TRUJILLO
Y LA DEUDA EXTERNA
Cuando Trujillo subió al poder en 1930, el Estado dominicano tenía una deuda externa de US$19, 696,000 dólares (según el informe oficial de 1947 de la Secretaría de Estado. Esa deuda debía ser pagada para el año 1940. Sin embargo, Trujillo no saldó la deuda sino que obtuvo una prórroga a través del Convenio Trujillo-Hull de 1940, como veremos más adelante.
En
1931 el régimen de Trujillo solicitó un préstamo de US$55 millones
de dólares
Simultáneamente al préstamo de US$50 millones con la banca privada de EUA, el gobierno dominicano también solicitó en 1931 un préstamo con el gobierno de EUA por US$5 millones, llegando a un préstamo total de US$55 millones (hoy US$885 millones). Varios historiadores han comentado sobre esta enorme solicitud de préstamo que pocos dominicanos conocen.
La
autorización del préstamo con la banca privada de Estados Unidos por la suma de US$50 millones le fue negada de inmediato y tajantemente por el gobierno de Estados Unidos sobre la base de que
el servicio de semejante deuda seria demasiado alto para el ingreso
del gobierno dominicano y que el monto en sí sencillamente era demasiado
alto. El negociador del gobierno americano sí indicó que estaban
dispuestos a estudiar la posibilidad de concederle al gobierno
dominicano el préstamo con el gobierno de EUA por la suma de US$5-$10
millones que simultaneamente el gobierno dominicano había solicitado. Al final tampoco le concedieron este préstamo con el argumento de que
el uso y manejo que les darían a esos fondos habían
sido descritos por el representante dominicano y en sus documentos en términos muy vagos,
es decir que no quedó claro cómo se iban a manejar dichos fondos. Los
Estados Unidos ya conocían la forma en que Trujillo había manejado
el presupuesto de la Guardia National antes de apoderarse de la presidencia puesto
que en 1929, después de una estudio de las finanzas del Estado, la
Misión Dawes concluyó en 1929 que la Guardia Nacional y Obras Públicas eran los dos ministerios más corruptos del gobierno dominicano. A la larga, no valieron las presiones y tediosas negociaciones con el fin de conseguir los US$55 millones de parte de quien posteriormente se haría llamar con cínica hipocresía el "Restaurador de la Independencia Financiera" (por decreto del Congreso), honra pública gracias a que al pueblo dominicano no le informaban sobre los manejos y negociaciones mantenidas en secreto tales como ésta. Por cierto, de haber sido aprobado este préstamo de US$55 millones, el cual junto a la deuda heredada de unos US$20 millones sumaría US$75 millones, hubiéramos cargado con la deuda externa más alta de toda nuestra historia republicana hasta 1930, además de que las amortizaciones de ese préstamo serían a 40 años (ver Frank Moya Pons más abajo), es decir, que estaríamos pagando ese préstamo hasta 1971. De hecho, la deuda que en 1961 nos dejó el "Restaurador de la Independencia Financiera" fue la más alta en la historia dominicana hasta entonces, como veremos más adelante.
Nuestro Restaurador tuvo que esperar hasta que la política del "Buen Vecino" de Roosevelt le permitiera obtener un préstamo del Eximbank por unos US$4 millones en 1940, resultado de la política de buena cooperación del presidente Roosevelt con el fin de que los países latinoamericanos no colaborasen con los países del Eje y Trujillo trató de aprovechar al máximo esa política (ver entre otros: Eric Roorda, The Dictator Next Door: The Good Neighbor Policy, pág. 213). Poco después, obtuvo otro préstamo por US$1.5 millones.
Debido a la inmediata y rotunda negativa del gobierno americano de aprobar el préstamo de US$50 millones, el resto del siguiente largo expediente tiene que ver con las negociaciones para obtener el préstamo por US$5 millones solicitado conjuntamente en 1931 las cuales, por cierto, al final fracasaron.
A continuación compartimos las primeras seis páginas de este largo expediente de 53 páginas.

(Ver referencias y link de este expediente al final de esta exposición.)
El siguiente documento desclasificado del Departamento de Estado de Estados Unidos también se refiere a esta enorme solicitud de préstamo (US$50 millones) en 1931:
Ver: Papers Relating to the Foreign Relations of the United States, 1931, Vol. 2 - Pág. 84
United States Printing Office, Washington, 1946
De
haber sido aprobado este enorme préstamo por el gobierno norteamericano, esta deuda de
US$55 millones hubiera sido:
- Unas
5 ó 6 veces mayor que el monto del presupuesto nacional de 1931 (US$10
millones, ver Moya Pons, o US$9 millones según las declaraciones del propio Trujillo, ver entrevista en YouTube con Bill Leonard). De hecho, sumada a la deuda heredada, la deuda externa total de RD en 1931 (US$75.5 millones) hubiera sido 7.5 veces mayor que el presupuesto nacional de entonces.
- Más de dos veces y media el monto de la deuda heredada de los gobiernos
anteriores (US$20 millones, ver Informe del Banco Mundial-1949, Moya Pons y el siguiente informe).
- Más
grande que la onerosa deuda que nos dejó el dictador Lilis ($40-45
millones de pesos mexicanos), reducida a US$17 millones por el gobierno de ocupación de 1916 por medio de la recaudación de las aduanas y de los ingresos y reducida a US$11 millones al principio del gobierno de Horacio Vásquez.
En
dólares actuales, US$55 millones de 1931 equivaldrían hoy (2017) a US$804
millones.
De haber sido aprobado el préstamo de US$55 en 1931, en el futuro el régimen hubiera tenido que pagar
una deuda de US$75.5 millones de dólares. Si
al régimen le tomó 17 años "saldar" una deuda de $25.5 millones, o sea un promedio de US$1.5 millones por año, entonces al régimen le hubiera tomado (ceteris
paribus) un total de 50 años saldar toda la deuda. (US$1.5 millones x 50 = $75 millones). Es decir que no hubiéramos
terminado de pagar esa deuda sino hasta el año 1980, si las condiciones fueran ceteris paribus. En realidad,
nos hubiera tomado más tiempo ya que cuando Trujillo saldó la
deuda en 1947 lo hizo en los años de mayor bonanza económica
en la historia republicana del país, boom económico generado por el aumento en la demanda y en los precios de nuestros productos de exportación. Por
una serie de excesos (la Feria de la Paz, enormes gastos militares, fuga de
divisas), la balanza de pagos y el presupuesto estatal sufrieron déficits a partir de 1956 lo que condujo al Restaurador a solicitar
otros préstamos en 1956 y en años posteriores. Por tanto, podemos concluir que el país no hubiera
tenido capacidad de pagar el resto de la deuda (US$55 millones) en esos años de
crisis, lo que hubiera prolongado (y hasta aumentado) la enorme deuda restante más allá del año 1980. En conclusión, gracias a que los norteramericanos le rechazaron el enorme préstamo de $55-$60 millones y gracias a la bonanza económica en RD generada por la Segunda Guerra Mundial lo que le permitió al país asumir la deuda internamente, el Restaurador pudo (casi) saldar la deuda en 1947, no fue, como hemos visto, necesariamente por una vocación del Jefe a la soberanía financiera de la patria como él declamaba ("he realizado uno de mis anhelos más íntima y fervientemente acariciado") y que queda demostrado por su interés en endeudar al país con un monto ($55 millones) casi tres veces mayor que lo que debíamos ($20 millones). Si las cosas hubieran resultado a su manera, hubiéramos tenido que esperar hasta el 1980 para saldar la deuda y poder proclamar al Jefe con gran regocijo nacional y pompa estatal como el "Restaurador de la Independencia Financiera", a sus 89 años de edad, posiblemente post mortem.
Rechazan segunda solicitud de préstamo del gobierno dominicano en 1931:
http://ufdc.ufl.edu/UF00081363/00001?search=dominican+=republic
Por cierto, con tal de inflar la presunta hazaña de haber pagado el saldo de la deuda externa en 1947, en su triunfal discurso ante el Congreso y la nación en que anunciaba con tono trascendental dicho pago en 1947, el Jefe aumentó falsamente el monto de la deuda externa que heredó en 1930 diciendo "la deuda exterior que ascendía a casi $30 millones de pesos..." cuando en realidad fue de menos de US$20 millones, contradiciendo el informe de su propio gobierno (Nota: 1 peso = 1 dólar).
Continuemos con la evolución de nuestra deuda externa durante la Era:
Como pueden ver en el siguiente documento, en febrero de 1938 el gobierno dominicano solicitó un préstamo del National City Bank of New York, el cual no le fue concedido.
Según el historiador Frank Moya Pons, los préstamos solicitados en 1931 hubieran prolongado el control norteamericano de las aduanas por muchoa años más:
En 1940 Trujillo obtuvo un préstamo del EXIM Bank de poco más de US$4 millones para
arreglar y construir carreteras y construir el Hotel Jaragua (ver entre muchos otros, Eric Roorda, The Dictator Next Door, pág. 213). Parte de esos fondos fueron desviados y usados para financiar la expansión y modernización de las instalaciones y
equipos del matadero/carnicería del dictador, lo que la convirtió en la carnicería más grande y la más moderna del país. Por cierto, poco después Trujillo figuraba como el accionista principal del Hotel
Jaragua aunque éste fue construido con un préstamo asumido por el Estado, no por el Benefactor. Años después, a finales de la Era, sus tres hijos
también figuraban como tenedores de bonos de dicho hotel. A la luz de la forma en que ellos se hacían socios mayoritarios de empresas ya existentes, ¿creen ustedes que
los Trujillos alguna vez le pagaron al Estado lo que valían esas acciones y esos
bonos del Hotel Jaragua?
Pocos meses después obtuvo otro préstamo por aproximadamente US$1.5 ó 2.0 millones (hoy, unos US$25 millones) para modernización de infraestructura (puertos) de interés para la defensa militar en plena guerra mundial.
A continuacion compartimos tres de varias referencias que tenemos sobre estos préstamos:
En dólares de 2017, US$1 millón de 1940, equivalen US$17.5 millones actualmente.
