien, como yo nunca tenía un centavo, le entregaba mis pocas cartas personales y él las incluía en las de la oficina, pero alguien se lo dijo a Lita, y ésta se lo dijo al general.
El general, que se enteró por el mismo Julien de que mis cartas eran muy pocas, quizás dos a la semana, pudo no ponerle atención al asunto; pero hizo todo lo contrario: estando yo presente, llamó a Julien y en presencia mía le ordenó que en lo sucesivo el que mandara una carta al correo tenía que entregarle también los francos de los sellos, otro golpe que recibí con resignación, sin comprender la razón de tanta mezquindad, pero considerando que él estaba  en todo su derecho.
Más infeliz, sin embargo, me sentí un día de octubre, frío ya porque los inviernos en Europa son más crudos que los que yo conocía en los Estados Unidos.
El trabajo ya era agotador, hasta un libro me había hecho copiarle a máquina para quedarse con la copia y enviar el original a Santo Domingo.
Su correspondencia había aumentado voluminosamente, lo mismo que las traducciones de los extensos informes que casi diariamente venían del S.V.P., sin contar con que parte de la correspondencia personal la recibía en francés y había que traducirla inmediatamente.
Vivía sacando de las revistas y de los periódicos artículos que pudieran interesarle, que también había que traducirle, lo mismo que las cotizaciones y proyectos que continuamente solicitaba.
Consecuencia de esto fue que llegó un momento en que yo podía sacar tiempo para ir a comer a mi pensión, cosa que al general no le importaba ni le interesaba saber; Ercilia, como dominicana al fin, se dio cuenta de que yo me quedaba sin comer y de vez en cuando me traía a escondidas un sandwich o un vaso de leche.
Lita lo supo y se lo informó al general (ahora, con el tiempo, es cuando me doy cuenta de que quien todo se lo informaba era Ratón); el general llamó a Ercilia y le preguntó cuántas veces había comido en su casa.
Ercilia le respondió que dos veces me había traído a la oficina sandwichs y un vaso de leche, y el general, alumbrado quien sabe por qué mal espíritu, me hizo a mí mismo escribirle una nota a Martí para que se me rebajase de mi sueldo el equivalente a dos días de comida.
Aquello parecía irreal y tan discriminatorio que a mí mismo debiera avergonzarme referirlo.
El concepto que llegué a tener ahora del general era muy pobre, pero no había más remedio que obedecerle y meterme yo en la cabeza que era el único culpable de lo que me sucedía.
Me juré en lo sucesivo, y mientras estuviera al servicio del general, no aceptar de su casa ni un vaso de agua. Este juramento vine a romperlo en mayo de 1962.
Un sábado en la noche, mientras se cambiaba para salir con Vorshirm y Víctor Sued, me entrega un lote de papeles.
Eran ya cerca de las nueve.
—Antes de irte, yo quiero que me saques copia de esto, que Cartagena viene a buscarlo mañana.
Cogí el lote de papeles en mis manos y pensé en Dios. Era una lista de más de cuarenta páginas, en inglés, de piezas de aviones, con sus numeraciones y número de catálogo; un trabajo para dos días. El siempre pensó que las hojas se meten en las máquinas y salen ya escritas, y que los dedos o la mente se cansan de teclear.
—Está bien, señor.
Comencé a trabajar seguido y una hora después, cuando salían, se devolvió de la puerta para decirme:
—Esta noche se puede quedar a cenar aquí. Y siempre que esté trabajando puede cenar en la casa, pero yo tengo que saberlo primero para dar la orden.
Si me hubiera comido aquella cena la hubiera vomitado.
Ni esa, ni ninguna otra.
El domingo en la tarde estuvo preparada la lista, con la cual partiría al día siguiente Cartagena a Tel-Aviv en busca de cotizaciones, ya que con los americanos no se podía contar.
Uno de los problemas más engorrosos con que tropezábamos, y más Vorshirm que yo, era el de los viajes del general.
En la mañana nos llamaba y le ordenaba a Vorshirm, que era quien se ocupaba de esas cosas:
—Yo quiero pasaje para tres personas, de primera clase, en tren expreso, para mañana, para París. Que los confirmen.
Llamaba Vorshirm inmediatamente a la agencia Lisonne-Lindeman, que era la que nos servía los pasajes y el propio gerente venía a traerlos.
Era una cortesía hacia el general, que está demás decir pagaba miles de dólares al mes en pasajes, tanto de él como de las personas que enviaba a la República a llevar correspondencia o a otras países de Europa en gestiones suyas.
En la tarde volvía a llamar a Vorshirm:
Que cambien estos pasajes y los pongan, en vez de la tarde, para las 9 de la noche.
Nueva llamada y nueva visita del gerente con los nuevos tickets.
Pero al día siguiente ya el general había cambiado de idea:
Pueden devolver los pasajes y cambiarlos para el sábado próximo.
Y esos pasajes eran nuevamente cambiados, y luego otra vez.
Aquello desesperaba a Vorshirm y no era para menos.
Otras veces sacaba pasajes para ir a Suiza, o a Londres, y después de varias veces cambiadas las fechas y las confirmaciones, resolvía no ir y había que anularlos a última hora.
O, si no, hacía otros proyectos:
Que me traigan los itinerarios de los barcos que salen de Le Havre, o de Amberes, con destino a los países escandinavos.
Y pasaba horas trazando supuestos itinerarios de un viaje suyo para ir a contemplar el sol de medianoche desde Helsinki, o para pasar unos  días en Tenerife.
Se le sacaban los pasajes que, como siempre, ya Vorshirm sabía de antemano que había que cancelar.
Y jamás pidió excusas.
Realmente, yo tenía ya mucho tiempo al servicio del general en el país, pero ahora, estando más en contacto con él era cuando realmente lo estaba conociendo. En el país éramos muchos a servirle, cada quien para cada cosa, pero ahora yo, con ayuda solo de Vorshirm, tenía que hacerlo todo. Estaba aprendiendo a conocerle a fondo, pero no sacaba de alli ninguna conclusión.
Otra vez le cogió con alquilar un yate para un viaje por las costas del Africa.
Mandar a buscar el “Angelita” a Santo Domingo, como hubiera sido su deseo, era demasiado costoso, habiendo en Europa yates que aunque no eran tan buenos ni tan lujosos, servían perfectamente para sus propósitos.
Muchas fueron las cartas que hubo que escribir a Francia, y muchas las respuestas que hubo que contestar, y muchas las fotos que se pidieron, y muchas las preguntas que se hicieron, hasta lograr el yate que le convenía y le gustaba.
Poco faltó para que se mandara a buscar a los dueños del yate para una entrevista personal.
Se hicieron arreglos para contratarlo, y contratar la tripulación apropiada, y se hiciera una cotización completa con todos los gastos, por dos meses, y cuando todo estuvo listo, ordenó que se archivara el expediente de los yates.
Aquel exceso de trabajo no podía continuar por más tiempo y en el mismo mes de octubre, viendo que era imposible dar abasto a tantas locuras como se le ocurrían, a tanto trabajo que a la postre resultaba inútil, no me costó sino hablarle.

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Aquella restricción en la salida de las divisas, que él imponía a través de la Comisión de Control sobre Importaciones y Exportaciones, disimulaba la enorme sangría que significaba la extracción de su propia fortuna; quiere que aquellos señores a quienes sólo faltaba la luenga barba se prestaran maravillosamente y cabe decir sin advertirlo a facilitar el abultamiento de su Sifmar Registered Trust.
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Interesaba grandemente al general el estudio de las exoneraciones, sobre todo las que se concedían a industrias establecidas en el país; de paso exponía su criterio totalmente adverso en cuanto a [Elías] Gadala María y a la Alcoa Exploration Co., recabando la adhesión de los demás miembros de la comisión, para quienes no era ningún secreto que el éxito de los contratos de Gadala María y de la Alcoa residía en los beneficios que de ambos percibía el propio generalísimo.

Obviamente, el desacuerdo entre el general y su padre era a veces visible, pues él no era partidario de beneficiarse abiertamente de las cosas, sino con el mayor disimulo posible; de ahí precisamente que el vulgo considere que sus amigos poseían mucho mayor fortuna que la que en realidad tenían, ya que muchas de las inversiones del general estaban a nombre de ellos y las comisiones que ellos percibían, en sus funciones oficiales o particulares, pertenecían realmente al general quien solo les dejaba una porción muy ínfima.

*****

Durante el viaje, ya el general dispuso alargar su estadía en Nueva York y cancelar los tickets de su vuelo directo a París.

Se quedaría una o dos semanas en EU con el propósito de mover algunas influencias políticas que atenuaran el rigor del aislamiento en que se mantenía al gobierno nuestro; entreveía la posibilidad de una visita a las Naciones Unidas y no era muy remota la posibilidad de conferenciar con elevadas personalidades influyentes del gobierno del presidente Kennedy.

En Nueva York tomó su lujosa suite del hotel Stanhope, que se mantenía a su nombre y él pagaba aunque no la usase.

Con él se hospedaron Lita, Víctor y Gilberto; yo me fui a mi casa.

*****

Uno o dos días después de llegar el general a París y de instalarse en el hotel Jorge V [considerado entonces el hotel mas lujoso del mundo], mientras se solucionaba el problema de la calefacción de su palacete, se recibió en Bruselas una carta para él.

*****

Me fui a la pensión que el eterno Víctor había buscado para mí, peor, mucho peor que la de Bruselas, porque la intención era no gastar un centavo más.
Pero, yo no estaba allí más que para trabajar, no para vivir en hoteles de lujo.

*****

[Saillant llega al palacete de Ramfis en Paris desde su pension.
 
Estudié aquella casa.
Era enormemente grande.

El nivel del jardín delantero y del patio era desigual, más alto en el jardín que en el patio; debido a ello, el hall de recibo y las habitaciones de la primera planta se veían casi a nivel del terreno, por el frente, pero en la parte posterior estaba muy por encima del patio y había que descender unos escalones para bajar a él.

*****
 
Las habitaciones, pues, del sótano que daban al patio recibían amplia ventilación directa; esas habitaciones eran un hall de entrada, una amplia cocina, departamento para calefacción, sitio para lavado, closets y despensas y dos amplios cuartos que podían utilizarse para desahogo.

En uno de éstos, que no tenía piso de mosaicos ni cemento sino nivelado con menudas piedrecillas blancas, deposité todos los enseres de oficina mientras el general alquilaba el departamento que pensaba alquilar.

En el primer piso, o sea encima del sótano, al cual se subía por una escalera de caracol, había, además del espacioso hall de entrada un amplísimo salón de recibo, amplísimo comedor y oficina y pantry, separados del salón por un amplio pasillo.

En el segundo piso se encontraban las habitaciones: a la derecha, una muy amplia, el dormitorio del general, y dos más frente al suyo, que entonces ocupaban Ramfis Rafael, María Altagracia y Aida, sus hijos, además de un saloncito de estar.

En el último piso había otras habitaciones, sin uso por el momento.
Todas estaban amuebladas con muebles de estilo antiguo, alquilados a los antiguos dueños de la residencia, la familia Buneau-Varilla[8].

Mi pensión, en la Madeleine Michelis, no podía ser más pobre, pero tenía un pequeño baño en la misma habitación y no tenía que pagar nada adicional para bañarme.

El frío era intensísimo entonces en París.

Al salir a la calle no podía uno detenerse en ningún sitio, sino caminar cuando más aprisa mejor para llegar lo antes posible, porque se congelan las manos, las orejas, las narices y los pies.

Poco a poco fue siéndome familiar el barrio, pero me molestaba la enorme diferencia, el enorme contraste que había entre Víctor Sued y Sánchez Rubirosa y yo.

Aquellos tenían cada uno suites completas en un lujoso hotel, el Raphael, y el general pagaba hasta $1,500 semanales (no he escrito mal, semanales) por el hospedaje de cada uno de ellos. Por mí, pagaba $35. [US$1,500 hoy equivalen a US$12,000 dolares]

*****
Las bebidas, que en lo adelante se van a consumir con gran profusión, recibo órdenes del general de solicitarlas a través de la Embajada, que es mucho más barato, de acuerdo con las listas que con enorme conocimiento de causa habrá de pasarme de vez en cuando Gilberto Sánchez Rubirosa.
*****
El mismo Sánchez Rubirosa vio con sorpresa y no se atrevió a mencionarlo, que un pariente suyo, de apellido [Carlos] Mondessert, se había inscrito en la oposición; pero lo que él hacía diariamente con los demás esta vez lo hicieron con el y alguien se lo informó al general Trujillo.

¿Y cómo es eso? —le pregunta el general—. ¿Cómo tú permites que un primo tuyo se pase a la oposición?

No se apure, general —le responde Sánchez Rubirosa— que esta noche yo voy a su casa y, o se sale de eso, o esta noche se muere. Usted puede estar seguro de eso, general. Usted sabe que yo no juego…

Bueno —dice finalmente el general— tú sabes lo que haces.

Minutos más tarde entra el coronel León y le informa al general que trae cinco oficiales del centro, recién ascendidos, para que él mismo les imponga las insignias.

Entre esos oficiales había uno, primer teniente Rafael Cabral Ortega, que estaba siendo ascendido a capitán; un muchacho serio, decente, preparado, egresado de la academia militar en la promoción de 1959.

El coronel León poseía una crueldad refinada.

Se había enterado de que un hermano de este joven oficial [el Dr. Héctor Cabral Ortega] era de los miembros más entusiasta de la oposición y quería dar ahora una lección de inflexibilidad.

Manda a pasar el general los oficiales, les impone las insignias, los felicita y salen.

En mi propia oficina simula el coronel León enterarse de que el hermano de Cabral Ortega pertenece a la oposición, y entra seguido donde el general a informárselo.

Naturalmente, la orden es terminante.

O el ahora capitán Cabral Ortega obliga a su hermano a renunciar de la UCN, o que presente él renuncia como oficial.

No hay alternativa.

León le da la noticia en presencia mía y le da un plazo.

Cumplido el plazo, vuelve lleno de pesar Cabral Ortega a mi oficina.

Yo siento enormemente lo que le sucede.

¿Qué hubo? —le pregunto.

Nada —me contesta tristemente—. Mi hermano está negado y yo sé que es inútil insistir.

En presencia del general le informa que no ha podido convencer a su hermano a salir de las filas de la oposición y el general le responde que no hay nada que hacer.

Ya él sabe cuál es el paso a dar: la renuncia.

Como Cabral Ortega, otros oficiales tienen que abandonar las FA porque familiares suyos pertenecen a la oposición; pero la mayor parte tiene éxito en lograr que los suyos abandonen su oposición al gobierno.

Uno de los que no tiene éxito es precisamente Sánchez Rubirosa; pero a él no se le castiga.

Su primo Carlos Mondessert se niega rotundamente a abandonar las filas de la UCN, pero él sabe cómo informárselo al general.

Prefirió no seguir discutiendo con su primo porque estuvo a punto de matarlo, y, además, su primo está medio mal de la razón.

Otras personas relacionadas con las oficinas del general o con sus haciendas también están incluidas en las listas de UCN, que son leídas cuidadosamente[1].

Hay una nueva orden: las intendencias de la FA no deben gastar un solo centavo en aquellas casas comerciales cuyos dueños o empleados pertenezcan a la oposición.

La orden, por supuesto, se extiende a su oficina particular, y elementos como Pablo Sangiovanni[2] y otros que no recuerdo se ven afectados, pues han firmado con la UCN y pierden la clientela de la oficina particular, que les compra sus productos.

Como lo importante es que renuncien, para que las manifestaciones públicas de la UCN queden desacreditadas, se les llama y se les da una oportunidad.

Todos tienen las mismas expresiones: realmente se consideran partidarios del gobierno, pero se les ha engañado; miembros de la UCN se presentan a sus casas u oficinas y les aseguran que se trata de una sociedad sin ningún propósito político y que al formarse se accedía a un deseo del gobierno.

Repetido esto una y otra vez, llega a crear en el ánimo del general una aversión definitiva hacia la UCN y sus dirigentes.

Basta entonces con que la UCN haga una petición, para que él disponga lo contrario.

Basta con que la UCN se interese por la suerte de alguien, para que esa suerte empeore.

*****

La UCN pone una piedra más en el saco de la aversión de los altos círculos militares, al denunciar el hecho como una maniobra para pasar efectivos del Ejército y reforzar la Policía en un intento de darle más fuerza para sojuzgar al pueblo y el general se ve obligado a emitir un comunicado público.

Comprende ya muy bien que la UCN no se detendrá ante nada y recurrirá a todos los medios posibles, lícitos o ilícitos, para encauzar la opinión pública contra los altos dirigentes de las Fuerzas Armadas.

*****

Desde casi dos años atrás venía el general preocupándose por la hacienda del generalísimo, su padre.

Aquel informe sobre Bienes e Inversiones del Generalísimo cuya copia le enviaba todos los meses don Tirso Rivera por recomendación de Trujillo había comenzado a orientarle acerca de la forma en que estaba distribuida la fortuna del generalísimo[4].

Era un informe que invariablemente recibía todos los meses y que incluso cuando estaba en Europa se le enviaba personalmente.

Ahora tenía ya una idea muy precisa de todo.

Ahora él era el dueño de todo, y tenía en sus manos todas las armas que necesitaba para atraerse la mayor parte de esa fortuna.

Comenzó por recoger el efectivo en cajas privadas y Víctor Sued había viajado varias veces a Suiza, EU y Canada para depositar fuertes sumas, así como para disponer las nuevas inversiones a plazo fijo, operación que era la favorita del general para invertir parte de su fortuna.

También había viajado Sued a depositar sumas globales que recibía el general de conductos no imaginados, como sucedió con quince millones de dólares en efectivo que le fueron entregados una mañana de junio por el señor [Pedro] Rivera, que pertenecían al generalísimo y él tenía guardados.

En aquella ocasión había obsequiado al señor Rivera con la suma de doscientos mil pesos[5].

El ayudante personal del generalísimo, mayor Reynando Hernández Díaz lo había traído también el general a nuestras oficinas de la jefatura, ahora encargado de los asuntos personales del general, pero sin otra intención que la de aprovechar cualquier conocimiento que éste tuviera acerca de cuestiones íntimas, sobre todo relacionadas con dinero, del generalísimo.

En esto fue decepcionado, porque al parecer el trabajo de Hernández Díaz con el generalísimo consistía en llevar correspondencia a su escritorio y tomar las notas que él dictaba para despacharlas.

Ningún dato, pues, de interés pudo aportar Hernández Díaz y su labor en la jefatura se redujo a recibir y ordenar la correspondencia particular, lo que a nosotros nos venía a desahogar bastante, y guardarla hasta que al general, una vez y a veces dos a la semana, se le ocurría llamarlo para despacharla.

También hizo el general trasladar a la base todos los archivos personales del generalísimo, que fueron nuevamente ordenados en la planta baja del edificio de la jefatura por personal traído especialmente de palacio.

Una medida que le fue aconsejada y que él no tuvo inconveniente en aceptar fue la de hacer ver que estaba dispuesto a distribuir para beneficio del pueblo dominicano la mayor parte de la fortuna dejada por su padre.

En estrecho contacto con el doctor José Sobá recomendó la creación de la Fundación Generalísimo Trujillo, con amplio un programa de previsión social en beneficio de las clases necesitadas y con fondos aportados por él y sus hermanos.

Comenzó obsequiando a la Fundación las acciones de Sociedad de Auxilios y Viviendas C. por A., que él y su familia habían adquirido, ascendentes a $280,000 y dos días después las acciones que poseían de la Compañía Dominicana de Aviación y de la Industrial Lechera, ascendentes a más de $850,000.

Dos semanas más tarde traspasó a la Fundación acciones diversas por valor de unos $2,800,000 que especificó para el financiamiento de dos mil viviendas, donativos éstos que recibieron amplia propaganda, pero que en el fondo no eran más que acciones, parte precisamente de las acciones que ni a él ni a su familia le sería fácil hacer efectivas en caso de que tuviese que decidir una salida intempestiva del país.

*****

Su trato con los oficiales, tanto de la AMD como de las demás FA, no había variado.

Las demostraciones de lealtad no cesaban de llegar a sus manos, pero había cierto descontento.

Se había agotado la fuente de dádivas que para las FA significaba el generalísimo, y las manos ahora se tendían infructuosamente hacia él, que en ese aspecto se diferenciaba del padre como un día de lluvia a un día de sol.
Tras de conceder algunos préstamos y obsequios de menor cuantía, creyó resolver el problema concediendo a la Fundación Generalísimo Trujillo un préstamo personal de cien mil pesos, para que la Fundación, orientada por Sobá, hiciera préstamos a los oficiales de las FA y la PN, sin interés, pagaderos en remesas mensuales.

Con las sumas que pagasen mensualmente los oficiales, se concederían nuevos préstamos, de manera que esos cien mil pesos constituyeran un fondo perpetuo de nuevos préstamos.

De más decir que en cuestión de días los cien mil pesos se agotaron totalmente, a pesar de que solo se hacían préstamos de menor cuantía a los oficiales, que eran muchos y siempre estaban endeudados.

Al general, sin embargo, no le importaba; en lo adelante se dispuso por circular que ningún oficial podía dirigirse al general Trujillo en solicitud de préstamos de dinero, pues éste generosamente había hecho aquel importante préstamo a la Fundación Generalísimo Trujillo para esos fines.

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Extractos de la carta que César Saillant le envió al director de El Caribe:


Señor Director de EL CARIBE

Santo Domingo, República Dominicana

(Extracto)

Recuerdo como ahora mi emoción cuando, en enero de 1955, se me ofreció el cargo de “taquígrafo personal del general Trujillo hijo” a través del entonces capitán Antonio Manuel León Estévez, quien había sido compañero mío de Universidad, en la facultad de Ingeniería. Había oído tanto hablar de Ramfis, de su viva e innata inteligencia, de su proverbial generosidad, de su valor a toda prueba, de su rectitud, de su corazón de oro, de sus mil y una prendas personales, que casi me consideraba indigno de estar a su servicio. Libros se habían escrito acerca de esa futura gloria del pueblo dominicano, heredero de las sacrosantas virtudes de su excelso padre, Generalísimo y Doctor, Benefactor, Restaurador y Padre de la Patria. La bondad divina, se aseguraba, había hecho de Ramfis una obra maestra para que sirviera de norte y ejemplo a la juventud dominicana. ¡Y para colmo, hasta cantaba! ¡Cuanto iba yo a aprender al lado de nuestro Alejandro!

Abandoné definitivamente mis estudios universitarios, ya finalizándolos, y me consagré al servicio de Ramfis. 
 
*****

Por aquellos tiempos era precisamente secretario de Ramfis (o “auxiliar”, como se dice en términos militares) el capitán Antonio Manuel León Estévez, de quien el trato en las aulas universitarias me había hecho formar una idea totalmente distinta de la realidad. El diario contacto de la oficina me lo mostró desde el primer momento en sus verdaderas dimensiones: ambicioso, autoritario y bastante menos inteligente de lo que había pensado. Antonio Manuel hubiera querido tener tentáculos, en vez de brazos, para que al pasar todo se le fuera quedando pegado y así tener que molestarse menos en tomar las cosas y pasarlas al bolsillo. Le llamaban “el capitán Tirilla”; pero yo encontraba que “el Pulpo” cuadraba más a su personalidad. Todo lo hacía por medio de tirillas, costumbre que se hizo definitiva desde entonces en todo lo relacionado con la vida de Ramfis. Para todo se hacía una tirilla, hasta para informarle que su esposa lo llamaba por teléfono: “Respetuosamente señor: Informo a vuestra muy digna y elevada persona que su culta y distinguida esposa, señora Octavia Ricart de Trujillo, acaba de llamarle por teléfono a las 10:20 a.m. de la mañana de hoy. Suplícole informarme si le paso la llamada a su digno despacho. (fdo.) Cap. Antonio Ml. León Estévez, AMD”. 
 
*****
Desde que conocí a Pirulo, jamás volví a sufrir pesadillas. Totalmente analfabeto, pasaba las horas enteras planeando maldades y esperando ávidamente la noche para llevarlas a la práctica. Es la personificación de la arbitrariedad. De todo se apoderaba y cualquier cosa que comprábamos nos costaba esconderla para que no nos sorprendiera aquel timbre de voz tan repugnante con esa frase tan suya:
Ponme eso en el carro.

Fue trágicamente omnipotente y la persona en quien Ramfis depositó mayor confianza. La relación de sus crueldades y arbitrariedades no puede ser obra de una sola persona ni de un solo libro.

Pero hablemos ya un poco de Ramfis.

Para esa fecha, yo había tenido tiempo más que suficiente para formarme un exacto criterio de quien era Ramfis: Ramfis era un perfecto imbécil.

Aquella impresión que me había producido la carta que me dio a copiar [Antonio] León Estévez, no fue más que la primera sorpresa. A poco, llegué a la sorprendente conclusión de que Ramfis era casi analfabeto y de que le era absolutamente imposible escribir cuatro líneas sin cometer absurdas faltas gramaticales. El punto y la coma son para él inventos ultraterrenales y totalmente innecesarios, y jamás ha podido buscar una palabra en el diccionario por serle completamente desconocido el orden de las letras.

Le voy a asombrar, señor director de EL CARIBE: el hijo de Trujillo no sabe sumar.

Hace varios años, que me dí cuenta de ello, pero lo que nunca he comprendido es cómo estas cosas no se saben, ni se atrevió nadie a mencionarlas nunca ni siquiera en la mayor intimidad. No sabiendo sumar, comprenderá usted que el resto de la operaciones aritméticas fundamentales —la resta, la multiplicación y la división— han llegado a adquirir para él los caracteres de irresolubilidad que para un estudiante de quinto curso puede tener una complicada operación de cálculo infinitesimal. ¿Qué podía, dígame usted, esperar el pueblo dominicano de un ciudadano con estas cualidades?

II

Sobre la vida de Ramfis se había acumulado, pues, un mundo de leyendas. Su cultura intelectual, tan asombrosa, deriva de las dos únicas obras que ha leído en su vida: “Guerra de Guerrillas”, del Ché Guevara, y otra sobre el mismo tema de la que es autor un comunista español de apellido Bayo, instructor de Fidel Castro en México. Aparte de esto, sólo ha leído un folleto escrito por alguien a quien no me explico por qué razones él admira mucho: Rolando Masferrer. Tiene, en cambio, una gran cultura de foro público, gacetas oficiales y órdenes generales.

Posee principios militares elementales (lo que no debe extrañar dado que su vida aparentemente transcurrió al contacto de los militares) y aún así sólo en lo referente a la Aviación, gracias al necesario roce con oficiales mucho más preparados que él, aunque humildes y sin grandes ambiciones. En cuanto al Ejército y a la Marina, jamás los entendió y así lo decía claramente. Su influencia sobre el Ejército se reducía a ordenar traslados, designaciones y cancelación de oficiales, regularmente recomendados por el jefe de Estado Mayor u ordenados por su padre, quien sí conocía por propia experiencia el funcionamiento de nuestros servicios castrenses, en los cuales se apoyó para estrangular la libertad del pueblo.

Jamás entenderé el ejército— oí decir muchas veces a Ramfis. Y, en efecto, su iniciativa no iba más allá de dar disposiciones tendientes a “estandarizar” como él decía, la organización de dicha arma con la de la Aviación, la única que él entendía —teóricamente—, pues jamás comandó un pelotón.

De la Marina, sólo conocía que poseía un yate y una fragata, pero siempre trató de humillar a sus oficiales, menospreciándolos y poniendo de manifiesto la enorme diferencia que, para él, existía entre un oficial de la Marina y uno de igual grado de la Aviación. Lo mismo sucedía con el Ejército.

Un día le pasaron una tirilla en relación con un alistado del Ejército y uno de la Aviación que se habían ido a los puños en un barrio de la capital, tras una discusión en la cual el alistado del Ejército decía que el Ejército era mejor que la Aviación, y el de la Aviación decía que ésta era mejor que el Ejército. Ambos estaban arrestados.

Que suelten al de la Aviación —dispuso Ramfis. Después de todo, ha dicho la verdad.

Teniendo tan escasos conocimientos militares, ¿cuáles eran las prendas que adornaban a Ramfis?

Sus conocimientos de Historia Patria se reducían a la memorización de la Batalla de Las Carreras, acerca de la cual había oído tantas versiones que necesariamente se quedaron grabados en su mente sus episodios más importantes. Santana es su héroe, por encima de los Padres de la Patria; Sánchez y Máximo Gómez, reos de alta traición; Duvergé, un puertorriqueño de dudosos méritos militares. Lo mismo en Geografía: sólo conocía la ubicación de aquellos sitios de la costa donde acostumbraba pescar. Jamás hubiera podido pasar satisfactoriamente —y ahora menos que antes— la más simple de las pruebas.

Era, pues, un ignorante en toda la acepción de la palabra; un ignorante elevado al cubo; un ignorante de sorprendente inutilidad.

Su padre siempre lo supo.

Igualmente se había derrumbado en mi concepto, para aquella fecha, el mito de sus virtudes. Se decía que era generoso, pero jamás le ví darle un centavo a nadie como no fuese cuando por alguna circunstancia especial le conviniese hacerlo. Todos los meses recibía cientos y cientos de cartas de infelices solicitándole algún favor: madres que le pedían una máquina de coser; obreros que le pedían herramientas de trabajo; estudiantes pobres que le pedían sus textos escolares; padres desesperados que le pedían un socorro a su miseria. La fuerza de la costumbre nos había enseñado que era inútil mostrándoselas porque las “rayaba”; además, ya él había indicado cuál era el trámite a seguir en cada caso: si se le pedía una máquina o herramientas de trabajo, Secretaría de Previsión Social; si se le pedían libros, Secretaría de Educación; si se le pedían empleos, Presidencia de la República; si se le pedía ayuda económica, romperlas.

Nunca olvidaré el caso de un joven deportista de Puerto Plata que le escribió para comunicarle que tenía que concurrir a la capital, junto con otros deportistas de esa ciudad, pero carecía de zapatos, y terminaba rogándole obsequiarle un par de zapatos de los que llamamos “tennis”. Esa carta recuerdo que la incluí entre la correspondencia del día, aún contra sus disposiciones, pero seguro de que accedería al ruego del pobre joven. La leyó y me la devolvió:

Raya.

Bien sabía yo lo que esa palabra significaba. Aún me atreví a insistir, creyendo que él pensaba que se trataba de regalar zapatos a todos los deportistas del país:

Señor, lo que este muchacho pide es que usted le regale un par de zapatos, de esos baratos, para él.

Yo no tengo que darle zapatos a nadie —me dijo ásperamente. Que se dirija a la Dirección General de Deportes.

Me quedé mirándolo y me repetí mentalmente la pregunta de siempre: ¿qué hombre es éste? ¿Qué esperanzas podíamos tener nosotros de un hombre que, con tantos millones, tenía corazón para negar un par de zapatos a un muchacho humilde de su pueblo? ¿Es que él piensa que estas cosas no van a saberse nunca?

Los otros taquígrafos se quedaron mudos cuando les referí la historia; todos sentíamos la misma vergüenza y hubiéramos querido enviarle nosotros el par de zapatos en nombre de Ramfis, pero no nos atrevimos.

Que me diga alguien si el pueblo dominicano puede agradecer otra cosa a la generosidad de Ramfis que dos piernas artificiales, una que otra máquina de coser —cuando las circunstancias lo hicieron conveniente—, un equipo de pelota y una guitarra, todo pagado con dineros del Estado; y cuando por circunstancias especiales tuvo que hacer aquellos obsequios, lo primero que movilizó fueron los periodistas y fotógrafos, y el ayudante personal de turno retratado en sitio destacado de los periódicos haciendo la entrega y alabando la magnanimidad del ilustre donante. El caso de aquellos toretes que obsequió y que recibieron tanta publicidad no debe confundir a la opinión pública: eran animales que nacían tarados en alguna forma y que antes ordenaba sacrificar, hasta que alguien le sugirió, como golpe publicitario, que los obsequiara a hacendados pobres.

