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"No hay peligro en seguirme". - Consigna de Rafael Leonidas Trujillo Molina
(El peligro estribaba en no seguirlo.)
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En un informe de la embajada norteamericana del año 1945, Joseph F. McGurk, embajador de Estados Unidos en el país, escribe:
Documental: Trujillo: El poder del Jefe - Parte II
El embajador se refería a los empleados del Banco Agrícola de la capital quienes encontraron el cuerpo en la entrada principal del banco, sin documentos. Además de Cotuí y Nagua, los historiadores indican que en esos mismos días aparecieron cuerpos colgados en Azua y Santiago, en diferentes lugares públicos. Al examinarlos, ninguno de los cuerpos tenia documentos. Un asesino privado o un grupo de antisociales en semejante régimen JAMÁS se atreverían a cometer asesinatos en serie y luego pasar a colgar los cuerpos para exhibirlos publicamente ni tendrían un motivo logico para exhibir los cuerpos. Además, el hecho de que no se pudieron identificar a las vícitmas como miembros de esas comunidades revela que fueron traídos de otras regiones, dejando así la clara huella del tirano. Era un sencillo mecanismo para difundir el terror y la inseguridad.
“The labor movement had reason to dislike Trujillo from the earliest days of his rule. In 1930 several workers were killed by machine-gun fire while protesting the dissolution of the Confederation of Dominican Workers. In 1942 Trujillo used a force of 600 soldiers and three airplanes to suppress a sugar mill strike. One of strike's leaders, Francisco Lantigua, was killed. According to a U.S. labor official his body was hung in front of the La Romana mill' s machine shop. A sign attachedto the corpse declared "This worker collected his wage increase”.
(Ver también otros casos de cuerpos colgados para infundir miedo en Testimonio de despojos de tierras, sección VARIOS y en Pinceladas de la Era de Trujillo, sección ATROPELLOS.)
Recientemente, en un programa de El Gobierno de la Mañana (La Z101), el funcionario e historiador Euclides Gutiérrez Félix (senador trujillista e hijo de un coronel del ejército trujillista) habló de un caso en los últimos años de la Era que su padre, oficial militar, le había contado: En un parque de la capital estaban robando por lo que un general hizo que sacaran a un preso común de la cárcel, lo ahorcaron y lo colgaron de un árbol del parque por varios días para escarmentar a los ladrones.
EXTRACTO
En el archivo general del Ministerio de Asuntos Exteriores de España hay documentos confidenciales de la embajada española en República Dominicana durante la dictadura. Un informe secreto de la embajada española en RD revela:
Además, un miembro de la Policía Armada española denunció en una carta dirigida a Franco la situación de esos inmigrantes españoles:
En su detallado libro La alianza de dos generalísimos, Relaciones diplomáticas Franco-Trujillo, el historiador español Francisco Javier Alonso Vázquez, al discutir esta masacre de campesinos dominicanos para quitarles la tierra (pág. 550), dice que un testigo español mencionó como otros testigos de dicha masacre a monseñor Leopoldo Ubrique, capuchino y obispo de La Vega, así como otros párrocos a añade que lo mismo ha sucedido en Azua, en Constanza, etc.”
Noten que el testigo también señaló que: "lo mismo ha sucedido en Azua, en Constanza, etc".
(Pueden leer sobre otras masacres en la sección CRIMENES III)
Santiago, 2011
Ahí estaba Alcántara [general esbirro de Trujillo]. Cuando hicieron la finca de arroz de Nagua, y en una enramada que había a la orilla de la playa, mandaron a buscar todos los dueños de la tierra, yo estaba un muchachón.
Había un cofre y echaban todos los títulos de la tierra ahí y dizque le iban a pagar el dinero al otro día. Al otro día vamos a bañarnos a la Boca. Toda esa gente boyando que los ahorcaron a todos los dueños de la tierra. Ahí les cogí un odio a los jodidos Trujillos esos”.
Noten, lectores, hoy llegamos a saber sobre esta masacre de campesinos cometida con tanta facilidad porque este adolescente (Francisco Benedicto) por casualidad fue con su amigo a nadar a ese lugar. Pregúntense cuántas masacres de familias y comunidades campesinas (aisladas) habrían ocurrido en los 31 años sin sobrevivientes ni testigos para contarlo.
Pueden ver este testimonio en el video Vejaciones y Asesinatos Dictadura de Trujillo en YouTube: http://www.youtube.com/watch?v=_2NN1emfgzs
Historia oral de la dictadura trujillista
Archivo General de la Nación (AGN)
Fue de esta brutal manera que los Trujillos se apoderaron de esas tierras para desarrollar sus enormes arrozales privados, los más grandes del país. Pero el abuso no paró en las masacres de los dueños originales de las tierras. Los testigos de la época y los pobladores que todavía hoy viven en Nagua recuerdan que en la década de los cincuentas, camiones del ejército y de la policía salían por los pueblos a recoger personas en forma indiscriminada, los subían en un camión y se los llevaban a trabajar gratis a los arrozales que tenían los Trujillo en esa zona. El que se atrevía a quejarse, aparecía muerto. Una vez establecidas sus empresas arroceras, Trujillo hizo aprobar una ley prohibiendo la importación de arroz y monopolizó la exportación del mismo a través de su compañía Exportadora Dominicana C por A.
El extenso documental del director Rene Fortunato, El Poder del Jefe, se refiere a esta extrema explotación:
"Otra modalidad del sistema de explotación dictatorial aplicado por Trujillo fueron los campos de trabajos forzados, en los cuales se obligaba a la gente a trabajar sin pagarle nada a cambio. Para abastecer de mano de obra estos campos de trabajo, el ejército realizaba redadas en todo el país y los detenidos que no tenían trabajo permanente eran acusados del delito de vagancia, enviados a prisión y de la prisión pasaban a los campos de trabajo forzado. Igual les sucedía a aquellos ciudadanos que no tenían en regla sus documentos de identidad conocidos popularmente como los tres golpes: la cédula, la palmita y el carnet del servicio militar obligatorio.
Según datos no confirmados, en estos campos de trabajo perdieron la vida alrededor de 10,000 dominicanos, sobre todo en los campos del sisal de Azua, en las fincas arroceras de Nagua, en los caminos y carreteras, en la finca Mango Fresco de Virgilio Trujillo y en muchas otras propiedades de Trujillo y su familia."
El Poder del Jefe - Parte II
Min: 32, seg: 20
René Fortunato, Director
Pueden leer más sobre los asesinatos y abusos extremos en Nagua en Pinceladas de la Era y el articulo El Sizal de Azua, campo de exterminio de anti-trujillistas en la sección ATROPELLOS de este portal.
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- El ritual de las muertes por "accidente" (16 casos con 32 asesinados)
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- Los Patiños: Ejemplo de honestidad y valor
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REPORTAJE ESPECIAL
(16 casos con 32 asesinados)
Uno de los métodos más socorridos fueron las desapariciones puesto que con esto no tenían que dar explicaciones ni llevar a cabo las investigaciones forenses de rigor sobre el móvil, el cuerpo de la víctima, el lugar de los hechos y la manera en que fue asesinado, cuando el verdadero culpable había sido algún sicario del propio gobierno.
Por cierto, muchas desapariciones a menudo iban precedidas por un período de tiempo en la cárcel (invariablemente con tortura) antes de soltarlos. Este recurso fue tan común durante los 31 años que los presos políticos sabían que cuando el régimen de repente los soltaba sin ninguna explicación (en realidad, para que los amigos y vecinos los vieran sueltos y así desligarse del inminente asesinato), se trataba de su condena a muerte, de tal forma que lo primero que hacían cuando los soltaban era tratar de asilarse o de esconderse antes de que los desaparecieran. Debido a esta astucia de los condenados a morir, en los últimos años el régimen prefería hacer que los presos escribieran y firmaran una carta agradeciéndole a Trujillo el perdón y su libertad para luego poder decir, con documento en mano, que no sabían nada de él porque lo soltaron en tal fecha. Poco después de firmar la carta, ejecutaban al preso en la cárcel y desaparecían su cuerpo.
Otro método conveniente, aunque más engorroso que la desaparición, era el “accidente” de carretera. Al igual que en las desapariciones, en el “fortuito percance” el gobierno tampoco tenía que dar explicaciones y por ser menos misterioso que una desaparación, se suponía que resultaba menos sospechoso. En casi todos los casos de estos accidentes fabricados trataban de que no quedara ningún testigo ocular ni un sobreviviente que pudiera dar declaraciones, lo que explica por qué los choferes nunca sobrivían al accidente.
Una clara señal de que manos del régimen estaban involucradas en estos accidentes era que a pesar de que había inconsistencias garrafales en el montaje del “accidente”, las autoridades del régimen (policía, fiscal y tribunales) rara vez iniciaban una investigación ni abrían un expediente sobre la probabilidad de una mano criminal u otra explicación aparte de ser un extrañísimo accidente. Naturalmente, las preguntas lógicas sobre las inconsistencias y contradicciones de la versión oficial tampoco eran planteadas en público por la prensa ni por los familiares, a menos que éstos estuvieran dispuestos a correr la misma suerte del fallecido.
También es importante señalar que los accidentes de carro fatales no eran muy comunes en esas décadas principalmente porque había muchos menos automóviles circulando que hoy. De hecho, los que vivimos durante la Era recordamos que los reportajes de accidentes fatales eran eventos raros y las veces que se oía una noticias de éstos a menudo tenían fuertes connotaciones políticas por tratarse de personas que tenían problemas con el régimen o que eran destacadas o importantes. Siempre llamaba la atención que en el 95% de los casos se trataba, convenientemente, de caídas por un precipicio o un barranco, no choques fatales puesto que este tipo de accidente era complicado porque se necesitaban otros vehiculos y otras victimas para completar la escena. Además, la causa de muerte por caída por un despeñadero -golpes múltiples al azar- era mucho más fácil de simular dándoles garrotazos a las victimas que tratar de fabricar golpes mortales por choque en que las heridas tenian que ser consistentes con el punto de impacto y con la intensidad del choque. Si no había consistencia, se confirmaban las fuertes sospechas de la población.
A continuación presentamos algunos ejemplos de los “accidentes” que sufrieron los “inconvenientes”. Estos fueron los casos más conocidos o comentados (en voz baja) en su momento durante la dictadura, algunos de los cuales cobraron notoriedad internacional como fueron los casos de las hermanas Mirabal y las muertes relacionadas con el caso Galindez. Hubo otros “accidentes” políticos fatales de personalidades menos destacadas tales como el accidente del Lic. Diógenes del Orbe, el del doctor Fernandez Tavares, como también el del un oficial del SIM después del tiranicidio (ver sección CRIMENES IV) ya que el accidente fue un recurso bastante usado por la dictadura. Sin embargo, no los hemos incluido todavía entre los 31 asesinados por falta de detalles en estos momentos.
Las muertes por simulacro de accidente que analizaremos en esta subsección son:
asociados (10 asesinados)
- Otto Smolensky y su esposa (2)
- Jorge Alejandro Nin y su chofer (2)
- Donato Bencosme y su chofer (2)
- Ing. Fausto E. Rodríguez Pérez y su chofer (2)
- Ramón Marrero Aristy y su chofer (2)
- Dr. Enrique Washington Lithgow-Ceara (1)
- El alferéz Jesús María Boñuela (1)
- Varios accidentes en el caso Galindez (Martínez Jara, Ana G. Viera, Antonio Rúa, (3)
D. Jackson y su padre Wesley (mencionados, no incluidos en los 31 casos por no
estar seguros)
- Juan de Dios Ventura Simó (accidente de avión) (1)
- Jean Awad Canaan (abordamos también el caso de Pilar Baez) (1)
- Las Hermanas Mirabal y su chofer (4)
Como en la mayoría de estos casos nos limitamos a hacer un resumen del caso, invitamos a los lectores que tengan interés por conocer más detalles a que investiguen cada accidente por su cuenta puesto que en la red hay diversos artículos y otras publicaciones sobre la mayoría de estos casos.
