CRIMENES III

(Por favor ver AVISO IMPORTANTE en la INTRODUCCIÓN)

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La palabra cementerio es una palabra griega que significa reposo para los muertos e inexorable advertencia para los vivos.”  

Cita sustraída de un discurso de Trujillo durante la inauguración de un cementerio en el interior del país poco después de la eliminación física de dirigentes políticos, caudillos del Cibao y familias campesinas.

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INTRODUCCIÓN

Además de los simulacros de “accidente” y las muy comunes desapariciones, también hubo otros tipos de asesinato selectivo, tales como las ejecuciones con disparo o con arma cortante. Estas ejecuciones las realizaban uno o varios sicarios estilo ejecución, o pretendiendo que fue un ataque de algún delincuente, o mataban a la persona y las autoridades anunciaban que se trató de una riña, como en el caso Murphy-de la Maza. En estos casos, a menudo el “delincuente” o el agresor era detenido y por alguna razón moría poco después en la cárcel ya sea por “suicidio” o por la muy socorrida “ley de fuga”, es decir, dizque tratando de escaparse.

Naturalmente, los asesinatos que mencionamos en ésta y en las demás secciones son los casos que el público ha llegado a conocer gracias a que las víctimas eran personas destacadas o de apellido, o bien personas de la clase media o alta cuyos parientes, compañeros o la prensa denunciaron el asesinato/desaparición después de la caída de la dictadura o desde el exterior durante la dictadura. Sobra decir que nunca sabremos sobre los centenares o miles de asesinados/desaparecidos en el campo donde se asesinaba a familias enteras, sobre los peones de las fincas de los Trujillos y sus generales, sobre las víctimas en los pueblos, en los barrios pobres, etc. En el caso de Mao, varios historiadores de esa ciudad se han ocupado de documentar algunos de esos casos. Pueden leer un artículo dedicado exclusivamente a los asesinatos en Mao en la sección CRÍMENES I. Lamentablemente, otros pueblos no han hecho lo mismo. Ciriaco de la Rosa, esbirro del SIM de muchos años, les comentaba sin ningún rubor a sus compañeros del juego de dominó en Nueva Jersey (donde vivía tranquilamente después de la caída del régimen) que "yo mataba gente a diario." Con eso tienen una idea. Pueden ver esta cita en este artículo: http://acento.com.do/2014/actualidad/8139724-uno-de-los-asesinos-de-patria-minerva-y-teresa-jugo-domino-en-local-hermanas-mirabal-del-prd-en-lawrence/

VEINTITRES ASESINATOS EN EL EXTERIOR Y NUMEROSOS COMPLOTS Y ATENTADOS FALLIDOS

A continuación discutimos brevemente 23 de los asesinatos selectivos en el exterior que han sido narrados en diferentes libros y artículos. Les recordamos que estos son los casos más conocidos. Todavía estamos investigando la muerte del cineasta Julio del Moral, exiliado en México y asesinado por agentes de Trujillo. Además incluimos varios complots y atentados fallidos. 

A manera de introducción a esta sección, deseamos compartir con los lectores una de las reminiscencias que hizo el General Arturo Espaillat "Navajita" (ex director del SIM, agente internacional encubierto de Trujillo y coordinador del secuestro de Galíndez). En su libro Trujillo, anatomía de un dictador Espaillat confiesa:

"Un día supimos que un comunista guatemalteco llamado José Pérez estaba involucrado en un complot contra Trujillo. Después de investigar el asunto, resultó que en el Partido Comunista de Guatemala había no uno, sino tres militantes con el mismo nombre. ¿Cuál de ellos estaba involucrado? ¿A cuál hab
ía que matar? El problema fue resuelto de la manera más sencilla: eliminando a los tres" (Trujillo, anatomía de un dictador). 

Debemos señalar que en la versión en inglés de este libro (Trujillo, the last Caesar, pág. 134), Espaillat se refiere en tercera persona al sicario como "un ferviente agente de Trujillo" (¿Bernardino? Sanchez Rubirosa?, el mismo Espaillat? Los tres estuvieron "trabajando" en Guatemala.) como el que mató a los tres José Pérez, no se incluye a sí mismo. Sea quien fuere el sicario que los mató, según las dos versiones los mató un agente de Trujillo.

No discutimos este caso en más detalle por el principio de que 'a confesión de parte, relevo de prueba' con lo que ahorramos valioso espacio. Debemos señalar que esta rara confesión de estos tres asesinatos de parte del Gral. Espaillat no se debe tomar con ligereza dado que Espaillat ha sido el ex jefe del SIM que en forma más enfática ha negado que él tuviera que ver personalmente con asesinatos y torturas, algo sumamente dificil de creer por la definición de su cargo (Jefe del SIM y agente encubierto internacional) en semejante estado de terror.  
 
 



 

 
 
 
 
 
Sergio Bencosme: Hijo del general Bencosme (abatido años antes por los sicarios de Trujillo Molina). Sergio se había exiliado en Nueva York. En 1935 fue asesinado a tiros por un gatillero que fue a matar a Ángel Morales, quien había sido candidato presidencial y perdedor en las elecciones fraudulentas de 1930. Morales no se encontraba en el apartamento y quien atendió la puerta fue su amigo exiliado, Sergio Bencosme. Cuando el matón le preguntó por Morales y Bencosme le dijo que no estaba, el sujeto entonces le preguntó quien era y cuando Bencosme se identificó, el sicario le disparó a quemarropa quitándole la vida. La ama de llave de la pensión estaba presente cuando se produjo el asesinato. Sergio Bencosme fue uno de siete miembros de esa familia que murieron violentamente por resistirse a colaborar con la dictadura.

Mauricio Baez: Líder sindical exiliado en Cuba. Mauricio Báez fue líder de una exitosa huelga en 1946 en los ingenios azucareros. Cuando se desató la persecución, Mauricio Báez logró asilarse en la embajada de México. Poco después, regresó a RD creyendo en la falsa apertura democrática que Trujillo habia anunciado. En Santo Domingo recibió una despiadada paliza en un parque donde lo dejaron por muerto. Logró salir de nuevo del país hacia Cuba donde continuó su campaña de denuncia en contra de la dictadura. Según algunos historiadores, posiblemente la causa más directa de su secuestro y desaparición fue que en una transmisión radial en Cuba, durante su espacio en la emisora RHC-Cadena Azul dedicado a denunciar a la dictadura, Mauricio Baez se refirió a Ramfis Trujillo diciendo que no era hijo del dictador sino de Rafael Dominicis, una afrenta imperdonable para el dictador. Semejante ofensa ya no ameritaba una simple ejecución en una calle y eso explica por qué a Baez lo secuestraron igual que a Galíndez, quien también habia aludido a lo que consideraban la verdadera paternidad de Ramfis. 

El 10 de diciembre de 1950, tres hombres se apersonaron en la casa de la familia que albergaba a Mauricio Baez  en el barrio Sevillano diciéndole que venían en nombre del parlamentario Enrique Enríquez, cuñado del presidente Prío Socarrás, "por el asunto de la máquina". Báez cayó en la trampa, los siguió al carro, con un gesto se despidió de algunos vecinos y se montó en el carro que aguardaba con el motor encendido para desaparecer para siempre.  

Investigaciones de historiadores cubanos han revelado recientemente que poco después de su secuestro se supo que esos sujetos eran hombres de confianza del ex parlametario Eugenio Rodríguez Cartas, quien no sería ajeno al secuestro. Se dice que desde el barrio Sevillano, Báez fue conducido a la finca de Rodríguez Cartas en el Wajay, de allí se le trasladó a Camagüey y desde Camagüey a la República Dominicana en un avión que despegó desde la pista que Genovevo Pérez Dámera tenía en su finca La Larga. Si Mauricio Baez efectivamente fue a parar a RD, sin duda su muerte no fue rápida puesto que si Trujillo simplemente hubiera querido eliminarlo, lo habría hecho fácilmente en Cuba. Obviamente, semejante esfuerzo y gasto significa que a Mauricio Baez le tenían reservadas varias sesiones de tortura antes de eliminarlo. También asesinaron a los dos hijos de Mauricio Baez (ver BREVES).

Manuel J. (Pipí) Hernández: Miembro destacado del exilio dominicano, fue asesinado a puñaladas en 1955 en la capital cubana.

La renombrada periodista Ángela Peña menciona brevemente el caso de Pipí Hernandez en su artículo sobre las investigaciones de la injerencia de Trujillo en Cuba titulado La otra historia de la Cuba y RD de Trujillo (hoy.com.do):

"Elíades Ignacio Acosta Matos, uno de los más acreditados y renombrados historiadores cubanos, cuenta entusiasmado sus hallazgos en lo que considera 'un yacimiento de información' vinculada a su país que no sospechaba pudiera existir.

"Encontró indicios de cómo operaba la inmensa red de sicarios a la orden del dictador dominicano y localizó cartas de un antiguo colaborador del aclamado “Benemérito” con funciones diplomáticas en La Habana, sirviendo de intermediario del asesino del antitrujillista Pipí Hernández, “que fue Rafael Emilio Soler Puig (El muerto), hermano del famoso novelista cubano José Soler Puig. Era un sicario que había matado a líderes sindicales cubanos, por encargo, y trabajó para Trujillo en esta muerte y quizá en la desaparición de Mauricio Báez”.

Ángel Darío Ramírez Alcántara (“Unito”): Secuestrado y desaparecido en La Habana en 1949. Era hermano del destacado general anti-trujillista, Miguel Ángel Ramírez Alcántara, miembro de la anti-fascista Legión del Caribe y líder, junto al general Juancito Rodriguez, de la expedición frustrada de Cayo Confites y la expedición de Luperón. También asesinaron a balazos en la carretera de Baní a otro hermano apolítico, Victor Manuel Ramírez Alcántara, también por ser hermano del General Miguel Ángel Ramírez. Eliminaron a los siete testigos matándolos a garrotazos y luego simularon un accidente. Además, mataron a uno de los guardias que confesó la masacre. (Ver sección CRIMENES II -El ritual de las muertes por accidente).

Andrés Requena: Fue asesinado con cuatro balazos el 2 de octubre, 1952. Andrés Requena, de 44 años de edad, había sino diplomático del gobierno dominicano. Después se exilió y escribió un libro titulado Cementerio sin cruces en que exponía la rapacidad criminal de la dictadura trujillista. Como periodista, dedicó gran parte de sus escritos a denunciar el régimen criminal especialmente en su periódico De Patria.

El 2 de octubre alguien llamó a Requena para que asistiera a una reunión en un edificio donde matones lo ejecutaron. Según las investigaciones de la policía de Nueva York, de la FBI y la prensa, el coordinador principal de este crimen fue uno de los más reconocidos matones de Trujillo, Felix Bernardino, a la sazón, cónsul general de República Dominicana en Nueva York. Se creía que su hermana, Minerva Benardino, delegada de RD ante Naciones Unidas y conocida calié del régimen, también tuvo que ver en el montaje de este asesinato. La FBI consideraba que Ramón Enrique Gallardo, ex oficial del ejército dominicano, quien viajaba con pasaporte diplomático dominicano, fue el gatillero. Algunos periodistas reportaron que el gatillero había sido un miembro de la mafia de EEUU al servicio de Benardino.

Dr. Tancredo Martínez: Se mudó con su familia a México donde se dedicó a denunciar la dictadura tiránica como uno de los más importantes anti trujillistas en el exilio.  Mientras caminaba por una calle en Ciudad de México en pleno día del año 1957 recibió un balazo en la boca. Fue llevado al hospital donde milagrosamente sobrevivió a este peligroso atentado.

El historiador Santiago Estrella Veloz en su artículo Johnny Abbes, un torturador implacable nos relata la política que condujo al atentando contra Tancredo Martínez por disparo en la boca:

“En cumplimiento de órdenes de Trujillo, organizó un grupo de espías, y puso en marcha varios atentados contra los exiliados radicados en la capital azteca, hasta que la prensa mexicana se quejó por tales crímenes y especulaban que tenían estrecha vinculación con Abbes García. El exiliado Tancredo Martínez fue uno de ellos, en la Ciudad de México, el 23 de septiembre de 1957. En esas circunstancias, Trujillo ordenó a Abbes García que regresara. Ni corto ni perezoso, Abbes García le propuso a Trujillo crear una red de espías a nivel internacional, con el propósito de hacer frente a los exiliados y "al comunismo internacional". Trujillo aceptó complacido, y le dio carta blanca para que hiciera contacto con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de los Estados Unidos, para que intercambiaran informaciones de utilidad para las partes. 

Se había convertido en uno de los hombres de más confianza de Trujillo, pues luego fue nombrado en Centroamérica como inspector de embajadas y consulados, lo que le confería status diplomático y le permitía moverse libremente para cumplir con la misión encomendada, entre la cual sobresalía el envió de informaciones de primera clase a Trujillo”.


En un reciente artículo titulado Johnny Abbes, frío asesino, el veterano periodista e investigador de temas sobre el trujillato, Tony Pina, nos devela a dos víctimas de este sicario personal de Trujillo: El primero que Abbes mató cuando se instaló en la ciudad de México fue Ramón Grullón, de San Francisco de Macorís. Otra víctima que menciona es César Morales Ruíz, quien fue asesinado en el país azteca por sicarios pagados por Johnny Abbes. No entramos en detalles porque el artículo fue publicado muy recientemente y debe ser leído en el medio de prensa que hizo posible su divulgación. Para leer el artículo completo, pueden ir al siguiente link: http://www.primicias.com.do/index.php/entertainment/4756-johnny-abbes-frio-asesino


Jesús de Galíndez y José Almoina: Ambos intelectuales asesinados por sicarios del régimen trujillista.

Como son dos casos muy conocidos entre las víctimas de la dictadura y como ya nos hemos referido a estos casos en este portal, nos limitamos a aconsejar los lectores que tengan interés en los detalles de estos dos importantísimos asesinatos,  investigar en la red debido a que se ha escrito mucho sobre estas víctimas. 

Debido a que esta página no permite más texto porque ya alcanzó el límite, tuvimos que incluir en la sección CRÍMENES I los dos artículos dedicados a Galindez y a Almoina (El asesinato de Galíndez provocó otros crímenes y Cincuenta años después, el espíritu de Almoina vive). 

También pueden leer en la sección CRÍMENES II la larga secuela de asesinatos a raíz de la eliminación de Jesús de Galíndez (mucho más completa que el artículo) y nuestros comentarios sobre las investigaciones más recientes del ensayista Aquiles Julián sobre cómo Trujillo fue manipulado para que se deshiciera de Galíndez. 

Los que hemos leído varios escritos profesionales sobre derecho y diplomacia de Jesús de Galindez y José Almoina hemos podido apreciar el valiosísimo calibre intelectual de estos dos escritores y profesores universitarios, eliminados justo cuando alcanzaban su madurez intelectual, asesinados por vulgares matones al servicio de uno de los, digamos, "menos letrados" gobernantes del continente.

Los dominicanos les tenemos una deuda perenne a estos dos intelectuales españoles que arriesgaron su vida y la perdieron para contribuir con lo mejor que tenían, su gran intelecto y sus conocimientos singulares por haber estado en las mismas entrañas del poder, y asi dar a conocer al mundo el terror y la depravación que mantenian oprimido a todo un pueblo.

En cuanto al significado que tuvo el asesinato de José Almoina, Salvador Morales Perez en su libro Almoina, un exiliado gallego contra la dictadura trujillista anota:

"La repercusión se dejó sentir más allá del ámbito mexicano. El exilio dominicano se pronunció rápidamente y solicitó una drástica respuesta de los gobiernos de Venezuela, Colombia y México. El telegrama dirigido al presidente Adolfo López Mateos desde Nueva York, por José Antonio Bonilla Atiles a nombre de Vanguardia Revolucionaria Dominicana y Rafael Bonilla por el Movimiento de Liberación Dominicana decía:

“Frente atentado José Almoina Mateos cualesquiera que fueran sus antecedentes políticos, nos consta que durante seis años vivió angustiado en ésa esperando el inevitable momento de un atentado de Trujillo. Condenamos esta nueva violación soberanía México que junto a la del doctor Tancredo Martínez deben decidir a su gran país a actuar conjuntamente con Venezuela y Colombia en defensa derechos humanos pueblo dominicano y respeto internacional".

En el portal El Progreso, un artículo de Sabela Corbelle sobre el exilio español (De aquí y también de otras partes) nos ofrece una cita de la hija mayor de este perseguido intelectual español. Leticia Almoina recuerda:

“Mi padre trató de fingir que todo iba bien y que estaba contento, pero siempre tuvo un deje de tristeza y amargura que no podía disimular mientras vivimos en Santo Domingo. Una vez que llegamos a México, nuestra vida mejoró y veía a mis padres mucho más contentos, aunque constantemente nos mudamos de casa y, en algunas ocasiones, cada uno de nosotros, sus hijos, tuvimos que separarnos y vivir una temporada con alguna de nuestras amistades, por miedo a algún atentado que pudiera sufrir mi padre», dice, aunque reconoce que el exilio por el franquismo que sufrió su padre «mucho peor y todo lo que le sucedió fue consecuencia de este”. “http://elprogreso.galiciae.com/nova/220380-partes.

Su hija menor Helena casi fue secuestrada por hombres que la llamaron desde un carro de lujo. Cuando ella se acercó, trataron de meterla a la fuerza en el carro (la niña se había salido del apartamento sin permiso). El secuestro no se logró ya sea porque la niña era muy flaquita y pudo escurrírseles a sus captores o porque éstos sólo hicieron un falso intento para aterrorizar a Almoina.

Este incidente con la niña de Almoina ocurrió en medio una campaña de fuertes e incesantes advertencias, amenazas y presión de parte de agentes y “diplomáticos” dominicanos en México y Cuba en relación a la información sobre el régimen que Almoina pensaba publicar y que ya había difundido a sotto voce en círculos diplomáticos.

Para más detalles sobre el intenso acoso a este intelectual español antes de asesinarlo, pueden leer en la red el libro Almoina, un exiliado gallego en contra de la dictadura trujillista, por Salvador E. Morales Perez y también el artículo en la seccion CRIMENES I sobre el caso Almoina.

Otro ciudadano español, José Manuel Fernández Trujillo (ningún parentesco con el dictador), había logrado fugarse de Santo Domingo, pero fue secuestrado y desaparecido en Curazao por sicarios dominicanos y cubanos. Entre éstos, mencionan a Policarpo Soler, prolífico matón cubano al servicio de Trujillo dentro y fuera de RD. Este caso lo menciona Salvador Morales Perez en su libro Almoina, un exiliado gallego contra la dictadura trujillista (pág. 263). El periódico Ultimas Noticias de Caracas, en su edición del 29 de abril de 1959 también se refiere a este caso con el titular “Hasta Curazao llegaron los esbirros de Chapita para un nuevo asesinato”.

No sabemos en qué fecha fue que notaron la desaparición de este ciudadano español o si este informe lo publicaron semanas o meses después del hecho, pero es interesante que el 18 de enero de 1959 EL Tiempo de Colombia (pág. 8, al centro) informa que el Gral. Arturo Espaillat ("Navajita") fue detenido en Curacao por las autoridades debido a una amenaza con revólver que le hizo al embajador de Venezuela, Chalita Muñoz, en el Hotel Curacao, porque éste no quiso otorgarle la visa de entrada a Venezuela. Se sabe que Espaillat, ex jefe del temible SIM, fue a finales de los cincuentas agente encubierto de Trujillo en otros países. Estuvo involucrado (coordinó) el secuestro de Galíndez, entre otros casos trágicos.

 Coronel Carlos Castillo Armas - Guatemala


Numerosos investigadores y periodistas latinoamericanos y norteamericanos relatan como los agentes de Trujillo (Johnny Abbes, Ernesto Sanchez Rubirosa, Oresimo Valenzuela, etc.) coordinaron el "magnicidio" de Castillo Armas y pudieron salir de Guatemala rapidamente sin trabas gracias a sus pasaportes diplomáticos puesto que fueron enviados a Guatemala en calidad de embajador uno y el otro como asesor militar. El hecho de que los matones Johnny Abbes y Sanchez Rubirosa se encontraban en Guatemala como diplomáticos era ya en sí un mal augurio para cualquiera que se hubiera atrevido a ofender al Jefe. Los investigadores coinciden en que los agentes de Trujillo se encargaron de eliminar a Castillo Armas, asesinato coordinado por un conocido sicario cubano al servicio de Trujillo, pero no coinciden en los motivos. Algunos alegan que Castillo Armas le dio la espalda a Trujillo una vez en el poder después de que Trujillo lo había ayudado a tumbar el gobierno de Jacobo Arbenz. Trujillo le habia dado armas y US$150,000.00 dolares. Por su delirio de grandeza, Trujillo tenía mucho interés en que le otorgaran el máximo galardón del gobierno guatemalteco, la Medalla de la Orden del Quetzal, y que le dedicaran otros rituales honorificos como reconocimiento a su generosidad. Castillo Armas y sus altos funcionarios desatendieron las repetidas indagaciones de la embajada dominicana en Guatemala sobre el esperado reconocimiento público al Generalisimo. Por este desdén, Trujillo se sintió traicionado, algo que el tirano no perdonaba. Otros sostienen que los agentes de Trujillo eliminaron a Castillo Armas como parte de un complot de la CIA porque Castillo Armas no resultó ser lo que Estados Unidos esperaba. Otros señalan que una de las razones fue que Castillo Armas se rehusó a entregarle a Trujillo el general dominicano Ramirez Alcántara, destacado organizador y comandante de las expediciones de Cayo Confites y de Luperón, quien se encontraba exiliado en Guatemala cuando Castillo tumbó el gobierno de Jacobo Arbenz. 

Además, en su obsesión por eliminar todo conocido antitrujillista en el extranjero, en esos mismos días los agentes de Trujillo también trataron de eliminar a otros exiliados dominicanos en Guatemala. El sicario cubano Gildardo Montúfar, bajo órdenes del agente dominicano Bonachea León, lanzó una granada hacia una mesa en un bar donde se encontraban varios antitrujillistas, matando a dos personas (estas dos victimas no estan incluidas en los 15 asesinados por falta de nombres y detalles). Montúfar fue detenido y acusado por el fiscal general de este homicio al servicio de los agentes dominicanos, pero varias semanas después desapareció de la cárcel y pudo escapar de Guatemala. Se cree que agentes de la embajada dominicana pagaron por su rescate de la justicia guatemalteca.

Además de la muerte de Castillo Armas, de uno de sus escoltas y de estas dos víctimas cuyos nombres no conocemos, también mataron para silenciarlo a Narciso Escobar, chofer que se había puesto al servicio de los agentes de Trujillo en Guatemala. Se decía que Escobar tenía información concreta de la trama para matar a Castillo Armas. Esta acusación fue muy discutida abiertamente entre funcionarios y la prensa de Guatemala.

Luego después del magnicidio, los agentes de Trujillo sacaron de Guatemala a Gloria Bolaños, la hermosa amante de Castillo Armas, quien se prestó como señuelo para que el "presidente" fuera alcanzado por los magnicidas. Ella vivió en RD por un tiempo junto a dos guatemaltecos más que habian estado involucrados en el complot (ver entre muchas otras fuentes, el libro Trujillo: Historia oculta de un dictador, pag. 132, del jefe del SIM region norte. V. A. Peña Rivera.)

Sobre este episodio, invitamos a los lectores a leer en Hoy.com.do el artículo titulado 1954 –El terror internacional agrede a Guatemala.

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TRUJILLO LE PROPONE A LA CIA ASESINAR A 15-20 GUATEMALTECOS


 

TRUJILLO LE PROPONE A LA CIA ASESINAR A 15-20 GUATEMALTECOS

En 1953 Rafael Trujillo propuso que sus agentes asesinaran a 15 ó 20 líderes políticos guatemaltecos con el fin de tumbar el gobierno liberal
de Jacobo Arbenz en Guatemala. Por suerte la CIA no optó por esta propuesta.

Meses después el gobierno de Jaboco Arbenz sufrió un golpe de estado con la ayuda material de Trujillo.

En otro documento del gobierno americano sobre este plan del dictador dominicano, se menciona que la idea era culpar a Jacobo Arbenz del asesinato de dichas 15 ó 20 personas (en realidad cometido por los sicarios de Trujillo) para tener el pretexto de tumbar su gobierno.

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José Figueres Ferrer, presidente de Costa Rica 

El presidente de Costa Rica había sido uno de los críticos del dictador dominicano quien, además, apoyaba la Legíon del Caribe, una alianza entre varios líderes y militantes demócraticos latinoamericanos (Guatemala, México, Costa Rica, Venezuela) unidos con el fin de ponerle fin a las dictaduras en la región y democratizar los países. Además, José Figueres le había dado albergue y cierto apoyo a varios líderes exiliados dominicanos, entre ellos, al general Juancito Rodríguez, al militar Miguel Ramírez Alcántara, Horacio Ornés Coiscou y al propio Juan Bosch. El 17 de mayo de 1957, las autoridades costarricenses detuvieron en San José a los sicarios cubanos Jesús González Cartas, alias El Extraño (hombre violento que después moriría acribillado en Miami), Herminio Díaz García (después sería guardaespaldas del gánster Santos Trafficante) y un tercer individuo apodado El Francesito. Este último podría ser Ernesto Puigvert Thron, de padres franceses. Era un individuo aventurero, agente político internacional de Trujillo quien anteriormente había sido oficial del ejército francés. Estaba casado con una dominicana y estaba internamente muy relacionado con el régimen. Los tres eran agentes de Trujillo y fueron acusados de conspirar para matar al presidente Figueres. Por ser Costa Rica un país que se regía bajo una constitución democrática, al cabo de un tiempo, simplemente fueron deportados dado que no llegaron a cometer el crimen. 
 
La participación del sicario cubano Herminio Díaz García en el complot para asesinar a José Figueres la confirma su viejo amigo Reinaldo Martínez (Min. 1:34) en un documental del prestigioso medio The Telegraph de Londres sobre el asesinato del presidente Kennedy. Al comentar sobre la trayectoria como sicario de Herminio Díaz, R. Martínez dice: “Se involucró en tratar de matar a Figueres, el Presidente de Costa Rica.” Cuenta que a Herminio Díaz le encantaban las armas y disparar, esa era su obsesión. Era un profesional en el uso de las armas, había matado a varias personas y había estado involucrado en otros complots de asesinato político. Cuenta que Herminio Díaz era jefe de seguridad de un casino en Miami del mafioso Santos Traficante cuando Kennedy metió preso a Santos Traficante y que H. Díaz realizó esfuerzos por poner a su jefe en libertad. 

The Assassination of John F. Kennedy
Encyclopedia Britannica
https://www.youtube.com/watch?v=f6TOkiUqHDQ


Esa no fue la única oportunidad en que Trujillo trató de eliminar a Figueres, tal como se aprecia en el siguiente informe de la CIA, año 1954:




Prío Socarras, presidente de Cuba

En su detallado libro, La telaraña cubana de Trujillo, el prominente historiador cubano Dr. Eliades Acosta Matos revela que Trujillo había organizado una trama para secuestrar al presidente cubano Prío Socarrás. También trató de asesinar o secuestrar a Enrique Cotubanama Henríquez. Esto no debe sorprender ya que Cuba fue el país más penetrado por los agentes y el oro de Trujillo, cuya influencia había alcanzado los más altos niveles de la estructura político-militar de Cuba (altos oficiales militares, senadores, funcionarios, periodistas, sicarios, mafiosos, etc.). De hecho, nos cuenta Elíades Acosta que en otra ocasión Trujillo estuvo detrás de un golpe de estado que estuvo a punto de producirse en contra del gobierno democrático de Grau San Martín y que de hecho tuvo influencia en el golpe de estado de Batista en contra de Prío Socarrás. Por ahora, nos limitamos a estas breves líneas mientras investigamos los detalles de estos atentados. 

En una conferencia dictada en FUNGLODE el investigador Eliades Acosta también informó que Trujillo, con su inagotable fortuna, tenia bajo su control a dos sindicatos de trabajadores en Chile, un país tan lejano. Consideren la amenaza que representaba para la estabilidad de ese gobierno esa penetracion por parte de un megalómano sin escrupúlos de ningún tipo como Trujillo.


Observen que el anterior artículo advirtiendo sobre la seria amenaza regional que representaba el régimen trujillista fue publicado mucho antes del atentado para asesinar al presidente Rómulo Betancourt acaecido el 24 de junio de 1960, o sea, 10 meses después. También hemos encontrado noticias en la prensa latinoamericana y de EUA que informaban sobre la fábrica de misiles que Trujillo estaba montando con la ayuda técnica de ingenieros extranjeros. De hecho, ya habían hecho pruebas de lanzamiento para cuando ajusticiaron al tirano. Por tanto, la advertencia del Canciller Ignacio L. Arcaya hecha a los países del continente tenía un alcance mucho mayor que lo que el mismo canciller se hubiera imaginado en 1959.


Rómulo Betancourt, presidente de Venezuela
Naturalmente, quien haya leído algún libro o un resumen de la vida y “obra” del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina tendrá algún conocimiento del vil atentado en contra de Rómulo Betancourt, Jefe de Estado de Venezuela, elegido democráticamente, y de las serias repercusiones politicas que tuvo este atentado en contra de este valiente extranjero que denunció durante años el régimen criminal. En dicho atentado, con una poderosa bomba a control remoto, murieron un escolta y un peatón. El Presidente Betancourt resultó herido, con parte de la cara quemada al igual que sus manos. Perdió parte de la vista de un ojo y se le rompió el tímpano de un oído. Las pruebas y confesiones de varios involucrados presentadas por el gobierno venezolano ante la OEA eran irrefutables.

Como ha sido un caso ampliamente discutido en la prensa y en libros, invitamos a los lectores que tengan más interés a leer uno de los reportajes más recientes de cómo se planeó y cómo se ejecutó este intento de magnicidio. Se trata del excelente reportaje de Miguel Guerrero en tres partes publicado en junio de 2011 en el Listín Diario bajo los siguientes títulos:

Trujillo controló el complot
El plan contra Betancourt
Los dos vuelos del “Cabrito" 

También directamente relacionado al caso Betancourt pueden leer La sangre fría de un psicópata en la sección CRÍMENES IV.


Fidel Castro (2 atentados):

En la acción del commando de asalto dominicano en la costa de Cuba en contra de una caravana en que iba Fidel Castro, los agentes dominicanos mataron a un guardaespaldas y a dos civiles.








Alfredo Ramón Fernández Simó 

Novelista, cuentista, diplomático, pianista clásico y compositor (como su padre). Había estudiado derecho, pero no terminó la carrera antes de incorporarse al servicio diplomático. Aunque no estuvo involucrado en actividades antitrujillistas ni expresó ninguna crítica contra el régimen, mientras se desempeñaba como Encargado de Negocios en Costa Rica, en 1960 la dictadura trujillista ordenó su asesinato debido al liderazgo de su primo José Antonio Fernández Caminero y su hermano Abel Fernández Simó en el movimiento de resistencia 1J4 contra Trujillo.

Cuando desempeñaba el cargo de Encargado de Negocios en la embajada de RD en Costa Rica, tenía como subalterno a Paul Giudicelli a quien Johnny Abbes le había mandado un cable que decía: “Encargado de Negocios secretamente rehusa regresar al país. Hemos sido avisados que se va a pasar al enemigo. Recomendamos que se dé muerte con arma de fuego en propia embajada y que usted se valga de inmunidad diplomática. Hágalo como un buen adicto a Trujillo y actúe con cuidado”.

Naturalmente, Fernandez Simó no queria regresar porque sabia que era una trampa para eliminarlo al saber que su hermano y su primo habian sido descubiertos como miembros de la resistencia.