Siempre me había asombrado el que Ramfis jamás tuviera a su lado un solo joven culto, un solo intelectual de porvenir. La razón me la reveló después el contacto con él y el conocimiento que llegué a tener de su persona: Ramfis conocía demasiado bien su grado de incultura y cualquiera que cruzase con él más de un saludo lo hubiera notado. Lo mejor era, pues, mantenerse alejado, en su torre de marfil y oro, inaccesible a la curiosidad. Esa es la razón también de su aparente timidez: el miedo al ridículo.

Vivía rodeado de libros para dar la falsa sensación de cultura; lo único que eché de menos fue que no considerase oportuno aprenderse de memoria algunos latinismos para mezclarlos en su conversación con los oficiales. Pedía los libros por catálogos enteros para adornar su biblioteca; libros que muchas veces regalaba después recomendándolos como “muy buenos” como si los hubiera leído. ¡Como que nadie le iba a preguntar de qué trataban! Un día me dijo que le pidiera todas las obras de González Vidal. Conocía yo a González Pidal, pero a González Vidal jamás lo había oído mencionar como escritor de fama. Le pedí que me aclarara el nombre.

¿Pero es que tú no conoces González Vidal, ese escritor español tan importante?

Ya estaba yo acostumbrado a estas cosas. Estoy seguro de que si le hubiera mencionado a Alfonso Reyes iba a pensar qué se trataba de Reyito, el desabollador.

Ramfis no sabe, ni ha sabido nunca, hablar de nada. Si alguien quiere saber como habla o cómo dicta, no tiene más que releer la primera plana de “La Nación” de un día de fines de octubre de 1961, con unas declaraciones suyas que me dictó para la prensa y que Lockward tomó de mi escritorio antes de que yo tuviese tiempo de corregir. ¡Y ya!

Su actitud arrogante esconde un profundo desprecio por el pueblo y por todo lo que reconoce superior a él. Cuando tiene que hablar con alguien sobre asuntos no militares, siempre contesta con monosílabos y hace innumerables preguntas, porque sabe que teniendo a su interlocutor ocupado en contestar no le da tiempo a reconocer la poca consistencia y profundidad de sus conocimientos.

Uno de mis íntimos amigos me dijo una noche:

-La verdad es que si Ramfis es hijo de Chapita ¡Que hijo tan bruto tuvo!

Jamás se codeó con la juventud dominicana; sólo las personas de su absoluta confianza podían verle. Gozaba humillando a las personas, sobre todo a las personas de origen humilde, echándoles en cara su pobreza, sus defectos personales, su color o cualquier acontecimiento en su vida o en la de sus familiares que pudiera avergonzarle. Una mañana le oí humillar, en forma casi inhumana, a un joven oficial recién trasladado del Ejército a la Aviación, sólo porque en una de las clases de Blindados de que Rhadamés —¡qué ironía!— era profesor, hizo una pregunta que Rhadamés no supo contestar. Yo estaba presente y me impresionó grandemente la expresión del pobre oficial cuando Ramfis ordenó su retrogradación e inmediata devolución al Ejército. Poco faltó para que le pidiera perdón de rodillas. ¡Qué fácil, pensaba yo, es ser altivo y soberbio con el humilde!

Cuatro estrellas tenía en su uniforme, pero ninguna buena. Era, sin embargo, todo un general. General de postalita. General de carnaval. General de Paso Fino y Bellas Formas. General de las batallas de Acapulco, Los Angeles y Kansas City General de Polo. General experto en esas misteriosas batallas de alcoba en las que con igual placer e indiferencia lo mismo se gana que se pierde una estrella.

Llegar hasta su soberbia persona era punto menos que imposible, pero ya sabemos por qué. Siempre había sobre su escritorio alcohol y “Rose”, de Mme. Rochas, para desinfectarse y perfumarse las manos cuando se veía en la imprescindible necesidad de estrecharlas de otro ciudadano. Nunca recuerdo haberle visto estrechar las manos de un oficial; ¿hay alguno que lo recuerde? Me viene a la memoria la carta aquella a María Martínez, su mamá: “Jamás debiste haberle dicho a “X” que yo estaba interesado en ella, porque tanto honor puede subírsele a la cabeza y hasta trastornarlo. Hay que saber tratar a las personas que no son iguales a nosotros”.

En su infancia y en su adolescencia anduvo seguramente por todos los caminos, excepto el que conducía al colegio. Siempre fue adicto a las drogas, afición que escondíamos celosamente las personas que lo sabíamos, pero que nunca fue un secreto para nadie. Siempre manifestó desprecio por las buenas costumbres, cosa natural en quien jamás vio en la conducta de su padre ni en la de su madre ejemplos que no fuesen de bochorno. Su único ídolo, aparte de Santana, fue Miguelito Valdés, el cantante.

Y, a propósito, otro mito que ví derrumbarse fue aquel de que tenía una hermosa voz. Una noche, que me llamó a Boca Chica para dictarme unas notas, estaba cantando cuando llegué. Tuve que ir hasta donde estaba a ver si era él quien realmente cantaba o si era Sánchez Rubirosa. Al comprobar que era Ramfis, tuve que volver el rostro con sorpresa y vergüenza al mismo tiempo. ¡Yo mismo, que había jurado haberle oído cantar con voz tan melodiosa! ¿Y esa era la voz que se decía hermosa? ¿Cómo se atrevía a cantar fuera del baño? ¿Cuántas cosas, Señor, se habían echado a correr para ensalzar a este imbécil?

Una vez compró una máquina para aprender a multiplicar. Una mañana entera me pasé enseñándole a usarla, en Boca Chica, pero fue inútil, a pesar de que era una de las máquinas de funcionamiento más simple que había visto; lo más que aprendió fue a sumar, pero al día siguiente lo había olvidado. ¡Y cuántas veces tuve la osadía de decirle que no se decía “cáriz”, sino “cariz”; “parapete”, sino “parapeto”; “hubieron”, sino “hubo”; “imprimido”, sino “impreso”…

Hijo, supuesto o verdadero, de Trujillo, Ramfis siempre trató el presupuesto nacional como cosa propia y de él se valió para enriquecerse ilegalmente y sacar su fortuna del país. Jamás dio más que cosas inservibles para él o que no le hubieren costado un centavo, y con frecuencia las cosas que le regalaban —que eran muchas porque hay que ver cuán generoso se es con el rico y poderoso— las hacía vender o las utilizaba para, a su vez, hacer obsequios que hicieran acrecentar su fama de espléndido y generoso. La Intendencia General pagaba, bajo diversas formas, gran parte de sus gastos personales y se valía de ella, aunque muchas veces los mismos intendentes no se percataban de sus fraudulentas maniobras, para apoderarse de los dineros del Estado. El Estado lo pagaba todo: sus medicinas, sus drogas, sus caprichos, teléfonos, sirvientes, perfumes… ¡Y qué perfecto tenía que ser todo para él! Si mandaba, por ejemplo, a confeccionar en el país un par de botas o una camisa, eran pruebas sobre pruebas, incesantes viajes a Boca Chica, a Jainamosa o a la base, hasta lograr una obra perfecta. ¿Y pagaba un centavo más que usted o que yo? ¡Jamás! ¡Y cuánto trabajo daba cobrarle cuando uno se decidía a hacerlo! Recuerdo que en una ocasión la Ferretería de Pool le cerró el crédito, cansada de cobrar una cuenta que amenazaba pasar a la historia. Ese señor está vivo porque nosotros escondimos el hecho a Pirulo hasta lograr que la Intendencia hiciera efectiva la deuda.

Y, mientras tanto, nuestras divisas en fuga incesante hacia los bancos de Estados Unidos, Suiza e Inglaterra. Desde hacía años venía explotando al pueblo, sacando dólares por todos los conductos que le aconsejaban los entendidos en la materia, Víctor Sued y Antonio León Estévez.

Ramfis se valió de las Fuerzas Armadas para lucrarse en su beneficio personal y único con las cuantiosas comisiones, en dólares, que le producían las incesantes compras de armas y toda clase de material bélico, y muchos extranjeros también se aprovecharon de él para hacer su agosto a costa del sudor y la sangre del pueblo dominicano. Los cheques de las comisiones, por supuesto, nunca se hicieron a nombre de Ramfis, que no podía aparecer en nada, sino de Sued, de Antonio León o de [Andrés] Papito Alba [Valera], para no mencionar otros. Llegó hasta a simular compras de enormes cantidades de material bélico, que “deshacía” cuando ya el Estado había pagado en dólares el valor total, para reembolsarlo mediante un cheque suyo contra uno de los bancos del país; al fin y al cabo, nuestro pobre peso y el dólar tenían teóricamente un valor a la par. La Chocolatera Industrial fue otra fuente que le produjo millones de dólares en productos elaborados que se exportaban a Estados Unidos y cuyo valor no regresaba jamás al país, pues la General Cocoa, a través de Sued, depositaba esos valores directamente en sus cuentas de Estados Unidos. Sólo Sued conocía de aquellas maniobras atentatorias contra la economía nacional; y lo mismo se hacía con otras industrias en las cuales Ramfis tenía participación. 

Millonario, en dólares, por los cuatro costados, desde hace tantos años, y con todo el poder para seguirse enriqueciendo hasta llevar el peso dominicano a su completa desvalorización, resulta extraño en absoluto que creara, cuando apenas quedaban dólares para sí mismo, una Comisión de Importaciones, para evitar que otros hicieran lo que venía haciendo por costumbre desde hacía tantos años ¡Es que al ladrón le duele a veces que otro robe!

Exprimo mis memoria tratando de extraer de ella el recuerdo de alguna acción noble, desinteresada, de Ramfis; de una acción aislada que redima su conciencia de alguna de sus tantas culpas; pero es inútil: la vida de Ramfis es una negación total, absoluta de todos los principios morales.

Ramfis y Johnny Abbes mantenían las más cordiales relaciones. Difícilmente transcurría un día sin que Abbes lo visitase o sin que Ramfis lo llamase por teléfono. Cuando Abbes lo visitaba, en la base, en Jainamosa o en Boca Chica, sostenían largas entrevistas a puertas cerradas, de las que Abbes salía sonriente y risueño. En el aspecto criminal, Abbes era la mano derecha de Ramfis, quien no tenía secretos para él. A veces iba Abbes con extensas listas que mostraba a Ramfis, quien indicaba, en cada caso, qué debía hacerse con la persona. A veces Ramfis preguntaba por tal o cual preso político y poco después oíamos a Pirulo informarle a Ramfis:

General, dice Johnny que la persona por quien usted le preguntó “se dañó”.
Dañarse” era el término usado por Abbes para informar a Ramfis que una persona había muerto mientras era torturada en la silla eléctrica, o “el Trono”, como ellos la llamaban.

Ramfis jamás tuvo fe ni religión. Los únicos sacerdotes que valían, en su concepto, eran los capellanes castrenses, y el padre Rodríguez Canela “el único que servía de todos esos vagabundos”. Un día le oí expresar que las misas debían hacerse con acompañamiento de güira, tambora y acordeón.

Ese día —añadió— ustedes pueden estar seguros de que yo no faltaría a misa los domingos.

Suerte que Pirulo no estaba presente; de estarlo, no me cabe duda de que el conjunto “Decí Tres Veces qué Haces”hubiera tenido que amenizar desde ese día la sagrada liturgia en la Parroquia del Carmen, de San Isidro.


III

El viejo dictador, que tenía marcada predilección por Ramfis, dispuso que “estudiara algo” y le convenció de que hiciera un curso en un buen colegio militar de los Estados Unidos. Debo advertir que admiré el valor de Ramfis cuando se atrevió a elegir la Escuela Superior de Comando y Estado Mayor, de Leavenworth, Kansas, una de las más notables del ejército norteamericano. Pensó quizás que sería como ir a la Universidad de Santo Domingo; pero al revisar los programas de estudio se dio cuenta de su error: ese curso era completamente inaccesible para él. Dispuesto el sátrapa, sin embargo, a que Ramfis lo hiciera de todos modos, se valió del programa de ayuda dominicoamericana para solicitar al Pentágono que se enviara a la República Dominicana uno de los mejores instructores de la Escuela Superior de Comando y Estado Mayor, con el fin de instruir a su hijo en las disciplinas que luego estudiaría en la misma. Así fue a parar al país, en enero de 1957, el coronel Hiram M. Merritt.

Aquellos largos meses fueron para mi agotadores. Las clases, en el salón de conferencias de la base, ocupaban las mañanas de todos los días laborales y como los textos de instrucción estaban en español —Ramfis nunca supo inglés suficiente como para poder seguir una clase —yo me veía forzado a tener traducidas al inglés las lecciones del día, porque tampoco el coronel Merritt sabía español. Merritt comprendía muy bien que la mentalidad de Ramfis estaba muy por debajo de la requerida para hacer el curso y más cuando se dio cuenta de que es completamente nulo en matemáticas, lo que se le dejó tan sorprendido que no vaciló en hacerlo del conocimiento de sus superiores. Luchó, sin embargo, durante más de medio año, hasta darle una idea general de lo que había de estudiar durante el año académico.

Salió, pues, Ramfis para Leavenworth en julio de 1957 y nosotros respiramos un poco.

Desde el principio comenzaron para él las dificultades. Primero, no podía asistir con un grado tan alto como el suyo pues el comandante de la escuela era menos general que él y además ninguno de los demás estudiantes pasaba de teniente coronel; tuvo, pues, que resignarse con ser solamente coronel. Segundo, como era de preverse, sus rudimentarios conocimientos de inglés no eran suficientes para seguir las clases, pese a los esfuerzos que había hecho Merritt en el país. Tercero, había que estudiar, cosa totalmente desconocida para él, tan acostumbrado a pasar con “sobresaliente” todas las asignaturas de las escuelas y de la universidad dominicanas sin apenas asistir a ellas. Y, cuarto, era necesario resolver algunos problemas de matemática elemental que ni de memoria le entraban. Su ineptitud brillaba espléndidamente en Leavenworth.

Mientras tanto nosotros llevábamos, por primera vez, una vida más o menos tranquila en la base. El inefable general T*, entonces coronel, quedó encargado de la jefatura de la Aviación; sobre él podría escribirse una novela. Sus cosas tenían todo el sabor vernáculo de aquellas narraciones que se habían hecho populares, de esos generales producto de nuestras luchas pasadas que creían saberlo todo y cuyas expresiones y ocurrencias movían a risa. La vida de T. en la Aviación podría recogerse en un libro de anécdotas. Nadie le hacía caso, pero había que respetarlo. Se sabía que no disponía lo más conveniente, pero había que hacerlo. En su escritorio se resolvían, dándoles la misma importancia, los problemas de la base y de una empresa de su propiedad, aunque a nombre de su esposa. Eran aquellos los tiempos, que siempre recuerdo, del teniente Rojas, del sargento Bruno, de La Culebra y de Tancredo de los Santos. Todos nos llevábamos bien y los únicos días tenebrosos eran aquellos en que llegaba correspondencia de Kansas con órdenes de Ramfis: cancelar tal oficial, encerrar tales otros, mandarle chicharrones, “pelar a coco” *a tal persona, etc. Una tarde llegó la orden de volver a “pelar a coco” a Yuyo D’Alessandro*. Cuando oí la orden, que transmitió por teléfono Pirulo (Sánchez Rubirosa) al coronel Tejeda, no quería creerlo; eran cosas que no podía comprender. Recuerdo la sorpresa de Yuyo, que fue a la base creyendo que se trataba de otra cosa. Me saludó y yo apenas pude hablarle. Cuando volvió pelado —porque el coronel T. tenía que fiscalizar la orden— me encerré en mi oficina para no verle.

Pero fuera de esos momentos desagradables la vida discurría plácidamente en la base. Don Juan caduco, el coronel T. a veces se sentía en vena para contarnos sus aventuras amorosas. Siempre asistía a sus labores impecablemente uniformado. Tenía, recuerdo, una bonita letra, pero su preparación era escasa. Creo que Héctor Rojas* debe guardar en su memoria la mayor parte de las anécdotas de este oficial.

*****

Yo, personalmente, tuve por aquellos días una dolorosa experiencia. A fines de 1958 Ramfis, que jamás iba a la oficina por las tardes, llegó ese día cerca de las siete, cuando ya todo el personal se había retirado, preguntó por mi y al no hallarme envió a buscarme inmediatamente. Cuando llegué no vi a mi alrededor más que rostros ceñudos. Ramfis, sin mirarme, me alargó una hoja de papel manuscrita:

¡Pase esto seguido a máquina!

Era una carta de él a uno de los Somoza y la única razón de que fuese yo quien la hiciese a máquina era que no tenía confianza en que más nadie la hiciese sin faltas de ortografía. La hice seguido, se la entregué, la firmó y salió disparado; pero antes había dado una orden severa; ya el oficial del día estaba esperándome en mi oficina para conducirme a la barbería.

Allí me raparon la cabeza a navaja, me afeitaron el bigote y llamaron por teléfono a Sánchez Rubirosa a ver si había que afeitarme también las cejas, como hacían en casos especiales; por suerte para mí, había salido ya. De la barbería pasaron a encerrarme en una [celda] solitaria de la cárcel. Era viernes y estuve allí encerrado hasta el lunes en la mañana, sin comer ni tomar agua. El lunes vinieron a sacarme para que volviera a mi oficina, pero aquello era demasiado para mí. Yo lo consideré más que como una arbitrariedad, como un insulto, y en vez de irme a la oficina me fui a casa, hice mi renuncia, se la dejé a la sirvienta y salí para Santiago. Me mantuve escondido durante algunos días, porque el sabueso de Víctor Sued andaba detrás de mí no con intenciones de hacerme daño, según me dijo después, sino de convencerme de volver a la jefatura. Era un taquígrafo, desgraciadamente, difícil de sustituir de un día para otro; además, yo conocía las reglas de la jefatura: una renuncia, conociéndose secretos militares, significaba prisión inmediata, sin término de tiempo, en La Victoria. 

Volví, pues, a la esclavitud.

Menos de un mes más tarde volvieron a encerrarme, “por desobediencia”. Un lunes Ramfis me mandó a decir que no me fuera de la oficina en la tarde, que él vendría a trabajar; no vino. Lo mismo sucedió el martes, el miércoles y el jueves, en que estuve esperándolo hasta las diez de la noche, inútilmente. El viernes, al ver los preparativos que se hacían para que la orquesta pasara a Boca Chica esa noche a amenizar una fiesta que daba Ramfis, no ví ningún obstáculo en retirarme temprano. A las siete en punto llegó Ramfis y preguntó por mí. De nuevo el encierro y mi renuncia; pero de nuevo también la presión y los consejos me hicieron volver.

Por aquellos tiempos la afición de Ramfis a las drogas había tomado cuerpo en él; él decía —incluso a mí me lo dijo un día– que le era absolutamente indispensable pues de lo contrario no podía ni dormir. No pensaba más que en fiestas y tragos, con su grupo de amigos y amigas. Sobrecargaba de trabajo a los oficiales, sobre todo los de la Aviación. Cuando Ramfis llegaba a la base nadie sabía quién iba a caer preso. Desde que entraba a su despacho comenzaban sus preguntas:

Quién era ese oficial que estaba en la casa de guardia hablando con un alistado? Averiguar y que le impongan 10 días de encierro, lo mismo que al oficial del día por permitirlo. ¿De quién es ese carro militar que venía saliendo que se me atravesó y no se detuvo? Que le impongan 30 días de encierro al chófer y 10 al oficial dueño del carro. ¿Por qué no se me comunicó ayer tal cosa? Averiguar quién es el culpable y que le impongan una sanción severa. ¿Por qué voló ayer un avión por encima de mi casa en Boca Chica? Averiguar quién es el piloto y encerrarlo, ¿Quién era ese oficial que vi en el barrio de alistados? 10 días de encierro. ¿Por qué yo llamé anoche a la oficina y estaba el teléfono ocupado? 

Averiguar quién es el culpable de esa anomalía e imponerle una sanción severa. 

¿Por qué se me atravesó un camión cuando yo venía en la autopista? Al oficial que venía conmigo que le dé el número de la placa y que pelen a coco al chófer; después soltarlo.

Y así era todo. Cuando Ramfis decía “5 días de arresto”; Sánchez Rubirosa imponía 10 de encierro; cuando él decía 10 días de encierro, Sánchez Rubirosa imponía 30; y cuando Ramfis decía 30 días de encierro, Sánchez Rubirosa ordenaba la cancelación. Siempre fue generoso en el castigo. Mientras tanto seguía tomando cuerpo la fama de Ramfis como militar recto y disciplinado; igualmente crecía su fortuna, al amparo de su cesáreo poder.

Por aquellos días recuerdo que apareció en la puerta de uno de los sanitarios de la jefatura una inscripción que causó enorme revuelo: “El general Trujillo hijo es un hijo de la gran puta” Sánchez Rubirosa nos hizo escribir a todos algunas palabras en hojas de papel en blanco, y con la puerta y nuestros manuscritos cargó para el SIM a fin de que el departamento correspondiente identificara, por nuestras escrituras, al culpable, quien resultó ser uno de los mensajeros de nuestra oficina. ¡Pobre infeliz! No recuerdo cómo se llamaba, pero nosotros le decíamos El Inglés. [Pirulo] Sánchez R[ubirosa]. se lo llevó personalmente al 9 y después de someterlo a las más bárbaras torturas le descargó su pistola. Esto lo supe cuando, meses después, le pregunté dónde estaba “el Inglés”, pensando que lo tenían arrestado o lo habían cancelado.

Yo me lo tiré —me contestó. ¿Y tú querías que lo dejara vivo?

Y me contó, como quien relata una película o un acontecimiento trivial, lo que había hecho con él.

Y no me temblaría el pulso para hacer lo mismo contigo, Saillant, y con todo el que le caiga mal al general.

Primera vez que le oía decir una verdad.

La opinión que Ramfis tenía acerca de los oficiales de la Aviación Militar Dominicana era general. Docenas de veces la oí de sus  propios labios:

Estos pendejos no hacen más que pedirme. Para lo único que saben abrir la boca es para comer y para pedir. Ya me tienen harto.

María Martínez (su madre), jamás se refirió a los oficiales de la Aviación, especialmente a los pilotos, como tales, sino como a “los cerdos esos que tú tienes ahí”. Muchas veces los oficiales lo nombraban, por respeto, padrino de sus bodas o de sus hijos y aunque el obsequio que les hacía era ridículo, con frecuencia transcurrían meses sin que lo hiciera efectivo. A veces no lo daba nunca. Sólo una vez recuerdo que dio por anticipado el regalo de bodas: era un oficial a quien había obligado a casarse con una de sus amantes.

En diciembre de 1958 fue la única ocasión, que yo recuerde, en que Ramfis hizo regalos de Pascuas: $500 a los oficiales superiores de la Aviación, $200 a los taquígrafos y $50 a los mecanógrafos de su oficina. En cuanto a mí, era la primera vez, en tres años que llevaba a su servicio, que recibía una obsequio de él. En los años siguientes volvió a su vieja costumbre: en las Pascuas siempre se enfermaba o se iba de pesca o de vacaciones a Jarabacoa, donde nadie le veía, fuera de sus íntimos.

Ramfis sentía especial placer dictando cartas para el Foro Público. Emilio Valiente* era uno de sus muchos seudónimos y ni siquiera sus íntimos escapaban a su maldad; se burlaba de todo y de todos. Y cuando se enfurecía en la oficina hay que ver las frases que salían de su boca, capaces de herir los oídos de un sargento de compañía fusilera con cuatro alistamientos. ¡Cuántas blasfemias! ¡Y qué bien retrataban, entonces, sus palabras la perversión de sus instintos! Pero aquellos arrebatos jamás traslucían.

Los taquígrafos trabajábamos día y noche y sólo podíamos retirarnos cuando estábamos seguros de que Ramfis se encontraba en su casa de Boca Chica y su auxiliar se emborrachaba con sus amigos en su casa de Arroyo Hondo, Nadie hubiera podido jamás levantarse por sus propios méritos en aquella jefatura; eran, por el contrario, nuestros méritos los que ayudaban a los demás a levantarse. De todo había que mantener informado a su auxiliar so pena de terribles represalias, para que él a su vez mantuviese informado a Ramfis; así cuando el auxiliar Pirulo [Sánchez Rubirosa] llegaba a la oficina ya había sobre su escritorio un montón de tirillas que resumían todas las actividades nacionales, disposiciones, órdenes, recomendaciones, informes de las distintas agencias del gobierno, memorándums; el pulso, en una palabra, de los asuntos militares y civiles. El las firmaba y las entregaba a Ramfis cuando éste llegaba, y siempre aparentaba ser él quien lo hacía todo. Ropas demasiado anchas para él las de la eficiencia, pero supongo que lo mismo debe ocurrir en casi todas nuestras oficinas públicas.

Recuerdo una tarde en que se extravió un expediente que Ramfis solicitaba. Muy tarde en la noche apareció en el archivo, con una nota manuscrita de Sánchez Rubirosa: “Archivo. G.S.R.” Pues bien, para salvar su responsabilidad, se nos hizo firmar, a mi y a otro de los taquígrafos, sendas tirillas dirigidas a Ramfis declarándonos culpables. Jamás la irresponsabilidad vivió tan cómodamente como en el alma de este analfabeto.

En los primeros días de 1959 una joven señora, amiga mía, me comunicó que se había visto en la necesidad de renunciar a su cargo en una de las industrias de Ramfis a causa de los asedios de que le hacía víctima el administrador, uno de los íntimos de Ramfis. Tanto me molestó el asunto que le recomendé escribirle a Ramfis, con la promesa de que yo le entregaría la carta a fin de que tomara medidas para que corrigiese esos abusos. Así lo hizo; entregué la carta a Ramfis y cual no sería mi sorpresa al ver al otro día, en “El Caribe”, una carta completamente distinta, firmada por la misma señora, acusando al citado administrador de haberse tomado libertades con ella. Desde ese día perdí aquella amistad. Esa joven no se daba cuenta de que ningún nombre decente salía sin mancillas de la oficina de Ramfis. ¡Qué importaban para él una honra más o una honra menos! ¡Qué le importaba a Ramfis la reputación de una joven decente! ¡Qué insultos, qué burlas no se oyeron allí de las principales damas y de los más prestantes caballeros y funcionarios dominicanos!

El período más difícil y de más ingrata recordación para nosotros fue, sin duda, el de la invasión de 1959. Para Ramfis, en cambio, fueron días de gloria, y demostraba su contento repartiendo a manos llenas ascensos y dineros del Estado. Fueron aquellos los días de triunfo de Johnny Abbes, César Báez [y Báez] y [Octavio] Tavito Balcácer*.

La llegada de un prisionero a las oficinas de San Isidro llegó a ser un acontecimiento rutinario, sin mayor importancia. Ramfis, cínicamente cruel, fue siempre el primero en interrogarlos; sus interrogatorios estaban llenos de burlas y dolorosos sarcasmos. Después, los entregaba a los perros de presa —Abbes, Báez y Balcácer— quienes desaparecían con ellos rumbo a los tenebrosos infiernos de La Cuarenta y El Nueve*:

Bueno, Johnny, ya son tuyos.

IV

Y, en el curso de la noche, salían Ramfis, Luis José y Sánchez Rubirosa camino de aquellas mazmorras a contemplar, hasta la madrugada, cómo eran torturados los prisioneros e incluso a torturarlos ellos también y luego, en el curso del día, función en el Centro de Enseñanza con asistencia, desde el palco de honor, de Ramfis y sus amigos. Ya lo había anunciado:

[Saillant pasa a describir los maltratos, humillaciones y ejecuciones de los expedicionarios del 59 que fueron llevados a la base de San Isidro. Como las torturas y asesinatos son temas que documentamos ampliamente en otras secciones, omitimos estas paginas de las memorias de Saillant.]

*****

Con el dedo en la nariz, en perpetua misión sanitaria, Sánchez Rubirosa se pasaba las tardes haciendo preguntas estúpidas y leyendo revistas, porque Ramfis no iba todos los días a la oficina. Un día, en la mañana, lo encontré haciendo un cheque. Ya había roto varios, que se veían desparramados en su escritorio, y cuando me vio me preguntó:

¿Cómo se escribe veinte mil? ¿Así, o así?

Y me mostró dos cifras: $2,000.00 y $20,000.00. Sé que esto resulta difícil de creer, porque tanta ignorancia no parece posible; pero es la verdad.

Sus hábitos seguían siendo los mismos. Una tarde ordenó que le hicieran unas camisas. Preguntó al dueño de la camisería, un comerciante de ascendencia libanesa, cuándo las tendría listas y él le contestó que el próximo miércoles, a mediodía. Cuando mandó a buscarlas y le informaron que aún no habían sido terminadas, ordenó que llevasen el dueño de la camisería al Kl. 9, lo pelasen “a coco” y lo encerrasen en solitaria por varios días. Ese fue siempre uno de sus tratamientos normales.

Otro día hubo que reparar uno de los Mercedes-Benz de Ramfis en los talleres de la Ozama Trading Co. Cuando lo llevaron había varios automóviles en turno para ser reparados, más urgentes que el de Ramfis, que tenía varios vehículos, de la misma y de otras marcas. Eso fue suficiente para que se enviara una guagua de la AMD a detener a todos los mecánicos y llevarlos a San Isidro, donde tuvieron que trabajar, como presos, hasta dejar terminado el carro de Ramfis.

Ya Sánchez Rubirosa era rico: $100,000 en acciones de Molinos Dominicanos, varios automóviles, una casa robada en Arroyo Hondo, servicio completo (sirvientes, bartender, mozos de cuadra, cocineros, choferes, etc.) pagados por el Estado puesto que eran miembros de la Aviación y de la Marina —cortesía de Facundo Esteva*—; teléfono, luz y demás servicios pagados por la Aviación; debiéndole a todo el mundo y no pagándole a nadie. Y punto.

Por esos tiempos, dio Ramfis más fuerzas a su campaña contra la Iglesia (Católica). Ordenó que se publicasen diariamente en la prensa artículos contra los sacerdotes, especialmente contra los padres Panal y O’Reilly*, a quienes odiaba más que a todos; inventaba hechos atribuibles a los mismos y hacía publicarlos situándolos convenientemente y se entregó en cuerpo y alma su campaña difamatoria contra la religión y contra la Iglesia (Católica). Nunca había tenido fe y su odio hacia la iglesia se había profundizado en los días de la invasión* cuando se enteró de que un sacerdote católico había celebrado una misa en campos de Maimón en memoria de los invasores caídos. Quiso que ese sacerdote celebrase también una misa en memoria de los soldados muertos, y él se había negado*.

Una de las medidas de Ramfis fue ordenar que los vicarios de las Fuerzas Armadas se movieran en todo el territorio nacional haciendo gratuitamente bautizos, bodas, misas de difuntos, etc., “generosa disposición” suya que tenía por objeto procurar que los sacerdotes del país se murieran de hambre, pues esos matrimonios y bautizos jamás fueron gratuitos como se hizo aparecer: el mismo Ramfis los pagaba después a los párrocos de las Fuerzas Armadas, con dineros, naturalmente, del Estado.

Le molestaban las monjitas del hospital y del colegio de San Isidro y había que expulsarlas. No encontrando motivos para ello hizo llamar a cierto sacerdote militar y le dio la orden de enamorar y hacer suya, en un plazo de tres días, a una de dichas religiosas, para valerse del escándalo y expulsarlas a todas del país. Me enteré horrorizado de la orden por el comentario que hizo el mismo sacerdote frente a mí. Cuando el padre iba saliendo de la oficina le pregunté:

Padre ¿pero usted va a cumplir esa orden?

El Padre, guardó silencio.

