Esto lo confirma de nuevo el propio Víctor Alicinio Pena Rivera durante el mismísimo juicio de 1962 cuando el fiscal le pregunta si él tiene un sombrero de vaquero. Veamos lo que el propio Alicinio Pena Rivera nos relata en su libro La herencia del caudillo (Edición 1978, pág. 117):
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Evelio Hernández: "Trujillo ordenó matar a las Mirabal"
4 de marzo, 2010
Diariolibre.com
Dijo que fue testigo de excepción de la orden que terminó con las tres
hermanas
SANTO DOMINGO. El comandante
constitucionalista Evelio Hernández reafirmó que Rafael L. Trujillo Molina
ordenó a Johnny Abbes García dar muerte a las hermanas Mirabal. Con su
afirmación contradice la versión de Angelita Trujillo, en el sentido de que
Luis Amiama Tió, uno de los ajusticiadores del tirano, y Segundo Imbert
Barreras habían tenido participación en la planificación y ejecución de ese
crimen.
En una carta enviada a este
diario, Hernández explica que fue testigo de excepción de la
orden de ejecutar a las Mirabal por ser parte de la XII Compañía del
Ejército Nacional, ubicada en San Cristóbal y donde existía un sistema de
radio para la comunicación que recibía las instrucciones y órdenes
confidenciales que daban los altos mandos de las Fuerzas Armadas.
Hernández narra que el 25 de
noviembre de 1960 se encontraba en la unidad de radio junto al sargento mayor
Darío Piña cuando "entre las doce y doce y media (del día) llamaban
insistentemente al capitán Alicinio Peña Rivera, quien estaba de puesto en
Santiago, y se le preguntó: "Cuántos cocos tiene hoy la mata de cocos de
Puerto Plata, y éste contestó: cuatro. Y la orden que siguió a la respuesta fue
un tajante: túmbelos los cuatro".
Al día siguiente, agrega
Hernández, "la noticia de la muerte de tres de las hermanas Mirabal y del
chofer del vehículo que las transportaba, Rufino de la Cruz, consternaba a toda
la sociedad dominicana".
"Inmediatamente concatené
lo escuchado en la radio con la muerte de las tres heroínas y el chofer (pues
era coherente que éstos fueran los cuatro cocos)", detalla Hernández.
Otra prueba de su planteamiento
es una conversación que sostuvo años más tarde con Porfirio Dante Castillo
(Popi), subjefe de la Marina de Guerra, en la que participó también Ramón
Montes Arache. Según la versión de Hernández, Popi
les contó que Johnny Abbes le propuso una noche en una fiesta de la Marina, la
eliminación física de Minerva Mirabal, por el nivel de agitación que mantenía
en el Cibao central, pero él le respondió que no "mataba
mujeres".
Sostiene que ante la negativa de
Popi, Abbes cambió de estrategia y gestionó que nombraran al capitán Basilio
Camilio, un hombre de su confianza, como gobernador de Salcedo, tierra de las
Mirabal.
En su versión de los hechos,
Hernández indica que "después de tomar posesión y de unos meses en el
cargo, por mandato de Abbes, Basilio Camilio aprovechó otro encuentro con
'El Jefe' para reiterarle que si no hacía algo con Minerva Mirabal no se
garantizaba el Cibao Central, a lo que Trujillo contestó: 'Hagan lo que sea'".
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Extracto
Quien dio la orden de matar a las Mirabal fue Trujillo, según Balaguer
Aquiles Julián
Publicista y mercadólogo
Comentarista político
Almomento.net
BALAGUER, DE PUÑO Y LETRA, SEÑALA A TRUJILLO COMO MANDANTE DEL CRIMEN
Personalidad
tortuosa y amiga de la teatralidad y el disimulo, Trujillo gustaba de
jugar con la inteligencia de los demás y mantenía una farsa continua.
Balaguer lo pinta en una frase concisa: “Fingía a toda hora y en todas las ocasiones”.
Entonces, nos cuenta el asunto que nos interesa: la responsabilidad de Trujillo en aquel crimen inmundo.
Leamos a Balaguer:
“Sus
simulaciones eran muchas veces cínicas. Cuando las hermanas Mirabal
fueron asesinadas y se hizo pública la especie de que habían perecido en
un accidente en la carretera Luperón, Trujillo llamó a su
residencia de Fundación al mayor Cándido Torres, encargado en esos
momentos de los Servicios de Seguridad. “¿Qué hay de nuevo?” , le preguntó con aire despreocupado. Cuando el interpelado empezaba a informarle sobre las últimas novedades del departamento a su cargo, Trujillo lo interrumpió para decirle: “Y no sabe usted que las hermanas Mirabal han sufrido un accidente y que es posible que ese crimen
se achaque al Servicio de Inteligencia, como ocurre cada vez que muere
alguien señalado por el rumor público como enemigo del Gobierno? Váyase
seguido y adopte las medidas que sean de lugar para que ese acontecimiento casual no se tome como pretexto para un escándalo”. El Mayor Torres salió de allí confundido. La muerte de las hermanas Mirabal había sido largamente elaborada. La orden había llegado hasta el Servicio de Seguridad,
pero los mismos sabuesos que se habían formado en esa escuela de
crímenes habían retrocedido ante esa monstruosidad. Johnny Abbes García,
cerebro diabólico que introdujo en el presidio de “La Cuarenta” los
sistemas de tortura más odiosos, escurrió el bulto a semejante
iniquidad y precipitó con ese fin el viaje que hizo a fines de 1960 a
Chevoslovaquia y a otros países situados tras la Cortina de Hierro. El
Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, general José Román
Fernández, a través de quien fue transmitida la orden, tuvo que hacer
uso de toda su autoridad para que se cumpliera el hecho horrendo. Una vez consumada la iniquidad, sin duda el más repugnante de los crímenes realizados durante la Era de Trujillo, el responsable del hecho se presentaba ante sus propios esbirros como un ser inocente que había sido abrumado por la noticia.