En lugar de cumplir las instrucciones de Johnny Abbes, Paul Giudicelli le informó a Fernandez Simó que una orden de eliminación pendía sobre él. Al no acatar la orden de Johnny Abbes y, antes bien, por poner a la futura víctima al tanto, automaticamente Giudicelli también pasó a formar parte de la lista de los marcados para la eliminación. Ante semejante peligro, ambos funcionarios, tensos y desesperados, decidieron abandonar sus cargos para salvar sus vidas. Además, reunieron los principales documentos de la embajada y se los entregaron a los miembros de OEA quienes investigaban el atentado de Trujillo en contra de Rómulo Betancourt. Se asilaron en la embajada de Venezuela en Costa Rica pero al no conseguir visa de entrada a dicho país partieron hacia Colombia y de ahí desaparecieron sin dejar rastro. En realidad se habían adentrado en las selvas del Amazonas para eludir a los agentes de Trujillo, donde sobrevivieron hasta la caída de la dictadura. Fernandez Simó quedó con problemas psicológicos de tipo obsesivo el resto de su vida (delirio de persecución) hasta el punto que no pudo ejercer su profesión de diplomático años después porque ya no tenía la capacidad de manejarse en eventos sociales. Este caso fue muy sonado en su momento en la prensa latinoamericana y de EEUU cuando el cuerpo diplomático en Costa Rica expuso el caso al público. Entre los artículos que hoy pueden encontrar en la red se encuentra The Corpus Christi Caller-Times (Texas) del 27 de marzo, 1960, pág. 1.

Nota: Recientemente encontramos el siguiente artículo sobre este caso.

 

Elie Lescot, Presidente de Haití y previo títere de Trujillo

Desde 1932, a través de Anselmo Paulino Álvarez, Trujillo logró sobornar a Elie Lescot, entonces Ministro de Interior haitiano, para que éste enviara a los exilados dominicanos anti trujillistas al punto más lejano de la frontera (Jeremie, en la Península de Tiburón) cerca de Jamaica. Lescot luego fue nombrado ministro (embajador) en Ciudad Trujillo y allí siguió recibiendo dinero del dictador dominicano. Luego fue ascendido a ministro en Washington donde, con motivo de la matanza de 1937, dio declaraciones a la prensa que seguían la línea trujillista de restarle importancia al suceso, traicionando así los intereses de su patria.  Desde allí complotó con Trujillo, con el ex jefe de la Guardia Haitiana y con varios  haitianos exilados, para tratar de derrocar el gobierno de Stenio Vincent y lograr que su sucesor lo fuese el propio Lescot.  En efecto, Vincent optó por no reelegirse y en mayo de 1941, Lescot el gran amigo de Trujillo, se convirtió en presidente de Haití.  

Pero Trujillo pensaba que Lescot le sería totalmente sumiso y que lo consultaría para todo. Sin embargo, Lescot tuvo el atrevimiento de no asistir a la toma de posesión de Trujillo en agosto de 1942 y, para colmos, viajó a Washington, se fotografió con el presidente Roosevelt (algo que Trujillo añoraba pero que nunca había logrado). Además, a causa de la segunda guerra mundial, obtuvo armas y barcos que Trujillo llevaba años solicitando sin ningun éxito.  El dictador dominicano, celoso e indignado porque su "títere" lo estaba aventajando, devino hostil hacia su colaborador y comenzó a atacarlo públicamente ya que uno de los rasgos de su personalidad mas marcados era la envidia.  Lescot reaccionó con la única arma a su disposición:  Prohibió el paso de braceros por la frontera y por primera vez en décadas la zafra del 1944 fue realizada tan sólo con haitianos residentes en República Dominicana.

Anteriormente, Lescot había cometido el error de agradecerle por escrito a Trujillo sus muchos regalos en efectivo y éste, entonces, le envió una carta que reproducía esa larga correspondencia. Dichas cartas, además, evidenciaban que Lescot había complotado contra su propio presidente, con el apoyo de Trujillo. El dictador dominicano comenzó a entregar esa correspondencia al cuerpo diplomático hasta el punto en que el propio Roosevelt la leyó.

Pero Trujillo fue más allá y ordenó asesinar a Lescot.  Con ese fin, Augusto Ferrando se encargó de llevar armas a Haití.  Cometió el error de incluir en el complot a un juez de paz haitiano que pronto informó al gobierno sobre lo que estaba ocurriendo. Lescot envió a un detective que se hizo pasar como experto tirador y entusiasta participante en el complot. Pronto todos los haitianos fueron apresados.  Ferrando logró cruzar rápidamente la frontera.  Lescot ordenó el fusilamiento de los dos principales involucrados. Entonces Trujillo optó por repartir la comprometedora correspondencia por todo Puerto Príncipe. A pesar de estos esfuerzos, lo que por fin removió a Lescot del poder fue su propia ambición. Lescot había cometido el mismo error que habían cometido muchos políticos de esta isla: Modificó la Constitución para extender su período por 10 largos años.  Los estudiantes se rebelaron y fue derrocado en enero de 1946.


1950: Complot para matar a otro presidnte de Haití: Dumarsais Estimé

También habia plan de matar a diplomaticos dominicanos de la embajada en Haití para culpar al gobierno de Haití.




Miguel Ángel Ramírez Alcántara 

Como lo mencionamos anteriormente, Miguel Ángel fue un importantísimo líder militar del antitrujillismo en el exilio y hermano de Ángel Dario Ramirez Alcántara (asesinado, ver más arriba). Este activo líder del exilio no sólo fue uno de los dos principales comandantes que encabezaron la expedición de Luperón, sino que también trabajó intensamente para obtener armas para las siguientes expediciones y se destacó como uno de los principales comandantes de la Legion del Caribe, con una participación muy efectiva en la revolución de 1948 en Costa Rica bajo el demócrata José Figueres. El General Miguel Ángel Ramírez Alcántara fue uno de los más perseguidos líderes del exilio, el cual sufrió varios atentados infructuosos contra su vida. Entre estos esfuerzos por eliminarlo, está la oferta que el esbirro de Trujillo, Felix Benardino, le hizo a Noel Henriquez de asesinar a Miguel Ángel y a José Figueres (ver La verdad sobre Trujillo. Capítulos que se le olvidaron a Galíndez, Ministerio de Cultura, Ed. Nacional, págs. 67-72). Además, mientras se encontraba exiliado en Guatemala, Trujillo le pidió al golpista Castillo Armas que se lo entregara y éste se rehusó, algo que irritó a Trujillo y que no olvidaría. Como represalia por su permanente militancia antitrujillista, otro hermano, Prim, también fue vilmente asesinado en RD simplemente por ser hermano del General Miguel Ángel Ramírez Alcántara (ver El ritual de la muerte por accidente en la sección CRÍMENES II).

En su libro Trujillo vs. Betancourt: Rivalidad Perpetua, el historiador venezolano Dr. Santiago Castro Ventura discute multiples asesinatos en Venezuela ordenados por el dictador dominicano coordinados por sus mejores esbirros, entre ellos Felix Bernardino. Uno de estos casos es el asesinato del presidente Carlos Delgado Chalbaud. El magnicida, Rafael Simón Urbina, "era un hombre de Trujillo que  lo acogió y reeditó un libro de su autoría en el que éste denunciaba inclinaciones presuntamente homosexuales de Betancourt." Fue Urbina quien "encabezó el comando magnicida, pero de inmediato fue sacrificado a imagen y semejanza de similares procedimientos del equipo criminal del Generalísimo”"(cita extraida del articulo en Hoy.com.do "Un libro revelador de crimenes del Jefe". Por ahora no hemos incluido estos dos casos entre los 21 asesinatos, asi como otros asesinatos del Jefe que menciona porque deseamos conocer directamente los detalles que senalan a Trujillo coo el autor intelectual cuando tengamos acceso al libro. 

Otros dos asesinatos en el exterior, los cuales todavía estamos investigando para obtener más detalles, son primero, el de Roberto Lamada, un sindicalista refugiado en La Habana que recibió una paliza mortal en el Barrio Chino de La Habana. Se dice que Johnny Abbes montó este asesinato de tal forma que pareciera que Lamada quiso abusar de una prostituta y los matones salieron en su defensa. 

El otro caso es la muerte en Caracas del abogado Bayardo Cipriota, en que, según los investigadores, Abbes creó el montaje para que su muerte aparentara ser el resultado fatal de un pleito entre homosexuales. En estos dos casos se refleja la afición de Trujillo y Johnny Abbes de no solo destruir la vida de sus victimas sino también la honra, aún después de la muerte. No hay que olvidar que Trujillo disfrutaba con gran placer de los chismes de aposento y que le gustaba humillar degradando a sus víctimas sexualmente. Además, tenía a un gran número de periodistas a sueldo en Latinoamerica y EUA que diseminaban la versión que le convenía a Trujillo. A medida que obtengamos más detalles sobre estos dos casos, los iremos incluyendo. 

Estos montajes morbosos para desacreditar moralmente a la victima eran una de las artes negras que Johnny Abbes estuvo refinando con aparente éxito en los dos últimos años de la dictadura, muy al espiritu de su jefe, Trujillo, a quien le gustaba difamar y humillar a sus enemigos, además de eliminarlos, con el fin de destruirlos dos veces: robándoles la vida y también la honra. Tal es el caso de Nelson Peguero, quien trabajaba en el Palacio bajo órdenes de Manuel Moya Alonso cuando fue eliminado (Ver más abajo BREVES). Johnny Abbes hizo que anunciaran su muerte como un edema pulmonar acaecido mientras "disfrutaba con un grupo de mujerzuelas en un motel de carretera". Según uno de los principales jerarcas del SIM, Victor A. Pena Rivera, las mujerzuelas que encontraron con el cuerpo de Peguero eran agentes del SIM vestidos de mujeres.  

O el caso de la intelectual, educadora y activista Carmita Landestoy: Cuando Trujillo llegó a saber que ella estaba por publicar en EEUU un libro denunciando los crimenes, abusos y la corrupción del régimen, el gobierno distribuyó un folleto difamándola como mujer. Entre las insinuaciones, el folleto contenia una nota que decia "Tú debes reformar tu conducta social acomodándote con un solo hombre, para que tu nombre no ande de boca en boca, siendo escarnio y descrédito de la familia Landestoy", carta anónima firmada simplemente por una supuesta "amiga que te estima". Debemos senalar que en nuestras extensas investigaciones sobre la dictadura y sus detractores jamás hemos encontrado una sola jota de crítica o queja sobre malas costumbres sexuales o de cualquier tipo sobre esta educadora, reformadora y activista cultural dominicana. Estas deshonras públicas a ciertas mujeres dominicanas las hacia Trujillo también con las esposas de sus funcionarios con quienes él se acostaba con el fin de humillar a los esposos. 

A medida que obtengamos más detalles sobre estos dos últimos casos en Cuba y en Caracas, los iremos incluyendo.  

Repetimos que calumniar y destruir la honra, en vida o en la muerte, era una de las debilidades de Trujillo y su alter ego, el coronel Abbes. Citamos textualmente lo que el jefe del SIM (región norte), Victor Alicinio Peña Rivera, cuenta en su libro Trujillo: Historia oculta de un dictador sobre la propensión al morbo sexual de Johnny Abbes: 

“El Coronel (Abbes), quizás para satisfacer sus torcidos impulsos homosexuales, contrató un homosexual para obligar a muchos de los presos a adoptar posturas homosexuales, estando desnudos, tomándosele fotografías en ese instante. Estas fotos servirán luego, cuando se les pusiera en libertad, para chantajearlos, amenazando con distribuir copias de las fotografías entre novias, esposas, padres, madres, hermanos y relacionados”. 

Esta clase de presos no estaban marcados para ser eliminados sino castigados con tortura y humillaciones porque eran casi todos hijos de familias de apellido y status social.  

(Ver: http://biblioteca.funglode.net.do/rahorapdf/No.0696.pdf)

Todo lo anterior no agota los intentos de asesinato o secuestro cometidos en el exterior por agentes de Trujillo. También podemos mencionar el caso de Albert C. Hicks, quien escribió y publicó en 1947 el libro Blood in the Streets, denunciando los abusos, corrupcion y miles de crímenes cometidos por el régimen en RD hasta 1947. Poco después de que se publicara el libro, un hombre de tez oscura (esa era la forma cordial en esos años de referirse a los morenos) se presentó en la casa del cuñado del señor Hicks a las tres de la mañana preguntando por éste (muy al estilo de la forma en que fueron a matar a Ángel Morales cuando, al no encontrarlo, mataron a Sergio Bencosme), pues era la dirección que tenía el gobierno dominicano ya que esta dirección aparecía en la visa de entrada a RD cuando Hicks había visitado la isla. El extraño de aspecto foráneo dijo que Hicks lo había invitado a esta dirección a tomarse unos tragos, lo cual era una mentira. Por suerte, Albert Hicks ya no vivía en esa dirección, pero el sospechoso incidente fue debidamente reportado a la policía y la FBI por Hicks para que lo investigaran. No hay que olvidar que en esos años en Estados Unidos existia un apartheid racial muy severo y sería en sí algo sumamento inusitado y arriesgado que un moreno fuera a visitar a un hombre blanco (en un barrio de blancos), mucho menos para socializar y mucho menos a esas horas de la noche.

Otro caso es el del empresario dominicano Guido D’Alessandro quien logró salir del país y en los últimos dos años de la dictadura denunciaba los crímenes y atropellos del régimen. En la sección PRESENTE (abajo) de este portal, encontrarán copia del informe secreto desclasificado de la embajada norteamericana en Ciudad Trujillo firmado por el embajador que revela la orden de Trujillo de que en lugar de matarlo, que le llevaran a Guido D’Alessandro vivo a Santo Domingo (como en el caso de Galíndez), suponemos que para poder torturarlo y humillarlo antes de matarlo. Trujillo les reservaba especial rencor y castigo a aquellos que él consideraba que lo habían traicionado. Guido D’Alessandro era concuñado de Ramfis Trujillo e hijo de un ingeniero muy conectado al régimen. Una nota de Rodrigo Demorizi (Drama de Trujillo) dice: "Viernes, Febrero 5, 1961: Los asesinos que intentaron matar a Yuyo D’Alessandro, en Puerto Rico, fueron apresados y declararon que Trujillo les pagó para la alevosía".

Otro opositor al régimen, Nicolás Silfa (co-fundador del PRD en el exilio), quien además de representar al PRD, también escribía en contra del régimen, estuvo marcado por el régimen en varias ocasiones para ser asesinado, lo que nunca lograron. A continuación copiamos parte del extenso informe que rindió el congresista Charles Porter en el Congreso denunciando la corrupción, los crímenes y los atentados del régimen. Luego de presentar evidencia de que pendia una orden de asesinato en contra de Nicolas Silfa y Andres Requena (a quien lograron asesinar), Porter describe el acoso en contra de Silfa. Estos párrafos demuestran la obsesión mezquina del dictador en contra de los que se atrevían a denunciarlo:

Nicolas Silfa, the other Trujillo opponent marked for murder on that occasion [en la ocasión en que mataron a Andrés Requena], still lives. He is constantly harassed by threats, anonymous phone calls, and frame-up attempts. On one occasion he and his wife found a box of band-aids in their car, with some marijuana cigarettes inserted. A box under the car seat was found to contain counterfeit coins. These were turned over the New York police. Several days later, Silfa was visited by United States agents investigating a denunciation that he was counterfeiting United States money.

Last December, at the height of the Murphy search, Trujillo’s stooges made another attempt to silence Silfa’s efforts to expose the nature of the Dominican dictatorship. This time four policemen accompanied by two photographers, but no search warrant, entered Silfa’s apartment on a tip that he was practicing dentistry without a license. The man who made the illegal practice charge against Silfa stated he fell into a 3-day coma as a result of Silfa’s malpractice. In sworn testimony, that gentleman was seen out dancing the night he was supposed to have been in a coma. Silfa’s witness to this interesting fact was promptly rewarded for his courage by a vicious beating In the corridor of his apartment house.

Ver este extenso e interesante informe de 11 páginas en el Congreso de Estados Unidos sobre la dictadura en Congressional Record-House, 1957, págs. 2815-2827 (http://www.mocavo.com/Congressional-Record-Volume-103/425139/1516).

Los lectores también puede descargar gratuitamente la versión pdf de los tomos I y II de:

La telaraña cubana de Trujillo
Eliades Acosta Matos, AGN

  



Otro caso: Cónsul dominicano trata de salvar su vida pidiendo asilo



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Pueden ver esta entrevista (min:1:46) en el siguiente documental:

https://www.youtube.com/watch?v=9KRURrGL6bM
Generalisimo Trujillo, 1960 Entrevista
Compass Points South
Palacio Nacional, 1960
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TAMBIÉN PUEDEN LEER MÁS ABAJO: 
- Cuatro miembros de la familia Clark eliminados
- EXTRACTO¡Larancuent! (También asesinaron a sus tres hijos)
- Otros asesinatos en masa o en serie (IMPORTANTE)
- BREVES: 110 víctimas asesinadas por la dictadura (casos selectivos)
- 29 casos más de asesinato
- Algunos extranjeros desaparecidos en la isla 

- Nelson Escoto Peralta (familia de héroes)  
- Rafael Mieses Peguero
- Cincuenta aniversario de la masacre del Parque Independencia
- Un archivo de la dictadura sale a la luz 
- El terror internacional agrede a Guatemala
- Los mártires de la gesta de junio, 1959
 
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Cuatro miembros de la familia Clark eliminados
Familias de mártires abogan reconozcan aportes a libertad

Leoncio Peralta
Periodista
Listín Diario

MAIMÓN, PUERTO PLATA.- El profesor e investigador altamireño Carlos Bonilla Polanco logró recopilar datos sobre el martirologio de la familia Clark, en Maimón, Puerto Plata, que fue víctima de la represión despiadada de la tiranía que, por 30 años, encabezó Rafael Leonidas Trujillo Molina.

El educador, con casi medio siglo vinculado a la docencia, consideró que en estos días que se cumple un aniversario de la inmolación de Manolo Tavárez Justo y sus compañeros en Las Manaclas y otras zonas montañosas del país, es bueno recordar a los Clark para que su sacrificio no continúe anónimo para las presentes y futuras generaciones.

El cabeza de familia don Julián Clark y tres de sus hijos, incluyendo a Ismael Emilio, capitán de la Marina de Guerra, fueron ultimados por la satrapía en una orgía de sangre que mantiene las heridas en los pocos sobrevivientes.

Don Julián nació en Puerto Plata en 1880, hijo de inmigrantes de la Florida. Se estableció en Maimón donde compró terrenos que dedicó a la agricultura y la pecuaria, especialmente a la cría de ganado vacuno.

De acuerdo a lo que narró Rosa Clark al profesor Bonilla Polanco, su hermano Ismael ingresó a la Marina donde llegó a ser capitán mercante, ‘‘y cometió el error’’ de casarse con una joven emparentada con Juancito Rodríguez, dirigente opositor a la tiranía.

En medio de las expediciones de 1959, Ismael desapareció sin dejar rastros y 10 días después de la llegada de los insurgentes por Constanza y cinco de su arribo por Maimón, fueron apresados don Julián, uno de sus vástagos y jamás se supo de ellos.

La residencia de los Clark, por pura coincidencia, queda frente a la Bahía de Maimón, por donde llegó una de las lanchas con los expedicionarios y próximo a los terrenos quedó el cadáver de José Horacio Rodríguez, hijo de Juancito y por consiguiente familiar de la esposa de Ismael, quien ya había pagado con su vida ese vínculo filial.

Problemas

Eso bastó para que la furia del régimen se volcara sobre la familia y además de apresar y desaparecer sin rastro a don Julian y uno de sus hijos, se llevaron preso a un tercero, quien estaba en la fortaleza San Felipe, donde la familia le llevaba comida y ropa.

‘‘Pero un día decidieron sembrar unos plátanos en la Cumbre en la casa campestre del tirano, entre Santiago y Puerto Plata y a él también lo sembraron como una cepa’’, expresa doña Rosa. A la muerte de Trujillo, un campesino informó dónde estaba sepultado y sus restos fueron llevados e inhumados en el cementerio de Puerto Plata, siendo el único de los cuatro miembros de la familia que tiene una tumba conocida.

Doña Rosa Clark, anciana, viuda, sola, en Los Caños, de Maimón, sentada en su mecedora recuerda el martirologio de su familia y por ser ésta de campesinos humildes, nadie se recuerda pese a su contribución para lograr la democracia y libertad del pueblo dominicano.

Tambien pueden leer el articulo:Los Clark. La familia que Trujillo aniquiló por proteger expedicionarios de Maimón, por Angela Peña, en Areito, suplemento del periodico Hoy, 5 de noviembre, 2005.

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EXTRACTO

Larancuent  y sus tres hijos

Aunque ya el caso del general Alberto Larancuent ha sido mencionado en el artículo sobre los primeros asesinatos de la dictadura trujillista, decidimos incluir extractos del siguiente artículo como una muestra más de cómo la dictadura perseguía y eliminaba a los parientes de los anti-trujillistas, simplemente por la relación de sangre. En este caso, dos hijos del general Larancuent son asesinados (Alberto en La Romana y Ramón en un central azucarero) y en 1959, un tercer hijo, César es torturado y asesinado en la cárcel entre los expedicionarios de junio, 1959.

Un periodista, viejo amigo de esta familia, declaró que ya no quedan hombres Larancuent en el país.

¡Larancuent!

José Antonio Nuñez Fernandez
Periodista, diplomático y escritor
Hoy.com.do
6 de enero, 2006

La noche del 27 de septiembre del 1930 el cuervo agorero de la tragedia, aleteó con violencia y graznó para sembrar el pavor, en el Parque Colón y en la ciudad toda.
Hacía un mes y once días apenas, que con el sombrero emplumado de Lilís se había juramentado como Presidente de la República el Brigadier Trujillo, protagonista del golpe santiaguero del 23 de febrero. El juramento fue en el mismo Parque Colón frente al Senado que presidía Mario Fermín Cabral.

Alberto Larancuent Ramírez era un líder político de gran arraigo en La Romana y comarcas aledañas, a pesar que era nativo del barrio capitaleño de San Miguel o quizás de San Pedro de Macorís. Hombre de reconocido valor, de recia personalidad y de notable inteligencia natural, había sido contrario a la candidatura presidencial del brigadier que tenía como cubil la Fortaleza Ozama.

Tres días antes de resultar víctima del grosero atentado de la noche del 27 de septiembre, Larancuent había sido puesto en libertad. Estuvo preso por su desafección a la candidatura del Brigadier Trujillo. Larancuent se encontraba desarmado, estaba sentado en un banco de hierro pintado de rojo, frente por frente a la estatua de Colón y de espalda a la Catedral. Se encontraba conversando con los señores Oscar Lluberes, Manuel Diógenes Soto y un tercer amigo cuyo nombre no se pudo determinar.

Entre las 8.15 y las 8.30 de la noche aciaga, se aproximó al grupo por detrás y sin ser advertido un desconocido, y acercándose sorpresivamente a Alberto Larancuent le hizo un disparo, hiriéndolo por detrás del cuello. Hombre que desconocía el miedo, Larancuent se levantó inmediatamente dándole el frente al vulgar agresor. Entonces recibió otra herida en la mano derecha. Los amigos que lo acompañaban pretendieron defenderlo; pero estaban desarmados. Larancuent se movilizó y seguido de cerca por el criminal agresor llegó al redondel donde se colocaban las bandas de música que ofrecían los conciertos retretas en el parque. El alevoso atacante volvió a disparar y en esta ocasión le ocasionó al desarmado agredido tres impactos de balas. El agresor entonces emprendió la retirada a pasos bien ligeros.

[Párrafos omitidos que relatan como trataron de salvarle la vida al general y su valiente actitud frente a su situación.]

Después vino el martirologio de los descendientes. Un hijo Alberto Larancuent Polanco fue asesinado en La Romana el 12 de noviembre de 1948. Un segundo hijo Ramón Larancuent (Mon) fue ultimado en los rieles de un central azucarero. Y en el 1959 con los Hombres de la Raza Inmortal vino su hijo César Federico Larancuent Rijo. Tengo que confesar que he exprimido mi caletre, mi memoria, para referir cosas que leí hace ya un tiempo largo en El Archivo General de la Nación, propiamente en el diario La Opinión del día 29 de septiembre de 1930.

NOTA: El artículo no menciona que el tercer hijo, César Federico Larancuent Rijo,  también fue asesinado por la dictadura, después de ser torturado cuando era prisionero político en San Isidro. Fue detenido durante la expedición de junio, 1959.

Cuatro miembros de una familia asesinados por la dictadura.




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OTROS ASESINATOS EN MASA O EN SERIE   
 
 

 
Caso Bonilla: Mas de 20 asesinados en el Cibao y otros en la capital

Además de las masacres mencionadas por Luis F. Mejía en su libro De Lilís a Trujillo (ver sección CRIMENES I) que llegan hasta aproximadamente el ano 1944, las ya mencionadas en otras secciones y la anterior masacre (la cual es muy pequeña en comparación con las matanzas que Trujillo y La 42 desataron durante más de un año después de llegar al poder en mayo de 1930), otros autores mencionan otras masacres durante los 31 años. Por ejemplo, José Almoina en su libro Una Satrapia en el Caribe, le dedica unas seis páginas al dramático caso del Dr. Bonilla Atiles y anota al final (págs. 56-57): 

La persecución que se desencadenó en torno al caso Bonilla fue terrible. Más de veinte asesinatos en el Cibao y varios en la capital; estudiantes presos; otros suspendidos en sus matrículas en los centros escolares. Las hermanas Josefina y Silvia Padilla Deschamps fueron señudamente perseguidas; se les negó derecho a entrar a la Universidad donde estudiaban medicina, se destituyó a su padre de una empresa particular; a Josefina la asaltaron unas prostitutas, a las órdenes del Partido Dominicano y de la Gestapo, desgarrándole las ropas en plena calle y colmándola de insultos; ambas tuvieron que acudir a la Embajada de México donde ya estaba otro diplomático, el Sr. Cerisola, casado con una hija del dictador Carías. Fueron atendidas hasta donde era posible.

Fue por aquellos días cuando cayó asesinado, en el cuartel de la policía, un impresor y fueron encarcelados varios oficiales del Ejército, entre ellos el Capitán Marchena de artillería. Una ola de terror recorrió todo el país y reapareció públicamente la Brigada con el mismo Miguel A. Paulino al frente, desfilando por las poblaciones y cayendo de noche en las casas para hacer registros y detenciones.

Junto con esta organización apareció la de los Veteranos, mandada por el General Coceo hijo, militares vestidos de paisano y esbirros de la peor calaña, armados y dispuestos a ejercer todos los terrores; fue entonces cuando Trujillo impuso a la Universidad un homenaje obligatorio a su persona, haciendo desfilar a los estudiantes hasta el palacio del Ejecutivo, a entregarle un pergamino que todos tuvieron que firmar, so pena de perder sus estudios para siempre; fue entonces cuando el dictador nombró Rector de la Universidad a Vega Batlle, para imponer el primer centro universitario a sueldo y haciendo matricular como estudiante a cientos de militares; fue entonces cuando se fortificó la Guardia Universitaria Presidente Trujillo organismo militarizado que depende de la Secretaría de Guerra y actúa en la Universidad, convirtiendo a ésta en un cuartel. 

Les recomendamos a los lectores descargar gratis este valioso libro lleno de denuncias y revelaciones, Una satrapía en el Caribe, por el cual el intelectual español pagó con su vida en mayo de 1960: Pueden ir a Inabima: http://inabima.gob.do/descargas/biblioteca/Autores%20Dominicanos/Almoina,%20Jos%E9/Almoina......
  
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Masacre de 7 campesinos 

El Coronel Victor A. Peña Rivera (ex-Jefe del SIM en la región norte, involucrado en el asesinato de las hermanas Mirabal) describe en su libro Trujillo, la herencia del caudillo la siguiente masacre de 7 campesinos por fusilamiento en el primer año del ascenso de Trujillo al poder. Esta fue una de numerosas masacres de campesinos inocentes que se realizaron para escarmentar en esos primeros 15 meses de la dictadura, especialmente en la región del Cibao. Se calcula que en la violencia que desató el nuevo régimen en 1930 para eliminar y aterrorizar cualquier oposición, mataron a más de mil personas, gran parte de éstas en la región del Cibao. Entre los esbirros encarcelados junto a Alicinio Peña Rivera después de la caída de la dictadura, se encontraba un viejo oficial militar llamado Don Roganciano. Alicinio Peña Rivera transcribió la siguiente memoria de Don Roganciano:

Uno de los primeros incidentes ocurrió cuando mandaron al entonces teniente Pedro Andújar por la región de Altamira. Aquel oficial enseguida hizo siete arrestos. Eran siete campesinos. Fueron alineados en el patio del cuartel que queda frente a la iglesia católica y los pasó por las armas, dice que como escarmiento. Y el teniente, para hacer su obra más completa, ordenó montar a los cadáveres, agujereados por las balas y aún sangrantes, en parihuelas y pasearlos por la calle principal del poblado hasta el cementerio. Luego, los enterró, como perros, en fosa común”. 

Victor A. Peña Rivera, Trujillo: La herencia del caudillo, pág. 131. 
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Caceria se desata en Puerto Plata: Mas de 20 asesinados

No se puede pasar por alto la persecución que se desató en Puerto Plata en 1949, en los días siguientes a la fallida expedición de Luperón. Después de la eliminación de los dos líderes principales del Frente Interno de Puerto Plata, Fernando Suarez y Fernando Spignoli (Ver más abajo la sub-sección Breves), se desató una feroz persecución en contra de los miembros de la resistencia y del Frente Interno que habían sido identificados por los servicios de inteligencia. Los testigos de la ciudad cuentan que los agentes mataron a unas 20 personas de la ciudad en esos días, entre ellas se han identificado a:  

Miguel Polanco
Pablo Borrero
Ramón Fernández (Molonche)
Ramón Sarita
Lorenzo (Negro) Sarita
Luis Ortiz Arzeno
Fernando Inoa
Antonio Inoa
Ramón López Vásquez
Tomás Diloné
Carlos Ramirez y otros 8 más

(Ver Clio, edición No. 176 - La lucha contra Trujillo por Alberto Bayo, pág. 176). Entre otros asesinados en esa ola de ejecuciones, fuera de Puerto Plata contamos al Ing. "Trene" Perez Garrido, asesinado en Santo Domingo el 7 de julio, 1949 usando como coartada el socorrido expediente de un accidente de carretera. 

El reconocido historiador Max Puig también menciona a estos ejecutados en su articulo 61º Aniversario de la Gesta de Luperónwww.museodelaresistencia.org. 

Nota: Esta caceria de 1949 no se debe confundir con las persecuciones de finales de 1959 y principios de 1960 del 1J4 y los panfleteros de Puerto Plata, de los cuales mencionamos algunas victimas en la sección BREVES más abajo.
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Ola de desapariciones en Santa Bárbara

Decenas de desaparecimos por ola represiva en barrio popular de Ciudad Trujillo

Hay otras referencias sobre masacres y asesinatos/desapariciones en serie que, por ser tan comunes durante los 31 años de la dictadura, son apenas mencionados en forma pasajera en algún libro o artículo, casos en que los nombres de las víctimas, a pesar de los esfuerzos por investigadores en años recientes, probablemente quedarán perdidos en el anonimato para siempre. Tal es el caso de las decenas de desaparecidos del barrio de Santa Bárbara en la capital Ciudad Trujillo (no confundir con los panfleteros de Santiago). El veterano y reconocido periodista Miguel Guerrero, en su artículo Ponen fin a las sanciones: Enero de 1962 (ver Acento.com.do), apenas menciona brevemente a estas víctimas: 

Los vecinos del lugar se cobraban así los desmanes que Deroche [Narciso Deroche, esbirro del SIM] habría hecho en el barrio de Santa Bárbara, donde decenas de jóvenes desaparecieron y fueron a parar a las ergástulas de la tiranía sólo por meras sospechas. 

Cuando obtengamos más detalles sobre estas víctimas en este barrio capitalino, o algunos nombres, los incluiremos en esta sección. 
 