Creemos que el siguiente préstamo se refiere a los dos préstamos que acabamos de mencionar, pero presentados como una sola transacción puesto que coincide con los dos préstamos anteriores en el año (1940), el monto ($4 millones + $1.5 millones y el origen del préstamo (Eximbank). Naturalmente, no podemos afirmar como un hecho que no se trata de otro préstamo. De hecho, el nieto de Trujillo, Ramfis Domínguez Trujillo, ha dicho repetidas veces que la
deuda que su abuelo saldó en 1947 fue de US$28 ó $29 millones en
total, por lo que según su versión, entonces, Trujillo endeudó aún más al país en unos $8 ó $9 millones sobre la deuda original de $20 millones,
La edición del 14 de noviembre de 1948 del Chicago Tribune (pág. 16), también menciona que "la mitad" del préstamo de 1940 lo usó el régimen para la construcción de un lujoso hotel y la construcción "de un nuevo matadero".
Nueva solicitud de préstamo con consorcio del Chase National Bank:
Año: 1944
Esta vez el embajador Troncoso negociaba a nombre del gobierno dominicano con un consorcio de bancos encabezado por el Chase National Bank. Según Trujillo, los fondos de dicho préstamo serían destinados al pago de la deuda de 1930. Otros documentos demuestran que este nuevo préstamo al final no fue aprobado por el gobierno de EUA por lo que en 1947 Trujillo pagó el saldo de la deuda de 1930 teniendo que recurrir al endeudamiento interno.
Este intento con el Chase National Bank demuestra, junto a sus otras solicitudes de préstamo en el exterior (una en 1931 y otra en 1940), que el principal interés de Trujillo con saldar la deuda externa no era, como él y su propaganda lo proferían, “liberar al país de todo compromiso financiero extranjero”, sino tomar completo control de las aduanas a como diera lugar (aunque tuviera que extender y ampliar nuestra deuda externa con nuevos préstamos).
Tal como los hechos posteriores lo han demostrado, los principales beneficiarios de la total independencia de las aduanas en 1947 fueron Trujillo, su familia y sus numerosas empresas, de las cuales un gran número de ellas quedaron exentas del pago de aranceles y las otras pagaban un porcentaje reducido. Naturalmente, también tendría en sus manos los fondos derivados de los aranceles extraídos a muchas otras empresas e individuos, pues en 1944 el Benefactor todavía no había monopolizado la economía si bien lo estaba logrando a pasos agigantados. He ahí el verdadero móvil detrás de su afán por saldar la deuda externa de 1930, pues esa era la deuda que mantenía las aduanas fuera de su control total. El interés no era la tal “soberanía financiera” ya que antes de 1947 y después, Trujillo solicitó numerosos préstamos en el exterior. Si esto no es suficiente prueba, veremos mas adelante en esta exposición lo efímera que fue la celebrada soberanía financiera y lo fácil que poco después el Restaurador volvió a endeudarnos por una suma casi cuatro veces mayor al monto de la deuda que heredó en 1930 cuando se apoderó del poder.

Ahora bien, si el Restaurador no llegó a endeudarnos aún más antes del trascendental año de 1947, no fue por falta de empeño de su parte como hemos visto y como veremos a continuación: En 1946 el ministro J.M. Troncoso viajó a
Washington de nuevo y solicitó otro préstamo del Eximbank presuntamente para
financiar un proyecto hidroeléctrico en Jimenoa conjuntamente con la
compañía eléctrica norteamericana en RD (Compañía
Eléctrica de Santo Domingo - Stone & Western), préstamo que el gobierno americano le negó alegando que había mucha tensión
entre esa empresa extranjera y el gobierno dominicano lo que
comprometería el éxito del proyecto (ver Trujillo y el control
financiero norteamericano, pág. 566, B. Vega). Si bien el proyecto redundaría en beneficio para esa comunidad, lo significativo para nuestro análisis es que con este intento de conseguir otro préstamo el Restaurador contradecía las palabras que pronunciaría solemnemente meses después en 1947, con las que manifestaba con "patriótico" tesón
su total desprecio por el endeudamiento de la Patria y la necesidad
imperiosa de lograr, de una vez por todas, la total y absoluta soberanía financiera. Naturalmente, como no había ningún tipo de transparencia en estos trámites financieros del régimen, la mayoría del pueblo creía con fe de carbonero en las patrióticas e inspiradas arengas del Restaurador. A continuación compartimos las venerables y vehementes palabras de Trujillo expresadas sin ningún sonrojo pocos meses después de este cuarto o quinto intento de obtener otra deuda por cuenta del Estado dominicano.
El
trascendental “Pago de la Deuda Exterior”
“...liberar
al país de una manera absoluta de toda deuda exterior. Al anunciarlo
aquí al pueblo dominicano, rebosante de júbilo patriótico
en mi corazón, he realizado uno de mis anhelos más íntima y
fervientemente acariciados.”
Rafael
L. Trujillo Molina en su discurso ante el Congreso en 1947 anunciando el pago "total" de la deuda externa (ver más frases edificantes de este discurso al final de este artículo).
Al
oír estas rebosantes
palabras y al leer sobre la exaltación histórica de su figura como el 'Restaurador de
la Independencia Financiera' a que se abalanzaron sus aduladores, ¿quién hubiera creído que, en medio de sus íntimos y acariciados
anhelos, pocos meses antes el Restaurador estuvo tratando de endeudar
al país aún más con otro préstamo exterior y que a un año de
haber ascendido al poder trató de endeudar
a la Patria en 1931 con el préstamo más grande de nuestra historia
republicana (US$55 millones) hasta entonces? Por lo menos hay que admirar en
Trujillo uno de sus más notables dones: saber explotar al máximo
toda oportunidad que apareciera para exaltar su propia figura y coronarse con laureles sin importar la escasez de méritos.
Lo que
es todavía más extraño es que siendo el Benefactor tan patriótico
y tan independentista (según él), en 1946 él recurriera al
endeudamiento externo de la Patria cuando ya para 1946 él era un
multimillonario (a costa del Estado y del pueblo) y fácilmente
hubiera podido financiar ese proyecto de Jimenoa de su propio peculio
"rebosante de júbilo patriótico", o por lo menos
prestarle el dinero necesario al Estado para que éste no tuviera que
endeudarse en el exterior comprometiendo aún más la soberanía que tanto le preocupaba al Jefe, según él. Un año antes, la prestigiosa revista TIME
Magazine había publicado un artículo (Gaudiest Dictator; nov. 19,
1945) en que calculaba los ingresos personales de Trujillo en US$6
millones por año. Una de esas gestas patrióticas suyas que
permitieron tan elevados ingresos para el Benefactor fue la ley
impuesta en 1931 que obligaba a todo contratista con el Estado
dominicano a depositar el 10% del valor del proyecto o la venta en la
cuenta privada del Benefactor. Aún si estuviera ganando la mitad
anualmente, es decir, unos US$3 millones, a él le hubieran sobrado
recursos económicos para pagar por el proyecto de Jimenoa, si es que
realmente era tan patriótico como lo proclamaba. Por cierto, según el extenso y detallado ensayo escrito por George Kent, God and Trujillo (1946, The Inter-American), los ingresos anuales de Trujillo en 1946 eran de US$5 millones (hoy en 2017, US$64.6 millones).
De hecho, si hubiera sido tan patriótico, muchos años antes de 1947 el multimillonario dictador pudo haber pagado "de su propio peculio" aunque sea la mitad (US$4.5 millones) del saldo pendiente de la deuda externa, especialmente cuando parte de esa deuda fue asumida (1940) por el Estado dominicano para financiar en forma corrupta la construcción y modernización de dos de sus empresas (el hotel Jaragua y el matadero). De esta forma, el multimillonario patriota Trujillo le hubiera ahorrado a su patria los intereses que tuvimos que pagar desde 1940 cuando otuvo la postergación del pago del saldo de la deuda externa.
Ahora
bien, cuando Trujillo anunció con bombos y platillos que había
pagado el saldo de la deuda externa en su totalidad (US$9.2
millones), en realidad dejó un saldo pendiente de pago por US$1.3
millones del préstamo de 1940 con el Eximbank, según el informe del Banco
Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (BIRD) y según varios
economistas. Por su parte, el informe de 1949 del Banco Mundial indica que la deuda
pendiente con el Eximbank en 1949 sumaba US$800,000 o sea que entre
1947 y 1949 aparentemente el gobierno pagó US$500,000 del saldo
pendiente con el Eximbank.
También
quedamos debiendo otro préstamo de poco más de US$1 millón asumido
por el Banco de Reservas con un Banco de New York (ver economista
Arturo Martínez Moya) poco antes del pago de la deuda externa,
préstamo que pasó inadvertido por todos mientras aclamaban al
Benefactor como el "Restaurador de la Independencia Financiera"
con el pago "completo y absoluto" de toda deuda exterior".
Como podemos ver, no resultó ser la "redención total y
absoluta de la soberania financiera" como lo anunciaban urbi et
orbi sino que el Restaurador pagó casi la totalidad de la deuda
externa. Sin embargo, insertar la palabra "casi" en las
consignas triunfalistas que ensalzaban al Restaurador no le covenía
a la retumbante propaganda trujillista. (Por cierto, Haití también pagó
su deuda externa ese mismo año y su gobierno nunca hizo semejante
barullo).
Todo lo anterior lo avalan los siguientes informes oficiales: Informe del Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD) de 1948 y el informe del Banco Mundial de 1949:
http://documents.worldbank.org/curated/en/697661468261334157/text/UNN5000Dominic0lic000Summary0report.txt
Link: http://documents.worldbank.org/curated/en/852771468016218916pdf/668500SR0Box260l0american0countries.pdf
Noten,
lectores, que al régimen trujillista le tomó 17 años "saldar" la deuda
acumulada, la cual, según las cifras sobre la deuda que conocemos en
concreto hasta 1947 consistía en:
US$20
millones de la deuda heredada
US$5.5
millones de dos préstamos del Eximbank en 1940
Además, los informes anteriores, de 1948 y de 1949, avalan lo que varios historiadores y economistas han mantenido: que Trujillo pagó la deuda externa aumentando verticalmente la deuda interna del Estado. Noten que estos dos informes indican que la deuda interna de golpe aumentó en 1947 de US$1 millón a US$10.5 millones, el mismo monto del saldo de la deuda externa que se pagó ese año. ¿Casualidad...? No. Como no logró obtener el préstamo que solicitaba en el exterior en 1944 para refinanciar la deuda exterior y tomar total control de las aduanas, lo que Trujillo hizo en 1947 fue una recomposición de la deuda. El Estado dominicano siguió igual de endeudado, pero lo importante era que Trujillo podla exaltarse con un titulo más: el de Restaurador de la Independencia Financiera y, ahora, tener control total sobre las aduanas para manejarlas a su antojo.