(La masacre de "El Número") - Un total de 10 asesinatos
En la cabina del camión de Porfirio Ernesto “Prim” ese 1 de junio, 1950 iban dos choferes (Juan Rosario y “Califón”) y el propio Porfirio Ernesto. Encima de la cama del camión iban tres ayudantes conocidos como “Los Cibaeños”, una mujer embarazada a quien por su tamaño le decian "La cosita" y el comerciante de pollos Zenón Alcántara. El camión siempre viajaba por la misma ruta por lo que fue fácil planear el crimen.
Porfirio Ernesto "Prim" fue ultimado a balazos, seis pasajeros fueron asesinados a garrotazos por un comando militar y luego sus cuerpos fueron lanzados dentro del camión por un despeñadero conocido como "El Número" de Baní. Como el camión se atascó y no cayó al fondo, se vieron obligados a incendiarlo para encubrir cualquier evidencia de asesinato. El séptimo, el chofer Juan Rosario, sobrevivió porque se hizo pasar por muerto. A pesar de sus serias heridas de quemadura y hematomas, éste logró caminar unos ocho kilómetros. Luego, fue recogido por un samaritano transportista que lo llevó al hospital de Baní donde Juan describió la emboscada, los garrotazos, el fuego y las súplicas de la mujer repetidas veces a las enfermeras, doctores y después al propio hermano de Porfirio Ernesto, el Dr. Víctor Manuel Ramírez Alcántara. Horas después, el chofer Juan Rosario fue asesinado de noche en el propio hospital por unos desconocidos.
Debido a que se trata de una vil masacre de siete personas (incluyendo a una mujer) más el asesinato de dos testigos y un asesinato como secuela, decidimos incluir más abajo el relato detallado que hace Juan Bosch sobre este acto canallesco bajo el título de Una orgía de sangre en la tierra de Trujillo, escrito el mismo año en que ocurrió la masacre.
¿Qué motivó esta sanguinaria acción premeditada y bien coordinada en contra de Porfirio Ernesto Ramírez Alcántara en que también eliminaron a los siete testigos más a un militar y un policia?
El hermano de Porfirio Ernesto, el general Miguel A. Ramirez Alcántara, se había hecho enemigo de Trujillo desde 1930. En la expedición de Cayo Confites de 1947, fue el comandante de uno de los batallones, aunque esta invasión fue abortada por traición. También acaudilló, junto al general Juancito Rodríguez, la expedición de Luperón. Su hermana Cristina, quien vivía en Nueva York, también era enemiga jurada del dictador. Miguel A. Ramírez además se destacó militarmente como miembro de la Legión del Caribe en la guerra civil costarricense, siendo general de las tropas de Figueres, un líder demócrata, crítico de Trujillo. Después de mudarse a EEUU, jugó un papel destacado entre el exilio dominicano. Por la compra de armas para una nueva acción militar contra Trujillo, fue condenado a prisión en EEUU. Todo esto fue más que suficiente para comprometer la vida de los hermanos que todavía vivían en Santo Domingo, Porfirio Ernesto apodado "Prim” y el Dr. Víctor Manuel Ramírez Alcántara. Prim era un próspero empresario transportista. Con la puntualidad que caracterizaba a la dictadura a la hora de eliminar a un inconveniente, su destino marcado por el delito imperdonable de llevar la misma sangre de un antitrujillista le llegó inexorablemente a Porfirio Ernesto. Poco después, el Dr. Víctor Manuel Ramírez Alcántara y varios miembros de esa familia (Cristiana, Flor, José Altagracia, entre otros) se asilaron en diversas embajadas para salvar sus vidas.
Como el profesor y escritor Juan Bosch nos relata en detalle este cobarde y sangriento caso en que quisieron simular un accidente en masa (ocho personas), remitimos al lector al artículo del profesor: Una orgía de sangre en la tierra de Trujillo.
Los lectores deben recordar que durante la dictadura el pueblo dominicano estaba casi completamente desarmado. Las armas estaban completamente prohibidas y al que le descubrían un arma ilegal terminaba en un centro de tortura. Unicamente los oficiales de confianza de Trujillo podían llevar el arma las 24 horas. En cuanto a los militantes antitrujillistas, algunos lograban apoderarse de un arma con mucho trabajo y la mantenían bien escondida hasta el momento absolutamente necesario de usarla. Por tanto, cuando la dictadura quería eliminar a alguien en la calle sin que se supiera que fueron esbirros del gobierno, recurrían principalmente a los garrotazos, a las cuchillas o la estrangulación porque muerte por disparo en un pueblo totalmente desarmado significaba necesariamente que murió a manos de militares. Cuando los mataban a tiros, entonces desaparecían el cuerpo, a menos que quisieran escarmentar a la población local.
Naturalmente, como siempre, si el pueblo se escandalizaba, el Benefactor alegaba total inocencia respecto a lo ocurrido y prometía justicia pronta y segura. Repetimos lo que han señalado los que conocían muy bien la doblez natural del dictador. La simulación de Trujillo de estar totalmente al margen de estos asesinatos era conocida por todos los que lo rodeaban y por la población, la cual estaba cansada de ver siempre el mismo melodrama de inocencia e indignación cuando no podían ocultar el crímen.
Ningún oficial de rango medio o alto que valorara su propia vida y que le tuviera alergia a las horripilantes torturas en su propio cuerpo iba a incurrir en una masacre de esta magnitud por su propia cuenta, sin la orden de la más alta jerarquía. Era plenamente conocida la facilidad con que Trujillo eliminaba a sus propios esbirros. Además, el hecho de que quien encabezó este comando criminal fuera el propio jefe de la aviación militar, algo inusual, indica que la orden venía directamente desde muy arriba. Como si lo anterior no bastara, también hay que remarcar que esta masacre estuvo bien planeada pues de antemano la comandancia le había pedido a Porfirio (Prin) que transportara a unos ocho soldados, quienes serían sus propios asesinos (de él y de los siete pasajeros) y que los del comando en el jeep fueron preparados con garrotes para matarlos a palos y con esto poder simular un accidente. Además, había otros militares esperando de antemano en las alturas de “El Número” para ayudar con el montaje del “accidente”.
Siete asesinados para silenciar a los testigos y para que el accidente fuera creíble
Más un militar asesinado por hablar.
También el esposo de una de las víctimas para que no investigara
Todo eso para poder matar a un solo hombre, a Porfirio Ernesto "Prim"
Sencillamente porque era hermano de un militante antitrujillista en el extranjero
Encontrarán más detalles sobre este caso en el artículo de Juan Bosch Una orgia de sangre en la tierra de Trujillo. El link es: http://identidadsanjuanera.blogspot.com/2011/01/una-orgia-de-sangre-en-la-tierra-de.html
Además, pueden leer otro artículo sobre esta masacre en este link: http://www.diariolibre.com/noticias/2010/04/26/i242895_sisal-azua-campo-exterminio-antitrujillistas.html
También pueden leer sobre otras masacres en las secciones CRÍMENES I, CRÍMENES III y CRÍMENES IV.
Otto Smolensky y su esposa, la baronesa belga Marie Louise
A pesar de la misión cumplida a cabalidad, el siempre listo Petán no tuvo la oportunidad de disfrutar del botín puesto que cuando su hermano Rafael Trujillo, el Jefe, quedó informado del atrevimiento de Petán sin su consentimiento (éste desafiaba el poder de Trujillo) lo obligó a que le entregara el botín. Con el dinero y las joyas en su poder, el Jefe declaró el caso cerrado. No valieron las indagaciones de Nonny, la hija biológica de Marie Louise e hija adoptiva de Otto, sobre sus padres y su herencia en RD (incluyendo la finca ganadera cuyo pago nunca recibió) ni valieron las presiones de varias representaciones diplomáticas en el país. El dinero y las joyas aparentemente quedaron a buen resguardo en manos del Benefactor. El cheque de Virgilio Trujillo nunca se canceló y la finca quedó en manos de los miembros de la familia Trujillo. En esos días, a la hija, quien vivía en Suiza, le aconsejaron no ir a RD por ser un país demasiado peligroso, por lo que contrató abogados internacionales, pero éstos no obtuvieron ningun resultado. La versión que les dieron fue que la pareja se accidentó cuando regresaban a casa del mercado y de esta manera no tenían que dar explicaciones sobre la alta suma del dinero que llevaban encima ni las joyas. Los bienes de la pareja, según escribiría Nonny años después, fueron confiscados por el "Estado". Los cuerpos nunca aparecieron. Décadas después, en los años sesentas y setentas, la hija visitó varias veces el país tratando de dar con los restos de sus padres pero nunca pudo encontrarlos, por lo que colocó una piedra simbólica en el lugar del accidente.
Los lectores se preguntarán cómo fue que los Trujillos se atrevieron a cometer semejante crimen y despojo en contra de una pareja europea de cierto estatus social. No hay que olvidar que estas personas eran refugiados y que, por tanto, no contaban con el apoyo de un gobierno establecido que pudiera velar ni reclamar por sus vidas ni sus bienes en una isla distante. Para 1948, Europa era un continente devastado por la gran guerra, en medio de una confusa transición política y económica, con urgentes problemas de hambre y falta de vivienda y con un posible conflicto en sus territorios entre los dos ejércitos victoriosos (el de EUA y el de la URSS). El país del cual eran nacionales, Polonia (con su capital completamente en escombros), se encontraba bajo la ocupación militar del Ejercito Rojo y era la principal manzana de la discordia entre EEUU y la URSS. Lo que menos le interesaba en esos momentos a un país devastado y ocupado era el paradero de una pareja insertada en una remota isla del Caribe de cuya existencia probablemente ni siquiera se habían percatado y en el cual ni siquiera tenían una embajada debido a la guerra y a la total ausencia de intercambio comercial. De ese aislamiento y abandono de la pareja estaban muy conscientes los Trujillos quienes, como los viejos delincuentes callejeros o asaltantes de camino que habían sido en su juventud, sabían olfatear por instinto natural el momento y el lugar en que su futura víctima se encontraría más vulnerable. (Ver foto de esta pareja en RD en la sección PRESENTE.)
Dr. Jorge Alejandro Nin y su chofer
Lo que no reportó la breve noticia es que dos días antes de que se publicara el "accidente" en el periódico, la policía secreta había detenido a Nin en su bufete para interrogarlo. Nin compartía el bufete con otro abogado que después se exilió en Estados Unidos. Pocas horas antes del accidente, Nin les había manifestado a personas de confianza su preocupación por su vida. Los cargos en su contra constaban de que Nin simplemente había dicho en una fiesta que Trujillo le había robado a su padre la mina de sal en Barahona, apropiación ésta bien documentada posteriormente por los historiadores. Su padre era un exitoso empresario, gran exportador y líder cívico que financiaba obras en beneficio de la municipalidad de Barahona. Después de la caída de la dictadura, fue declarado “Benemérito de la Ciudad de Barahona”, ciudad que hoy ostenta su busto en el parque central.
Donato Bencosme y su chofer– Una muerte anunciada
Conocidos como los "Guapos de Moca", ciertamente los Bencosme dieron pruebas de valentía y firmeza. En su familia se cuentan siete muertes violentas por su resistencia a la dictadura de Trujillo, desde su padre, Cipriano Bencosme y sus hermanos hasta un hijo y primos (Cipriano, Sergio, Donato, Alejandro, Boil, Ramon Camilo y Toribio Bencosme), todos perdieron la vida por su resistencia.