Algunos días después, pasando frente al precipicio en que las tres
hermanas fueron victimizadas, Trujillo hizo detener su automóvil para
decir a su acompañante, el señor Virgilio Álvarez Pina: “Aquí fue donde
murieron las hermanas Mirabal. Qué Dios las tenga en gloria”. (Fin de la
cita de Balaguer, La Palabra Encadenada, Págs.316-318).
La narración de Balaguer muestra claramente quién ordenó el crimen: el propio Trujillo, al que llama “el responsable del hecho”. Si alguien sabía eso, era Balaguer, en cuya presidencia aconteció el crimen.
UN LAPSUS LINGUAE DE TRUJILLO
Sigmund
Freud describió en su libro “Psicopatología de la vida cotidiana” el
lapsus linguae, el error involuntario al hablar que ponía en evidencia una verdad que el individuo hablante intentaba reprimir y ocultar.
El
lapsus linguae, el resbalón de lengua, declara inconscientemente
aquello que el perpetrante persigue ocultar. Su habla lo traiciona.
Y Trujillo, en el relato de Balaguer, incurre en uno.
Cuando
le dice al Mayor Cándido Torres, mismo que había cursado la orden para
asesinar a las Mirabal que provenía de él, de Trujillo “¿Y no sabe usted
que las hermanas Mirabal han sufrido un accidente y que es posible que ese crimen
se achaque al Servicio de Inteligencia, como ocurre cada vez que muere
alguien señalado por el rumor público como enemigo del Gobierno?”, Trujillo se denuncia a sí mismo al calificar de crimen lo que él mismo antes tildaba de accidente.
Su inconsciente lo traicionó.
Balaguer recogió y preservó la conversación para la posteridad.
Y puso en ella la evidencia de la culpabilidad del propio Trujillo en el crimen, pese a su teatralidad y a su simulación.
Quería que se supiera bien quién era el responsable,
de forma que esa sangre no le salpicara, algo que él no podía impedir
porque era una de las principales figuras del régimen que asesinó a las
Mirabal y la sangre de esas mártires también a él lo embarra.
UN ESTADO ASESINO Y DE ASESINOS
La tiranía trujillista instaló un Estado asesino, integrado por asesinos y servidores de asesinos.
Nadie escapó a esas responsabilidades.
El mismo Balaguer, cómplice de Trujillo y presidente nominal por entonces del país, escribe que “La muerte de las hermanas Mirabal había sido largamente elaborada”.
La
trascendencia de aquel crimen inmundo que dio origen a que el 25 de
noviembre se dedique a denunciar la violencia contra la mujer, tiene al
clan Angelita empecinado en buscar maneras de desvincular a su padre del
hecho. Vano intento.
El aparato del crimen quedó en muchos aspectos intacto en el país. Y siguió matando.
Y también el aparato de impunidad conexo.
Un
falso héroe, de esos tantos que hemos fabricado por conveniencia
política, Manuel Ramón Montes Arache, liberó a los asesinos convictos de
las Mirabal y les facilitó escapar a su crimen.
También ese mismo individuo está detrás del asesinato de un héroe real de este país, Ángel Severo Cabral, al que mandó matar.
Es
la restauración de esa época de crimen la que el Clan Angelita busca
desesperadamente. Y para eso cuentan con gente desprevenida, crédula y
fácil de confundir y engañar.
Y la complicidad de muchos malos dominicanos que se prestan a lo peor.
EL APARATO DE MENTIR Y CALUMNIAR
Si
algo aprendieron los trujillistas de los nazis y los estalinistas, sus
modelos, fue a manipular la opinión pública, a mentir y desinformar.
Y eso es lo que están haciendo a dos manos, empleando todos los medios a su alcance.
El mentir y desinformar es un viejo recurso.
Cuando
los estalinistas en España asesinaron al líder anarquista catalán
Andreu Nin y los indignados combatientes republicanos españoles
escribían en las paredes: “¿Dónde está Nin?”, los comunistas del PCE
escribían abaj “En Salamanca o en Berlín”, tratando de indicar que
estaba en el cuartel general de las fuerzas franquistas o en la capital
de Hitler.
Al asesinato físico, que habían cometido, sumaron el asesinato moral.
Es la misma conducta de los trujillistas.