Pero como si esto fuera poco, aún hay más: encontramos un documento del gobierno americano que indica que entre 1946-1947 el régimen trujillista había solicitado otro préstamo de un consorcio de bancos americanos con el fin principal de saldar la deuda, pero este préstamo también le fue negado. Es decir que el régimen tenía la pretención de renegociar la deuda manteniendo al país endeudado con el exterior, pero al no conseguir el préstamo, maniobró de tal forma que pagó la deuda externa con un endeudamiento interno. Por tanto, Trujillo no convirtió la deuda externa en una deuda interna por razones "independentistas", como sus apologistas querrán interpretarlo, sino porque sencillamente no tuvo otra alternativa. Ese documento se nos traslapó temporalmente, pero tan pronto lo encontremos, lo incluiremos en esta exposición. Esto es otro indicador de que lo que a Trujillo más le interesaba no era liberar al país del endeudamiento externo como lo repetía su insistente propaganda, sino liberar las aduanas y esto porque él, su familia y sus empresas serían los más beneficiados con ese control, tal como lo demostró cuando sus empresas quedaron exentas del pago de aranceles. Además, casi inmediatamente despues de la "nacionalización" de las aduanas apareció la infame "aduanita", administrada por María Martínez y su primo Frank Parra Alba.
También es importante observar que el informe del BIRD de 1948 respalda lo que nos dicen nuestros historiadores y economistas cuando indica que después del supuesto pago "final y absoluto" de la deuda externa, RD todavía le debía US$1.3 millones al Eximbank.
Citamos:
"Trujillo paga el balance de los bonos emitidos en 1922 y 1926, ascendente a $9,271,855.55 dólares, equivalente a 1.9% del Producto Interno Bruto a precios de 1970 (el monto de $491.60 millones de pesos o dólares), la deuda no presionaba la economía. Trujillo no redujo la deuda pública total cuando hizo el pago de los bonos, lo que hizo fue sustituirla por deuda interna, porque tomó un préstamo por el mismo monto en el Banco de Reservas, con la garantía de bonos del Estado dominicano denominados en pesos a una tasa de interés anual de 5%." (Ver informe Crecimiento economico dominicano, 1844-1950, AGN, pág. 34)
Por su parte, el economista Arturo Martínez Moya comparte otros detalles:
"Trujillo
nunca pagó la deuda pública, lo que hizo fue cambiar de acreedor, el
lugar de los tenedores de bonos en el exterior lo ocupó el Banco de
Reservas. Aprovechó que la moneda dominicana había entrado en
circulación en 1947, con el valor de un peso igual a un dólar, para
cambiar la composición de la deuda pública, de externa a interna, de
bonos en dólar a bonos en pesos que vendió al Banco de Reservas."
"Prometió recogerlos un año después, cosa que no hizo pudiendo hacerlo, le sobraba liquidez,
la presión tributaria había aumentado de 2.73% en 1931 a 15% en 1947,
por los ingresos tributarios, que de $7.2 millones en 1931 aumentaron a
$12.2 millones en 1940 y a $73.8 millones en 1947, debido a los aportes
de la industria azucarera. Desde 1947 y hasta hoy día el gobierno ha
sido el mayor depositante y también el mayor deudor del Banco de
Reservas."
(Ver este excelente artículo (Trujillo no paga la deuda pública) en hoy.co.do: http://hoy.com.do/trujillo-no-paga-la-deuda-publica/.
El
total de la deuda externa hasta 1947 (la que conocemos) es de
US$25.5 millones de la cual quedaban en 1947 aprox. US$11 millones por pagar. Como hemos comentado, el nieto de Trujillo ha dicho repetidas veces que la
deuda que su abuelo saldó en 1947 fue de US$28 ó $29 millones en
total, por lo que según su versión, entonces Trujillo endeudó aún más al país en unos $8 ó $9 millones sobre la deuda original de $20 millones, lo que es posible ya que los historiadores y economistas han descubierto muchos préstamos después de 1947 que el régimen nunca reveló públicamente y que la propaganda triunfalista del trujillismo sobre la deuda ha encubierto hasta nuestros días. Sin embargo, para evitar hacer nuestros cálculos basándonos en cifras no comprobadas, continuaremos nuestros cálculos sólo sobre la base de los préstamos adicionales que nosotros hasta ahora hemos podido identificar: US$5.5 millones más hasta 1947 (sin descartar la posibilidad de que obtuvo otros préstamos).
Ahora bien, el historiador Francisco Berroa Ubiera nos recuerda que la deuda que Trujillo heredó de US$20 millones se debió haber pagado en 1942, pero Trujillo logró una prórroga con el Tratado Trujillo-Hull de 1940, "por
medio de la cual la deuda que debía ser pagada en 1942 fue diferida
para pagarse en 1947, es decir que Trujillo pagaba tarde, y por lo tanto
pagaba mal porque el retraso de un pago de una obligación de este tipo
conlleva el pago adicional de moras y de intereses adicionales".
Pero aún peor es que Trujillo, nuestro genio de las finanzas, pudo haber pagado fácilmente esa deuda externa en 1934, tal como lo señala el economista Bernardo Vega en su artículo Lo bueno de Trujillo:
"Trujillo pudo haber pagado esa deuda en 1934 cuando nuestros bonos se cotizaban en la Bolsa de Nueva York a apenas quince centavos por dólar, pero terminó pagándola a un dólar, sin descuento alguno."
El informe de febrero 1, 1951 del banco IBRD (pág. 5) sobre la deuda externa dominicana confirma el pago al 101% por los bonos que menciona Bernardo Vega y que, además, el saldo de la deuda $9.7 millones ($10.9 millones menos $1.2 = 9.7 millones) se pagaría con la venta de bonos al Banco de Reservas:
"In 1947 the Republic announced that the two loans (stamped and unstamped) would be redeemed at 101% of their principal amount on September 1, 1947 and on October 1, 1947. To cover the $10,909,000 outstanding at this time, $1.2 million was provided out of income and the balance [$9.7 millones] by the sale of bonds to its reserve bank."
Les recordamos a los lectores que no sólo pagó la deuda externa tardíamente sino que ni siquiera internalizando la deuda con los bonos del Banco de Reservas logró pagarla en su totalidad tal como lo confirma este documento del Departamento de Estado de 1951:
https://history.state.gov/historicaldocuments/frus1951v02/d785
¿Cómo
es posible haber "liberado al país, en una manera absoluta, de
toda deuda exterior" como lo anunció el Benefactor en 1947 y
todavía continuar pagando por una deuda exterior en 1951 y en años
posteriores tal como lo señalan el informe del Banco Mundial, el
informe del BIRD y como lo demuestran el anterior documento del
Departamento de Estado y otros documentos?
Como Trujillo en la realidad no tenía reservas para seguir endeudanndo el Estado, como hemos visto, y como el "Benefactor" se convirtió en millonario a base de la corrupción, extorsión y despojos, obviamente el "patriotismo" no fue la verdadera motivación detrás de ese pago total de la deuda externa. La siguiente explicación nos presenta una razón mucho más lógica:
Si
bien la administración de las aduanas quedó formalmente en manos
dominicanas bajo
el Tratado Trujillo-Hull de 1940,
según
dicho acuerdo, todo
lo
recaudado debía ser depositado en el National City Bank of New York y los funcionarios de esa entidad, quienes
funjían como los
representantes de los tenedores de bonos, disponían la distribución
de los fondos entre el gobierno dominicano y los acreedores
extranjeros (Ver
Moya
Pons 1998: 237). Este mecanismo no le permitía
a Trujillo manejar los fondos recaudados libremente a su antojo ya
que eran los funcionarios del Bank of NY los que administraban los
fondos y se aseguraban de que la contabilidad estuviese en orden. Es
con el pago total en 1947 del saldo de la deuda externa (US$9.2
millones) que al fin Trujillo tiene el poder completo sobre el manejo
de los aranceles y su contabilidad. Ni lerdo ni perezoso, muy pronto
apereció la “aduanita” una oficina manejada por María Martínez
y su primo Frank Parra Alba (testaferro de Trujillo) que cobraba un
porcentaje adicional (aparte de los aranceles) a las exportaciones e
importaciones. Además, gran parte de las empresas de los Trujillos
(presentes y futuras) pronto quedarían excentas de los aranceles,
algo que no podía hacer a su antojo antes de 1947.
Este
pago se vio facilitado significativamente por la política del Buen
Vecino del presidente Roosevelt y sus consejeros quienes pusieron
especial énfasis en mejorar las relaciones financieras entre los
países latinoamericanos y EUA. El objetivo de la política del Buen
Vecino era conseguir la lealtad y cooperación de los países de la
región hacia Estados Unidos frente a los Nazis con un trato más
justo y equitativo en sus relaciones con
la región (ver entre muchos otros: Eric Roorda, The
Dictator Next Door: The Good Neighbor Policy and the Trujillo
Regime).
De especial importancia geoestratégica
para Estados Unidos era nuestra isla por su cercanía al Canal de
Panamá y por ser la isla central del archipiélago
antillano. Sin embargo, la propaganda trujillista hasta nuestros días
siempre ha presentado este pago de la deuda como producto exclusivo
del sobresaliente ingenio del Generalísimo.
De
hecho, los consejeros económicos americanos (Wallich y Triffin) le
aconsejaban a Trujillo que esperara un par de años a que se creara
el Banco Central y el peso-oro dominicano primero. Además, Trujillo
en 1947 gozaba de excelentes relaciones con el gobierno de Estados
Unidos por su plena cooperación durante la guerra mundial, por lo
que no le hubieran obstaculizado el corto aplazamiento.
1951:
Otra solicitud de préstamo

Llama la atención
que para esta empresa Textilera Dominicana, la cual era parcialmente o
totalmente propiedad suya, Trujillo (ya para 1951 un acaudalado
multimillonario) no se ocupó
de prestarle o de fiinanciar ese proyecto de su propio peculio, sino
que hizo que la empresa tratara de encontrar fondos en el exterior. No
se puede descartar que tuviera en mente hacer con esta empresa lo que
hizo con varias empresas suyas: Venderle esta textilera endeudada al
Estado dominicano para que el Estado se encargara de pagar la deuda y
después, con la deuda ya pagada totalmente o en su mayoría, volver a comprársela al Estado a un precio muy conveniente. Como ya habíamos señalado, en su artículo Gaudiest Dictator (Nov. 19, 1945), la prestigiosa revista TIME Magazine calculó los ingresos de Trujillo en US$6 millones anualmente.