Donato Bencosme, de familia rica en tierras y bienes, no escondía su menosprecio de los Trujillos y en varias ocasiones demostró ese desprecio que sentía hacia El Jefe. En una ocasión se burló públicamente de Trujillo y en otra, contaba su hijo Cipriano, “Trujillo lo nombra gobernador de la Provincia Espaillat, que no podía rechazar porque hubiese sido su muerte. Estando en esa posición, Pipí Trujillo [hermano del dictador] comienza a venir a los campos de Moca a buscar los mejores mulos y caballos dizque para la Hacienda Fundación [propiedad de Trujillo], mandando a buscar el cheque a la gobernación, que nunca aparecieron porque esos eran robos de Pipí. Papá, valientemente, envió una carta a Trujillo diciéndole que daba pena que su apellido rodara por el suelo porque su hermano, un vulgar cuatrero, despojaba a los campesinos”. (Ver referencia más abajo). Además, Donato fue objeto de críticas varias veces en el Foro Público, lo que ya era un lúgubre augurio.
El fatal desenlace de la vida de este valiente personaje Donato Bencosme nos lo cuenta la prestigiosa periodista Ángela Peña:
"A los pocos meses, añade, una guagua del Ejército perseguía a Donato, lo destituyeron del cargo y, aunque lo repusieron a los siete meses, continuó el acoso que él denunció en una carta pública. Lo acusaron de atentar contra la paz y la seguridad del Estado y lo condenaron a un año de prisión y 250 pesos de multa pero, el 23 de diciembre de 1957, Trujillo le concedió la libertad, le entregó su pistola y le advirtió: “Tu vida se respeta desde La Cumbre hasta Santo Domingo. De La Cumbre para allá eres hombre muerto, tienes muchos enemigos en el Cibao”. Se sabia que este tipo de advertencia de Trujillo de que se cuidara de "otros" era sencillamente una amenaza solapada de Trujillo. Donato se hospedó en el hotel Comercial, pero al poco tiempo regresó a Moca y cuando reabren los trabajos de la judicatura decide: “No quiero estar suelto por indulto, no he cometido ningún delito y es verdad que me andan buscando para matarme”. Apeló. La causa fue fijada para el 17 de febrero de 1957.
Nunca llegó al tribunal a defender su honra. Cuando iba a presentarse “lo detuvieron en Piedra Blanca junto a su chofer Rafael Camacho, lo desarmaron y trasladaron al Palacio de la Policía, en Santiago. Allí, asegura Cipriano, se juntaron Ludovino Fernández, Jaffet Cabrera, Pipí Trujillo, a esperar la autorización de Trujillo para matarlo. El día l8 le dicen: mira Donato lo que vamos a hacer con tu chofer, y le clavaron un estilete en el cuello. A papá lo mataron a palos el 18 en la noche, entre todos, lo metieron en un saco y el carro Opel en que andaba lo lanzaron a La Cumbre, de Puerto Plata, en un precipicio de 800 metros donde todavía está el vehículo”. La familia Bencosme conoció estos detalles por un militar que participó en los hechos, contó Cipriano. La prensa de entonces atribuyó el “accidente” a la rotura del guía.”
Para leer toda la historia de la lucha entre Donato Bencosme y el régimen pueden referirse al artículo de la prestigiosa periodista Ángela Peña en el diariolibre.com Donato Bencosme: La muerte anunciada de un coloso… También se encuentran muchos artículos en la red sobre la destacada y valiente familia Bencosme.
Ing. Octavio “Trene” Perez Garrido
Este caso ha sido mencionado muy brevemente en diversos libros y artículos por lo que investigamos sin encontrar mayores detalles, excepto que fue “accidentado” en las cercanías de la capital por sospecharse que era anti-trujillista asociado al Frente Interno. Finalmente encontramos una nota de so nieta, Lourdes Zambrana García:
Sin embargo, el montaje fue completamente incompetente al dejar los asesinos los cadáveres en la carretera mientras que la camioneta en que viajaban se encontraba en la parte alta de un precipicio de unos cuarenta metros, donde estaba atajada con una débil mata de bayahonda. No sólo no estaban los cadáveres en el carro sino que el casi inexistente daño que presentaba la camioneta indica la imposibilidad de que el “accidente" fuera capaz de ocasionar la muerte de ambos. Al examinar los cuerpos, los testigos concluyeron que habían muerto a garrotazos con un palo o una barra de hierro. Los asesinos también lo despojaron de RD$400.00, su anillo de matrimonio y de un cheque de RD$1,000.00 del Ayuntamiento de Pedernales para el cual el Ing. Rodríguez ejecutaba un proyecto.
Se puede contar entre los móviles detrás de este accidente el parentesco que tenía el joven Quique Rodriguez (29 años de edad) con el general Juan Rodríguez García (Juancito), el más importante e influyente enemigo de Trujillo en el exilio. Este multimillonario, considerado uno de los dominicanos más ricos de la época, ayudó a organizar y financió parcialmente las expediciones de Cayo Confites y la de Luperón, además de que les brindaba albergue y apoyo a los exiliados antitrujillistas en Venezuela. Ser pariente de don Juancito Rodriguez era un estigma en la Era de Trujillo. Además, nos cuenta el historiador Santiago Estrella Veloz que Pablo Rodríguez Salcedo, el padre de Quique Rodriguez, “nunca le aceptó un cargo a Trujillo. Era partidario del general Horacio Vásquez y en 1930, siendo Comisario de Moca, metió preso a Petán Trujillo, hermano del Jefe, acusado de robar vacas y emitir un cheque sin fondo en perjuicio de Delio Almánzar, residente en Guanábano, Moca. Cuando Trujillo pasó de Jefe del Ejército a Presidente de la República, en 1930, Petán estaba envalentonado al verse ahora uniformado como oficial de alto rango. Cada vez que visitaba a Moca, Pablo Rodríguez tenía que esconderse para no perder la vida”.
Como si esto fuera poco, el Ing. Quique Rodríguez había expresado varias veces que se oponía al régimen y en un par de ocasiones expresó brevemente sus sentimientos antitrujillistas en la presencia de un pariente lejano que había sido calié de la dictadura. Su situación empeoró cuando un par de veces se negó rotundamente a incurrir en ciertas irregularidades solicitadas por representantes de Petán. Por otro lado, el padre de Quique había tenido un altercado con el jefe inmediato de Quique en la Liga, el Dr. José G. Sobá, médico particular de Trujillo. Algunos historiadores han concluido que éste fue el autor intelectual del crimen, naturalmente con el beneplácito o la orden de los hermanos Trujillo, puesto que nadie se aventuraba a este tipo de asesinato por su cuenta, especialmente de una persona con la posición y el estatus del Ing. Rodriguez, sin la aprobación del régimen. El mismo Quique Rodríguez presentía su muerte violenta, además de que compañeros de trabajo y amigos ya lo trataban de lejos para no "contaminarse" pues lo consideraban un futuro cadáver. No hay que olvidar que Trujillo era obsesivo y vengativo por lo que a menudo una familia entera pagaba cualquier afrenta que alguien le hiciera a Trujillo. Una de las obsesiones de Trujillo era el general Juancito Rodríguez y sus actividades en el exilio. Ademas, cuando este partio, Trujillo se había apropiado de sus fincas y su ganado, pero peor aún, le había matado a varios hermanos y empleados de su finca y, ahora, al nieto de un hermano.
Para más detalles sobre este “accidente” y el juicio en los tribunales después de la caída del régimen, pueden leer El asesinato del Ingeniero Quique Rodríguez por Santiago Estrella Veloz en diariolibre.com y otros artículos en la red.
El propio estudiante de medicina que recibio el cuerpo de Marrero Aristy comentó tiempo después que éste no había muerto debido al accidente. Lo mismo dijo el secretario personal de Aristy y pariente de éste quien fue designado como la persona que debía ir a reconocer el cuerpo y supervisar su preparación para el funeral al dia siguiente.
La versión más concreta sobre el motivo señala lo que todos los del Palacio sabían: Que Trujillo lo responsabilizó por una publicación que apareció el 12 de julio en The New York Times que acusaba al gobierno de Trujillo de corrupción. Se sabe que Trujillo lo regañó con zaña en el palacio dado que algunos oyeron los gritos de Trujillo frente a Aristy. Otros presentan la excusa de que, si bien Trujillo estaba enfurecido con dicha publicación, su muerte fue causada por un disparo hecho en el Palacio por uno de los escoltas de Trujillo quien creyó que Aristy iba a sacar una pistola del bolsillo para matar al Jefe. Pocos creen esta versión, especialmente porque los periodistas hasta ahora no han encontrado a ningún funcionario del palacio que recuerde haber oído un disparo en el palacio en esos años, además de que Font Bernard dice que lo vio salir del Palacio caminando ese dia, aunque visiblemente nervioso (ver más abajo).
Sea cual fuere la razón principal, todos coinciden en que el accidente fue simulado, máxime que se accidentó en una zona en que se acababan de registrar enfrentamientos militares con los expedicionarios de Constanza y todavía era una zona muy inestable. Un grupo de guerrilleros (el de Delio Gomez Ochoa) fue apresado el 11 de julio y ya el 17 de julio, aún cuando no se sabía si había más guerrilleros en la zona o si habría otros enfrentamientos, Marrero Aristy supuestamente se fue a Constanza dizque a relajarse en un hotel de la montaña.
Todo parece indicar que el encargado de su muerte fue Johnny Abbes con quien Aristy habia tenido ciertas asperezas, por lo que Abbes estaria muy interesado en cumplir la órden de asesinarlo. De lo que no hay duda es que nadie se atreveria a matar a un alto funcionario del gobierno sin la anuencia expresa o la orden directa de Trujillo. La destacada periodista Angela Peña se refiere brevemente a este caso:
"El 17 de julio de 1959, se informó que el escritor había perecido junto a su chofer Luis Concepción Belén, al caer su vehículo por un precipicio. En cuanto a que lo eliminaron en el Palacio, dice Manuel Javier en Mis 20 años en el Palacio Nacional junto a Trujillo y otros gobernantes dominicanos que esta afirmación “es dudosa y objetable. Es un hecho casi cierto, de toda certeza, que fue en la prisión de La 40 donde lo asesinó la gente de Johnny Abbes”.
En Trujillo, aproximación al hombre y su tiempo anota Fernando Infante (trujillista, por cierto) que Marrero “fue asesinado a palos en la cárcel La 40…”
"Marrero era secretario de Trabajo cuando cayó en desgracia por supuestamente ofrecer durante un viaje informaciones adversas al régimen al periodista Tad Szulc que las publicó en The New York Times. Al regresar fue a entrevistarse con Trujillo que 'lo ultrajó de palabras'. Afirman que el escritor, nervioso, “fue a sacar su pañuelo para secarse el sudor y un oficial del ejército, creyendo que iba a esgrimir un arma, lo mató de un balazo. Pero en el Palacio Nacional nadie recuerda haber escuchado un disparo en esa tarde negra… hay quienes opinan que Trujillo, después de vejarlo, ordenó su muerte al jefe del SIM y éste lo trasladó a La 40”, apunta Javier."
Por Angela Peña
13 de marzo, 2010
hoy.com.do
R. A. Font Bernard es uno de los que más información directa nos puede dar sobre la muerte de Marrero Aristy por ser un funcionario del Palacio en esos días, porque intercambiaba opiniones con Marrero Aristy y por su conversación con el joven que recibió el cadáver de Aristy.
A esto se le suman las declaraciones del señor Wilfredo Mejía Alvarado, quien colaboró estrechamente con Aristy por mucho tiempo, era pariente suyo y quien fue a reconocer el cuerpo en la morgue de Bonao y a supervisar la preparación del cuerpo para el funeral. Declaró por escrito años después que el cuerpo mostraba golpes en la cabeza pero que no vio ninguna herida de bala. También examinó el lugar del accidente, el carro volcado de cerca y determinó que éste fue empujado por el precipicio, que no fue por accidente.
Por falta de espacio y porque el articulo es muy largo, invitamos a los lectores a leer las declaraciones hechas en 2003 por Wilfredo Mejía Alvarado en su extenso articulo Origen humilde de Marrero Aristy despertó enconos de aristocracia trujillista por Wilfredo Mejía Alvarado, Hoy.com.do (6/7/2003).