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Revista Bohemia: La huelga de La Romana (1942)

Extracto:

Existen pocas noticias del terror desatado en estos últimos meses por Trujillo, ante el temor por la invasión, pero no es difícil imaginarse los árboles de los parques públicos cargados de cadáveres de presuntos revolucionarios. La exhibición de las víctimas, además de producir un placer morboso para el Benefactor, sirve de ejemplo para los demás, según sus propias teorías. Recordamos a este respecto el espectáculo macabro de cincuenta obreros colgados en un ingenio de la Romana, en 1942, por una tentativa de huelga.

Los cortadores de caña ganan en la República Dominicana 30 centavos por tonelada cortada y apilada. Trabajando toda una familia numerosa, padre, madre e hijos, cortan y apilan un par de toneladas en una jornada de sol a sol: es decir que toda una familia, trabajando 12 horas diarias, gana 60 centavos. En los ingenios los obreros ganan cuarenta y cincuenta centavos por una jornada sin horario. Tan monstruosas condiciones de trabajo hicieron que al iniciarse la zafra de 1942, los obreros de la Romana pidieran unas mejoras a las que no se accedió. Cundió el descontento entre los obreros y en una tentativa de huelga se mostraron reacios a empezar el trabajo. Dos horas duró el conflicto; el tiempo justo que necesitó el ejército para rodear el ingenio y disparar contra los huelguistas. Por si las fuerzas de la Romana no eran suficientes, salieron de Santo Domingo aviones de bombardeo con fuerzas especialmente adiestradas.

Durante dos días cincuenta cadáveres de huelguistas estuvieron colgados en los árboles del ingenio para que sirvieran de advertencia a sus compañeros.

Trujillo, el genio de lo ridículo
Fernando Alloza
Revista Bohemia
27 de octubre, 1947
Págs. 4, 5, 98, 106

Nota: El escritor republicano español Fernando Allazo estuvo exiliado en RD entre 1940 y 1944. Ante el repentino aborto en septiembre (1947) de la ansiada expedición de Cayo Confites, decidió exponer sus recuerdos de los cuatro años que vivió bajo la despiadada dictadura del “Benefactor” antes de lograr trasladarse a Cuba donde vivió muchos años. Éste es un extracto de un largo artículo que publicó en 1947.
 
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Catorce sindicalistas ahorcados-Huelga de 1946

En una famosa carta escrita en el exilio, Juan Bosch le enrostra a Trujillo, con nombres y apellidos, varios asesinatos en contra de líderes sindicales en los años cuarentas (algunos de éstos los mencionamos más abajo en BREVES). Además de los asesinatos y desapariciones individuales, Bosch menciona en su carta la masacre en 1946 de “las víctimas de La Romana; los catorce ahorcados, a quienes se acusó de participar en un movimiento de huelga que tenía por finalidad alcanzar un jornal mínimo de 40 centavos para los trabajadores del azúcar”.

Otros historiadores mencionan brevemente esta persecución después de la huelga que dejó una estela de muertos, pero lamentablemente, no agregan ningún detalle, en parte, porque se trata de un evento bastante distante en el tiempo y porque se trata de trabajadores, personas sin nombre ni apellido de importancia, los cuales no eran denunciados en forma reiterada ni detallada por el exilio dominicano como sí lo hacían con miembros de la burguesía, en parte, por falta de detalles. Simplemente eran denuncias generalizadas sobre matanzas de víctimas sin nombre. Habíamos leído un texto que sí da pormenores de esta masacre por asfixia y cuando lo encontremos, incluiremos más información.  Mientras tanto, pueden leer el artículo sobre la carta de Juan Bosch a Trujillo desde el exilio: “Su régimen es una bestia y un terror” por Fernando Quiróz, Listín Diario, 30 de junio, 2011.

Los historiadores han registrados otros asesinatos múltiples de sindicalistas y huelguistas en la década de los treintas y los cuarentas (hasta que Trujillo reprime de una vez por todas todo vestigio de sindicalismo independiente a finales de los cuarentas) y prontamente estaremos añadiendo algunas referencias a estas matanzas.
 
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FAMILIAS CAMPESINAS MASACRADAS POR LA EXPEDICIÓN DE JUNIO DE 1959

Cuando ocurre la expedición de junio de 1959, los campesinos de la zona son obligados, bajo amenaza de muerte o tortura, a rastrear las zonas de Constanza, Maimón y Estero Hondo en busca de los guerrilleros. Varias familias campesinas fueron diezmadas, acusadas sin demasiadas pruebas, de haber dado albergue a los guerrilleros que habían invadido las zonas donde vivían. Por ejemplo, la familia del campesino José Ruiz, de El Cupey, a quien le asesinaron toda su familia, incluyendo a sus dos hijos de 10 y 12 años. Finalmente, él mismo fue asesinado. También puede leer de otra familia que fue diezmada más arriba en el artículo Cuatro miembros de la familia Clark eliminados. Cuando obtengamos la identidad de otras familias masacradas a raíz de dichos gesta, incluiremos sus nombres en este texto. Ver artículo titulado Las tumbas anónimas de Maimón en la revista ¡Ahora! del 31 de enero, 1962, pág. 14, biblioteca FUNGLODE.

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Las primeras masacres

El reino de terror empezó desde antes de los comicios de mayo de 1930 con un exterminio de todo vizo de oposición, resistencia o independencia política. En el extenso e interesante artículo La ofensiva final de Trujillo contra Desiderio Arias, el autor Angel Berto Almonte parafrasea el manifiesto de Desiderio Arias en el que el caudillo denuncia los asesinatos que lo llevan a oponerse al régimen recién instaurado a base de sangre, terror y traición:

"A todos estos crímenes se adicionan, de acuerdo con el manifiesto, 18 fusilamientos en san Francisco de Macorís, 116 en Puerto Plata y 100 en Moca bajo el pretexto de ser cómplices del general horacista Cipriano Bencosme. Arias denunció también que la noche del 16 de diciembre de 1930, en medio de la carretera Sánchez, y bajo amenazas de armas, se le quería imponer la renuncia de su cargo de senador por la provincia de Montecristi."'

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Persecución en Barahona – El último año de la dictadura

Sumándose a los asesinatos en Barahona en años anteriores de la dictadura, Barahona también sufre la ola represiva de principios de 1960. 

En Barahona se creó un fuerte comité del movimiento revolucionario 14 de Junio y la represión no se hizo esperar: redadas, allanamientos, apresamientos, persecuciones y golpizas. En poco tiempo desaparecieron para siempre los barahoneros Manuel de Jesús González, Hugo Bujosa, Víctor Jiménez Espinosa, Víctor Fusino y Daniel Jiménez, entre otros.

En enero de 1960 se inicia una ofensiva persecutoria contra los hombres del Movimiento 14 de Junio y los revolucionarios barahoneros no escapan a la furiosa acción del régimen trujillista. Entre los barahoneros apresados figuraban Enrique Michel Carrasco, quien fue trasladado al principal centro de torturas, la Cárcel de la 40; y Miguel A. Vásquez Fernández, quien fue llevado a la temida cárcel de La Victoria.

El domingo 31 de enero del 1960, ante esta ola represiva, la alta jerarquía de la Iglesia Católica manda a leer su Carta Pastoral en las misas celebradas en el país. En el valiente documento se enfrenta al dictador Rafael Trujillo y se le exige que respete la integridad física de los ciudadanos y que cesen las persecuciones….

Para leer también sobre los asesinatos y persecuciones en Barahona en años anteriores, buscar en:

Aporte barahonero a favor de la libertad del pueblo dominicano 
Por Wison Gómez Ramírez
Ciclo de conferencias Barahona Pedernales, Pág. 54
http://orgullodemitierra.com.do/pdf/barahona-pedernales/barahona-pedernales-conferencias-interior.pdf.

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 Masacre en la capital, Ciudad Trujillo, en enero de 1960

Como pueden ver en este recorte del periódico El Tiempo del 31 de enero, 1960, el testigo, un visitante puertorriqueño, calcula que habían masacrado a unos 20 estudiantes.
 
(No confundir con la masacre en el motín de Puerto Plata en 1961 reportada por otro puertorriqueño, ver más abajo.)





El New York Times de la misma fecha (31 de enero, 1960) señala que 8 personas murieron en esa manifestación del viernes anterior. Cuando tengamos más detalles sobre esta masacre y una cifra más exacta, haremos un informe especial.

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En su libro Memorias de un abogado de pueblo, el autor, Lic. Fabio J. Guzman Ariza, menciona la masacre de 14 personas 


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Masacre en Puerto Plata en los ultimos meses de la dictadura 

No confundir este caso con la masacre en Puerto Plata de 1949 mencionada más arriba, ni confundirla con la masacre de estudiantes en la capital (Ciudad Trujillo) que ocurrió en enero de 1960, también reportada por un testigo puertorriqueño. La masacre a que se refiere el siguiente recorte tuvo lugar en Puerto Plata a finales de 1961 y fue reportada por varios viajeros al exterior.



Detención masiva de todos los empleados de un aserradero, algunos fueron liberados, la mayoría de los detenidos desaparecieron:





Además de las diferentes masacres y numerosas cacerías mencionadas por Luis F. Mejía en su libro De Lilís a Trujillo (ver sección CRÍMENES I), invitamos a leer sobre muchas otras masacres y cacerías en las otras tres secciones sobre Crimenes:

SECCIÓN CRÍMENES I: 

-Radhamés acribilla a prisioneros políticos (más de 20 asesinados)
-Los panfleteros de Santiago (38 panfleteros asesinados)
-Las masacres del sizal y los arrozales de Trujillo (miles murieron) (ver tb. la sección ATROPELLOS)
-Masacre en la carcel de Nigua bajo Virgilio Trujillo
-El complot de los sargentos (Más de 50 asesinados)
-El exterminio del MPD (unos 89 miembros exterminados)
-La matanza de los haitianos (17 mil asesinados, según Balaguer; otros dicen que fueron menos y otros dicen que fueron más) 
-Palpitaciones de Santo Domingo (Decenas y decenas de asesinatos en los primeros años)

SECCIÓN CRÍMENES II: 

-Masacre de campesinos (unos 20 campesinos asesinados)
-La masacre de El Número (un total de 10 asesinados)
-Las hermanas Mirabal y su chofer

SECCIÓN CRÍMENES IV:

-Masacre de 14 personas
-84 fusilados en la cárcel
-Más de 70 eliminados como represalia por ajusticiamiento de Trujillo (incluye a los 20   
 asesinados por Radhamés en la sección CRÍMENES I)
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BREVES – 110 victimas asesinadas por la dictadura

(110 casos de asesinatos selectivos)


Esta lista de 110 asesinatos NO INCLUYE a personas que murieron en combate en las diferentes expediciones o en ataques a mano armada. TAMPOCO INCLUYE a victimas discutidas en otras entradas o articulos en las cuatro secciones sobre CRIMENES (con la excepción del caso de Colón Piris, porque quisimos incluir más detalles, el caso de Rafael Sanchez Sanlley y un par de casos mencionados muy brevemente en CRIMENES I). Estos casos TAMPOCO incluyen a los numerosos esbirros y militares adeptos al régimen que fueron eliminados, no por oponerse a la dictadura, sino por conveniencia del dictador (casi siempre para silenciarlos o para un montaje).  

Se trata exclusivamente de víctimas desprotegidas que fueron detenidas y ejecutadas, asesinadas a mansalva o desaparecidas, la mayoría de las cuales también sufrieron tortura. Otra excepción es el caso de un antitrujillista en Puerto Plata quien, rehusándose a entregarse docilmente en su casa, opuso resistencia armada hasta la muerte cuando lo fueron a buscar.

También invitamos a los lectores a leer otras listas de crímenes selectivos en este portal (Los convenientes accidentes, Asesinatos en el exterior, Un baño de sangre tras el tiranicidio), así como otros crímenes selectivos presentados no en listas sino en artículos en las cuatro secciones dedicadas a CRÍMENES y algunos casos de asesinato mencionados en ATROPELLOS.

Algunas de las siguientes entradas contienen más de una víctima (chofer, hermano, asistente, etc.)


110 ASESINATOS SELECTIVOS



Eugenio Perdomo Ramírez – Padre de familia, miembro del 14 de Junio, fue detenido, torturado en la silla eléctrica, con la picana, etc. Murió en febrero de 1960 en La 40, asfixiado por la aplicación del tortol, un torniquete asfixiante que se apretaba lentamente. Años después en 1971, su hijo Virgilio Eugenio Perdomo, joven de personalidad idealista y altruista, caería abatido por las balas en un enfrentamiento completamente desigual entre cuatro jóvenes (los Palmeros) y las tropas de la dictadura balaguerista. Este es uno de los 3-4 casos repetidos aqui con otras listas puesto que Eugenio Perdomo tambien fue panfletero y aparece en la lista de los Panfleteros de Santiago (ver CRIMENES I). No sabemos si fue detenido y asesinado como catorcista o como panfletero.

Dr. Manuel Antonio Tejada Florentino - Jefe del Departamento de Cardiología del Hospital Gautier, fue uno de los fundadores más decididos del 1J4. Destacado desde joven en su comunidad, fue Gran Maestro de la Logia 39 y también Rotario. De personalidad multifacética, tocaba varios instrumentos musicales, era poeta y gran orador. En su consultorio privado trataba principalmente a pacientes de escasos recursos a quienes les regalaba la consulta y el tratamiento. Fue detenido en el mismo hospital, llevado a La 40 donde fue torturado y asesinado. Su último acto antes de ser ejecutado fue atender a un  detenido que estaba moribundo por las torturas, según dos prisioneros en La 40 que sobrevivieron, Alfredo Bergés y Carlos Sully. Investigaciones realizadas en la década de los sesentas indican que su cuerpo fue lanzado en la incineradora. Las investigaciones indican que no fue detenido porque hubiera sido detectado como miembro del 1J4, sino porque en la logia de Santiago, los altos miembros solian dar discursos y él nunca cumplía con el protocolo de primero dedicarle el discurso a Trujillo, además de que nunca se referia al dictador como el Jefe o el Benefactor o el Generalisimo, clara señal para todos de que era un crítico de Trujillo. Su pecado fue no haberle rendido los tributos honoríficos al Jefe y por eso pagó con su vida, como otros. Inclusive, se pudo identificar quien fue el miembro de la logia que lo delató como desafecto al Jefe pero no lo revelaremos en este portal. Su hermano, el empresario Rafael Tejada (Pucho), colaborador mocano del 1J4, también fue asesinado por la dictadura en 1961.

El gobierno trujillista, tal como lo había hecho con otras viudas, presionó a la viuda del Dr. Tejada Florentino, Sra. Sofía Tabar Álvarez, a desmentir que éste hubiera sido asesinado por el régimen y a declarar que pronto aparecería fotografiada con su esposo. El artículo y foto de la viuda fue publicado en el periódico del tirano El Caribe el 1ro de abril, 1960. Ese era el estilo desalmado utilizado por el régimen para tratar de encubrir sus crímenes. Después de la caída de la dictadura, otros presos declararon que habían convivido en prisión con el Dr. Tejada Florentino y que había muerto en la silla eléctrica. Su cuerpo nunca apareció.

Ramón Eugenio Blanco: Hermano del legendario rebelde antitrujillista Enrique Blanco (quien se suicidó cuando ya no pudo resistir más). Además de los allanamientos, el acoso y las persecuciones en contra de la familia Blanco para que delataran el paradero de Enrique Blanco, no sólo mataron a Ramón Eugenio en la cárcel, sino que le quemaron las casas, arrasaron los sembrados y cargaron con los animales, como forma de obligarlos a entregar al rebelde. Para entonces estaban presos 41 miembros de la familia Blanco, los hombres en la fortaleza San Luis y las mujeres en la comisaría. Existen relatos de que una de las hermanas o prima de Enrique Blanco también fue asesinada tras ser maltratada en prisión y luego “liberada”. Todavía no tenemos detalles concretos sobre la muerte de esta mujer por lo que no queda incluida en los 110 casos.

Rafael Yépez: Maestro de una pequeña escuela preparatoria de unos 80 alumnos. En una ocasión un estudiante escribió una composición o una canción en que alababa a Trujillo y a María Martínez. El profesor Yépez comentó que no sólo María Martínez merecía elogios sino también otras mujeres dominicanas. Se dice que el maestro también acotó que algún día ellos también podrían llegar a ser un líder máximo como Trujillo, pero esta última lisonja al Jefe de nada le valió. Algunos dicen que se trataba de doña Julia. El niño contó a su padre (un diputado) el "regaño" del profesor Yépez y la noche de ese mismo día un camión del ejército llegó a la casa del profesor. Los sacaron de la casa, a él, a su esposa y a su hija y luego recorrieron el barrio en procura de los estudiantes. Fueron careados con el profesor y luego despachados a sus casas. Ni Yépez, ni su esposa ni su hijita retornaron a la casa. Un mes después de "desaparecidos" la pequeña escuela fue clausurada. Entre otros, ver el libro del conocido abogado y periodista Lipe Collado Anécdotas y crueldades de Trujillo, pág. 77.

Como ejemplos de asesinato por decir un simple comentario, también ver el caso del adolescente Colón Piris más abajo asi como los casos del Dr. Lithow-Ceara y el alferéz Jesús Maria Boñuela en la sección CRÍMENES II.

Abelardo Acevedo: Secretario del abogado anti trujillista Ricardo Roques Martínez. Cuando Ricardo Roques era perseguido y pasó a la clandestinidad (escondiéndose de casa en casa y disfrazándose durante cuatro años para luego lograr salir del país en una espectacular epopeya), los agentes se llevaron a su secretario Abelardo Acevedo a la cárcel de la Torre para que revelara el paradero de su jefe. Muchos fueron detenidos y torturados para que revelaran el paradero de Roques y dos anti trujillistas más. Como Acevedo ni siquiera sabía que su jefe trabajaba para la resistencia, no tenía nada que contar. Al secretario lo golpearon y lo torturaron hasta que ya no aguantó y falleció. Cuando le avisaron de su muerte, hasta su propia esposa tenía miedo de ir a recoger el cadáver.

Mario Guerra: Periodista autodidacta, elocuente orador, opositor del caciquismo y promotor del civismo. Al principio apoyó el Movimiento Cívico usado como pantalla para los verdaderos designios de poder omnímodo del General Rafael Trujillo. Al percatarse de que Trujillo procuraba el poder absoluto a cualquier precio, fue Mario Guerra el que escribió y distribuyó el famoso Manifiesto de Desiderio Arias en Santiago. Cuando asesinaron a Desiderio Arias, Mario cayó preso y cuando finalmente lo pusieron en libertad, temeroso por su vida, fue a la capital y se asiló en la embajada de Haití. El embajador valientemente lo sacó personalmente y se lo llevó a Haití. Desde ahí viajó a Puerto Rico, Cuba y EUA.

Años después, por las súplicas de su familia y la promesa de perdón obtenida del gobierno, regresó a la patria. Un buen samaritano le consiguió trabajo en el periódico La Opinión pero los compañeros, a la defensiva por temor, lo aislaron y lo trataban como a un apestado por lo que no duró mucho tiempo. Al caer en la miseria, aceptó una mesada del Partido Dominicano pero cuando el partido le pidió que escribiera un artículo crítico del Dr. Ramón de Lara, hombre honorable y muy respetado. Mario se rehusó y perdió el humilde ingreso que tenía. Con esa reticencia demostró que seguía pensando como antes, lo que selló su destino. Cuando se fue a Guahubín, allá llegó un vehículo con placa oficial a buscarlo. Lo llevaron a la zona de Jeremías de la Vega donde pusieron fin a su vida a garrotazos. Con el tiempo, uno de los verdugos habló. El cuerpo lo tiraron por un agujero para que no apareciera jamás. Ver artículo en hoy.com.do: Mario Guerra: periodista, charlista y orador ¡Asesinado! 

Dr. Luis Escoto Gómez Activista anti trujillista. Su tíCésar Escoto recuerda sus últimos días: “Salió de mi casa en la Marco Ruiz a esconderse donde su otro compadre Eduardo Mejía, frente al parque Duarte, en 1959. De ahí salió para la embajada de Brasil y cuando llegó lo agarraron los calieses, lo llevaron a “La 40” y hecho un guiñapo lo introdujeron en un saco y lo lanzaron a la Incineradora”. 

Las últimas noticias que recibieron de él tras el encarcelamiento en “La 40” se las ofreció “Chachito” Mármol, primo hermano de la que fue su esposa, y quien murió loco por el martirio, aunque sobrevivió al tiranicidio. No lo reconocía, contó, era una masa amoratada, un muerto en vida. Los esbirros nos lo arrojaron a los pies diciéndonos con burla: “¡Ahí está su líder, miren lo que hicimos con él!”, cuentan hermanos y sobrinos de este revolucionario sin tumba. A su hijo Nelson y a su sobrino Beethoven también los mataron (Ver más abajo: Nelson Escoto Peralta, asesinado por combatir la dictadura). Hoy una calle del ensanche Piantini lleva su nombre. También pueden leer el artículo de Ángela Peña (Luis Escoto Gómez: Un trágico final, articulo no incluido en este portal).

Clauco Duquela: Fue sacado de su casa, ubicada en la calle San Martín, personalmente por Federico Fiallo, Jefe de la Policía de entonces, y no se volvió a saber de él.  ¿Motivo? Por ser Clauco el contador de la empresa “Cinema Dominicana” la cual produjo trece documentales por encargo para trece ministerios del gobierno, bajo la dirección del cubano Pepe Prieto. El productor dominicano de este proyecto, Rafael Augusto Sánchez Sanlley (Papito), tambien fue detenido. Los extranjeros que trabajaron en el proyecto salieron rapidamente del país.   

Al ser demasiado fieles a la realidad, estos documentales expusieron aspectos de la miseria en que la gente vivía en los años cincuentas en el país. Al ser presentados en el exterior, la opinión pública internacional se dio cuenta del hambre y la miseria del pueblo en contraste con el lujo imperial en que vivían los Trujillos. El tirano ordenó desmantelar la productora “Cinema Dominicana” y fue cuando detuvieron y desaparecieron al contador de la empresa, Clauco Duquela.

Rafael Sánchez Sanlley: Fue a parar al centro de torturas La 40 por este atrevimiento de producir los 13 documentales, donde fue asesinado. Algunas versiones recientes sostienen que Pupo Román dio la orden de matarlo en la cárcel para silenciarlo porque supuestamente Sanchez Sanlley ya sabía que él estaba metido en el complot para asesinar a Trujillo. Otros sostienen que este alegato no es más que parte de la campaña reciente de los trujillistas para calumniar a los complotados que ajusticiaron al dictador. Junto a los casos de Colon Piris  y Leoncio Blanco, e una de las tres víctima en esta lista que están repetidas en otro artículo (ver 18 asesinados.... en CRIMENES IV) por haber sido apresado por los documentales, pero asesinado en la cárcel en conexión con el ajusticiamiento de Trujillo.

Charles Raymond Barnes: Sacerdote americano de la iglesia episcopal en RD, asesinado el 26 de julio de 1938 por haber denunciado en cartas a sus familiares en EUA la matanza de haitianos ordenada por Trujillo en 1937. El misionero envió mensajes a Estados Unidos que fueron interceptados por el régimen. Tres agentes tocaron a la puerta de su casa situada al lado del templo, en la avenida Independencia. Al otro día depositaron su cadáver en la vivienda. Además, fue calumniado alegando que "un amante" fue quien lo mató, lo que no sorprende puesto que han sido numerosas las víctimas a las cuales, después de quitarles la vida, calumniaron su moral como expediente para explicar el crímen y degradar a la víctima. Todos los que conocían al obispo Barnes le tenían gran afecto y respeto. Primero acusaron del crimen al cocinero inglés, William Rodney, pero después pasaron a perseguir al joven puertorriqueño de 19 años, José Manuel Díaz, quien después de varios interrogatorios “confesó” ser el autor del crímen.  Las autoridades se rehusaron a compartir con la prensa las pruebas llenas de contradicciones y el texto de la confesión.  Noel Henríquez, designado su abogado, escribió después del tiranicidio que el acusado le dijo: “La verdad, como usted debe saber, es que yo no he matado a nadie”. Fue condenado a 7 años de prisión,  pero poco después desapareció en prisión para siempre. En los archivos de la cárcel anotaron la socorrida explicación:  “Muerto por fugarse”.  Pero como de hecho había un testigo comprometedor, el chofer que habían mandado a buscar a Barnes y que lo llevó a Hacienda Fundación (por lo que sabía cual fue el último paradero de Barnes antes de aparecer de nuevo en su casa como cadáver), éste inocente chofer tambien fue eliminado.

Coronel Leoncio Blanco: Comandante en jefe del Departamento Militar del Sur. Desencantado con el terror desatado por Trujillo, empezó a organizar una conspiración contra el dictador apoyada por prestigiosos profesionales e intelectuales. Sin embargo, el complot fue descubierto en 1934 y Leoncio Blanco fue capturado, pasó un año en la cárcel, en una celda individual, donde lo sometieron a terribles torturas y finalmente lo asesinaron. 

Su cadáver permaneció en su celda durante varios días en estado de descomposición como escarmiento a los demás presos políticos. El gobierno alegó que Blanco se había suicidado en su celda.  El gobierno también asesinó a más de cien personas involucradas en el plan del coronel Blanco (Archivo General de la Nación). Aunque se trató de una ejecución por conspiración (sin juicio), decidimos incluir aquí este caso porque se trató de un genocidio en el que la mayoría no había cometido ningún delito.

General Ramón Vasquez Rivera: Aunque no estuvo involucrado en el complot del coronel Leoncio Blanco de matar a Trujillo, lo detuvieron y lo encarcelaron por 3 años por haber estado informado del complot y por no haberlo reportado. Al tiempo, lo sacaron del país como cónsul a Bordeaux, Francia. Luego, le ordenaron a que regresara, lo acusaron de conspirar, lo metieron en prisión y poco después, en enero de 1940, anunciaron que se había suicidado en su celda en la Fortaleza Ozama.

Piloto Aníbal Vallejo Sosa: Fue uno de los precursores de la aviación dominicana, quien adquirió renombre internacional. Cuando descubrieron un movimiento en contra de la dictudura que él y otros organizaban, fue detenido e inicialmente lo condenaron a 20 años de prisión. Dos años después, Trujillo le concedio la libertad y le asignó un cargo fronterizo. Un día lo llevaron a una región rural de Monte Cristi, lo amarraron a un árbol y lo mataron a machetazos el 20 de junio, 1937. Esta era una estrategia típica de Trujillo cuando se trataba de un asesinato que podría tener repercusiones: Antes de matar a la vícitima, le asignaban un importante cargo con el propósito de disociar al gobierno del crímen. La prensa trujillista le echó la culpa a los haitianos. Además, era común que Trujillo primero liberara a los presos políticos para después matarlos en lugares apartados o desaparecerlos, de tal forma que no podían culpar directamente al régimen por no encontrarse la víctima en prisión a la hora de su muerte o desaparición.

Tres hermanos anti trujillistas mueren en menos de tres años:

Jesús del Castillo Rodriguez: Hombre de negocios y hacendado de mucho dinero y amplias propiedades (5 fincas)  empezó a tener problemas con el régimen cuando se rehusó a venderle unas tierras a Trujillo (al precio del tirano), donde el dictador quería construir una escuela de monjas de calidad adecuada para su hija Angelita, el Colegio Santo Domingo. Que ese fue el propósito específico para la construcción de esa escuela lo admite la propia Angelita Trujillo en su libro.

Además, Jesús simpatizaba con grupos anti trujillistas a los cuales les brindó apoyo moral y legal.  El 28 de noviembre, 1949, este padre de familia fue secuestrado al salir de la oficina de su hermano abogado y nunca más se supo de su paradero. La versión oficial del gobierno fue que se fue al malecón donde él se arrojó al mar.  Su hija Milagros recuerda: "El cuerpo nunca apareció y mis hermanos buscaron mucho en el lugar. Luego alguien dejó un pasquín debajo de la puerta que decía: búsquenlo en la casa blanca de Nigua. Aquel era un lugar que utilizaban para torturar y matar a las personas". Nunca más se supo de Jesús. No pasaron 6 meses desde la desaparición cuando una de las fincas, la de Maimón, fue militarizada indefinidamente.

Su hermano, Fernando del Castillo  quedó a cargo de las fincas de Jesus, tierras que Trujillo apetecía porque se había enamorado de ellas. El 11 de abril, 1951 fueron detenidos Fernando y el capataz de esa finca de apellido Benoit. "A Benoit lo mataron en la misma finca pero a mi tío lo mataron frente a un parque de La Vega y luego de varios días buscándolo, encontraron su cadáver con varias puñaladas a orillas del río Jima", cuenta su sobrina Milagros. Al trasladar el cadáver, la familia también encontró un hoyo de bala en el cráneo. "Su muerte fue para presionar a mi madre a vender. Mamá (Charo) tuvo que vender casi todos los animales porque Trujillo se enamoró de las fincas y finalmente debió venderlas también", contó Milagros.

La familia también sostiene que el tercer hermano, Francisco del Castillo (Nando) murió a raíz de una intencionada mala práctica médica cuando al operarlo, le dejaron un instrumento adentro a propósito, por lo que murió poco después de hemorragia interna.  Francisco era abogado y se había dedicado a defender casos de personas opuestas al régimen. De hecho, militaba en el Frente Interno. En 1947 fue designado diputado y miembro de la Constituyente por influencia de un pariente quien lo hizo como manera de protegerlo, para disipar tensiones con el régimen. Pero Francisco se rehusó a firmar la carta de renuncia que todo congresista tenía que firmar al asumir su cargo porque dijo que él se respetaba a sí mismo...otro clavo para su ataúd. Su hijo José declara, sin embargo, que su muerte intencionada es sólo especulación dado que un pariente médico estuvo presente durante la operación. Sin embargo, el instrumento que dejaron en su cuerpo que al final lo mató deja muchas preguntas en el aire. A pesar de que después de la muerte del tercer hermano los Trujillos se hicieron dueños también de sus tierras, en casos como éstos es difícil decir en forma categórica que hubo mano criminal por lo que por el momento sólo lo mencionamos pero no quedara incluido en la cifra de estos 110 casos de asesinato.

Lo que sí se sabe es que muertos los tres hermanos, los Trujillos pasaron a apoderarse de las tierras que los hermanos no les habían querido vender. Doña Fefita, la viuda de Francisco, le contó a su hijo, José del Castillo Pichardo, sociologo y escritor: "Luego María Martínez me mandó un papel para que lo firmara vendiéndole las tierras de Francisco para la azucarera Haina [propiedad de Trujillo], al precio que ella quisiera. Así eran las cosas, mi hijo, en este país. Y había que hacerlo, obligado. Todo era para Trujillo y sus asesinos". Fue así como las tierras de Hatillo y las de Monoguayabo pasaron a manos de los Trujillos.  
 
En su artículo del 30 de julio de1951 TIME Magazine describe como fue que Trujillo llegó a ser el más grande terrateniete del país y nos recuerda una frase que usaban los dominicanos sobre esas "ventas" de tierra forzadas: "Si el campesino no se la vende, su viuda lo hará". Con ironía, TIME Magazine tituló el artículo El Benefactor y luego dedicó el contenido a describir la imposición del poder absoluto, la sangrienta represión y cómo Trujillo usó su poder absoluto en beneficio propio. Por cierto, el artículo señalaba en 1951 que Trujillo ya tenía más de 20 residencias propias.

Juan Antonio Moreno Martínez (Nono): Adolescente asesinado por no aceptar la invitación del gobernador de San Fancisco de Macorís a dar un discurso en honor a Trujillo. Fue brutalmente asesinado a puñaladas. Su cadáver apareció el 7 de diciembre de 1958 a la salida de Nagua y después lanzaron su cuerpo frente a la casa de su familia. Su padre fue encarcelado varios años por su oposición al régimen y tres hermanos se asilaron en una embajada para salvar la vida. La madre, hijas (empobrecidas) y el resto de la familia quedaron socialmente aislados durante años (hasta el final de la dictadura) como “desafectos” al régiimen padeciendo acoso físico, calumnias y ataques en el Foro Público. (Para más detalles sobre quienes eran los "desafectos", ver sección CONTROL.