Cabe recordar aquí lo que expresó el gral. Arturo Espaillat (alto oficial del régimen por 15 años) en su libro Trujillo, the Last Caesar (pág. 51):
"Cada vez que se lanzaba una nueva aventura empresarial nunca quedaba claro si le pertenecía al Jefe o al Estado. Si la empresa registraba ganancias, era de Trujillo, si fracasaba, era del Estado."
Hablando del Banco Agrícola en su rol de vertedero estatal para las empresas de los Trujillos y su centro de reciclaje, habíamos leído en un libro que poco antes de irse del país en noviembre, Ramfis Trujillo logró venderle al Banco Agrícola varios de los ingenios del Norte por unos US$25 millones de dólares. Es probable que los funcionarios del Banco Agrícola no estuvieran informados sobre las conversaciones secretas con el gobierno americano en relación a la Fundación
y las empresas de Trujillo (especialmente los ingenios) y que no se
daban cuenta de que el Banco estaba comprando empresas que
prácticamente ya no le pertenecería a Ramfis sino al pueblo dominicano (la Fundación) y que en pocos días Ramfis abandonaría el país para siempre. De todas formas, a sabiendas o no, los funcionarios del Banco Agrícola se la hubieran tenido que comprar al precio que Ramfis cotizara porque hasta el último minuto antes de zarpar en el yate, el hijo del tirano todavía detentaba el poder de las armas y el terror del SIM. Ese poder criminal que tuvo en sus manos hasta montarse en el yate y enrumbar hacia otras costas se hizo trágicamente palpable en la masacre de la Hacienda María.
Por cierto, el documento anterior del Departamento de Estado de 1951, en su análisis de la situación de la Textilera Dominicana, menciona que ésta tuvo que cerrar temporalmente y que no ha podido vender sus inventarios acumulados debido al creciente desempleo en el país y a la depresión económica en general ("increasing unemployment and depressed state of business in general"). Esto es otro indicador que contradice la falsa versión de los trujillistas de que la economía y el estándar de vida de los dominicanos empezaron a sufrir apenas a finales de 1960.
Volvamos a la evolución de la deuda externa en lo que resta de la Era Gloriosa:
Nuevo endeudamiento
En 1955 Trujillo nacionalizó la CDE (Corporación Dominicana de Electricidad), propiedad de la Stone & Webster, mediante la emisión de bonos y un préstamo que obtuvo con el Bank of Nova Scotia (BNS), préstamo, segun una fuente, que el Estado logró pagar antes de la muerte del dictador, pero esto no lo hemos podido confirmar con economistas ni historiadores. Esa empresa le costó al Estado dominicano US$13.5 millones. Más adelante, sus tres hijos (Ramfis, Radhamés y Angelita) figuran, por arte de magia, como portadores de bonos de la CDE por un total de más de US$6 millones (ver La fortuna de Trujillo, Juan Bosch). Segun el informe de Juan Bosch "los bonos de la Corporación Dominicana de Electricidad estaban calculados para pagar a su vencimiento más de 6 millones por encima de los 5 millones 87 mil que representaban.”. Es decir que al final los Trujillos obtendrían un total de más de US$11 millones de dólares (en 2017, unos US$101 millones). Esos bonos estaban depositados en custodia en las arcas del BNS en Canadá, por lo que suponemos que tratarían de redimir dichos bonos desde el exilio. Obviamente, la “nacionalización" de la compañía eléctrica resultó en beneficio directo para la familia Trujillo, como en casi todo lo que le “pertenecía” al Estado dominicano. En pocas palabras, los hijos de Trujillo recibirían casi el mismo monto que el Estado dominicano tuvo que pagar por esa empresa.
Sabemos que a partir de 1956, después de la
suntuosa Feria de la Paz, Trujillo empezó a solicitar y obtuvo una
serie de préstamos con diferentes bancos: Bank of America (US$6.0
millones), Bankers Trust Co. (US$7.0 millones), Eximbank, Banco de
Nova Scotia (US$6 millones), luego con el mismo BNS otro préstamo
por US$6 millones y otro por US$9 millones (ver más abajo artículo:
Lo que ya se olvidó), préstamos que sumaban un total de US$40-50
millones, equivalentes hoy a más de US$320-400 millones (ver
Congressional Record-House, Feb. 28, 1957, pág. 2819, informe del
congresista Charles Porter). Por su parte, el Eximbank le rechazó la
solicitud a principios de 1957. Esto lo confirma, entre otras
fuentes, el periódico Columbia Daily Expectator (pág. 3) en su
edición del 27 de septiembre, 1957, el cual señala que el régimen
había solicitado un préstamo a dicho banco por US$40.5 millones
pero que el banco engavetó el caso (filed away) sin concederle el
préstamo debido al escándalo Galíndez. El título del artículo
es: Trujillo Prestige Low Due to Galíndez Case:
.
Documento del gobierno americano sobre una de las solicitudes de préstamo en 1956:

https://history.state.gov/historicaldocuments/frus1955-57v06/d308
En esa ocasión en 1956 le rechazaron el préstamo de US$26 millones debido al escándalo Galíndez, pero le concedieron una línea de crédito por US$4 millones.
Más adelante, en 1959-1960, obtiene un préstamo stand-by del Fondo Monetario Internacional por US$11 millones, de los cuales de inmediato se usaron $9 millones (ver informe del mismo FMI-1960) y otros préstamos con bancos
extranjeros y nacionales. Entre éstos, varios préstamos eran para beneficio de sus
ingenios azucareros privados pero dando en garantía bienes públicos. Ver, además, No sería una estatua cualquiera, en la sección EGOLATRIA, artículo sobre como, con cruel hipocresía, se planeaba celebrar por todo lo alto este nuevo endeudamiento estatal con el mismo regocijo nacional (si no mayor) con que se había celebrado el pago de la deuda externa.
Los lectores pueden descargar este informe anual del FMI (1960) en el siguiente link:
https://www.imf.org/external/pubs/ft/ar/archive/pdf/ar1960.pdf
Noten que el gobierno efectivamente usó US$9 millones del préstamo stand-by.
Entre 1958 y 1959 el Estado obtuvo varios préstamos del Banco de Nova Scotia por la suma de aprox. US$50 millones con el fin de destinarlos a la renovación
tecnológica de los ingenios azucareros de Trujillo, pero dando en garantía las reservas en oro del Banco Central, naturalmente con el visto bueno del
presidente títere, Joaquín Balaguer. El Banco de Nova Scotia retiró las reservas de oro de las arcas del City Bank of New York donde estaban depositadas y las trasladó a su sede en Toronto, Canadá como garantía, tal como lo pueden apreciar en los siguientes extractos. Al momento de su muerte, Trujillo ni siquiera había empezado a pagar esta deuda por lo que el Consejo de Estado de 1962 heredó un Banco Central carente de divisas en oro que respaldasen el peso-oro dominicano e, inclusive, mínimas reservas de divisas (aprox. US$1 millón) por lo que en 1962 el Consejo de Estado tuvo que buscar préstamos de inmediato.
https://books.google.com/books/about/Invisible_and_Inaudible_in_Washington.html?id=RNdDi0cvn3YC
"A la hora de su muerte, de este último préstamo Trujillo no había pagado un
solo centavo y Balaguer tuvo que vaciar las bóvedas del Banco Central" para pagar el saldo no cubierto por el oro dado en garantía,
US$30.0 millones, mora e intereses. "Esta operación no fue registrada en
términos contables como una deuda externa de la nación, aunque de hecho lo era" (ver el historiador Francisco Berroa Ubiera, entre otros).
Uno de los préstamos del Bank of Nova Scotia:

El
anterior informe de la CIA también señala que Ramfis y Angelita
sacaron del Banco de Reservas US$46 millones (hoy en 2017 unos US$368
millones) posiblemente preparándose
para el exilio y que Ramfis había viajado a Suiza para ir preparando
el traslado de la familia Trujillo a ese país.
Para los
que todavía tengan dudas sobre esta nueva deuda asumida por el
Estado dominicano para ampliar y modernizar varios ingenios
azucareros de Trujillo, esto lo confirmó el propio Ramfis
Trujillo Martínez cuando se resistía a entregar las empresas
"de los Trujillos" a una Fundación tal como lo exigía el
Plan Kennedy después del ajusticiamiento. Cuando vio que no iba a
poder disponer de todas las empresas que él había "heredado"
de su padre, sugirió que, en lugar de incorporar el consorcio Río
Haina (la más grande de las empresas de su padre) a la Fundación
exigida por los americanos, éste se vendiera a inversionistas
nacionales o extranjeros y que parte de ese capital se usase para
pagar la deuda que el Estado dominicano había asumido en beneficio
de esos ingenios, sugerencia que fue rechazada por el gobierno
americano. Para constatar este reconocimiento de Ramfis de esa deuda
estatal en beneficio de los ingenios de Trujillo, los lectores pueden
leer a continuación un extracto del documento oficial del
Departamento de Estado sobre las negociaciones en Nueva York entre
Balaguer (ahora títere de Ramfis) y el Sub-secretario de Estado
George Ball sobre el futuro de las empresas de Trujillo.

Para leer este documento en su totalidad, ir al siguiente link:
https://history.state.gov/historicaldocuments/frus1961-63v12/d322
Ver también más abajo el interesante artículo de hoy.com.do Lo que ya se olvidó (Enero 11, 2004), http://hoy.com.do/lo-que-ya-se-olvido-2/.
Como pueden ver en el anterior documento, después de tratar de vender los ingenios de su padre como propiedad privada suya, cuando no se lo permitieron, Ramfis propuso un arreglo para pagar la deuda que Trujillo tenía con el Banco Agrícola, de tal forma que el propio hijo del dictador admitía que el Banco Agrxícola había financiado varios ingenios de Trujillo y que al momento de su muerte, esa deuda de US$30 millones todavía estaba pendiente.