Otros investigadores de la dictadura igualmente habían recogido la versión que había emanado desde los propios pasillos del poder en el sentido de que Lithgow había sido eliminado por sus imprudencias.
El doctor Enrique W. Lithgow Ceara había pasado años estudiando en EEUU donde se especializó en urología. Todavía entrañaba en su personalidad la cultura americana de poder expresar inconformidad con el gobierno y hasta de burlarse de los altos funcionarios sin repercusiones. Eso explica que en forma tan ingenua haya cometido esas “imprudencias”, máxime cuando se trataba de la salud y vida del Jefe Supremo en momento en que era uno de los medicos consultados sobre los problemas de salud que El Jefe estaba padeciendo. El propio Balaguer se refiere en su obra Los carpinteros al mordaz y fatídico comentario del Dr. Lithgow sobre la salud de Trujillo, una audacia que sorprendió a todos los presentes.
Si los lectores se resisten a creer que por tales nimiedades el doctor Lithgow hubiera sido asesinado, una vez más les recordamos que ser eliminado por decir cualquier cosa que insinuara una crítica o burla del dictador o su familia (o una afrenta) era la norma, causa suficiente para ser detenido, torturado o eliminado. Los dominicanos lo sabían muy bien y por eso se cuidaban mucho de lo que decían respecto al gobierno, en especial respecto a cualquier miembro de la familia Trujillo y sus allegados. Aparentemente, el Dr. Lithgow no se habia "aclimatado" a la cultura extremamente opresiva que imperaba. Como ejemplos de estas muertes por una frase inoportuna, pueden leer sobre el joven Colón Piris y Rafael Yepez en la sección CRÍMENES III y leer el siguiente caso del alferez Boñuela.
Según el investigador y periodista Edwin Disla, el Dr. Lithgow Ceara fue asesinado por asfixia antes de ser lanzado en su Buick al río Ozama. Una reciente publicación ofrece una razón concreta por este asesinato. Nos referimos al libro Ayer, el 30 de Mayo y después de Fernando Amiama Tió, alto funcionario del régimen trujillista por muchos años (Canciller, Director de Pasaportes, Secretario de Estado de Trabajo, encargado de los asuntos haitianos, también hermano del héroe nacional Luis Amiama Tió). Sin embargo, no tenemos acceso al libro, pero la reconocida periodista Ángela Peña, quien sí leyó el libro detenidamente, escribió un artículo (La verdadera historia del ajusticiamiento) sobre este libro en que dice que el documento también narra con pormenores “las causas concretas del crimen contra Lithgow Ceara” y otras víctimas. Aunque lamentablemente la periodista no nos ha transmitido cuáles fueron las causas concretas, claramente lo califica de crimen con base en lo narrado en el libro.
A pesar de que el Dr. Lithgow no tuvo tiempo en nuestro país de desarrollar una prestigiosa carrera en su especialidad, después de la caída de la dictadura le cambiaron el nombre al hospital Marión por el nombre del Dr. Lithgow Ceara en honor a este joven médico.
Otro accidentado por cometer el error de decir una “imprudencia”, esta vez un simple comentario de dos palabras “Qué barbaridad”, al presenciar los repugnantes y macabros actos a que fue sometido el cuerpo de José Messón (tanto vivo como ya muerto), después de pasar días bajo tortura. Por esas dos palabras "que barbaridad" pagó con su vida este alferez originario de España.
A continuación reproducimos los tres párrafos que describen brevemente las circunstancias de este caso tomados del artículo El asesinato de José Messón. El lector puede leer el artículo completo más abajo.
Antes debemos explicar que el autor del artículo dice que éste fue “el más salvaje, sádico y cruel realizado en un recinto de la Marina de Guerra dominicana”, no porque este tipo de crimen macabro fuera algo totalmente fuera de lo común en el país como todos ya sabemos, sino simplemente porque la Marina de Guerra tenía poco que ver con la represión en tierra que ocurría practicamente a diario durante la larga dictadura, pues la labor de represión en la isla les correspondía al SIM (Servicio de Inteligencia Militar) y al Ejército, los que siempre tuvieron las manos más sucias por sus torturas, atropellos y asesinatos. La labor de la Marina era principalmente resguardar las costas y pasear a los miembros de la familia Trujillo en sus yates de lujo. Suponemos que también eran los encargados de lanzar los cuerpos al mar, aunque no participaran en los asesinatos ni en las torturas.
Para cuando llevaron a José Messón al recinto de la Marina para ultimarlo frente a sus antiguos compañeros de la Marina, ya Messón había sido sometido a despiadadas torturas en La 40 durante días, incluyendo fuertes electrochoques en la silla eléctrica.
A continuación los tres párrafos relativos al poco conocido alferéz Jesús María Boñuela:
Por cierto, como ocurría a menudo, al saber de la ejecución de José Mesón, su hermano y algunos miembros de su familia se asilaron en embajadas por temor a sufrir consecuencias.
Mencionamos de paso que el fotógrafo del SIM, Pedro Aníbal Fuentes Berg (Chichi), fue quien tomó la famosa foto de José Messón en la silla eléctrica (ver foto en sección PRESENTE). Sensible al sufrimiento que presenciaba mientras fotografiaba a las victimas, le sacó copia al negativo de esta foto junto con unas cuatro fotos más de los torturados. Su hermano, Gilberto Fuentes Berg, las sacó del país para que se publicaran. De hecho, el caso de José Messón se hizo notable no porque fuera un caso fuera de lo común, sino simplemente debido a esa foto puesto que eran contadas (unas 5 fotos) las imágenes de los torturados en los centros de tortura de la dictadura, esto gracias a los hermanos Fuentes Berg.
Por esta audacia de estos dos hermanos, al ser informado Johnny Abbes de este filtraje, los hermanos Aníbal y Gilberto Fuentes Berg fueron detenidos y desaparecidos. Hasta hoy no se sabe del paradero de sus cuerpos. Algunos creen que también fueron torturados. Para más detalles sobre el caso de los hermanos Fuentes Berg, pueden ir a la sección CRIMENES III (BREVES).
Como todo en ese demencial reino de terror, increíble pero cierto.
Varios accidentes en el caso Galíndez
Muchos conocen del secuestro de Jesus de Galindez, de la supuesta riña en que el piloto Murphy es empujado al mar y desaparece y que después Tavito de la Maza se suicida en su celda. Pocos saben que además murieron en supuestos accidentes de tránsito la mujer que hacia de enfermera acompañando al paciente Galindez en el avión y su novio, también partícipe del secuestro. A eso se le suma el accidente fatal que sufrió el suegro de Tavito de la Maza. Tampoco se pueden dejar de mencionar el accidente fatal de la avioneta piloteada por otro testigo y el suicidio del médico que inyectó a Galindez en Nueva York.
Al planear el secuestro de Galíndez, Trujillo nunca contó con que la desaparición de Galíndez fuera a crear tanto alboroto en Washington y en la prensa norteamericana. Esto ocurrió, efectivamente, porque Galindez resultó ser ciudadano norteamericano y además agente de la FBI y de la CIA, dos cosas que Trujillo no sabía y razones por las que el gobierno de EEUU movilizó a sus agencias para investigar el caso (pretendiendo no saber nada del asunto), con la acompañante campaña de asedio en la prensa. Esto obligó a Trujillo a iniciar una cadena de asesinatos para silenciar a los participantes. Pero al hacer desaparecer también al piloto Murphy, la situación empeoró porque Trujillo tampoco contaba con que el congresista por el estado de Oregon (Charles Porter), de donde era el piloto Murphy, resultaría ser un sujeto tan obstinado y activo en la investigación sobre el caso Murphy en que llegó al punto de exigir una investigación del Congreso y audiencias sobre la desaparición de Galindez y Murphy, lo cual efectivamente decidieron que se llevaría a cabo. A las investigaciones de la FBI, de la embajada y de la prensa, se sumaron las audiencias del Congreso. El caso Galíndez era para entonces tema de primera plana en los periódicos de EEUU y del continente.
En honor a la objetividad, debemos señalar que investigaciones recientes del investigador y publicista Aquiles Julián (y otros) señalan que, aprovechando el instinto criminal de Trujillo, su irracionalidad y su impulsividad caprichosa, éste fue manipulado por dos poderosos funcionarios del gobierno norteamericano (los hermanos Dulles) para que se deshiciera de Galindez. Le hicieron saber que Galindez estaba por publicar su tesis exponiendo la corrupción, inmoralidad y atropellos del régimen de Trujillo. Estos altos funcionarios tenían interés en hacer desaparecer a Galíndez por razones de un cambio de política hacia Franco al que Galíndez se oponía. Estas recientes revelaciones de Aquiles Julián y otros podrían explicar los atentados y “accidentes” que ocurrieron fuera de la isla en conexión con el caso Galindez (sobre dichas muertes y atentados, ver más adelante). Por otra parte, se dice también que lo que más enfureció a Trujillo de todas sus acusaciones fue que Galindez expresara que Ramfis no era su hijo biológico.
Hay que tomar en cuenta que las agencias e instituciones de Estados Unidos no estaban organicamente integradas ni coordinaban bien sus tácticas y estrategias y esto explica como fue que la embajada, el Congreso, buena parte de la prensa norteamericana y hasta los niveles medios y bajos de la FBI tampoco supieran de las manipulaciones de los hermanos Dulles sobre Trujillo, por lo que desempeñaron cabalmente el papel que les correspondía sin percatarse de la manipulación. Mucho de lo que ocurre a ese alto nivel de los servicios de inteligencia es sólo conocido por pequeños círculos de poder. Esa manipulación, naturalmente, no exculpa moralmente a Trujillo de la planeación y ejecución del crimen, además de que sin lugar a dudas fue la dictadura la que se encargó de eliminar dentro del país a todos los que estuvieron involucrados en la desaparición de Galindez, unas seis o siete personas, motivado Trujillo por el escándalo en la prensa internacional en relación al secuestro y por las investigaciones de la FBI y la embajada. Por su estilo visceral de gobernar, Trujillo fue incapaz de percatarse de que la fuente del revoloteo que lo "obligó" a hacer una limpieza interna (y posiblemente externa) probablemente fue la misma fuente que lo manipuló para que secuestrara a Galindez.
A varios investigadores siempre nos pareció exagerada, y por ende sospechosa, la coordinada y estridente reacción en EEUU al secuestro de Galindez en comparación con otros asesinatos en el exterior (Almoina, Requena, Bencosme, etc.), especialmente porque Galindez, antes de su secuestro, era tan desconocido en la prensa internacional como las demás víctimas de Trujillo en el exterior. Sobre la trama pueden leer los recientes artículos de Aquiles Julián titulados La conspiración perfecta de los hermanos Dulles y El hombre a cargo de secuestrar a Galíndez, además, Cómo Galindez pasó de informante aliado a enemigo.
Días después en ese mismo mes de agosto, Ana Gloria Viera (21 años de edad), una hermosa agente secreta (fungía como enfermera) que acompañó en el avión a un Galíndez inconsciente, novia de Martínez Jara, también murió en un accidente de tránsito en la carretera Duarte a la altura de la Cumbre de Bonao, 12 días después de dar a luz a su hijo Manuel. Encontraron su cuerpo detrás del timón del carro. Lo extraño era que todos sabían que Gloria Viera no sabía manejar y que nunca la habían visto detrás de un timón.
Semanas después de esos dos accidentes, también pensaron en presentar la muerte del piloto Gerald Lester Murphy como un accidente. Luego, optaron por culpar a Tavito de la Maza ya que Tavito tenia una cuenta pendiente por el homicidio de un hermano del esbirro Felix Bernardino, uno de los mejores amigos de Trujillo. Acusaron a Tavito de la Maza de haber matado a Murphy en una riña en una carretera paralela al mar. El cuerpo de Murphy supuestamente cayó al mar. A su vez, Tavito de la Maza, después de ser detenido por el presunto crimen, se “suicidó” en su celda. Los investigadores de la embajada americana que examinaron la celda dijeron que el frágil tubo de donde supuestamente se colgó de la Maza jamás hubiera podido soportar un cuerpo de un hombre, además de otras inconsistencias materiales.