Pedro Naar Rivero: Joven reportero de El Caribe. Interesado en salir del país, Pedro le escribió a un periódico de La Habana solicitando un puesto. Como el correo al exterior estaba controlado, su carta fue interceptada. En junio de 1954 Pedro Naar fue detenido por las autoridades y nunca más se supo de él. Cuando sus superiores en El Caribe indagaron muy diplomáticamente ante las autoridades sobre el paradero de Pedro, el general Anselmo Paulino, mano derecha de Trujillo, les contestó que Pedro se había internado en Haití, algo insólito. Este era un mecanismo muy usado por el régimen para eliminar a los inconvenientes y aparentar que se fueron a Haití.Ver más abajo Extranjeros desaparecidos en la isla sobre cuatro casos de personas que supuestamente se desaparecieron en Haití, con pasaporte estampado y todo, hasta registrados por alguien del consulado dominicano en un hotel de Puerto Principe. Pero, cuando los familiares o interesados investigaban con las autoridades de Haití, éstos no tenían ningún récord de que esa persona hubiera cruzado la frontera ni salido de Haití. Como en el caso de Pedro Naar, un buen número de personas perdieron la vida simplemente por querer emigrar a otro país, sin tener ningún motivo político, especialmente los que trabajaban en una empresa de Trujillo, como El Caribe

Julio Polanco: Joven piloto de la FAD, asesinado por Ramfis Trujillo porque se rehusó a bombardear la ciudad de Bonao, RD (por orden de Ramfis), donde vivían sus padres, hermanos y amigos.  No se sabe donde están sus restos.

Ramón Antonio Espinal Rosario (Van Elder): En julio del 1945 fue asesinado por la dictadura de Trujillo y su cadáver jamás apareció, se presume que fue tirado al mar. Se destacó como periodista, tipógrafo, tabaquero y activista por los derecho de los trabajadores. En 1926, junto a otros, fue uno de los fundadores de la Escuela Normal y la Juventud Socialista Dominicana, también de la Asociación de Periodistas Vegano, el Club Camú, en su segunda etapa, del Ateneo Obrero. Junto a  Mario Sánchez Guzmán fundó el Partido Democrático Revolucionario Dominicano (PDRD) entre otras iniciativas. 

Cuando se encontraba
en la Imprenta Renovación en julio de 1945 fue sorprendido durante un asalto policíaco. Fue sometido a duras torturas en el cuartel de la Policía, en ese entonces situado en la calle de Las Damas esquina Mercedes, y fue rematado a balazos por negarse a confesar donde se encontraba  su amigo y compañero de trabajo Julio Cesar Martínez de nacionalidad puertorriqueña.

Luis Ramón González Peña (“Papilín”): Seminarista de La Romana detenido, torturado y finalmente ejecutado en La 40. Varios compañeros de celda fueron testigos de como se lo llevaron de la celda el último día que lo vieron con vida, junto a Eugenio Perdomo Ramirez. Entre otros detenidos, Rafael Valera Benítez fue testigo de la muerte de ambos. Lo mataron porque se negó a firmar una declaración que develaba la supuesta “conspiración de los obispos”. Acusaban al entonces obispo de Higüey, monseñor Juan Félix Pepén, de introducir un cargamento de armas al país. 

En 2003 monseñor Pepén contó: “Papilín fue asesinado salvajemente porque se negó a acusarme de participar en un supuesto contrabando de armas por las costas de Higüey que la mente enferma de aquellos infelices había tramado presentar como una prueba de la conspiración de los curas contra el gobierno”. 

Recuerda uno de sus compañeros de celda, Huáscar Castillo, que Papilín (seminarista que se hubiera convertido en sacerdote a escasos meses) siempre lucía sonriente cuando se dirigía a una esquina de la celda a rezar y que cada vez que lo golpeaban regresaba con esa extraña sonrisa en sus labios llenos de sangre y que también sangraba por la nariz y otras partes de su rostro.

Eduardo Colón Piris: Joven puertorriqueño de 16 años que con dos amigos se encontraba en San Pedro de Macorís de visita. Los jóvenes estaban esperando que empezara un desfile militar en el que Trujillo se exhibiría montado a caballo. El desfile no empezaba porque decían que Trujillo se había retrasado. Esto motivó a Colón Piris a hacer un comentario burlón diciendo que Trujillo estaba retrasado porque probablemente venía montado en una mula (o un burro). Este comentario lo oyó uno de los muchos calieses que la dictadura infiltraba entre las masas en este tipo de evento precisamente para escuchar lo que la gente decía. El calié se llamaba Sindulfo Benavides, quien agarró a Colón Piris de un brazo y se lo llevó a la fuerza. El joven nunca más apareció. La madre del joven apeló a las autoridades federales de EEUU (Puerto Rico es territorio norteamericano). La prensa puertorriqueña así como el gobierno de Puerto Rico presionaron a las autoridades dominicanas para que resolviera la desaparición. Como se trató de un incidente en que también el Departamento de Estado empezó a presionar y que causó manifestaciones populares en Puerto Rico, Trujillo compensó a la madre con unos $10.000 pesos (otros autores mencionan otros montos). Inclusive, el gobierno de EUA envió investigadores para identificar al asesino. Por su parte, Sindulfo fue detenido y le quitaron la vida sin juicio como reparación, lo que no es extraño puesto se sabía que Trujillo mandaba a eliminar a sus propios matones si se sentía comprometido. Encontramos un artículo en El Mundo de Puerto Rico que 3-4 años después del asesinato hace una breve referencia al caso Colón Piris en la página 15 de la edición del 22 de febrero de 1938. 

El reconocido historiador puertorriqueño Jorge Rodriguez Beruff también menciona el caso de un maestro puertorriqueño que vivía en Barahona. Los militares de Trujillo entraron en su casa, se lo llevaron y nunca más se supo de él. Lamentablemente, el historiador no menciona su nombre por lo que todavía no queda incluido en nuestra lista. Es posible que su apellido sea Miranda, puertorriqueño que fue asesinado en 1934.

Aldo D’Alessando: Joven también de 16 años, detenido junto a su chofer bajo el pretexto de exceso de velocidad. Fue torturado y desaparecido (aprox. el 19 de noviembre, 1960) en la cárcel de La Victoria como simple venganza debido a que su hermano mayor, Guido (Yuyo) D’Alessadro, formaba parte del 14 de Junio y desde el exilio denunciaba a la dictadura. Aldo se encontraba en la celda al lado de la que ocupaban Rafael Sanchez Sanlley y Segundo Imbert.  Tal como lo contaría Guido años después, un día que su madre, doña Carmen, fue a ver a su hijo Aldo en la cárcel, “le informaron que su hijo había sido liberado por condonación de Trujillo, entregándole copia de la carta que le hicieron escribir solicitando su condonación o perdón y que había sido liberado y seguramente se había escapado como su hermano Yuyo”. Su hermano Guido ("Yuyo") llegó a saber que Aldo fue asesinado por orden de José León Estévez, esposo de Angelita Trujillo. Hasta hoy no se sabe donde están sus restos.

Alfredo Almonte Pachecho: Joven que participó en la expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo. Fue uno de los seis que sobrevivieron los enfrentamientos militares, la cárcel y las torturas. Su muy humilde madre logró pedirle personalmente a Trujillo que le perdonara la vida a su hijo de 17 años, ocasión que Trujillo aprovechó como golpe de publicidad. Frente al público reunido, Trujillo accedió generosamente a su petición y hasta se dejó abrazar por la anciana frente a las cámaras, él con una sonrisa de patriarca generoso. El joven fue debidamente indultado y puesto en libertad, pero pocos tiempo después fue desaparecido en la capital por los agentes del régimen. Se alega que fue ultimado por el capitán Ricardo Urbaez, Comandante de la compañía Militar de Restauración, Esta era una táctica típica del régimen: liberar a los que estaban por eliminar para matarlos fuera del recinto carcelario y así borrar toda huella, especialmente cuando eran casos muy conocidos o hijos de familias influyentes. Hasta hoy no se sabe dónde están sus restos.

Freddy Valdéz: Líder sindical, miembro del incipiente Partido Democrático Revolucionario Dominicano (socialista) que surgía como una organización con potencial apoyo de las masas. Este partido luego sufriría una escisión de la cual surgiría el Partido Socialista Popular (PSP), fundado en el exilio, del cual Freddy Valdéz formó parte. Aprovechando la “apertura democrática” de Trujillo, varios de sus dirigentes regresan al país en 1946. Freddy Valdéz cayó preso en 1947 junto a otros dirigentes del PSP, del movimiento sindical y de la Juventud Democrática, de los cuales gran número fueron asesinados. Freddy Valdéz languideció en prisión por tres años padeciendo enfermedades y abuso físico. Entre las torturas que padeció, se sabe que fue colgado de las muñecas hasta que con el tiempo las muñecas se le quebraron. Finalmente murió desangrándose en prisión en 1950.  A Freddy Valdéz lo menciona también Juan Bosch en una carta que dirigió a Trujillo denunciando algunos de los crimenes de la dictadura, entre ellos la desaparición de este líder sindical

Pedro Báez de los Santos y su hermano, Federico: La viuda de Mauricio Báez de los Santos (líder sindical asesinado), María Onelia Mueses Blondet (Doña Mirita), en entrevista realizada por el periodista Carlos Nina Gómez, del periódico El Caribe (fecha 23/12/2011), dijo: “Dos de mis hijos: Pedro y Federico, fueron asesinados por Trujillo y no supe de su asesinato sino, dos semana después.  El primero fue asesinado el día siete (7) y el otro el veintisiete (27) de julio del mil novecientos cincuenta y nueve (1959). Doña Mirita dijo también que estaba informada de que los calieses de Trujillo, estaban interesados en no dejar a nadie vivo de la descendencia de Mauricio Báez”.

Según Doña Mirita, las dos hijas que le quedaron de su matrimonio con Mauricio Báez, se salvaron de chepa, ya que los calieses de Trujillo se presentaron a su casa y preguntaron:  ¿Quiénes son la dos muchachas que están con usted en la casa? La viuda de Mauricio Báez, fue muy cuidadosa al responder a los sicarios, cuando les dijo: “esas dos muchachas son trabajadoras de la casa”. Esa respuesta bastó para que los matones de Trujillo abandonaran la casa de los Báez y de esta manera Doña Mirita, logró salvar la vida de “Patricia Celeste y Olga Báez Mueses”, quienes hoy tienen 73 y 74 años, respectivamente, también serían asesinadas, pero la respuesta bastó para que los asesinos de Trujillo abandonaran la casa de los Báez Mueses y enfriaran sus mentes malditas”.

Según doña Mirita: Pedro Báez, su hijo mayor, fue siempre un rebelde, el cual emuló a su padre porque no escondía sus críticas contra la dictadura. Siempre se pronunciaba contra el régimen trujillista e incluso, según informes de la comunidad, hasta se comunicaba con dirigentes del gobierno de Castro que había llegado al poder el 1 de enero de 1959.
“Pedro Báez, narra Doña Mirita, tenía una librería y era un joven que leía mucho y siempre le gustaba conversar sobre los asuntos de la política. Mientras que Federico, quien trabajaba en la ferretería “El Marino”, en la avenida Mella esquina José Martí, en Ciudad Trujillo, era un muchacho tranquilo que casi no hablaba. Federico siempre estaba dedicado a su trabajo y nunca se metía en nada”.

“Pero mi adorado hijo (Federico), antes de ser asesinado, al igual que su hermano Pedro, fue torturado en la cárcel de La 40, por agentes del  SIM  (Servicio de Inteligencia Militar, organismo represivo del régimen) los cuales se propusieron apresar a Pedro porque ya habían sido informados de sus ideales democráticos los cuales eran contrarios a la dictadura de Trujillo. Lo persiguieron hasta que lo mataron y lo mismo hicieron semanas después con Federico”. Ver artículo: Mauricio Báez de Los Santos: dio todo por la patria, www.elnuevodiario.com.do.

Nota: También ver más abajo (sub-sección Catorce casos más) el caso de Miguel Báez Eusebio, hermano de Mauricio Báez, también asesinado.

Claudio de los Santos Herrera: Joven profesor de gimnasia de San Juan de la Maguana. Fue detenido por el SIM y desaparecido. Nunca se supo a donde fueron a dar sus restos. Algunos sanjuaneros que guardaban prisión en la cárcel La 40 dan cuenta de su presencia en esa cárcel y las torturas a que fue sometido. Johnny Abbes García, jefe del SIM, tuvo que ver directamente con la desaparición de este sanjuanero. En sus memorias tituladas Trujillo y yo, al referirse a Claudio de los Santos, Johnny Abbes escribe: 

“Días antes mis hombres habían realizado varios apresamientos de terroristas Dos comerciantes comprometidos, Yude Michelén y Juan Lagrange fueron liberados por orden de Trujillo; pero un joven de San Juan de la Maguana, Claudio de los Santos, fue llevado a la capital y fusilado sin juicio sumario.” Y añade este sicario: “Se comprobó que distribuía volantes subversivos.  

Juan A. Morales Gonzalez: Recién nombrado gobernador del Banco de Reservas, el 18 de agosto de 1959 fue asesinado frente al propio banco por uno de los más prolíficos matones cubanos al servicio de Trujillo, Policarpo Soler y su sobrino Agapito. También asesinaron a su chofer Raul Odiat. La versión de algunos funcionarios del gobierno era que Morales descubrió una estafa que Soler le había hecho a Trujillo. 

De esta intriga criminal hay varias versiones, lo que no debe sorprender a nadie pues en un régimen hermético donde no se podia hablar de tales casos, muchos crimenes jamas quedaron esclarecidos. Una de las versiones la pueden encontrar en el articulo del historiador Jose Novas titulado Policarpo Soler: El trágico final de un gánster internacional.
  La versión oficial publicada en los periódicos trujillistas decía que Policarpo Soler, su sobrino Agapito Soler y dos cubanos más murieron en la calle el 24 de agosto en un enfrentamiento con las autoridades al tratar de huir después del crímen. Sin embargo, el comandante cubano Delio Gómez Ochoa, quien se encontranba detenido en la cárcel después de ser apresado en julio de 1959, ha declarado en diferentes ocasiones que él personalmente vio a Policarpo Soler con vida en la cárcel y que alli vio cuando lo eliminaron.

Además, el líder exiliado Nicolás Silfa, al saber del asesinato de Juan Morales, declaró a la prensa en Nueva York que Juan Morales había sido el jefe de la célula del PRD en Ciudad Trujillo. Por otro lado, Morales también fue el funcionario que bajo órdenes tuvo que desembolsar grandes sumas para una invasión que se preparó contra Cuba y que fracasó. Poco después del fracaso, se desató una limpieza interna de todos los involucrados en esa aventura. Cuando obtengamos otros nombres de los demás eliminados para silenciarlos, los incluiremos en esta lista.

Llama la atención que justo antes de ser asesinado, Juan Morales fue ascendido al alto puesto que ese día acababa de asumir. Una típica artimaña de Trujillo para distanciarse de los asesinatos que él ordenaba era nombrar a la futura víctima a un nuevo puesto, generalmente más alto, lo que daba la impresión de que la relación entre la víctima y el régimen iba de maravillas. Esto ayuda a convencer al público de que el asesinato debió de haber sido tal como lo presentaron las autoridades: o un accidente o un asesinato por delincuentes. Haya sido acribillado por orden de Trujillo o solo por cuenta del maton Policarpo Soler, Juan Morales cayo victima de las intrigas monetarias entre Trujillo y Policarpo Soler cumpliendo su labor como funcionario del banco.

Héctor René Gil Ramírez: Militante del Movimiento 14 de Junio, fue asesinado al tratar de asilarse en la embajada de Argentina. Héctor confundió la embajda de Nicaragua con la de Argentina que quedaba al lado. Era hermano de Luisa Gil, la novia del teniente Amado García Guerrero, uno de los conjurados para eliminar a Trujillo. A su vez, Amado García murió al enfrentarse a los militares cuando fueron a detenerlo en la casa de su tía días después del ajusticiamiento. Algunas versiones popularizadas por las películas sostienen que el preso encapuchado que Amado García fue obligado a matar en La 40 fue Héctor R. Gil y que después le revelaron que era el hermano de su novia, pero esta versión ha sido desmentida por varios historiadores. En cualquiera de los dos casos, fue asesinado por esbirros de la dictadura.

Odalís Cepeda Peña y Tapia Cortiña

Entonces yo me encontré, para que ustedes vean los casos que pasaban, a dos muchachos: Odalís Cepeda Peña y Tapia Cortiña, eran de Puerto Plata. Dos jóvenes, uno indio y el otro medio amarillos los cabellos. Yo no los conocía. Como a mí me tenían en el patio allá porque yo estaba participando en el libro Complot Develado, que escribió Fafeu (?), Valera era el que lo dirigía, pero era un grupo que trabajaba en él y por eso estábamos ahí.

Llegaron con estos dos muchachos y yo vi cuando trajeron a Odalís Cepeda Peña y lo sentaron en la silla eléctrica, le dieron un par de galletas, le dijeron un paquete de insultos que se oían afuera, “Ah, ¿tú quieres saber?”. Le dieron corriente y él vociándoles de todo a ellos. Entonces, Clodoveo Ortíz, con un trago de wisky en la mano, y se bebió un trago, lo puso ahí, yo lo vi ponerlo ahí. Él tenia un cuchillito de esos de guayacao en la parte izquierda, Sacó el cuchillo que tenía y fue y lo agarró por la cabeza y le dio una puñalada en la yugular de ahí y yo vi el chorro de sangre que salió de esa yugular. Ehhhhhh, intentó, pero en poco tiempo yo lo vi doblar la cabeza. Clodoveo limpió el cuchillo volvió y se bebió otro trago y llamó a una gente: ‘Suéltame a ese hombre y ponlo ahí al lado de la silla y tráeme un saco grande pa que se lo ponga y recógelo. Búscame al compañero de él, a Tapia Cortilla’ y trae a Tapia lo sienta ahí y Tapia también le responde groseramente. Dos muchachos muy agresivos los dos. ‘Ah, tú estás privando en guapo. Quítamele el saco pa que el vea pa donde va. Mira lo que está ahí adentro, eso te espera a ti.’ Y él volvió Y se dio un trago, y fue, hizo la misma operación, le dio una puñalada ahí en la yugular y yo vi el chorro de sangre que salió. Es decir, las cosas que uno vio en La 40, yo las he recordado como si fueran ayer porque esas no son vainas que uno puede quitárselo de encima y las otras cosas de los golpes y de los detalles.” (Min. 15:35)

Fafa Taveras (Catorcista preso y torturado en La 40)
Z Digital – 21 de enero, 2019 – Min. 15:35
Fafa Taveras narra como operaba la cárcel La 40

Carlos Rodríguez: Trabajaba en una finca de Angelita Trujillo en Manoguayabo.  Se encontraba en su escritorio, alguien se le acercó por la espalda y lo ahorcó. Su sobrino, el fiscal de muchos años y militante del 1J4, Radhamés A. Rodríguez Gómez,  cuenta que el jefe de su tío era el esposo de Angelita, José León Estevez,  y que éste fue quien dio la orden de que lo mataran. A su esposa, Lola Mateo, la desalojaron de su casa a las 7:00 de la mañana al día siguiente del asesinato de su esposo. Radhamés, el sobrino, lo habian detenido cuando se descubrió el movimiento 1J4 y fue llevado a La 40 donde recibió multiples palizas para que revelara nombres. Por no haber evidencia de otras causas, se cree que su tío fue asesinado debido la militancia de su sobrino en el 1J4. Radhamés cuenta, además, que vio varias veces a León Estévez ordenar horrendas torturas en La 40.

Goico Morel: Emilio Morel, colaborador de Trujillo por muchos años (funcionario, diputado, presidente del Partido Dominicano), empezó a tener desaveniencias con el Jefe y, ya disgustado, mientras ocupaba un cargo diplomático en España, se le acusó de robo y fue juzgado y condenado por los tribunales trujillistas. También fue declarado traidor a la patria. Murió abandonado en el exilio en 1958, siempre con miedo de ser eliminado por Trujillo. Mientras Emilio Morel estuvo aislado en el exilio evitando caer en manos de los esbirros, su sobrino, Goico Morel, fue acusado del asesinato de un pequeño comerciante. En la cárcel le extrajeron una confesión al estilo trujillista. Esa misma noche, según anunciaron las autoridades, Goico Morel se suicidó en su celda, dejando una nota en la que explicaba que se tomaba la vida por remordimiento sobre el crimen. Lo que demuestra que éste fue un asesinato entre rejas es la nota, pues resulta curioso que los suicidas (casi todos presos por razones o intriga politica) eran los únicos reos que se topaban con lápiz y papel en sus celdas. No debemos olvidar que las celdas durante la Era eran verdaderas cloacas sin las condiciones básicas para el aseo y las necesidades del cuerpo, ni siquiera una cama, mucho menos lápiz y papel. Una vez más les recordamos a los lectores que ser eliminado por asociación con un anti trujillista o porque el pariente resulte acusado de algún crimen, de nada sorprendía a la población.

Fello Mirabal (Fellito): Primo de las hermanas Mirabal (hijo de Rafael Fello Mirabal) muere en forma misteriosa en 1947. Joven apuesto, ingresó a la Marina a temprana edad. Su muerte prematura quedó sellada cuando se interesó en una joven llamada Dwi, hija de un austríaco que había venido a trabajar en la armería de San Cristobal. Un día Dwi andaba a caballo y pasó cerca de Trujillo, quien quedó atraído por la joven y la convirtió en su amante por breve tiempo. 

Cuando Fellito Mirabal se fijó en Dwi, no sabía que la joven había sido una querida de Trujillo, riesgo muy peligroso que cualquier dominicano en sus cabales hubiera evitado. Dedé Mirabal menciona en su libro (Juntas en su jardín) que la pareja fue obligada a casarse, pero no aclara por qué. Siendo Fellito militar, no descartamos que fuera uno de esos casos típicos en que obligaban a las muchachas usadas sexualmente por Trujillo a casarse con algún militar de bajo rango dado que los hombres evitaban involucrarse voluntariamente con mujeres que habian sido amantes de Trujillo para no tener problemas.

Volviendo a los hechos, Dwi quedó embarazada, pero como Fellito en realidad no la amaba, la abandonó (acto censurable en nuestra opinión). Dedé Mirabal cree que Dwi se quejó con Trujillo y especula que hasta pudo haber inventado que Fellito la había golpeado, pero aclara en su libro que ella sólo especula. El hecho es que un día Fellito, joven atlético y sano, estaba almorzando con unos compañeros de la Marina y, según la versión oficial, después de almorzar Fellito se paró de la mesa, se fue a la habitación a recostarse, cerró la puerta y cuando después fueron a ver, lo encontraron muerto. No se le practicó ninguna autopsia, nunca les dijeron a los padres de qué había muerto, pero la parte más sospechosa es que en el funeral militar, cuando don Fello, el padre, quiso abrir el ataúd para ver a su hijo, los militares no se lo permitieron por lo que nunca supo en qué condiciones físicas estaba su hijo en sus últimos momentos, clara señal de que hubo mano criminal.

Si bien este es un caso circunstancial, confluyen cinco elementos que en semejante régimen se confabulan hacia un desenlace fatal:

1- Fellito se involucró con una ex querida de Trujillo (serio riesgo poco recomendable)
2- Se cree que Dwi le pidió a Trujillo que tomara represalias por el abandono
3- Muerte inexplicable (joven sano y atlético) en un recinto militar, sin autopsia, sin testigos, sin parte médica
4- Prohibición a la familia de ver o examinar el cadáver (clara señal de que el cuerpo revelaría algo que trataban de ocultar)
5- A esto se le añade la agravante de que ya su tío Enrique Mirabal, padre de las hermanas Mirabal, había tenido roces con el régimen. 

René Blondet: Joven estudiante de la Escuela Sola Fide, idealista, opositor a la dictadura. En 1959 decide mandar una carta a la escuela por correspondencia Henfill School en SF, California, con una nota pidiendo que dicha carta sea reenviada a Cuba a manos de la resistencia que organizaba la expedición para junio de 1959. Como todo el correo estaba intervenido, la carta fue interceptada. El SIM se apoderó del caso y mandó a los calieses a buscar al joven. La familia y los vecinos vieron cuando se lo llevaron y más nunca volvió a aparecer. A su familia le entregaron una carta en que supuestamente René decía que se había ido a estudiar al extranjero, pero su familia dijo que aunque la letra era de René, obviamente fue obligado a escribirla puesto que los sentimientos que expresaba no reflejaban su personalidad, además de que él primero le hubiera avisado personalmente a su familia. La realidad es que más nunca se supo de él. Era hermano del Rev. Raúl A. Blondet, destacado líder de la iglesia anglicana. Los miembros de la iglesia le aconsejaron al reverendo que abandonara la comunidad. El Rev. Raúl Blondet se fue a la capital donde permaneció bajo la vigilancia de los calieses hasta la caída de la dictadura. No hemos podido leer directamente las páginas que relatan completamente este caso en el libro Horizontes de Esperanza (Historia de la Iglesia Evangélica Dominicana), Vol. II, escrito por el Rev. Hernán González Roca, págs. 429-430.

Dr. Pedro Clisante: En los últimos meses de la dictadura, después del ajusticiamiento de Trujillo, el país entró en una fase de cataclismos políticos que incluyeron, como norma, la extirpación de los líderes de movimientos políticos que luchaban por la democracia. Dentro de estos grupos, se hallaba el doctor Pedro Clisante, quien cayó víctimas de la opresión. Su muerte causó revuelo en su tiempo, pero hoy es desconocida por las generaciones actuales.

Pedro Clisante, de 28 años de edad al momento de su muerte, era nativo de Puerto Plata y laboraba en Sosúa en la oficina del Ing. José Delio Guzmán y hacia allá se dirigía cuando fue interceptado en el puesto de guardia en Sosúa y vilmente asesinado con 14 balazos. Clisante, como lo describe Antonio Hernández alias “Papo”, compañero político, era un hombre de carácter intrépido, padre de familia, quien se atrevió a desmantelar el cartel “Gracias a Trujillo” en el Tecni Club, y firmó su sentencia con su ideología democrática. Después de la caída de la dictadura, el militar que lo asesinó fue procesado y condenado a 30 años de prisión, uno de los pocos criminales del régimen que fueron condenados. Hoy la calle principal de Sosúa lleva el nombre de este joven mártir.

Dr. Alejo Martínez: Apenas minutos más tarde del asesinato de Pedro Clisante, los esbirros de la tiranía dieron muerte al Dr. Alejo Martínez en presencia de su familia, en la galería de su hogar. Martínez era oriundo de San Pedro de Macorís, laboraba como médico en el seguro social y dirigía en Sosúa una célula del Movimiento Revolucionario 14 de Junio. 

El día anterior, ambos Clisante y Martínez habían participado, junto a otros integrantes del movimiento, en un mitin político en Puerto Plata que desencadenó una cacería en toda la zona norte y cobró la vida de varias personas en hechos separados. Inmediatamente la comunidad se conmocionó y la reacción no se hizo esperar. De hecho, el sacerdote Goyeneche que ofició el funeral se atrevió a decir que las condolencias por estas muertes eran para el pueblo.

De acuerdo a Papo Hernández, quien huyó a “El Choco”, para salvar su vida de la matanza, toda Sosúa cerró sus puertas, la docencia se suspendió y el aire estaba cargado de ansiedad, suspenso y preocupación. La muerte de estos dos luchadores nunca fue del todo esclarecida de forma oficial, pero consabido era que su ideología política opuesta al régimen dictatorial de Trujillo, en momentos críticos como esos, era obviamente rechazada.

Pablo Ramos hijo: Trabajaba en el Correo y Telégrafo en Puerto Plata. Lo detuvieron el 21 de enero de 1960 por su vinculación a los panfleteros que ponían letreros anti trujillistas en Puerto Plata y nunca más se supo de sus restos. Rafael Santana Martínez, quien conoció a Pablo Ramos, dice que a su esposa, embarazada de una niña, tuvieron que falsificarle un certificado de divorcio para que le dieran pasaporte e irse hacia Estados Unidos. La víctima cantaba en el Coro de la Iglesia Evangelica Dominicana de su ciudad.

Leonel Jiménez Gordián: Joven de Puerto Plata, oficial de la Marina de Guerra. Lo vincularon a los panfleteros en su ciudad, fue detenido y desaparecido junto a otros puertoplateños. Alonzo Rodriguez Demorizi, periodista de la misma ciudad, también lo menciona en su Drama de Trujillo (pág. 389) y dice: “Leonel Jiménez Gordian, de la Aviación, que se da por eliminado inútilmente, pues se trata de un excelente muchacho, hijo de un veterano que fue subalterno de Trujillo”. En otra sección del libro comenta: “Nada se sabe de él”, de hecho, nunca más se supo de él. (Cuando obtengamos más detalles sobre este caso, los incluiremos.)
 
Fernando Suarez y Fernando Spignolo: Entre los esfuerzos de la resistencia interna por derrocar a la dictadura, se incluye el Frente Interno, cuya sede principal fue Puerto Plata. Su objetivo era resistir, sabotear al régimen y servir de apoyo logístico a la expedición que se estaba organizando en Cuba en 1949. El SIM logró identificar a los dos jefes del Frente Interno en Puerto Plata, Fernando Suarez y Fernando Spignolo, y los tenía bajo fuerte vigilancia. Cuando Trujillo se enteró del desembarco, inmediatamente ordenó que la casa en que tenían ubicados a Fernando Suárez y a Fernando Spignolio fuera atacada por las fuerzas del ejército. 

"Cuentan los vecinos que los soldados fueron implacables y que después de una verdadera batalla campal en la que los líderes del Frente Interno se defendieron valientemente, al fin sucumbieron por lo desigual de las fuerzas. Los cadáveres de ambos fueron sacados de la vivienda y acribillados a balazos."

Francisco Amadís Peña: Maestro anti-trujillista, desaparecido el 8 agosto, 1958. Casado con una maestra, llegaron a tener un hijo antes de desaparecer quien hoy es medico. Francisco A. Peña también impartia clases nocturnas para adultos. Nunca se supo donde fueron a parar sus restos. En una ocasión le dijeron a sus familiares que sus restos habían sido tirados en la carretera Guerra-bayaguana, pero nunca se pudo confirmar. Hoy una escuela lleva su nombre, el Liceo Secundario Francisco Amadis Peña. 
Polibio Herasme Peña - Secuestrado y asesinado en octubre de 1959 por sus actividades antitrujillistas. Escuchaba a escondidas a Radio Habana Cuba y promovía desde la provincia de Baoruco la formación de un grupo que se incorporaría a los expedicionarios de Constanza, Maimón y Estero Hondo. Polibio era hermano del galardonado periodista Emilio Herasme Peña quien pudo apreciar las marcas de los latigazos y las torturas en el cuerpo inerte de su hermano.

Francisco Leovigildo Madera (Don Panchito): Finquero de familia muy apreciada en Mao. Despreciaba la dictadura por varias razones, entre éstas, porque “había que pagar grandes tributos al régimen para construir obras que según él no iban en pro del pueblo sino para satisfacer caprichos ególatras de su endiosamiento, aunque los erogaba lo criticaba.” Y odió más al régimen cuando Trujillo empezó a pretender a Isis, una de sus hijas. Precisamente fue esa resistencia a cederle su hija lo que lo condenó a la muerte. Primero sufrió un atentado en su finca en noviembre de 1955, en que los esbirros del dictador lo atacaron violentamente y lo dejaron por muerto. Sobrevivió milagrosamente y al percatarse de que no lo habían eliminado, a los tres días agentes del SIM lo fueron a buscar para llevarlo a un hospital para curarlo. A pesar de que don Francisco se resistía, se lo llevaron a la fuerza y no permitieron que su esposa lo acompañara a pesar de que ella insistía. En el Hospital Cabral y Báez le inyectaron varias ampollas de un barbitúrico vía endovenosa, lo que le provocó la muerte. Fueron testigos de este asesinato los doctores Lino Romero y Oscar Gobaira y se considera que algunas autoridades del hospital fueron cómplices de este crimen (ver Trujillo y las maeñas en la sección ATROPELLOS).