Asesinaron a Galíndez y luego lanzaron la especie de que a Galíndez lo habían visto en distintas capitales tras la Cortina de Hierro.
Y
ahora intentan inculpar al héroe Luis Amiama Tió para encubrir la
responsabilidad criminal de Trujillo en aquel abuso imperdonable.
Y no pocos se dejan atrapar en las malignidades de estos tejedores de infundios y calumnias.
Se han envalentonado.
La impunidad en que se amparan y la complicidad de sectores de poder nacionales que los encubren y subsidian, les da ánimo.
Como escribía Orwell, quieren controlar el futuro vía controlar el pasado.
Tenemos que estar alerta y denunciar cada tropelía.
Cada desafuero.
Cada acción vil de esta pandilla infame.
Y no seremos dignos de nada y lo merecemos todo.
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Sobre el talento teatral de Trujillo
Decidimos incluir aquí estos párrafos del libro Trujillo y sus mujeres
(1991) del periodista e historiador Ramón Alberto Ferreras porque
resumen acertadamente las apreciaciones sobre las dotes teatrales de
Trujillo hechas por Joaquín Balaguer y Álvarez Pina, dos funcionarios
que conocieron a Trujillo muy de cerca, a su lado por más de tres décadas (ver sus comentarios más arriba). Creemos que
describen con precisión el instinto natural de Trujillo por la
simulación, su capacidad de desempeñar con gran naturalidad el papel que
la situación requiriera, hasta con rios de lágrimas, especialmente
cuando deseaba proyectar ante amigos y familiares total inocencia en
relación a los asesinatos que él ordenaba. Nos viene a la mente la ocasión en que Trujillo teatralmente se arrodilló solemnemente frente a su mentor, el presidente Horacio Vázquez, y le juró total lealtad en momentos en que ya se desenvolvia la trama que habia montado con los opositores de Vázquez para tumbar el gobierno.
Algunos crédulos
e incautos se han dejado convencer de la inocencia de Trujillo en el
caso Mirabal, basándose en los testimonios de dos personas (una
empleada doméstica de Trujillo y un niño de nueve años, hijo de un general de las FFAA) quienes estaban presente cuando Trujillo leyó la noticia de que las Mirabal se habían “accidentado” y quienes presenciaron la reacción de disgusto y desesperación
de Trujillo, sin sospechar de las bien pulidas habilidades teatreras
del Jefe, quien las usaba constantemente como parte de su cínico arsenal psicológico para influir en la mente de otros y camuflar la realidad. A continuación varios párrafos del libro:
“Una
fuente de poder, una fuente inherente tanto a la sicología de Trujillo
como a la tradición hispanoamericana, radicaba en su enorme instinto
dramático. El teatro como tal no le gustaba. Ni aún en los últimos años
en que su residencia oficial contaba con un cine-teatro privado, se
entretuvo viendo películas, quizá porque no sentía realmente interés por
cosas que no podía experimentar, influir, ni dominar personalmente. Sí,
en cambio, era gran amante del teatro cuando era él el primer actor, y
su régimen fue teatral hasta un grado que no cuenta quizá con otro
precedente.
[Párrafo irrelevante omitido para ahorrar espacio]
“Todas
las formas del disimulo le eran connaturales. Una de sus máximas de
gobierno a la que se ajustó en todo momento, era la de que “Quien no sabe disimular no sabe reinar”.
“Podía
derramar lágrimas verdaderas si esas lágrimas venían a cuento, aún
cuando todos los presentes supieran que él era la causa del suceso que
provocaba congoja. ¿Era necesario que un enemigo fuese asesinado? En tal
caso, Trujillo era el primero en presentarse en el enlutado hogar
llevando condolencias, donaciones y la promesa de que se haría justicia.
Otras veces hacía llamar a la viuda, que se presentaba en el Palacio
Nacional vestida de negro. Trujillo la recibía cortés y ceremonioso y
hablaba con la apariencia de completa sinceridad, como lo hizo en el
caso de la muerte de un hombre llamado Torres, en 1937:
“La
he mandado a llamar para decirle tres cosas. Primero que los enemigos
del Gobierno están esparciendo la noticia de que su esposo fue asesinado
por razones políticas, y eso no es verdad porque su esposo era uno de
mis mejores amigos. Tengo aquí todas las cartas que me escribió –y se
las mostró para que ellas las viese-. Siempre tuve a su esposo en alta
estima. Segundo, he ordenado efectuar una completa y exhaustiva
investigación y los culpables serán castigados ejemplarmente. Por
último, quiero saber si puedo serle útil en algo."
Cuando la viuda se retiraba le daba un sobre que en la mayoría de los casos contenía de cinco a diez mil pesos de regalo.
[Este
protocolo fúnebre de tres pasos del Jefe hacia la familia de las
víctimas suyas era un ritual conocido de memoria por los dominicanos:
Primero, el pésame expresado solemnemente, segúndo, la promesa de que se
haría
justicia pronta y segura y tercero, alguna compensación monetaria como
prueba de sus nobles sentimientos, entiéndase, soborno para que se
tranquilice.]