¡Cuánto habíamos descendido! No sé si el padre logró su cometido; lo cierto es que pocos días después las monjitas eran devueltas a España y, para cubrir las apariencias, el mismo Ramfis las condecoraba con la Orden de Constanza y las honraba con un discurso que le preparó un escritorzuelo a sueldo del Partido Dominicano. ¡Hermoso y vibrante discurso que por varios días mantuvo ocupada la prensa nacional y fue objeto de encuestas y de encendidos elogios! Por cierto, que entre los que escribieron artículos laudatorios estaba el mismo que le preparó el discurso a Ramfis*.

*****

Los tratamientos médicos, entretanto, no cesaban; pero ni Anderson, ni Warner, ni Forkner pudieron hacer más. Había que acudir a otros medios. En Bruselas vivía un psiquiatra eminente, el doctor Bloch, quizás la única persona que podía curar definitivamente a Ramfis. Se habló con Bloch, pero había que ir allá; así nació el primer viaje a Europa, el 7 de agosto de 1960. Pocos días después recibía Luis José (León Estevez), en Santo Domingo, un cable de Ramfis:
Mándame a Saillant, que lo voy a necesitar”.

A Bélgica fui a parar, pues, el 20 de agosto. Víctor Sued me había buscado, por orden de Ramfis, la pensión más humilde y barata que pudo conseguirse en Bruselas: $3.50 diarios —¡en Europa!—

incluyendo habitación y comida, sin baño; para bañarme tenía que pagar $0.40 diarios y al solicitarle ese aumento a Ramfis me lo negó. Ya nada me sorprendía.

*****

Mientras tanto, las divisas seguían su fuga desde la República a sus bancos de Suiza. Más miserable que nunca con sus empleados y con el servicio, derrochaba enormes cantidades de dinero en sus placeres. Los mejores sastres de Londres hacían dos y tres viajes por semana a Bruselas para probarle docenas de trajes que había encargado; los mejores zapateros de Italia enviaban sus expertos para hacerle aquella cantidad de zapatos que probablemente no se pondría en muchos años; las pieles más caras y lujosas eran adquiridas por Lita* [Milán] para lucirlas en los restaurantes de lujo; Cartier le enviaba sus mejores joyas… Y emisarios viajando constantemente desde el país con maletas cargadas de dólares y chicharrones… Y nosotros pasando hambre.

¿Se acuerda [Salvador] Martí Otero* de aquellas observaciones que Ramfis hacía a los estados mensuales de sus cuentas particulares que le enviaba a Bruselas? ¿Que por qué se habían gastado $2.58 en comida para los perros de Boca Chica cuando él había ordenado que se les diera carne de caballos muertos en sus haciendas? ¿Que por qué se le estaba pagando a Oliva, la cocinera de Boca Chica, $0.37 diarios para su manutención, cuando él estaba fuera del país y ella podía comer en su casa? ¿Que por qué los oficiales que le debían no habían abonado nada a sus cuentas? ¿Que por qué se estaba usando tal jabón, cuando tal otro es más barato? ¿Que por qué se habían comprado sellos de Rentas Internas, que podían pedirse al Palacio?

Comenzaba mis labores de oficina a las 8 a.m., y terminaba a las 2:30 pm., cuando Ramfis se sentaba a la mesa. A esa hora corría a mi pensión, comía y regresaba antes de las 4, hora en que él salía para donde psiquiatra; pero algunas veces el exceso de trabajo no me permitía ir a comer y Ercilia, la cocinera dominicana, me llamaba a la cocina y me preparaba un sandwich o cualquier refrigerio, hasta que un día Lita [Milán], la concubina de Ramfis, lo supo y se lo informó. Seguido ordenó que se me rebajase de mi sueldo el valor de las comidas que yo, en tales condiciones, había hecho en su casa.

*****

Bruselas fue, pues, para mí un infierno de trabajo, mientras mis amigos pensaban que yo me divertía. Llegaron las Pascuas y ví con sorpresa que preparaba su viaje a la República y para mí no había solicitado pasaje. Le rogué me prestara el dinero del pasaje para ir yo también a mi país y me lo facilitó; pero lo primero que hizo, una vez en Santo Domingo, fue ordenar que ese dinero me fuese rebajado de mi sueldo. Nunca olvidaré que el mismo día que me facilitó esa suma (unos $600) hizo a Víctor Sued su regalo de Pascuas: un cheque por $100,000. Es muy cierto que Sued y yo jamás estuvimos en el mismo nivel ante los ojos de Ramfis, pero ¡qué aplastante la diferencia! ¡Y qué dolorosa!

*****

Una vez de regreso en Jainamosa, Ramfis no se ocupó ya más que en mantener su poder en las Fuerzas Armadas, a través de los jefes de Estado Mayor, y en sacar divisas del país. Ya su fortuna personal en Europa y los Estados Unidos alcanzaba a cerca de 300 millones de dólares. Había formado un trust en Suiza, con asiento en Vaduz (el Sifmar Registered Trust) que manejaba ventajosamente todos sus fondos y acciones en forma indirecta y en dicho trust comenzó también a depositar fondos pertenecientes al papá, como si presintiera que muy pronto iba a quedarse con todo. En efecto, el ajusticiamiento de Trujillo ya Ramfis se lo había vaticinado desde el año anterior, por lo que era conveniente convencerlo de que debía sacar parte de su dinero y depositarlo en Suiza como medida de precaución. Formó, asimismo, supuestas compañías, como la Mármol Commercial Corporation, la Martha Commercial Corporation, etc., con asiento en Panamá, y nuevos trusts en Suiza para sus hermanos Rhadamés y Angelita, de todos los cuales era Sued el secretario. Cuando volvió a salir del país a continuar su tratamiento psiquiátrico, esta vez en París al cuidado del Dr. Held, ya había sacado casi cuatrocientos millones de dólares de la República.

*****

V

En París, adonde llegó a mediados de marzo de 1961, se acogió a la sombra de Porfirio Rubirosa, a quien imita rabiosamente. Amparado por Rubirosa visitó todos los centros nocturnos de lujo, conoció coristas e incluso se enamoró de una de ellas, Hildegart Mertinat, alemana, bailarina del Lido, la cual trajo a la República a la muerte de Trujillo y con la cual salió [del país] el 18 de noviembre. Hizo regalos fabulosos, pero los franceses se burlaban de su derroche, como se habían burlado antes los norteamericanos y los belgas, y como se habían burlado también los españoles del mismo Trujillo: “el tipo ese de América, el del bicornio de plumas y libras de medallas”. Sus caballos de polo eran los mejores de Francia.

Para mantener intacta su fortuna, casi todos sus gastos seguían saliendo de la República. Para esa fecha los mozos de cuadra, el veterinario* y yo vivíamos en un hotelucho de la avenida de Neuilly que en todo el piso no tenía más que un baño en el cual hacíamos turno todos para bañarnos. El hospedaje era, como antes en Bruselas, el más barato que hubiera podido hallar Víctor Sued: $4.00 diarios por persona, incluyendo las comidas; mientras tanto yo veía las cuentas de Sued y de [Pirulo] Sánchez Rubirosa en uno de los hoteles de lujo: $1,200 a $1,500 semanales, que pagaba Ramfis.

*****

Así, pues, cuando Trujillo encontró su merecido, el 30 de mayo, su hijo recorría triunfalmente con sus imbecibilidades por los centros nocturnos de París a expensas del erario.

*****

Pagó $27,0000 a la Air France por un avión fletado y todos, excepto yo, el veterinario y los cuadreros, salieron el 31 [de mayo de 1961] hacia el país. Estaba seguro de que las Fuerzas Armadas estaban bajo control y nada tenía que temer por su seguridad personal. Por la prensa nos enterábamos los que quedamos en París de los acontecimientos en la República pero muy poco sabía yo hasta que, a fines de junio, me reintegré a mis labores como taquígrafo de la jefatura del Estado Mayor General Conjunto. Hallé a Ramfis distinto: tenía verdadera ínfulas de dictador. Estaba perturbado por la búsqueda de los“dos asesinos prófugos”, Antonio Imbert y Luis Amiama Tió, a la cual se había dedicado en cuerpo y alma. Cuantos informes recibía sobre su posible localización, eran objeto de especial interés para él y destacaba hasta compañías enteras en la esperanza de capturarlos. Ofrecía miles de dólares por cualquier informe que condujera a la captura y nunca dio reposo a ese afán de venganza. Sólo se ocupaba, aparte de esto, de la herencia de Trujillo, que había decidido repartirse entre él, doña María, Rhadamés y Angelita. Se valió de sus abogados para ir retardando la repartición de los bienes a fin de dar tiempo a ir poniendo la mayor parte de los mismos al amparo de sus propias compañías extranjeras, para simular ventas inexistentes y poder engañar a los cuatro hermanos de padre*, cosa que al fin logró.

Con los oficiales no había cambiado. Fuera de Luis José [León Estevez], de [Fernando A.] Tuntin [Sánchez Otero]* y de [Pirulo] Sánchez Rubirosa, jamás favoreció a ninguno sino con falsas promesas y obsequios de poco valor. Muchos viejos amigos de su padre acudieron a él, pero jamás les tendió la mano:

Los amigos de papá eran amigos de papá y no míos. Yo no tengo que hacer nada por ellos.

Inútil es insistir en el proceso de represalias y venganzas desatado por Ramfis, del cual se ha ocupado ampliamente la prensa. Volvió a consumir drogas en cantidades ahora mayores que antes, consumido por el odio y por la incapacidad de poder dar con el paradero de Imbert y de Amiama. Había jurado no matar sus prisioneros hasta tenerlos todos juntos, única razón por la cual los mantuvo vivos hasta el último momento.

[Saillant pasa a describir la trama que trato de montar Ramfis con sus tios Hector y Petan Trujillo al saber que los americanos no levantarian las sanciones en su totalidad. No incluimos esta parte.]

*****

Recuerdo como ahora las mañana del viaje de Ramfis. Yo regresaba de los Estados Unidos ese sábado, adonde había estado desde el 14 [de noviembre de 1961]. Fui del aeropuerto directamente a Boca Chica, pues me informaron que Ramfis había preguntado varias veces si yo había regresado. Lo encontré preparando sus últimas maletas. Había despachado su yate desde días antes, con cosas de escaso valor (el cadáver de Trujillo*, algunos millones en moneda dominicana [el peso estaba a la par del dolar], sus álbunes de fotografías y su mallets de polo, los archivos de su papá y los suyos, etc.) El resto, las cosas de valor y todo el dinero en dólares que quedaba por exprimir al pueblo, lo llevaba él en persona, en más de 40 maletas y baúles. Estaba supuesto a volver pero no dejaba nada al azar. Me ordenó:


Lleva tu equipaje seguido a la fragata, que está en Haina, que salimos esta tarde.

¿Para dónde, general? —le pregunté sorprendido.

No preguntes y anda rápido.

Yo estaba asombrado. Alguien me dijo, al salir, que Ramfis se iba del país a vivir en Europa, pero yo no me sentía animado a acompañarle. Primero, no estaba dispuesto a pasar más hambre en Europa; segundo, no veía razón alguna para salir huyendo con él; que se lleve a sus amigos y colaboradores, pensé, pero yo no iría. Volví a entrar en la casa y así se lo comuniqué. El trató inútilmente de disuadirme; pero mi decisión estaba hecha. Yo no estaba al corriente de sus planes y por consiguiente ignoraba —y él no me lo informó— que estaba supuesto a volver en pocas semanas; además, ya yo había comenzado a respirar, a través de mis íntimos amigos, los nuevos aires de libertad y ansiaba mezclarse con el pueblo y estar a su lado. Decididamente no le acompañaría.

*****

Todavía volvió a recomendarme la noticia de su salida a mediodía. Pensé que era un capricho de su parte. En la tarde volví a la fragata a despedirme de él, pero, lo confieso, no era más que con el propósito de ver si era capaz de salir y dejarme sin un centavo, después de siete años de esclavitud a su lado. Me quedaba sin trabajo y con un destino algo confuso frente a mí. Viendo que se acercaba la noche, fui a la salita donde estaba Ramfis, que acababa de llegar y le informé que me retiraba. Me preguntó si sus instrucciones se habían cumplido y le contesté que la noticia se daría al día siguiente, con la aclaración de que había salido a mediodía.

Bueno, entonces, adiós, Saillant. Después nos vemos.

Fue todo cuanto me dijo. Me había dejado con las manos vacías.

De regreso a la ciudad iba pensando en dos cosas: en la avaricia sin límites del hijo de Trujillo y en ese afán de que se informase que había salido a mediodía.

El 18 de noviembre fue, para nosotros, los taquígrafos y los que nos habíamos consumido al servicio de Ramfis, un día de liberación. Dejábamos, al fin, atrás un pasado de esclavitud, aunque el porvenir lucía bastante oscuro.

*****

[Saillant viaja a Paris con el pasaje que Ramfis le habia dejado en RD solo para ver si lograba que le compensara por los aumentos que nunca recibio, los gastos, y los sueldos atrasados.]

De nuevo en París, volví a mi viejo hotelucho de la Avenida de Neuilly. Supe que Ramfis había estado en Bruselas, visitando al psiquiatra, pero ya estaba de regreso en París. Los cuadreros estaban desesperados; comían mal y hacía semanas que Ramfis no les pagaba. Ramfis estaba tranquilo cuando hablé con él la primera vez. Como ya yo le había tomado repulsión, me molestó esa tranquilidad en un hombre con tantos crímenes encima y con pocas palabras lo hice palidecer:

¿Usted sabe la última noticia, general? El mismo día que salía del país se informó que Imbert y Amiama están vivos y en perfecto estado de salud. Es más, el pueblo los está aclamando.

Se levantó de su asiento como movido por un resorte. La sangre le encendía el rostro. Se mantuvo unos instantes sin poder articular palabra.

¿Esos malditos asesinos? —acertó al fin a decir— ¿Y quién los tenía ocultos?
No sé, señor. Todavía no se sabe.

Recuerdo que cerca de él había un vaso con agua y Ramfis con un manotazo lo lanzó al suelo. Se sentó lentamente, con las manos apretadas con mucha fuerza y la mirada perdida. Creí que iba a llorar. Comprendí que el momento era de tragedia y con disimulo salí de su oficina. En la tarde me llamó por teléfono, pero yo había dado instrucciones de que se dijera que no estaba.

Al día siguiente, en la mañana, fui a verle para tratarle el asunto de los cuadreros. Estaba más calmado y se notaba que ansiaba las confidencias. La aparición de Imbert y de Amiama lo torturaba.

Yo siempre pensé —me confesó— que esos asesinos  estaban muertos. Yo apreté mucho a Pupo* [Román Fernández] a ver si me decía la verdad pues estaba seguro de que él había hecho matar a Amiama para que no lo comprometiera. De Imbert no estuve nunca muy seguro; pensé que se había suicidado, porque si caía en mis manos él sabía lo que le esperaba. Es más, Saillant, yo te aseguro a tí que esa gente no va a vivir mucho. Quizás yo no vaya seguido a la República, pero de que caen en mis manos caen en mis manos.*

La idea de la venganza lo obsesionaba. Otro día me dijo:

Tú puedes estar en la completa seguridad de que si yo hubiera sabido que esos dos asesinos estaban vivos, a mí no hay quien me haga salir del país. Con sanciones o sin sanciones, yo me hubiera mantenido en el poder hasta capturarlos. Pero voy a darle un poco de tiempo al tiempo. ¿Tú te acuerdas de lo que decían los americanos de papá cuando la muerte de Galíndez, que papá tenía un “long arm”. Yo he heredado eso de papá y se metan donde se metan, ahí les alcanzará mi venganza. No me importa gastar lo que gaste. Y si yo muero, la gente de Radhamés* lo hace. Y si Radhamés fracasa, la gente de mamá los mata; pero esa gente no puede estar viva. Es más, mis hijos no recibirán herencia si esa gente está viva cuando yo muera: su herencia la recibirán cuando los hayan matado.

Ya eran palabras mayores. Después cambió de tema:

¿A tí no te parece que Balaguer estaba en el complot para matar a papá? Yo de Balaguer no dudo nada.

Yo no podría decirle, general.

Lo que si me parece es que Balaguer, por lo menos sabía dónde ellos estaban escondidos. Yo me dejé engañar por Balaguer.

Para que la conversación no volviera a complicarse le informé que los cuadreros hacía dos semanas que no cobraban su salario y que habían decidido regresar a la República. Insistí en que debía hacerles un modesto obsequio pero él no estuvo de acuerdo.

Yo les pago su sueldo y nada más. Ellos que se la averigüen.

General —insistí todavía— esa gente es muy pobre y aquí no ha podido economizar nada. Es más, si no fuera porque todos se reúnen y en el mismo [Hotel] Tattersall hacen sus comidas, no hubieran podido mantenerse aquí, pues lo que se les paga es muy poco. Déles  aunque sea $200 a cada uno.

Después de casi rogarle accedió a regalarles $100 a cada uno.

También Ercilia, la cocinera, quiere irse. Me dijo que se lo informara.

A esa no le doy nada. Sólo le pagaré los 13 días que van del mes.

Y así fue; no le regaló un solo centavo y tenía a su servicio tantos años que el mismo Ramfis no le recordaba.

Los cuadreros y la sirvienta salieron [de París para Santo Domingo] el 15 [de diciembre de 1961]; uno o dos días después Ruddy Grullón me dijo que también quería irse.

Este bandido Saillant, nunca nos va a dar un centavo. Lo mejor es que nos vayamos antes de que se nos complique más la cosa.

*****

Salió Grullón y yo me quedé solo, en París, con Ramfis y Víctor Sued. Con la experiencia pasada, sin esperanzas de ninguna especie, conociendo a Ramfis como lo conocía ¿qué hacia yo allí? Le informé, pues, que yo también partía. Le comuniqué mi situación —lo único, en verdad, que me mantenía a su lado— y me dijo que no me apurase, que él me daría [dinero]. Era el 23 de diciembre [de 1961]. En la noche fui a despedirme, pues salía al día siguiente. Me tenía hasta el cheque. Lo tomé sin verlo, le di las gracias y salí. Una vez en la calle, y vi la cifra: quinientos pesos. Apenas me alcanzaba para pagar el hotel y comprar el pasaje hasta Nueva York. ¡Maldito una vez más! ¡Asesino y ladrón!

*****

[Poco despues de su llegada a RD, Cesar Saillant es deportado por haber sido secretario de Ramfis, cargo que el niega. Por alguna razon, decide ir a Paris, donde de nuevo se encuentra con Ramfis. Este necesita a Saillant como traductor y como asistente, por lo que lo llama por telefono a la pension.]


Tú sabes que la policía francesa me protege y me informan seguido cada vez que llega un dominicano a Francia, para que yo tome mis medidas por si acaso se trata de un enemigo. Me alegré mucho de saber que por fin te decidiste a venir. Te estaba necesitando. Ven seguido; te espero para cenar.

No se apure por la cena, señor; ya yo cené— le mentí pues el recuerdo de Bruselas no se borrará jamás de mi memoria. Vayan ustedes cenando, que yo iré un poco más tarde.

Eran cerca de las once cuando llegué, a pie, a su casa, en el Boulevard Maurice Barrés No. 82, frente al Bosque de Bolonia.

*****

Observé que Ramfis, cada vez que se servía un trago, echaba en él un polvo blanquecino. ¡Drogas! Creía que el Dr. Held lo había curado. Noté también que toma más aprisa que antes y que fuma continuamente, lo que apenas hacía antes.

*****

Varias personas, Johnny [Abbes García] estuvo aquí la semana pasada. El siempre viene y estamos ahora de acuerdo en muchas cosas. Casualmente me trajo ahí unos papeles que tengo que devolverle y voy a querer que lo primero que hagas sea sacarme una copia para quedarme con ella.

Lo miré muy atentamente. ¡Pues es cierto! Ramfis está planeando algo para volver. ¿Cuánta sangre costará esta nueva aventura?

Y si está Johnny Abbes metido en el medio no hay que dudar de cuáles serán los procedimientos. Algo había comenzado a relucir en la conversación, pero debía llevar las cosas al paso.

¿Y Rhadamés vuelve también?

Rhadamés está más loco que yo por volver, pero él y yo vivimos en mundos completamente diferentes. El se lleva de [Manuel de Jesús] Estrada [Medina] y de aquella gente que vino donde mi en diciembre, ¿tú te acuerdas? Tiene unos “come-candelas” que lo tienen dominado y quién sabe si los planes que tiene le dan resultado antes que los míos. El tiene sus conexiones, muy buenas, y me ha asegurado que llega primero que yo; pero yo lo dudo.

*****

Tú verás ahora lo que es gobernar con el puño.

Y al decirme así blandió su puño cerrado con fuerza.

Yo fui muy flojo, Saillant; le permití muchas libertades a Balaguer y me llevé de muchos cuentos. Y tú sabes cómo es Balaguer: me cansaba yo de enderezarlo por un lado y se me caía por el otro. Tú verás ahora lo que es “desyerbar” cabezas y voy a comenzar por las Fuerzas Armadas.

*****

Te diré. Cuando llegué, al principio, comencé a escribir mis memorias porque pensaba que pasarían muchos años antes de que pudiera regresar a la República. Fíjate —y me enseñó un lote de cuartillas manuscritas que había sobre una mesita; ¡cuántas faltas debe haber ahí, pensé!— y si tú hubieras estado aquí casi las hubiéramos acabado. Ahí si hay cosas, Saillant; imagínate los brincos que daría mucha gente si yo publico eso. Pero las cosas han cambiado mucho y muy favorablemente y aquí se me han abierto los ojos; estoy convencido de que es tiempo todavía para escribir mis memorias, o al menos para publicarlas; hay mucho por hacer y por decir todavía. Esa gente no sabe lo que les espera.

No sé si se refería a Imbert y a Amiama, o si al pueblo entero.

Lo único que lamento —continuó— es que Rhadamés se haya tirado por su lado, porque tú sabes que él tiene tanto dinero como yo. En fin, si él llega primero, allá nos daremos las manos.

Muchas cosas se hablaron que la memoria no captó. El coñac surtía sus efectos y desataba la lengua; además, tenía en mí absoluta confianza, en lo cual reconocí una vez más su imbecilidad. Me refirió una vez más lo que pensaba hacer con Antonio Imbert y Luis Amiama y las torturas a que iba a someterlos cuando cayeran en sus manos. La idea de la venganza está fija en su mente y sabrá Dios, pensé, cuántos esfuerzos habrá hecho ya  por llevarla a cabo. Iguales, torturas, por supuesto, recibirían sus respectivos familiares y los que hoy los aclamaban como héroes.

Aunque ahora mismo yo muriera, Saillant, el destino de Imbert y de Amiama está escrito, porque o los mata Rhadamés, o los mata mamá. No pueden salvarse. Y óyelo bien, para que tú veas que no me equivoco: estoy seguro de que si nosotros no llegamos pronto a la República, Luis Amiama va a matar a Antonio Imbert, o Antonio Imbert va a matar a Luis Amiama, y al que quede vivo de los dos lo van a matar los mismos que lo rodean. Eso es seguro. Lo único que yo espero es tener yo la satisfacción de matarlos; no Rhadamés, ni mamá, sino yo. Es un juramento irrevocable.

*****

Ya había pensado escribir esta carta, y pensé que lo mejor era retirarme a fin de tratar de reconstruir, en el hotel, esta conversación con Ramfis lo más completamente posible. La conversación podía agriarse en cualquier momento porque yo estaba a punto de decir cosas, y era mejor evitarlo. Tenía que tratar por todos los medios de averiguar algo positivo sobre sus planes. Me rogó que no me fuera, pero le expresé que estaba demasiado fatigado por el viaje.

Yo, al principio estaba dudoso contigo —me confesó cuando me acompañaba a la puerta— porque a mí me aseguraron que tú eras quien le había dado a Echavarría la idea de devolver el yate mío. ¿Tú sabías que Echavarría me lo mandó a vender con Luis Mercado* en cinco millones? Estaba loco; a lo mejor creía que yo iba a ser tan estúpido que iba a mandar 90 millones en el yate cuando los podía traer yo mismo; además ya yo no tenía esa cantidad en el país. 

Yo si saqué dinero, Saillant, y mucho; pero ese era dinero mío y de papá. También le saqué el de Rhadamés y el de mamá. En el yate lo que había era la correspondencia de papá, todos sus archivos, y mucha correspondencia mía, sobre todo de mujeres. Tú sabes —añadió, sonriendo— que todas las mujeres buenas de Santo Domingo algo tuvieron que ver conmigo y ahí yo traía cartas de todas ellas. ¿Quién tendrá esas cartas?

*****

[Otro día, Saillant de nuevo se encuentra con Ramfis en su amplia residencia. Extraímos solo algunos párrafos de lo redactado.]


Seguimos tomando. Algunas de sus opiniones se me perdieron en la memoria.

Yo nunca debía haber permitido que en La Cuarenta* se matara tanta gente, lo mismo que en el Nueve*. Debí haber mandado a hacer un paredón en San Isidro y haberlos fusilados a todos públicamente, ahí, en presencia de todo el mundo. Fíjate en Fidel Castro; paredón para todo el mundo y nadie habla.

Es que las cosas han cambiado mucho, general; sobre todo en nuestro país. Ya el pueblo no es el mismo; ya tiene voz y voto en todas las decisiones del gobierno y hay que informárselo todo. Pretender cambiar eso va a ser fatal para quien lo intente.

No, Saillant, es un error tuyo. Al pueblo no se le puede hacer caso; al pueblo hay que apretarlo, y mientras más, mejor. Desgraciadamente hay que reconocer que es así. Tú verás, como te dije anoche, lo que es mandar con el puño.

Y agitó frente a mí su puño cerrado.

Santo Domingo —continuó— es un pueblo que hay que acabar de castrarlo. Papá comenzó; yo terminaré. Sin ningún oficial de las Fuerzas Armadas se ha apoderado del gobierno es porque no tienen capacidad; ahí lo que hay es una partida de patanes, y tú lo sabes. Lo único bueno que había eran Tuntín y Luis José, en la Aviación; en el Ejército nunca ha habido nadie que valga la pena.
Ahí tienes tú a Viñas: un buen oficial, pero punto. Y en la Marina ¡imagínate!; si no hubiera sido por mi no hubiera ya Marina en la República.

Yo lo observaba y lo oía en silencio. Mucha sangre tendría que volver a derramar Ramfis para regresar al país, como pretende, y sobre muchos cadáveres tendría que pasar. El mío, por lo menos, ha de ser uno de ellos. Esta mente enferma de odio, de venganza y de poder va a traernos muchos problemas serios sino andamos a tiempo.

*****

Después se refirió a los amigos de Trujillo. Le dije que todo el mundo pensaba que él los había abandonado, igual que a sus propios amigos.

Eso no es verdad. Mis amigos todo el mundo sabe quiénes eran y no los abandoné; me los traje conmigo. En cuanto a los amigos de papá, eran amigos de papá y no míos. Yo no estaba obligado a hacer nada por ellos. Ahora, cuando vuelva ayudaré a aquellos que me siguieron siendo fieles; los demás, tendrán su merecido. Los amigos de papá eran todos una partida de imbéciles.

Y los amigos suyos que están viviendo en España, ¿le salen muy caros?
No mucho, porque yo me llevé de lo que le recomendó una vez [Fulgencio] Batista* a papá, hace muchos años que permitiera que sus amigos se enriquecieran y se hiciera él de la vista gorda, porque así él no tendría después que mantenerlos ni ellos tendrían excusa para pedirle. Así hice yo con mis amigos y ahora ellos no tienen por qué pedirme, con excepción de Gilberto [Pirulo Sánchez Rubirosa], que es un loco. No cambia para nada.

*****

A propósito, ¿qué es de Gilberto?

Como te digo, igualito. Ahora voy a tener un problema con él porque lo están botando de España. Eso no cambia: se emborrachaba, le da golpes a los sirvientes, hace escándalos como si estuviera en Ciudad Trujillo. En fin, el problema de siempre.

Ahora que usted dice Ciudad Trujillo, ¿usted piensa volverle a cambiar el nombre a la capital?

Naturalmente, Ciudad Trujillo es el nombre que le corresponde porque una ciudad hecha por papá; ahora, no me parece conveniente hacerlo desde los primeros momentos, sino un tiempo después.

Me sirvió otro trago; apuró el suyo. Volvió a hablarme de la operación “desyerbo” que llevaría a cabo en las Fuerzas Armadas, sobre todo con todos aquellos oficiales con quienes le dijo el general [José René] Román [Fernández] que contaba. Le mencioné uno:

*****

Antes de que me olvide te voy a decir un disparate que me dijeron en estos días: que iban a vender mi yate. Eso no se puede, porque seguido salga ese yate de las aguas territoriales dominicanas le pongo al que lo compre una demanda por 10 millones ante la Corte Internacional de La Haya. Ese yate pertenece a una compañía extranjera, mía, y yo tengo todos los papeles. Igual que todas mis empresas en el país: mis acciones están vendidas a una compañía extranjera 

—aquella que formé el año pasado— que me dio el 10% de su valor por adelantado y que más adelante, cuando yo recobre esas propiedades, me pagará el resto dejando sólo una comisión*. Yo pienso vender todas mis industrias en el país para no tener más rompederos de cabeza y poder ocuparme bien de gobernar.

No cabía duda, pues, de que me hablaba con seriedad en cuanto a sus planes para el futuro inmediato.

[La realidad es que el gobierno domiinicano vendio el yate Angelita y Ramfis no tomo ninguna accion legal.] 
 
Cuénteme, general, qué fue lo que le pasó ahora, el 30 de mayo, con ese plan que usted tenía.

Yo no quería hablar de eso porque era un error mío. Lo que pasó es que ya yo le había  adelantado mucho dinero a esa gente, desde diciembre, y no valía la pena perderlo; pero de todos modos se perdió. Tú leíste aquella vez el plan. Yo te dije que lo había desaprobado, pero después volví a leerlo y lo encontré bueno. Lo único que había que agregar era que el punto de partida sería la muerte de Imbert y Amiama y los nombres de las personas que serían secuestradas. Te aseguro que después de todo yo preferí que se fracasara todo, porque Imbert y Amiama son míos y ese es un placer que no le cedo a nadie.

*****
¿Y usted no cuenta con los americanos?

Tú conoces a los americanos cómo son. Ellos apoyan todo lo que estén bien establecido en un país y yo se cómo manejarlos. Además ellos a mí me tienen miedo; ellos saben que yo no soy como papá, que yo no les aguanto sus p[endejadas]. Papá cometió con ellos muchos disparates y yo vivía diciéndoselo; la política de papá era comprar americanos y se gastaba un dineral: total, que nunca compró a nadie que realmente valiera la pena, sino una serie de representantes que no tenían ninguna importancia ni en el Senado ni en el gobierno americano. Yo seré diferente; yo se a quién tengo que comprar y quién no vale la pena de que se compre. Tú te acuerdas que a mí me iban a levantar las sanciones en noviembre; el mismo Kennedy me mandó a decir con Rubirosa: 

“Dile al general Trujillo hijo que se aguante unos días más”, pero a mi no me dio la gana de aguantar. Y mis tíos, tú lo sabes, se volvieron un sebo. Yo, cuando salí del país, nunca creí que estaría más de dos semanas fuera, pero con esos tíos tan escasos de mente estaba perdido. ¡Y tan seguros que estaban ellos! También Balaguer tuvo la culpa de mucho, porque yo cometí el error de todas las cosas informárselas a él, incluso las que pasaban dentro de las Fuerzas Armadas y en los servicios de seguridad.

Tosió varias veces, como acostumbra a hacer siempre que toma.

El pueblo dominicano, Saillant, se vende. Esto me lo enseñó papá. El pueblo dominicano se vende; todos se venden, y se venden de una manera muy curiosa: tú no tienes más que enseñarles el dinero y ya están vendidos. Ni siquiera tienes que llegar a dárselo.