Esto obligó a su hija Isis a salir del país junto a su cuñado Tancredo Martínez quien posteriormente sufriría en México un atentado fallido sobre su vida por agentes de Trujillo a causa de su participación en la resistencia antitrujillista en el exilio (ver más arriba Crímenes en el exterior). El balazo que don Tancredo recibió en la cara (en el área de la nariz), lo dejó deformado para el resto de su vida.

Ramón Emilio Feliú: Para 1959 las relaciones entre el gobierno de Estados Unidos y Trujillo no andaban bien. El Presidente Eisenhower era reacio a cooperar con Trujillo e hizo esfuerzos por reducirle la quota de azúcar. Además, había prohibido venderle armas y después del atentado en contra de Betancourt, EEUU se vio obligado a romper lazos con Trujillo. Al sentirse completamente aislado del sistema americano (OEA, intercambio comercial, relaciones diplomáticas, etc.), Trujillo trató de aparentar una apertura democrática y hasta un viraje hacia la izquierda (para atormentar a EEUU) permitiendo que grupos de izquierda se organizaran abiertamente. El primero y último en hacerlo fue el Movimiento Popular Dominicano (MPD), el cual estableció su sede en un barrio popular. Desde ahí, con altoparlantes atacaban frontalmente a la dictadura, denunciando sus crímenes y exigiendo una apertura democratica. En realidad, el MPD marxista fue el único partido que Trujillo llegó a tolerar antes de ser ajusticiado el 30 de mayo de 1961, por lo que algunos sospechan que en realidad estaba manejado por agentes de Trujillo. Otros creen que los líderes eran auténticos pero que sólo eran piezas manipuladas en el juego de ajedrez de Trujillo. Lo cierto es que con sus denuncias por altoparlante desde el balcón de su local, el MPD empezó a atraer a muchos oyentes y seguidores y sus filas empezaron a engrosar. A diario se reunian un centenar de personas en la calle a escuchar sus denuncias discretamente o pasaban lentamente sin atreverse a pararse.  Habría que ver cuántos de los que se paraban a escuchar eran realmente calieses. Esta era una las escenas del último año de la dictadura que a muchos les resultaban surrealistas y muy sospechosas ya que simultáneamente a esta sorprendente tolerancia hacia el MPD el régimen continuaba persiguiendo, torturando y desapareciendo a los militantes o sospechosos del 1J4.
Ramón E. Feliú había sido condenado a 30 años de prisión por su participación junto a otros en la colocación de bombas en el mercado Modelo y en otros sitios públicos, pero como parte de esa nueva estrategia de Trujillo de cortejar a la izquierda, Feliú fue indultado poco después. Del penal de La Victoria, el joven antitrujillista se dirigió directamente a la sede del MPD el mismo día en que lo soltaron para unirse al programa de denuncias que contra Trujillo llevaban a cabo los del MPD desde su balcón. Posiblemente lo hizo para protegerse, dandose a conocer publicamente, pensando que probablemente lo soltaron para matarlo, una practica de los esbirros bastante común. La tarde del 22 de junio de 1960, Feliú apareció en los balcones del local del MPD denunciando las torturas a las que había sido sometido en La 40. Desoyendo los consejos de que se quedara esa noche en el local como precaución, Ramón E. Feliú decidió marcharse al finalizar su discurso. A unas cuantas cuadras del local, Feliú fue detenido por agentes del SIM quienes lo llevaron de nuevo a La 40 y fue asesinado esa misma noche. 
Semanas después, ya sea porque el MPD era simplemente una trampa para atraer a los desafectos y después asestarles el golpe o porque Trujillo se preocupó por el poder de convocatoria que el MPD había demostrado (frente a su balcón había comunmente mas de 100 personas reunidas para escuchar las denuncias) y su membresia crecia rapidamente, lo cierto es que el tirano ordenó el ataque al local del MPD (usando militares, policías, paleros, delincuentes comunes). Los del MPD y sus simpatizantes opusieron fuerte resistencia y hubo decenas de heridos, pero al final, después de una batalla campal de 10 horas, el local fue violentamente cerrado. Dias después, se desató una feroz persecución en contra de los seguidores del MPD en que asesinaron a mas de 80 personas. Lo sospechoso es que los que murieron fueron los inocentes seguidores, no los principales líderes. (ver CRIMENES I: El exterminio de 89 miembros del MPD).

Dr. Rafael Estévez Cabrera (Fellito): Encabezó el “Complot de Moca”, el cual fue develado, como muchos otros, con fatales consecuencias para los conjurados. También quedaron implicados su padre Don Fello y su hermano Gustavo Adolfo, junto a otros. Todos fueron condenados a 30 años y un día de trabajos públicos y trasladados a la Penitenciaría de La Victoria, la cual en ese entonces era custodiada por militares del Ejército Nacional al mando del coronel Horacio Frías, un antiguo chofer de Trujillo que de cabo llegó hasta coronel en base a sus crímenes, a pesar de que nunca aprendió el abecedario. 

El grupo fue confinado en una celda solitaria completamente oscura ubicada en el llamado “Pasillo de la Muerte”, reservado a los desafectos al régimen trujillista, cuyas 10-12 celdas estaban repletas de enemigos de Trujillo. Cuentan que el almuerzo consistía de una supuesta sopa (agua hervida sin sal ni condimentos, con algunos trozos de cabeza de vaca, sin limpiar). 

Su hermano Gustavo Adolfo narró sus últimas horas en un artículo que escribió para el Listín Diario en que señala que el 4 de noviembre de 1959, después de 3 años de cárcel, sacaron a Rafael de su celda supuestamente para revisar su caso ante un juez. Los presos políticos ya sabían que ese era el protocolo de la muerte. Nunca más se supo de él.

Bolivar Vázquez Cabrera: Fue primo de Rafael Estévez Cabrera y participó en el mismo complot. Fue detenido en Moca junto a los demás involucrados en dicho complot y llevado a La Victoria donde también fue desaparecido. Cuentan familiares que casi todos los hombres de la familia Cabrera fueron detenidos. Cuando Bolivar era niño, su padre Augusto Vasquez, había tenido que marchar al exilio por su oposición al régimen. Su madre, Luz Cabrera, logró levantar sola a los seis hijos siendo una sencilla maestra de escuela. Años después doña Luz, colaboradora del 1J4 junto a otros miembros de la familia, sufriría acoso, presiones del régimen y ametrallamiento en su casa de parte de las tropas americanas en 1965 por pertenecer al 1J4. Milagrosamente salvaron sus vidas.

Nelson Peguero: Trabajaba en el Palacio Nacional bajo órdenes de Manuel Moya Alonso. Peguero se atrevió a llevarle a Trujillo un informe sobre uno de los agentes del jefe del SIM. Molesto por esta injerencia en sus asuntos, Johnny Abbes la fabricó un falso expediente a Peguero (según Alicinio Peña Rivera, jefe del SIM región norte, las falsas acusaciones del SIM eran algo común), acusándolo de tratar de vender un pasaporte y de incitar a una huelga de comerciantes. Un dia un agente del SIM lo invitó a montarse en uno de los cepillos negros del SIM (invitación que nadie podía rechazar, o se montaba o lo montaban). Según cuenta el oficial del SIM, Victor Alicinio Peña Rivera en su libro (Trujillo: Historia oculta de un dictador), lo llevaron a La 40 donde tuvo la suerte de que lo eliminaron inmediatamente. Si bien su cuerpo se salvó de las torturas, no así su honra, pues Johnny Abbes hizo aparecer su muerte como un “edema pulmonar” que Peguero sufrió mientras se “divertía” acompañado por varias “mujerzuelas” en el motel “El Bosque de las Flores”, camino a Mendoza. Segun el oficial del SIM Pena Rivera, las mujerzuelas eran agentes del SIM vestidos de mujer, el cuerpo fue llevado ya sin vida al motel. Los que lo conocían sabían que Johnny Abbes compartía con Trujillo ese morboso deleite de humillar y deshonrar la reputación de sus víctimas después de muertas (Ver revista Ahora, número 696, El SIM y sus secretos…, 14 de marzo, 1977).

Mayor Arredondo: Sobre esta víctima nos cuenta José Almoina: “Uno de los crímenes más abominables realizados por Trujillo, para satisfacer caprichos de Ramfis, fue el del asesinato del oficial de la Policía Nacional, Mayor Arredondo. Tenía éste una hija lindísima, como de 15 años. Un día se le antojó al hijo del Sátrapa. Comprendió el Mayor lo peligroso de aquel deseo y se mantuvo reservado ante las proposiciones que se le hacían. Mas, obligado a una decisión, rechazó en forma violenta semejante infamia. A las 24 horas aparecía muerto.”  (Almoina, Una satrapía..., pág. 31).

(Estamos tratando de determinar si se trata de Clodomiro Arredondo Sosa, mayor de la Policía Nacional en la década de 1940, época que coincide con la edad del joven Ramfis a que se refiere Almoina.)

Sr. Gómez: Aunque Carmita Landestoy, importante funcionaria del Partido Dominicano, en su libro (Yo también acuso, 1946) no nos revela el nombre completo de esta víctima, decidimos incluirla en los 110 casos debido a que ella le dedica a esta victima unos seis párrafos en dos capítulos separados. Dado que ella repite este caso dos veces y lo cuenta en detalle, es obvio que ella está segura de su veracidad o posiblemente hasta conocía a la familia. Además, no se descarta que ella no revelara el nombre completo o que usara un nombre falso para proteger a la familia. Cuando encontremos el nombre completo, lo incluiremos. Pasamos a hacer un breve resumen:

El hermano de Trujillo, Amable Romeo Trujillo (Pipí), se interesó en la finca del Sr. Gómez y le ofreció comprársela (normalmente los Trujillos pagaban un 10% del valor del verdadero terreno). El Sr. Gómez, hombre trabajador y honesto, cometió el error de negarse a venderla. Un día el Sr. Gómez no llegó a la casa para cenar. Más tarde le informaron a la esposa que le habían cortado la cabeza. Nunca más se supo de este padre de familia. Para aterrorizar a la viuda aún más, todos los días metían un papel por debajo de la puerta donde le decían a ella que si no abandonaba la propiedad le iban a hacer lo mismo que al esposo. Como resultado, “la Sra. Gómez está loca en un sanatorio y sus hijos desamparados y sin hogar”. Naturalmente, Pipí se quedó con la finca. Agrega Landestoy que “casos como el anterior son muy comunes”. Fue usando estos metodos, principalmente, que Trujillo llegó a poseer el 70% de las tierras cultivables del pais. También pueden ver más arriba un caso muy similar, el de los hermanos del Valle, y en la sección ATROPELLOS, el caso de las tierras de Juancito Rodriguez, así como en la sección VARIOS de este portal.

El doctor Arístides Cantisano Flores: Uno de los líderes de un complot universitario en contra del régimen que fue develado en 1937. Todos los involucrados fueron detenidos y la mayoría fueron llevados a la cárcel de Nigua donde padecieron torturas, como la del "tornillo", y enfermedades. Entre los estudiantes conjurados se encontraban: Santiago F. Moscoso (Pellito), estudiante de derecho, Arturo Pina, también estudiante de derecho, Mario Sánchez, estudiante de medicina, Gilberto Ruso, estudiante de ingeniería, Luis Ellis, estudiante de medicina, y Leandro Fernandez, uno de los lideres. Luis Ellis quedó loco a causa de las torturas. No se sabe si el doctor Arístides Cantisano fue asesinado en Nigua o si lo mataron antes de llegar a la cárcel. Su cuerpo fue encontrado a orillas del río Yaque por unas lavanderas junto al cadáver de uno de los estudiantes, Carlos Eduardo Ruso Victoria, quien fue acribillado a balazos. Su cuerpo fue encontrado dos días después, también a orillas del río Yaque, por el cruce de Guayacanes y Mao. Este último era primo de otro de los conjurados, Mario Gilberto Ruso. El resto de los que estaban recluidos en Nigua tuvieron la suerte de ser liberados gracias a que EEUU iba a mandar una comisión investigadora sobre el caso Colón Piris y el régimen, con el fin de evitar informaciones embarazosas sobre las condiciones de los presos políticos, soltó a los presos que tenía en Nigua, probablemente con el propósito de recogerlos de nuevo después de las investigaciones de la comisión o de eliminarlos en la calle (accidentes, desapariciones, asalto, etc.). Todos lograron salir del país para evitar ser eliminados. En esos primeros años de la dictadura, aunque no era fácil, era menos difícil lograr salir del país de alguna forma, muy a menudo cruzando la frontera con Haití y de ahí viajar a otros países o asilándose en una embajada.

Emilio Montano Deschamps Mercado: Taxista de la ciudad de Santiago de los Caballeros. A este inocente taxista lo habían visto en Santiago conversando por casualidad con Poncio Pou Saleta (joven militante antitrujillista recientemente liberado de la prisión gracias a las influencias de su familia) la noche antes de que Pou Saleta se desapareciera y se asilara en la embajada de México (debido a la vigilancia permanente en que lo mantenían los agentes de Trujillo después de que saliera de la cárcel). 

Fue asesinado porque creyeron, erróneamente, que lo había trasladado a Ciudad Trujillo. 

Al cadáver, encontrado en la carretera que conduce a San José de Las Matas, le colocaron un letrero amenazador en el pecho que expresaba, ESTO LE PASARÁ A TODOS LOS QUE LE PRESTEN SERVICIOS A LOS ENEMIGOS DEL GOBIERNO.” 

(Cita del reconocido escritor y periodista Edwin Disla en su libro Poncio Pou Saleta, en luz y en oscuridad.) Pueden leer más en relación a este caso en la sección CONTROL 
Francisco Manuel Cordero Gonzales: En su obra Mi paso por La 40, el militante catorcista, sobreviviente de las torturas en La 40, Freddy Bonnelly, menciona brevemente a esta víctima de las torturas, señalando que Francisco Manuel “perdió la cordura a causa de las torturas y lo asesinaron en La 40. Opositor al régimen desde la juventud democrática en Santiago”. Aunque la referencia es breve, decidimos incluir a esta víctima entre los 110 asesinados porque estamos completamente seguros de que Freddy Bonnelly no sería capaz de ponerse a inventar este personaje. Cuando tengamos más detalles sobre su vida y muerte, los incluiremos.

Odalis Cepeda: Puertoplateño vinculado a los Panfleteros de Santiago (no incluido en la lista de panfleteros asesinados presentada en la sección CRÍMENES). Fue detenido, torturado en La 40 y finalmente desaparecido. Odalís fue detenido junto a Leonel Jiménez Gordián, Domingo Russo y Leonardo del Valle, todos ellos torturados, ejecutados y desaparecidos. Estos otros tres casos ya los hemos mencionado más arriba o en otras secciones. Cuando tengamos más detalles personales sobre Odalis Cepeda, los incluiremos.

León Reynoso: Acusado de estar involucrado en la conjura de 1934, murió en la cárcel de Nigua tras entrar en coma por los abusos, desnutrición y enfermedades que había padecido. Juan Isidro Jiménez-Grullón lo conocía, estuvo en la cárcel con él, menciona que su cuerpo era casi un cadáver cuando murió. En la página 230 de su libro Una gestapo en América, Jiménez-Grullón expresa profundo dolor al pensar que este hombre humilde padeció los abusos y las depravaciones de la infame cárcel de Nigua y murió por una acusación muy leve, mucho más leve que la de algunos que lograron salir con vida por provenir de familias influyentes.

Rafael Noble: Lo desaparecieron cuando estaba preso en La 40. En una entrevista para el Listín Diario (ver Puerto Plata hervía por tumbar a Trujillo), el catorcista Fernando Cueto cuenta que había nueve detenidos apiñados en una pequeña celda (desnudos y torturados) y que para poder respirar se turnaban, trepándose en el inodoro y respirando por encima de una media pared que tenía la celda. Un preso, al que Cueto no conocía, al treparse pudo ver algo por encima de la pared que lo enloqueció y empezó a gritar “asesinos, bandidos, ladrones!”. Le pidieron que se callara porque con esos insultos los iban a matar a todos. Al calmarse el hombre explicó que acababa de ver cómo mataban a su hijo. Después se supo que el hombre se confundió y a quien había visto matar fue a un amigo. Comoquiera, su descontrol le costó la vida. Cuenta Fernando Cueto que unas dos horas después, entraron los esbirros, lo sacaron de la celda y más nunca lo volvieron a ver. Rafael Noble fue el padre de José Eliseo Noble Espejo quien años después seria mayor general de las FFAA, militar civilista y democrático, de rica formación intelectual y gentil trato. Ha sido un promotor de la despolitización de las FFAA.

Alejandro Rodríguez: El destino final de su amigo lo cuenta Luis García Dubus (ingeniero civil, asesor empresarial, escritor y comentarista de temas cristianos). Citamos al Ing. Garcia:

Trujillo me mandó a llamar y tuve una entrevista con él hoy,” me dijo Alejandro Rodríguez muy confidencialmente, y ciertamente nervioso por lo que luego me contó.

El jefe me propuso -continuó Alejandro-, que yo fuera espía para él, y me aseguró que sería muy bien premiado por eso...

--“¿Y qué contestaste...?”, pregunté yo, temiendo que hubiera aceptado.

Pues eso es precisamente lo que vengo a consultarte”, me respondió.

Esa noche mi amigo Alejandro se fue tranquilo a dormir, decidido a llevarse de mí, y responder el día siguiente que estaba “sumamente agradecido por esa oportunidad”, pero que realmente él no servía para eso. 

No vi más a Alejandro. Mi “sabio” consejo le costó la vida. Por no aceptar la oferta, lo mataron y tiraron su cuerpo a la incineradora. Verdaderamente aquello era una oferta impositiva: exigía un sí.

Reproducimos esta parte del artículo sin más comentarios porque estos casos de perder la vida por rehusarse a colaborar con Trujillo eran casos muy comunes.

(Ver artículo de Luis García Dubus Sí o no en detodounpoco809.blogspot.com). 

Luis Morel (Tilila): Humilde campesino de la región llamada La Guajaca, municipio de Guayubín. Se encontraba ordeñando su vaca cuando se le acercaron cuatro expedicionarios el 24 de junio, 1959, encabezdos por el cubano Froilán Flores, Luis Conrado Ruiz, uno de apellido Segura y Miguel Olivo Saviñón Guerrero. Luis Morel tuvo la gentileza de ofrecerles leche. Además, los orientó sobre el sitio en que se encontraban y cómo llegar al lugar a donde quería trasladarse. También ofreció trasladarlos a un lugar donde podrían pasar la noche seguros. Después de servirles de guía, regresó a su casa al día siguiente. Para entonces, ya la voz se había corrido sobre su ayuda a los expedicionarios y los militares y calieses en la región conocían todos los detalles. Ese mismo día se presentaron en su casa el síndico Leandro Lozada Grullón, un personaje conocido en la zona como Títí Suero y un teniente de apellido Pujols. Preguntaron por don Luis y sin indagar sobre el conocimiento o falta de conocimiento que pudiera tener este humilde campesino sobre los eventos en la zona o las motivaciones (posiblemente apoliticas) que lo llevaron a ayudar a los extraños, lo montaron en un vehículo sin decir a dónde lo llevaban. Su esposa e hijos más nunca supieron de él. Una persona que estaba recluida en la cárcel de Montecristi le contó a la familia Morel que un guardia de su confianza le había indicado el lugar preciso donde habían matado a Luis Morel por haber colaborado con los enemigos del Jefe.

Como este caso, se cuenta que hubo muchos campesinos que fueron asesinados por ayudar o por ser sospechosos de ayudar a los expedicionarios, por ejemplo, la familia Clark (ver más arriba). Cuando obtengamos más información sobre otros campesinos desaparecidos a causa de la expedición del 14 de junio, la incluiremos.

Tomás Ceballos Martínez: Después de pasar un tiempo en la prisión de Nigua, sometido a terribles abusos, trabajo forzado y enfermo, la dictadura lo libera para luego asesinarlo meses después de noche en una calle de Santiago. Esto lo hacían para que no pudieran alegar que la dictadura lo mató en prisión.

Antes de ser eliminado, Ceballos había contado sobre los abusos sufridos en prisión. Estando preso con Juan Isidro Jiménes-Grullón, Ceballos le contó a éste sus experiencias en la cárcel de Nigua. En su libro Una gestapo en América (págs. 201-202), Jiménez-Grullón relata un episodio:

Lo acusaron de intentar establecer contactos con el exterior [fuera de la prisión] y lo encerraron en una celda oscura, a pesar de que llevaba ya varios días con fiebres altas. Durante las noches, lo sacaban para interrogarlo. Como la acusación era falsa, negó. Pero Reyes no dio crédito a la negativa.

-¡Lo único que dije fue que me sentía muy enfermo, que me dolía morir sin que mi familia supiera nada, y que habría dado cualquier cosa por informarla!

Más adelante continúa Jiménez-Grullón:

La negativa provocó torturas. El pobre preso fue azotado despiadadamente. Y como pese a ello, nada decía, emplearon el tortor testicular. Cayó en un síncope. En plena inconsciencia, le llevaron de nuevo a la celda oscura. Pero a la hora resolvieron sacarlo y lo obligaron a bajarse otra vez los pantalones. Los verdugos contemplaron la tumefacción que en la zona genital había dejado el tortor”.

De nuevo le exigieron que confesara que tenía planes de establecer contacto con alguien fuera de la cárcel y por negarse de nuevo le aplicaron el tortor en los genitales lo que provocó otro síncope. Como la intención no era matarlo en la cárcel, lo llevaron a la celda-enfermería.

Él era de constitución atlética, y dulce y puro de alma. Humilde de origen y con escasos conocimientos, sus modales finísimos y la dignidad de sus actitudes traducían una cultura elevada”. (Meses después de ser liberado, lo mataron de noche.)

José Paredes: Como parte del exterminio de toda persona que expresara su oposición al nuevo tirano, resistencia o crítica, a menos de dos años de llegar Trujillo al poder y tres días después del vil asesinato de Virgilio Martínez Reyna y su esposa con ocho meses de embarazo (Altagracia Almánzar) en 1932, asesinaron en pleno día en una calle de San Francisco de Macoris al también dirigente aliancista José Paredes quien en la farsa electoral de 1930 había expresado su oposición al tirano.

Julio Rodríguez: Hermano del destacado líder de la resistencia antitrujillista en el exilio, Juancito Rodríguez (financiador, organizador y participante de dos de las expediciones antitrujillista). El anciano de 70 años don Julio fue detenido y torturado en la Fortaleza Ozama. Murió de las privaciones y tristeza por el confinamiento de sus hijos en la isla-prisión Beata, la persecución sin tregua de su familia, el confinamiento y amenazas en contra de su adolescente sobrina María Mercedes “Pucha”. Un sobrino, José Horacio (hijo de Juancito Rodriguez), murió abatido en la expedición de Constanza, además de un sobrino-nieto que fue “accidentado”, en parte, por pertenecer a la familia Rodríguez contra la cual el tirano se encaprichó. Con actos violentos, las extensas tierras y miles de reses de esta familia fueron casi todas apropiadas por los Trujillos y sus más altos esbirros.  

En un allanamiento a la casona donde vivían Pucha y sus hermanos (huérfanos de madre y con su padre en el exilio), la guardia tumbó las puertas y asesinaron a las siguientes personas en el acto o poco despues:

Polo, el ordeñador, asesinado en la finca

Emiliano, su ayudante, asesinado en la finca
 
Pedro Ledesma, empleado, fue a buscar ayuda a la iglesia y el mismo cura lo delató. Lo sacaron de la iglesia, lo mataron y lo tiraron en el patio de la casa.

Don Virgilio: Empleado por 30 años. Le dieron tanto jalones que le desprendieron el brazo y así se lo llevaron a la cárcel, desde donde nunca salió.

Además, amenazaron y apresaron al resto del personal de la finca. Más de 15 mil cabezas de ganado huyeron despavoridas. Naturalmente, ese ganado fue recogido en camiones militares y llevado a la Hacienda Fundación de Trujillo. Ya en su avanzada edad, la escena que vivió dona Pucha cuando niña todavía no la dejaba dormir. En una ocasión el tirano ordenó que quemaran su casa con ella adentro. Es resto de sus años en RD bajo la dictadura fueron para doña Pucha años de persecución, detención, aislamiento y amenazas (vivió un tiempo en casa del tio Doroteo), hasta que la dejaron salir asi como también a los sobrevivientes de la expedición de Luperón, por la solicitud hecha por don Juancito al embajador Butler quien trataba de pacificar el Caribe. 

Pero la persecución de esta familia no quedó ahí. Al igual que otras familias terratenientes (los Perozo, los Bencosme, etc.) destruidas por envidia del tirano o por la rapiña de apoderarse de sus tierras y sus reses para enriquecerse aún más y también por no sometérsele servilmente, a los hermanos de don Juancito, Doroteo y Alejo Rodríguez, los metieron presos en la cárcel de la Isla Saona donde murieron envenenados.

Do Juancito Rodriguez, deprimido por la muerte de su hijo, de sus hermanos, la pérdida de su fortuna, tierras y ganado y con la dictadura inmutable, se suicidó apenas seis meses antes del ajusticiamiento de Trujillo. Algunos sostienen que fue asesinado por un disparo a través de una ventana, pero su hija afirma que se suicidó.

Ver artículo Juancito Rodríguez recordado por su hija en la sección ATROPELLOS, un Homenaje a don Juancito Rodriguez Garcia en la sección OPINION y el caso del Ing. Fausto Enrique Rodríguez en El ritual de las muertes por “accidente” en la sección CRÍMENES II. Ademas, el artículo en el Listín Diario La debacle de su familia (las heroínas no callan) por Wendy Santana.
 
Servio Fuentes: Opositor asesinado en 1946 en una calle céntrica de la capital. Según William Krehm (Democracias y tiranías del Caribe en los 1940's, pág. 338) ya la ambulancia estaba esperando a la vuelta de la esquina para recoger el cadáver y la tumba ya estaba cavada antes del asesinato. Este asesinato lo confirma un artículo en TIME Magazine sobre Trujillo (Dominican Republic: Man of Discernment) publicado el 10 de junio, 1946. Cuando obtengamos más detalles, los incluiremos. 

Huáscar Castillo: Aunque hoy todavía milagrosamente está con vida para contarlo, decidimos incluir como única excepción este caso de Huáscar porque practicamente resucitó de entre los muertos, salvado solo por una coincidencia. Su cuerpo moribundo yacía entre otros cadáveres que habían sucumbido a la muerte debido a las descargas eléctricas, garrotazos y otras bestiales torturas en La 40. Estaban a punto de echar los cadáveres a una fosa común cuando un militar que conocía al padre de Huáscar se dio cuenta de que éste se movió levemente. Dio orden de que lo sacaran de entre los cuerpos muertos bajo la excusa de que todavía podría hablar y revelar más información. Pero el militar les avisó a los padres de Huáscar. Ellos ya lo habían dado por muerto porque les habían contado que la piel de su hijo había cogido gusanos en la cárcel tras haber sido golpeado severamente con una manguera (ésta tenia un metal dentro, cortada en algunos tramos que cuando golpeaba la carne humana la destrozaba). Protegido por este militar y con las medicinas que filtraron sus padres Huáscar sobrevivió hasta el día de ser liberado.

Carlos Guido Montás Valenzuela: Hijo de Gilberto Montás Valdés y Virginia Valenzuela, murió asesinado en Nagua, en una finca de arroz cercana a la Cumbre, por los sicarios de Trujillo. Sus restos no aparecieron jamás. Su primo Juan Tomás Montás Uribe, en un gesto sin precedente, pues era empleado de  la hacienda Fundación de Trujillo, se trasladó a esa ciudad en un vehículo de la empresa del Jefe y procuró todas sus pertenencias personales para  entregarlas a su hermano Sócrates Danilo Montás. Tuvo suerte que no sufrio repercusiones por este atrevimiento.

Lic. Balcácer - Este caso nos lo relata el articulista baniquero Hugo Ramírez en una serie de cuatro artículos titulados Hace 53 años de la muerte de Trujillo (Partes I, II, III y IV) en las que comparte los recuerdos de su juventud en los últimos años de la Era. Consideramos que el autor es objetivo puesto que también comenta sobre las cosas positivas que hizo el régimen. Nos limitamos a reproducir los párrafos del caso:


Para finales de la década del 1950, posiblemente año 1958-59 (más o menos yo tenía 10 años), como era costumbre del tirano se enviaban personas de traslado a la frontera, unos como defensores del Trujillato, como lo fue el último Juez de Paz, Sr. Tellito Peguero Guerrero, de el Llano Baní, y otros de castigos. En eso llegó a nuestro pueblo un joven profesional de Moca, que sólo recuerdo su apellido Lic. Balcácer,  ocupando el puesto de Fiscalizador de la Justicia, unos de los puestos más importante de un pueblo esa época.

Ese joven a su llegada debería dictar una conferencia en “Loor a Trujillo”, y a los pocos días (en la misma semana de su llegada) se preparó dicha conferencia, y miren lo que ocurrió: El joven quién había llegado en su propio carro, un Ford modelo año 1956, en dos colores, arriba la capota blanca, y la parte abajo azul celeste, como la conferencia era por la noche, pasó todo el día bebiendo ron.

Comienza a ceremonia, los himnos nacional y del partido, y a seguida la bienvenida por el anfitrión presidente del Partido don Porfirio Alcántara, quién terminaba todas sus intervenciones diciendo “…..correligionarios todos…”, eso era después de distinguir todos los participantes protocolarmente, y a seguida la participación del conferencista, y saben lo que hizo el joven?...... Se paró en pódium y dijo: “Trujillo, coño ese mierda, Dios…..Trujillo mierda……” Imagínense lo sucedido, todo el mundo se fue escurriendo, hasta dejar el sitio vacío, yo recuerdo esto porque estaba ahí.


Pasados un días llegó a Bánica, desde la Capital “Ciudad Trujillo” una misión de militares en busca del joven Balcácer,  en busca del joven diciéndole que tenía que presentarse a la superioridad en la Capital; y le contestó que ‘está bien, pues me voy en mi carro’, a lo que los guardias le dijeron: su carro lo conducirá un chofer militar, queda usted detenido en calidad de preso, y no dándole tiempo a nada lo esposaron (lo amarraron) y se lo llevaron, hasta el día de hoy en que hacemos mención, nunca jamás se supo de él. 

Hacemos notar que Trujillo ni siquiera se encontraba en Banica cuando el joven lo insultó.

Tomás Ceballos: Entre la secuela de decenas de crímenes en Santiago por parte del matón cubano al servicio de Trujillo, Juan García (alias “el cubano”) que se sucedieron alrededor de 1936, se encuentra el vil asesinato del joven Tomás Ceballos, antitrujillista apuñaleado en su humilde negocio de venta de refrescos, situado en la parte más céntrica de la ciudad, la calle 30 de marzo con esquina Máximo Gómez. A pesar de que Luis F. Mejía menciona su nombre en su libro De Lilís a Trujillo (ver CRÍMENES), decidimos incluirlo aquí como una prueba más de que las largas listas de todos esos nombres de víctimas que Luis Mejía menciona en su libro no son nombres sacados del aire sino dominicanos de carne y hueso. Nosotros hemos identificado otras fuentes que brindan detalles de muchas de las víctimas que Mejía sólo menciona de nombre, pero no podemos ponernos a detallar las decenas de casos en su libro por falta de espacio y para no agobiar a los lectores con detalles sobre casos mencionados antes.