“Transcurridos unos pocos años desde su ascenso al poder, se iniciaría y se daría curso a prolijas actuaciones judiciales cuya causa sólo vagamente tenía relación con los hechos reales. ¿La reputación de una mujer había sido mancillada por una carta vengativa que Trujillo hiciera insertar en el Foro Público?
Él era el primero en inquirir, indignado, si no sería posible averiguar
quién era el autor de tan vil misiva. O decía, acaloradamente: “Esto es
una vergüenza; debieron de medir más sus palabras”.
“Este
gusto por la charada estaba relacionado, en esencia, con su instinto
del secreto y de la reacción inesperada, cosas éstas que también minaban
la moral pública y sostenían la estrutura del poder. Aún en los últimos
años, bajo el impulso exacerbado de la agitación nerviosa y la
declinación mental, esa cualidad se ejercía tan ampliamente y de manera
tan perfeccionada que la ficción se entremezclaba con la realidad en
forma parecida a como ocurría en un sueño fantasmagórico”.
TRUJILLO Y SUS MUJERES
Autor: Ramón Alberto Ferreras
Págs. 143-144
Editora del Nordeste, sexta edición (1991)
Reiterando todo lo anterior, José del Castillo Pichardo (cuya familia conocía a los Trujillos de cerca) empieza su artículo titulado “El macabro teatro de Trujillo” (2008) con estas muy acertadas palabras:
"Uno
de los rasgos peculiares del perfil de Trujillo
fue la teatralidad. Actor nato, simulaba los más diversos estados de
humor, a conveniencia de cada situación y propósito. Halagaba a una dama
a conquistar, a un Jefe de Estado extranjero o a los militares del
Pentágono, con una jovialidad envidiable, prodigando todo tipo de
atenciones. Infundía respeto y temor entre los subalternos, exhibiendo
una férrea disciplina, reforzada con rostro adusto y severidad gestual.
Aterrorizaba como sólo él sabía hacerlo, aún a servidores de lealtad
probada como Joaquín Balaguer, a quien, en las postrimerías de su
dictadura -al coincidir en el ascensor del
Palacio Nacional- le miró fríamente y le dijo: "Balaguer, yo sólo creo
en esto", al tiempo que se pasaba el índice derecho por el cuello, a
modo de filosa navaja amenazante.
"Aparte
de histrión, Trujillo fue guionista consumado, asignando roles para sus
dramas o sainetes, escogiendo cuidadosamente a sus actores, voluntarios
o forzados. Montaba la escena, sin descuidar detalles y dirigía la
obra, buscando impactar a su "blanco de público", como diría hoy un
mercadólogo".
El macabro teatro de Trujillo
30 de agosto, 2008
www.diariolibre.com.do
Por su parte, en su libro La Era en los días del fin (2006), Rafael Chaljub Mejía observa en la pág. 109:
“Entre
la ridícula y desacostumbrada cantidad de medallas, títulos y
condecoraciones con que halagaron el egoísmo sin límites a Trujillo, al
inefable Generalísimo y a sus cortesanos se les olvidó inventar la
única que debió concederle al déspota, un Óscar como actor. Pocos
personajes del poder en nuestra historia habían exhibido tanta
disposición para el teatro político como la que demostró Rafael Trujillo
desde el comienzo mismo de su violenta y tormentosa carrera”.
A su vez, el abogado y político Mario Read Vittini en su libro Trujillo de cerca (2007),
nos advierte lo mismo. Mario Read Vittini era de San Cristóbal y su
familia tenía antiguos lazos de amistad con los Trujillos. Los
sancristobalenses señalan que Read Vittini acostumbraba ir a la Hacienda
Fundación con gran regularidad y él mismo nos cuenta que conocía a
Trujillo personalmente, de cerca. Durante el régimen fue diputado y
ministro gracias a los lazos de amistad entre su familia y Trujillo.
Hacia el final de la Era, Mario Read Vittini se viró contra el régimen y
ayudó a fundar el 1J4. Finalmente tuvo que asilarse en una embajada
para ponerse a salvo. No hemos tenido acceso al libro donde describe las
dotes teatrales de Trujillo, pero en un discurso que hizo en
2006 en San Cristóbal reitera lo que escribió en su libro sobre esta
gran habilidad de Trujillo. El autor del artículo que estuvo presente en
la reunión,
José Pimentel Muñoz (proveniente de una familia muy trujillista), cita textualmente o parafrasea con las siguientes palabras (no queda claro) lo
que dijo Read Vittini sobre Trujillo:
Era un
actor consumado, un histrión de pies a cabeza. Era de todo. Era
guionista, era tramoyista, era armador de la obra, era director y era el
principal actor, como si fuera el protagonista de la obra. Y lo hacía
magistralmente. Tenía un concepto tan claro de lo que hacía. (Resulta imposible descartar la figura de Trujillo, hoy.com.do, 2006)
Es
por todo lo anterior que defender la inocencia de Trujillo en el caso
Mirabal aduciendo la indignación e irritación que el tirano mostró con
tanto dramatismo cuando recibió la noticia del "accidente" es un
argumento estéril y completamente espurio en el caso de un simulador magistral como Trujillo.