Aquello me pareció un insulto. Miré a mi alrededor: Lita, los dos guardaespaldas que hacía rato habían entrado y estaban, como siempre cerca de mí; más allá, en el fondo, Ratón. Sentí deseos de abofetear a este criminal.

*****

Muchas penalidades he pasado antes de poder volver a Nueva York; pero aquí estoy, reponiéndome de los duros golpes recibidos, físicos y morales. Estoy casi repuesto de los primeros, pero no de los segundos: Sólo los golpes sobre el ojo derecho y en el cuello me molestan todavía y la inflamación de la muñeca izquierda, que persiste.

Pero algo he logrado: Saber que Ramfis Trujillo planea regresar muy pronto al país. Su plan lo ignoro pues los acontecimientos no me permitieron llegar al secreto; pero estemos alerta porque tantos millones de dólares y un deseo tan fuerte de completar la venganza, son capaces de muchas cosas. Se que al publicarse esta carta tendré que andar con pies de plomo tanto aquí, en Nueva York, como en mí país, donde los partidarios de esta familia son aún muy numerosos; pero nada me importa ya. El plan de Rhadamés, que también activa el regreso aunque por vías diferentes a las de Ramfis, tampoco lo conozco; pero agentes suyos se mueven constantemente entre Madrid, Londres, Nueva York, Miami y Guatemala. ¡No podemos ni debemos dormirnos!

La lección ha sido dura, pero está bien aprendida, Ramfis es una figura tétrica que pertenece al pasado. Como dominicano, como hombre y como militar fue siempre un fraude. ¡Lástima que tuviéramos en las manos la oportunidad brillante de traerlo al país, con todo y su fortuna y no hayamos sabido aprovecharla! Un brazo, de los millares que hoy cierran sus puños con deseos de justicia, se alzará pronto sobre él; pero es doloroso que tantos millones robados al pueblo dominicano sirvan solo para que la viuda de Trujillo pueda decorar con más lujo sus casas y cobrar por ellas alquileres más elevados; o para que los disipe el hermano en vergonzosas bacanales que asombran la austeridad de las sociedades europeas; o para que los León Estévez, o un Leland Rosemberg, sigan llenando sus bolsillos sin fondo.

Santo Domingo, repetía mi abuelo, es un pueblo sin memoria. ¡Ojalá su sentencia fuera errada y el paso de los tiempos no atenúe el recuerdo de los horrores y atrocidades padecidos bajo los cascos de una bestia que se llamó Trujillo, para que ningún descendiente de esa casta maldita pueda lograr imponernos de nuevo amparado en sus riquezas malhabidas, su yugo ignominioso!

De usted, muy atentamente,




Cesar Augusto Saillant Valverde 


[Fin de los extractos.]

Los lectores pueden leer este libro en Google Books.


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"Es positivamente cierto que nunca sufrió el pueblo dominicano una situación de mayor angustia, desdoro y violencia brutal. Los progresos materiales nada significan frente a su miseria y al desbordamiento del crimen y la barbarie. Pues no se vive para levantar palacios sobre la maldad y la injusticia, sino para dignificar con la virtud de la vida."

Juan Isidro Jiménes Grullón

 




La República Dominicana (Análisis de su pasado y su presente)

Dr. Juan Isidro Jiménes Grullón
La Habana, 1940

Pág. 200

El ha creado un régimen de oprobio que necesita apoyos valiosos en el exterior. Cualquier ataque contra el capital absentista, —con miras, naturalmente, de interés personal—, podía repercutir en Washington y acarrear grandes riesgos a la perdurabilidad de su obra. Por el contrario, el contubernio con las corporaciones azucareras le brindaba los anhelados apoyos. El no vaciló. Celebró el tácito pacto Y mostró con ello, una vez más, su positiva capacidad de hombre práctico, su sentido de negociante y su ausencia total de patriotismo.

Ciertamente, tanto él como las corporaciones obtenían beneficios del trato. El único perjudicado era el pueblo dominicano, que iba a seguir perdiendo sus tierras, que continuaría trabajando por salarios ínfimos para que magnates extranjeros y el Presidente de la República aumentaran sus riquezas, y que veía en aquella vinculación de potentados un robustecimiento de la tiranía, y en consecuencia, una acentuación de su dolor. Pero eso no les interesaba a las) 201 corporaciones. Su asunto era asegurar y aumentar los beneficios. Si Trujillo se comprometía a ello había que considerarlo un magnífico gobernante. Y que prestarle todos los respaldos al alcance.
Lo contradictorio del caso es que el mandatario codicia, en su intimidad, los beneficios de esas corporaciones. Comprende, empero, que son mayores las ventajas por él derivadas al permitir que ellas trabajen y se lucren.

Esos son los seis sólidos pilares sobre los cuales ha edificado el régimen su estructura. Existen otros, como la burocracia de la clase media, sin verdadera consistencia, ya que no presta una colaboración sincera. Escasos son, en efecto, los empleados gubernamentales de poco relieve, que se sienten amigos incondicionales de la situación. Actúan más bien por necesidad vital, en obediencia al apremio de la situación económica.

Frente a la organización así creada se encuentra la gran masa del pueblo; la casi totalidad de la clase media, del proletariado, y parte de la burguesía. El régimen es, pues, como los de Báez y Lilís, de carácter esencialmente derechista.

CAPÍTULO II
Desarrollo y formas de la era tenebrosa

El que abandona en un momento de desidia su derecho; el que no siente lastimado el suyo cuando se lastima el de otro; el que ve sin sobresalto la violación de una ley; el que contempla indiferente la substitución de las instituciones con la autoridad de una persona; el que no gime, ni grita, ni brama ni protesta cuando sabe de otros hombres que han caído vencidos por la arbitrariedad y la injusticia, ese es cómplice, o autor o ejecutor de los crímenes que contra el derecho se cometen de continuo por falta de cumplimiento de los deberes que lo afirman.
EUGENIO M. DE HOSTOS

Trujillo se hizo cargo del poder cuando tanto el pueblo como el Gobierno atravesaban una situación económica aflictiva. La crisis política y la depression mundial provocaron una notable merma de las actividades comerciales. Los ingresos del gobierno bajaron de $15,385,843 —suma del 1929— a $7,311,417 —suma del 1931—. Un pavoroso ciclón, que destruyó gran parte de la capital en la tarde del 3 de septiembre de 1930, ocasionando millares de muertos y heridos, trajo nuevas complicaciones. La desolación y la tragedia se unieron a la pobreza. El Gobierno se vió obligado a solicitar la ayuda de los países extranjeros para aliviar la angustia de la población capitaleña. Acudieron con
contribuciones organismos oficiales y privados. La Cruz Roja Dominicana, en cuya Presidencia se colocó el mismo Trujillo, asumió la responsabilidad de recibir todos los fondos donados y de cooperar con el gobierno en la obra del salvamento y la reconstrucción. Es absolutamente imposible obtener datos precisos sobre el monto de la ayuda recibida y los propósitos exactos a que fué

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destinada. Puede, sin embargo, asegurarse que las remesas del extranjero y del interior del país —en virtud estas últimas de órdenes de transferencias del Poder Ejecutivo— fueron sumamente elevadas. Como no hubo control sobre los gastos ni se rindieron cuentas detalladas, existe en el ánimo público el convencimiento de que Trujillo y algunos de sus más cercanos compañeros dispusieron para su personal peculio de gran parte de estos ingresos. La tragedia de la capital brindó, pues, una nueva aunque momentánea fuente de enriquecimiento al déspota. El la supo explotar en todos los planos. Sin la menor sombra de escrúpulos, forzó a numerosos comerciantes a venderle a tipos reducidísimos las cuentas que cubrían órdenes gubernamentales para reparaciones de daños ocasionados por el ciclón. A las pocas semanas, él se hacía pagar dichas cuentas a la par. Actuaron en ciertas ocasiones como intermediarios entre el Presidente y los comerciantes, personalidades
destacadas del Gobierno.

La desfachatez con que se realizaron esas operaciones deshonestas denunciaba que Trujillo estaba dispuesto a llegar muy lejos en el desvío de los ingresos públicos a sus manos. Hubo, empero, empleo de técnicas totalmente imprevistas. El tirano no se conformaba con llevar a sus bolsillos dineros que pertenecían al erario de la nación; aspiraba provechos mayores, como los brindados por la organización de negocios fabulosos, para beneficio personal exclusivo, en detrimento del pueblo. Esos negocios tendrían casi siempre la característica de monopolios extraoficiales, amparados por la ley o por la fuerza de las bayonetas. Aquello era algo totalmente nuevo en el país: ningún gobernante lo había intentado. En el extranjero, por el contrario, se habían visto algunos casos similares, especialmente en Venezuela, durante la tiranía de Gómez, y en Cuba, bajo el régimen de Machado.

ORGANIZACIÓN DE LAS CORPORACIONES EXTRAOFICIALES

La organización de los primeros negocios de este tipo provocó en el pueblo la reacción de asombro que producen las cosas inconcebibles. Como el pasado de Trujillo y las tendencias de su temperamento eran harto conocidos, no podía causar la más ligera sorpresa el aprovechamiento, por su parte, de fondos del Estado. Nadie imaginaba, empero, que además de esto, él estructuraría, con el apoyo de la fuerza, todo un sistema de expoliación y despojo de los medios naturales de vida de la colectividad. Se recordaba que el régimen de Lilís, que en sus últimos años fué prototipo de desorden administrativo, permitía y quizás estimulaba el apoderamiento de bienes públicos por parte de sus más adictos; pero no se incautó de riquezas de particulares ni centralizó negocios que brindaban medios de subsistencia al pueblo, ni impuso sobre ese pueblo, para beneficio de su régimen o de su persona, absurdas cargas tributarias, ni consintió por lo común, violaciones a la propiedad privada. Ahora comenzaban a verse esas cosas. El monopolio de la sal fué uno de
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los primeros creados. La ley que autorizó su creación es en todo sentido absurda;
fallaron, los intelectuales amorales que respaldan al régimen, al buscar, para la justificación de crimen, razones ligeramente aceptables. Extendieron el permiso para el monopolio basados en el siguiente “Considerando”: “que las salinas del Estado que están situadas en la zona marítima o costera, por el exceso de lluvias que se ha sufrido durante los dos últimos años y la extracción de sal anormal, excesiva, que de un modo abusivo han hecho los concesionarios y detentadores de tales depósitos naturales, están amenazadas de agotarse”; y resolvieron: prohibir “extraer sal de las salinas propiedad del Estado, o sea de todas las ubicadas en la zona marítima o costera e islas, islotes y cayos adyacentes, siendo extensiva esta prohibición a las salinas concedidas a algunos municipios o personas”; e “imponer un impuesto adicional a los actualmente existentes, de $0.15 por cada saco de 50 ko. despachado por los depósitos de salinas para usos del comercio”.52

Amparado en los monstruosos cánones de esta ley aviesa, pudo Trujillo formar una Compañía, que se denominó “Compañía Salinera, C. por A.” para ocuparse sin competencia, de la explotación de las salinas nacionales y la venta del producto. El Administrador actual de esta corporación es un norteamericano que se encuentra desde hace varios años al servicio del dictador. A pesar de que él no ocupa puesto gubernamental alguno, su automóvil posee placa oficial. El apellido de este señor es Hansard.

Estas operaciones, legalizadas en parte por el Congreso, repercutieron inmediatamente sobre la economía del país. Numerosas personas ocupadas antes en este negocio, se arruinaron. La región de Monte Cristy —donde la sal constituía una de las fundamentales actividades económicas— se empobreció extraordinariamente; empobrecimiento que obligó al gobierno a adjudicar a la municipalidad montecristeña parte de un nuevo impuesto, para substituir así la ausencia de entradas por concepto del negocio salinero. El monopolio obligó, además, al pueblo, a consumir una sal impura, extraída de las minas de Neyba. Esa extracción resulta menos costosa que la explotación de las Salinas marítimas. Casi todas estas últimas han sido destruídas; junto a sus ruinas, sin embargo, el Ejército ejerce una vigilancia constante, para evitar que el pueblo, empujado por la necesidad y la miseria, viole la ley. Toda persona sorprendida recogiendo granos de sal en rocas y playas, es severamente castigada por los cuerpos represivos del régimen. El costo del artículo, que era antes $0.40 y $0.50 quintal, ha sido elevado a $3.00. Como es producto indispensable, el pueblo se ve obligado a pagar por él, para provecho del Sr. Trujillo, esos elevadísimos precios. Las entradas anuales que éste obtiene del negocio han sido calculadas en $400.000.

Innecesario señalar el carácter inicuo de estas operaciones comerciales a
que se ve forzada la colectividad: se trata de un verdadero crimen contra un
52.Gaceta Oficial No. 4435 (3 de febrero de 1932).

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pueblo empobrecido por la depresión mundial y la depreciación de los productos nacionales. La situación exigía medidas totalmente inversas, es decir, la baja de los artículos de primera necesidad en vez de su subida de precio. El café, que llegó a valer en el año 1925, $24, se vendía en el 1931 a $10, y siguió bajando hasta cotizarse a $6. Lo mismo sucedía con el tabaco, el cacao y el maíz. Este descenso en los precios de productos de cuya venta depende el campesino, redujo, como era lógico, la capacidad adquisitiva y tributaria del pueblo. Lo natural y científico era que el gobierno tratara de amoldar los precios de los más necesarios artículos a esa reducida capacidad adquisitiva, mientras estimulaba el desarrollo de la iniciativa personal y de nuevas fuentes de riqueza. En vez de acaparar en pocas manos —o en una sola mano— los negocios, era más prudente extenderlos, para multiplicar las posibilidades de ingresos individuales.

El régimen no hizo caso a esas consideraciones lógicas. A medida que se fué consolidando en el poder, tomó mayor auge la monopolización de la riqueza pública y la elevación de los precios de los productos de mayor urgencia, debido a injustificables impuestos sobre el consumo. Estos impuestos —y numerosos de otro tipo— le aseguraron entradas que permitieron, junto a medidas financieras internacionales, su subsistencia. Como era de esperarse, directa a los nuevos tributos y a los nuevos monopolios. El gobierno se sostiene, pues, gracias a la intensificación paulatina de esa miseria, cosa absurda, totalmente opuesta a la función primordial de todo gobierno, que es brindarle prosperidad y dicha al pueblo.

Nuevos monopolios, como el de la compra del ganado en numerosas regiones del país, y su matanza en la capital, fueron creados —sin amparo legal esta vez— para beneficio del déspota. Intensificó esta creación la gravedad del malestar económico, ya que la crianza y venta del ganado eran también actividades provechosas para el campesino y el intermediario de la ciudad. Se estima que el país nutre hoy en día un millón de cabezas de ganado vacuno.

Durante el año de 1936 fueron sacrificadas en la capital más de 12,000 cabezas, lo que arrojó un consumo per cápita (distrito de Santo Domingo) de más de 12 kilos de carne. Es lógico que si las reses, en vez de haber pertenecido exclusivamente al dictador, hubieran sido propiedad de gran número de personas, los dineros de su venta se hubieran difundido, entrañando ello un incremento de las actividades económicas.

Casi todos los negocios derivados de la ganadería fueron centralizados por Trujillo. Aunque no llegó a legislar prohibiendo la exportación de Ganado por otros comerciantes, puede asegurarse que ese negocio está casi totalmente en sus manos y le produce cuantiosísimos beneficios. Utiliza, para realizar la exportación, barcos de su propiedad o del Estado, que trafican entre Santo Domingo y algunas Antillas Menores. Estos buques, pertenecientes en apariencia a la “Compañía Naviera, C. por A.”, están tripulados principalmente por miembros del Ejército, y realizan, con las finanzas que la mencionada Compañía
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Naviera aporta, un infame suministro de prostitutas a los prostíbulos de Curacao y Aruba. Mr. Hansard, el norteamericano que preside la “Compañía salinera” es también administrador de esta sociedad marítima. Para hacer el negocio más productivo, Trujillo hizo votar por el Congreso la Ley No. 67 (Gaceta Oficial No. 5272) que exime a los buques de matrícula nacional, del pago de derechos e impuestos, y autoriza al Poder Ejecutivo a “asignar subsidios a empresas navieras nacionales”.

También monopolizó casi totalmente el dictador, en la región capitaleña, la venta de la leche, y las industrias derivadas de este artículo. El fija a su antojo los precios. No se ha atrevido hasta ahora a prohibir el abastecimiento y la venta por otros negociantes, pero hizo que el Congreso legislara para forzar la desaparición de éstos. Votóse, al efecto, el Reglamento No. 330 (Gaceta Oficial No. 5329) sobre la calidad de los productos lecheros, y los inspectors de Sanidad recibieron órdenes de considerar injustamente como frecuentes violadores del Reglamento a los negociantes que compiten con la organización monopolística del déspota.

UTILIZACIÓN Y SOMETIMIENTO DE ORGANISMOS OFICIALES

El desenvolvimiento de estas operaciones financieras extraoficiales no implicó descuido en la utilización de fondos de empresas del Gobierno, para provecho personal. Pocos meses después de inaugurado el régimen, promulgóse la Ley No. 4317, que fué más tarde modificada por la No. 78, tendiente a hacer de la Lotería Nacional un organismo de actuación casi independiente. El mandatario nombró a su cuñado, señor Ramón Saviñón Lluberes, Administrador del mismo. Aunque no poseemos pruebas al respecto, puede afirmarse, enfáticamente, que se hacen operaciones inescrupulosas para la
adjudicación de los premios. Ello trajo el descrédito total del negocio, con la consiguiente merma de las entradas. Trujillo forzó entonces a los empleados públicos a la adquisición semanal de un número dado de billetes. Esta medida, artificial y arbitraria, inconcebible porque implica el ejercicio de una violencia sobre cuestiones totalmente dependientes de la voluntad personal, brindó de nuevo a la Lotería —y también al dictador— los deseados ingresos. El organismo funciona sin control efectivo, y se asegura que Trujillo recibe semanalmente, de manos de su cuñado, una importante suma.

Aprovechóse también el déspota de la sumisión casi total del Departamento de Justicia a sus órdenes. Entró en connivencias con abogados y politicastros y forzó a los jueces —técnica aun en pie— a fallos que redundasen en su beneficio. Algunos de sus familiares lo imitaron en esa actuación. Pocos han sido los juzgados o cortes donde no se haya hecho sentir la influencia corruptora del Presidente y sus más allegados. Uno de los más célebres procesos de los cuales derivaron él y algunos de su acólitos, importantes provechos, fué el de la Sucesión Alardo. Aun no se ha escrito la historia de esta litis; cuando se
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escriba, de modo imparcial, será ella exponente de la degradante corrupción a que llegaron gobierno, jueces y abogados, en este período de desintegración ética y económica.

La sumisión del poder judicial a la voluntad del déspota se ha puesto también de relieve en los diversos procesos políticos que se han ido sucediendo. A sabiendas los jueces de que los métodos empleados para arrancar declaraciones de los presuntos acusados habían sido horrorosamente coercitivos, y de que esos acusados vivían en las cárceles bajo constantes y patéticas amenazas, utilizaron dichas declaraciones como base para las investigaciones ulteriores. El desenvolvimiento de esos procesos tuvo siempre el aspecto de una tragicomedia; los reos nunca encontraron abogados dispuestos a hacer sus defensas: se veían obligados a aceptar al defensor de oficio, cuya función se limitaba a cumplir con el formulismo legal, y no a demostrar la posible inocencia del acusado. 

Viéronse en este plano cosas interesantes por su aspecto grotesco, tales como la exaltación del régimen por el abogado de oficio, al tocarle el turno inevitable, que él no podía eludir sin violar la apariencia legal del juicio. Como era de esperarse, las sentencias las dictaba el Dictador, y no el juez. Los más importantes de estos fementidos procesos fueron los que se incoaron contra los conspiradores civiles acusados de participar en la frustrada rebelión del Coronel Blanco; entre ellos encontrábanse hombres distinguidísimos, como el Dr. Eduardo Vicioso, ex profesor de Derecho de la Universidad, y uno de los más auténticos valores intelectuales y morales del país; contra los que participaron en la conspiración estudiantil de Santiago de los Caballeros, conspiración también frustrada, en la cual intervino el autor de esta obra; y contra los acusados de tramar o cooperar en la abortada conspiración capitaleña del 1935, que llevó a la cárcel y al martirio a hombres como el Dr. Ramón de Lara, ex rector de la Universidad, y una de las figuras más valiosas de la República por su intelectualidad y su pureza.

La sumisión del Poder Judicial al mandato del déspota la demuestra también ampliamente el caso de Amadeo Barletta, Cónsul de Italia, que fué encarcelado bajo la acusación de complicidad en el proceso incoado a los conspiradores capitaleños. A este respecto, dice el Informe de la “Foreign Policy Association”:

A pesar de las diligencias diplomáticas tanto del gobierno norteamericano como del de Italia, Barletta permaneció en prisión por varias semanas. El día 4 de mayo fué sentenciado, sin que se le diera oportunidad para defenderse, a dos años de prisión y a una multa de $2,000. El día 15 de mayo la Embajada italiana en Washington comunicó al Departamento de Estado que su Gobierno iba a mandar un barco de guerra a Santo Domingo si el caso Barletta no se resolvía satisfactoriamente. Al siguiente día, la Corte de Santo domingo ordenó la libertad del prisionero, bajo una fianza de $50,000; pero Barletta permaneció en la cárcel. Al fin, el 20 de mayo, después de un enérgico ultimátum de Musssolini, Barletta fué libertado, incondicionalmente”. Por mandato, como es lógico, del dictador, que había también ordenado la sentencia.
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Cumple el Poder Judicial en los anteriores casos con uno de los propósitos capitales de la dictadura: legalizar las violencias y los crímenes del régimen, y sus despojos de la riqueza privada o pública. Esa actuación tiene origen en una de las contradicciones psicológicas de Trujillo: el afán de mostrar al mundo que su régimen no representa ni entraña las abyectas miras que los actos denuncian, sino por el contrario, un perpetuo anhelo de superación material y ética, dentro del más absoluto respeto a las normas democráticas legales.

OTRAS ACTIVIDADES MONOPOLÍSTICAS EXTRAOFICIALES

Pero el refugio del campo no es completo. Hasta su intimidad llegan los ecos o las imposiciones del despotismo. El soldado o el alcalde pretenden mandar en el bohío. Ambos informan sobre las nuevas tributaciones creadas.

Por su conducto el campesino se entera de que el azúcar que antes valía dos centavos, se está vendiendo ahora a cinco. El amigo que vino de la ciudad confirmó la noticia; trajo él, además, otras informaciones que sorprenden la conciencia pura del hombre rústico. Cuenta —y dice verdad— que no es sólo Trujillo el que se está aprovechando del poder para su enriquecimiento, sino también sus familiares; uno de sus hermanos ha creado los monopolios de la cal y de la leña. Infeliz de aquel campesino que en las vecindades de la capital sea sorprendido amontonando palos para venderlos como combustible. ¡Sufrirá las mayores violencias! Infeliz de aquel que se atreva a levantar, como antaño, hornos de cal, sin entregar el producto. ¡Con la cárcel, por lo menos, pagará el desacato! Y eso no es todo. Cuenta también el visitante que en otras manos fraternas están casi todos los negocios de la región del Bonao; manos que se ocupan sin competencia, de la exportación de plátanos y bananas. Un individuo que se obstinó últimamente en comprar bananas con tal propósito, fué muerto por “desconocidos”, cerca de Puerto Plata.

Estos negocios abusivos, importantes en sí, no tienen, sin embargo, la trascendencia de otros en los cuales está interesada la actual esposa del dictador. Dueña ella, desde hace tiempo, de la empresa de la lavandería del ejército, se interesó también en actividades de tipo financiero, como la compra de sueldos atrasados con enormes descuentos, y en la apertura de una ferretería que se ocupa de la importación y la venta de materiales de construcción. Esa ferretería funciona actualmente bajo el nombre de “Ferretería Read”; pudo ella hacer, gracias al favor oficial, espléndidas negociaciones. Administrada por un hermano de la dueña, el señor Paco Martínez, controla los suministros al gobierno. Se asegura que muchas de sus importaciones están liberadas de los derechos reglamentarios de aduana, por venir consignadas al ejército.

Recientemente anexó a los negocios la venta de automóviles y camiones. Aunque
ella no actúa en forma de monopolio, ni es protegida en sus actividades por ninguna ley escrita, el goce de las citadas ventajas le ha brindado riquezas y ha redundado en perjuicio de las demás ferreterías existentes, que se encuentran imposibilitadas de competir, próximas a la ruina.
Al lado de estos negocios florecen otros, de tipo extraoficial también, que favorecen directamente al déspota. Uno de los más importantes, por proporcionar beneficios cuantiosos, como el monopolio de la sal y la venta del 
 
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ganado, es el de la Compañía de Seguros sobre Accidentes del Trabajo, “San Rafael”. El informe de la “Foreign Policy Association” señala las circunstancias que precedieron al nacimiento de esa compañía: “Después de haber promulgado una ley sobre accidentes del trabajo, en 1932, Victor Braegger, ciudadano norteamericano, organizó la compañía “Victor Insurance Company”, con el objeto de dedicarse a esa clase de seguros. Braegger declaró que él comenzó a hacer negocios en septiembre de 1932 con el seguro personal de Tulio H. Pina, quien era Superintendente de Seguros, y que llenó todos los requisitos de la nueva ley. El 10 de octubre —antes de que se expidiera el decreto presidencial que autorizaba a su compañía a trabajar —Braegger recibió órdenes de cancelar todos los contratos que tenía ya firmados, debido a que el capital de su compañía no llenaba todos los requisitos que disponía la ley (Ley No. 96, Gaceta Oficial de fecha 25 de marzo, 1931). Al mismo tiempo, otra compañía de seguros, la “San Rafael”, se organizaba bajo la presidencia de Teódulo Pina Chevalier, tío del Presidente Trujillo y Secretario de Estado de Comunicaciones y Trabajo. El 27 de octubre, Mr. Braegger fué invitado a conferenciar con María Martínez”, actual esposa del Presidente, y “agente de negocios de éste. En la reunión se le propuso unirse al Presidente en una fusión de las dos compañías. Terminada la reunion sin acuerdo de las partes, David León, agente local de los negocios de Braegger, fué arrestado en su residencia el 28 de octubre, llevado a la Estación de Policía y encerrado en una celda solitaria por un día. Viendo que el arresto de León era una amenaza directa a su seguridad personal, Braegger liquidó rápidamente sus negocios, con una pérdida —según él— de $30,000”.

La Compañía “San Rafael” quedó desde entonces dueña absoluta del negocio. Por medio de la ley, obligóse a todos los comerciantes a asegurar a sus empleados. No reciben éstos, en cambio, las debidas atenciones en casos de accidentes. Raras veces las pólizas han sido cubiertas. Por lo general, la compañía limita su labor a la hospitalización del accidentado. Las erogaciones son ínfimas comparadas con los ingresos, que se calculan ascienden a más de $150,000. En Santo Domingo se afirma que uno de los motivos del momentáneo distanciamiento entre Trujillo y su tío Teódulo fué el haber éste dispuesto de unos $30,000 en poder de la compañía, suma que Trujillo reclamaba.

De todos estos monopolios o negocios a la sombra del Estado, los de la ganadería y la sal han sido los que mayores perjuicios han proporcionado al pueblo. Numerosas eran las familias que obtenían sus medios de subsistencia directa o indirectamente de esas actividades económicas, y que ahora se encuentran despojadas de su pan, muchas de ellas en el mayor desamparo.

LA LEY DE EMERGENCIA

Las actuaciones y medidas ya descritas contribuyeron al empeoramiento de la situación económica. Factores políticos internos se agregaron, pues, a las 212 causas externas para disminuir la capacidad adquisitiva del pueblo, y acentuar su miseria. Redujéronse, en consecuencia, las ventas del comercio, y sobrevino como corolario de esto, la merma de las importaciones. El valor y la cantidad de las exportaciones sufrieron también un descenso. Los campesinos obtenían escaso o nulo provecho de la venta del café y el cacao; el tabaco y el maíz dejaban pérdida. Esta situación, que amenazaba la estabilidad del régimen, obligó a Trujillo a decretar una moratoria parcial en 1931, que se llamó Ley de Emergencia. El Gobierno se comprometió, según los cánones de esa ley, a cubrir los intereses de la deuda exterior, suspendiendo el pago de las amortizaciones ($1.850.000). Aunque esta ley violaba la Convención del año 1924 no tuvo el Gobierno norteamericano fuerza moral para obligar a la República al cumplimiento de sus viejas obligaciones, ya que admitía que los países europeos dejaran de pagar los intereses de la deuda extranjera. Una negativa de Washington en aquellos instantes habría provocado la caída del régimen. Pero no podía esperarse tal actitud, violadora de normas en vigor, y del espíritu de cooperación internacional a que dió nacimiento la crisis. La Ley de Emergencia salvó, pues, a Trujillo, de una segura liquidación. Mermadas las rentas aduaneras en casi un 50%, y las rentas internas en más de un 50%, el regimen estaba condenado, si medidas salvadoras urgentes no acudían en su ayuda.

Fracasadas las gestiones realizadas en los Estados Unidos con el objeto de obtener un nuevo empréstito, por $50,000,000 esta vez, no le quedó más camino que desviar a su favor, de las rentas aduaneras, las sumas que correspondían según la Convención del 1924, a pagos de amortizaciones. Logró así el Gobierno obtener $1,500,000 anuales más, con los cuales atender a los gastos administrativos ordinarios y al enriquecimiento del señor Presidente, por vía extraordinaria y ordinaria.

Estas medidas produjeron un inmediato alivio. No podían ellas, empero, conjurar por sí solas la crisis económica del Gobierno y garantizar el pago del presupuesto vigente. Los economistas que asesoran al régimen se dieron cuenta de que era absolutamente necesario reducir en algo los gastos públicos y buscar otras fuentes de ingresos. Resolvióse entonces recurrir a una política tributaria nefasta y hacer a la vez economías ligeras en los gastos públicos mediante pequeñas rebajas en los capítulos de algunos departamentos. Como era de esperarse, el Ejército no fué en nada perjudicado por estas últimas restricciones. Sus gastos cubrían el 11.5% del presupuesto total de la nación, en ese año de 1931. Mientras tanto, “se restringieron fuertemente las asignaciones para Sanidad y Beneficencia, así como para el mantenimiento de hospitales e instituciones de caridad. Se clausuraron escuelas y los sueldos de los maestros se quedaron sin pagar. Las carreteras nacionales, representando una fuerte inversión de capital, se descuidaron absolutamente por no poder hacerse las reparaciones oportunas, exponiéndose a una deterioración completa”.

53. Rafael L. Trujillo. “Reajuste de la deuda externa”.

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La responsabilidad de estas últimas declaraciones recae directamente sobre el señor Trujillo, ya que ellas figuran en la obra “Reajuste de la deuda externa” publicada bajo su nombre. Mientras en ellas se hace hincapié en que “los sueldos de los maestros quedaron sin pagar” y en que “se restringieron fuertemente las asignaciones para Sanidad y Beneficencia”, se admite, con el silencio, la situación privilegiada de que gozaba el Ejército en medio de aquella crisis.

LOS EGRESOS DE DINERO SUPERAN A LOS INGRESOS

Bien vistas las cosas, la situación era mucho más grave de lo que las estadísticas gubernamentales denunciaban. La balanza comercial favorable no constituía en si un síntoma de prosperidad, ya que sus cifras nada dicen del dinero que después de entrar al país se reexporta en una u otra forma.