Invitamos a los lectores a descargar gratis la edición de la revista ¡AHORA! que reproduce un artículo escrito en 1937 (Orgía de sangre en Santiago, por M. A. Saleta Llenas) sobre los crímenes del tirano un par de años antes y que brinda detalles sobre los casos de varias de las víctimas señaladas por Luis F. Mejía.

(Descargar gratis la revista ¡AHORA!, 15 de febrero, 1962, Biblioteca FUNGLODE. Esta edición en particular contiene unos 3-5 artículos sobre la dictadura.)

Repetimos: Aunque las listas de Luis F. Mejía son largas y parecen fruto de la imaginación de algun sensacionalista, Mejía no estaba mintiendo, es que en la Era de Trujillo, la realidad fue mucho más increíble que la ficción.

Arsenio García - Puertorriqueño, dueño de un pequeño negocio en Rio Grande, en la zona de Maimón, fue asesinado en junio de 1959, una de las muchas víctimas inocentes a raiz de la expedición de junio, 1959. Lo poco que sabemos de este caso nos lo relata brevemente el Dr. Guaroa Ubiñas Renville en su libro Maimón 1959. Cincuenta años después hablan los campesinos”, quien, después de la caida del régimen, se adentró en las regiones de los enfrentamientos entre los expedicionarios y el ejercito trujillista para entrevistar a campesinos, autoridades, testigos, etc. Su muerte tiene que ver con la de un joven expedicionario compatriota suyo, Moisés Rubén Agosto Concepción, quien después de ser apresado y esposado por el ejército, fue llevado a Río Grande donde el alcalde lo colocó frente a la tienda de Arsenio García y lo fusiló. Luego, como el cuerpo convulsionaba, alguien le enterró un cuchillo. Indignado, Arsenio García cerró su tienda por varios días en señal de luto por el fusilamiento sumario de su compatriota. Este gesto de indignación le costó la vida, pues militares se lo llevaron y nunca más se supo de él. No incluimos el caso del expedicionario Moisés Rubén Agosto entre los 10 casos porque su muerte ya está narrada brevemente en el artículo Heroes de Maimón (ver sección CRIMENES II, abajo). Por cierto, en dicho artículo los lectores podrán leer sobre varios asesinatos, abusos y desapariciones de humildes campesinos por no haber delatado la presencia de expedicionarios en su zona o por supuestamente haberles dado refugio o alimentos. Decidimos incluir el caso de Arsenio Garcia en esta sección porque en dicho artículo la periodista omitió su caso, el cual es relatado brevemente en el libro de Ubiñas Renville. Si bien no tenemos información sobre su persona ni mayores detalles sobre como lo mataron, consideramos que es un caso real debido a la fuente (el Dr. Guaroa Ubiñas) y gracias a los detalles de las circunstancias que lo llevaron a cerrar su negocio en señal de luto, así como el hecho de que este tipo de represalia extrema a cualquier expresión de disconformidad era la reacción típica del régimen.

Mártir sin nombre: Por ahora no tenemos el nombre de este valiente sindicalista argentino, pero decidimos incluirlo porque su caso proviene de una fuente incuestionable, el libro (Una gestapo en el Caribe) de Juan Isidro Jiménez-Grullón, médico, escritor, intelectual humanista, activista antitrujillista, cuya integridad nunca ha sido cuestionada.

Jiménes-Grullón conoció personalmente a este sindicalista argentino mientras estuvo preso en la Torre del Homenaje en 1934-35 y recordaba todo lo que llegó a saber de él excepto su nombre. Después de llegar a tenerse confianza, el argentino les contó a los presos a su alrededor que él y el sindicalista español que lo acompañaba habían militado juntos en el movimiento obrero de Argentina y después viajaron a Cuba. Allí conocieron a exiliados dominicanos quienes les encomendaron una importante misión de llevar a RD y traer información de suma importacia para las organizaciones clandestinas. Entraron por Haití y cruzaron la frontera. Lamentablemente fueron detectados y fueron a parar a la cárcel. Gracias a gestiones del embajador de España, al español después de varias semanas lo soltaron y salió de inmediato hacia Europa. El argentino fue transladado a la cárcel de Nigua donde días después fue fusilado. Otros presos poíticos que poco despues fueron trasladados desde Nigua a la Torre del Homenaje le contaron a Jiménes-Grullón que presenciaron el fusilamiento del argentino por una ventana. Consideramos importante transcribir del libro de Jiménes-Grullón la noble y valiente actitud de este solidario suramericano en sus últimos minutos de vida, quien tuvo la desdicha de morir lejos de su patria en uno de los lugares más inhóspitos y deshumanizantes del continente, la cárcel de Nigua:
 

Silencioso caminó, en su postrera marcha, hasta colocarse frente al piquete. Al salir de la celda, manifestó duda de que ese fuera su destino, pues los compañeros lo habían informado de los frecuentes simulacros. Pero cuando se vio amarrado al “arbol de la muerte” se convenció del crimen y gritó a los soldados:

“Vais a matar a un extranjero porque él trabajó humildemente por la felicidad de este pueblo. Sé que ustedes no son culpables… Pero quiero que digan a sus jefes que mi muerte no detendrá el proceso de la liberación dominicana. Esta llegará tarde o temprano. La historia no se detiene. Los hombres desaparecen. Las ideas sobreviven. Porque las ideas…” No pudo continuar la frase. Al grito de ¡fuego! Se produjo la descarga que segó su vida. Un soldado comentó con los presos de confianza el valor de aquel hombre y el contenido de sus palabras.  (Fin de la cita del libro Una gestapo en el Caribe, págs. 200, 202 y 203). 

Los compañeros de Jiménes-Grullón le contaron que en esa ocasión también fusilaron a un tuberculoso pero no le dieron el nombre por lo que, naturalmente, no quedará incluido en esta lista.

Miguel Álvarez Fadul: Participante de la expedicion del 14 de Junio de 1959, sobrevivió a los enfrentamientos, fue capturado, sometido a torturas, se le aplicó la silla eléctrica y finalmente fue fusilado en San Isidro junto a algunos compañeros. Fue uno de los seis presos políticos fotografiado por Fuentes Berg, foto en que el Dr. Alvarez aparece sentado en la silla eléctrica con laceraciones en el cuerpo. Aunque sabemos muy poco de la vida de este mártir de la Patria, el testimonio que nos ofrece la imagen de su cuerpo lesionado y macilento por las torturas nos dice mucho sobre sus últimos días y semanas de vida. La foto que tenemos del Dr. Alvarez fue gracias a la valiente audacia de los hermanos Fuentes Berg (ver a continuacion).

Clemente Saviñón: Esta víctima es mencionada en varios artículos de la prensa extranjera. Para compartir con los lectores un breve resumen de este asesinato por culpa de relacion familiar, causa de muerte muy comun durante la dictadura, nos remitimos a la carta que le envió Ángel Morales desde Puerto Rico al Sub-secretario de Estado Sumner Welles el 12 de agosto de 1939. La víctima a que se refiere Morales había sido asesinada en Haití en marzo de ese año:
“No sé si usted estará enterado de que Clemente Saviñón, que huyó a Haití al ocurrir el asesinato de su hermano en La Vega y cuya extradición Trujillo se empeñó en obtener, fue al fin secuestrado y misteriosamente muerto por miembros de una pandilla de asesinos al servicio de Piogán Paulino, ministro dominicano en Port-au-Prince”.

“Piogán” era el apodo de Miguel Angel Paulino Álvarez, jefe de la banda terrorista La 42, uno de los dos o tres principales sicarios de Trujillo en los años treintas.

Ref: Bernardo Vega: Correspondencia entre Ángel Morales y Sumner Welles, pág. 510. Pueden descargar gratis esta excelente colección de cartas del AGN.

Silvio Moliné Castillo: Joven dedicado a la lectura, la poesía, la historia. Neruda fue su poeta favorito y era además admirador de Bolivar y Sucre. Militó en las células antitrujillistas que luego se convertirían en el Movimiento 14 de Junio. Fue detenido, llevado a La 40 donde pasó 7 meses y 7 días en una solitaria (en la celda C-7 del pabellón #9). Los presos en las solitarias se comunicaban a través de las rendijas en las puertas de madera y por medio de silbidos. Cada uno tenía su propia canción que lo identificaba, algún bolero que siempre silbaba, lo que les hacía saber quiénes todavía estaban vivos. Entre los presos que intercambiaban mensajes con Silvio se encontraban Nelson Escoto Gómez (ejecutado), Hugo Infante Rivas y Leandro Guzmán, sobreviviente que dio testimonio del destino final de Silvio Moliné. La canción con que se identificaba Silvio era “Espinita”.

Las ejecuciones con la silla eléctrica de metal gris (no la de madera, sino la mortal) eran de noche. Ya los presos conocían la rutina: Cuando de repente alrededor de la 7 p.m. apagaban las luces y encendían los motores de los carros para amortiguar los gritos de los electrocutados, sabían que varios compañeros partirían para siempre. La noche del 4 de marzo, 1961 les tocó a Tolentino, el sastre patriota, y a los panaderos Frías y Polanco. Poco después de la ejecución, se apagaban los motores y la camioneta gris partía con los cadáveres a un destino desconocido. Silvio, el poeta, compuso un poema en honor a los tres compañeros, el cual circuló de boca en boca entre los presos. Dos días después le tocó el turno al propio Silvio. Lo sacaron de su celda por la mañana. Silvio lucía paliducho, hambriento, demacrado y barbudo. En ánimo de morbo y burla sádica, le sirvieron un espléndido desayuno, lo afeitaron y lo mandaron a bañar para que luciera mejor porque “pronto saldría de la cárcel”. Pero Silvio ya sabía que lo hacían para devolverle la esperanza con el fin de que el golpe de la fatal condena que pendía sobre su vida fuera aún más decepcionante a la hora cero. Lo devolvieron a su celda con buen trato pero esa noche del 6 de marzo apagaron las luces a la hora funesta, encendieron los motores y sacaron a Silvió Moliné de su celda. En su marcha hacia la muerte, el joven enamorado de la lectura y la poesía iba silbando por última vez el bolero que lo identificaba.

El preso en la No. 12: En un artículo (El ahorcado de la solitaria No. 12) escrito en 1964 por uno de los sobrevivientes de las mazmorras de Trujillo, Luis Langa Mota, se rescata el caso de un preso político de apellido Arredondo. Fue poco lo que les reveló a otros reos este callado preso a través de las rendijas desde su celda solitaria. Al principio no hablaba pero sí podían oír sus quejidos. Sin embargo, como si hubiera tenido un presentimiento, pocos días antes de ser ahorcado reveló que su apellido era Arredondo, original de San José de las Matas, que era vendedor, que solía viajar del interior a la capital en negocios y que estaba hecho un esqueleto. También contó que había estado seis meses en solitaria. Luis Langa lo describe como de tipo indio, alto, de fuerte complexión. A pesar de los abusos, el agua de harina sin ningún condimento que les daban tres veces al día (la cual le producía diarreas de sangre a Luis Langa) y las condiciones infrahumanas de la mazmorra, Luis escribe que lo oía rezar. En su estado débil por la falta de alimentación, cuando más necesitaba el cuerpo el sueño, de noche una ola de mosquitos invadía las celdas y pasaban la noche atacando los sudorosos y malolientes cuerpos de los reos, lo que no los dejaba dormir. Era durante el día cuando apenas podían medio dormir por ratos. Un domingo, entraron varios hombres a la celda de Arredondo. Luis pudo oír los golpes, el largo forcejeo, la lucha por resistir de parte de Arredondo y finalmente el silencio. Obviamente lo habían ahorcado puesto que no hubo disparo y si esos hombres lo hubieran ejecutado con arma cortante, Arredondo no hubiera tenido tiempo de oponer tanta resistencia por tan largo tiempo. En una frase, Luis Langa se refiere a él como Marmolejos, podría ser su nombre de pila. Hasta hoy, es lo único que se sabe del misterioso ahorcado de la celda No. 12. (Ver revista ¡Ahora!, No. 12, 1964, pag. 47, Biblioteca FUNGLODE.)

Ney Pimentel: Asesinado porque no quiso venderle sus tierras de Cotuí a Trujillo al precio de vaca muerta (casi siempre el10% del valor real) que, como siempre, Trujillo “proponía”. Aunque no dan muchos detalles, este caso es mencionado por numerosos historiadores y cronistas de la Era, tales como Alonzo Rodríguez Demorizi (Drama de Trujillo), Gilberto Hernandez Ortega, José Luis Saez. Mencionan, además, a Miguel A. Gaciel como desaparecido por la dictadura. Cuando obtengamos más detalles sobre esta víctima, la incluiremos. Una nota en otro articulo menciona brevemente a Manuel de Jesus Pimentel (Ney) nacido en febrero, 1892 y asesinado por la dictadura el 20 de diciembre de 1958.

Dr. Joaquín Santaella: Si bien no tenemos mayores detalles sobre este caso, lo hemos incluido porque es mencionado por dos fuentes a prueba de toda duda: El historiador Santiago Estrella Veloz en su artículo Johnny Abbes García, un torturador implacable y Alfonso Rodríguez Demorizi en Drama de Trujillo, cronología comentada. De acuerdo el breve relato en Drama de Trujillo, al Dr. Santaella, funcionario del régimen, lo golpearon y “lo llevaron al hospital, como si hubiera sufrido un accidente un 31 de diciembre”. Este crímen ocurrió en 1960. El diario Drama de Trujillo fue escrito clandestinamente en 1960-1961, bajo la dictadura, lo que explica la falta de detalles sobre este caso dado que el autor reduce todos sus comentarios a breves registros de lo que estaba ocurriendo en el país. Rodríguez Demorizi conocía personalmente a esta familia ya que había estudiado música bajo la tutela del padre de Joaquín Santaella. Cuando averigüemos los detalles del “accidente” pasaremos este caso a la sección CRÍMENES II: El ritual de las muertes por accidente.

Fausto Jiménez Guzmán: Se trata de uno de los asesinatos cometidos en las postrimerías del régimen. El 19 de agosto de 1961, Fausto Jiménez, de 19 años, regresaba a su casa después de una manifestación antitrujillista en Santiago que exigía la salida del país de los Trujillos y la renuncia de Balaguer. La camioneta en que regresaba fue interceptada y atacada a pedradas por paleros rurales (miembros de la ACI) protegidos por la Policía Rural del régimen. Fausto recibió una rotura del cráneo que resultó mortal.


Erasmo Bermúdez Espaillat: Tenía 31 años de edad y era de una prominente familia de Santiago. Fue muerto cuando se encontraba en el velatorio de Fausto Jiménez Guzmán. Militares dispararon a la multitud que había acudido a acompañar los restos de Fausto. Erasmo falleció pocos minutos después de que arribara al hospital José María Cabral. Dejó a una esposa, Shita Nicolás de Bermudez, y una hija, Nidia María.


Víctima sin nombre: : Asesinado por contar. Fue uno de los dos empleados del IDSS que presenciaron el cobarde asesinato de las hermanas Mirabal y su amigo Rufino de la Cruz. Debido a un malentendido, los agentes del SIM creyeron que ellos trabajaban para el conocido esbirro Cholo Villeta y que eran parte del operativo por lo que los dejaron ahí estacionados en su camión. Esto les permitió ser testigos de excepción de la horrible masacre. 

El historiador Dr. Euclides Gutierrez, en un panel (ver link más abajo) de historiadores sobre el libro de Angelita Trujillo, mi padre en mis memorias menciona esta víctima de la dictadura por haber contado sobre la vil masacre que presenció. A continuación transcribimos las palabras del Dr. Euclides Gutierrez cuando se refiere al testimonio en el juicio que se entabló después de la caida de la dictadura: 

En el Palacio de Justicia que está aquí frente al Centro de los Héroes por espacio casi de un mes se pasó el proceso a los asesinos de las hermanas Mirabal. Ahí declararon todos: Ciriaco de la Rosa, Mayeta, Alicinio Peña Rivera. Ahí declaró, señores, ahí declaró un testigo presencial de ese hecho, que se llamaba José Pérez Hernández, que era el encargado del camión del Instituto Dominciano de Seguros Sociales, que estuvo una hora parado frente al lugar a donde los agentes del SIM detuvieron el vehículo de las hermanas Mirabal y las vieron luchando con ellos, y vieron a Minerva galleteando a Ciriaco de la Rosa. Este señor José Pérez Hernández y el chofer que estaba a su lado declararon en ese juicio y dieron todos esos detalles, y después ya de muerta Minerva, que fue la primera que fue muerta, esa hora que permaneció ese camión parado ahí con el jeep al frente, lo que estaba era, a través de la radio que manejaba Alicinio Pérez Rivera, esperando la orden de ejecución de las jóvenes que venían de Puerto Plata y de Rufino de la Cruz, el amigo que las acompañaba.

José Pérez Hernandez era tío de los compañeros míos de partido: Pared Pérez, Reynaldo Pared Pérez, Carlitos Pared Pérez, Sifrido Pared Pérez, hermano de su madre. Él, cuando el camión se paró, que vino uno de los agentes del SIM y le dijo: Bájese de ahí! porque María Teresa se fue corriendo y se agarró del camión y asi lo redactaron en aquel testimonio, que lo recuerdo con absoluta  identidad porque José Valera que era el representante del Ministerio Público, de jurisdicción original, estaba tan emocionado cuando oía la forma en que ellla se agarró de la cabina del camión y uno de los agentes del SIM le dijo a él, baje de ahí, despeguese, váyase de aquí, ¿quien es usted? y el le dijo “Yo trabajo con Villeta”, y el agente del SIM creyó que le decía que trabajaba con Cholo Villeta. Trabajaba con un hermano de Cholo Villeta, que era el encargado del almacen de medicina del Instituto de Dominicano de Seguro Social. Y los dejaron ahi parados, y ellos declararon.

Después que llegaron a Santo Domingo los mandaron a buscar del SIM y les advirtieron que no podían hablar ni media palabra de lo que habían visto. Bueno, el chofer del camión parece que tomaba, bailaba y en un lugar de esos de la parte alta dijo lo que habia visto, y al otro día desapareció. Pero este señor [refiriéndose a José Pérez Hernández], él murio hace apenas un año.

Agrega el Dr. Gutierrez un comentario sobre quien él considera que fue el verdadero responsable de esa vil masacre de las hermanas Mirabal que no podemos omitir: 

Hay que tener un criterio infantil para decir que Pupo Román, que Luis Amiama fueron a decirle a Trujillo que había que matar las hermanas Mirabal y que Luis estaba cumpliendo una orden de la CIA. Era una forma de echarle a Trujillo una responsabilidad histórica que no iba a poder borrarse jamás, como no ha podido borrarse jamás. No había en este país, señores, nadie que se atreviera a decirle a Trujillo que había que matar a alguien. Esa era una potestad que él tenía. Trujillo era una asesino selectivo, que fraguaba la muerte de sus enemigos por mucho tiempo, por mucho tiempo. Y estos episodios que debieron ni siquiera ser mencionados por esta señora [Angelita], ocupan páginas enteras. Aparte del aspecto de su vida de princesa, realmente princesa de verdad, hija de un monarca sin corona. 

Ver en YouTube: Sobre el libro "Trujillo, mi padre en mis memorias"

Panel de historiadores organizado por el AGN (Mario Bonnetti, Roberto Cassá, Bernardo Vega, Euclides Gutierrez).

Nota: Estamos seguros de que en las actas del juicio sobre las hermanas Mirabal consta el nombre de este chofer, testigo ausente en el juicio porque ya lo habian silenciado.


Arquímedes: De él nos habla el reconocido cantante y escritor Fernando Casado. Dice que cuando niño tenía un amiguito que se llamaba Arqumedito, quien vivía al doblar en el barrio de Villa Consuelo. Su padre, don Arquímedes, era periodista de La Nación. Recuerda que era alto, siempre vestía elegante con un traje de casimir, un chaleco, corbatín, sombrero y un bastón. De repente Fernando Collado nota que hacía tiempo que no veía a don Arquímedes y preguntó que qué pasó con don Arquímedes que hace mucho que no le veía y le contestaron con voz "soterrada, temerosa" se desapareció. A pesar de que era un niño, dice Casado que “nadie tuvo que explicarme, sabía lo que significaba se desapareció”.  Lamentablemente, Fernando Casado no nos da el apellido de esta víctima. 

También recuerda Casado que de repente un dia vio a mucha gente corriendo gritando “mataron a Fandui, mataron a Fandui”. Ferndando Casado decide ir también a ver, fue hasta la esquina del hospedaje y vio el cuerpo de Fandui boca arriba, con mucha sangre, al que, además, le habían puesto materia fecal en la boca.

A pesar de que Fernando Casado no nos da los apellidos de estas dos víctimas, decidimos incluirlos en la lista de los 110 asesinados porque consideramos que el testimonio de este destacado músico y escritor es sincero y fidedigno. Si obtenemos los apellidos, los incluiremos. Pueden ver este testimonio en YouTube: La ferocidad criminal de la tiranía, https://www.youtube.com/watch?v=rurBweQlRZc. Casado también menciona a Arquímedes en un artículo titulado El precio de la sangre…, Hoy.com.

Antonio Ventura Mirabal (Toñito): Asesinado por un balazo el 4 de octubre, 1946 en Samaná por orden de Trujillo. Era abuelo del hoy reconocido periodista William de Jesus Salvador quien en varios articulos recuerda a su abuelo. Cuando tengamos más detalles, los incluiremos.

Ángel María Dickson y Héctor Porfirio Quezada: Reconocidos activistas sindicales asesinados en La Romana el 2 de marzo de 1946 tras una huelga encabezada por Mauricio Baez, quien salvó su vida asilándose en la embajada de México. Este después sería asesinado por sicarios de Trujillo en Cuba (Ver mas arriba Asesinatos en el exterior.). El caso de estos dos sindicalistas, el primero conocido como Blanquito y el segundo como Negrito, fue muy conocido y comentado en voz baja desde los mismos dias en que los eliminaron por tratarse de dos lideres laborales. Si bien casi nuncan dan muchos detalles sobre sus vidas y la forma en que fueron eliminados, son mencionados desde la misma década de los años cuarentas en varios libros, articulos y publicaciones sobre el sindicalismo dominicano y esa famosa huelga liderada por Mauricio Baez que retó el poder hegemónico del dictador. 

También estamos tratando de obtener detalles sobre muchos otros asesinatos cometidos por el violento esbirro, agente colaborador y amigo íntimo de Trujillo, Felix Benardino, Entre sus numerosos crimenes, Bernardino fue sometido a juicio en octubre de1962 por cuatro asesinatos y diferentes abusos a empleados con daño fisico permanente. Este juicio duró varios años durante el cual Benardino guardaba prisión en La Victoria viviendo en condiciones privilegiadas. Por razones oscuras hasta hoy no esclarecidas, en el Gobierno Provisional del doctor Héctor García Godoy (después de la intervención de 1965 y con el país controlado por las “fuerzas interamericanas de paz”) dicho juicio fue suspendido y Bernardino fue liberado, quien inmediatamente salió del país. Murió tranquilamente en su lecho en EUA en septiembre de 1998. Los cuatro asesinados son:
Hector Barón García
Demetrio Castro
Hector Díaz y su hermano,
Pedro Díaz

Además de los crímenes mucho más conocidos en los que Felix Benardino estuvo involucrado que hemos discutido en otras secciones, a Bernardino le han imputado otros asesinatos durante la dictadura de personas humildes, entre estas, "inconvenientes" y peones inconformes con la falta de pago o por el trato, los cuales desaparecieron para siempre en su extensa finca. Los historiadores señalan, además, que nunca ha quedado claro el origen de la propiedad de esta enorme finca.

Gustavo Emilio Dimaggio Salcié: Joven de 19 años que cae abatido por las balas de los militares en una manifestación en octubre de 1962 Tras la salida de los Trujillos, los manifestantes presionaban para que el presidente títere de Trujillo, Balaguer, abandonara el poder y se abriera un proceso democrático ya que toda la estructura militar permanecia intacta. Una escuela de su natal San Juan llevó su nombre por varios años. Gustavo formaba parte de una familia sanjuanera muy apreciada por esa comunidad y era pariente cercano del legendario Joe Dimaggio, una de las grandes estrellas del beisból norteamericano de todos los tiempos.

El Inglés: Este caso lo menciona César Saillant, secretario de Ramfis Trujillo. Se trata de un ordenanza de las oficinas de la base aérea de San Isidro a quien menciona solo por su apodo “El Inglés”. Nos cuenta que con su letra de primer grado de escuela rural, ya que era un humilde ordenanza de escaso nivel educativo, este ordenanza se atrevió a escribir ociosamente en una de las paredes del sanitario de la jefatura: “el general Trujillo hijo es un hijo de la gran puta”. Estamos seguros de que esto se debe tanto a la forma como Ramfis y sus allegados trataban a los subalternos como por lo extremadamente tacaño que era con todos en la base (incluyendo a la cocinera y a los más humildes), excepto sus guardaespaldas, sus testaferros y los peores esbirros (les recomendamos que lean las revelaciones de Saillant para que palpen el nivel de la tacañería). Cuando detuvieron al ordenanza después de las investigaciones, el coronel César Báez y otros lo sometieron a horribles torturas, Luego, Sánchez Rubirosa lo asesinó brutalmente.

Rafael Campusano: Joven actor/bailarín del grupo de Bellas Artes, quien fue desaparecido por la dictadura poco después de participar en una manifestación del MPD (el único piquete de protesta en los 31 años de dictadura, según Tony Raful) que protestaba por la desaparición de Ramón Emilio Feliú. Es poco lo que sabemos de esta víctima, pero la incluimos porque la referencia proviene de dos escritores/periodistas sumamente fiables: Tony Raful y Carmen Heredia de Guerrero. Estamos buscando más información. 

Chichi Valera: En el portal undiadejulio.blogspot.com (Mis Familiares) dedicado a la dictadura de Trujillo, hay un relato sobre Chichi Valera quien distribuía folletos antitrujillistas, no sabemos en que año. Después de regresar del exilio (aparentemente bajo una amnistía que Trujillo decretó), se fue a vivir a Bonao en la casa de su padre. Un día llegaron dos guardias en carro para llevárselo a la capital. Cuando Chichi les pidió que le dieran unos minutos para ponerse los zapatos ya que andaba en chancletas, un guardia le dijo: “No, si a donde usted va no va a necesitar zapatos.” Se lo llevaron y más nunca supieron de él. A la familia le contaron que lo habían matado por el malecón de Ciudad Trujillo. Este relato lo cuenta en dicho portal la sobrina de Chichi Valera, L. Deveaux. En su libro De Lilís a Trujillo (pág. 466), Luis F. Mejía menciona a Chichi Valera como uno de los presos políticos que habían sido indultados por Trujillo, pero que poco después fueron detenidos y desaparecidos para siempre. No sabemos si se trata de la misma persona, por lo que decidimos contarlo entre los 109 casos.

Joven violinista: En el mismo portal (undiadejulio.blogspot.com) se registra otro caso. Citamos a la autora, también victima de la dictadura (ver  también articulo: Alberto Conrado Abreu Morel):

"Cuando se me ocurrió recopilar los relatos de familia para compartirlos en la red, yo le pregunté a mi madre [Luz M. Pina de Abreu] si ella conocía a alguien, aparte de nosotros, que fuera víctima de la dictadura (asesinato, tortura, apropiación). A pesar de que cuando le pregunté su memoria ya le estaba fallando un poco por su avanzada edad, después de pensarlo un corto rato, se acordó de un caso que ella conocía personalmente:

Ella recuerda el caso de una señora evangélica (creo que me dijo que esa familia era especificamente libre-metodista) cuyo hijo era violinista. A él se lo habían llevado detenido y más nunca supieron de él. Esa familia era originalmente de un campo de Salcedo (cree que de Palmar), después se mudaron a Santiago. Ella recuerda que la hermana del joven desaparecido se llamaba Celeste Mendoza cuyo esposo, Benjamín Mendoza, enseñaba en el Instituto Evangélico de Santiago. Mi madre dice que la madre pasó mucho tiempo yendo de cárcel en cárcel preguntando por su hijo. En cada cárcel le decían que él no estaba ahí sino en tal otra cárcel. Cuando iba a esa otra cárcel, le decían que ahí no, sino en otra cárcel y así la mantuvieron dando viajes, pero nunca supo sobre el destino de su hijo. Cuando le pregunté por qué se llevaron al hijo, mi madre me dijo que no sabía o que tal vez lo sabía pero ya se le había olvidado. Hoy, mi madre tampoco recuerda el nombre del hijo desaparecido. Es lo único que ella recuerda de ellos."


Manuel Hierrezuelo: Traducción del artículo (Free then banned again) en el portal de los Testigos de Jeovah: “Llega la libertad de manera inesperada Lennart y Virginia Johnson y Roy y Juanita Brandt siguieron cumpliendo con su labor de misioneros durante los difíciles años en los que la obra de los Testigos estaba prohibida, Lennart relató: A Roy Brandt y a mí nos convocaron a un interrogatorio. Antes de eso, los agentes del gobierno de Trujillo le habían pedido al hermano Manuel Hierrezuelo que se entrevistara con ellos. Pero, lamentablemente, el hermano Hierrezuelo murió a manos de las autoridades durante aquel interrogatorio. Aun así, mantuvo su lealtad hasta el final. Ahora bien, cómo les fue a Lennart y Roy? Lennart prosiguió: Nos interrogaron por separado y, por supuesto, estaban grabando nuestras respuestas.

En la pág. 107 de dicho documento también relatan las golpizas a que los miembros de esta secta fueron sometidos cuando en prisión en otra ocasión en que el coronel Saladín y soldados los pateaban y les pegaban con palos, incluyendo a las mujeres prisioneras.
 
Nota: Aunque hasta ahora no tenemos mayores detalles sobre esta víctima, aceptamos este relato por provenir de las memorias de un misionero norteamericano en DR. La represión de la dictadura en contra de los Testigos de Jeovah era ampliamente conocida durante la Era, instigada por la Iglesia Católica. 
                                               
Jairo Calderon Forero – Militar colombiano que fue reclutado por el régimen de Trujillo en Guatemala desde donde se trasladó con otro ex militar colombiano hacia Ciudad Trujillo.

Nunca se ha sabido cuales fueron las causas exactas de su rompimiento con el régimen trujillista. En las cartas que enviaba desde RD a sus parientes en Colombia expresaba en forma velada que no estaba conforme con su situación en RD o con su trabajo. La carta proyectaba que se sentía atrapado, sin salida. El régimen anunció su asesinato en la catedral etiquetándolo de terrorista supuestamente responsable por la colocación de unas bombas en la capital, difamación acostumbrada de la dictadura para desprestigiar a sus víctimas. No tiene ningún sentido en absoluto que un militar ligado a Rojas Pinilla, contratado por el gobierno dominicano, se convierta de la noche a la mañana en un terrorista que colocaba bombas contra el gobierno. Es muy posible que Jairo Calderón presentara su renuncia y solicitara permiso para salir del país.

A pesar de que su relación inicial con el régimen fue de colaborador, decidimos incluirlo entre las víctimas de la dictadura dándole el beneficio de la duda de que talvez, cuando se incorporó, ignoraba el grado de barbarismo y vileza al que llegaba esa satrapía. Bajo presión del gobierno colombiano, sus restos fueron enviados a Colombia. Las heridas en su cuerpo desmentían la versión oficial de que “el terrorista” fue muerto cuando huía de las autoridades.