Observen, además, que los tres libros y los dos artículos fueron publicados años antes de que se publicara el libro de Angelita (2010) con su nueva versión, por lo que podemos afirmar que estos comentarios sobre el histrionismo de Trujillo no fueron escritos en reacción a la versión de Angelita y su hijo.
Al finalizar
esta larga lectura y artículos complementarios sobre el caso de las
hermanas Mirabal, los lectores se preguntarán cómo es posible que le
dediquemos tantas cuartillas a los casos Awad Canaan y las hermanas
Mirabal cuando los Trujillos han fijado su posición sobre dichos casos
mediante breves y sencillas declaraciones y unos cuantos párrafos
escritos, si bien recurriendo a varios recursos propagandísticos siempre
usados por los demagogos consumados para crear mayor impacto: la
repetición, el dramatismo y la falsa indignación.
Nuestra
respuesta es recordarles a los lectores que las entelequias, para
lograr cabalmente la decepción que buscan, a menudo presentan los hechos
en forma somera o simplificada y que para llegar a la realidad, la cual
casi siempre es compleja, hay que ir removiendo todos los velos
de distracción para poder empezar a desmenuzar los hechos. Mark Twain lo
dijo en forma más sencilla en estas palabras que le atribuyen al
perspicaz escritor: “Mientras la verdad se pone las medias, la mentira
le habrá dado media vuelta al mundo”.
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NOTAS: Este artículo originalmente fue escrito en 2013. Desde entonces le hemos añadido numerosos detalles y párrafos con más información y le hemos ajustado los años.
Los lectores pueden encontrar la exposición de unos 15 casos más de muerte "por accidente" (31 muertos) durante la dictadura de Trujillo en la sección CRIMENES II.
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José Israel Cuello: “Hubo
dos que se los tiraron esa misma noche. Se tiraron a Imbert Barrera a
Segundo, y a Papito Sánchez, esos dos se los llevaron esa misma
noche, porque eran dos grandes líderes de la resistencia. Tenían un
liderazgo hecho. Eso se lo achacan a Pupo Román,
como un elemento de repartición de penas. Pero quien hace esa
acusación es Johnny Abbes, y todo lo
que decía Johnny Abbes tenía un criterio desinformativo,
que él era un gran desinformador, como oficial de
inteligencia. La inteligencia comienza por la desinformación.”
José
Israel Cuello (Min: 12:45)
Las
horas cruciales tras la muerte de Trujillo
Revista
110
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Informes desclasificados de la CIA que demuestran que el gobierno americano para, por lo menos, principios de 1960 ya estaba consciente de la reinante antipatía que había en el país hacia los Trujillos y su régimen. Una razón más para entender que el gobierno de Estados Unidos no consideraba necesario fabricar una masacre para virar la opinión pública en contra deTrujillo.
También pueden leer el artículo del historiador Alejandro Paulino Ramos sobre la confesión que johnny Abbes hizo en una carta enviada al periódico El Tiempo de Nueva York en que revela la orden que Trujillo dio para que las eliminaran. Como lo encontramos recientemente, no hemos tenido tiempo de incorporar esta nueva información al texto de esta página. Este es el enlace:
https://acento.com.do/politica/trujillo-contra-las-hermanas-mirabal-en-1967-el-asesino-johnny-abbes-confeso-el-dictador-le-ordeno-salir-de-las-mirabal-y-6-8754056.html
A continuación compartimos un extracto del escrito de Johnny Abbes publicado en 1967 en el periódico El Tiempo de Nueva York:
CONFESIÓN
DE JOHNNY ABBES INVOLUCRA A TRUJILLO Y A PUPO ROMÁN
El
25 de noviembre, 2019, el historiador Alejandro Paulino Ramos publicó
en el periódico Acento.com.do un largo artículo sobre la
revelación/confesión que en 1967 hizo Johnny Abbes en un largo
escrito, notariado y certificado, enviado al periódico El Tiempo
de Nueva York.
(Para
ver más detalles, ir al enlace que compartimos más abajo.)
Extracto
del escrito de Johnny Abbes sobre la reunión con Trujillo:
“Tres
días después de haber ordenado Trujillo la liquidación del
problema Mirabal, recibí un informe confidencial de nuestra oficina
de Santiago en la que ese hablaba de un desesperado plan de las
hermanas y de un grupo de jóvenes del Cibao para tratar de libertar
a los Dres. Tavárez Justo, Leandro Guzmán y a Pedro González, los
esposos.
Conociendo
el temperamento impaciente de Trujillo, pensé que había que hacer
“algo” y pronto.
“Con
el informe recibido, a pesar de que sabía que la realización del
“plan” era imposible dada la seguridad en que se mantenía a los
presos políticos, en mi entrevista de ese dia-5 de noviembre del
1960—le dije a Trujillo:
--“Tengo
planeada la operación de las Mirabal”.
--“No—me
dijo el Dictador—el General Román tiene un plan”.
“E
inmediatamente hizo sonar la chicharra correspondiente, apareciendo
al instante, muy nervioso como siempre, el General Román quien tal
vez porque sí ya proyectaba su traición se empeñaba en ofrecer tan
“espontáneamente” esas desesperadas pruebas de “lealtad”.