En
pocas palabras, en contraste con la aclamada hazaña del Restaurador,
nuestro país
sólo gozó de "soberanía
financiera" durante unos 4 efímeros
años de los 31 largos años de la Era Gloriosa ya que en 1951
todavía
estábamos pagando la deuda de US$25.5 millones y en 1956 el régimen obtuvo una línea de crédito por US$4 millones. En 1957 el régimen obtuvo varios préstamos con bancos extranjeros (Bank of Nova Scotia, el FMI, etc.), una
nueva deuda externa que hasta el día
de su muerte Trujillo no pagó. Lamentablemente, en la realidad de
los hechos, a esto se reduce la brevísima
y humilde epopeya de la tan pregonada "soberanía
financiera" que nos legó el Restaurador.
Para terminar, cabe hacer una última
comparación: En 1930 Trujillo heredó una deuda externa de US$20
millones y una deuda interna de US$2 millones, por lo que el total de
la deuda pública en 1930 era US$22 millones (ver documento del
propio régimen trujillista más arriba).
Según
Germán Ornes, el director del diario El Caribe en un
articulo publicado el 22/23 de enero de 1962, el Consejo de Estado
había heredado del régimen trujillista una deuda pública de US$146
millones.
Ahora
bien, según varias tablas de conversión (ver entre otras
usinflationcalculator.com), un dólar de 1930 equivale a US$14.64
actualmente y un dólar de 1961 equivale a US$8.18. Entonces, en
dólares de hoy (año 2017), la deuda pública de 1930 era de
US$322.5 millones y la deuda pública de 1961 era de US$1,194.5
millones (mil ciento noventa y cuatro millones), repetimos, en
dólares actuales (2017). Si la tabla de conversión es correcta,
entonces el Restaurador de la Independencia Financiera nos dejó
una deuda pública casi 4 veces mayor (3.7) que la deuda pública que
él encontró cuando se adueñó del poder en 1930.
1194.5
÷ 322.5 = 3.7
Además,
observen los detalles ofrecidos por el director de El Caribe
en enero de 1962:
Esa
deuda pública consistía de
US$50
millones - Para financiar la Feria de la Paz
US$50
millones - Erogados para adquirir armamentos después de junio, 1959
US$40
millones - Para financiar la compra de los ingenios de la West Indies
Co.
Es
decir que esa deuda pública de US$146 millones en realidad consistía
en su mayoría de la deuda externa. Estas cifras concuerdan (dólares
más, dólares menos) con los montos documentados anteriormente en
esta exposición. No podemos ofrecerles una cifra oficial de la deuda
externa en 1961 precisamente debido al gran secretismo del régimen y
al terrorismo represivo que imposibilitaba cualquier tipo de
divulgación o investigación de los manejos de las finanzas del
Estado, especialmente el endeudamiento externo que el régimen
negaba y trataba de encubrir. Además, a partir de 1956-1957 Trujillo
nos endeudó no con un banco solamente, como antes, sino con unos 4 ó
5 bancos. Es por todo lo anterior que hoy es difícil saber con
precisión a cuanto ascendía en realidad en 1961 la deuda externa
acumulada. Sólo contamos con esta cifra de la deuda pública
(externa e interna).
Todo
lo anterior se refiere a nuestra deuda pública patente después del
ajusticiamiento, pero ¿qué decir de la otra deuda, la deuda
invisible, la aplazada? No olvidemos que en 1962 el Consejo de Estado
de inmediato tuvo que adquirir varios préstamos adicionales para
hacerle frente a los gastos inmediatos del Estado debido a que los
Trujillos y sus allegados dejaron las arcas del Estado casi vacías,
obligando al Consejo a aumentar aún más nuestro endeudamiento
externo. El breve gobierno de Juan Bosch también estuvo negociando
un préstamo con bancos Europeos, pero creemos que esto no llegó a
concretarse antes del golpe de estado varios meses después. Además
de esa enorme deuda que dejaron ante el Tesoro nacional, la aplazada,
tampoco debemos olvidar la deuda social ante el pueblo dominicano
pues de inmediato el Consejo de Estado tuvo que enfrentar huelgas y
reclamos populares que exigían justificados aumentos de salarios y
otras demandas sociales, especialmente de los empleados públicos y
los empleados de las decenas de empresas de los Trujillos, cuyos
salarios estuvieron congelados durante años. Esto creó una letal
presión sobre el nuevo y vulnerable gobierno de transición que
trataba de sobrevivir entre los fusiles del aparato militar
trujillista (todavía intacto) y la movilización popular que exigía
de inmediato sus derechos civiles y urgentes reformas sociales.
Como nota final, no debemos ignorar la agraviante
ironía de que quien nos dejó la más grande deuda externa de nuestra
historia republicana hasta 1961 hoy todavía goza, en ciertos círculos
retrógadas, del rimbombante título de "Restaurador de la Independencia Finanaciera" sólo por habernos liberado efímeramente de la deuda externa durante unos 6 años (1951-1957), si acaso. Estos círculos de obcecados nostálgicos todavía mantienen
el vano empeño de seguir engañando a las nuevas generaciones con el
mito sobre la proeza épica del pago total y absoluto de la deuda externa gracias al patriótico y genial protagonismo de nuestro flamante Restaurador.
Palabras del patriótico restaurador
Como se hace evidente en estos extractos
del discurso de Trujillo ante el Congreso Nacional y la nación en 1947, anunciando
con tesón el pago “total y absoluto” de la deuda externa, siempre hubo durante la Era Gloriosa un trágico divorcio, muy evidente pero tácitamente aceptado por todos, entre la retórica heroica y trascendental del régimen y la dura y mezquina realidad de los hechos:
“...liberar
al país de una manera absoluta de toda deuda exterior. Al anunciarlo
aquí al pueblo dominicano, rebosante de júbilo patriótico en mi
corazón, he realizado uno de mis anhelos más íntima y
fervientemente acariciados.”
“Uno
de los problemas vitales que en 1930 tenía frente a sí la república
era el económico, el de la deuda exterior, que ascendía a casi $30
millones de pesos, que parecía de imposible solucion para los
dominicanos...”
“Fue
siempre obsesión patriótica de mi mente rescatar al país de la
servidumbre financiera que nos sometía a la tutela de los insanos o
de los incapaces...”
“...ya
que mi patriotismo y lo que yo entiendo era mi deber como supremo
depositario de la confianza del pueblo dominicano no quedarían
satisfechos sino cuando la república quedara total y definitivamente
liberada, sin obligación financiera internacional, sin que existiera
un solo bono, ni siquiera por un centavo, de aquella deuda externa que
cuando ascendí al poder en 1930 era de casi una treintena de
millones de pesos y nos vinculaba a otros cargos por un viejo
instrumento internacional que era lesivo a nuestra soberanía. La
tercera y última etapa de la redención económica total, absoluta,
incondicional ha sido ya superada por mí. Lo anuncio así con
patriótico regocijo al pueblo dominicano. La ley en trámite de
aprobación que nos capacita para el trascendental acontecimiento
pone los medios necesarios para así, con nuestros propios recursos,
ejecutarla inmediatamente y dejar firmado un viejo anhelo de mi
patriotismo.”
Palabras de un "gobernante" que al año de ascender al poder trató de endeudar al país con una deuda adicional de US$55 millones, casi tres veces el monto de la deuda que heredó en 1930 (US$20 millones), pero esto nunca lo supo la mayoría de los dominicanos gracias al control totalitario sobre la información.
Para escuchar parte de este discurso, ir a Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=jSn_8__hrvw
Notas:
El peso dominicano oficialmente estaba a la par del
dólar a principios de 1962.
La deuda interna en 1930 de US$2
millones. El dato se basa en:
Artículo en hoy.com.do: Trujillo llega al poder 16 agosto de 1930 de Miguel Ramón Bona Rivera (13 de agosto, 2005)
Informe: Crecimiento económico dominicano, 1844-1950, AGN, pág. 160
Informe de la Secretaría de Estado (1947) del propio gobierno trujillista (pág. 24)
Trujillo exagera dos veces en su discurso cuando dice que la deuda externa en 1930 ascendía a US$30 millones. En realidad era de casi US$20 millones. Entre otros documentos, esto lo avala el propio informe financiero oficial publicado por la Secretaría de Estado en 1947 (ver link más arriba y el propio Trujillo en una entrevista grabada con Bernard
****************************

El Tiempo (Colombia)
23 de enero, 1962, pág. 9
Noten que el siguiente artículo dice que en 1960 el país tenía una deuda externa de $100 millones (entre la deuda del Estado y las deudas de las empresas de Trujillo) y que la situación ha empeorado. El artículo dice, además, que los bancos estatales no tenían fondos, que el régimen no dejó divisas y que el peso dominicano, aunque oficialmente a la par con el dólar, en los bancos extranjeros ya no tenía valor. También menciona que no se sabía en qué el Estado había gastado la gran cantidad de recursos recaudados en impuestos y menciona las obras públicas sobrevaluadas durante el régimen, clara prueba de corrupción.
RAMFIS TRUJILLO, EL SUCESOR INTEGRAL
James Wallace (Sunday Times)
El Tiempo (Colombia)
A
continuación compartimos parte de un artículo traducido al español para El Tiempo y publicado en julio de
1961, que revela aspectos de la verdadera situación económica de RD
en los últimos años del régimen a contrapelo de la versión fabulada
que siempre nos presentan los propagandistas trujillistas en que
alegan que nuestros problemas económico-financieros empezaron cuando
eliminamos al Generalísimo.
EXTRACTO:
Aunque
Ramfis y el resto de su séquito no tienen que vérselas con una
patente oposición política, no podrán menos que contemplar enormes
dificultades financieras, no obstante su interés de esconderlas tras
un velo. Pero los expertos afirman que están en posición de poder
decir que las reservas de cambio del país no existen, que el
desempleo es alarmante, que los negocios internos se han paralizado,
que las inversiones extranjeras se han acabado y que los trabajos
públicos se han reducido.