Importaba más conocer las cifras de la balanza de pagos, pero no se había trabajado en este campo de la estadística. Fué necesario, para salvar ese escollo y llegar a una apreciación cercana de la verdad, hacer cálculos basados en datos dudosos. Esos cálculos demostraban que de las sumas señaladas como ingresos por concepto de exportaciones, alrededor del 70% correspondía a la industria azucarera, que es en su mayoría absentista.54 Según el “Anuario estadístico” esa industria obtuvo en el 1936 un beneficio de $2.300,000, que se fué casi todo para el extranjero, Lo probable es que el beneficio fuera mayor, ya que los datos suministrados por las centrales arrojan un montante de $3.600,000 como jornales pagados, suma a todas luces excesiva, puesto que los sueldos de los braceros son positivamente irrisorios. Los datos correspondientes al año 1931 no han sido publicados; sin embargo, como el balance favorable de ese año alcanzó cerca de $3,000,000, mientras que el del 1936 casi dobló esa cifra, existiendo en el valor de las exportaciones azucareras $2,000,000 de diferencia, hay que inferir que las centrales redujeron sus beneficios en el 1931, pero que entonces la remesa de ellos al exterior perjudicaba más al pueblo que en 1936, debido al pequeño margen favorable de la balanza de negocios.

Además de estas remesas de dinero, había que estimar también como capital exportado el correspondiente a las primas de seguros a las compañías extranjeras; el de los fletes y seguros sobre las importaciones y las exportaciones; el remitido tanto al Cuerpo Diplomático dominicano como a los ciudadanos dominicanos —y extranjeros con negocios en el país— que viajan o viven en el exterior; y el que colocan en otras tierras los capitalistas con residencia en la República. Si a esto se agregan los intereses y las amortizaciones de la deuda exterior, la suma total del capital exportado aparece mucho más crecida que la del que definitivamente ingresa. Informes técnicos presentados por el actual Gobierno aseguran que durante los cuatro primeros años (1930 al 1933 54. Apenas existen colonos independientes.

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inclusive), esa suma total ascendió a $16,666,944,55 suma que nosotros estimamos
inferior a la real ya que algunas de las apreciaciones que le sirven de base, como
los beneficios de las compañías extranjeras durante ese tiempo, calculados grosso
modo a $2,500,000 muestran cifras demasiado reducidas. Si se exceptúa al 1933, que arrojó un total de exportaciones de $9,625,473, los tres años anteriores no fueron malos para la industria azucarera. Fué más tarde, del 1934 al 1935 cuando los precios del azúcar bajaron considerablemente en el Mercado internacional. Durante la primavera de ese último año, Londres llegó a ofrecer $0.80 f. o. b. por las 100 libras. Se afirmó entonces que la industria azucarera no cubría el costo de producción, cosa difícil de creer, puesto que ella amoldó sus gastos a las circunstancias del mercado y llegó a pagar a los braceros 8 y 9 centavos por tonelada de corte. Es, sin embargo, indiscutible que para esa época los beneficios tuvieron que reducirse considerablemente, lo que hizo también disminuir la exportación de capitales.

A pesar de la crisis del azúcar, el balance comercial del 1935 fué de $5,697,116 a favor del país, lo que se debió especialmente a la reducción de las importaciones. El pueblo, sangrado por los abusivos impuestos y los negocios monopolísticos del dictador, e incapacitado para adquirir nuevos ingresos debido a la baja de los productos fundamentales del país, disminuyó sus compras al comerciante. Bien vistas las cosas, fueron estos últimos motivos y no el descenso del azúcar, lo que provocó la rápida acentuación de su miseria.

Contribuía también a ello —lógico es— la exportación del capital, pero ese
factor se hizo sentir menos durante ese año, debido a que la industria azucarera
hizo, como vimos, beneficios menores.56 Señalemos, no obstante, que como el azúcar volvió a alcanzar Buenos precios, la balanza comercial arrojó otra vez, en el curso de los últimos años, cifras muy favorables, brindando la ilusión de una prosperidad creciente, cuando la verdad es que el pueblo ha seguido empobreciéndose, llegando parte de él a sentir hambre, especialmente en las ciudades. Se trata, positivamente, de una ilusión, pues casi todos los beneficios del azúcar salen o permanecen en el exterior. Lo probable es que ni siquiera figuren esos beneficios en las cuentas bancarias del país. El comprador extranjero paga directamente a la gran corporación, con sede en Wall Street, de la cual las compañías productoras son subsidiarias.

La suma total de la exportación en el año 1937 alcanzó $18,128,732; de esa suma correspondió al azúcar y a las mieles —industria absentista— $11,638,499, y a los demás artículos, que son los que realmente benefician al pueblo, la diferencia ($6,490,233). Como las importaciones de ese año 55. En esa suma no está incluida la que corresponde a las importaciones. 56.

En el 1937 volvieron a subir las exportaciones, hecho debido tanto al aumento del
presupuesto —fruto de la política tributaria injusta— que puso en circulación varios
millones más de dólares, como al agotamiento de las existencias comerciales.
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ascendieron a $11,691,896, se infiere que la balanza de pagos fué forzosamente
desfavorable al pueblo.

Los balances de las operaciones de los bancos establecidos en el país arrojan
por lo común —y ello muestra la intensidad de la tragedia— cifras favorable al capital exportado. En el resumen de las operaciones bancarias efectuadas durante los cuatro meses finales del 1936, que publica el Anuario Estadístico, el balance favorable al capital exportado ascendió a casi medio millón de pesos. (Suma recibida del exterior: $789,823.26; Suma remesada al exterior: $1,255,907.64, ambas como producido de valores al cobro). Idéntico fenómeno se observa generalmente en los otros meses. La cantidad de dinero exportado es muy superior a los valores que entran a la República y permanecen en bolsillos dominicanos.

Uno de los grandes exportadores de capital es el Dictador Trujillo. La mayor parte de los beneficios que él obtiene del Estado o de las corporaciones extraoficiales la envía a los bancos del exterior o la coloca en empresas comerciales extranjeras. En un artículo publicado en el número correspondiente al mes de mayo de 1938, de “The Economic Review of Puerto Rico” (órgano de la Cámara de Comercio de Puerto Rico), el Sr. George L. Holliday, refiriéndose a este asunto, afirma: “Un inventario de los edificios y las propiedades que se presume pertenecen al Presidente Trujillo en San Juan (Puerto Rico es un país pequeño y cualquier inversión poco corriente llamaría la atención) indicaría que el Dictador dominicano tiene invertido en San Juan cerca de medio millón
de dólares… Sería imposible señalar con precisión sus muchas inversiones en San Juan, porque éstas han sido hechas a través de terceras, cuartas y quintas personas”.

Asegúrase que en los bancos de Inglaterra, los Estados Unidos y el Canadá, ha colocado él también fuertes sumas. Ello agrava el delito que realiza al despojar al pueblo dominicano de su legítima riqueza; algo quedaría en el país de esos despojos —siquiera los salarios míseros— si el Dictador los invirtiera en nuevas empresas industriales o agrícolas. El mal de la corporación monopolística es menor que el de la exportación de capitales, ya que da vida a algunos obreros, evita la importación del artículo producido, y ofrece la posibilidad de expropiar la empresa, para provecho público, a la caída del régimen. Mr. Holliday, en el artículo citado, da a entender que las inversiones de Trujillo en el exterior obedecen al deseo de prevenirse contra riesgos políticos, entre los cuales se halla, lógicamente, la mencionada expropiación. Es posible que así sea. El tirano sabe que su régimen, a pesar de la aparente robustez, reposa sobre artificios, y que nada estable puede construirse sobre esas bases.

CAPÍTULO III

CLÍMAX Y DECADENCIA DE LA ERA TENEBROSA

Los generales que creen que por llevar una espada todos les deben la vida, se olvidan que la sociedad es una entidad superior… que tiene su razón propia, su derecho; que los tiranos pasan, que los apóstatas desaparecen y los traidores se envilecen para siempre; y sólo la sociedad queda, soberana como la Justicia, sublime
como la libertad, eterna como la Patria.

GREGORIO LUPERÓN.

El desangre de la economía nacional, realizado por las vías señaladas, ha contribuído en mucho al agravamiento de la situación. Dicha gravedad siguió acentuándose, a pesar del acuerdo concertado en el mes de agosto de 1934 entre el Gobierno dominicano y el Comité de Protección para los tenedores de bonos extranjeros. Con anterioridad a ese acuerdo, el régimen extendió por un período indefinido los efectos de la Ley de Emergencia. Algunos tenedores de bonos protestaron de esa prolongación, alegando, por mediación de su abogado, Mr. Frank H. Vedder, razones discutibles, y haciendo algunas críticas justas al sistema de distribución de los fondos públicos. Comprendían ellos que la situación económica del Gobierno era seria, pero argüían que él no había tomado las medidas adecuadas para remediarla; afirmaban, con sobrada razón, que el régimen tributario no reposaba en principios científicos; y denunciaban los copiosos gastos que se hacían en cosas superfluas, como el Ejército. Algunas de las críticas hechas por Mr. Vedder estaban basadas en las recomendaciones que para conjurar la dramática crisis presentó en un Informe el ex-Consejero Financiero y Agente Especial de Emergencia, Mr. Dunn. Se quejaba, en efecto, este último, de que “en algunas cuestiones importantes, de naturaleza económica y fiscal, la opinión del Consejero Financiero no fué solicitada. En otros casos, se tomaron decisiones contrarias a las
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recomendaciones hechas”. (Report of the Special Emergency y Agent, pág. 117 y 118). Es posible que esas recomendaciones contrariadas versaran sobre los monopolios presidenciales o sobre la política tributaria.

¿Cuál fué la orientación de esa política? Ya lo vimos: gravar abusivamente los productos de consumo diario, y extraer del trabajador libre, por medio de las patentes, parte de sus escasos beneficios. Esa política remediaba la situación del Gobierno, pero lo hacía agravando más la del pueblo, cuya capacidad tributaria se hallaba —según lo confirmó Mr. Dunn— sumamente reducida.

Legislóse creando impuestos sobre el consumo de artículos de primera necesidad, tales como el azúcar, la harina y el arroz, y sobre la importación de otros productos que el pueblo se ve forzado a utilizar para su alimentación, tales como el arenque y el bacalao. No podía concebirse orientación económica más perjudicial y absurda. Se obligaba a las masas, empobrecidas por causas ya señaladas, a adquirir a precios que representaban en ocasiones cuatro veces el valor original, artículos esenciales para la vida. Lo que había hecho Trujillo, personalmente, con la sal, lo hacía ahora el Gobierno con otros productos. El azúcar, que se vendía en esa época a $1.00 el quintal, fué terriblemente gravado.

Por medio de sucesivas leyes, que culminaron en la Ley No. 1357 (Gaceta Oficial No 5055), se fué aumentando el impuesto. Actualmente, el azúcar parda para el consumo interior paga $2.00; el azúcar crema $2.40; y el azúcar refinada del país $2.75. Lo producido en este impuesto se calcula en $1,000,000 anuales. La venta del producto está de hecho monopolizada por una compañía con sede en San Pedro de Macorís, que paga a Trujillo, en premio del monopolio, una mensualidad elevadísima.

El arroz es otro de los productos más gravados. Lo mismo sucede con las telas, y en términos generales, con todos los artículos de importación. A decir verdad, las importaciones pagan dos aranceles: el que entra dentro de los términos de la Convención dominico-norteamericana del 1924, y el creado durante el Gobierno anterior por la Ley 190, modificada después por la Ley número 854 (Gaceta Oficial No. 4774, marzo 13, 1935). Esta Ley amplió el radio de los artículos gravados. Puede afirmarse que no hay artículo extranjero libre de los recargos extraordinarios establecidos por ella. Pagan productos alimenticios de primera necesidad, y otros de uso diario, como el jabón, los sombreros, los zapatos, etc. Produce ella alrededor de $1,500,000.

LA LEY FAVORECE A LA CORPORACIÓN EXTRAOFICIAL

Muchos de esos impuestos han sido creados con el propósito exclusivo de favorece industrias establecidas por el dictador. En su afán de enriquecimiento multiplicado, él siguió adueñándose de empresas industriales ya existentes, o creando nuevas. Compró de manos del alemán Sollner más del 50% de las acciones de la Compañía Anónima Tabacalera, sociedad que controla la producción de cigarrillos del país, e hizo aumentar por Ley del Congreso el impuesto sobre la importación de cigarrillos extranjeros; como el valor
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declarado de las ventas de la citada compañía ascendió en el 1936, según estadística publicada, a $822,045, y los gastos alcanzaron un poco más de $500,000, —cifra esta última a nuestro juicio falsa ya que nos resistimos a creer que se invirtieran $426,000 en la adquisición de materia prima nacional— Trujillo se benefició con más de $160,000 durante ese año. Dichos beneficios fueron aumentados con los que proporcionó la producción de cigarros por la misma compañía. Esta producción no ha sido aún monopolizada. En el 1936 la oficina de estadística computó 30 establecimientos dedicados a hacer cigarros, industria en la cual se han especializado numerosos miembros de la clase media nacional. Como esa competencia reduce sus beneficios, el tirano promulgó legislaciones recargando las patentes de las cigarrerías, y aumentó, por medio de la Ley No. 1274, modificadora de la 858, (Gaceta Oficial 5007), el impuesto sobre la venta de cigarros, cigarrillos y picaduras.

Algo similar hizo con el negocio de zapatos. Después de haberse adueñado de la compañía “Fadoc”, abastecedora del Ejército, hizo votar un recargo casi prohibitivo sobre la importación del artículo (Ley No. 854, Gaceta Oficial No. 4774). En vista de ello, se le hace totalmente imposible al hombre de economía reducida, adquirir zapatos extranjeros.

Se asegura que también se ha interesado él en la única fábrica de fósforos existente en el país, cuyos beneficios declarados, en el 1936, ascendieron a unos $200,000. A pesar de ser este artículo de primera necesidad, fué gravado, por medio de la Ley No. 814 (Gaceta Oficial 4760) con un fuerte impuesto, que el pueblo consumidor paga. Ese impuesto produce casi $150,000 al Estado. Recargó además, para evitar una competencia perjudicial a los aceites de maní y de palma que produce su compañía “Industrias Nacionales, C. por A.”, el aceite de oliva y el aceite de algodón extranjeros (Ley No. 854). Impuso también un pesado gravamen a la producción de alcohol nacional; ese gravamen proporciona al Gobierno más de $400,000; el alcohol paga (Ley No. 814, Gaceta Oficial 4760) $2.50 por galón. Según rumor muy extendido, los destiladores brindan un subsidio mensual a Trujillo. Por suerte, el pueblo no sufre grandes perjuicios con este último impuesto.

Otras de las más importantes e inicuas tributaciones existentes son las que paga el arroz, producto básico de la alimentación popular, que hoy en día, por los fuertes recargos sobre la importación, casi no se trae del extranjero (Ley No. 1357, Gaceta Oficial 5052). Esta medida ha favorecido a los productores nacionales, entre los cuales ocupa el dictador el puesto más importante. Ella ha contribuído, sin duda alguna, a incrementar la producción nativa, que ha aumentado enormemente durante la dictadura actual. El país ya casi se abastece a sí mismo, y hasta ha logrado exportar excedentes momentáneos. El hecho tiene gran importancia: en primer término, evita la exportación de capitales por concepto de compras en el exterior; en segundo lugar, enriquece el policultivo. El arroz ocupa ya en la economía nacional un sitio paralelo a los del café y el cacao, y ha superado al tabaco. Esa realidad es prometedora de
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un porvenir espléndido. El presente, empero, no es tan hermoso. El aprovechamiento de la rica gramínea está casi monopolizado por el déspota, que la cosecha en las inmensas fincas de las cuales él se apoderó por medio de la coacción, sin “indemnizar” a los propietarios, o compró a precios ínfimos, utilizando la amenaza oficial. En esas fincas trabajan a menudo presos, soldados del Ejército y también campesinos de los alrededores, a quienes por lo general no se les paga.

La explotación de esas fincas por medio de miembros del Ejército fue vivamente criticada en el Memorándum presentado por el Comité de Protección de Tenedores de Bonos. Positivamente, es algo inimaginable… Nada demuestra mejor que la verdadera función del Ejército de Trujillo es mantener al dictador en el poder y ayudarlo —activamente— a enriquecerse. Por ventura, él no ha logrado aún apoderarse de todas las regiones arroceras. Muchos son los pequeños terratenientes que se siguen ocupando del negocio y que pueden así brindar salarios a unos cuantos cientos de obreros rurales. Sin embargo, son tantos los impuestos, que el productor se ve obligado a pagar (Ley No. 1380, Gaceta Oficial 5072) que sus beneficios se reducen a sumas pequeñas.

El gravamen sobre el arroz descascarado produce al Gobierno $150,000. Esas tributaciones —que Trujillo, lógicamente, evade— obligan a vender el producto al detalle a un precio sumamente elevado (5 y 6 centavos la libra) en relación con la pobre capacidad adquisitiva de las masas. Demuestran estos datos que la torcida organización presente despoja al negocio de las ventajas que deberá proporcionarle al pueblo. El gran beneficiado de la explotación es el mandatario, cuyo producto es comprado preferentemente en el Mercado interno. Después de él, se benefician también —o al menos encuentran medios de subsistencia— unos cuantos centenares de familias. La mayoría del pueblo, en cambio, empobrecida, se ve obligada a comprar el artículo a altos precios, cuando con anterioridad a las leyes actuales adquiría el que se importaba, a 4 centavos la libra. El beneficio de aquellas pocas familias no puede indudablemente compensar los perjuicios que para toda la población implica ese aumento de 2 ó 3 centavos en un artículo de primera necesidad, sobre todo cuando la clase media campesina es apenas poseedora de numerario, y el obrero percibe —como es el caso— salarios que oscilan por lo común entre 20 y 50 centavos diarios.

OTRAS MANIFESTACIONES DE LA POLÍTICA TRIBUTARIA

Si se estudian con detenimiento las medidas económicas internas adoptadas por el régimen, se llega a la conclusión de que el 90% de ellas va directamente en perjuicio de la colectividad. Pruebas accesorias de esta aseveración las ofrecen especialmente los impuestos sobre cargas y arrimos en los muelles (Ley No. 1303, Gaceta Oficial 5026); sobre la venta y la exportación de las maderas nacionales (Leyes No. 1804 y No. 1387 modificada por la No. 1550);
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sobre la pesca (Ley No. 1578, Gaceta Oficial 5187); sobre el tránsito en las carreteras (Ley No. 1535, Gaceta Oficial 5195); el impuesto sobre la harina (Ley No. 1200); y los crecidos tipos de patentes que se ve obligado a pagar todo aquel que pretende desarrollar libremente sus capacidades de trabajo. El primero de estos impuestos (carga y arrimo en los muelles) proporciona al fisco $1,000,000. El podría ser considerado equitativo si se dirigiera exclusivamente a las compañías absentistas. Su aplicación a casi todas las exportaciones lo despoja de ese carácter, pues aunque el exportador es quien aparentemente paga, el verdadero perjudicado es el campesino, que se ve obligado a disminuir del precio de la venta el montante del impuesto. La medida reduce, por tanto, sus ingresos, repercutiendo a la vez, desfavorablemente, sobre su capacidad adquisitiva. Los únicos que están exentos del pago de este impuesto son los exportadores de ganado, como Trujillo, (Ley No. 1303), los exportadores de maíz, y los exportadores de frutos y hortalizas nacionales, como algunos familiares del dictador (Ley No. 1233, Gaceta Oficial 4978). El maíz fué necesario incluirlo entre las excepciones debido a que el pago del impuesto hubiera imposibilitado, por los bajos precios, su exportación.

Las maderas nacionales pagan también un impuesto crecido, que los dueños de aserraderos y los exportadores hacen recaer sobre el campesino abastecedor.
La Ley No. 1550 aumentó el gravamen sobre la exportación de caoba a $15 por millar de pies. Innecesario señalar que los intermediarios del dictador exportan constantemente maderas finas a Puerto Rico sin pagar impuestos. El tiene casi totalmente controlado, mediante la “Compañía de Muebles y Portajes” la fabricación de mobiliarios. Los ebanistas encuentran extraordinarias dificultades en el desarrollo de empresas independientes. A pesar de ello, el cómputo realizado en el año de 1936 arrojaba la cifra de 102 talleres, con un valor total de ventas de $80,000. En ese mismo año el valor total de la exportación de maderas —incluyendo postes y traviesas— sobrepasó la suma de $150,000.

Legisló, además, el Gobierno, creando un derecho de pesca que oscila entre $50 y $1.00. Dadas las precarias condiciones económicas del pueblo, y el hecho de que la pesca brindara medios de subsistencia a numerosas familias pobres, la ley apareció en todo sentido injusta e inadecuada. Como, por otro lado, sus ingresos previstos eran reducidos, se hacía difícil concebir su origen.

Fué al cabo de días que la intuición popular pudo descubrirlo. Se dió ella cuenta de que la ley obedecía al deseo de evitar la competencia que el pescado le estaba haciendo a la carne, monopolizada por el déspota en la capital. La legislación empujó a la miseria a innumerables pescadores.

Los derechos sobre el tránsito en las carreteras ofrecen otra de las cargas que pesan sobre los hombros del pueblo. Todo vehículo público y privado los paga, entrañando ello, como es lógico, un aumento sobre los precios de pasajes y fletes. Los automóviles oficiales, de los cuales, a juzgar por el número de placas concedidas, hay más de 500, está exentos de estos impuestos.
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También contribuyen al empobrecimiento de la colectividad los crecidos tipos de patentes para el desenvolvimiento de actividades libres. No hay trabajador independiente que no se vea obligado a pagar por esa independencia, semestralmente, una suma al fisco. Muy a menudo, esas sumas no guardan proporción con los beneficios del negocio. Ello trae como consecuencia la liquidación de la empresa y la proletarización del negociante.

Pocas leyes han contribuído tanto como ésta a la transformación de numerosas familias de la clase media en familias obreras. Esta Ley (No. 1444, Gaceta Oficial 5110) proporciona al Estado más de $600,000 anuales. Nosotros no combatimos el principio a que obedece, sino su aplicación actual a numerosos trabajos y negocios en pequeña escala, que apenas brindan a quienes los desenvuelven, los medios más necesarios de vida. También combatimos los crecidos tipos de costo a que han sido fijadas algunas patentes, como las de los automóviles públicos, que desempeñan una función social, y los reducidos derechos que pagan por ellas las compañías absentistas, tales como los ingenious ($100 por cada trapiche o juego de tres masas).

Después de los recargos sobre el azúcar y el arroz, y de la elevación del precio de la sal como consecuencia del monopolio, el impuesto sobre la harina importada es quizás el que más resiente el pueblo. La ley (Gaceta Oficial No. 4961) obliga a pagar $2.00 por cada 100 ko. de harina importada, además de los otros impuestos existentes con anterioridad. Ello ha acarreado el aumento del precio del pan, que es producto básico de la alimentación colectiva.

Imposibilitadas para adquirirlo al costo actual, muchas familias lo han excluído de la dieta, substituyéndolo por el maíz o el plátano. Aunque la importación de harina no alcanza hoy los elevados niveles de antes, el mencionado gravamen produce al Gobierno alrededor de $80,000 anuales.

Junto a los anteriores impuestos, casi todos abusivos y en franca desproporción con la riqueza pública, creáronse otros, que responden a veces a finalidades científicas —como el de la cédula personal de identidad— pero cuya forma de aplicación no es equitativa. La Ley, que proporciona al fisco unos $400,000 al año, obliga a todos los dominicanos adultos a pagar $1.00 anualmente por el documento identificador. Mide ella, por tanto, las capacidades contributivas del pueblo, con un criterio uniforme. El obrero hambriento y sin trabajo se ve forzado a rendir el mismo tributo que rinde el
rico.

Hace excepción a esta última norma el impuesto, recientemente creado, sobre donaciones, particiones y herencias (Ley número 131, Gaceta Oficial 5323), así como el que se le aplica, desde hace algunos meses, a las propiedades urbanas (Ley No. 127, Gaceta Oficial 5322). Ambos son proporcionales al valor y la extensión del bien u objeto gravado. El impuesto sobre la propiedad territorial, existente en todos los países civilizados, ya que se le considera vehículo natural y justo de tributación, fué abolido por la Ley No. 822 (Gaceta Oficial 4761). La abolición no obedeció al deseo de evitarle cargas al campesino
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empobrecido, sino a las “dificultades que encontraba el Gobierno para el cobro del impuesto”. Las compañías absentistas celebraron jubilosamente el hecho, que las favorecía en grado sumo. Con anterioridad, el Gobierno de Estrella Ureña —constreñido, como es lógico, por Trujillo—, había promulgado la Ley No. 1719, que eximió a las citadas compañías del pago de un impuesto crecido (150% ad valorem) sobre la importación de maquinarias. Estas medidas contribuyeron a atraer y a afianzar el apoyo de esas corporaciones al régimen.


RETORNO A UN FEUDALISMO “LEGALIZADO”
Es obvio que la generalización de estos despojos por parte del dictador, ha implicado un positivo regreso histórico. País esencialmente constituído por la pequeña propiedad rural, la República Dominicana ha visto ahora crecer y desarrollarse las grandes fincas del gobernante y de sus acólitos. Lo que sólo hizo parcialmente el expansionismo financiero norteamericano, lo han estado realizando ellos con amplitud. Las tierras cultivadas de caña —tierras cuyo 90% está en manos de intereses absentistas— abarcan, según el censo de 1935, una extensión de 96,144 hectáreas, sobre un total de 946,565 hectáreas de tierra cultivada. Aunque esa estadística no señala el número de hectáreas poseído por el dictador, sus familiares y sus más cercanos satélites, si se puede asegurar que sobrepasa a la cantidad poseída por las compañías extranjeras.
No existe provincia donde él y los suyos no se hayan apoderado de extensas propiedades. En muchas de ella, como en la de “Los Guayos” o en la de los alrededores de Mao, ha organizado él siembras de arroz en gran escala; en otras, como en la finca “Fundación”, situada cerca de San Cristóbal, se ocupa especialmente de la crianza de reses, para abastecer el matadero de la capital, 

57. Gregorio Luperón. Notas autobiográficas y apuntes históricos.
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y con propósitos industriales. Todos los visitantes hacen el elogio de esta ultima finca. Se trata de una hacienda modelo, única en su clase en el país, y comparable con seguridad a muy pocas de las Antillas. Pacen en ella magníficos ejemplares de ganado cuyos padres fueron casi todos adquiridos por el Gobierno. Se hace difícil saber qué entró allí con dineros gubernamentales o con sumas de las cuentas particulares del dictador. Lo cierto es que la finca funciona eficientemente, proporcionando a la capital casi toda la carne de res
y la leche que consume.
Siendo el Estado para Trujillo un vehículo de enriquecimiento y un sello de goma con el cual legaliza sus magnos negocios a menudo lo ha hecho figurar, públicamente, en operaciones relacionadas con esas fincas. Podrían citarse muchos casos… Vaya un ejemplo: por medio de la resolución No. 1280 (Gaceta Oficial 5015) el Congreso autorizó al Estado a ceder al señor Isidro A. Frómeta, hijo, —que es uno de los agentes de negocios del déspota— los derechos de propiedad de la finca “Altagracia Julia”, “en pago de créditos contra el Estado, de que dicho señor Frómeta es propietario, legalmente depurados y reconocidos como válidos, y que montan a la suma de $105,000”. La validez de los títulos
claro está— escondía un traspaso fraudulento de Trujillo. Se apoderó él gracias a ese fácil expediente, de una magnífica y fecunda extensión agrícola que pertenecía a la República.
Cuando los terrenos son pequeños, descuida a veces legalizar su posesión. Sin embargo, frecuentemente requiere del Tribunal de Tierras sentencias a su favor. Pocos son los enemigos políticos dueños ayer de fincas que no hayan sido despojados de ellas por el mandatario y sus allegados. La más importante de esas fincas es la que se halla situada en las proximidades de Mao, perteneciente antaño al General Desiderio Arias. Después de haberse apoderado de ella, la vendió Trujillo al Estado; más tarde, obligó al Congreso a autorizar de nuevo su venta, por medio de la Resolución No. 72 (16 de febrero de 1939), al precio de $40,000, al señor José Eugenio Veras, que sirvió de instrumento.
Es indudable que el acaparamiento de tierras constituye una de las actividades económicas a las cuales mayor atención y entusiasmo dedica el dictador. Su capacidad de negociante se orienta, por tanto, más hacia la economía agrícola que hacia las explotaciones industriales puras. En esto se asemeja él a casi todos los tiranuelos que impusieron su yugo en diversos países de Iberoamérica. La propensión de éstos a convertirse en señores feudales es corriente. Tanto la inexistencia de actividades industriales importantes, como la carencia de técnicos en dicha rama de la economía, la explican. Sin embargo, es frecuente observar que ellos no se detienen ahí. Monopolizadas las tierras y desarrollado el negocio de la ganadería, tratan entonces de desenvolver las industrias a que ese negocio da origen, pasando más tarde a otras labores industriales.
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El acaparamiento de los terrenos fecundos significa en la historia de la evolución económica dominicana, un paso hacia atrás: crea él un tipo especial de feudalismo, que de seguirse extendiendo, acarrearía miserias espantosas. Por ventura, todavía quedan en pie infinidad de propiedades rurales pertenecientes a millares de campesinos. El Censo Agropecuario de 1935 arrojó un número de 209,670 fincas, divididas entre 1,215,792 habitantes rurales. Si se considera que cada familia campesina tiene un promedio de 4 hijos, se llega a la conclusión de que hay alrededor de una finca por familia, conclusión
lógicamente arbitraria, ya que muchas de esas fincas son poseídas por personas que viven en las ciudades. Queda, sin embargo, establecido el hecho de que la pequeña propiedad rural no ha podido ser destruída, a pesar de la labor latifundista del gobernante. Su permanencia ha salvado al país de una completa ruina. En esas pequeñas fincas el campesino cosecha los productos básicos de su alimentación (plátano, frijoles) y cría gallinas y cerdos, que le proporcionan carne, manteca y huevos. También desarrolla en ellas pequeñas crianzas de ganado, especialmente en las regiones del norte, donde el negocio no ha sido aún monopolizado por Trujillo. La presencia de esas vacas en las fincas brinda leche al niño del campo. Mientras en Puerto Rico, según afirmación de Miguel Guerra Mondragón, “miles de niños pasan sin leche los 365 días del año”,58 en los campos dominicanos raros son los niños que no se toman todos los días varios vasos de ese precioso líquido. Esta diversidad de cultivos y negocios de origen agrario en multitud de fincas ha permitido al pueblo la subsistencia, a pesar de las angustiosas condiciones político-financieras, y de la monopolización de las principales fuentes de riqueza. Santo Domingo siguió, por tanto, sin saberlo, el sabio consejo de Martí. Si los dominicanos se hubieran entregado como Cuba y Puerto Rico, exclusivamente en manos de la industria azucarera, estaría atravesando el país una situación muy crítica, ya que los ingenios, que
hacen beneficios vendiendo el azúcar aun a $1.00, no habrían reducido esos beneficios en provecho del pueblo trabajador; y que aun reduciéndolos, los sueldos que el campesino dominicano, convertido en proletario, hubiera percibido, no hubieran permitido subvenir a todas las necesidades de la vida.
La política del acaparamiento de tierras ha forzado a muchos campesinos a emigrar a la ciudad, engrosando allí las filas del proletariado urbano. Como las industrias escasean, se ven ellos obligados a convertirse a veces en miseriosos y mendigos. El hambre, con todas sus trágicas consecuencias sociales, los desorienta y martiriza. A medida que pasan los días, el cuadro adquiere mayores tonalidades dramáticas. Su existencia perturba al mandatario, ansioso de dar al turista la impresión de una creciente bonanza. Para combatirla, promulgáronse leyes sobre la vagancia, medida ápoda, ya que no es la vagancia en sí lo que hay que destruir, sino sus causas. Después, viendo que el problema seguía en pie, resolvióse la repartición de algunas tierras del Estado, y de 58. Miguel Guerra Mondragón. “El médico ante el problema económico social de Puerto Rico”.
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terrenos no cultivados de algunos grandes terratenientes—, contrarios, por lo general, a la administración imperante— entre los campesinos desprovistos de propiedades y medios económicos. Según el censo realizado en 1936, para fines de ese año habían sido ya repartidas 115,255 hectáreas entre 58,266 agricultores. Es claro que si se pudiera depositar confianza en esos números, y si la repartición se realizara siguiendo métodos científicos, después de un hondo estudio del asunto, la medida aparecería salvadora. Pero no es ese el caso. Se actúa sin plan previo. La ayuda pecuniaria al campesino es mínima o inexistente: algunos implementos y semillas que las Cámaras de Comercio —organismos allí gubernamentales y no particulares— distribuyen. Y tienen los agricultores que comenzar a pagar al año el costo de la tierra, con lo cual entran nuevos ingresos en las arcas del Estado.