En cuanto a la decisión de eliminar a Murphy, los investigadores señalan varias razones, además de ser simplemente el próximo en la lista fúnebre con el fin de eliminar toda huella. Entre éstas, que Murphy ya estaba hablando demasiado con amigos sobre el misterioso vuelo, que Murphy se rehusó a bombardear la Habana (entonces Trujillo organizaba una invasión a favor del presidente depuesto Prío Socarrás en contra de Batista) y que Murphy, al ver que los que habían participado en el secuestro de Galíndez estaban sufriendo accidentes fatales, de repente puso un anuncio en Ciudad Trujillo para vender sus pertenencias, clara señal de que planeaba abandonar la isla, razón por la que fue interceptado y eliminado.
Salvador Cobian Parra, coronel de origen cubano, había sido designado por Trujillo jefe del Servicio de Inteligencia en 1956 y fue uno de los ejecutores del secuestro de Galindez. Cobían fue asesinado a balazos en su oficina. El caso fue presentado primero como un suicidio y después como una riña e intercambio de balas en que también el otro oficial murió.
Por otro lado, el médico dominicano Miguel Rivera, encargado de drogar a Galíndez en Nueva York, supuestamente se “suicidó” con cianuro en su casa de Ciudad Trujillo.
Varios investigadores sostienen que también el suegro de Tavito de la Maza fue eliminado en un "accidente" dado que él estaba profundamente indignado por el "suicidio" de su yerno y estuvo activamente involucrado en las indagaciones de su muerte. Sobre este caso, el periodista Sócrates L. Peguero nos resume:
"Antonio Rúa, padre de Marusa Rúa, la esposa de Octavio de la Maza. Al señor Rúa sentir repulsa y manifestar su descontento por la muerte de Tavito, planificaron su muerte. Aprovechando que el señor Antonio Rúa era comisionista y tenía que viajar periódicamente hacia el interior del país, decidieron esperar el que fuera su último viaje y le tiraron un Catarey encima en la vieja carretera del Este. Catarey era un enorme camión (marca Mack) que se usaba para el tiro de caña de azúcar".
Como se trata de un choque con un camión y no tenemos otros detalles, no podemos afirmar ni negar que fuera un accidente fabricado, pero les recordamos a los lectores que expresar descontento con el régimen y tener la audacia de ponerse a indagar sobre un asesinato del régimen eran motivos suficientes para terminar fatalmente "accidentado" o desaparecido.
Murphy había hecho escala desde Long Island en un pequeño aeropuerto de West Palm Beach, Florida, atendido por Donald P. Jackson (23 años) y su padre, Wesley (el dueño de ese aeropuerto), aparentemente las únicas dos personas que atendian ese pequeño aeropuerto esa mañana. El Joven Jackson fue el que atendió el avión de Murphy esa mañana del 13 de marzo, 1956. Su padre Wesley también se encontraba en el aeropuerto. Cuando el Congreso de EEUU empezó sus investigaciones, había citado a Donald Jackson a que compareciera en las audiencias como testigo, pero convenientemente seis días antes de su cita con el comité del Congreso el joven y su padre se mataron al estrellarse su avioneta privada en un vuelo a Texas. Por suerte, Donald Jackson había sido entrevistado por la estación de radio de Miami, WGBS, antes de morir en que había declarado que cuando entró en el avión para llenar los tanques extras que llevaba el avión, él vió un cuerpo en una camilla dentro del avión de Murphy y había detectado un extraño olor a droga en el fuselaje del avión. Aunque no se puede decir a ciencia cierta que este fatal accidente en que murieron padre e hijo fue inducido, resulta muy sospechoso que ocurriera justo antes de su cita en las audiencias, donde hubiera revelado que efectivamente Murphy llevó a un “paciente” a RD en esos días. Esto naturalmente conectaba la desaparición de Galindez con República Dominicana y la complicidad de Murphy, algo que Trujillo negaba rotundamente.
Igual de conveniente fue la muerte del guardián de seguridad, Robert Smith, del pequeño aeropuerto Zahn’s en Long Island, NY, único testigo cuando esa noche del 12 de marzo, 1956 montaron en el avión de Murphy al “paciente” en una camilla. El guardián sufrió un infarto fatal días antes de poder hacer sus declaraciones oficiales. Naturalmente, no se puede concluir que este ataque fuera inducido, pero llama la atención que todos los testigos e involucrados en el sonado caso Galíndez quedaron eliminados poco después de los hechos o poco antes de sus citas para comparecer ante los investigadores.
En estos dos últimos casos hay que recordar que los agentes de Trujillo siempre mantenían contacto con redes de matones del bajo mundo, nacionales de los países en que Trujillo tenía algún interes con el fin de poder contar con sus servicios de apoyo logístico a las operaciones del Jefe en cada país. Los investigadores americanos han documentado, por ejemplo, las conexiones entre los agentes de Trujillo y las mafias de EEUU.
Además, la esposa del editor chileno, Alfonso Naranjo Urrutia, quien estaba por publicar el libro de Galíndez La Era de Trujillo (libro que Trujillo quería evitar que se publicara a un alto precio en oro y en sangre) en la Editorial del Pacifico, sufrió un atentado de secuestro en Los Ángeles casi simultaneamente con el secuestro de Galíndez. Salvador E. Morales Perez en su libro Almoina, un exiliado gallego contra la dictadura de Trujillo (pág. 249) nos cuenta:
“Martha Vargas Urzúa, se hallaba en estudios especializados en Pasadena, California. Un grupo de individuos no identificados la atacó y golpeó en la cabeza con ánimos de secuestro el 13 de mayo, de ese mismo año de 1956. No hay duda, de que la agresión tenía el objetivo de chantajear o amedrentar al esposo para evitar la impresión. No obstante, no lo lograron y finalmente se imprimieron 15,000 ejemplares de la obra”.
Los lectores pueden descargar gratis el libro de Salvador Morales en: http://www.agn.gov.do/sites/default/files/publicaciones/volumen_74_2.pdf.
Estos atentados e intentos de secuestro contra inocentes familiares de los inconvenientes o “enemigos” del dictador eran algo común en RD y algunas veces ocurrían en otros países. Otro ejemplo es el caso de otro intelectual español que también sería eliminado por escribir en contra de Trujillo, José Almoina. Su hija menor Helena casi fue secuestrada por hombres que la llamaron desde un carro de lujo. Cuando ella se acercó, trataron de meterla a la fuerza en el carro (la niña se había salido del apartamento sin permiso). El secuestro no se logró ya sea porque la niña era muy flaquita y pudo escurrírseles a sus captores o porque éstos sólo hicieron un falso intento para aterrorizar a Almoina.
Este incidente con la niña de Almoina ocurrió en medio una campaña de fuertes e incesantes advertencias, amenazas y presión de parte de agentes y “diplomáticos” dominicanos en México y Cuba en relación a la información sobre el régimen que Almoina pensaba publicar y que ya había difundido a sotto voce en círculos diplomáticos.
Por cierto, el caso Almoina podría quedar incluido en esta sección ya que a Almoina lo eliminaron arrollándolo con un carro en México, pero también con disparos. Sin embargo, decidimos incluirlo en la sección sobre asesinatos en el exterior (ver CRÍMENES III) y no aquí
En resumen, sobre el caso de la desaparición de Galíndez, el saldo de muertes fue:
6-7 muertes para silenciar a los involucrados en la desaparición del profesor español
Una muerte (el suegro de Tavito de la Maza) por criticar y por ponerse a investigar
Posiblemente las tres muertes en EEUU de los que atendieron el avión y un atentado fallido.
Juan de Dios Ventura Simó
Días después de su deserción, se encontraba en Caracas bajo la protección de Rómulo Betancourt y poco después se trasladó a Cuba para colaborar con los exiliados antitrujillistas. Ingresó como piloto a las filas de los expedicionarios que salieron de Cuba en junio, 1959. Su avión aterrizó en Constanza y fue capturado por el ejército trujillista el 17 de junio.
Versiones contrarias a la historia oficial señalan que la deserción de Ventura Simó fue auténtica, pero que tal como ocurrió con algunos capturados, después de su captura fue obligado bajo amenaza o llegó a un acuerdo de colaborar con Trujillo para salvarse de las torturas, de una muerte segura y para proteger a su familia, lo que le permitió a Trujillo usarlo en público para burlarse y desalentar la moral de la resistencia y la opinión publica opositora.
Sobre el encuentro entre Ventura Simó y el cuerpo diplomático, los embajadores habían acudido a la cita engañados, pues el canciller dominicano les había dicho que se reunían para otro propósito. La mayoría de los diplomáticos se sintieron ofendidos con este engaño ya que, para su sorpresa, fueron fotografiados junto a Ventura Simó con fines propagandísticos, como si estuviesen celebrando su lealtad a Trujillo. A continuación, Rafael Chaljub Mejía, en su libro La Era en los días del fin, nos describe en la página 105 dicho encuentro:
“El hecho cierto fue que, uno por uno, los representantes extranjeros saludaron a un hombre ostensiblemente vencido y demacrado, al cual el brillo del uniforme y las medallas que colgaban de su pecho no podían ocultarle las evidencias del mal momento que pasaba. Semiaturdido, sin poder reflejar el ánimo de triunfador que se empeñaba en aparentar, un gesto de sombría incertidumbre delataba la tragedia que lo estaba atormentando”.
Las sospechas del pueblo dominicano respecto a la versión del gobierno sobre la lealtad de Ventura Simó se intensificaron cuando, después de tanto barullo propagandístico, de repente no se volvió a hablar más del héroe, ni se le volvió a ver. Fue cuando la madre de Juan de Dios le pidió a Trujillo poder ver a su hijo que de inmediato montaron el accidente aéreo en que Ventura Simó se accidentaría (nunca encontraron su cuerpo) en una exhibición de acrobacia aérea en homenaje a Trujillo, ampliamente anunciada por el gobierno con el fin de que todos presenciaran el “accidente”. En realidad no presenciaron ningún accidente sino la ausencia repentina de uno de los cuatro aviones que participaban en una acrobacia, pues el avión simplemente desapareció en el horizonte, ilusión óptica que ocurre cuando un avión vuela más allá de la linea del horizonte. Se cuenta que antes de sufrir el supuesto "accidente", Ventura Simó sufrió un largo suplicio sometido a las más horrendas torturas (algunos han dado detalles de las macabras torturas a que fue sometido) las cuales no describimos aqui para no extender este caso y porque dichas torturas siguieron casi el mismo patrón (con ciertas originalidades) que los suplicios descritos en la sección TORTURAS de este portal.
Jean Awad Canaán y el caso Pilar Baez
Recientemente se publicó un libro basado en una investigación y entrevistas sobre la muerte de esta pareja (Pilar Báez en enero, 1960 y su esposo Jean Awad en noviembre, 1960) titulado La verdad de la sangre, escrito por la investigadora forense española Eva Álvarez y la hija de la pareja Pilar Awad Báez. A los lectores que tengan interés en investigar estas dos muertes a fondo (una por una eclampsia durante el parto y la otra por accidente de tránsito), los instamos a adquirir este libro así como el libro que apoya la versión de Angelita Trujillo, Pilar y Jean. Investigación de dos muertes en la Era de Trujillo, escrito por una amiga y simpatizante de Angelita, Naya Despradel, quien le atribuye estas dos muertes a hechos circunstanciales.