COSTOSO
APARATO
Los
fondos de la nación se han ido escapando gracias a las dispendiosas
exhibiciones del régimen pasado: armas, exhibiciones para la paz, y
desde luego, estatuas, monumentos, suntuosas avenidas que no conducen
a ninguna parte y, para qué callarlo, hospitales, escuelas e
instituciones de caridad, pero en cuya construcción se gastaba más
dinero que lo que en realidad se requería. “Aquel hombre tuvo
verdadera ilusión de grandeza, comentaba un comerciante local. Jugó
con los precios del azúcuar que por entonces estaban muy elevados y
desconoció totalmente la realidad económica. Llevó al país a una
enorme deuda pero se negaba a reconocerlo. Entretanto su familia
amasaba los millones.”
En
1960 se calculaba que la República Dominicana debía cerca de $100
millones a bancos extranjeros. Las deudas eran unas obligaciones del
gobierno legítico y deudas de las empresas particulares de Trujillo
que eran asumidas por el Estado. A finales del año pasado las cosas
llegaron a tal extremo que el mismo Generalísimo no se atrevió a
ocultarlo. En una entrevista con un periódico local dijo que los
bancos de la agricultura y de la industria habían sido cerrados por
causa de la “mala administración”, y que por ello el director
del banco había sido despedido. Fue una declaración muy
significativa: Nunca antes durante su gobierno Trujillo había
admitido que su régimen cometiera un error.
FONDOS
BANCARIOS
Pocas
semanas después se supo que gran parte de los bancos pecaban por
mala administración y que se estaba llevando a cabo una severísima
investigación. Pocos días después, casi todos los empleados de los
bancos oficiales fueron despedidos. Pero el episoio reveló, aunque
nadie se atreviera a comentarlo, que no había fondos en los bancos
del gobierno a pesar de las ganancias record en la exportación de
1960, de cerca de $152 millones.
Según
fuentes oficiales, la explicación era la presión de los bancos
acreedores del exterior. No obstante, aún
ahora, el cambio extranjero se considera vacío. Teóricamente, el
peso dominicano está a la par con el dólar, pero fuera del país
los bancos extranjeros ni siquiera lo reconocen para un descuento.
“FANTASIA
FISCAL”
El
presupuesto nacional de la República Dominicana que tiene casi tres
millones, habitualmente era un ejercicio para la “fantasía
fiscal”, según dice un hombre de negocios local. Nadie sabe
explicarse en que se invierten las sumas fabulosas que aparecen en
los presupuestos.
Las
sanciones económicas contra Trujillo que adoptó la OEA en realidad
no han tenido efectos muy significativos, pero los observadores creen
que detrás de las tentativas de arreglo con el hemisferio
occidental, especialmente con Estados Unidos, está la apremiante
necesidad de...
(continúa
en la última página)
[FIN
DEL EXTRACTO]
El
Tiempo (Colombia)
7
de julio 1961
Pág.
5
Nota:
Lamentablemente no pudimos encontrar el resto de este artículo en la
última página (pág. 23) de la copia que aparece en Google
Archives. No sabemos si está faltando la última página o si la omisión
del resto del artículo fue un error original del periódico en 1961.
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NOTA: Los lectores pueden descargar gratis de la biblioteca digital de la Universidad de Wisconsin el pdf del siguiente expediente del gobierno de Estados Unidos respecto a la solicitud en 1931 del enorme préstamo de US$55 millones en el siguiente link:
http://digicoll.library.wisc.edu/cgi-bin/FRUS/FRUS-idx?type=div&did=FRUS.FRUS1931v02.i0007&isize=text
EPÍLOGO
Si el Restaurador hubiera sido tan patriótico como él se describió en su discurso de 1947 y en otros panegíricos patrióticos suyos, todo este largo drama de la deuda externa durante su régimen lo pudo haber resuelto el Benefactor sencillamente desembolsando de sus propios bolsillos, "rebosante de júbilo patriótico en su corazón", el dinero que el Estado dominicano (la principal empresa privada de la familia Trujillo) debía en el exterior tanto en 1947 como en 1961 en lugar de obligar al Estado dominicano a endeudarse internamente para pagar la deuda externa. Para mediados de los años cincuentras Trujillo era uno de los hombres más ricos del mundo (en 1960, uno de los 6 más ricos) y él y su familia devengaban millones de las siguientes fuentes:
- El obligatorio 10% para su cuenta privada de todo contrato con el Estado (desde 1931) en productos y servicios
- Los ingresos personales del Jefe a través del Partido Dominicano (salario, inversiones/negocios y regalos para el Jefe)
- La casa de préstamos y cambio San Rafael, la única que podía cambiarles los cheques a los empleados públicos, con intereses abusivos
- El control corrupto de las aduanas a partir de 1940, con exención de impuestos y descuentos para sus empresas
- El monopolio sobre todas las exportaciones del país a través de sus exclusivas empresas exportadoras
- Las grandes ganancias de sus empresas azucareras (gran parte de las cuales no eran repatriadas al país)
- El uso y usufructo de los recursos del Estado por parte de los Trujillos y sus empresas (infraestructura, mano de obra, etc.)
- Las numerosas "adquisiciones" (apropiaciones) de empresas (privadas o estatales), bienes raíces y hasta mujeres a lo largo de los 31 años
- Los sobornos recibidos mensualmente o anualmente de parte de las grandes empresas extranjeras para poder operar en el país y de contratistas extranjeros
- La sobrevaluacion de los pertrechos militares y gubernamentales adquiridos en el exterior, con recibos super-inflados
- La sustracción de fondos de los bancos estatales por parte de los Trujillos, a su antojo, durante los últimos años
- Las ganancias de 60-100 empresas privadas de los Trujillos, monopolio sobre la economía mantenido por el poder político-militar del estado de terror que el Benefactor impuso durante 31 años.
Y con todos esos ingresos y ese enarbolado patriotismo, en 1947 el Benefactor no optó por saldar "patrioticamente" de su propio peculio el total (ni siquiera una parte) de la deuda externa de US$9.2 millones, equivalente a apenas un año y medio de los ingresos personales del Benefactor (US$6 millones al año en 1945). No sólo no contribuyó con sus millones al pago de la deuda externa en 1947, sino que a finales de los cincuentas hizo que el Estado se endeudara en unos US$40-50 millones (Banco de Nova Scotia) para él adquirir y moderniar varios ingenios azucareros de su propiedad. Para colmo, en en 1961 los Trujillos dejaron al Estado dominicano endeudado y casi
totalmente descapitalizado con el 70% del pueblo dominicano viviendo en
una economía de subsistencia y otro 20% viviendo en una economía de austeridad. Con "patriotas" de semejante estirpe, ¿quién le teme a los colonialistas foráneos?
Los dominicanos deberían leer nuestro artículo Los Trujillos sacaron una gran fortuna del país (ver abril, 2017) para que se informen sobre la vida de realeza que llevaban los Trujillos en Europa y el despilfarro que hicieron con los cientos de millones que durante años habían sustraído del país. Mientras los Trujillos compraban estancias, castillo, palacetes, carros deportivos, empresas, bancos, 70 caballos de carrera, etc., en nuestro país el Consejo de Estado de 1962 buscaba de dónde pagarles a los empleados públicos y cubrir otros gastos vitales del estado, así como encontrar la forma de hacerle frente a la deuda pública que el Benefactor y su familia dejaron.
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Lo que ya se olvidó
(La crisis del último quinquenio del régimen)
Hoy.com
info[@]hoy.com.do
11 enero, 2004
El 24 de enero próximo se cumplirán 43 años de una fecha que
aparentemente, ya se olvidó, el 24 de enero de 1961, cuando Trujillo,
mediante el decreto No.6380, se hizo nombrar como presidente de los
Bancos del Estado, quedando fulminantemente obligados, desde el
gobernador del Banco Central, hasta los demás administradores de la
banca estatal a solicitar la autorización previa al “Jefe” en relación
con todas las operaciones de dichas instituciones bancarias.
Los desequilibrios internos y externos de la economía dominicana a
partir de la denominada Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo
Libre, en 1955, los gastos militares (1959), el déficit ocurrido por
primera vez en la balanza de pagos a mediados de esa década, más la fuga
incipiente de capitales, explican los factores que potencializaron esa
crisis, que llevó a la República Dominicana a recurrir al Fondo
Monetario Internacional (FMI), donde negoció un acuerdo stand by de
US$11.3 millones en 1959, además de los préstamos y garantías que
presionados por Trujillo, comprometieron a los bancos del Estado para
financiar las operaciones de la Azucarera Haina, C. por A. Ese
financiamiento se saldó en 1963 y en 1964, el país recurrió de nuevo al
FMI.
Esa crisis del quinquenio 1956 1961 detonó decisiones por parte del
Estado dominicano en ese entonces, que sorprendieron, no solo a sectores
del país, sino aún a la comunidad financiera internacional, como lo
fuera a finales de 1960, la decisión sorprendente por parte del país de
retirarse voluntariamente del Banco Mundial y de la Corporación
Internacional de Fomento (CFI).
En dicho quinquenio, el país tomó préstamos al Banco de América por US$
7.0 millones, al Bankers Trust Company por US$7.0 millones, al The Bank
of Nova por Scotia US$ 6.0 millones, seguido luego de otro préstamo
igual y por otro de US$ 9.0 millones más.
Todo lo anterior, provocó que The Bank of Nova Scotia, solicitara que
US$ 16.0 millones de la reserva en oro del país, fueran colocados en la
Reserva Federal de New York y de ahí enviados a la oficina principal de
ese banco en Toronto, Canadá.
Como la Azucarera Haina C. por A., recibió además un préstamo de US$
22.5 millones de The Bank of Nova Scotia, dicho banco se convirtió en
acreedor de la República Dominicana por un monto de US$ 45.0 millones.
La reserva de oro por US$ 16.0 millones fue utilizada para pagar a The
Bank of Nova Scotia US$ 18.0 millones, parte de esa última deuda.
Es en esa coyuntura que el régimen de Trujillo tomó otra decisión
sorpredente, permitir la libre circulación del dólar canadiense en la
República Dominicana, medida esa que fue derogada, el 29 de mayo de
1962, mediante la Ley No.5927.
Sin embargo, la medida más desacertada en el contexto del quinquenio
1956 1961 fue en este último año, específicamente en el mes de febrero,
la decisión de que el Banco Central y el Banco de Reservas, entregaran
al gobierno central, increíble pero cierto, la totalidad de sus cuentas
de reservas y algo que hoy parecería impensable, que el Banco Central
entregase también su capital. Las autoridades de entonces habían perdido
el equilibrio y la crisis los hizo caer en lo que John K. Galbraith
llamó luego la dinámica del error.