Otros artículos en El Tiempo y otros periódicos se refieren al asesinato en octubre de 1959 del hijo del ex capitán colombiano Armando Becerra García. Este último, Armando Becerra, era amigo de Jairo Calderón y fue contratado en Guatemala junto a éste por el régimen de Trujillo. Cuando le mataron a su hijo en Nueva York, el ex capitán Becerra vivía en RD y trabajaba para el trujillato. Su hijo Benjamín Becerra (20 años) salió de Ciudad Trujillo hacia NY para trabajar. Días después, fue rapidamente atacado con arma blanca al estilo de sicario profesional cuando caminaba de día con un amigo colombiano. No trataron de robarle nada ni fue la herida producto de un altercado. El atacante cumplió su misión rapidamente y huyó del lugar de inmediato al estilo de los sicarios. En una carta a sus parientes en Colombia desde Ciudad Trujillo, Jairo Calderón deja entrever que el régimen tuvo que ver con el asesinato del hijo de su amigo. No olviden que en las décadas de los cincuentas y sesentas era mínima la violencia mortal en las calles en comparación con hoy en día. Tan es así que este sencillo asesinato callejero en NY fue reportado en varios periódicos de Latinoamérica como un acontecimiento destacable. En una larga carta abierta publicada en La Nación, el presidente de Costa Rica, José Figueres, se refirió al caso de Benjamín Becerra y lo incluyó entre varios extranjeros asesinados por el trujillato. Algo debía de saber Figueres que nosotros desconocemos.

Naturalmente, no lo incluimos en los 110 casos por falta de información concreta y convincente de que lo mataron por orden de la dictadura. Lo mencionamos para que los lectores lo consideren. 



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Ulises Sánchez: Aunque consideramos que el autor del libro La aventura de vivir, el Dr. Eliseo Rondón Sánchez, es un profesional e intelectual completamente fidedigno, no incluiremos esta víctima entre las 110 víctimas selectivas sencillamente porque no tenemos ningún detalle sobre como fue asesinado y por existir la remota posibilidad de que fuera asesinado por motivos personales y no políticos, preferimos por ahora sólo incluirlo entre las 22 Otras víctimas asesinadas. A continuación, un extracto del artículo que reseña el libro del Dr. Rondón:

Tuvo que ingresar a la milicia para poder continuar los estudios que fueron interrumpidos dos años porque la familia cayó presa por ser pariente de Ulises Sánchez, que se “enemistó con Olivo García y con Trujillo y se unió al exilio de La Habana”. Regresó y fue presentado como colaborador del régimen “pero el Viernes Santo lo mataron a puñaladas en la iglesia San Juan Bosco”.


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Al leer dos o tres páginas del libro de Roberto Cassá Los orígenes del Movimiento 14 de Junio encontramos de inmediato otra víctima: Salvador Beato, detenido y desaparecido en 1960 durante la ola de detenciones en enero de ese año.

Cassá do nos brinda mayores detalles por lo que en los próximos días trataremos de encontrar detalles sobre la vida y muerte de esta víctima. Realizamos una búsqueda electrónica y este nombre no aparece en ninguna de las listas de este portal por lo que no está repetido.
 
OTRAS VÍCTIMAS ASESINADAS: 29 casos más

Además de los 110 casos anteriores, a continuación mencionamos brevemente otras 29 víctimas asesinadas por la dictadura. A pesar de que todas provienen de fuentes que consideramos lo suficientemente fidedignas (historiadores, periodistas, familias conocidas o personas fidedignas), no las hemos incluido todavía entre los 110 casos por las siguientes razones:

1) Pocos detalles: Hasta ahora tenemos pocos detalles sobre la vida de estas victimas y el asesinato en si. Esta falta de detalles se debe a que las personas que los mencionan no lo hacen con el propósito expreso de reportar el caso para los archivos de los historiadores sino que los mencionan casualmente al recordar algunos episodios de la Era de Trujillo.

2) Poco conocidos: A diferencia de los 110 casos en que casi todos fueron casos conocidos desde los mismos dias o meses en que se cometió el crimen o que han sido discutidos reiteradas veces por los historiadores y periodistas, estos crimenes son poco conocidos. Estamos tratando de conseguir, por lo menos, una segunda fuente que respalde estos casos o, por lo menos, que nos dé más detalles. A esta parte de la lista, proximamente le estaremos añadiendo otras víctimas que ya hemos identificado. 

Ulises Sánchez: Aunque consideramos que el autor del libro La aventura de vivir, el Dr. Eliseo Rondón Sánchez, es un profesional e intelectual completamente fidedigno, no incluiremos esta víctima entre las 110 víctimas selectivas sencillamente porque no tenemos ningún detalle sobre como fue asesinado y por existir la remota posibilidad de que fuera asesinado por motivos personales y no políticos, preferimos por ahora sólo incluirlo entre las 24 otras víctimas asesinadas. A continuación, un extracto del artículo que reseña el libro del Dr. Rondón:

Tuvo que ingresar a la milicia para poder continuar los estudios que fueron interrumpidos dos años porque la familia cayó presa por ser pariente de Ulises Sánchez, que se “enemistó con Olivo García y con Trujillo y se unió al exilio de La Habana”. Regresó y fue presentado como colaborador del régimen “pero el Viernes Santo lo mataron a puñaladas en la iglesia San Juan Bosco”.

Salvador Beato: Al leer dos o tres páginas del libro de Roberto Cassá Los orígenes del Movimiento 14 de Junio encontramos de inmediato otra víctima: Salvador Beato, detenido y desaparecido en 1960 durante la ola de detenciones en enero de ese año.

Cassá do nos brinda mayores detalles por lo que en los próximos días trataremos de encontrar detalles sobre la vida y muerte de esta víctima. Realizamos una búsqueda electrónica y este nombre no aparece en ninguna de las listas de este portal por lo que no está repetido.

Germán Martínez Reyna Hermano de Virgilio Martínez Reyna (también asesinado en su casa junto a su esposa, ver CRÍMENES). Germán fue torturado luego asesinado en prisión. 

Romeo Hernández: También parte de la misma familia, casado con Eneida Mainardi Reyna, asesinado en Santiago por los esbirros de la dictadura.

Rodolfo Peña: Pasó meses encerrado en la prisión de Nigua, sufrío torturas, entre éstas, la aplicación del tortor testicular, terminó mortalmente enfermo. Su único delito fue haber expresado su deseo de que cayera Trujillo (Almoina, Una satrapía en el Caribe, pág. 114).

Dr. Miniño: En su libro (Una satrapía en el Caribe, Pág. 125) José Almoina menciona a este doctor en odontología de un pueblo del interior del pais quien evitó firmar una adhesión u homenaje de los odontólogos a Trujillo y quien al día siguiente apareció asesinado. Por ahora, no tenemos más detalles. Suponemos que José Almoina tuvo que depender mucho de su memoria para sacar del pais toda la información incluida en su libro ya que anotar nombres y referencias en semejante régimen era demasiado arriesgado. Esto talvez explica por qué sólo nos pudo dar el apellido de este doctor. Cuando obtengamos el nombre completo o correcto y más detalles sobre este crimen, lo incluiremos en la lista de los 110 asesinatos.  

El señor Minino: Willaim Krehm menciona este caso en la pág. 154 de su libro (Democracias y tiranías del Caribe). Citamos a Krehm: “Su biógrafo Nanita nos cuenta que  [Trujillo] sabía congraciarse con las damas y cuando esto no daba resultado tenía otros recursos. Hace cuatro años un hombre llamado Minino tuvo una muerte violenta por negarse a entregar a su sobrina para los placeres del generalísimo”. William Krehm añade: “Cuando una muchacha de buena familia le gustaba, empezaba por pedirle que buscara un esposo y se celebraba un matrimonio obligatorio a manera de preámbulo”. Tenemos fuertes dudas de que sea la misma persona que José Almoina menciona como el Dr. Miniño porque las causas del crímen son muy diferentes, Krehm no menciona que es doctor y el apellido no es exactamente igual (sin ñ, el libro está en español). Pero, como no estamos seguros, tampoco lo hemos incluido en los 110 casos breves hasta tener más detalles. 

Jacinto Lora Lara: En su artículo Trujillo y las maeñas, el Dr. Héctor Brea Tio, prolífico escritor, investigador e historiador (con vocación por las precisiones históricas y el apego a las pruebas) menciona de paso que el mocano Jacinto Lora Lara fue asesinado por sicarios bajo órdenes de Trujillo. Debido a que es otro el tema a que se dedica el artículo, Brea Tio no ahonda más en este caso y como hasta ahora no sabemos más de esta victima ni hemos podido determinar el móvil del asesinato ni las circunstancias del mismo, no hemos incluido este caso en la lista de 110 asesinatos, a pesar de que por la credibilidad de la fuente, no dudamos que este caso sea un asesinato más de la dictadura. 

Pedro Felipe: Murió en estado de demencia a causa de los choques eléctricos recibidos. Fue de los maeños que cayeron presos por participar en manifestaciones pocas semanas después del ajusticiamiento del dictador. Su caso se menciona de pasada en el artículo Una etapa superada ue no se debe repetir por Manito Santana (maoenelcorazón.blogspot.com).

Víctima sin nombre: Este crímen ocurrió cuando el profesor de cultura física de la escuela primaria de Mao, Manuel Rodríguez, tuvo la osadía de embarrar con heces la estatua del jefe dentro de la escuela, como las autoridades no sabian quien cometió semejante profanación de la imagen del Generalisimo, le cobraron la profanación del Jefe a un inocente aprendiz de mecánica quien fue colgado en la mata de granada del patio de la escuela cuando fue detenido al cruzar por el frente de la escuela al anocher (Manito Santana, Una etapa superada…op. cit.).

Alíx Amarante: (Este caso todavia no se ha incluido entre los 110 casos debido a que estamos buscando más detalles y una segunda fuente.)

Su hijo, Franco De los Santos, relata que su padre se acogió a la invitación que les hizo Trujillo a todos los exiliados en el exterior para que regresaran como parte de la supuesta apertura democrática pero, como muchos otros que cayeron en la trampa, fue eliminado por agentes del SIM. La familia vivía en la calle Caracas a dos cuadras de la Sedería California. Una tarde, llegaron agentes en un Volkswagen, se lo llevaron y más nunca supieron de él. Por temor, su madre se llevó a Franco a Boca Chica para esconderse. Para proteger al hijo, ella le cambió el apellido paterno por el apellido materno, De los Santos. Ella murió a los dos años de tuberculosis cuando Franco tenía sólo 7 años. Su abuela materna crió a Franco. El hoy ingeniero Franco De los Santos escribe: “Ruego a cualquier persona que tenga comunicacion con esa familia Amarante, que les haga saber de mi interés de hablar de mi Padre con algunos de ellos. Tengo fotos de el y que recuerden que el era fotógrafo profesional y oriundo de Salcedo y cercano a la vecindad de las hermanas Mirabal. Con afectos sinceros: Franco Delossantos.


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Miguel Baez Eusebio: Hermano del líder sindical desaparecido, Mauricio Baez. Miguel fue asesinado en un batey. Dos hijos de Mauricio Baez también fueron eliminados. El caso de Miguel Baez lo mencionan la viuda de Mauricio Baez, anciana todavía con vida, y en forma muy breve Salvador E. Morales Perez en su libro Almoina, un exiliado gallego contra la dictadura trujillista. No lo hemos incluido en la lista de 110 asesinados sencillamente por falta de detalles, no porque dudemos de las fuentes. Hay que recordar que muchos autores y testigos mencionan estos casos reales en forma casual, sin sospechar que pueden servir como fuente de documentación y por tanto, lamentablemente, no se ocupan de proveer detalles importantes. Sobre el secuestro de Mauricio Baez y posterior asesinato de sus dos hijos, ver artículo más abajo y también el resumen más arriba en la sección dedicada a los asesinatos en el exterior. 

Victima sin nombre: Este caso es parte de la persecución del sindicalista Mauricio Báez. A raiz de la impresionante huelga del 7 de enero de 1946, el Coronel Flores mandó la orden a la Romana de que consiguieran la cabeza de Mauricio Baez, pero al quedar informado Mauricio de que lo buscaban vivo o muerto, logró cruzar al otro lado del río e huir hacia la capital donde se asiló en la embajada de México. Quien les avisó a través de un amigo clandestino fue un liniero puertoplateño que captó la llamada del coronel. A los pocos días el audaz liniero amaneció muerto. Los investigadores no se han ocupado de identificar el nombre de este puertoplateño que le salvó la vida al legendario líder sindical.

Pedro Casals Pastoriza:  Desaparecido por el régimen. Pertenecía a una familia amiga de los Trujillos. Fue Gobernador de San Cristobal y diputado al Congreso Nacional por Santiago Rodríguez. Su hijo, Pedro Casals Victoria, ha sido un prominente funcionario en varios gobiernos. En su artículo Johnny Abbes García: un torturador implacable, el periodista Santiago Estrella Veloz menciona brevemente este caso pero no nos ofrece ningún detalle. Por la falta de información sobre la causa y las circunstancias, por ahora no hemos incluido este caso en la lista principal de 110 asesinatos selectivos.

Manuel Venegas: Varios artículos diferentes lo mencionan como antitrujillista desaparecido por la dictadura, pero no dan detalles. Esperamos tener la suerte de conseguir los detalles.

Alfonsito Bespin Naut: Lo apresaron en San Juan y se lo llevaron preso a las torturas de La 40". Más nunca se supo de él. No figura en ninguna de las listas de los presos sobrevivientes de "La 40".

Rafael (Fello) Méndez: Murió acribillado por las ametralladoras de militares trujillistas una noche poco después del ajusticiamiento de Trujillo.

(Daniel Lafontaine (El Reverendo): El galardonado y muy confiable periodista y escritor Tony Raful lo menciona como desaparecido por la dictadura poco después de participar en una manifestación del MPD (el único piquete de protesta jamás realizado en los 31 años de la dictadura) el cual, a su vez, protestaba la desaparción de Manuel Emilio Feliú

Honorio César Montás Validez y Gaudeoso Emilio Montás Validez: Tres hermanos asesinados en noviembre del 1945 por el confeso sicario, esp y servidor de la intervención militar norteamericana del 1916, José Pimentel Deschamps, posteriormente al servicio de Trujillo. Los tres hermanos eran hijos del general de la resistencia a la Intervención americana del 1916, Gilberto Montás Validez quien, a su vez, había sido asesinado durante la ocupación. El asesinato-desaparición de Honorio César Montás Validez (Edad: 20-21 años) ocurrió el 25 de noviembre de 1945, junto al de su inseparable hermano, Gaudeoso Emilio Montás Validez, un poco mayor de edad que él, tras haber pasado el primer hermano 23 años y ocho meses, desde abril del 1922, en prisión acusado de robo por los americanos debido a que era “gavillero” junto a su padre. Sin embargo, debido a que no conocemos las razones ni las circunstancias concretas en que se produjeron estos dos asesinatos expuestos por miembros de la familia Montás, por ahora no los incluiremos en la lista de 110 asesinatos de la dictadura. Un tercer hermano, Carlos Guido Montás, también fue asesinado por separado (ver más arriba), caso que sí incluimos entre los 110 casos por provenir de fuentes extra-familiares y por conocer algunos detalles. 
 
Vitaliano Pimentel: En su libro Yo también acuso (pág. 22), Carmita Landestoy menciona a esta víctima como ejemplo, quien cayó preso por sospechar que pertenecía a un grupo que se reunía a hablar de la situación. Como no tenía nada que confesar al torturarlo porque era sencillamente un sospechoso y probablemente no había nada que confesar ni nombres que dar, lo mataron como ejemplo para los demás.  

Tres casos más: En su libro Drama de Trujillo (pág. 259), Alonso Rodríguez Demorizi menciona cuatro asesinatos, todos motivados para arrebatarles las tierras a herederos, práctica muy común en Trujillo y sus hermanos desde muchos años atrás. En cuatro de los casos que menciona Rodríguez Demorizi, se valen de una nueva ley de herencia como instrumento usurpador mediante la cual gran parte de los bienes (si no la totalidad) que los difuntos dejaban se traspasaba al "fondo de la Defensa Nacional", lo que Demorizi comprende que es una fachada para los bolsillos de los Trujillos. Aunque el primer caso, el de Manuel Cholín Tejera, casi seguramente se trata de una muerte natural, su muerte, a pesar de que fuera natural, sirvió de pretexto para despojar “legalmente” a la viuda y a la hija en beneficio de la supuesta “Defensa Nacional”. En los otros cuatro casos el autor indica que se trata de asesinatos. A pesar de que nos habla de cuatro víctimas, sólo incluimos a tres entre los 110 casos porque el caso de Ney Pimentel ya está mencionado más arriba. A continuación, citamos textualmente el párrafo del libro Drama de Trujillo:

949 Manuel de Jesús Cholín Tejera murió octogenario con su esposa Esperanza Pereyra García y una hija loca. Pero le dejó a la Defensa Nacional $200,000 en un nuevo procedimiento de exacción de última voluntad. También don Eduardo Ricart apareció, después de tres días, muerto, con su testamento a favor de Defensa Nacional o más bien de Trujillo. También parece que la muerte a palos de Cuesta Fernández, que quieren atribuirle a un triángulo y a cuestión de faldas, tiene origen político porque los Trujillo han insistido en querer quitarle su propiedad al bajo precio que siempre han comprado, para revender seguido. Así Mauriz, que se salvó cuando cayó en un canal de riego, le sugirió a Danilo Trujillo, en la Grenada, la idea de eliminarlo. Así también, Ney Pimentel, en La Vega, y en Moca León del Rosario. (Hasta aqui la cita de este libro.) 

Luis Arias: Periodista asesinado en Haití por agentes de Trujillo (Mencionado en el artículo de Germán Ornés The Most Successful Gangster In The Annals Of Crime, publicado en diversos periódicos norteamericanos en diciembre de 1956.).

(Sin nombre): Jesús Colón, importante funcionario del PRD y luego, del PRM, (hijo de Julio Colón, alto dirigente del PRD y hombre de confianza de Peña Gómez), llamó un lunes (marzo 26, 2018) al programa La Verdad Hablada de Nueva York (dirigido por Pedro J. Aguiar y Elida Almonte en el Canal América) y comentó sobre lo que le pasó a su abuelo durante la Era de Trujillo. Debajo de la cita encontrarán el link al programa en YouTube, min.48, seg. 12.

48:12 – “Desgraciadamente a él no le pasó lo que me pasó a mí que no pude conocer a mi abuelo porque se negó a hacer el servicio militar obligatorio, porque el dijo que él no era guardia que él lo que era agricultor, y lo fusilaron delante de sus hijos.”

No hemos colocado este caso entre los 110 casos en BREVES sencillamente por la falta de detalles sobre este caso y el nombre de la víctima. Ver https://www.youtube.com/watch?v=0352L2TZZq4

Eliseo Demorizi Peynado Ingeniero y militar, instructor de las fuerzas armadas.

Mi tío era ingeniero y militar, instructor de las tres fuerzas militares. En una de sus exposiciones un hermano del tirano entró en el aula y los guardias marinos se pusieron de pie otorgándole el saludo militar. Mi tío los corrigió diciéndoles que solo se otorga el saludo al Presidente y a los superiores, para honrar a la bandera, al escudo, a la imagen de los Padres de la Patria y al Himno Nacional.

Días después hubo un terremoto en mi amado terruño Samaná, él se dirigió a Samaná y en el camino  le hicieron una emboscada. Desde entonces mi tío desapareció para siempre. Eso fue en el año 1943. A mi familia empezó a ser víctima de atropellos. Según ellos me informaron, todos los días los calieces iban al patio de mi casa buscando víctimas.

Años después, mi hermano mayor formó un grupo de muchachos en contra de la dictadura, estaban dispuestos a hacer lo que fuera para acabar con la tiranía, pero en el pueblo había muchos calieses y los descubrieron. A mi hermano lo llevaron a la cuarenta, lo sentaron en la silla eléctrica, le pusieron el bastón eléctrico en los testículos, lo maltrataron de tal manera que no podía ponerse la ropa. Mi hermano tenía 17 años y se llamaba Delimiro Eliseo Barba Demorizi. Se salvó porque estando en la cárcel mataron a Trujillo, lo enviaron a la cárcel de Samaná y por suerte después lo enviaron a la casa.

Mi Padre era un músico profesional, compositor y arreglista. En una marcha en que todas las bandas de música desfilaron, mi padre tocó una pieza que se llamaba “Patria Mía”, por lo que él ganó el primer lugar. El tirano se acercó a mí padre y le preguntó cómo se llamaba esa pieza y tuvo que decirle se llama “Trujillo y la Patria” para no tener problemas. 

Testimonio de:

Marta Noelia Barba Demorizi
FaceBook
27 de enero, 2021

Sargento Mayor de la Rosa: No sé mucho cómo ni donde mataron a mi papá. Él era sargento mayor del ejército y, según me contaron, en esos días él estaba prestando servicio en Nagua, en una propiedad de los Trujillos, pero había llegado ahí solo unos días antes de que lo desaparecieran. Contaron que un sargento borracho maldijo a Trujillo porque tenía 14 años sin un ascenso, alguién sopló lo que él dijo y al otro día se inventaron dizque una rebelión y mataron a varios, entre ellos a mi papá y a su hermano gemelo que era cabo. Pero eso fue para darles una una lección de terror a los demás, no había ninguna rebelión. Dicen que Felix Bernardino estuvo metido en esa matanza de esos militares. Eso fue en 1959 y nunca supimos qué le pasó al cuerpo de mi papá ni de mi tío. Un teniente vino y le dijo a mi familia que hicieran duelo por 9 días y que no hablaran de eso. No se supo más nada.

Rafael de la Rosa
Santo Domingo, RD
3 de enero, 2021

Nota: Este relato del sargento de la Rosa por su hijo es parte de un relato más amplio que Rafael de la Rosa rememora de su infancia. Los interesados podrán encontrar ese escrito en la sección ATROPELLOS de este portal: Un testigo presencial recuerda el sacrilegio a la Catedral de la Vega

Félix del Orbe Galán: Según su nieto (Félix Herrera), su madre le contaba que a su abuelo lo apresaron por hacer un comentario contra Trujillo, algo como “Trujillo es un cobarde” y que un cabo del ejército llamado Bonifacio lo delató y fue quien se lo llevó preso. Su abuelo era agricultor, padre de familia, y lo llevaron a la fortaleza de Cotuí desde Platanal de Cotuí donde la familia vivía. Allá lo torturaron y lo ahorcaron. Esto ocurrió en 1961, dos o tres meses antes del ajusticiamiento de Trujillo. Los militares de la fortaleza alegaron que él mismo se había ahorcado en la cárcel, pero hubo testigos que estaban presos con él que contaron después del ajusticiamiento que primero lo torturaron y después lo ahorcaron.

Su madre le contó a Félix Herrera que el cabo que apresó a su abuelo era de Cevico en Cotuí y después se mudó a La Vega. Su nieto hoy cuenta que el nombre de ese cabo nunca se le olvida porque su madre lo mencionaba a menudo con mucho dolor por lo que le hizo a su padre. [Decidimos no incluir el apellido del cabo en este relato.]

Ella le contó a Félix (hoy un hombre de 65 años de edad) que les entregaron el cuerpo de su abuelo pero que no permitieron que lo velaran ni que lo lloraran. Lo tuvieron que enterrar de inmediato, probablemente en el mismo pueblo de Cotuí puesto que en Platanal no había cementerio. Félix era un niño pequeño cuando mataron a su abuelo y dice que ya ni siquiera recuerda la fisionomía de su abuelo Félix del Orbe Galán.

Además de su abuelo materno, Félix Herrera dice que su abuelo paterno (quien lo crió como un hijo) le contaba que también su bisabuelo paterno, Ramón Tueros Españo, fue asesinado por Trujillo antes de que fuera Presidente, cuando Trujillo era Mayor del Ejército, cree que en Santiago. Eso fue en 1924, dice que Trujillo lo mató personalmente, pero el hoy anciano no tiene más detalles sobre el caso de ese bisabuelo.

Dice que su otro abuelo del lado de su padre, Francisco Reyes, llegó a Cotuí huyendo de Trujillo porque Enrique Blanco se había escondido en su finca y que para poder salvar su vida su abuelo hasta tuvo que cambiarse el nombre. Su hijo también tuvo que abandonarlo todo, dejar la finca y huir a Cotuí usando otro nombre para no ser detectado.

Félix Herrera, el nieto, es hoy coronel del Ejército retirado. También fue militante del MPD.

Nota: Sólo contamos al abuelo Félix del Orbe en el número (29) de las víctimas porque el asesinato del bisabuelo no ocurrió durante la dictadura.

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Sólo deseamos recordarles a los lectores que nuestro propósito no es tratar de presentar a “todas” ni a casi todas las víctimas asesinadas o masacradas por la dictadura porque hubo demasiados casos de personas sin apellido ni posición en los campos, en los pueblos y en los barrios pobres que fueron eliminados en forma expedita sin que los investigadores años después pudieran documentar estos crímenes. Durante muchos años las familias de estas víctimas continuaron apegadas a la costumbre (necesaria para sobrevivir) de no decir nada, no exigir nada y de tragarse el dolor sin exponer los atropellos criminales que sufrieron durante los 31 años del trujillato, más los 12 años de represión de la dictadura balaguerista.
 
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Algunos extranjeros desaparecidos en la isla

Arturo Goria: Ciudadano italiano que tenía una fábrica de sombreros en San Cristóbal junto a su socio italiano Valentino Baroni. De repente, por razones no conocidas, el empresario italiano cayó en desgracia, recibió una notificación del gobierno para que en pocas horas liquidara sus intereses y abandonara el país. Inconforme y amargado, en Europa Arturo Goria empezó a hacer revelaciones en la prensa sobre la extrema opresión en que vivía el pueblo dominicano y las arbitrariedades del tirano que gobernaba caprichosamente en esta media isla. Al igual que en el caso de Galíndez, Trujillo ordenó que se lo llevaran vivo a Santo Domingo desde Italia.

El entonces jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército, Coronel Renato Hungría Morel, encabezó el proyecto y elaboró junto a otros oficiales el plan del secuestro. Cuenta el posterior jefe del SIM, Peña Rivera en su libro: “… el caso Baroni, uno de los crímenes más espectaculares realizados bajo la dictadura y que superó con creces a muchos otros similares, no solo por la sutileza con que se realizó, sin dejar huellas ni producir escándalos, sino también con la exactitud cronométrica con que fue planeado y ejecutado”.

Más adelante relata el ex-jefe del SIM: “Poco tiempo después recibiría Baroni Gloria en Italia proposiciones de negocios muy difíciles de rechazar por las ventajas que ofrecían y las seguridades que presentaba el intermediario. Sin embargo, el optimismo de aquel hombre no le permitió reparar que aquellas proposiciones traían envueltos sutilmente ciertos riesgos, porque, al cerrar el trato debía viajar desde Italia hasta Haití, donde supuestamente se llevaría a cabo una reunión. Baroni Gloria mordió el anzuelo, y cuando se decidió a realizar el viaje, ya el teniente coronel Renato Hungría Morel había sido nombrado Agregado militar en la vecina República de Haití. 

Para todo el mundo, Baroni se había perdido misteriosamente en Haití sin dejar una huella ni un rastro; pero el mismo día de su desaparición el Agregado militar dominicano cruzaba la frontera por el sitio de Jimaní, con un hombre maniatado y amordazado dentro del baúl de un automóvil marrón.

Baroni fue entregado a las antiguas oficinas de material bélico del ejército, en el kilómetro seis y medio de la carretera Duarte donde existió una especie de casa de torturas dependiente del Servicio Secreto de la Policía mucho antes de que se conociera la existencia de la cárcel de la Cuarenta y del Nueve. Aquél era un lugar dedicado a la eliminación física de seres humanos”.

Victor Alicinio Peña Rivera – Trujillo: La herencia del Caudillo, págs. 139-140. 

(Nota: Su verdadero nombre era Arturo Goria. Obviamente, Peña Rivera confundió el nombre de la empresa, Sombreros Baroni y Goria con su apellido. Valentino Baroni fue el socio italiano con quien Goria inicialmente había fundado la fábrica.)

Alfredo Perena Pamies: Gerente de exportaciones de una firma mexicana, era español naturalizado mexicano. El 19 de febrero, 1959 Perena desapareció para siempre en un viaje de negocios a República Dominicana. Las investigaciones de la cancillería y las autoridades mexicanas no valieron. Tanto la lista de pasajeros de la Pan Am para el vuelo 433 como los récords migratorios de las autoridades haitianas indicaban que el señor Perena abordó dicho vuelo directo desde Puerto Príncipe a Ciudad Trujillo por lo que no se duda que desembarcó en RD, ya que el vuelo llegó sin problemas. 

Perena le había enviado un cable a su representante en Ciudad Trujillo, José Roldán, indicándole el número de vuelo y hora de llegada para que lo recogiera, pero Roldán no lo encontró. Después, supuestamente Perena mandó otro cable señalando que llegaría en otro vuelo Pan Am al día siguiente dándole el númbero del vuelo y la hora, pero tampoco llegó. Esto ocurrió una tercera vez por lo que Roldán no se ocupó en ir al aeropuerto.

Los familiares y la firma mexicana para la que trabajaba también contrataron a un detective privado cuyas pistas lo llevaron hasta el portón de abordaje de dicho vuelo en Puerto Príncipe. Desde ahí su familia y amigos no supieron más de él. La empresa quimica donde trabajaba indagó en la Pan Am y las aeromozas dijeron que recordaban haberlo visto bajarse en Ciudad Trujillo.

El señor Perena había emigrado por primera vez a RD como exiliado republicano español, donde llegó sin un centavo y con su mujer embarazada. El gobierno dominicano lo ayudó y le pagó los gastos de hospitalización de su mujer. Un año después, Perena y su familia abandonaron el país hacia México sin que se supiera la razón. Las autoridades dominicanas también admitieron que años después, Perena había viajado a RD en abril de 1957.

Uno de los contactos de negocios de Perena en RD había sido detenido e interrogado por el SIM y puesto en libertad semanas antes de la desaparición de Perena por lo que se sospechó que habría alguna relación entre los dos incidentes. A diferencia del caso de Baroni Gloria, este caso tuvo cierta resonancia internacional ya que periódicos como el New York Times y otros rotativos importantes de varios países divulgaron la noticia de esta misteriosa desaparición.

Rafael Jesus Velásquez: Ese mismo año, en junio de 1959 este ciudadano colombiano también desapareció para siempre en la isla. Al investigar el gobierno colombiano por el paradero de su ciudadano, las autoridades dominicanas indicaron que Velásquez había tomado un vuelo en el aeropuerto Trujillo hacia Puerto Príncipe pero que de ahí no sabían más. El embajador colombiano en Puerto Príncipe, Ernesto Esguerra, verificó que Velásquez nunca desembarcó en Puerto Príncipe por lo que pidió ayuda por medio de la prensa a que el público ofreciera cualquier información sobre su paradero. Nunca más se supo de él. El New York Times y otros periódicos importantes de la prensa internacional reportaron esta desaparición como la tercera desaparición de extranjeros en tránsito entre República Dominicana y Haití en solo un año. 

Hoy en día, podemos imputarle semejante desaparición a cualquier motivo delicuencial o personal, pero bajo una dictadura tan totalitaria como el Trujillato, en un país pequeño (poco más de 2 millones de personas) y en esas décadas en que la delincuencia era muy baja, semejante desaparición de un extranjero (o de cualquier persona profesional, de clase media o alta) sólo podía estar relacionada al régimen. El solo hecho de que las autoridades salieran al paso a explicar que el señor Velásquez tomó un avión hacia Haití donde nunca llegó (según las investigaciones en Haiti) demuestra encubrimiento. Se sospecha que el señor Rafael Velázquez estaba en RD en calidad de agente al servicio de Trujillo y que sus servicios ya no eran necesarios por lo que lo desaparecieron, como ocurrió con muchos otros agentes extranjeros. Tenemos otros agentes colombianos al servicio de Trujillo que fueron asesinados durante la "Era" que estamos investigando y que incluiremos en esta sección en el futuro.

Vittorio Redeglia: Personaje aventurero italo-argentino que se había ligado como acucioso asistente al grupo exiliado de Perón en su periplo por Suramérica hasta llegar a Panamá y luego a Santo Domingo. Los colaboradores más allegados a Perón le tenían una enorme desconfianza a Redeglia ya que lo consideraban un agente de la CIA y del nuevo gobierno argentino, pero por el momento aceptaban sus servicios debido a la situación precaria en que se encontraba el pequeno grupo que acompanaba a Perón. El desprecio aumentó cuando surgieron varias historias perniciosas en la prensa argentina sobre la vida de Perón en el exilio cuyo origen los allegados y el mismo Perón quedaron convencidos que sólo pudo haber salido de Redeglia. 