Trujillo
interpeló directamente a Román:
--“¿Qué
hay del caso de las Mirabal?”
--“Ya
los esposos fueron trasladados a la cárcel de Puerto Plata”,
respondió.
--“No
le estoy hablando de los esposos. Le he preguntado—dijo Trujillo
con esa violencia que ponía a temblar a los más valientes—por las
hermanas Mirabal”.
Román
no podía contestar. Estaba lívido. Para hacerle la situación menos
penosa y no dejar el servicio en manos de guardias, (militares)
generalmente torpes e indiscretos en sus “trabajos”, le dije:
--“General,
si le hace falta puedo facilitarle varios de mis hombres de
confianza”.
“En
eso se apersonó el General Arturo Espaillat, hombre de la absoluta
confianza de Trujillo, quien había realizado ciertas operaciones de
importancia en el exterior y quien tenía acceso sin anunciarse al
despacho del Generalísimo.
--¿Qué
dice el General Espaillat de las hermanas Mirabal? Tu sabias que esas
muchachas tienen revolucionado el Cibao y que todavía el SIM no ha
sido capaz de resolver el problema?”. Espaillat acotó:
--“Déjemelo
a mí Jefe”.
“Me
di cuenta de que Trujillo me estaba lanzando una estocada a fondo, a
mí, que era el hombre en quien más confiaba en esos momentos y
quien cargaba con las mayores responsabilidades y recogí el reto:
--“Ese
problema hay que resolverlo. Pero usted acaba de decir que el General
Román tiene un plan. Lo que tiene que hacer es ejecutarlo”, fue lo
que se ocurrió para recuperar el terreno que sentía había perdido.
Trujillo me dio satisfacción inmediata.
“Muy
bien Johnny; pero tú no puedes hacerlo todo”.
Román
se daba cuenta de que no podía permanecer en silencio a menos de
caer bajo la atronadora furia del Dictador.(…).
“De
acuerdo a lo convenido, ese mismo día envié a Palacio a uno de los
miembros del SIM más eficientes y discretos, Ciriaco de la Rosa y
transmitir instrucciones en clave a uno de los más inteligentes
investigadores a mi servicio, al Capitán Alicinio Pena Rivera, Jefe
del SIM en el Cibao. La función de Alicinio consistió únicamente
en proveer los carros privados en que viajaron los hombres de la
acción cuyo desenvolvimiento realmente ignoró. Por cierto que en el
juicio penal, escandaloso que se siguió a los autores de la
“operación Mirabal” puso en ridículo a su acusador un antiguo
agente a mi servicio, muy locuelo e indiscreto (…).
“El
General Román transmitió sus instrucciones precisas a Ciriaco de la
Rosa (…) y los hombres seleccionados por mí: Alfonso Cruz Valerio,
Estrada Malleta, Pérez Terrero y Rojas Lara, bajo el mando de
Ciriaco enfilaron hacia la carretera que va a Puerto Plata. (…).
Llegó
el esperado 25 de noviembre, día de la acción. Ya antes, la
ejecución del plan había fracasado por razones de seguridad y
discreción, pero Trujillo estaba furioso e impaciente. El General
Román me dijo el sábado 24 de noviembre:
--“De
mañana esto no pude pasar”.
Yo
le dije a Ciriaco de la Rosa:
--“De
mañana esto no puede pasar” (…).
“Y
del 25 de noviembre del 1960 no pasó”.
“No
pude comprobar personalmente como se ejecutó la operación; pero el
lunes 26 de noviembre, a las seis de la mañana, tenía ante mi
presencia al Sargento Ciriaco de la Rosa quien me rindió el informe
de lo sucedido.
[Fin
del extracto del escrito de Johnny Abbes]
(Fuente:
[1] Carta de Johnny Abbes García a un tal “Papito”, enviada
posiblemente desde Japón y fechada 15 de junio de 1960. En AGN, Exp.
7 de 1957-1961; [2]Fragmentos del texto de Johnny Abbes García,
“Intimidades de la dictadura más recia de América. Odisea y
muertes de Hermanas Mirabal”.Periódico El Tiempo, Nueva
York, 5 de noviembre 1967).
Para
leer el artículo completo del historiador Alejandro Paulino Ramos en
Acento.com.do, que contiene parte del relato de Johnny Abbes,
pueden ir al siguiente enlace:
https://acento.com.do/politica/trujillo-contra-las-hermanas-mirabal-en-1967-el-asesino-johnny-abbes-confeso-el-dictador-le-ordeno-salir-de-las-mirabal-y-6-8754056.html
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[A continuación, la transcripción completa del artículo de El Caribe del 17 de mayo, 1960, pág. 1]
“Homenaje
a Trujillo: incalculable multitud desfila ante estadista”
“Líder
denuncia actividades clandestinas que perturban varias secciones del
Cibao”.