Pero ahora, 43 años después, habría que decir que ya todo eso se olvidó, porque la memoria humana parecería muy corta.
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Bernardo Vega
Trujillo,
en 1960, puso todo el oro de nuestro Banco Central como garantía para
un préstamo internacional a sus ingenios y, al no pagarlo, dejó al país
sin reservas. El día de su muerte éstas no llegaban al millón de dólares
La masiva y cotidiana propaganda de un régimen
trujillista que perduró una cantidad de años equivalente a lo que vive
una generación, todavía condiciona nuestra forma de pensar.
Uno de
los supuestos grandes logros de Trujillo lo fue el pago de la deuda
externa en 1947, pero resulta ser que ese año lo mismo hizo Haití
utilizando los mismos superávit en el comercio exterior resultantes de
la bonanza de la Segunda Guerra Mundial.
Ambas deudas
se habían contratado casi por las mismas razones, en fechas algo
similares y por montos parecidos, pero nadie en Haití considera que el
gobierno de Dumarsais Estimé logró una gran hazaña.
Además,
Trujillo pudo haber pagado esa deuda en 1934 cuando nuestros bonos se
cotizaban en la Bolsa de Nueva York a apenas quince centavos por dólar,
pero terminó pagándola a un dólar, sin descuento alguno.
Se
dice que Trujillo industrializó el país. Pero las industrias que se
establecieron aquí en las décadas de los cuarenta y cincuenta reflejan
el proceso de sustitución de importaciones de toda América Latina y el
Caribe.
Esto ocurrió por donde quiera, con la
diferencia de que aquí casi todas fueron industrias monopólicas y en su
mayor parte pertenecían al dictador.
Trujillo
indudablemente ayudó al campesinado con su repartición de tierras en los
años treinta, pero echó todo eso para atrás cuando decidió convertirse
en dueño de una docena de ingenios, deviniendo en el mayor terrateniente
del país y expulsando a miles de campesinos de sus tierras.
Mientras
La Habana, Puerto Príncipe y Montego Bay estaban llenos de turistas,
aquí no venían por la mala imagen que sobre el país proyectaba la
dictadura. ¿Cuántos empresarios dominicanos y extranjeros dejaron de
invertir durante esos años por la falta de confianza?
Se
dice que durante la “Era de Trujillo” la economía dominicana creció
mucho. En esa época no existían estadísticas sobre el Producto Nacional
Bruto (PNB) y su crecimiento, pero si tomamos como indicador el consumo
de cemento, veremos que la tasa promedio de su crecimiento durante esos
treinta y un años fue muy inferior a la de América Latina.
Es
cierto que creó el Banco Central y la moneda nacional en 1947, pero eso
coincidió con la fundación de los bancos centrales en toda nuestra
región y en esos mismos años.
La misma misión técnica
norteamericana que nos asesoró lo hacía igualmente en Guatemala. Sin
embargo, Trujillo en 1960 puso todo el oro de nuestro Banco Central como
garantía para un préstamo internacional a sus ingenios y, al no
pagarlo, dejó al país sin reservas. El día de su muerte, las mismas no
llegaban ni siquiera a un millón de dólares.
Los
ultranacionalistas citan que Trujillo, con la matanza de 1937, sacó a
los haitianos del país. Eso no es cierto, pues permanecieron trabajando
en todos los ingenios.
No hizo como el gobierno de
Cuba que a partir de 1933 deportó a miles de cortadores de caña
jamaiquinos y haitianos y desde entonces en esa isla tan sólo cubanos
(blancos, negros y mulatos), cortan la caña. Trujillo, al convertirse
en el dueño de casi todos los ingenios dominicanos, terminó siendo el
mayor empleador de haitianos.
Cuando Trujillo subió al
poder en 1930, el país exportaba azúcar y sus derivados, cacao, café y
tabaco. Treinta y un años después, se exportaba exactamente lo mismo,
agregando un poco de bauxita. Sintamos nostalgia por otras cosas.
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EL PESO-ORO DOMINICANO
Tambien creó la moneda
nacional, el peso dominicano. El excedente en dólares por esta transacción de la conversión en la nueva moneda (se
calcula en US$11 millones, hoy unos US$99 millones) se esfumó misteriosamente. Con sádica ironía, el monto que se esfumó fue mayor que el monto que tuvimos que pagar para saldar la deuda externa. Para más
detalles, ver el artículo más abajo La
creación del peso dominicano: La gran estafa del siglo.
Sobre
el peso oro, los propagandistas trujillistas alardean sobre la paridad
del peso oro con el dólar dando a creer que la paridad era señal clara
de la robustez de la economía. La realidad es que la estabilidad del
peso oro frente al dólar y su paridad se debió a que en 1947, cuando se
creó la moneda, el gobierno dominicano, independientemente del PIB y la
balanza de pagos, emitió una cantidad de pesos acorde con las reservas
de oro y plata en las arcas, arbitrariamente calculada exactamente igual
al valor del dólar frente al oro y las divisas (casi todas dólares). De
ahí el “peso oro” y su paridad con el dólar, dado que su valor se
basaba en las reservas de oro y plata (con la misma tasa de cambio del
dólar) y en las divisas (dólares cuyo valor comoquiera lo respaldaba
directamente el oro). Pero nada que ver con el PIB de RD ni
necesariamente con la balanza de pagos, por lo menos no hasta finales de
1961. De hecho, para 1960, Trujillo le había entregado al Bank of Nova
Scotia nuestras reservas de oro como garantía para un préstamo con el
fin de modernizar sus ingenios de azúcar, por lo que el peso oro ya no
tenía respaldo (ver recorte a continuación; también leer el anterior artículo Lo que ya se olvidó (Enero 11, 2004), entre otras fuentes). Dicho banco se llevó el oro a NY y luego al
Canadá. Además, en 1959 los Trujillos y allegados empezaron a retirar
millones de dólares de los bancos a raíz de la expedición de 1959 (ver
Moya Pons) reduciendo al mínimo nuestras reservas de divisas. En los
últimos dos años, por tanto, la paridad del peso con el dólar era una
paridad completamente ficticia gracias a la avaricia de la casta
reinante.
Pero
además, la paridad estaba principalmente en función de los intereses de
la familia Trujillo y sus allegados en comparación con los magros
ingresos e ínfimos
ahorros de los demás dominicanos quienes en su mayoría vivían
insertados en una economía de subsistencia o de austeridad. La mayoría
eran campesinos pobres y pequeña burguesía que apenas podían comprar lo básico necesario, la mayoría ni siquiera podía
ahorrar. Por tanto, el gobierno no tuvo que hacer grandes emisiones de
moneda sin respaldo con el fin de monetarizar la economía para cubrir la
demanda de los mercados internos dado que los dominicanos compraban
apenas lo que necesitaban, los que podían.
Debido a que los Trujillos, sus mandamases y y una infima burguesia
independiente eran los principales capitalistas, los principales
ahorrantes, los principales consumidores y los principales importadores,
la paridad del peso con el dólar les garantizaba a ellos exclusivamente
que sus capitales en RD no perderían valor a la hora de convertirlos en
dolares para exportarlos y que, además, podían costear fácilmente sus
importaciones tanto para sus numerosas empresas como para su suntuosa u
holgada vida privada. Con cruel ironía, la vida austera o de
subsistencia de la mayoría de los dominicanos les garantizaba o les
subvencionaba a la extensa familia reinante, a sus colaboradores y altos
oficiales militares un peso oro estable
que sólo ellos podían aprovechar para su beneficio propio. No debe
sorprender que los propagandistas trujillistas, con la despiadada
arrogancia que siempre los ha caracterizado, presenten el "peso oro"
como una hazaña patriótica de Trujillo porque, desde su perspectiva
depredadora y contrario a la realidad, todo lo que era bueno para los
Trujillos era bueno para la Patria.
Con su típica arrogancia, los propagandistas trujillistas de ayer y de hoy siempre han exigido que ese pueblo llano, la gran mayoría que no obtuvo ningún beneficio del peso-oro, celebre como súbditos embobados el milagro del peso-oro.

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Sobre la compra de los ingenios
azucareros a Edwin Kilbourne
José
Israel Cuello (Min: 38:36)
Las
horas cruciales tras la muerte de Trujillo
Revista
110
Sobre la compra de los ingenios
a Edwin Kilbourne
Julito Hazím: ¿Trujillo
le pagó a Kilbourne?
J. I. Cuello: “Cuando
Trujillo se murió se debían 7 millones de dólares que estaban a
nombre del Banco Agrícola, en el Escotia. Lo tuvo que pagar el
Consejo de Estado.”
Julito Hazím: ¿Quién
cobró? ¿La empresa de
Kilbourne?
J. I. Cuello: “Ya
Kilbourne le había cobrado a Trujillo con un préstamo del Banco de
Nova Escotia.”
Julito Hazím: Así que era
al Escotia que se le debía.
J. I. Cuello: “Y los
ingenios, en ese momento, ya estaban a nombre del Banco Agrícola.
Trujillo sacaba los recursos sedentarios del Banco Agrícola, que
eran muy rentables, él los sacaba a través de vender la Chocolatera
y comprársela barata, de vender los ingenios y comprárselos barato,
operaciones de una contabilidad amañada.”
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Después del pago de la deuda externa en 1947, el régimen todavía quedó
debiendo el saldo de una vieja deuda flotante bajo los términos de la
convención de 1940:


OTRO
MITO: TRUJILLO SE ESMERÓ
EN MANTENER A RD LIBRE DE DEUDA EXTERNA
Debido
al control totalitario sobre la información, el régimen trujillista
logró ocultar los numerosos intentos que hizo el gobierno
trujillista por conseguir préstamos en el exterior durante casi toda
su gestión a la vez que la maquinaria propagandística nos vendía a
Trujillo como un patriota que luchaba por la soberanía financiera de
la patria evitando endeudar a la patria por todos los medios .
Veamos
la realidad de los hechos:
1930 El gobierno de Trujillo heredó una deuda externa de US$20 millones
de dólares.
1931 Apenas al año de asumir el poder, Trujillo solicitó dos préstamos
en EUA por la enorme suma de US$55 millones (casi tres veces la deuda
de US$20 millones que encontró), los cuales le fueron rechazados por
el gobierno americano.