Todos los que han estudiado el problema de la repartición de tierras en otros países saben las dificultades que se encuentran cuando se pretende resolver la cuestión con rigor científico y espíritu de justicia. No se conciben el éxito y la equidad en la gestión sin la organización previa de un banco territorial y agrícola, y sin un respaldo educacional técnico y económico a las masas campesinas, factores éstos inexistentes en la República.

SALUD EN CRISIS Y DESORIENTACIÓN SANITARIA

El empobrecimiento colectivo provocado por la política económica desacertada e injusta ha tenido repercusiones graves en la salud del pueblo. A pesar de que el hambre sólo se hace sentir en las capas más abandonadas de población urbana y en escasos rincones campesinos, la restricción de la dieta es fenómeno que se extiende hoy al 70 u 80 por ciento de la colectividad. Ello ocasiona deficiencias orgánicas, y visibles miserias fisiológicas, que atenúan la capacidad defensiva del hombre contra las enfermedades. Algunas endemias, como la tuberculosis, han adquirido un acusado incremento. Aunque no se puede confiar en las pocas estadísticas publicadas, debido a la inexistencia de un eficiente control sanitario de las poblaciones rurales, todos los conocedores serios del país afirman que el contagio y la mortalidad por enfermedades infecciosas han aumentado considerablemente, en comparación con los de los años anteriores al advenimiento de Trujillo al poder. A esos males, la Sanidad responde con medidas desorientadas, casi estériles. La apertura de unos pocos dispensarios en los campos sólo representa un paliativo ínfimo, que apenas debe tomarse en consideración. El mal está en la orientación económica del régimen, que crea miseria; es imposible, por tanto, combatirlo con eficacia sin hacer variar —requisito indispensable— esa orientación. La persistencia de ésta invalida en gran parte cualquier esfuerzo encaminado a impedir la diffusion de las enfermedades y a curar los casos existentes. La terapéutica social moderna es, mas que curativa, preventiva.

Pese a la gravedad del problema, la dictadura no se ha preocupado en darle una solución conveniente, siquiera parcial. Imposibilitada, por su propia
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naturaleza, de encauzar la política económica por otras vías, hubiera podido organizar una campaña sanitaria sobre adecuadas bases científicas y financieras. No lo hizo. La suma de $50,000, asignada para tal propósito (Presupuesto de 1939), no responde ni remotamente a la necesidad; es como si quisiéramos satisfacer, con un sorbo de agua, una sed prolongada. Los encargados de ejecutar el conato de campaña limitan su actuación casi siempre a los tratamientos antisifilíticos, antipiánicos y ntiuncinariásicos, y a repartir algunas cápsulas de quinina contra el paludismo; todo lo cual se realiza sin sujeción a un plan científico previo.

Mientras los mencionados $50,000 se gastan en dichos fines, el Cuerpo Médico del Ejército dispone, según el Presupuesto aludido, de $115,660, suma equivalente a más del doble de la cantidad anterior. La diferencia entre ambas cifras denuncia el menosprecio con que el Gobierno responde a asuntos fundamentales de la nación, y su solicitud en atender a las fuerzas minoritarias en que se apoya. El Ejército recibe —ya lo vimos— casi dos millones de pesos, a pesar de ser, en su estructura y orientación actual, un cuerpo parasitario y funesto; los servicios sanitarios nacionales perciben, en cambio, menos de medio millón, que se eroga especialmente en el mantenimiento de los hospitales urbanos y de una burocracia de inspectores sanitarios, por lo general urbanos también, de discutible capacidad técnica.

El campesino se beneficia muy escasamente de esos hospitales y esa burocracia. No obstante, sus males físicos aumentan. Ahora enferma más que antes, y se encuentra sin dinero para ir a la ciudad en pos de la consulta médica y la medicina conveniente. Si el médico privado no le trabaja a crédito, se ve obligado a recurrir al curandero, o a acudir al dispensario frecuentemente lejano, donde por lo común no hay tiempo ni medios para someter su caso a estudio, ni existe la medicación requerida.

EL ESTADO. VEHÍCULO DEL ENRIQUECIMIENTO DEL DICTADOR

La tragedia de esa realidad campesina no preocupa al dictador. Lo que él busca es su enriquecimiento constante. El Estado coopera a dicho enriquecimiento. El ha tenido el tacto o la astucia de imprimirle a la maquinaria, de ese Estado cierta eficacia funcional. Raras veces permite violaciones a las normas que los reglamentos internos prescriben. En todo cuanto es superficial y aparente, hay orden; si el Congreso vota una transferencia de fondos, el voto se cumple; si la ley señala a tal empleado tal función, esta función se ejecuta.

Todo cuanto pudiéramos, pues, considerar como parte mecánica de la administración, se desenvuelve disciplinadamente. Para el dictador, el Estado es una corporación magna, dependiente de sus órdenes, que le ofrece directa o indirectamente, beneficios substanciales. Su actuación personal es equivalente a la de los magnates de empresas comerciales importantes; esos magnates no permiten que sus subalternos distraigan fondos de la compañía con fines de 
 
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provecho propio; del mismo modo Trujillo impide, generalmente, que los empleados del Gobierno, sobre todo los civiles, se lucren con fondos del fisco.

En las grandes corporaciones, los que se enriquecen son los dueños y directores; Trujillo procede de idéntica manera: él se enriquece mientras sus empleados perciben sueldos ínfimos, reducidos por las diarias exigencias para fiestas, homenajes y estatuas —expresión de la adulonería— y por el obligatorio 10% que ellos tienen que regalar al Partido Dominicano, como contribución para su sostenimiento, dineros de los cuales dispone a su antojo el Supremo Jefe del Partido. El gran desorden está en la entraña, en la médula y la orientación de toda la maquinaria; en la existencia de departamentos anexos como la Lotería, que él domina sin control; en las numerosas asignaciones de fondos que señala el Presupuesto, y de las cuales nunca se rinden cuentas; en resumen, en el hecho básico y central: en la legalización de lo injusto y lo deshonesto.

Lilís hacía todo lo contrario: no atribuyó él nunca a la estructura administrativa del gobierno la importancia que para Trujillo tiene. La contabilidad era ante sus ojos casi innecesaria; ni veía él diferencias —siquiera aparentes— entre los ingresos del Estado y los ingresos personales. Como dice el Sr. Rufino Martínez en su obra “Hombres Dominicanos”, Lilís, “con ambas manos metidas en las arcas nacionales, parecía exclamar: ¡Señores, esto es de todos! Mientras daba con una mano a todo el mundo, con la otra apartaba lo suyo”. Y lo apartaba para dar… Trujillo, por el contrario, estima que los fondos del Estado están destinados, primordialmente, a mantener el funcionamiento de la maquinaria del Estado, y que sólo los sobrantes —y lo que se puede obtener por medios disciplinados, como la contribución sobre los sueldos —son susceptibles de llegar a sus bolsillos y a los de un número escaso de favorecidos. A su juicio, esos fondos no son “de todos”, en la acepción anárquica que Heureaux —según Martínez— daba a la frase; son más bien de la corporación gubernamental que él dirige, y su función sustantiva es servir para el pago de los empleados que trabajan en la corporación, ayudando así a sostener el régimen, base cardinal de su enriquecimiento. La originalidad de Trujillo reside justamente en haber logrado imprimirle disciplina al funcionamiento de esa corporación, sin la cual él no podría realizar sus propósitos siniestros.

EL CÁRTEL DE LAS CORPORACIONES EXTRAOFICIALES

Como Lilís amaba mucho más el poder que el dinero, permitía que otros se enriquecieran; Trujillo, por el contrario, no lo tolera. Sólo él, y las compañías absentistas que lo protegen, tienen derecho a la riqueza. Todas sus actividades giran, pues, alrededor de ese afán monopolizador de la economía. Siendo el Estado el vehículo capital en la cristalización de ese afán, importa que los integrantes de ese Estado sean fuertes, y que sus actuaciones muestren armonía y eficacia. En realidad, no es ese Estado el manantial que directamente le brinda sus más cuantiosos caudales auríferos. Pero permite, estimula y garantiza
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su obtención. Sin su existencia no hubiera podido el mandatario organizar la vasta red de monopolios y negociaciones arbitrarias extraoficiales con la cual ha ido gradualmente empobreciendo al pueblo.

Los tributos gubernamentales, factores en la labor del empobrecimiento, no proporcionan por lo común al dictador muy crecidos beneficios directos. Es la centralización de más del 75% de las más importantes actividades económicas puramente nacionales o que ofrece a él, a manos llenas, la riqueza.

Junto a la corporación gubernamental funciona, pues, la gran corporación extraoficial, o para mejor decir, la unión o el cártel de las corporaciones extraoficiales, que gozan del favor oficial, y se apoyan en la fuerza pública.

Indudablemente, estas estructuras financieras, monstruosas en sus finalidades, han sido diestramente ideadas y organizadas. Sus ramales se extienden a todos los rincones del país. El cartel se compone de la corporación del ganado, la corporación de la sal, la corporación arrocera, la corporación tabacalera, etc., y posee su propio banco: “La Compañía Bancaria Nacional, C. por A.” Aunque esta institución bancaria se ocupa principalmente de operaciones de tipo usurario, en ella convergen muchos de los beneficios de las diversas corporaciones que integran el cartel. Su administrador es Paco Martínez, el mismo cuñado del Presidente que vimos ya a la cabeza de la Ferretería Read.

Acostumbra ese banco descontar el 6% mensual de los salarios de los empleados públicos, obedeciendo a la siguiente técnica: a principios de mes anticipa a sus víctimas el 80% del sueldo, descontando el 6% sobre la totalidad. Cuando el Gobierno paga los sueldos el 25 del mes, la Compañía entrega el remanente. Como el descuento es sobre la totalidad, y se cobra por un mes completo, a pesar de que el banco recibe el pago a más tardar a los 25 días, el interés real que percibe no es el 6% mensual, sino mas elevado. El préstamo ofrecido es el 80% porque se deja un margen de 20% para cubrir las contribuciones regulares que Trujillo impone para el Partido Dominicano, y las extraordinarias, tales como los homenajes, las fiestas, etc. Se calcula que el Partido —o sea el dictador— recibe de los empleados públicos no menos de $250,000 anuales. Como dicha suma ingresa al fisco gracias a los tributos que paga el pueblo, éste así coopera, pese al hambre de los hijos, al enriquecimiento del tirano.

PROGRESO MATERIAL GRACIAS AL TRABAJO DEL SIERVO

El progreso material de la República ha experimentado, bajo el régimen de Trujillo, un gran incremento. La dictadura continuó, en esa zona, la trayectoria iniciada por el gobierno de Cáceres, y seguida, de acuerdo con las circunstancias, por los gobiernos ulteriores, especialmente por el régimen del marino interventor, y por la última administración de Vásquez. Es justo denunciar, empero, que casi todas estas obras han conllevado un beneficio personal, a veces cuantioso, para el mandatario, Realizar trabajos materiales tiene, pues, ante sus ojos, dos aspectos atrayentes: en primer término, el aspecto spiritual del prestigio que ellos brindan; en segundo lugar, el provecho pecuniario que él deriva.

La más importante de todas las obras públicas construídas parece ser la del puerto capitaleño. Los trabajos fueron realizados por el Ingeniero Félix Benítez Rexach, a un costo de $2,500,000. La obra, impresionante por su magnificencia, ha sido criticada desde el punto de vista técnico; ella obliga a un dragado constante; muchos expertos opinan que no representa nada definitivo; otros, por el contrario, la encomian. La mayor objeción que a nuestro juicio podría dirigírsele reposa en su inoportunidad, y en la fehaciente escasez de provechos que de ella deriva inmediatamente el pueblo. Aunque su presencia ha contribuído a darle a la capital un aspecto de ciudad moderna, el país no lo reclamaba imperiosamente, ni podía justificarse su realización en una época de crisis económica. Los resultados de ella han sido, desde el punto de vista práctico, casi nulos, ya que si ha habido una intensificación del tráfico marítimo al través del puerto capitaleño en algunos momentos, no fué debida esa
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intensificación a su presencia. Los barcos que antaño venían, continuaron viniendo. Sólo de vez en cuando aparecían vapores de calado mayor. Mas en nada o en bien poco favorecían a la economía nacional esas apariciones.

Constreñido por gastos imprevistos, en varias ocasiones tuvo el ingeniero Benítez Rexach que variar los planes originales. No se rendía cuentas al público, como era deber, de nada de esto. Tampoco pudo el público averiguar con certeza los beneficios personales que Trujillo estaba derivando. Sólo se sabe que después de haber él ofrecido una comisión cuantiosa al intermediario, un desacreditado abogado puertorriqueño, se vió éste constreñido a aceptar un porcentaje ínfimo de la suma prometida.

Además de esta obra, la dictadura ha realizado, durante los diez años que lleva ya en el poder, reparaciones y construcciones de algunas carreteras, y de calles y avenidas de las más importantes ciudades. Vásquez dejó, al caer, unos 1,200 kilómetros de carreteras terminadas, y unos 400 kilómetros de carreteras por terminar. Trujillo terminó estas últimas y agregó unos 400 kilómetros más. Ambos regímenes se ocuparon de la colocación de puentes. “El Gobierno de Vásquez —afirma el Informe de la “Foreign Policy Association”, ya citado— contrató en 1928, con la “United States Steel Products Co. of New York”, la construcción de siete grandes puentes. La administración de Trujillo encontró todo este material ya fabricado, y lo que ha hecho es colocarlo en sus respectivos puestos, habiendo comprado algo adicional”. Pero ya realizados, o mientras se realizaban estos trabajos, hizo nuevos contratos para otros puentes necesarios, que fueron construídos.

El embellecimiento y las mejoras a la ciudad capital han sido asuntos a los cuales mayor atención y celo ha dedicado la dictadura. Es inexacto, sin embargo, afirmar, como lo hacen sus acólitos, que el dictador ha reconstruído a la Ciudad Primada. La construcción de algunos edificios, avenidas y parques no autoriza semejante aseveración. La verdad es que la capital fué reedificada por los propietarios urbanos, sin la menor cooperación directa de la municipalidad o del gobierno.

El ritmo precipitado con que el régimen ha ido realizando su ambicioso programa de obras públicas no debe causar extrañeza. Pues la tendencia a incrementar y enorgullecerse de los trabajos materiales es propia de todos los dictadores. Gómez en Venezuela, Porfirio Díaz en México, y Machado en Cuba, hicieron constante demostración de ella. Trujillo no podía violar la regla. La ha cumplido y sigue cumpliendo. Tal vez con intensidad mayor que los otros; intensidad que salta a la vista, en razón del valor negativo de las demás facetas de su gobierno.

Aceptadas esas realizaciones, preguntémonos: ¿de qué medios se sirve él para llevarlas a cabo? La respuesta es obvia: de los fondos brindados por las tributaciones injustas que paga el pueblo, y de la esclavitud de ese mismo pueblo. Las construcciones y los arreglos de carreteras y caminos vecinales se 
 
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efectúan gracias a la labor rendida por un número escaso de obreros miserablemente pagados, y un número crecido de campesinos a quienes las autoridades obligan a ofrecer, gratuitamente, varios días de labor, además de los alimentos para el grupo. Se transforman entonces esos campesinos en lo que el régimen ha denominado “los prestatarios”; prestan ellos sus energías —o para mejor decir, las regalan— a cambio de las reparaciones o construcciones deseadas. Se ha llegado, en estas últimas vías, a lo que ninguna mente civilizada concibe: a obligar al discipulado de la Escuela Normal Superior de Santiago, a rendir un día de trabajo, con el pico y la pala, en el canal de irrigación de la Herradura, canal de gran utilidad para la finca de José Estrella, uno de los más poderosos y detestables sostenedores del régimen.

En las ciudades, son los presos civiles y políticos, y unos pocos obreros asalariados, quienes construyen y limpian las calles y levantan los edificios estatales, municipales o del dictador. Es, por tanto, con el sudor del siervo y con el dolor del pueblo desdichado y hambriento, que se realizan casi todas esas obras. Por eso puede el régimen afirmar que lo que gasta en ellas es ínfimo si se compara con las sumas que en labores semejantes despilfarró el régimen de Vásquez. Claro está: ni lo uno ni lo otro es justo y adecuado.

No es justo ni adecuado gastar, como lo hizo el gobierno caído, más de $20,000 por kilómetro en la carretera que va de Monte Cristy a Dajabón; suma de la cual poco aprovechó la clase trabajadora. Pero es aun menos justo y adecuado cubrir el costo de un kilómetro, como lo hace la dictadura actual, en la misma carretera, con la suma modestísima de $1,147.00, ya que de esas monedas nada, absolutamente nada, ingresa en los bolsillos de la clase trabajadora.

Lo cierto es que el pueblo preferiría mil veces que ninguna de esas obras se realizara, y en cambio, gozar de libertad, y sentirse protegido y no explotado y esclavizado por el régimen.

TRABAJADORES Y LEYES DEL TRABAJO

Las leyes y la organización del trabajo ofrecen a menudo marcadas incongruencias, que son reflejos de las facetas contradictorias de la psicología del gobernante. Se promulgó, por ejemplo, la ley de las ocho horas (Ley No. 929); pero se requiere y utiliza el trabajo de los prestatarios; también se legisló (Ley número 837) en el sentido de obligar a todos los patronos a emplear no menos de un 70% de dominicanos en su personal, pero se les conceden a las compañías absentistas, constantemente, permisos para la introducción de braceros extranjeros. Estas contradicciones sorprenden a las personas que no están familiarizadas con la naturaleza y los procedimientos del presente régimen. Estudiadas a la luz de los hechos, las citadas leyes pierden casi totalmente su fuerza. Pues se llega a la conclusión de que sólo se cumplen de modo muy limitado. Para el campesino, que forma la gran mayoría de la colectividad, son letra muerta…
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Los únicos que se benefician de la aplicación de la ley de ocho horas son los empleados de las casas de comercio urbanas. Pero los alcances del beneficio quedan en gran parte anulados por la imposibilidad en que se encuentran ellos, así como toda la clase obrera, de organizarse independientemente en estructuras sindicales.

Conocedor el régimen del valor revolucionario de la organización proletaria libre, legisló —medida fascista— (Ley No. 1793, Gaceta Oficial No. 4988) creando gremios sometidos totalmente al control gubernamental; los gobernadores de provincias, y los síndicos de las communes quedaron por esa ley investidos con el carácter de Presidentes Ejecutivos de ellos. Es obvio que dentro de esas condiciones no pueden los obreros reclamar en casos de abusos o coacción, o protestar contra los salarios de hambre que en numerosas industrias y en casi todos los trabajos se pagan. Todos estos hechos tienen, como se ve, grandes analogías con los que se observan dentro de los regímenes nazi o fascista.

En realidad, debido al escaso desarrollo industrial del país, la clase puramente proletaria sigue siendo reducida. Existen, sin embargo, en el comercio, numerosos trabajadores de cuello blanco, que actúan más como hombres de la clase media que del proletariado. Después de los empleados del Estado, son ellos los asalariados que mejores sueldos perciben. El censo de 1936 computó un total de 1076 establecimientos industriales donde trabajan 76,791 empleados y obreros. Como según los autores de la estadística sólo fueron computados alrededor del 50% de establecimientos industriales, se llega a la conclusión de que el número total de esos obreros asciende aproximadamente a 152,000. De esta cifra hay que rebajar 128,000, que es el montante duplicado de los obreros que trabajaron en la industria azucarera, ya que ellos, de nacionalidad extranjera en su mayoría, vienen al país con el exclusivo propósito de hacer la zafra, y terminada ésta, regresan a sus tierras de origen. (Duplicamos el montante por haber sido computada en el censo la totalidad de los establecimientos azucareros). Suponiendo que de los 64,000 que los ingenios importan, 14,000 permanecen, y agregando estos 14,000 a los 24,000 (diferencia entre 152,000 y 128,000) obreros nativos asalariados en las otras industrias, se deduce que la cifra total del elemento obrero industrial fijo en el país es de 38,000, cifra insignificante comparada con el monto de la población adulta en 1936, que era de 1,479,417 habitantes. Naturalmente, esa cifra hace caso omiso de los obreros portuarios, los obreros de construcción, y los criados y sirvientes de numerosas familias de la burguesía y de la clase media, obreros para quienes no existe, por lo general, la ley de ocho horas, y que perciben por sus trabajos, salarios de hambre. Tampoco toma en consideración aquella cifra, a los numerosos obreros rurales y a la infinidad de hombres y mujeres que no tienen de qué vivir y buscan, hambrientos, tanto en ciudades como en campos, un trabajo que siquiera les proporcione el pan y el techo.

Si el Gobierno quisiera prestarle positiva ayuda a la clase obrera, podría indudablemente hacerlo. Pero no se puede esperar esa actitud de su parte, ya
 
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que ella estaría en abierta pugna con la naturaleza del régimen, que se apoya en fuerzas reaccionarias (el politicastro, el burgués rico, el empresario absentista, el cura), y con la finalidad capital que persigue Trujillo: su enriquecimiento. La codicia del dictador constituye, por tanto, el primer obstáculo en el camino de una política obrerista auténtica.

Esa codicia, rasgo característico de su alma, se proyecta casi constantemente sobre la colectividad. A veces, empero, asoman, aislados e inconfundibles, otros rasgos; hoy es su vanidad, que él estimula dando pábulo a las manifestaciones de adulonería con que sus secuaces gratamente lo abruman; mañana es su cinismo, puesto tantas veces de relieve, y que hizo una de sus más genuinas apariciones cuando les habló a los jueces diciéndoles: “No hay pan más amargo que el que se adquiere deshonestamente; ni puede ser placentera una fortuna cuando se la obtuvo contra los dictados de la conciencia".

Nada despierta en mi más amargo resentimiento que ver a un hombre que goza de la confianza pública, traicionar a la sociedad, y dedicarse a las ganancias privadas y a sus propios intereses”.63 Ese cinismo lo empujó también a imprimir bajo su nombre con fines de repartición escolar, una “Cartilla cívica” que contiene pensamientos moralizadores e indirectos consejos de sumisión al régimen por él encarnado.



LA EDUCACIÓN DESEDUCA

El funcionamiento del Departamento de Educación ofrece también aspectos contradictorios. Por un lado, se le ha impreso a la educación primaria cierta orientación práctica, adecuada al sistema de vida. Las clases de agricultura y de crianza de animales, más los huertos escolares, tienen a ello. Por otra parte, se anula esa obra buena con el ejemplo de servilismo e indignidad que ofrecen, constreñidos por el régimen, los maestros. Las escuelas exhiben por doquiera el retrato del tirano; los temas literarios que se les brindan a los discípulos versan alrededor de su figura, su vida, la vida de su familia, y sus obras. Por medio de la Ley No. 1317 (Gaceta Oficial 5036) se ordenó la recopilación de sus discursos para ser leídos en las escuelas públicas. La conciencia infantil se va desarrollando así, pervertida, al influjo de una labor sistemática de corrupción. Se anula en el niño todo sentido crítico, facultad maravillosa, característica la más genuina y constructiva del hombre; a pesar de que Santo Domingo no tiene problemas bélicos, lo obligan a hacer ejercicios militares bajo la dirección de un soldado; y a mantenerse horas enteras —conjuntamente con los profesores— de pie bajo el sol cálido, en las paradas que el dictador organiza para su propio homenaje.

La politiquería y la desvergüenza han llenado de cieno las altas esferas del departamento educativo. Escuelas normales, escuelas rurales, universidad, todo 63. Lawrence de Besault. Obra citada. Frase traducida del inglés.

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se encuentra bajo el dominio directo del déspota. Los nombramientos se obtienen a cambio de genuflexiones. Y ¡ay del profesor que no demuestre celo en el ditirambo, que descuide el encomio diario del “Benefactor”! Hostos con seguridad se habría avergonzado al ver a los hijos de los directores de conciencia que él quiso formar, realizando esas tareas. Y se preguntaría a si mismo, en la desesperación y el silencio: ¿qué será de estas nuevas generaciones que crecen sometidas a férulas tan oprobiosas? ¿Cómo podrá prender en ellas el sentido moral y el sentimiento cívico? ¡Interrogaciones que preocupan hondamente a todas las conciencias dominicanas dignas! Responden a ellas, alentadas por la esperanza, las frases de Luperón: “cuando parece que todos los sentimientos han desaparecido en el pueblo dominicano, los principios de libertad y de justicia, inculcados por los libertadores de la patria y por la civilización del siglo, batallan todavía con vigor en el espíritu de los desterrados y de los perseguidos, hasta que la moralidad, la verdad, la probidad y el derecho vuelvan a reinar bajo el amparo de la paz y la democracia”.64 Mientras haya quienes recojan y se sacrifiquen por el ideal hostosiano, no hay motivos para dolorosos presentimientos. La verdad a la postre triunfa, y esas generaciones que la maldad y la corrupción ahora desvían, serán tal vez mañana los más robustos pilares de la revolución salvadora.

Es positivamente cierto que nunca sufrió el pueblo dominicano una situación de mayor angustia, desdoro y violencia brutal. Los progresos materiales nada significan frente a su miseria y al desbordamiento del crimen y la barbarie. Pues no se vive para levantar palacios sobre la maldad y la injusticia, sino para dignificar con la virtud de la vida.

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Lo siguiente es una colección de resúmenes y extractos obtenidos del voluminoso compendio La dictadura de Trujillo, documentos, del historiador cubano, el Dr. Eliades Acosta Matos, proporcionada por Jairo Joel Vicente en su portal politicard1.blogspot.com. Para los que quieran verificar la autenticidad de estos extractos de las obras del Dr. Acosta sólo tienen que realizar un “word search” en los diversos volúmenes del Dr. Acosta (ver archivos de AGN) de las frases que les interesan y se percatarán de que efectivamente fueron extraídos del compendio del Dr. Eliades Acosta. La agradecemos a Jairo Vicente Vásquez por este gran esfuerzo el cual enriquece nuestra colección con estos valiosísimos extractos y resúmenes de la importante investigación realizada por el Dr  Acosta.
 
Para los que tengan interés en verificar la reproducción que hicimos más abajo, este es el link: http://politicard1.blogspot.com/2014/03/la-era-de-trujillo.html


DOCUMENTOS DE LA DICTADURA DE TRUJILLO

Marzo 3, 2014

Politicard1.blogspot.com
Jairo Joel Vicente Vásquez

(Extractos de varios volúmenes de La dictadura de Trujillo, documentos - Dr. Eliades Acosta)

Desde los mismos inicios del régimen de Trujillo, tanto la Policía como el Ejercito Nacional tenían la prerrogativa de decidir sobre la vida o la muerte de los prisioneros, y presuntos infractores de las leyes. La frecuencia con que se disparaba sobre personas que, como se informaba, resistían los arrestos o intentaban la fuga, y el no reportarse heridos en estos sucesos, hace pensar que se trataba de asesinatos a sangre fría .

Los salarios que se pagaban a los rasos en el Ejército Nacional no alcanzaban para para garantizar el sustento de sus familias.

Siguiendo el mal ejemplo de Trujillo, sus familiares y los principales oficiales del Ejército Nacional (E. N.), también los oficiales subalternos se dedicaban a pequeños negocios ilícitos, como el robo de madera en propiedad privada, utilizando para ello a los presos.

En otro caso, de octubre de 1930, las tropas trujillistas ocupaban tierras y animales del rebelde general Cipriano Bencosme, al que perseguirían hasta asesinarlo. Como norma, Trujillo se apropiaba del patrimonio de sus enemigos usándolo también para recompensar a sus incondicionales.

En los archivos, donde se conserva la documentación del E. N., de este periodo abundan los documentos que muestran las frecuentes expulsiones, juicios, arrestos, arbitrariedades, atentados, robos, malversaciones, compras y malversaciones y ventas irregulares, participación en juegos de azar y escándalos, que provocaban heridas y asesinatos, que involucraban a soldados, clases y oficiales de la institución armada. Estos registros desmienten la imagen que construyó la dictadura, de unas Fuerzas Armadas disciplinadas.

Con suma celebridad, como se evidencia en estas dos comunicaciones del Tte. Ciprián, al coronel Vásquez, de julio de 1930, el E. N., movilizaba a sus efectivos para reprimir cualquier intento de huelga, en este caso, en La Romana. Lejos de buscar una solución de justicia a las demandas de los trabajadores, las tropas se movilizaban para «garantizar los intereses del Central».

Trujillo hizo un uso libérrimo, desde los inicios de su gobierno, de cuantas disposiciones legales le permitiesen aumentar su riqueza y la del círculo de sus allegados. Mientras el pueblo y los propios soldados del E. N., sufrían penurias y vivían en el límite de la miseria, dedicaba enormes sumas para mantener un tren de vida lujoso, sin pagar siquiera los derechos aduanales que gravaban la importación de artículos, como autos y efectos de montar.

La represión de la población, expresada en cifras elevadas de capturas y arrestos, fue una herramienta de terror usada preventivamente por Trujillo, quien supervisaba, personalmente, en fechas tan tempranas como los meses de de septiembre-diciembre de 1930, las cifras de personas privadas de libertad, sin juicio previo. A tal extremo llegaba esta aberración jurídica, que el dictador evaluaba, mes por mes, y por escrito, a todos los oficiales encargados de diversas regiones del país, y les daba una mejor o peor calificación, en dependencia del número de personas privadas de libertad, en el período.

Es cierto que Trujillo erradicó parte del el desorden reinante en las filas militares, imponiendo una férrea disciplina basada en el miedo, pero mantuvo e incentivó el carácter represivo de la institución.


La sra. Ana Bencosme, familiar del general Cipriano Bencosme, alzado en armas contra Trujillo, se queja ante este del saqueo a que están siendo sometidas sus propiedades, por parte de oficiales del E. N, y el hecho de que «nos está vedado todo». Esto constituiría una práctica sistemática durante el gobierno de Trujillo, orientada personalmente por él.
Las propiedades de enemigos, sospechosos, o personas caídas en desgracia eran saqueadas y usufructuadas por oficiales, funcionarios y familiares de Trujillo, «por derecho de conquista» y como botín de guerra. 
 
Los deberes reglamentarios, se les exigía efectuar labores de inteligencia, control y represión de los oponentes políticos de Trujillo, o de los sospechosos de ser desafectos al Gobierno. Tales informes, como se observa, procedían de todo el país, eran muy detallados, y tenían carácter regular.

Las solicitudes de ascenso en el E. N. eran terreno propicio para el clientelismo el favoritismo y el nepotismo, se mezclaban intereses grupales, políticos y personales que terminabanndesvirtuándolo. Los siguientes ejemplos confirman que grados y ascensos se repartían de manera caprichosa, como favor personal dispensado, lo que afectaba, sin duda alguna, la cohesión, disciplina y la capacidad combativa del propio Ejército Nacional.

Los oficiales del E. N., investidos de enorme poder sobre sus subordinadas y el resto de la población, cometían frecuentes arbitrariedades, amparados en la impunidad de su condición, desde retenerle el pago a los rasos, sin mediar documento escrito, hasta eludir el cumplimiento de obligaciones y pagos comerciales, o disparar sobre otros agentes del orden por una insubordinacion Estos tres ejemplos de los años 1930 y 1932 así lo evidencian.