En su momento, en círculos de la oligarquía y de la burguesía trujillista se decía que Angelita estaba muy enamorada de Jean Awad (una de sus debilidades conocidas por todos era la poderosa atracción que sentÍa por los oficiales militares buenmozos, especialmente los de la aviación) y que una enfermera había inducido una hemorragia durante el parto que mató a la joven esposa de Awad. Se decÍa que la enfermera salió rapidamente del paÍs. Se manejaba el nombre de la enfermera pero hoy, probablemente borrado por el tiempo, su nombre ya no se menciona aunque todavÍa (2013) vive en Nueva York. Diez meses después, el propio Awad murió en un accidente de tránsito, simulado según algunas versiones, por los celos del esposo de Angelita, León Estévez, uno de los peores torturadores y asesinos de los centros de tortura (ver sección TORTURAS). Este sentía su posición en el régimen muy amenazada si se diera el caso de que Angelita procurara el divorcio para casarse con el galán uniformado que le robaba el sueño.
Llama mucho la atención que Sención Silverio, militar que fue uno de los pasajeros y quien niega que fuese un accidente simulado, en declaraciones recientes menciona las heridas sufridas por todos los pasajeros, pero misteriosamente tampoco se ocupa de mencionar en absoluto los daños sufridos por Jean Awad. Jean era el que supuestamente iba manejando por lo que las heridas del impacto del choque frontal debieron de ser calamitosas (no se usaban cinturones de seguridad ni bolsas de aire). El testigo describe:
“En el accidente, el doctor Botello, que iba en el asiento delantero derecho, sufrió fracturas de costillas y clavículas y diversos golpes en el cuerpo. Nosotros que íbamos en el asiento trasero, en el lado derecho, sufrimos fractura del hueso de la nariz y del brazo izquierdo, así como múltiples golpes en el cuerpo. Valenzuela que iba a mi lado, fue la única persona ilesa”.
¿Por qué esta omisión selectiva precisamente en relación a la víctima más afectada y sobre la cual tantas personas tienen preguntas sin respuestas?
Vale observar que Sención Valerio se contradice a si mismo y contradice lo que otros han declarado. En varias declaraciones hechas en otras ocasiones, Sención Valerio asegura que Jean Awad murió de inmediato, en el sitio del accidente, pero en estas declaraciones parece no saber nada en el hospital de la muerte del joven militar: “le pregunté qué había pasado con Jean que no lo veía y me dijo que había muerto y que estaba en la morgue del hospital". No olvidemos que Sencion Valerio y los otros accidentados estuvieron mucho tiempo en el sitio del accidente esperando ayuda, más que tiempo suficiente para cerciorarse de que Awad estaba muerto, si es que en realidad iba con ellos, según la versión oficial.
Una contusión o varias tan fuertes que le causaran la muerte instantánea al conductor del carro Jean Awad, como alega Sención, tendría que dejar alguna marca en la superficie del cuerpo (cortadura, hinchazón o moretón), especialmente el conductor puesto que su cuerpo se estrellaría contra el timón y posiblemente contra el vidrio delantero. Sin embargo, varias horas después del golpe mortal, el cuerpo de Awad no presentaba ninguna señal de contusión ni rasgadura. Esto indica que la víctima murió de alguna otra causa, tal como se sospechaba, probablemente por asfixia, por una inyección letal o por algún veneno.
La criminóloga española que asesoró a Pilar Awad Báez en la investigación declaró en una reciente entrevista lo siguiente:
“La pluma que supuestamente Jean, que iba supuestamente también manejando, tenía en el bolsillo. En un golpe de una pluma con un guía es imposible que tenga tantos golpecitos pequeños por todas las partes de la pluma como estaba. Eso fue machacado con una piedra y la parte de abajo arrancada. Pero es que yo pienso que no hace falta ser criminologo para ello, que a simple vista, de hecho, en esto coincidió conmigo también el doctor Herrera. Esos golpes son efectuados por la mano del hombre, pero, además, tú no puedes Cómo hizo entonces?
Girar, fue dándole vueltas a la pluma para que chocara bien contra el guía, el guía no tiene puntitos para abollar así una pluma. Es completamente imposible.” (Min. 30:31)
Más adelante agrega:
“Sin embargo, el que tenía en el pecho los golpes que son compatibles con haber chocado contra un guía, contra un volante era Botello.”
[Botello fue el otro militar que iba en el carro.]
[Ver esta importante entrevista con las dos autoras del libro La verdad de la sangre, especialmente a partir del Min.24:13 en que discuten algunos detalles forenses de estas dos muertes misteriosas: https://www.facebook.com/142853769137872/videos/248058266658139]
La conclusión de todas estas incongruencias y otras ha sido que Jean Awad no murió en el accidente sino antes o después.
No hemos leído el libro, pero con base en la declaración del Dr. Herrera y las de Sención Valerio, llama muchísimo la atención que a los heridos los dejaron en la clínica recuperándose 3 ó 4 días, pero varias horas después de arribar al hospital, se llevan el cadáver de Jean Awad sin que se le practicara una autopsia (aunque en RD no era legalmente obligatorio en esos años, sí era de rigor). El médico simplemente examinó la superficie del cuerpo y no encontró nada.
Más curioso aún es que el que se apareció para llevarse el cuerpo fue nada menos que el coronel Alfonso León Estévez, asesino y torturador del régimen y hermano de Luis León Estévez, el principal sospechoso. Pura coincidencia. Tampoco hay documentación que indique que al cuerpo de Awad se le hiciera una autopsia en algún otro centro médico.
Indicios señalan que el teniente fue muerto en Guanito dado que la tierra roja de esta zona cubría su ropa y no en el lugar del accidente. No debe sorprendernos que esta vez (rompiendo con la tradición) el accidente no fuera por caída por un precipicio dado que esa carretera de San Juan de la Maguana (la única en esa dirección en esa época) pasa sólo por zonas planas, sin precipicios. También es muy posible que el accidente haya sido real y que sencillamente lo aprovecharon y lo usaron para decir que Jean Awad iba en el carro y así encubrir facilmente el asesinato.
Resulta extraño también que el pelotero que fueron a buscar, el único civil (no asociado a la estructura militar) quien, por tanto, sería un testigo imparcial, no fue interpelado para que rindiera declaraciones. Convenientemente, sólo se contaba con las declaraciones de dos testigos militares de la base aérea de San Isidro, el principal centro de poder militar de la familia Trujillo. Esto también es algo muy extraño, como señalan los periodistas, puesto que normalmente no se le encomendaba este tipo de mandado de poca importancia a militares de la principal base aérea militar del país.
Por otro lado, en su programa “Revista 110”, el prestigioso comentarista Julio Hazim reveló en 2010 tener la confidencia de un oficial del SIM de que él había dirigido el asesinato del teniente Awad Canaán por orden del coronel Luis José León Estévez. A pesar de la confiable reputación del señor Hazim, quien en su larga carrera nunca se ha dado a conocer como comentarista que difunde falsedades e infundios, no podemos considerar esta confesión como evidencia hasta que no se sepa quién fue ese oficial, el que estamos seguros que no confesará su participación en público y exponerse a ser procesado por asesinato. El periodista Juan José Ayuso asegura que, hasta la fecha (2013), dicho ex oficial todavia vive en Bonao.
En cuanto al caso de su joven esposa, Pilar Baez, hija y pariente de varios mártires del 30 de mayo, podemos decir que en este caso hasta ahora no hay pruebas materiales para pretender catalogarlo definitivamente como un asesinato. Los que sostienen que fue una muerte inducida por una inyección anticoagulante administrada por una enfermera conocida como Fifi (se dice que relacionada a un calié del SIM), se basan casi totalmente en "motivos pasionales" y en los antecedentes criminales de la familia Trujillo para la cual eliminar a personas inconvenientes o que fueran un estorbo para sus planes o caprichos era ya una costumbre muy arraigada. Pero esos antecedentes no son suficientes para imputarles la muerte de Pilar Baez, aunque no dejan de haber importantes detalles que llaman la atención. Veamos:
En el capítulo dedicado al caso de Pilar Baez en su libro Trujillo, mi padre en mis memorias (libro que Angelita Trujillo dice que duró años en escribir porque quería ponderar todo lo que escribía con mucho cuidado ya que deseaba que fuese un documento fehaciente de gran valor histórico), la hija del dictador nos cuenta:
Según esta versión, Angelita ya sabía de la situación crítica que estaba atravesando Pilar Baez antes de morir y hasta hizo esfuerzos por salvarle la vida mientras que en la versión de Angelita en su libro ella supo del deceso después de que Pilar había fallecido, ni siquiera sabía que Pilar había ido a la capital a dar a luz.
“Ella dijo que no fue al entierro de mi mamá porque estaba embarazada, en 'avanzado estado' de gestación de su hija María de lo Ángeles. Sin embargo, nosotros investigamos que María de los Ángeles nació en el 1961, no en el 1960 cuando yo nací. Entonces no pudo haber sido un embarazo tan largo ni pudo haber estado embarazada del otro porque el otro hijo de ella nació en septiembre del 59. Y así hay una cantidad de pruebas, de vicios…”
Recuerden que Pilar Baez murió en febrero de 1960 y como la hija de Angelita nació en abril, 1961, es imposible que ella estuviera embarazada con su hija, mucho menos en estado avanzado de gestación durante el segundo mes de 1960. Entonces, por que evitó Angelita asistir al funeral de su 'amiga'?
Talvez por todas esas inconsistencias inexplicables es que los Trujillos no han vuelto a mencionar los casos Awad Canaan y Pilar Baez.
(Pueden ir a YouTube y ver esta interesante entrevista. La cita se encuentra en el minuto 18, segundo 47: https://www.youtube.com/watch?v=oQDTt3nrDoE)
Consideramos que la relación familiar entre el dueño de la clínica y la familia Baez no era tan estrecha como para impedir una injerencia criminal solapada de una misteriosa enfermera. El Dr. Abreu apenas era cuñado del esposo de una tía de Pilar Baez. Si alguien en la clínica fue presionado para que colaborara, lo común era que el temor a las fatales represalias (especialmente en un caso tan cercano a la Primera Familia) a menudo superaba la ética profesional o la lealtad al superior.
También es curioso que a las dos semanas de la muerte de Pilar Baez y después de ser castigado por dos años en un lugar inhóspito en la frontera, de repente Jean Awad es retornado a la capital, recibe un ascenso por parte del mismo presidente Héctor Trujillo y es asignado oficialmente al cuerpo militar del Palacio Nacional lo que lo colocaba en una posición de fácil acceso para Angelita.
Los lectores pueden buscar el capítulo que discute el caso Pilar Baez en el libro de Angelita Trujillo, mi padre en mis memorias y pueden leer la entrevista de su hijo Ramfis con Raifi Genao en:
Sobre el rechazo de los Trujillos a la posibilidad de que una enfermera pudo haberle puesto una inyección a Pilar Baez, el periodista Juan José Ayuso plantea las siguientes preguntas que hasta hoy no han sido contestadas:
A pesar del testimonio de esos médicos, ¿Estuvieron ellos con la paciente todo el tiempo de internamiento que tuvo hasta su muerte? ¿Acaso vigilaron las entradas y salidas de personas allegadas y no allegadas, y de enfermeras, al cuarto de la parturienta?
También tenemos el caso de Francisco L. Madera (Don Panchito) de Moca, un desafecto al régimen que no escondía su repudio a Trujillo y quien, además, se resistía al interés que tenía Trujillo en su hija Isis. En noviembre de 1955 sufrió un atentado en su finca, los sicarios lo dejaron por muerto, pero para sorpresa suya, logró sobrevivir. Días después, agentes del SIM lo llevaron contra su voluntad a un hospital de Santiago donde le pusieron una inyección letal ocasionándole la muerte. Su hija logró salir del país poco después (Para más detalles ver Trujillo y las maeñas en la sección ATROPELLOS).
Ya mencionamos el caso de la Masacre del Número, en que al esposo policía de la mujer que iba en el camión de Prim, le pusieron una inyección letal en el hospital y lo asesinaron para evitar que se pusiera a investigar. Además, en el mismo caso, a pocas horas de haber ingresado al hospital golpeado y con quemaduras, agentes del gobierno asesinaron en el hospital esa noche al chofer Juan Rosario (no sabemos con qué) por ser el único testigo sobreviviente de la masacre.