Por:
J. Rafael Khoury
“Santiago,
16 de mayo.—El Padre de la Patria Nueva, Generalísimo Doctor
Rafael Leonidas Trujillo Molina, hizo hoy trascendentales
declaraciones a la prensa, en las cuales denunció las actividades
clandestinas a que se han estado dedicando algunas personas en
ciudades del Cibao.
Dijo
que esas actividades fueron desplegadas en Santiago, La Vega, San
Francisco de Macorís, Salcedo y Tenares, en las secciones de Conuco,
Cutupú y Río Verde.
Trujillo
habló con este redactor al terminar el apoteótico desfile de hoy,
en el que las fuerzas vivas de esta provincia le testimoniaron su
inquebrantable lealtad y cariño.
El ilustre líder
dijo: “la manifestación fue magnifica. Me hay complacido
especialmente la asistencia de la juventud, porque esta juventud
estará siempre dispuesta a castigar a los traidores internos y
externos, en cualquier momento”.
Con su verbo firme y
expresivo el Generalísimo declaró que ratificaba sus declaraciones
del 28 de abril a la prensa, en las que informó que “ciertos
católicos, con sotana o sin ella, trabajan con los comunistas y
testigos de Jehová”.
Y agregó: “desde
hace mucho tiempo los Testigos de Jehová y los comunistas donde han
echado raíces más hondas ha sido en la sección de Conuco y en las
ciudades de Tenares y Salcedo, hasta llegar a San Francisco de
Macorís”.
Tras una breve pausa
prosiguió: “años atrás en Conuco se destacaron los Mirabal y sus
familiares, y algunos miembros de la familia González. Los
comunistas también hicieron intensa campaña en La Vega y en las
secciones de Cutupú y Río Verde”.
En una rotunda
reafirmación de cómo sigue paso a paso todas las actividades de su
pueblo, el Jefe dijo: “En Santiago, miembros de una familia Pérez,
una de ellas hija de Froilán Pérez, se unió al reconocido
comunista Bonilla Atiles, y ahora residen en Nueva York”.
El 16 de mayo de
1960 Trujillo acuso a las hermanas Mirabal de comunistas.
El Generalísimo
informó que el Servicio de Migración le acababa de avisar que dos
norteamericanos pertenecientes a la secta Testigos de Jehová, habían
pedido permiso para desplegar sus actividades en el país y que a
ambos se les había extendido pasaportes.
Expresó que no
sabía sí algún comunista extranjero deseaba venir a la República
Dominicana, pero en caso de que así fuera también se le daría
permiso de entrada para que salgan abiertamente a la luz.
(Fin del artículo)
Nota: Los subrayados y negritas son nuestros.
(Fuente:“Homenaje a
Trujillo: incalculable multitud desfila ante estadista; Líder
denuncia actividades clandestinas que perturban varias secciones del
Cibao”, El Caribe, 17 de mayo de 1960).
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Esa
preocupación de Trujillo por la influencia que tenían las hermanas
Mirabal también la expresó el dictador en una visita que realizó en la zona de Salcedo. Víctor A. Peña Rivera era parte de la escolta que protegía a Trujillo en su recorrido por diversos pueblos y campos.del Cibao y escuchó la observación que hizo Trujillo sobre las hemanas Mirabal ante un grupo de personas. En su libro Trujillo: Historia oculta de un dictador (pág. 279) comparte este encuentro. Citamos literalmente a Peña Rivera:
“El
2 de noviembre del mismo año el Generalísimo recorría la región
del Cibao, y yo formaba parte del grupo de seguridad que debía
protegerle por ciudades y campos. Esa mañana decidió visitar el
poblado de Villa Tapia, cercano a Salcedo. La gente del lugar se
agolpaba para verle. Se desmontó de su automóvil a
la residencia de José Rafael Quesada, la persona más representativa
del lugar, donde las autoridades se habían reunido para darle la
bienvenida y saludarlo. Allí, hablando a un grupo que le escuchaba, manifestó con energía que su régimen estaba más fuerte que nunca, y que sus únicos dos problemas eran la Iglesia Católica y las hermanas Mirabal. Afirmó categoricamente que ambos problemas serían resueltos. Sólo 23 días después fueron asesinadas las hermanas Mirabal". (Pág. 279)
(Que juzgue el lector.)
Esa declaración de Trujillo también quedó documentada en
la Sentencia No. 28 de la Cámara Penal con Jurisdicción Nacional
en el juicio contra los asesinos de las hermanas Mirabal (1962) y su
chofer como parte de los antecedentes que condujeron al complot para
asesinarlas.
Citamos
el siguiente párrafo de la sentencia:
"Que
en una ocasión se puso de manifiesto cuando al visitar a su amigo
José Quezada en Villa Tapia, rugió iracundo la siguiente
expresión: “solo tengo dos problemas políticos que resolver: la
Iglesia Católica y la familia Mirabal”; esta tormenta se
desencadenaba en el tirano 23 días antes de la tragedia; que para
dar ejecución a sus horrorosos propósitos impartió ordenes al Jefe
del Servicio de Inteligencia Militar Teniente Coronel Cándido Torres
Tejada (a) Candito…"
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ANTONIO
IMBERT BARRERAS NO ERA GOBERNADOR
DE
PUERTO PLATA EN LAS DÉCADAS DE 1950 Y 1960
Antonio
Imbert Barreras no era gobernador de Puerto Plata en 1960 cuando
mataron a las hermanas Mirabal como alegan y no pudo darle la
orden a Víctor A. Peña Rivera para que las mataran. Él
había sido gobernador
de PP en 1948-1949 y luego Trujillo lo destituyó porque desaprobó
su actuación
frente a los expedicionarios de Luperón en 1949.