En el caso del entonces capitán Mélido Marte, de 1937 se trataba de varios contrabandos de braceros haitianos introducidos ilegalmente al país.

En las regiones fronterizas, donde existían destacamentos y puestos del E. N., eran frecuentes las tensiones y choques con la Gendarmería haitiana, y tenían lugar numerosos sucesos, muchas veces trágicos, Durante todo el Gobierno de Trujillo se mantendrían estas tensiones, llegando a su clímax en los sangrientos sucesos de 1937 conocidos como «El Corte».

El alto mando del E. N., especialmente después de la toma del poder por Trujillo, se vio obligado a normar con más rigor, las actividades de los rasos y oficiales, pues abundaban entre ellos los que cometían delitos, de mayor o menor gravedad. Estos iban desde causar heridas en riñas, hasta la sustraccion de menores En cuanto a los oficiales, se hizo necesario prohibirles, expresamente, la asistencia a la galleras, los cafetines y prostíbulos y hacer negocios particulares con las barberías militares.

La situación sanitaria y de alimentación de los presos era deficiente, siendo frecuentemente derivados parte de los fondos destinados a estos rubros, hacia las cuentas personales de los responsables. Las raciones de los presos, y otros fondos destinados a su sustento, constituyeron una fuente de corrupción y peculado sobre la cual florecieron fortunas particulares. Mientras, la prevalencia de enfermedades, el hambre y altas tasas de mortalidad eran las constantes en las prisiones. El Ejército Nacional tenía bajo su jurisdicción las prisiones.

El Ejército Nacional nutría sus filas de soldados provenientes de las capas más humildes de la población, por lo que muchos estos padecían de enfermedades típicas de condiciones extremas de miseria, insalubridad, desnutrición y falta de atenciones médicas.
las constantes fricciones y choques que tenían lugar entre miembros del E. N., la Policía y las autoridades locales, teniendo como telón de fondo a un pueblo inerme que sufría el flagelo de una represión que descansaba, precisamente, en personajes iletrados y abusadores como los que quedaron retratados en estos escritos.

Por debajo del férreo mando centralizado de Trujillo pulularon siempre los apetitos de poder exacerbados de sus servidores.

El delito de sustracción y abuso de menores, muy frecuente en esta época,en repetidas ocasiones era protagonizado por miembros del E. N. (rasos y oficiales ), quienes se suponía debían ser ejemplares en el cumplimiento de las leyes, pues frecuentemente ejercían labores policiales.

La impunidad del uniforme y las prácticas abusivas hacia la población , unidos al temor que despertaban los militares represores en el pueblo, debieron influir en que solo una pequeña parte de estos abusos y delitos llegaran a ser denunciados y castigados.
A la burocracia militar le era más importante «defender» las propiedades del Gobierno, que la salud y la vida de los miembros de fila de la institución.

En casos de muerte de un raso o miliciano, la correspondencia oficial no iba más allá de la escueta comunicación a la superioridad, pero se generaba un abundante intercambio de notas sobre el destino de las propiedades del E. N.

Por órdenes directas de Trujillo, el Ejército Nacional recibió la encomienda, en junio de 1937, de proceder al desalojo forzoso de ocupantes ilegales del terreno.

Uno de los pilares del clientelismo político y del carácter personalista que caracterizó el modo trujillista de gobernar, era la concesión de favores que se cobraban con lealtad ciega al Jefe. Para lograr, por ejemplo, ocupar una plaza en el E. N, había que adular hasta la saciedad al dispensador de tales «favores», o tener el respaldo de algún familiar o amigo del dictador. Allegados a Trujillo, como su hermano Petán (José Arismendy), hacían frecuente uso de tales prerrogativas.

Los estrictos controles sobre el porte de armas en manos de civiles, no lo eran tanto si se trataba de ciudadanos norteamericanos, empresarios, jueces y otros funcionarios del Gobierno. El portar un revólver o una pistola era sinónimo de estatus y poder, señal de que el agraciado contaba con la confianza y el respaldo del Gobierno, lo cual implicaba también un cierto grado de impunidad.

Desde antes de asumir el poder total, siendo Jefe del Ejército Nacional, el General Trujillo ya se destacaba por perseguir, implacablemente, toda manifestación crítica hacia su persona, o sus actos.

Desde que tomó el poder, Trujillo decretó una despiadada represión contra sus opositores especialmente contra periodistas, emisoras de radio, y periódicos. El clima era propicio para la denuncia y las venganzas, que llegaban hasta el asesinato selectivo. Para ello se usaban rasos vestidos de civil que cumplían así los denominados «servicios especiales».


El sistema de cédulas personales y la Ley contra la Vagancia fueron mecanismos legales implantados por el régimen para mantener el control y el acoso selectivo y preventivo sobre la población. No solo se encarcelaba por no portar documentos, sino que su cobro aportaba entradas de dinero al Gobierno, nada despreciables.

El régimen controlaba celosamente las costas y la frontera terrestre con Haití para evitar entradas y salidas de opositores políticos. Se controlaba a los residentes de cada porción del territorio, especialmente a los sospechosos de infidencia política, mediante la acción de Acaldes Pedáneos y Síndicos Municipales, sin contar el enorme aparato de control de que disponían la inteligencia militar y la policía.

Los domingos, las autoridades principales de cada provincia sostenían una reunión de trabajo conocida como «Reunión de autoridades», donde se coordinaba la acción represiva, administrativa, de control de la población, y de propaganda a favor del régimen.
A Trujillo reportaban no solo los oficiales del E. N., quienes fueron utilizados para neutralizar a sus enemigos políticos, por la fuerza, sino también legisladores Desde su puesto, Trujillo movía las piezas sobre el tablero de la política nacional, tendiendo una tupida red sobre el país, que excluía cualquier intento de resistencia u oposición.
El Partido Dominicano no solo era un potente mecanismo de control y represión sino también uno de los engranajes para fomentar el clientelismo político.

Una de las funciones del Partido Dominicano consistía en controlar y supervisar la actuación de las demás dependencias del Gobierno e intentar mantener bajo niveles tolerables para la población la violencia represiva y las muestras de corrupción y abuso de los funcionarios.

Otra de las funciones prácticas del Partido Dominicano era la de controlar y reprimir cualquier expresión de protesta o «deslealtad manifiesta» contra el poder absoluto de Trujillo, para lo cual tenía la potestad de investigar a los ciudadanos, e incluso, a sus familiares. 
 
El Partido Dominicano, en la figura de su Presidente el Sr. Paíno Pichardo, ejercía violencia, presiones e intimidación directa y personalizada contra ciudadanos considerados desafectos y enemigos, y también sobre aquellos que expresaban tibiamente su adhesión al Gobierno.

La arbitrariedad de las detenciones que constantemente pendían sobre la población, y la indefensión legal en que hallaba, ante la maquinaria represiva de Trujillo, desde el mismo año en que este inició su Gobierno.

Entre las causas de las frecuentes prisiones a que eran sometidos los ciudadanos sin mandato judicial, y amparadas solo en el arbitrio de rasos y oficiales del E. N., se encontraban: la vagancia, dar muerte a un burro, bailar vudú, la destrucción de árboles, ejercer o apoyar la prostitución, intento de soborno, sospecha de posesión de arma de fuego o uso indebido del uniforme del Ejército Nacional. Cualquier suceso podía terminar con la persona arbitrariamente privada de libertad, sin juicio previo.

Era muy frecuente que los funcionarios públicos del régimen hicieran uso abusivo de sus poderes y atribuciones, lo que se concretaba en la comisión de hechos delictivos por parte de quienes se suponía llamados a impedirlos.

Riñas, asesinatos, abuso de poder, violencia contra la población, juegos de azar en locales públicos fueron expresiones de esta época.

Desde los mismos inicios del régimen, se estableció un férreo sistema de información  que terminaba en el despacho de Trujillo.Los principales mandos militares, funcionarios administrativos y partidistas debían informar, día a día, sobre todo lo que ocurriese en su jurisdicción.

El trato a los presos se caracterizaba por la violencia y la obligatoriedad a realizar trabajos forzados, frecuentemente en la propiedad de Trujillo, y de otros jerarcas del régimen.
Eran muy frecuentes, en la época, los escándalos, raptos de menores, las riñas con su secuela de muertos y heridos, y todo tipo de delitos cometidos por rasos y oficiales del Ejército Nacional, amparados en la impunidad de su investidura.

Una de las tareas que con más celo cumplían las instituciones represivas trujillistas, era la de perseguir el contrabando no autorizado o el comercio no amparado por los propias autoridades. La exigencia por el pago de impuestos era, en el fondo, una manera de frenar y eliminar la competencia, especialmente si esta provenía de los estractos más bajos de la población.

Estos ejemplos tienen relación con la extrema persecución contra buhoneros, traficantes de cigarrillos, prendas de vestir o ron clerén.

El régimen, y muy especialmente Trujillo, usaron ampliamente las perrogativas del poder para fomentar el clientelismo político. Este ejemplo fue pronto seguido por el resto de los funcionarios y militares que lo sostenían.

Con recomendaciones, nepotismo y desvío de recursos para uso personal, Trujillo y su camarilla fomentaron la fidelidad de muchos, que también se beneficiaban con tales prácticas.

El clima de terror imperante estimulaba en la población el control recíproco y las denuncias. Este caso muestra el resultado de estas prácticas: una señora quiere lograr un empleo para su marido y ofrece a cambio una denuncia. De inmediato se establece una estricta vigilancia sobre el denunciado, sin verificar antes la veracidad de dicha acusación.

La familia, amigos, y protegidos de Trujillo gozaban de las mayores prebendas beneficios e impunidades. Todo lo que se ubicaba en su entorno o recibía su sombra, automáticamente entraba en un terreno donde ni las autoridades, ni las leyes, ni las jerarquías se aplicaban.
Uno de sus hermanos, José Arismendy Trujillo, conocido por Petán, fue fuente de constantes fricciones debido a su uno ilimitado de tales prerrogativas.


Uno de los rasgos sobresalientes de la personalidad de Trujillo era la manía de controlar y reglamentar, hasta en sus menores detalles, todo lo que le rodeaba. Ese rasgo fue transferido a su régimen. La Era de Trujillo fue también la de las leyes, las prohibiciones y los reglamentos.

¿Cómo se financiaba y apoyaba una parte del programa de obras públicas del régimen?
Como toda dictadura totalitaria, la de Trujillo se caracterizó por un faraónico programa de obras públicas para modernizar el país, y de paso, aprovechar los fondos para operaciones ilegales de corrupción, que garantizaban pingües ganancias a los más altos funcionarios del régimen, y a los contratistas elegidos por Trujillo.

El mérito de cada obra, en todo el país, se atribuía al genio constructivo del tirano, y se incorporaba a las razones que justificaban su mito y también su culto.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el racionamiento provocó el aumento del consumo controlado de arroz criollo y aceite de maní. Las privaciones y la reducción de importaciones al país, durante los años de la Segunda Guerra Mundial, provocaron el aumento del consumo controlado de arroz criollo y aceite de maní, especialmente en cuarteles y prisiones.

Los gobernadores provinciales tenían, entre sus tareas, el control de las labores agrícolas, y la marcha, en general, de la economía. Trujillo encargaba a los gobernadores provinciales mantener un estricto control sobre los trabajos en el campo, y la marcha de las cosechas.
Situación paupérrima de estibadores azucareros, complicidad del Director General de Rentas con los patronos explotadores, y condición crítica de la industria, a fines de la década.

La precaria situación de los obreros portuarios del azúcar, y los salarios de hambre que percibían, provocaron una Asamblea General y un pliego de demandas. Estas fueron criticadas en un informe del Director de Rentas Internas, plegado a los intereses patronales.
El caso del Síndico de Neyba, en 1940, y de un aspirante a su cargo. Lo sucedido con el cargo del Síndico Municipal de Neyba, en 1940, es una muestra de cómo en un régimen, como el de Trujillo, la suerte de los funcionarios públicos estaba siempre pendiente de un hilo, a expensas de ambiciones, denuncias y calumnias. Una de las características del régimen era que nadie podía considerarse definitivamente seguro, ni a salvo.

Informes de las asambleas semanales y mensuales de autoridades y funcionarios: instancias de concertación y control de la actividad pública en las provincias. Los informes o actas de las asambleas semanales y mensuales de las autoridades trujillistas son una fuente invaluable para entender la forma en que concertaba y se controlaba el aparato del régimen y de la marcha de la vida cotidiana en las provincias.


Los juegos ilegales de azar: una verdadera epidemia nacional. A pesar de las persecuciones del régimen, los juegos clandestinos de azar, lejos de disminuir, aumentaron, en parte debido a la propia complicidad y tolerancia de muchas autoridades, que sacaban de ello su propio beneficio.

El indulto concedido por Trujillo, en noviembre de 1944, a los detenidos por promover peleas ilegales de gallo, es una muestra de por qué este cáncer no podía ser extirpado.
El 30 de abril de 1941, una comisión investigadora del Ejército Nacional interrogó al primer teniente Danilo Olivo sobre la conducta del capitán Tomás Flores, destacado en San Francisco de Macorís. Se trataba de la investigación motivada por una denuncia o informe confidencial donde se señalaba al capitán Flores como encubridor y beneficiario de las ganancias derivadas de los juegos clandestinos de azar.

Uso abusivo e ilegal de la fuerza, por parte de las autoridades, para fines de lucro personal. El caso recogido en el informe cablegráfico del Jefe del Puesto del Ejercito Nacional Nacional en Yamasá, fechado el 31 de julio de 1947, al Jefe del Estado Mayor General, no debió ser un suceso aislado, sino muy frecuente.

El Alcalde Pedáneo de la Sección de El Rincón, en dicha zona, detuvo ilegalmente, y torturó, a un ciudadano para obligarlo a ceder a su favor en una transacción comercial, provocando una denuncia y su propio sometimiento a la justicia. El factor que actuó en contra del Alcalde Pedáneo, en este caso concreto, fue haber intentado lucrar a espaldas de las demás autoridades, y para su exclusivo provecho. Existen evidencias, en otros casos, del accionar impune contra la población civil, de varios funcionarios civiles y militares del régimen, sin que ello motivara la intervención de la justicia.

Uso del trabajo de los presos, sin remuneración, en fincas privadas y posesiones de Trujillo, sus familiares y altos oficiales del régimen. Los presos del régimen eran sometidos a grandes cargas de trabajo forzado en las fincas y propiedades de Trujillo, sus familiares y altos oficiales del régimen.

Los llamados «presos de confianza» eran explotados sin remuneración alguna, contribuyendo con su trabajo esclavo al enriquecimiento de las figuras del régimen. La carta de Danilo Trujillo, del 9 de marzo de 1949, es un escandaloso ejemplo de la manera en que esta explotación de llevaba a cabo, con absoluta normalidad.

Racionamiento, robos, contrabando y comercio clandestino de gasolina durante la Segunda Guerra Mundial. Los racionamientos motivados por la Segunda Guerra Mundial incidieron en la aparición de un floreciente mercado negro, que involucraba a los militares. Los siguientes casos, ocurridos entre 1941 y 1943 así lo atestiguan, dejando entrever que se lucraba abiertamente con la gasolina.

El caso del cabo Camilo Bencosme, en El Mamey, Puerto Plata, en marzo de 1941: las mismas arbitrariedades, abusos e impunidad a pequeña escala. Los escandalosos atropellos contra la población civil del cabo Camilo Bencosme, Jefe del Puesto de El Mamey, Puerto Plata, en 1941, nos permite conocer hasta qué punto podía reproducirse, a pequeña escala y con fines de lucro, el mismo patrón de actitud caracterizado por las arbitrariedades y el expolio, que caracterizó a Trujillo, y sus allegados, a escala nacional. El cabo Bencosme solo cometió el error de pasarse de la raya, y quizás, no haber compartido las ganancias con otras autoridades del nivel superior En lo demás, no se diferenciaba sustancialmente de las del resto de las autoridades del momento, especialmente de lo que Trujillo hacía a diario, y por supuesto, a una escala mayor.

Corrupción y enriquecimiento ilícito en funcionarios civiles y militares del régimen.
El clima de ambiciones y de enriquecimiento ilícito, aún a costa de la profesionalidad del servicio, corroía, como un cáncer invisible, a todas las instituciones del país, incluyendo al Ejército Nacional. No podía ser de otra manera: en la base se seguía el ejemplo de la cúpula gobernante.

Los negocios de los oficiales subalternos, clases y rasos eran ridículos comparados con los que desplegaba la elite del régimen. La Circular número 10, del 8 de noviembre de 1948, firmada por el general Héctor Bienvenido Trujillo, en su carácter de Secretario de Guerra y Marina, constituye una evidencia firme del mal, su extensión y consecuencias.

El clientelismo político y la cooptación como pilares del régimen

De ahí se sacaba el dinero para comprar voluntades, pasar mesadas a los incondicionales y pagar por servicios especiales prestados. La cooptación y el clientelismo político sostenían la maquinaria del sistema. Con tales fondos se pagaban las atenciones médicas y estadías hospitalarias de los leales al régimen y sus familias. Cientos de miles de personas dependían de Trujillo para vivir, brindando a cambio su incondicional apoyo al régimen.

El gobierno se ejercía autoritariamente, y se veía también obligado a enfrentar todo tipo de abusos y extralimitaciones de sus funcionarios.

Los abusos en la aplicación de la Ley de Vagos provocaban constantes protestas y quejas de la población, pues los arrestos eran injustificados, y en algunos casos, con fines de extorsión.

Las destituciones de funcionarios corruptos, abusivos e indolentes estaban a la orden del día. Para reemplazarlos se conformaban ternas de candidatos, quedando en manos de Trujillo adoptar la decisión final. De esta manera, cada designado quedaba en “deuda” con el dictador.

Leyes y decretos

Las leyes y decretos del régimen se promulgaban con gran facilidad, siguiendo la manía de Trujillo de normar hasta el último aspecto de la vida de las personas. También se usaban para dar visos de legalidad a sus acciones.

Los indultos, como el del 23 de diciembre de 1948, se concedían de manera arbitraria.
Actas de las reuniones de los funcionarios. mensuales y semanales, de obligatoria asistencia. De ellas se levantaban actas con los detalles de las intervenciones, lo que brinda la ocasión de explorar la mentalidad burocrática del régimen.

La Instrucción Pública bajo el régimen estaba sometida a presiones extraescolares, y se movía también por mecanismos e intereses políticos.

El Partido Dominicano controlaba la labor de los inspectores escolares. Se controlaban también las declaraciones de un director de escuela a la prensa, se negociaba, por amiguismo, el nombramiento de maestros, y se condecoraba a los incondicionales.
Aislamiento total y control vengativo sobre los prisioneros políticos.

Lo sucedido en El Seibo, en diciembre de 1948, cuando un oficial de la prisión permitió que un médico reconociera a dos prisioneros políticos, desató la solicitud de sanciones contra el militar, y un interrogatorio al médico.

En la época no era extraño que en la cárcel «se suicidara» a los presos inconvenientes. Luis Silverio Gómez, ex oficial y ex diputado, había estado relacionado con el asesinato de Virgilio Martínez Reyna y su esposa Altagracia Almanzar, en junio de 1930, en lo que se considera el primer crimen político de la dictadura. Tomás estrella guardaba prisión por la misma causa, todo lo cual aumentan las sospechas alrededor de este hecho.
Sobreseimiento y archivado de causas judiciales.

La justicia trujillista era inflexible, en los casos de delitos políticos, pero sumamente dúctil, en los casos de delitos comunes, si existía condiciones que aconsejasen, por intereses diversos, el sobreseimiento y archivado de las causas.

Perdones a militares que aplicaban la «Ley de Fuga», o cometían delitos. El caso del sargento Villalona, ocurrido en San Juan de la Maguana, en diciembre de 1940; el del raso Ventura, ocurrido en Dajabón, en agosto de 1941; el del raso Capellán, ocurrido en La Vega, en febrero de 1941, y el del raso De los Santos, que tuvo lugar en San Cristóbal, en mayo de 1941, son testimonio fehaciente de la impunidad con que los militares podían delinquir, herir y hasta matar a los ciudadanos, o a los presos puestos bajo su custodia, sin necesidad de responder luego ante la justicia. Tal impunidad generaba nuevos crímenes y un estado de indefensión y terror permanente en la población.


Causas de arrestos: informes de sometimientos judiciales.

Los informes de sometimientos judiciales, de enero a diciembre de 1940, permiten determinar las causas principales de arrestos entre los ciudadanos entre ellas, porte ilegal de armas, heridas, robos, peleas ilegales de gallos, vagancia, vagancia de animales y contrabando de ron o sal.

Eran alarmantemente elevadas las cifras de sometimientos.

Los presos en las cárceles trujillistas eran objeto de todo tipo de privaciones y de la vulneración de sus derechos. Estaban sujetos a vivir en condiciones inhumanas, y a ser maltratados y heridos, debiendo trabajar duramente en obras del gobierno, o en las posesiones de Trujillo, sus familiares y amigos.

Ramfis forma su camarilla, y fortalece su entorno, hacia 1959.

De cara a una eventual sucesión de su padre en el poder, Ramfis Trujillo, a partir de 1959, y de espalda a la lógica y los reglamentos militares, comienza a rodearse a rodearse de incondicionales a su persona, reproduciendo la manera en que su padre actuó, desde 1930. Estos seis documentos son testimonio de este proceso y explican la manera en que personajes familiares, como el teniente coronel Luis Rafael Trujillo Molina, y amigos y cómplices, como Luis José León Estévez y el teniente Emilio Ludovino Fernández, hijo, comenzaron, o continuaron una rápida carrera de ascensos y promociones.

En julio de 1961, Ramfis pide la supresión de la plaza de Generalísimo en el Ejército Nacional, tras el ajusticiamiento del tirano. Incapaz y abúlico, rehuyendo todos los deberes y durezas que implicaba mantener la dictadura, tras el ajusticiamiento de su padre, Ramfis se apresuro en el mes de julio, a solicitar la supresión de la plaza de Generalísimo, vacante desde el 30 de mayo de ese año.

La desbandada y fuga del clan Trujillo y sus cómplices.

Conscientes de la imposibilidad de conservar el poder, tras la muerte de Trujillo, los miembros del clan, altos funcionarios y oficiales, cómplices y activos de la dictadura, comenzaron a renunciar a sus cargos, a solicitar licencias al presidente Balaguer, y a salir del país.

Vigilancia sobre familiares de Juan Bosch y falsas acusaciones contra Pedro Germán Ornes Severo, padre de Germán Emilio y Horacio Julio Ornes Coiscou.

El régimen no solo era represivo, sino también vengativo. Estos informes, de marzo y octubre de 1951, evidencian la estrecha y constante vigilancia que se ejercía sobre la familia de Juan Bosch, al que se tildaba de «reconocido comunista». Semejante vigilancia se ejercía sobre todos los familiares o amigos de los «desafectos».

Luis Arzeno Colón, inspector de la Presidencia, y ex Jefe de la Policía Nacional, podemos constatar la existencia de indiscreciones en la cúpula represiva del régimen, algo sumamente sensible y repudiado por Trujillo, un fanático del secreto. En ambos casos, ex oficiales de la Policía Nacional, en estado de embriaguez, o por charlatanería, reconocen haber cometido numerosos asesinatos y desapariciones, «sin dejar huellas», por órdenes del gobierno. Es de suponer, por el propio tenor de los informes y sus recomendaciones, la manera en que los indiscretos pueden haber sido silenciados.

Vigilancia sobre funcionarios públicos de Puerto Plata por «mantenerse siempre juntos», y detalles de otras conservaciones.

Toda acción, por trivial que fuese, caía bajo las sospechas de los órganos represivos del régimen.

por andar siempre juntos». Lo curiosos, en este caso es que uno de los espiados, Antonio Imbert Barrera participó directamente en el ajusticiamiento del tirano, el 30 de mayo de 1961, y fue uno de los dos sobrevivientes. Había sido gobernador de Puerto Plata.
El Partido Dominicano como órgano represivo.

Estos cuatro informes de Rafael Paíno Pichardo y José Enrique Aybar Presidentes de la Junta Nacional del Partido Dominicano, dirigidos al Secretario de Estado de Justicia, al Jefe de la Policía Nacional, o directamente a Trujillo, evidencian la manera en que las estructuras de base del Partido Dominicano actuaban también como órgano represivo y de control de la población.

Represión de todo lo relacionado con la Revolución cubana.

A fines de enero de 1959, la Revolución cubana no había aun cumplido su primer mes en el poder, y ya despertaba el celo del espionaje y la represión trujillista, como se evidencia de estos dos informes del Dr. José Enrique Aybar, presidente de la Junta Nacional del Partido Dominicano al teniente coronel Johnny Abbes, entonces director general de Seguridad.
Letreros anónimos contra el régimen: una forma de resistencia popular.

A pesar de la férrea represión y control de la población, la resistencia contra la dictadura utilizó diversas formas para manifestar su repudio y condena. Una de ellas fueron los letreros y carteles anónimos, que como puede apreciarse en estos informes de los primeros meses de 1959, comenzaron a aparecer con mayor frecuencia.

Vigilancia sobre escándalos y delitos cometidas por funcionarios públicos.

El Trujillismo no solo fue un régimen represivo y corrupto, sino también, o precisamente por ello, el reino de la doble moral y la hipocresía. Estos tres casos, ocurridos en apenas una misma semana de 1959, dan la medida de lo extendido que estaban estas infracciones, escándalos y delitos entre los funcionarios trujillista, y también, el espionaje que sobre sus actuaciones.

La indiferencia o el poco entusiasmo, también eran pecados a castigar por el régimen.
No solo se reprimía a los enemigos, sino también a los poco entusiastas. El régimen vigilaba con celo las manifestaciones de los funcionarios públicos, y del resto de la población, creyendo detectar en cada indiferente un posible enemigo encubierto.

La represión contra las expedicionarias del 14 de junio de 1959.

Estos informes, rendidos por Telésforo Calderón, presidente de la Junta Nacional del Partido Dominicano, directamente a Trujillo, cuando aún no había transcurrido un mes del desembarco de las expedicionarias del 14 de junio, evidencian cómo esa organización política, en un momento de crisis.

Represión preventiva.

Poseer armas de fuego era un delito, extremadamente grave, de no estar el poseedor debidamente autorizado, y haber pasado antes los numerosos controles y depuraciones establecidas al efecto. Un hijo del ex Presidente del Ayuntamiento de Santiago de los Caballeros, Anselmo Copello, era multado e incomunicado, en febrero de 1956, por posesión indebida de las armas de su difunto padre, lo que provocó una gestión desesperada de su esposa ante el Secretario particular del dictador. 


Denuncias y víctimas.

Las denuncias que se hacían a los órganos represivos de la dictadura solían concluir con actos de terror. No se denunciaba de manera inocente, sino a sabiendas de las consecuencias de tales acciones.

Aquí figuran denuncias contra los estibadores del Central de Barahona Company, acusados de comunistas; contra el Presidente del Ayuntamiento de Barahona, y contra dos maestras de Enriquillo, familiares de “un caracter onspirador contra el sistema”. También se evidencia el peso que tenía en la vida cotidiana de las personas, el ser vinculado con alguien que figurase en los archivos de seguridad del régimen, como se evidencia de la nota sobre la autorización para adquirir un fusil de aire comprimido de un señor que tenía una prima fichada por la seguridad de la dictadura.

Trujillo no distinguía entre los fondos públicos y privados, y como al país como su hacienda particular, toda obra de su gobierno era resentada al pueblo como una acción «generosa» del dictador, subrayando con ello su título de Benefactor.


El donativo de plantas eléctricas fue uno de sus métodos predilectos para fomentar el clientelismo,

Generosidad» de Trujillo cubriendo gastos de funerales.

Otra faceta del fomento de redes de clientelismo se vinculaba con el envío de ofrendas florales a fallecidos, especialmente entre los adeptos al régimen, y con asumir los gastos de los funerales. De todo ello se hacía una intensa propaganda.

Donativo de alimentos, útiles del hogar y ropas.

De todo desastre natural, dado el grado de miseria imperante durante la tiranía, se derivaba el recrudecimiento de las ya de por sí malas condiciones de vida del pueblo. Y en esos momento no podía faltar la «mano generosa»del dictador, donando alimentos, útiles del hogar y ropa.

Favoritismo en el otorgamiento de contratas con el gobierno.

Una de las formas de premiar a los incondicionales, y probablemente de beneficiarse con las comisiones, era el otorgamiento de contratos con el gobierno como se trasluce en esta comunicación del Presidente de la Junta Central del Partido Dominicano al administrador de la Empresa «Pinturas Dominicanas». No es descartable que se tratase, además, de una de las numerosas empresas que pertenecían al propio Trujillo o a sus familiares más cercanos.

El otorgamiento de cargos.

Otra modalidad en el fomento de las redes clientelares de la dictadura  en el otorgamiento de cargos, por nimios que estos fuesen. Ocupar un cargo o ser empleado del gobierno, era un favor que había que agradecer a Trujillo.

Esta abultada relación de recomendaciones para la asistencia médica, los ingresos hospitalarios, operaciones quirúrgicas y tratamientos diversos, se realizó en una sola instancia emisora de las mismas, la Junta Central del Partido Dominicano, y en un solo mes, el de enero de 1959. De su volumen puede deducirse el alcance de esta práctica y lo políticamente oportunista del método.

Corrupción administrativa.

Estos casos de 1951, 1953 y 1959, ocurridos en Yamasá, Jarabacoa, Julia Molina y La Vega, demuestran lo extendida que estaba la corrupción administrativa en el gobierno trujillista, y lo falsa que era la imagen de probidad y honestidad conque su propia propaganda lo envolvió.

El clientelismo también se expresó en la construcción de viviendas para los necesitados, el establecimiento de comedores económicos, o en el simple reparto de dinero.
Corrupción: el caso de Anselmo Paulino.

Pocas veces puede apreciarse, con más nitidez, el grado de corrupción e inmoralidad imperante en la dictadura de un Gobierno que se presentaba como poseedor de la mayor pulcritud en el manejo de la hacienda pública, como en este expediente seguido contra Anselmo Paulino y su hermano Cristobal capitán del Ejército Nacional, caídos en desgracia.
Trujillo no solo conocía de tales prácticas, y las toleraba, sino que las fomentaba para, teniendo la información al respecto, mantener a su merced a los más cercanos colaboradores.

El 10% de los salarios de todos los empleados y funcionarios públicos del país era descontado para engrosar los fondos del Partido Dominicano. De este dinero, se pagaba la Lista de Asignaciones cada mes, fomentando y manteniendo las redes clientelares del Trujillismo, y también se cubría el costo de operaciones encubiertas, en el exterior. De esta manera, un impuesto sobre el salario, de carácter obligatorio, constituía una de las fuentes de financiamiento del sistema clientelar y represivo de la propia dictadura.

Mecanismo de información y control sobre legisladores y funcionarios.

 El Partido Dominicano era un ente de control y acopio de información, que incluía a los diputados y senadores, los cuales estaban obligados a rendirle un informe mensual de su labor. También controlaba las bajas y altas en los cargos, las vacantes que se producían, los viajes de trabajo al interior del país, la marcha de los asuntos administrativos, etc. 


Control del Estado y del Gobierno.

En la pirámide organizativa del régimen, el Partido Dominicano se ubicaba por debajo de Trujillo, y por encima del Gobierno, permitiéndole al tirano controlar, de manera sistemática, todo el aparato estatal.


Denuncias contra funcionarios.

A pesar del carácter represivo del régimen, no eran infrecuentes las denuncias contra el mal proceder de sus funcionarios, como se desprende de estos documentos sobre hechos ocurridos en Yamasá, en julio de 1952, y en Sabana Grande de Boyá, en enero de 1959.