Hay otros casos de muerte o atentados por inyección letal que estamos investigando para obtener más detalles, como es el caso de Eugenio Cabral, quien después de tratar de asilarse en la embajada de Brasil en julio de 1960 donde fue herido de bala, por exigencia de la embajada lo llevaron a un hospital. Ahí un doctor, hermano de un conocido general, le puso una inyección letal de trementina (a pesar de que estaba bajo protección diplomática). Cabral sobrevivió y la embajada logró sacarlo del país (ver http://undiadejulio.blogspot.com).
El caso de las hermanas Mirabal y su chofer, Rufino de la Cruz
Debido a que el caso de las hermanas Mirabal y su chofer es un caso que exponemos en forma sumamente extensa, con varios artículos adjuntos, y debido a que el programa Blogger ya no nos permitía incluir la más reciente información sobre este importante caso porque esta página ya estaba repleta, decidimos excluir de esta página la larga exposición del caso Mirabal e incluir ese extenso texto en su totalidad (con artículos adjuntos) en la página principal de este portal correspondiente a la edición de octubre 1 de 2017.
Si bien el análisis es extenso y probablemente es el estudio del caso Mirabal más amplio que se ha producido hasta ahora, les advertimos a los lectores que no incluimos todos los detalles que se han publicado sobre caso para que nuestra exposición no alcanzara las dimensiones de un libro (que ya prácticamente lo es) y nos limitamos a discutir todos los puntos que contradicen la versión expuesta por los trujillistas de que la orden de matar a las hermanas Mirabal no provino de Trujillo sino de parte de los ajusticiadores de Trujillo, específicamente de Antonio Imbert Barreras, Luis Amiama Tio y Pupo Román.
Invitamos a los lectores a buscar ese exhaustivo análisis del caso Mirabal en el archivo de este portal que se encuentra a la derecha, edición de octubre de 2017. Vale la pena leer dicho detallado análisis con extensas referencias para eliminar las dudas que han querido crear.
También pueden usar el siguiente link:
http://elgritocontenido.blogspot.com/2017/10/las-hermanas-mirabal-y-su-chofer-rufino.html
Epílogo
Algunos lectores encontrarán difícil creer que algunos de los accidentes descritos en esta sección fueran simulacros debido a la ausencia de un motivo claro o de peso para querer matar a las víctimas. A cualquier persona con juicio normal la ausencia de un motivo de peso le parecería totalmente irracional. Debemos recordarles a esos lectores que el razonamiento lógico o sensato no fue una de las virtudes de este régimen salvaje, antojadizo, brutal y despótico, que una modalidad trágicamente excepcional que caracterizaba al tirano, a sus hijos, hermanos y a sus esbirros era, como hemos dicho, que ellos mandaban a eliminar a alguien por ser simplemente un familiar de un antitrujillista, porque dijera algo que se podría interpretar como una crítica o una burla, porque se resistiera a colaborar o se rehusara a “venderle” su negocio o tierra, por ser un posible testigo o un estorbo, etc.
Aquellos interesados podrán encontrar otros casos de asesinatos caprichosos en las cuatro secciones dedicadas a los crímenes de la dictadura. Aunque son numerosos los asesinatos en esas secciones que fueron motivados por razones irracionales o injustificables, invitamos a los lectores a leer especialmente los 110 casos de asesinatos selectivos discutidos en BREVES (ver sección CRIMENES III) porque no es simplemente una lista sino que en éstos ofrecemos breves resúmenes que contienen casi todos las "razones" que motivaron el crímen.
Caso Juan de Dios Ventura Simó
Por: Miguel Guerrero
El Caribe, RD
El País, España
En este nuevo aniversario de la gesta expedicionaria de junio de 1959, celebrada en estos días, es oportuno recrear algunos detalles de inmenso valor histórico relativos al papel del capitán Juan de Dios Ventura Simó en ese acontecimiento que decidió la suerte de la tiranía de Rafael Trujillo.
Una confesion:
El ex-general Pedro Santiago Rodríguez Echavarria, Jefe de la Aviación Militar Dominicana a la muerte de Trujillo.
"En 1966 narró su participación en la farsa de la muerte de Ventura Simó en los siguientes términos:
Siendo comandante del Escuadrón de Caza Bombarderos, lo llamó por teléfono el gral. Fernando Sánchez, hijo, Jefe de Estado Mayor de la Aviación Militar Dominicana, para una reunión de emergencia. En dicha reunión le dijo que bajo órdenes del Jefe de Estado Mayor, gral. Ramfis Trujillo, le ordenó preparar una escuadrilla de caza con pilotos experimentados en maniobras de acrobacias para volar sobre el malecón al caer el anochecer y debían volar alejándose de las costas en dirección sur. Rodríguez tenía que comandar la formación. Este debía de volar mas cerca de la superficie del mar y escapar hacia la base Presidente Trujillo dando la impresión que se había estrellado y los demás aviones iban a volar buscándolo. Relato tomado de la revista interactiva Hangar Dominicano.
El informe oficial de la muerte del piloto Juan de Dios Ventura Simó se emitió en una reunión de emergencia en el salón de estudios del edificio del Escuadrón Caza Bombarderos, por el coronel César Baez y Baez donde éste informa el lamentable accidente ayer, ante nuestros ojos, en el malecón de Ciudad Trujillo, en el cual perdió la vida el héroe nacional, nuestro compañero coronel piloto Juan de Dios Ventura Simó."
[Fin de la cita]
Extracto de:
Asi mataba Trujillo a sus opositores (1:56)
Alcarrizos Digital
3 de noviembre, 2027
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El asesinato de José Messón
A Darlen Messón, hija del mártir José Messón, torturado con saña por haber sido militar de la tiranía
EXTRACTO
FOTOS REVELARON TERROR
Por: RAÚL PÉREZ (Bacho)
Periodista
hoy.com.do
"Cuando llegó al SIM la noticia de la publicación de las fotos en el extranjero, Jhonny Abbes García dispuso el asesinato de los hermanos Gilberto y Pedro Aníbal Fuentes Berg, quienes fueron apresados la madrugada del 20 de enero de 1960. Jamás se supo de los Fuentes Berg.
La criminalidad del trujillato se volcó sobre ellos para desaparecerlos, sin que 50 años después se sepa cómo y dónde fueron ejecutados.
Dejaron huérfanos a 11 hijos. Pedro Aníbal dejó cinco hijos huérfanos: Diego Máximo, Gladis, Ángel, y Soraya. Gilberto, dejó huérfanos a Gilberto hijo, los mellizos William y Freddy, Yolanda, Gilberto Rafael y Héctor. Su madre, Gladys Batista y su hermano Diego (Quico) fueron sometidos a una diaria presión por agentes del SIM, que no cesaban en la estrecha vigilancia del hogar y de sus movimientos.
Cuenta Diego que la galería de su casa era inundada de agua cada noche para aterrorizar a su madre Gladys.
Los vecinos testimonian que en esa casa jamás se abrieron las puertas delanteras, señal de la tristeza que sufría la consternada madre hasta el día de su fallecimiento.
Diego (Quico) Fuentes Berg (tercer hermano) relata el asedio a la que fue sometido por los agentes del SIM durante su ida y regreso de las aulas universitarias.
Su bicicleta era chocada por autos VW del SIM. Otras veces el acoso por las calles era también en bicicleta.
Los hermanos Fuertes Berg crecieron en la zona universitaria, desde donde se mudaron a la calle La Guardia.
Antiguos presos políticos aseguran que todas las fotos tomadas a los expedicionarios de Junio en la cárcel La 40 son obra de Gilberto Fuentes Berg.
Además de la de José Mesón, se conocen fotos de Miguel Álvarez Fadul, Freddy Guerra, Enrique Belliar Sosa Frank Grullón y otros.
Al día siguiente del apresamiento y desaparición de los hermanos Fuentes Berg, el 21 de enero se produjo la escalada masiva del SIM llevando presos políticos a la 40, a la cárcel del kilómetro 9 (carretera Mella) y a presidios en la isla Beata y la Saona".
Para leer el artículo completo bajo el mismo título, puede ir a: http://www.hoy.com.do/areito/2009/7/25/286814/.
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De los archivos del pasado:
Mientras tanto, en Santiago la familia Patiño habia empezado a sufrir los rutinarios vejámens de parte de los agentes de Trujillo por ser familiares de un exiliado político. Jesús María “Chichí”, el hijo de 16 años, es el que ahora tiene que velar por la familia. Consigue un trabajo en la compañía eléctrica en que trabajaba su padre, pero el salario que devenga no es suficiente para mantener a una familia tan numerosa. Entonces la madre empieza a hacer helados, dulces y negocitos de poca monta para cubrir las necesidades básicas. Como en otros casos, sin ninguna compasión por la fragilidad económica de esta numerosa familia, los agentes de Trujillo presionan a la compañía eléctrica para que despida a Chichí por ser hijo de un antitrujillista, pero Mr. Geiger, el administrador norteamericano, era un hombre firme y solidario y no cedió.
Varios años después su hermano Agustín (“Tin”) se trasladó a la capital con el mismo objetivo de poder encontrar un trabajo para ayudar a su familia y también para averiguar sobre el paradero de su hermano mayor. Pero ya en la capital un misterioso soldado había buscado un acercamiento con Agustín con el fin tenderle una trampa y no tener que matarlo donde encontraran su cuerpo. Precisamente fue junto a este soldado que se le vio por última vez a Agustín, pues como varón miembro de una familia completamente marcada como antitrujillista, estaba condenado a desaparecer para siempre y justamente así fue.
Lograron salir del pais como asilados y durante sus años en el exilio, participaron activamente en las actividades antitrujillistas, en los preparativos de diferentes actos y expediciones. Finalmente se unieron a la gloriosa expedición del 14 de junio, 1959, donde cayeron abatidos como mártires en esa gesta por la liberación dominicana.
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DE LOS ARCHIVOS DEL PASADO:
Peña Batle lo citó al Palacio y se lo introdujo a Trujillo. En la breve y lacónica reunión, Trujillo le preguntó: ¿Qué posición puede usted ocupar en el gobierno? a lo que Cabrera le contestó “yo no sé”. Trujillo le repitió la pregunta y Cabrera le dijo lo mismo. Trujillo entonces le instruyó a que se fuera, que lo ponderara y que le mandara por escrito el cargo para el cual él pensaba que estaba capacitado. Aceptarle “un puesto de caridad” a Trujillo era una forma de venderse y estar permanentemente a la disposición del dictador para cualquier tipo de “misión especial", pero por otro lado, rehusarle un cargo directamente a Trujillo era condenarse a morir. Estamos seguros de que, como todo dominicano inteligente, Raúl Cabrera estaba consciente del dilema. Días después, Raúl cumplió con la obligación, le escribió al dictador diciéndole que podría desempeñar el cargo de Delegado Obrero en una de las embajadas, pensando que era la manera en que podría salir del país y salvar su vida ya que era un hombre aislado y marcado.
Poco después, el general Fausto Caamaño lo mandó a buscar diciéndole que Trujillo había dado la orden de que le empezaran a pagar $100 pesos mensualmente. Raúl se rehusó a recibir el donativo aduciendo que lo que él ganaba con su trabajo le alcanzaba. Caamaño insistió diciendo que el dinero que le ofrecían era en calidad de persona “ya amiga del régimen”, pero Raúl lo rechazó de nuevo señalando que su amistad hacia el régimen no tenía que ser objeto de ninguna retribución monetaria. Aunque le aceptó la oferta de un puesto a Trujillo, dado que negarle un puesto directamente al Jefe era una muerte segura, por otro lado, al rechazar el dinero, Raúl Cabrera efectivamente se estaba rehusando a venderse a Trujillo, lo que era una afrenta igual o peor para el Jefe y con esto Raúl Cabrera comoquiera selló su condena a muerte. Por esta insignificante osadía, se le encomendó su liquidación física al militar José Oliva García quien a su vez contrató a un matón para que lo eliminara, probablemente para que el gobierno no quedara asociado al asesinato de un popular líder sindical. Éste cumplió la misión la noche del 20 de enero, 1952 en la calle Francisco Enriquez y Carvajal, no muy lejos de su vivienda. Raúl Cabrera dejó una viuda y siete huérfanos.