Cuando Perón salió de RD dejó a Redeglia en Rep. Dominicana supuestamente para que atendiera varios asuntos. Fue entonces cuando dicho agente desapareció para siempre. Otros dicen que fue después de salir que Perón mandó a Redeglia de vuelta para finiquitar unos asuntos en RD. Se cree que Perón le pidió a Trujillo su ayuda para deshacerse para siempre de Redeglia. Los comentarios de Bernard Diederich, el New York Times y otras fuentes indican que las autoridades dominicanas alegaron que el único récord que tenían era que Redeglia había salido de RD hacia Puerto Príncipe y de ahí no sabían más. Alguien en Haití se ocupó de reservar una habitación en su nombre en un hotel que quedaba muy cerca de la embajada dominicana. Sin embargo, las autoridades migratorias haitianas no habían registrado ni la entrada ni la salida del país de este personaje. 

En sus memorias, algunos allegados de Perón en el exilio se ocuparon de mencionar que Redeglia se separó del grupo y se fue a Chile y que nunca más supieron de él, o que volvió a Argentina o que se fue a Italia, después de todo, sería muy pernicioso para su legado que se llegara a saber que Perón mandaba a sus asistentes a la muerte en manos del sanguinario dictador dominicano. Lo extraño es que si Redeglia simplemente cogió su propio camino hacia Suramérica como rememoran de forma casual los asistentes de Perón, ¿por qué se molestarían las autoridades dominicanas en crear un récord migratorio de su salida hacia Haití y hasta un récord de su alojamiento en un hotel de Puerto Príncipe (presencia en su país que las autoridades haitianas no pudieron confirmar)? Esta versión contradice totalmente la versión difundida en forma casual por los allegados de Perón en el exilio. 
 
El periódico en inglés Haiti Sun, de la comunidad canadiense-americana en Haití, también publicó en su edición del 31 de mayo, 1959 un extenso artículo sobre la desaparición del colombiano Rafael Jesús Velásquez, el italiano Vittorio Redeglia y el español Alfredo Perena. Pueden leer este artículo del Haiti Sun  (págs. 1 y 2) en el siguiente link:
 
 https://ufdc.ufl.edu/AA00015023/00235
 
Gerald Lester Murphy: Piloto americano independiente de 23 años, original del estado de Oregon, EUA. Fue el piloto contratado que, a sabiendas o no, traslado al secuestrado profesor Jesús de Galíndez desde Nueva York a RD en 1956. Como este caso ha sido ampliamente discutido en la prensa dominicana y lo tocamos en varias secciones de este portal, nos limitamos a recordarles la versión oficial del régimen ante las investigaciones de la embajada americana y la prensa internacional fue que presuntamente en altercado entre Murphy y el piloto Octavio de la Maza, este último empujó a Murphy y este cayó al mar. Su cuerpo nunca apareció. A su vez, Octavio de la Maza fue detenido y, segú el gobierno, éste se suicidó en su celda por sentirse culpable de la muerte de su amigo. Estas dos muertes forman parte de una serie de asesinatos y eliminaciones de todos los que estuvieron involucrados en el secuestro de Galíndez (ver al principio de esta página el caso Galíndez).

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Varios miembros de la familia Escoto fueron torturados y asesinados

Nelson Escoto Peralta, asesinado por combatir la tiranía 
     
Al enterarse del trágico final que la tiranía causó a su padre, Nelson se dedicó a reclutar jóvenes para enfrentar al régimen, y no cesó, hasta caer en las garras de las fuerzas represivas, de distribuir hojas subversivas por los barrios

Por: Ángela Peña
Hoy.com.do
15 de febrero del 2009

Vivía en Villa Juana, justamente donde se encuentra hoy el club Mauricio Báez. Era el primer hijo del doctor Luis Escoto Gómez, fruto de su unión con Aurora Peralta. El asesinato de su padre fue chispa que atizó la lucha contra Trujillo, iniciada prácticamente desde su infancia al ver cómo perseguían, golpeaban, apresaban y torturaban al progenitor, sus hermanos y a casi todos los hombres y mujeres del país que llevaran ese apellido, aunque no fueran desafectos al régimen ni miembros de esa familia.

“Si antes odiaba a Trujillo, ahora, conociendo la masacre contra Papito, ya no sólo se dedicó a captar jóvenes para integrarlos a la resistencia sino que se lanzó con desesperación a pegar afiches en los barrios”, cuenta César, uno de sus tantos primos.

Pero Nelson Escoto Peralta, reconocido con una calle del ensanche La Fe, estaba en la mira de los agentes del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), tanto como sus parientes. A poco tiempo de truncar la vida del papá, lo capturaron y martirizaron hasta la muerte.

Leandro Escoto Gómez (Pucho) su tío, lo llora hoy, casi medio siglo después de la tragedia. “Se lo llevaron saliendo de mi taller, era un niño”, dice entre sollozos este viejo luchador que sobrevivió a la barbarie.

“Mi primo Temístocles y yo lo vimos cuando lo cogieron en la “Seibo” con “20”. Mister Scott (el alemán) y Arias Mota le tenían un servicio permanente”, refiere Leandro Escoto García. “Mister Scott, acota César, era experto en espionaje, un gran dibujante del SIM, alto, blanco, cruel. Lo mandaban cada vez que había problemas con un Escoto”.

Relata Leandro (Leo) que él tendría diez años cuando ocurrió el suceso. “Temito y yo nos mandamos a avisar a los mayores”. No lo vieron jamás.

Escasos datos

Solamente conservan el cariño que le profesaban y la tristeza que ocasiona recordar el despiadado final. No tienen datos, fotos u otro documento de Nelson. El retrato físico del muchacho está sólo en sus mentes. “Era corpulento, de baja estatura, musculoso porque levantaba pesas. Gustaba de nadar, íbamos a La Zurza, un baño que estaba detrás del mercado de la Duarte”, relatan Leo, César, Temístocles, Andrés y Francisco, primos.
Nació en Santo Domingo y después de concluir el bachillerato inició estudios de contabilidad en la Universidad de Santo Domingo. Lo definen “trabajador y muy preparado”. Compartía la escuela con el trabajo en el taller de Pucho.

A Nelson y a Beethoven los llevaron primero a La 40 y ahí estuvieron como tres meses sufriendo torturas, lo sabemos porque Freddy Cabreja y Jorge Nesrala estuvieron presos con ellos, pero a mi hermano Beethoven y a Nelson se los llevaron los de la cofradía de Radhamés Trujillo”, manifestó José Escoto Román (Chuchú), quien no sólo fue torturado en “La 40” sino también confinado, esposado a su primo Daniel en la isla Beata, en calzoncillos y alimentados con iguanas crudas, rodeados por un canal lleno de tiburones, cercados con 18 cuerdas de alambres, vigilados por seis marinos con ametralladoras.

Chuchú proyecta escribir un libro sobre esta experiencia que lo marcó. “Alfredo Parra Beato fue al primero que llevaron, a mí después me devolvieron a La 40, me sentaron en la silla eléctrica, me soltaron los perros en el “Coliseo”, dice mostrando sus espaldas “como un mapa”, por las cicatrices. Lo dejaron libre el 12 de diciembre de 1960.

El relato de su amarga vivencia ilustra la saña del régimen contra los Escoto, vejados desde los inicios de la tenebrosa “Era”. “Nos decían los sufridos”, afirma César.

“La ilusión de Nelson, expresa Luz Escoto, tía que también fue perseguida y golpeada, era saber de su padre, seguir su lucha”. Declara que no tienen documentos del mártir porque al ser tan perseguidos cambiaban mucho de domicilio y en cada mudanza se perdían recuerdos. “Nelson se crió primero con su mamá pero después lo tenía Papito, con Elsa, la esposa. Era claro, buen mozo, de cabello crespo, era muy jovencito cuando lo mataron. Sufría mucho por su papá, decía que estaría visitando cárceles y destacamentos hasta que supiera de él, que no le importaba que lo mataran, se lo llevó un carrito cepillo, ay Dios mío, jamás en la vida se supo de ellos”, exclama incluyendo a Beethoven.

Nelson tiene dos hermanos de madre, añade, “Indiana e Israel”, residentes en Estados Unidos y Europa. La vivienda donde ella más lo visitaba estaba en la “Manuel Arturo Machado” 52, de Villa Juana.

En la segunda edición de “Complot Develado”, encima de la única foto conocida de Nelson, escribió Rafael Valera Benítez: “Muchas familias de nivel social humilde fueron también mojadas por la sangre de sus miembros aunque no hayan trascendido en detalle las tragedias representadas por las desapariciones y asesinatos cometidos en los campos de trabajo esclavo que el tirano mantenía en “El Sisal”, en Nagua y en la Isla Saona. Aquí publicamos las fotos de tres miembros asesinados de la familia Escoto sólo para dar un botón de muestra del exterminio criminal con que el tirano Trujillo enlutó miles de hogares de nuestra Patria”. 

Los otros son Luis y Beethoven.

Otros son citados en “Trujillo: La Bestia”, de Luis Langa Mota; “Libro Blanco del Comunismo en la República Dominicana (1956) y “Crímenes contra la seguridad interior y exterior del Estado Dominicano” (1960). Los dos últimos se publicaron durante la tiranía. Cerca de veinte personas de apellido Escoto figuran, por otro lado, en un álbum del SIM.

La calle

En mayo de 2003 el Ayuntamiento del Distrito Nacional designó con el nombre de “Nelson Escoto Peralta” la antigua calle “27” del ensanche La Fe, que comienza en la Américo Lugo y termina en la Alexander Fleming.

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EXTRACTO

Rafael Mieses Peguero (Cocuyo)               

Hoy.com.do
Por Ángela Peña

Altas dosis de una droga venenosa obnubilaron su conciencia y le provocaron profuso sangramiento cuando se asiló en la embajada de México y un calié infiltrado como antitrujillista le administró el ominoso tóxico. Para evitar un escándalo internacional por una muerte que presentía inminente, el jefe de la misión lo entregó a sus familiares en estado agónico. El doctor Pablo Iñiguez, quien lo atendió en el hospital Padre Billini, confesaría años después que el paciente sobrevivió inexplicablemente.

Ese 15 de septiembre de 1953, Rafael Mieses Peguero contaba 29 años de edad, pero ya desde la adolescencia se había convertido en uno de los más decididos y valientes luchadores contra la tiranía. Las cárceles le habían tenido como huésped masacrado por los sicarios del régimen y a pesar de las torturas y los golpes siguió su labor de adoctrinamiento y de protesta, en público o clandestina, ideando insólitas campañas para atraer jóvenes a su causa. Su discurso convincente logró conquistar hasta hijos de militares para la Juventud Democrática y el Partido Socialista Popular, en los que militó hasta que lo desaparecieron.

Para José [sobrino], revivir el momento en que los agentes del Servicio de Inteligencia Militar se llevaron por última vez a Cocuyo, es estremecedor. No puede evitar el llanto recordando a su abuela Dilia Peguero tratando inútilmente de arrebatar el hijo a los esbirros. Desde ese momento la dama se negó a ingerir alimentos. A los 21 días murió de inanición. El cuadro se repetiría  después con Benjamín Bujosa Mieses, a quien concienció el tío en la oposición a Trujillo. El SIM lo sacó también abruptamente de la casa una madrugada para llevarlo preso mientras la joven madre, Marina, se aferraba a él tratando de impedirlo. Los Peguero, Bujosa, Mieses, fueron casi totalmente marginados de la sociedad. Las visitas a las prisiones en busca del muchacho se sucedieron al igual que cuando se llevaron a Cocuyo.

Rafael Mieses Peguero no pudo continuar sus estudios más allá del tercero de bachillerato pues la lucha por la libertad se lo impidió. Lector incansable, gran promotor de la cultura, formó bibliotecas ambulantes y obsequiaba libros en  fiestas rurales y urbanas que organizaba para captar adeptos. “Hizo varios foros para proyectar películas, los dirigía Oscar Torres, crítico de arte de El Caribe. Se pasaban en el  cine “Paramount”, de San Carlos, y en el “Capitolio”, eran filmes con mensajes revolucionarios, yo recuerdo “Roma, ciudad eterna”, “Ladrón de bicicletas”, “Enamorada”. En esa época estaba de moda el antifascismo,  a la salida del cine comentábamos los mensajes y sacábamos a la gente para ingresarla al movimiento”, narra Lizardo Vidal.

Cocuyo participó en varias tramas contra el gobierno. José Bujosa Mieses declaró que su tío “nunca temió a la dictadura. Cuando más lo reprimían, torturaban y encarcelaban, más alta era su moral, como lo demostró en 1955 cuando subió a una de las carrozas de la llamada “Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre” y lanzó miles de volantes al aire denunciando las barbaries del régimen, llamando al pueblo a levantarse para derrocarlo”. Al ser descubierto fue bajado a palos del desfile “y conducido al destacamento de la Policía en Güibia donde el capitán Arriaga se ocupó de propinarle otra paliza”.

En septiembre de 1958 la familia de Cocuyo sospechó que el luchador había sido asesinado por una nota que recibieron, supuestamente de él, dirigida a su hermana Mireya, en la que le comunicaba que había sido puesto en libertad y se encontraba en San Juan de Puerto Rico. “Nunca más se supo de él, unos dicen que fue fusilado en la Isla Beata”, significa Chichirí y refiere que Manolo González le contó que un día después que sus compañeros de prisión dejaron de escuchar su voz, “sacaron un serón ensangrentado: se supone que ahí llevaban el cadáver de Cocuyo”.

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UN ARCHIVO DE LA DICTADURA DE TRUJILLO SALE A LA LUZ

Por Ángela Peña
Hoy.com.do

La procedencia del álbum es tan misteriosa como la desaparición de las fotos de todas las mujeres, de las que sólo quedaron sus nombres y algunas referencias. De lo que no hay dudas es de que el documento era una pieza clave de los organismos de seguridad del régimen trujillista pues los que aparecen retratados, fichados, descritos, fueron todos decididos opositores a la dictadura. 

Unos murieron en expediciones, otros fueron asesinados, desaparecidos. Hay un significativo número de supervivientes que han mantenido una trayectoria de dignidad y firmeza en sus principios revolucionarios. Muchos variaron el rumbo de sus ideales, claudicaron.

Eran casi todos adolescentes de negra y espesa cabellera y piel lozana que hoy peinan canas o están calvos y marchitos. Hay entre ellos, sin embargo, algunos entonces ya mayores cuyo ejemplo fue tal vez inspiración para los jóvenes que probablemente hoy desconocen que sus vidas y fisonomías estaban registradas, controladas, vigiladas en ese álbum hoy viejo, amarillento, incompleto, en el que se les acusa de comunistas y hasta de desertores.

Noel Modesto Henríquez Díaz (Nabú) lo recibió en los 90 de manos de su amigo el abogado José Martín Elsevif López, primo del ex dirigente del Movimiento Popular Dominicano Máximo López Molina. Pensó que el portafolio debía tener un expediente adicional y el obsequiante prometió contarle cómo obtuvo la histórica joya pero un coma diabético lo arrancó repentinamente de la vida llevándose a la tumba su secreto. “Éramos compadres, parece que él entendió que yo le podía dar mejor uso y me lo regaló”, cuenta Henríquez, quien acaba de donar el valioso expediente al Archivo General de la Nación.
Don Miguel Holguín Veras, encargado de Fototeca y Mapoteca, y Vetilio Alfau del Valle, director de Pre-Archivo, lo hojean entusiasmados junto al donante. Los tres opinan que es de los años 40, “un periodo interesantísimo de la lucha contra Trujillo”, acota Holguín. La mayoría eran miembros de la Juventud Democrática y del Partido Socialista Popular. Pero un calificativo les es común: antitrujillistas. Con su memoria privilegiada, Alfau del Valle los va identificando, recordando su parentela. Los tres revelan datos del destino de cada uno mientras pasan páginas.

“Era del grupo de los Fiallo”, “Enloqueció en sus últimos años de vida”, “Fue del Consejo de Estado”, “Lo mataron en el trujillato por el mercado de Villa Consuelo”, “Vino en la expedición de 1959”, “Desembarcó en Luperón”, “Fue golpeado a la salida del Rialto”, “Fue ministro en el gobierno de Bosch”, “Era zapatero”, “Fue senador”, “Sustituyó a Molina Ureña como Presidente provisional”, “Estuvo exiliado en Venezuela”, “Era dirigente obrero”, “Participó en el complot de 1934”, “Murió loco en un asilo por los golpes y las inyecciones de trementina”, “Fue de los fundadores del MPD en La Habana”, “Pasó a Social Cristiano”, “Terminó siendo un recalcitrante reaccionario”, “Lo internaron en el manicomio sin haber sufrido demencia”, “Lo mataron en la fortaleza de San Francisco…”.

Y así van revelando algún mínimo historial de estos 207 hombres y mujeres de Ciudad Trujillo, La Romana, Mao, La Vega, La Habana, Puerto Plata, Santiago, Las Matas de Farfán, Barahona, San Juan de la Maguana, Andrés, San Pedro de Macorís, New York, El Seybo, Duvergé, Azua, Ciudad Méjico, Colombia, Salcedo, Pimentel, Puerto Rico, San Francisco de Macorís, tan controlados que se indica, aunque tal vez de forma inexacta, hasta cuando cambiaron de organización. De Mireya Brunilda Soñé Pérez, por ejemplo, dice: “Renunció del comunismo”.

Ya el historiador Holguín Veras clasificó el tesoro: “Álbum donado por Noel Henríquez Díaz (Nabú) que contiene 160 fotografías de prisioneros políticos (207 nombres de fotografías de las que sólo constan 160 y de las cuales hay dos sueltas sin identificar)”.

Los personajes

Figuran Rafael Alburquerque Zayas Bazán, Luis René Alfonso Franco, Adolfo Ariza Simó, Julio Arredondo Acevedo, Jorge Arzeno Brugal, Mauricio Báez, Pablo Báez, Carlos Bairán González, Félix Barbosa Aquino, Eduardo Read Barreras, César Augusto Batista Turbides, Emilio Bencosme García, Andrés Benedicto Escoto, José Joaquín Bidó Felipe, José Antonio Bonilla Atiles, Mercedes Carmen Bonilla Aybar, Carmen Julia Bonilla de Martínez, Diego Emilio Bordas Hernández, Pedro Alfredo Brito B., José María Caballero, Raúl Cabrera, Efrain Calderón, Víctor Manuel Caminero Jiménez, Ligia María Capestany y Pimentel, Juan Casasnovas, José Tiberio Castellanos Vargas, María Castillo de Fornia, Manuel María Castro del Monte, César de Castro, Federico Guillermo Chávez Lugo.

Amparo Contreras Jiménez, Julio César Cordero Ravelo, Amiro Cordero Saleta, Julio A. Court, Guarionex Creales, Juan José Cruz Segura, Manuel Cuevas Vásquez, Julio Horacio Desangles Aristy, Virgilio Alejandro Díaz Grullón, José F. Domenech, Juan Bautista Ducoudray Mansfield, Félix Servio (hijo) Ducoudray, Julio Raúl Durán García, María Cristina Echavarría Brito, Ligia Mercedes Echavarría Hernández, Rafael Barón Ellis Sánchez, Ana Altagracia Escoto Gómez, José Escoto Gómez, Luis Escoto Gómez, Francisco Escoto hijo, Francisco Escoto Nieto, Alipio Anulja Escoto, Ana Luisa Escoto, Francisco Escoto, Juan Antonio Escoto, Julio Escoto, Luz Estela Escoto, Marino Escoto,  José Espaillat Rodríguez, Juan Estrella Mella, Fabio Alberto Fiallo, Viriato Alberto Fiallo, José Rafael Arístides Fiallo y Fiallo, Antinoe Fiallo, Gilberto Fiallo.

Guarionex Flores Ortiz, Héctor Emilio Flores Ortiz, Louis Luisidio Fortener, Pericles Bdo. Franco Ornes, Bienvenido Frías, Miguel Tomás Fuerte Veloz, Antonio Tranquilino Fuertes Díaz, César García Dickson, Teófilo García, Julio Gil Morales, Pilar Gómez Rodríguez, Altagracia González Fernández, Francisco Ml. González Franco, Fernando González, José Eligio Graciano, José Granados Grullón, Carlos Grisolía Poloney, Francisco José Grullón, Ramón Grullón, Jorge A. Hazoury T., Hans H. Heinsen, Ángel Porfirio Henríquez García, Francisco Alberto Henríquez Vásquez, Enriquillo Henríquez, Isabel Catalina Hernández Díaz, Hernando Hernández, Teofilo Hernández, Carlos Herrera,

Sergio Manuel (Caporit) Idelfonso, Luis Antonio Iriarte Ramírez, Manuel Antonio Jiménez, Buenaventura Octavio Johnson Pimentel, César Oscar Alejandro Kinsley.

Luis Langa Mota, Carlos Lassis, Diana Lebrón Pumarol, Manuel Alfredo Lebrón Pumarol, Abraham Carlos León Pumarol, José Caonabo Lora Martínez, Manuel Lugo, Francisco Xavier Maduro Sanabia, José Luis Manzano Bonilla, Petrus Carlos Manzano Bonilla, D’Anunzzio de Marchena, Fernando de Marchena, Ángel María Lizardo, José Martínez Aybar, Carmen Natalia Martínez Bonilla, José Ramón Martínez Burgos, Julio César Martínez Sobá, Pablo Antonio Martínez, Roberto Mc.Cabe Aristy, Luis Eduardo Medina, Manuel Francisco Mena Blonda, Pedro Pablo Mena Blonda, Manuel Antonio Mencía Hernández, Norberto Menéndez Guillermo, Eddie Mercado Martínez, Pura Herminda Michel Núñez, Luis Conrado Mieses Gil, Rafael Manfredo Moore Garrido, George Antonio Mora Nadal, Ramón Alfonso Moreno Martínez, Arturo Guillermo Muñiz Marte, Pedro Emilio Alfonso Nadal Ureña, Horacio Navarro, Jaime Francisco Nils, Fredesvinda Nin, Carlos Norman Cornelio, Juan Isidro Núñez hijo, Antonio Núñez, Heriberto Núñez, Juan Esteban Núñez, María Herminia Ornes Coiscou, Zenón Ovando.

Josefina Padilla Deschamps, Silvia Padilla Deschamps, Dato Pagán Perdomo, Emiliano Paten Morales, Adolfo Arístides Patiño Martínez, José Arismendy Patiño Martínez, Manuel de Jesús Peña, Servando Alberto Perdomo Ramírez, Dorotea de la Asunción Pérez de Bonilla, Rosa América Pérez de Pérez, Gilda Perfecta Alt. Pérez y Pérez, Jacinto Peynado, José M. Piantini, Bienvenido Piña Rodríguez, María Polanco de Brito, Augusto Portuondo, Poncio Rafael Pou Saleta, José Augusto Puig Ortiz, Luis Rafael Quezada, Nicolás Quírico Valdez, Ramón Aquiles Ramírez Guzmán, Héctor Ramón Ramírez Pereyra, Salvador Reyes Valdez, Enrique Antonio Ripley Marín, Alfonso Jorge Risk, José Rivera, Alejandro Bienvenido Robinson Berroa, Julio Alberto Rodríguez Jiménez.

Carlos Rodríguez Pereyra, María Mercedes Rodríguez y Vásquez, Dantón Rodríguez, Epifanio Rodríguez, Purificación Candelaria Rojas Pérez, Eurípides Roques Martínez, Rolando Alberto Roques Martínez, Domingo Russo, María de las Mercedes Sabater y Quintana, Eleuterio Salas, Antonio Salvuccia, Arístides Sanabia Sanabia, Mario Emilio Sánchez Córdova, Federico Guillermo Sánchez Gil, Augusto Luis Sánchez Sanlley, Roberto Augusto Sánchez Sanlley, Mario Santana, Rafael Arístides Santana de la Rosa, Emilio de los Santos Salcié, Antonio Rafael Scheker Vidal, Celeste Antonia Siragusa Legreaux, Amado Soler Fernández, Rafael Ramón Soler Fernández, Antonio Soto hijo
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Mireya Brunilda Soñé Pérez, Moisés Bienvenido de Soto Martínez, Plutarco Tejeda, Ricardo Terrero y Jerez, José Antonio Torres, Virgilio Aníbal Ureña Alfau, Freddy Valdez, Aníbal Vásquez Jiménez, Luis Manuel Velásquez Quiroz, Hugo Francisco Ventura Pérez, Joaquín H. Villegas Lozada, Víctor Manuel Villegas, José Oscar Viñas Bonnelly, Guillermo Voigt.

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LOS MÁRTIRES DE LA GESTA DE JUNIO, 1959

Lista de los mártires de la gesta de junio de 1959, elaborada por la Fundación de Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo.

Con la excepción de sólo 6 sobrevivientes (Poncio Pou Saleta, Mayobanex Vargas, Francisco Medardo Germán, Gonzalo Almonte Pacheco, Delio Gómez Ochoa y Pablito Mirabal), todos los expedicionarios murieron violentamente, algunos en combate, varios fusilados después de ser apresados en Constanza y la mayoría en La 40 o El 9, después de ser sometidos a horrendas torturas durante semanas y meses y varios mucho después, hasta la caída de la dictadura. Uno de los seis sobrevivientes de La 40, el adolescente Gonzalo Almonte Pacheco, sería asesinado por esbirros de la dictadura semanas después de ser puesto en libertad, dejando así a sólo 5 sobrevivientes. Hoy solamente quedan dos con vida: Mayobanex Vargas y Delio Gómez Ochoa. 

Si bien este portal está dedicado casi exclusivamente a las víctimas asesinadas a mansalva por la dictadura, incluimos esta lista de los mártires de la Gesta de Junio de 1959 porque la mayoría fueron torturados y asesinados en las cárceles, no en enfrentamientos militares. Sin embargo, como no hemos podido determinar con exactitud todos los que cayeron en combate y quiénes fueron asesinados en las cárceles (la mayoria), a continuación reproducimos la lista completa de los mártires presentada por la Fundación.

Cabe mencionar que durante y después de los enfrentamientos, los militares del régimen mataron a un número considerable de campesinos por ser sospechosos de colaborar con los guerrilleros o por no compartir información con las autoridades (sin importar si realmente tenían algo que contar). La cantidad precisa de los campesinos que fueron asesinados en relación a la expedición probablemente nunca se sabrá. 

Aterrizaje en Constanza: Antonio Javier Achécar Kalaf, Augusto Juan Alfonseca Espaillat (Puro), Juan Antonio Almánzar Díaz, José Antonio Batista Cernuda (Chefito), Gaspar Antonio Rodríguez Bou (Napy), Carlos Luis Cabral Manzano, Félix de los Santos Peralta (Esperanza), Alejandro César Domenech Russo, Miguel Angel Feliú Arzeno (Miguelucho), Pedro Pablo Fernández Cruz, Freddy Guerra Aponte, Ing. Leandro Efraín Guzmán Abreu, Pedro Pablo Fernández Minaya, Rafael Henríquez Rodríguez (Chapú), Francisco Napoleón Hermón Machuca (Papito), Cmdte. Enrique Augusto Jiménez Moya, Leopoldo Jiménez Nouel, Héctor Mateo Calcagno (Mateíto), Dr. Rafael Mella, Rafael Moore Garrido (Fellín), José A. Patiño Martínez (Chepito), Rafael Tomás Perelló Díaz, Federico Augusto Pichardo Díaz, Juan Enrique Puig Subirá Miniño (Johnny), Héctor Enrique Ramírez Castillo (Henry), Cosme Augusto Rojas Pérez, José Andrés Rolán Pérez, Rafael Osvaldo Ross Thomen, Luis Conrado Ruiz (Peligro), Rinaldo Alfredo Sintjago Pou, José Antonio Spignolio Mena (Cuco),Alcibíades Antonio Tavares Pepín (Pigin), Alejandro Fidel Torres (Langue), Juan de Dios Ventura Simó, Víctor Eligio Mainardi Méndez, Rafael Parache.

Desembarco en Estero Hondo: Carlos Aponte Willard, Simplicio Belfod Santos, Pedro Antonio Casado Jiménez, José Antonio Campos Navarro (Tony), Máximo Emilio D'Oleo Gimbernard, Vicente Mario Gómez Monatán, Persio Oscar Grullón Castro, Alberto Herrera Moreno (Bertico), Manuel Lorenzo Carrasco, Andrés Lozano Guzmán, Dr. Felipe Maduro Sanabia, Víctor Manuel Mainardi Reyna (Sillín), Jaime Manuel Martínez Rodríguez, Antonio de Jesús Minaya Fernández, Héctor Bienvenido Olivier Romero (Papi), Alberto Perdomo, Manuel de Jesús Perozo Chicón (Masú), Elpidio Sanabia Valverde (Pillo), Dr. Octavio Augusto Mejía-Ricart Guzmán, Doctor Guillermo Augusto Sánchez Sanlley, Alfonso José Sintjago Flores, Francisco A. Ubiera, José Rafael Federico Valverde Cruz, Rafael Quezada Jiménez (Lulú), Dr. Aquiles Rodríguez (Quilito).

Desembarco en Maimón: Miguel Alies Messon, Doctor Miguel Alvarez Fadul, Miguel Jacobo Amarante Sevillano, Francisco José Aponte Williard, Diego Ávila Pillier, Ramón José Sebastián Asensio Valverde, Alejandro Báez y Báez, Enrique Belliard Sosa, Dr. Toribio Bencosme Rodríguez, José Fabio Bergés (Grillito), Pedro Julián Bonilla Aybar, Domingo Cabrera Martínez, Julio César Castillo Cruz, Fernando Cestero Martínez (Chichí), Rubén Cordero García, José Ramón Enrique Cordero Michel, Ramón Aníbar Castro Sánchez, Manuel Delgado López, Héctor Emilio de Giudice Herrera, Manuel José del Orbe, Augusto Eufemio Dohse Jorge (Buby), Silvio Augusto Domínguez López, Guillermo Eustaquio Ducoudray Mansfield, Julio Raúl Durán García, Gabriel Emilio Fernández Mármol (Pipí), Juan Figueroa Reyes, Bienvenido Fuertes Duarte, Ercilio García Bencosme (Cilo), Sergio Manuel Ildefonso Genao (Capori), Fernando Gody, Francisco José Grullón Martínez (Frank), Eugenio Grullón González, César Federico Laranquent, José Caonabo Lora Martínez, Juan José Mateo Adames, Conrado Martínez Hernández, Eduardo Salvador Martínez Saviñón, Miguel Meléndez, Dr. Antonio Moca Ricart (Tony), Fernando Ozuna, Herminio Ripoll, Moisés Rubén Agosto Concepción, Dr. José Horacio Rodríguez Vásquez.

Cubanos: Enrique Betancourt Carilli, Froilán Flores, Ramón López López (Nene), Frank López Rodríguez, Roberto P. Pichardo Caminada, Oscar Reyes Medina (Cohetico), Aldo Rodríguez Pérez, Antonio Sánchez Pérez, Ricardo Vasallo Alfonso, Oscar Luis Vega Acosta, Luis Cárdenas Betancourt.

Español: Francisco Álvarez.

Puertorriqueños: Luis Álvarez, Luis Ramón Reyes, Juan Reyes, Ramón Ruiz.

Venezolanos: José Altagracia Arias Quintero, Alejandro Arrechedera Rodríguez, Julio Camacho, Juan Cárdenas Soto, Edwin Erminy, Antonio Luis González Castellanos, José Isaac Molina González, Generoso Hernández, Nelsón Andrés Hernández González, Pedro José Linares Badillo, Luis Alfonso Medina Rosales, José Luis Rodríguez, Alfonso José Sintjago Flores, Luis Cárdenas Betancourt.

Norteamericanos: Larry Beevins, Charles White.