Abuso de los funcionarios.

Robos y lesiones por golpes, protagonizados por funcionarios del régimen, eran denunciados con frecuencia, aunque solían quedar impunes los culpables.

El 6 de noviembre de 1954 una banda de asaltantes ataca y roba la sucursal del «Royal Bank of Canada», en Santiago de los Caballeros, asesinando a dos empleados. Previamente, la banda había asesinado a un cabo, y a un raso de la Policía Nacional, en Santo Domingo, para robarle las pistolas. El régimen consideró lo sucedido como un grave desafío a su autoridad, y un peligroso precedente.

El 14 de diciembre, once personas fueron juzgadas por los hechos y condenadas s a distintas penas de prisión. Al día siguiente, 10 de ellos fueron sacados de prisión, y asesinados. Como era habitual, y a pesar de haber dado las órdenes para el crimen, Trujillo se distanció del mismo, cargando la culpa sobre algunos de sus jefes militares, y formando una comisión de académicos para indagar si se trataba de un genocidio.

A pesar de la propaganda del régimen, lo cierto era que numerosas escuelas públicas estaban en un lamentable estado de abandono y precariedad, siendo necesario rogar a las autoridades para obtener algún apoyo.

A bombo y platillo, la dictadura hacía una gran campaña de prensa con una pretendida “Campaña de alfabetización”, en enero de 1959.

La vida cotidiana según los informes de un calié de Trujillo.

Los choferes que viajan de Cambita, km. 4 a esta localidad, y de Baní a ésta, están poniendo el grito en el cielo con motivo del censurable proceder del franqueador del Generalísimo, Inspector Marcial Matos Báez, quien se atraviesa en la carretera, en el motor oficial que maneja, y les dice: “¡alto!, qué hay”, e inmediatamente les caen con uno, dos o más pesos; también hay que proveerle de víveres, frutas y pollos. Este fenomenal “macuteo” lo realiza el Inspector Matos en los días en que el Jefe se encuentra fuera de San Cristóbal.

Así mismo, se ha dado a la malhadada tarea este Inspector de detractar el honor de las muchachas cuyo amor no ha logrado, a las que difama públicamente en venganza y despecho, como lo ha hecho con la apreciada joven Priscila Sánchez Lazala, residente en José Trujillo Valdez # 1, de quién se enamoró y prometió matrimonio, pero al ver defraudadas sus esperanzas donjuanescas, la ha puesto en las cuatro esquinas, siendo esto muy comentado en la ciudad, ya que dicha joven está reputada como una persona honesta muy de su trabajo y de su casa. Se le tiene, pues, en el pueblo, a este señor, como un “macuteador” sin escrúpulos y un difamador de mujeres.


He sido informado que la Sta. Sánchez Lazala está pasando grandes apuros con motivo de no haber podido solventar la suma de RD$35.00 que adeuda de la casa que ocupa. A tal extremo ha llegado la cosa, que está amenazada de ser desalojada de la misma, si no paga de inmediato. Daría pena esto, ya que ella es quién sostiene la familia con el sueldo que devenga como empleada de Estadística de esta localidad.

En la Ciudad de San Cristóbal, en la noche del 27 ppdo., mes de febrero, celebraba un baile de máscaras el Casino Trujillo, con motivo de las fiestas patrias, siendo las tres de la mañana, más o menos, el joven Pedro Manuel Casals Pastoriza, se acercó a la mesa que ocupaba el Ingeniero Municipal Sr. Arturo Uribe y su señora Rosin de Uribe, y la invitó a bailar caballerosamente, lo que al parecer no le gustó al señor Uribe, puesto que bruscamente le dijo a Casals Pastoriza que su esposa no iba a bailar con él, dándole al mismo tiempo un empujón que lo hizo tambalear y retroceder, pero inmediatamente el susodicho joven Casals Pastoriza se abalanzó contra Uribe  para darle una galleta, pero a quien se la propinó fue a la señora en los mismo ojos, contestando Uribe con otra, y armándose la de San Quintín pues al tumulto corrieron todos los asistentes para desapartarlos, pero ellos enfrascados en un cambio de golpes que no hacían caso a nadie, y los que intervinieron recibían golpes, terminando aquello en una guerra brava, donde mesas y sillas volaban por el aire como hojas secas, lo que acabó con el baile. En medio del tumulto Uribe sacó a la esposa, y se dirigieron a su casa, frente a la Policlínica del Seguro Social, adonde lo persiguió el joven Casals Pastoriza con un cuchillo de cocina, que buscó en su casa, y llamó a Uribe violentamente, para que saliera a pelear, profiriendo palabras obscenas, a la cual Uribe salió y respondía, armándose nuevamente el escándalo en plena vía pública, con el corredero de los vecinos y la Policía que fue llamada. Ante los hechos, el Gobernador Pastoriza los desapartó violentamente, y los condujo a la Policía. Ambos están sometidos por escándalo en vía pública, más el comentario en general, es que todo esto se ha promovido por los coqueteos de la señora Uribe con el joven Pastoriza, dándose según comenta la población, el escándalo social de la temporada.
Sin embargo, esa misma noche en el Club 24 de Octubre, se celebró un baile, resultando muy ordenado, correcto y tranquilo, comentándose que en la clase media saben conducirse mejor y que debía darle vergüenza a la primera.

Ocurre un caso bastante grave en un taller de torno en Obras Públicas, o sea donde está la mecánica pesada, cuyo maestro se llama Juanito, teniendo varios ayudantes, sobresaliendo uno cuyo nombre es Francisco Balaguer (tornero). Este sujeto no conforme con el sueldo que devenga del Superior Gobierno, se dedica en horas laborales, a hacer trabajos particulares, destacándose entre ellos, la fabricación de puñales de los mismos materiales del garaje, los cuales saca a vender a su clientela.

Este señor ha sido reportado al Jefe de Departamento correspondiente, y siempre sale bien, expresándose así: “No me pueden hacer nada, pues yo puedo probar, que mis superiores están haciendo cosas peores, así yo hago lo que me la gana y siempre salgo ileso”.


El maestro Juanito y Balaguer siempre están de punta, por la misma circunstancia; más no lo puede corregir enérgicamente debido a que dicho maestro también tiene su clientela de trabajos particulares, y los hace en los talleres, utilizando las camionetas al servicio de los mismos, para su transporte. Estos hechos son bien conocidos del personal de trabajo de dicho taller.

En una visita que he girado a la población de Yamasá recientemente, he podido comprobar que el reparto de leche para personas pobres no está atendido de la forma reglamentaria, por la razón de que la señora Hérvida Hernández de Parra, encargada del reparto de leche de esa población, se coge para ella la mitad de la asignación de las botellas de leche, la que destina una parte para la crianza de sus gatos, y la otra mitad para venderla clandestinamente, como lo han podido comprobar el señor Vega Augusto Sánchez, Inspector encargado de los establecimientos alimenticios, y el señor Ernesto Herrera Bornia, funcionario de la Secretaría de Estado de Previsión y Asistencia Social, quienes apoyan a dicha señora en esas irregularidades.

El comentario desfavorable que corre en la población de Yamasá, y que ella misma lo ha expresado, es de que se siente muy apoyada por estos funcionarios arriba mencionados, y que por esa razón a ella no la pueden cancelar de su cargo.

Ejemplos de estas irregularidades son los siguientes:

1.- Trata en forma despótica y grosera a los beneficiados, como lo es el caso de la señora Dominga de la Cruz, que la Encargada expresó que la cancelaban a ella, o le cancelaban el ticket a la señora de la Cruz, porque la señora de la Cruz se querelló ante las autoridades competentes, de que ella presenció los gatos de la señora Encargada sopetear la leche, destinada al reparto de las personas necesitadas. Para llevar la veracidad y acreditarla de una manera responsable; son testigos: Flora Vidal, Asunción Sepúlveda, Carmita Acevedo y Eliseo, el Cojo. En cuanto a la señora de la Cruz, que ella desea cancelarle la leche, es un caso lamentable e inhumano, por las razones de que tiene a su cargo un
niño pequeño y está criando uno ajeno, que por desgracia es ciego y lisiado.

2.- Según noticias fidedignas, ciertas autoridades de esa población, hicieron una lista para la distribución para beneficiar a las personas pobres, según sus necesidades. A esa lista la señora Encargada le ha hecho caso omiso y la viene alargando para estar en su artimaña y para estar en su venta clandestina.

3.- En la mayoría de las veces, la señora Encargada, les dice a los que acuden en busca de la leche, que tienen su ticket, que ya se ha terminado, y estas madres con el corazón adolorido exclaman “se acabó la leche”. Pero lo que sucede es que la Encargada ha hecho la distribución a su acomodo, reservando una cantidad mayor para sus gatos y su venta clandestina. Las autoridades de Yamasá, tanto el Síndico Municipal, como el Sargento del Puesto del Ejército Nacional, el Presidente del Partido Dominicano, la Doctora Diprés, de la Caja Dominicana de Seguros Sociales, han recibido las quejas verídicas de las perjudicadas, y han remitido los informes correspondientes de las irregulares de la Encargada del reparto de leche, sra. Hérvida Hernández de Parra, a las autoridades superiores, y estas, en vez de normalizar la situación, lo que han hecho es informárselo a la referida Encargada, ocasionando con esto una verdadera intriga de parte de dicha señora de Parra, expresando que ella está muy apoyada, y que hace lo que le dé la gana.
Además, de tenerla en una amenaza continua de que lo va ha hacer cancelar de sus cargos, si no se someten a sus caprichos fraudulentos. Asímismo, queremos llevar a su elevado conocimiento, que la conducta social de tan noble dama, deja mucho que desear, ya que se ha evidenciado en varias ocasiones, que su conducta moral no es lo suficientemente apta, para desempeñar ese delicado puesto, pues la han visto a deshoras de la noche acompañada de hombres, que por su puesto, no es su querido esposo. Por lo visto, solicitamos, muy respetuosamente, que la referida señora sea trasladada de esta población para que se normalice la paz y tranquilidad de este poblado, de auténticos trujillistas, que esta señora ha alterado, no se sabe con qué propósito y fines determinados.
Ciertos ex rasos de la Policía Nacional, quiénes han sido dados de baja, se están dedicando a la malsana tarea de hacer creer al público que pertenecen al Servicio Secreto de la mencionada institución. Constantemente se les ve frecuentando los bares, teatros y negocios de esta ciudad, dizque en “servicio”, pero en realidad lo que persiguen con esto es atemorizar a las gentes y aprovecharse de ello para sacarles dinero. Estos individuos responden a los nombres de Pascual Clemente, el cojo Martínez, Suero, Neftalí y Rodríguez Arache.

En el departamento de sastrería de la Intendencia del Ejército Nacional, se han perdido 300 yardas de kaki (para confeccionar los uniformes de los cadetes de la Academia 24 de Octubre), y dos piezas de casimir blanco, (para los uniformes de la Guardia Presidencial), las que le fueron entregadas por orden del Intendente al maestro de dicha sastrería militar, José Ortega, a fines del año pasado; uniformes que es la hora que cadetes y alistados están esperando para usarlos en actos oficiales de rigor. Cuando un oficial se persona ante el maestro para reclamarle ropa pendiente, Ortega le dice personalmente: “no he podido terminarla porque estoy atendiendo a los trabajos de la ropa de los altos funcionarios, pues a esta gente hay que atenderla primero que a todos ustedes, porque, ¿a quién sino a ellos?”

Pero la verdad es que ya la tela ha tomado las de Villa Diego por mediación de sus agentes vendedores que son Israel Matos (planchador), Tejeda Domínguez (raso, chofer del Teniente Bobadilla), Marino José (mensajero), el más hábil de estos vendedores sin patentes, y el raso Alcibíades Guaroa Ortiz, quien trabaja en la oficina de la sastrería. Este quinteto los 5 y10 y los 10 y 20 de cada mes, hacen sus operaciones por las tiendas de la Avenida Mella y algunos sastres de la ciudad. Dichas mercancías son sacadas en fundas por cortes. Estos buhoneros son duchos en la materia, pero se pueden ver en los días indicados en sus operaciones.

El maestro Ortega se jacta en decirle a sus subalternos que no quieren entrar en sus robos: “estos miran más de lo que tienen que ver, y es más fácil tirarles un jeep encima y luego decir lo mataron porque era comunista, o falta de respeto a la Institución”; y dirigiéndose especialmente al rasoDimas García Días, quien es uno de sus cómplices desde hace algunos años le dice: “no hay cuidado, tengo muy buenos padrinos entre los miembros de la familia T, con esta gente yo hago lo que me da la gana, hace 8 años que trabajo”. Testigos de estas declaraciones son los rasos Bienvenido Guzmán Jiménez y José Nicanor Alonso, militares que hay que interrogar fuera de la Intendencia, pues no hablarán nunca delante del maestro, por temor a él. Estos dos militares son los únicos que pueden dar fe y testimonio de todas estas anomalías, porque el resto del personal no se atrevería porque existe tocante a este Departamento, de que cada vez que se presenta una investigación, el oficial ejecutivo, Capitán Vásquez y Vásquez, ni interroga ni esclarece, sino atiende exclusivamente las declaraciones del maestro José Ortega.

Se comenta insistentemente en la parte alta de la ciudad, la forma censurable en que está actuando la patrulla prebostal del servicio nocturno del Ejército Nacional. Dichos militares, que están al cuidado del pueblo, cuando en altas horas de la noche piden la Cédula a los ciudadanos seguido le exigen el Servicio Militar Obligatorio y también la inscripción del Partido Dominicano, diciéndoles: “vengan los tres golpes”, Cuando no tiene el ciudadano uno de estos documentos lo conducen inmediatamente preso, pero si el ciudadano no se atemoriza y le “moja la mano” para sus cigarrillos y su “media botella” lo hecha por delante diciéndole; “camine rápido, bandido. Usted no sabe que tiene que tener todas sus credenciales”, pero eso es pura fórmula, lo conducen a la esquina próxima y lo empujan diciéndole a la vez; “vete, estás listo”.

Es muy fuerte el comentario del pueblo acerca de la exigencia de los tres golpes. Además, si viene un señor acompañando a una dama, no reparan, sino le dicen; “¡alto!”, “los tres golpes”, sin respeto alguno a la dama, y se ha dado el caso que han violado los hogares, pues encontrándose un señor sentado en la puerta de su casa, le exigen los consabidos tres golpes.

Es muy censurable la actitud que viene asumiendo frente a los trabajadores al servicio de los garajes de Obras Públicas, los días de pago o sea, (quincenalmente), el Agente de la Policía Nacional, placa 1004, al servicio de dicho garaje, para establecer el orden en los días en que los referidos pagos se efectúan. Este agente procede así, a la hora del pago son puestos en filas los trabajadores, siendo llamados uno a uno por el pagador, pero dicho Agente, a los que le dan RD$25.00 en adelante, son llevados primero ante el pagador, sin importarle las protestas de los que están en la fila, y no le mojan la mano, haciendo perderles el turno a los que realmente les corresponde. Este Agente es conocido por el apodo de El Chino.

Taller de mecánica pesada. (Secretaría de Estado de Obras Públicas).

Es muy llamativa la costumbre que tienen ingenieros y contratistas particulares, de ir en sus carros y camionetas al Departamento de Mecánica Pesada de la Secretaría de Estado de Obras Públicas, a proveerse de materiales, tales como hierro, piezas, y máquinas como tractores, tráilers para utilizarlos en sus trabajos particulares, siendo entregados dichos objetos tanto de una especie como de otra por los Jefes Departamentales como Lorenzo Mejía, Jefe de Mecánica Pesada, Luis Manuel Moya, ayudante de Mejía, y el maestro Juanito, Jefe del Taller del Torno. Estas entregas se hacían sin ninguna constancia, pero después de las denuncias de las irregularidades de esta Secretaría, usan unos formularios y se llenan acomodaticiamente.

Era costumbre de tanto los ingenieros como los contratistas, entrar en sus respectivos carros al interior a “a buscar lo suyo”, pero ahora la salida de los materiales se efectúa por la vía de los ayudantes mecánicos, por orden de los señores de arriba mencionados. Los ingenieros y contratistas entran a donde los Jefes Departamentales y después de hacer su combinación, y obteniendo su objetivo, les piden cigarrillos y al devolver la cajetilla se les ve introducir disimuladamente una papeleta amarilla, o pasarla con cierto disimulo por debajo del escritorio. Del número de camionetas que van a buscar los mencionados materiales podemos citar las siguientes placas: 15282; 15404; 16318; 16635 y 15295,
etc.

Es muy conocido del personal y jefes del referido departamento el Sargento Aracena, quien va de parte de la transportación del Ejército Nacional a nombre del Coronel Pedro Trujillo M., y del Mayor Ferrer, en busca de piezas para reparaciones de los vehículos de la transportación, siéndoles entregados inmediatamente por orden de cualquiera de los jefes de talleres. Se cree que dicho Sargento está utilizando los nombres de los altos oficiales mencionados, para sus maniobras.

El hecho de que el personal que compone el reparto de leche para pobres en esta ciudad se incaute de una gran parte de este alimento, y de los mejores panes, para llevárselos a sus respectivas casas, no se comenta tan desfavorablemente en esta localidad, como la injusticia que se viene cometiendo contra las infelices viejitas que tienen tickets, a quiénes se les conmina, aunque estén ardiendo en fiebre, a ir personalmente al reparto, por las madrugadas, a buscar su ración, pues de lo contrario la pierden, argumentando la directora de dicho establecimiento dietético que actúa de ese modo atendiendo órdenes superiores. Sería conveniente que se les permitiera a estas pobres ancianas designar alguna persona de su confianza para que les procuren dicha ración, cuando a ellas les sea imposible acudir
personalmente al indicado reparto.

Además, se comenta insistentemente que la directora del citado establecimiento, tiene para con los necesitados que van allí en procura de su ración, un trato completamente despótico, grosero e inhumano, que la hace indigna de estar al frente de un centro de tipo genuinamente asistencial.

En relación con todos estos decires respecto al reparto de alimentos en esta ciudad, se comenta, entre otras cosas, que no hace mucho vino de Ciudad Trujillo un Inspector de Previsión Social y le dijo a Fellito Uribe, Encargado de los Tickets, por qué usted no envía los tickets a la Oficina Central con las listas de los nombres de las personas beneficiarias, para fines de control. A lo que repuso Uribe; “Toda la vida se ha hecho esto en San Cristóbal, en la forma en que se está procediendo”. Claro, Uribe, tiene en esas lisas a muchas personas amigas suyas, y no va a ser tan palurdo de entregarlas a nadie. Por ejemplo, todo San Cristóbal sabe que Uribe envía públicamente todos los días, 10 botellas de leche al Capitán Fernández, complacencia que se debe al hecho de ser Uribe el prometido de una hija del mencionado Capitán. También se puede ver a la hora del reparto varias personas con sendas cacerolas esmaltadas de aluminio, de buen tamaño, quienes por la indumentaria que llevan, no pueden pertenecer al grupo de indigentes y necesitados para quienes la generosidad ilimitada del Ilustre Jefe creó tan indispensables centros asistenciales. Algunos creen que la leche con que se llenan esas cacerolas es para el propio Fellito, por lo que en este caso, esas personas, al parecer, le sirven de pantallas en su actitud deshonesta. Frente a todo esto, es doloroso expresar con toda seguridad, que a la Señora Alicia Portes, madre de 3 hijos, vividora en el patio de una casa ubicada en la calle Padre Ayala, le fuera quitado su ticket, caprichosamente.

Asimismo es objeto de comentarios diversos la presencia de un ex militar apodado Tango, en el momento de la distribución de los antes dichos alimentos. Este señor no conforme con la copiosa ración que se lleva para su casa, y sin autoridad ninguna, pega fuertes cantarazos en la cabeza a las mujeres que no entran pronto en la larga fila que él organiza todos los días frente al consabido reparto


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Bibliografia sugerida

A continuación les ofrecemos una lista de algunas de las obras que se publicaron durante la Era o que se escribierion durante la Era y se publicaron poco después. Los lectores podrán descargar o leer 'online' la mayoría de estos trabajos (no sabemos hasta cuando los ofrecerán gratuitamente).

La agonía dominicana (folleto) - Buenaventura Sánchez  (1933)
Las fechorías del bandolero Trujillo - Francisco C. Girona (1937)
Rep. Dom.: Análisis de su pasado y presente - Juan Isidro Jiménes Grullón (1941) (descarga gratis)
De Lilís a Trujillo - Luis F. Mejía (1944) (descarga gratis)
Una gestapo en América -Juan Isidro Jiménes Grullón (1946) (lectura gratis, Google Books)
Yo también acuso - Carmita Landestoy (1946) (descarga gratis)
Blood in the Streets - Albert C. Hicks (1946)
Una Satrapía en el Caribe - José Almoina ( escrito en 1950) (descarga gratis)
La Era de Trujillo - Jesus de Galíndez (1956)
Trujillo, Little Caesar of the Caribbean - Germán Ornés (1958) (descarga gratis)
Drama de Trujillo - Alonso Rodríguez Demorizi (1961) (descarga gratis)
Revelaciones a Sánchez Cabral - César A. Saillant (1962)
La trágica aventura del poder personal - Robert Crassweller (1967)
Mito y cultura en la Era de Trujillo - Andrés L. Mateo (1993)
Investigaciones del historiador Dr. Elíades Acosta (descarga gratis)

Les recordamos a los lectores que la lista anterior se limita a una parte de los libros que fueron escritos o publicados durante la Era o pocos años después. Si bien se publicó en esta década, el trabajo de Eliades Acosta consiste de documentos, cartas, recibos, etc. escritos durante la Era.

El número de libros y ensayos de historia y análisis de la dictadura escritos después de la Era son incontables y muchos, diríamos que la mayoría, contienen capítulos enteros o numerosos párrafos dedicados a la corrupción y la ineficiencia del régimen. Obviamente, sería un desatino pretender hacer una lista en esta sección de lo que se ha escrito después de la dictadura. Entre los libros que se pueden leer online sugerimos Sugar and Power in Dominican Republic, The Militarization of Culture in the Dominican Republic, Democracias y Tiranías del Caribe (William Krehm), The Dictator Next Door de Paul Roorda, Trujillo, The Last Caesar (Arturo Espaillat, trujillista), Trujillo, monarca sin corona (Euclídes Gutierrez, ex senador trujillista), entre muchos otros.


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VARIOS

La siguiente subsección estará dedicada a recortes, extractos,  ejemplos de ineficiencia durante el trujillato que encontremos en nuestras futuras lecturas sobre el régimen y algunas que ya habíamos encontrado en el pasado. No se tratará de una búsqueda deliberada en pos de encontrar pruebas de la ineficiencia sino que el resultado será producto de lo que encontremos por casualidad al leer en general sobre la dictadura trujillista. De hecho, en realidad, al completar esta última página (INEFICIENCIA) de este portal, prácticamente hemos cesado la investigación sobre la dictadura trujillista para dedicarnos a asuntos que nada tienen que ver con el trujillato, por lo que será muy limitado lo que encontremos para esta subsección.

El orden de las entradas no tiene que ver con la mayor o menor importancia que tenga la información que contienen sino que se debe sencillamente al momento cronológico en que fueron incorporadas. Es por eso que talvez encuentren entradas mucho más valiosas entre las últimas que entre las primeras.

Tal como lo indicamos en la introducción a esta página, las críticas y las denuncias durante el régimen en contra de la corrupción o la negligencia de los funcionarios y los allegados (tal como hoy podemos hacerlas libremente) eran inexistentes debido al peligro real de quedar desaparecido o torturado. Esa situación, naturalmente, limita en sumo grado las denuncias y críticas que podamos encontrar, excepto las pocas que se hicieron después de la caída de la dictadura. Fueron relativamente pocas porque no hay que olvidar que después de la caída de la dictadura, los líderes y los sectores activos de la sociedad se concentraron de lleno en forjar, urgentemente, un futuro político y económico que se vislumbraba incierto y peligroso. De hecho, durante esa década clave para la investigación de los malos manejos del largo régimen anterior, la atención estuvo centrada en las urgentes reformas necesarias bajo el nuevo gobierno democrático, el golpe de estado, la insurrección de abril (1965), la intervención americana, la ocupación, las nuevas "elecciones" y la persecución y represión del régimen balaguerista a partir de 1966. Para beneficio del futuro político del trujillismo, olvidadas en el pasado quedaron la gran mayoría de las denuncias y exposés necesarios que nunca se hicieron.

Por último, les recordamos a los lectores que los casos de ineficiencia y corrupción en el trujillato no se limitan al contenido de esta página, sino que a través de todo este portal encontrarán un rico acervo de ejemplos de ineficiencia, corrupción, abuso de poder y negligencia del pueblo.





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Se refiere a como este funcionario se enriquecía:

 


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En su campaña de desinformación, a los propagandistas trujillistas les gusta comentar que una clara prueba de la mayor eficiencia que había durante la dictadura es la CDA, la Compañía Dominicana de Aviación que existía durante la dictadura y que hoy no tenemos nuestra propia línea aérea. Como pueden ver en el siguiente extracto, la CDA estaba funcionando con pérdidas y el socio de Trujillo (socio muy favorecido por Trujillo), William Pawley, quería cerrarla, pero Trujillo no quería aceptar la realidad y sugirió que se buscara la manera de que la CDA fuera subsidiada. La CDA siguió operando con pérdidas hasta el día del ajusticiamiento y después. Otro ejemplo de la falsa “eficiencia” de las empresas de Trujillo y del trujillato. 

La CDA fue creada en 1944 financiada netamente por el Estado dominicano, Sin embargo, posteriormente, miembros de la familia Trujillo figuran como los principales accionista de la empresa. Era administrada, ademas, por el suegro de Hector Trujillo y estrecho amigo de Trujillo, Charles McLaughlin. La CDA continuó operando hasta 1995, a más de 30 largos años desde el ajusticiamiento de Trujillo, pero en su propaganda, los desinformadores trujillistas presentan el cierre de la CDA como un resultado automático debido a la desaparición del régimen trujillista. Oficialmente, la CDA cerró sus puertas en 1999. Esta crisis final de la CDA coincide con la crisis global de la industria de las aerolíneas comerciales. Bajo fuerte presión del gobierno de EUA en 1961 para que nacionalizara las empresas de la familia Trujillo, la CDA fue una de las empresas que Ramfis Trujillo "generosamente" le donó al pueblo dominicano antes de abandonar la isla entre las cuales la mayoria ya estaban descapitalizadas.
 


 
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Sobre los supuestos "milagros" financieros de Trujillo:




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En contraste con el título pintoresco que el autor decidió ponerle al libro, Quisqueya la bella, todo el contenido consiste en una seria investigación y análisis sobre diversas etapas de nuestra historia. 
 
Noten que reitera lo que otros historiadores han afirmado: Que a pesar de la fanfarria con que el régimen celebró la “nacionalización” de las aduanas haciendo creer que habíamos asumido total control y beneficio de las mismas, la realidad es que los americanos continuaron descontando los pagos de la deuda externa en su totalidad y depositaban dichos fondos en el National City Bank of New York. Podemos decir, además, que las funciones de las aduanas que sí logramos controlar en realidad fueron “trujillizadas” pues Trujillo, su familia y sus allegados fueron los principales beneficiarios de ese control. Además, cuando se "nacionalizaron" las aduanas, fue cuando apareció la famosa "aduanita", oficinas aparte administradas por un primo de María Martínez, quien cobraba otro tanto porciento adicional a las importaciones y exportaciones, sin expedir comprobantes y cuyos fondos no quedaban registrados.
 
En el último párrafo el autor nos señala lo que otros historiadores también han afirmado ampliamente: Que las empresas de Trujillo y su familia fueron las principales beneficiarias de las nuevas carreteras y los nuevos puertos que se construyeron o que se modernizaron.
 



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LO BUENO DE TRUJILLO 
 

Bernardo Vega

Trujillo, en 1960, puso todo el oro de nuestro Banco Central como garantía para un préstamo internacional a sus ingenios y,... al no pagarlo, dejó al país sin reservas. El día de su muerte éstas no llegaban al millón de dólares.

La masiva y cotidiana propaganda de un régimen trujillista que perduró una cantidad de años equivalente a lo que vive una generación, todavía condiciona nuestra forma de pensar.


Uno de los supuestos grandes logros de Trujillo lo fue el pago de la deuda externa en 1947, pero resulta ser que ese año lo mismo hizo Haití utilizando los mismos superávit en el comercio exterior resultantes de la bonanza de la Segunda Guerra Mundial.


Ambas deudas se habían contratado casi por las mismas razones, en fechas algo similares y por montos parecidos, pero nadie en Haití considera que el gobierno de Dumarsais Estimé logró una gran hazaña.


Además, Trujillo pudo haber pagado esa deuda en 1934 cuando nuestros bonos se cotizaban en la Bolsa de Nueva York a apenas quince centavos por dólar, pero terminó pagándola a un dólar, sin descuento alguno.


Se dice que Trujillo industrializó el país. Pero las industrias que se establecieron aquí en las décadas de los cuarenta y cincuenta reflejan el proceso de sustitución de importaciones de toda América Latina y el Caribe.


Esto ocurrió por donde quiera, con la diferencia de que aquí casi todas fueron industrias monopólicas y en su mayor parte pertenecían al dictador. 


Trujillo indudablemente ayudó al campesinado con su repartición de tierras en los años treinta, pero echó todo eso para atrás cuando decidió convertirse en dueño de una docena de ingenios, deviniendo en el mayor terrateniente del país y expulsando a miles de campesinos de sus tierras.


Mientras La Habana, Puerto Príncipe y Montego Bay estaban llenos de turistas, aquí no venían por la mala imagen que sobre el país proyectaba la dictadura. ¿Cuántos empresarios dominicanos y extranjeros dejaron de invertir durante esos años por la falta de confianza?


Se dice que durante la “Era de Trujillo” la economía dominicana creció mucho. En esa época no existían estadísticas sobre el Producto Nacional Bruto (PNB) y su crecimiento, pero si tomamos como indicador el consumo de cemento, veremos que la tasa promedio de su crecimiento durante esos treintay un años fue muy inferior a la de América Latina.


Es cierto que creó el Banco Central y la moneda nacional en 1947, pero eso coincidió con la fundación de los bancos centrales en toda nuestra región y en esos mismos años.
La misma misión técnica norteamericana que nos asesoró lo hacía igualmente en Guatemala. Sin embargo, Trujillo en 1960 puso todo el oro de nuestro Banco Central como garantía para un préstamo internacional a sus ingenios y, al no pagarlo, dejó al país sin reservas. El día de su muerte, las mismas no llegaban ni siquiera a un millón de dólares.


Los ultranacionalistas citan que Trujillo, con la matanza de 1937, sacó a los haitianos del país. Eso no es cierto, pues permanecieron trabajando en todos los ingenios.


No hizo como el gobierno de Cuba que a partir de 1933 deportó a miles de cortadores de caña jamaiquinos y haitianos y desde entonces en esa isla tan sólo cubanos (blancos, negros y mulatos), cortan la caña. Trujillo, al convertirse en el dueño de casi todos los ingenios dominicanos, terminó siendo el mayor empleador de haitianos.


Cuando Trujillo subió al poder en 1930, el país exportaba azúcar y sus derivados, cacao, café y tabaco. Treinta y un años después, se exportaba exactamente lo mismo, agregando un poco de bauxita. Sintamos nostalgia por otras cosas.


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Trujillo y el  sector salud

Tratamos de incluir una serie de tres artículos sobre la salud (Trujillo y el sector salud I, II y III), pero Blogger ya no acepta todo ese texto en esta página por estar casi repleta. Por tanto, los remitimos a la página de Para que no se repita la historia, donde podrán acceder a dichos artículos:

http://paraquenoserepitalahistoria.blogspot.com/2012/10/trujillo-y-el-sector-salud-iii-y-iii.html