Esta es una prueba más de que rehusarle un puesto o una oferta al Benefactor casi siempre resultaba en una condena a muerte. Pero aún más, es un ejemplo de lo difícil que era para cualquier ciudadano honesto mantener su integridad y dignidad durante la Era. Al tratar de mantener el salario de los trabajadores, Raúl Cabrera fue un hombre acosado por todos: marcado por la patronal, traicionado por los sindicalistas colaboradores (CTD) y sobornado a la fuerza por el dictador bajo la ya tradicional amenaza tácita de muerte que todos entendían si uno no se ponia al servicio del régimen. Raúl Cabrera mantuvo su integridad personal al precio de su vida.
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FOTOS REVELARON TERROR
Periódico HOY
25 de julio, 2009
Cuando el terror trujillista se registraba más sangriento en la segunda mitad del año 1959, en la cárcel de la 40 se torturaba en la silla eléctrica y mediante otros métodos que con frecuencia provocaban la muerte de los presos políticos que vinieron por Constanza, Maimón y Estero Hondo, o que conspiraban por derrocar la tiranía.
En dicho año laboraba en el diario El Caribe, el fotógrafo Pedro Aníbal Fuentes Berg, quien fue facilitado al Consejo Administrativo del Distrito Nacional (luego Ayuntamiento). Desde allí fue llamado por el Servicio de Inteligencia Militar, SIM, para tomar las fotos de los prisioneros.
Aficionado a escuchar la emisora Radio Rebelde de la triunfante lucha de Fidel Casto, la sensibilidad humana hizo que Pedro Aníbal (apodado Chichí) comenzara a sacar negativos de la fotografías que tomaba en la La 40 y otras ergástulas del SIM, llevándolos a su casa materna en la calle La Guardia, próximo a la Francisco Henríquez y Carvajal, detrás la dulcera Bolonoto.
El hermano, Gilberto Fuentes Berg, trabajaba en el aeropuerto de Punta Caucedo, (hoy Las Américas) en la oficina de vuelos de la Compañía Dominicana de Aviación, CDA.
Gilberto y Pedro Aníbal Fuertes Berg pasaban a la segunda fase de la operación ya integrados a la resistencia antitrujillista: Enviar las fotografías al extranjero (comenzando por Cuba o Puerto Rico).
Pedro Aníbal y Gilberto Fuentes Berg tenían contactos con Pipe Faxas Canto, dirigente en la clandestinidad del Movimiento que asumió el nombre 14 de Junio el 10 de enero del siguiente año, 1960.
Unos atribuyen a Ilánder Selig el envío al exterior de las fotografías, mientras otros citan a Juanchi Moliné Pichardo, del 14 de Junio conjuntamente con Manolo Lamarche, piloto de CDA, quien luego se asiló en Puerto Rico, llevándose un avión.
Las fotografías de José Mesón y otros antitrujillistas sufriendo las torturas en la silla eléctrica, con los ojos brotados y las manos hinchadas en grado extremo, constituyeron la más contundente denuncia internacional de las barbaridades del trujillato, que ya era sometido a juicios en diversos organismos del exterior.
Cuando llegó al SIM la noticia de la publicación de las fotos en el extranjero, Jhonny Abbes García dispuso el asesinato de los hermanos Gilberto y Pedro Aníbal Fuentes Berg, quienes fueron apresados la madrugada del 20 de enero de 1960. Jamás se supo de los Fuentes Berg.
La criminalidad del trujillato se volcó sobre ellos para desaparecerlos, sin que 50 años después se sepa cómo y dónde fueron ejecutados.
Dejaron huérfanos a 11 hijos. Pedro Aníbal dejó cinco hijos huérfanos: Diego Máximo, Gladis, Ángel, y Soraya. Gilberto, dejó huérfanos a Gilberto hijo, los mellizos William y Freddy, Yolanda, Gilberto Rafael y Héctor. Su madre, Gladys Batista y su hermano Diego (Quico) fueron sometidos a una diaria presión por agentes del SIM, que no cesaban en la estrecha vigilancia del hogar y de sus movimientos.
Cuenta Diego que la galería de su casa era inundada de agua cada noche para aterrorizar a su madre Gladys.
Los vecinos testimonian que en esa casa jamás se abrieron las puertas delanteras, señal de la tristeza que sufría la consternada madre hasta el día de su fallecimiento.
Diego (Quico) Fuentes Berg relata el asedio a la que fue sometido por los agentes del SIM durante su ida y regreso de las aulas universitarias.
Su bicicleta era chocada por autos VW del SIM. Otras veces el acoso por las calles era también en bicicleta.
Los hermanos Fuertes Berg crecieron en la zona universitaria, desde donde se mudaron a la calle La Guardia.
Antiguos presos políticos aseguran que todas las fotos tomadas a los expedicionarios de Junio en la cárcel La 40 son obra de Gilberto Fuentes Berg.
Además de la de José Mesón, se conocen fotos de Miguel Álvarez Fadul, Freddy Guerra, Enrique Belliar Sosa Frank Grullón y otros.
Al día siguiente del apresamiento y desaparición de los hermanos Fuentes Berg, el 21 de enero se produjo la escalada masiva del SIM llevando presos políticos a la 40, a la cárcel del kilómetro 9 (carretera Mella) y a presidios en la isla Beata y la Saona.
Tras permanecer durante cinco décadas en el anonimato, el nombre de los hermanos Gilberto y Pedro Aníbal Fuentes Berg, como autores de la fotografías a los presos políticos y su envío al extranjero, fue tema de un panel en la Academia Dominicana de la Historia la noche del pasado jueves.
Participaron historiadores, (algunos del Archivo General de la Nación) ex presos políticos, amigos y antiguos vecinos de la familia, hijos, sobrinos y el hermano Diego Fuentes Berg, así como el Presidente de la Academia, Emilio Cordero Michel.
Los asistentes a la Academia suscribieron una solicitud al Ayuntamiento del Distrito Nacional para que se designe una calle capitalina con el nombre Hermanos Fuentes Berg.
Firmaron otra carta a la Fundación Testimonio para que en misión por la memoria se le rinda un homenaje póstumo a los dos hermanos héroes.
Igualmente, en la Asociación Dominicana de Fotógrafos de Prensa se postulará por un reconocimiento a los hermanos mártires.
Carta de la hija de Pedro Aníbal Fuentes Berg
En enero pasado, Gladis Fuentes Batista, hija de Pedro Aníbal, dirigió la siguiente carta:
Hola mi querido Bacho:
En la madrugada del 20 de enero de 1960, fueron a buscar a mi padre, Pedro Anibal Fuentes Berg, a mi casa, al igual que a mi tío, Gilberto Fuentes Berg, los calieses del Jefe, y hasta hoy 49 años después no se ha vuelto a saber nada de los muchachos, como decía mi abuelita, mi madre, hermanos, y todos nuestros allegados.
Sin embargo, todo el mundo sabe que los muchachos se desaparecieron por causa de unas fotos que tiró Chichi (mi padre).
Aquellas fotos de torturas, que han dado la vuelta al mundo, que algunos se han lucrado de ellas, sin recordar ni siquiera el nombre de esos muchachos Fuentes Berg que dejaron en la orfandad a once (11) hijos.
Ni tan siquiera se nos entregó un acta de defunción de esos hermanos Fuentes Berg, que quisieron que el mundo viera por medio de sus fotografías, las barbaridades que Rafael Trujillo Molina cometía en República Dominicana.
Me motivo a escribirte, porque sé que eres de los pocos hombres justos y con espíritu revolucionario verdadero, no para beneficiarte como la gran mayoría de nuestros políticos revolucionarios entre comillas, jajaja.
Además, porque he visto en el periódico Hoy del sábado, el reportaje sobre el Museo de la Dignidad.
Creo que ya es tiempo más que suficiente, para que debajo de la foto, como suelo decir, que me dejó a mi y mis hermanos y primos, huérfanos, figure el nombre de mi padre como autor de ella, la foto de Mesón en la silla eléctrica,
No como ponen en algunos libros que dicen, que un guardia de la cuarenta, que un calié, etc., sino como debe ser un hombre que estando prestando sus servicios al maldito SIM, era un luchador anitrujillista, que oía a escondidas a Fidel Castro y visitó a muchos amigos, jugando su vida y la de su familia, para enseñarles lo que pasaba en su país, en la cárcel de La Cuarenta, pero que no tiene una calle con su nombre, porque ninguno de sus familiares seguimos la línea política de ningún partido y por lo tanto, no hemos estado pegados en los gobiernos de turno.
Lamentablemente tenemos pocos hombres como tú, que te gusta hacer justicia.
Yo espero que antes de partir de este mundo, alguien haya reconocido la odisea que mi padre y mi tío hicieron por su patria, sin importarle sacrificar su familia.
Saludos y bendiciones: Gladis Fuentes
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IMPORTANTE
La única lista con la que no hemos realizado una comparación de nombres es la lista de Albert C. Hicks en CRIMENES I (abajo) puesto que por tratarse de fotocopias, es imposible realizar una comparación electrónica. Sin embargo, estamos casi completamente seguros de que si acaso hay duplicados, serían muy pocos, dado que la lista de Hicks se publicó en 1946 y por la vestimenta, estilo de pelo, edad y características técnico-visuales de las fotos en las listas de la revista 1J4 se concluye que estos desaparecidos fueron detenidos en la década de 1950, en 1960-61 y, si acaso, algunos a finales de los cuarentas. Invitamos a los lectores a compararar estas listas con la de Hicks por su cuenta si lo desean.
¿DÓNDE ESTÁN LOS PRESOS POLÍTICOS?
1. Ramona Mercedes Rodríguez
¿DÓNDE ESTÁN LOS PRESOS POLÍTICOS?
1. Isabelita Rodríguez (La Chamaquita)
19. Antonio Vasallo Serrano
¿DÓNDE ESTÁN LOS PRESOS POLÍTICOS?
1-10 (Están faltando las fotos y los correspondientes nombres)
¿DÓNDE ESTÁN LOS PRESOS POLÍTICOS?
1. Tomás Lamouth Tavarez
¿DÓNDE ESTÁN LOS PRESOS POLÍTICOS?
1-8. Están las fotos pero los nombres están faltando
9.Raúl Cabrera, dirigente obrero
¿DÓNDE ESTÁN LOS PRESOS POLÍTICOS?
1. Octavio Castillo López (Ojitos)
¿DÓNDE ESTÁN LOS PRESOS POLÍTICOS?
1. Rogelio Fulgencio (Yeyo)
9. Rafael Mieses Peguero (pueden leer sobre su vida en CRIMENES III)
10. Emiliano Urtarte Schaffer
(En este grupo aparecen algunas fotos sin nombre, una con la numeración de 20, lo que indica que esta página contenía un total de 20 presos políticos desaparecidos. Sin embargo, omitimos los 10 que faltan y sólo contaremos los nombres y las fotos que aparecen.)
¿DÓNDE ESTÁN LOS PRESOS POLÍTICOS?
1-11. (Están las fotos, pero los nombres están faltando)
¿DÓNDE ESTÁN LOS PRESOS POLÍTICOS?
1. Porfirio Arístides del Villar
1. Miguel Ángel Pérez
¿DÓNDE ESTÁN LOS PRESOS POLÍTICOS?
1. Ramón A. Castillo, Tte. del Ejército
¿DÓNDE ESTÁN LOS PRESOS POLÍTICOS?
1. Benito Rosario Alberto
2. (El nombre está borrado) Puezán
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