1938 El gobierno solicitó un préstamo al National City Bank of New
York, el cual le fue rechazado.
1940 El gobierno obtuvo dos préstamos consecutivos con el Eximbank en
que la mitad de los fondos fueron usados para financiar dos empresas
de Trujillo: El Hotel Jaragua y el matadero/carnicería.
1944 El régimen trató de negociar un préstamo con el Chase National
Bank, el cual no le fue otorgado.
1946 El gobierno solicitó otro préstamo al Eximbank que también le fue
rechazado.
1947 El gobierno pagó el saldo oficial de la deuda de 1930 (US$9.2
millones) por medio del endeudamiento interno del Estado por igual
monto. Además, el régimen lo anunció como el pago total de la
deuda externa del país lo que fue falso puesto que el Estado todavía
seguía debiéndole al Eximbank US$1.3 millones, saldo que para 1951
todavía lo estaba pagando.
1951 Solicitud de préstamo al Eximbank por US$5 milllones que le fue
rechazado, pero le extendieron una línea de crédito.
1955 El régimen obtuvo un préstamo con el Bank of Nova Scotia del
Canadá
1956 Solicitó otro préstamo con el Eximbank de US$25 millones, pero no
se lo otorgaron por el escándalo Galíndez. Sin embargo, le
concedieron una línea de crédito de US$4 millones.
1956-1958 Con bancos privados, obtuvo un préstamo con el Bank of America y
otro préstamo con el Bankers Trust.
1957 Solicitó otro préstamo con el Eximbank por US$40.5 millones, pero
no se lo otorgaron.
1958-1959 El gobierno obtuvo tres diferentes préstamos consecutivos con el
Bank of Nova Scotia por un total de US$50 millones principalmente
para financiar sus ingenios privados.
1959-1960 Obtuvo un préstamo stand-by con el FMI de US$11.25 millones.
Con
los 3-4 préstamos del Estado dominicano acumulados con el Bank of
Nova Scotia, Trujillo financió varios ingenios azucareros privados
suyos. Al no pagar a tiempo, el Banco de Nova Scotia se llevó a sus
arcas en Canadá nuestras reservas de oro como garantía de esos
préstamos que Trujillo nunca pagó, ni de su bolsillo al Estado
dominicano, ni del Estado dominicano al Banco de Nova Scotia.
Cuando
tomamos nota de la cantidad de veces que solicitó préstamos en el
exterior (15 veces), es obvio que si Trujillo no nos endeudó aún
más de lo que pudo, no fue por falta de empeño de su parte.
No
es cierto lo que repiten muchos trujillistas que Trujillo dejó al
país sin deuda externa en 1961. De hecho, según Germán Ornes, el
director del diario El Caribe en un articulo publicado el 22/23 de
enero de 1962, el Consejo de Estado había heredado del régimen
trujillista una deuda pública de US$146 millones (hoy, US$1,326
millones). El Restaurador de la Independencia Financiera nos dejó
una deuda pública casi 4 veces mayor (3.7) que la deuda pública que
él encontró cuando se adueñó del poder en 1930 (haciendo los
ajustes necesarios para reflejar el valor del dólar tanto en 1930
como en 1961).
Es
interesante que ya en 1945 los ingresos personales de Trujillo eran
de US$ 6 millones anuales (hoy US$77.6 millones), ver artículo en
TIME Magazine (Nov. 19, 1945 – Gaudiest Dictator y George Kent, God
and Trujillo, 1946), y su fortuna personal era enorme. Si Trujillo
realmente hubiese sido tan ultra “patriótico” como él se
vendía, él hubiera pagado la deuda del país (o por lo menos la
mitad) de su patriótico bolsillo mucho antes con verdadero “júbilo
patriótico en su corazón”, como dijo en su discurso de 1947, ya
que era multi-millonario a base de robo, monopolios y corrupción.
Pero no, nuestro patriota endeudó al Estado internamente para pagar
el saldo de la deuda externa en 1947 y llenarse de gloria. Luego, a
partir de 1951 (cuatro años después) el gobierno empezó a
solicitar múltiples préstamos, en gran parte para financiar sus
ingenios azucareros y, otra parte, para aumentar y modernizar las
fuerzas armadas para que mejor defendieran su régimen.
Para
ver las referencias, documentos y más detalles sobre Trujillo y la
Deuda Externa, ir a elgritocontenido.blogspot.com de julio 1, 2017.
Este es el enlace:
https://elgritocontenido.blogspot.com/2017/07/trujillo-y-la-deuda-externa-en1931-el.html
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TRUJILLO Y LA DEUDA EXTERNA
1930 Trujillo encontró una deuda externa por US$20 millones de
dólares.
1931 Trujillo
solicitó dos préstamos por un total de US$55 millones.
1934 Trujillo
estuvo en condiciones de pagar la deuda pero no lo hizo.
1940 El régimen
consiguió una prórroga del pago de la deuda externa.
1940 El gobierno
obtuvo 2 préstamos usados para 2 empresas de Trujillo.
1931 1947 El
gobierno solicitó 6 préstamos, la mayoría rechazados.
1947 Trujillo pagó
el saldo de la deuda externa, pero quedaron US$1.3
sin
pagar. Pagó aumentando la deuda interna por igual monto.
1951-1960 El
régimen solicitó 9 préstamos, endeudando de nuevo a RD.
1961 Trujillo dejó
una deuda casi 4 veces mayor que la deuda de 1930.
En 1946 los ingresos personales de Trujillo eran de US$6 millones
anuales (hoy US$77.6 millones al año) y su fortuna acumulada era
enorme.
Si Trujillo
realmente hubiese sido tan ultra “patriótico” como él se
vendía, él hubiera pagado el saldo de la deuda de su patriótico
bolsillo mucho antes “con verdadero júbilo patriótico en su
corazón” (o por lo menos la mitad) ya que era multi-millonario a
base de robo, monopolios y corrupción.
Pero no, nuestro
patriota endeudó al Estado internamente para pagar la deuda externa
en 1947 y siguió aumentando la deuda externa hasta 1960, gran parte
para financiar sus ingenios y otra parte para el gasto militar.
En 1961, el
“patriota” nos dejó casi 4 veces más endeudados que en 1930.
Ver detalles y
documentos en elgritocontenido.blogspot.com – Julio 1, 2017.
TRES
FALSEDADES TRUJILLISTAS SOBRE LA DEUDA EXTERNA
Desde
que subió al poder, Trujillo hizo todo un esfuerzo responsable por
no endeudar al país. FALSO
En
1931, al año de ascender al poder, Trujillo solicitó dos préstamos
en EUA por un total de US$55 millones (casi 3 veces más que la deuda
de US$20 millones que encontró en 1930), los cuales le fueron
rechazados. Además, en 1940 el Estado obtuvo dos préstamos por un
total de US$5.5 millones de dólares. La mitad de esos fondos fueron
usados para financiar dos empresas de Trujillo: El Hotel Jaragua y su
matadero. Además, en 1938, 1944, 1946 y a principios de 1947 el régimen
trató de obtener varios préstamos en EUA pero no se los otorgaron.
En
1947 Trujillo pagó la totalidad de la deuda externa, recuperando así
la plena soberanía financiera del país. FALSO
Después
de pagar el saldo de la deuda de 1930 (US$9.2 millones) en 1947, el
Estado todavía quedó debiendo US$1.3 millones al Eximbank y el saldo de una vieja deuda flotante (ver informe del Banco Central de España más abajo). Además, lo que hizo fue pagar
la deuda externa aumentando la deuda interna por igual monto. El
Estado siguió endeudado.
En
1961 Trujillo dejó al Estado dominicano completamente libre de deuda
externa. FALSO
Además
del saldo que quedó en 1947, a partir de 1951 (a 4 años de
"habernos liberado de la deuda externa"), Trujillo empezó
a solicitar préstamos en el exterior los cuales no le fueron
otorgados sino hasta 1955, en que al fin obtuvo una serie de
préstamos con el Eximbank, el Banco de Nova Scotia, el FMI y otros
bancos americanos Por consiguiente, en 1961 Trujillo dejó al país
con una deuda externa casi cuatro veces mayor que la deuda que
encontró en 1930. Gran parte de esos fondos del Estado se utilizaron
para financiar los ingenios azucareros privados del Benefactor. Esto
lo admitió en 1961 su propio hijo, Ramfis Trujillo.
Ver
documentos y otras pruebas en la edición de julio 1, 2017 de
elgritocontenido.blogspot.com,
Trujillo y la deuda externa. Este es el link:
https://elgritocontenido.blogspot.com/.../trujillo-y-la…
Nota:
Para colmo, ya en 1945 el “Benefactor” tenía un ingreso anual
personal de US$6 millones (ver TIME Magazine 19/11/1945 y George
Kent, God and Trujillo, 1946), más una gran fortuna ya acumulada. Si
hubiera sido tan patriótico, Trujillo fácilmente hubiera pagado de
su patriótico bolsillo por lo menos la mitad (US$4.5 millones) de
esa deuda externa “rebosante de júbilo patriótico en mi corazón”
como dijo hipócritamente en su triunfante discurso de 1947.


La
propaganda trujillista vendía a Trujillo como un ultra patriota que
celosamente protegía nuestra soberanía tanto territorial como
financiera. Eso, como casi siempre, sólo en la retórica porque
además de haberse puesto en 1918 al servicio del ejército invasor
persiguiendo a la humilde resistencia, a
la semana de asumir el poder en 1930 le pidió al gobierno americano
que se encargara de la recaudación de los impuestos sobre la renta
interna, sin
exigir nada a cambio
y
en
total contraste con la retumbante propaganda de que Trujillo
supuestamente hizo esfuerzos ingentes por pagar el saldo de la deuda
externa con el noble propósito de rescatar nuestra soberanía
financiera. Como podemos ver, el extracto que compartimos abajo
contradice diametralmente la interpretación patriótica
de
su propaganda. Y eso es porque la principal razón por la que
Trujillo tenía tanto
interés
en asumir el control de las aduanas fue para disponer él
de
las recaudaciones y a la vez beneficiar sus empresas (actuales
y futuras)
con exenciones de aranceles, así
como para
poder montar
también
con toda libertad la famosa “Aduanita”, manejada por María
Martínez y su primo, una oficina paralela en los puertos en que los
exportadores e importadores tenían que pagar un 10% adicional a los
aranceles.