La
lista de gobernadores de esa provincia demuestra que el gobernador de
Puerto Plata entre 1954 y 1962 era Luis A. Ginebra y que el
gobernador interino era José Sixto Ginebra Henríquez 1956-1961.
Además
de la lista, como pruebas de que Luis Ginebra era el gobernador en
1960, tenemos las siguientes referencias:
En
sus cronología Drama de Trujillo, el periodista Alonso
Rodríguez Demorizi
comenta en la pág. 81 sobre los preparativos para el Desfile
del Millón que estaba
programado
para el 24 de octubre, 1960:
“Se
dice que le han exigido al gobernador Luis Ginebra un contingente de
15,000 de Puerto Plata, pero no le dan dinero, ni transporte.En
Trujillolandia no hay vehículos. Para movilizar 1,000,000 se
necesitan 200,000 carros de 5 pasajeros o 20,000 camiones.”
Más
adelante, en la pág. 86, comenta sobre una reunión en PP en 1960:
“Johnny
Abbes estuvo en el Hotel Tropical Bambú de Luis A. Pelegrín y
allí estuvieron con él Ernest Carlsson, Juan Bra Gómez hijo y
Ramoncito Mercado. Se dice que le entregaron algunos papeles pero como
no ha sucedido nada, nada se puede decir. Hasta el
gobernador Luis
Ginebra se puso nervioso cuando supo que ese turpén andaba
aquí.”
Luego,
en la pág. 104, en octubre de 1960 Rodríguez Demorizi comenta:
“Luis
Ginebra, gobernador, conversó con Danilo Brugal Alfau, Iván Savignon
Moore y conmigo frente a mi casa.”
Por
su parte, en su libro Balaguer y Yo (Tomo I), Víctor Gómez
Bergés(pág.
134) menciona a L. Ginebra, gobernador de PP, en abril de 1961:
“En
Puerto Plata, en el mes de abril del mismo año [1961], se habíarealizado
actos desaprensivos, algo parecidos, como salir a las 5 de la madrugada
de un baile… rodeado de un grupo de amigos que le acompañaban,
entre ellos, Virgilio Alvarez Pina, Paíno Pichardo, el
gobernador Luis Ginebra, Luis Augusto Ginebra Hernández...”
En
su libro La Era en los días del fin
(pág. 115),
el investigador
Rafael Chaljub
Mejía comenta sobre la visita de Trujillo a Puerto Plata en 1959, parte
de su gira para celebrar su victoria sobre la expedición de 1959:
“Era
martes, se quedó en la ciudad y al día siguiente asistió a una recepción
en el histórico Club del Comercio, donde el señor gobernador
don Luis Ginebra y su esposa doña Enriqueta, encabezaron la
lista de los anfitriones.”
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LA
CULPABILIDAD DE TRUJILLO EN LA MASACRE DE LAS HERMANAS MIRABAL
(Palabras
de los más íntimos colaboradores de Trujillo)
JOAQUÍN
BALAGUER,
leal asistente personal de Trujillo por 31 años y conocedor a fondo
de la personalidad, la duplicidad y el modus
operandi de
Trujillo, escribe en su libro La
palabra encadenada,
págs. 315-318:
“Una vez consumada la iniquidad, sin
duda el más repugnante de los crímenes realizados durante la Era de
Trujillo, el responsable del hecho se presenta ante sus propios
esbirros como un ser inocente que había sido abrumado por la
noticia”.
SALOMÓN
SANZ, asistente de suma
confianza de Trujillo y
sus hijos:
"Pero imposible que en un régimen como en el de Trujillo que
eso ocurriera sin la voluntad o sin la decisión de él." (Ver
en YouTube: documental: Nombre
Secreto: Mariposas, el documental
- Min. 42:51 - Publicado por Biblioteca Dominicana 2:0 - Mayo 1,
2015.
VIRGILIO ÁLVAREZ PINA (don
Cucho), pariente y amigo íntimo de Trujillo desde la infancia y uno
de los más cercanos colaboradores de Trujillo durante décadas, leal
hasta el final y conocedor íntimo de los mecanismos interno de poder
del régimen, escribe en su libro La Era de
Trujillo, pág. 51 y 155:
"El propio
Trujillo se refería a ese injustificado crimen, en la intimidad,
como un acontecimiento ajeno a su voluntad, pero los que le
rodeábamos sabíamos que órdenes de esa naturaleza no podían
provenir de ninguna autoridad inferior a la del árbitro nacional,
que era el mismo Trujillo, y mucho menos producirse sin su
consentimiento expreso”.
Más adelante reitera lo
anterior cuando comenta en la pág. 155:
“Dentro del
gobierno, las cosas no marchaban tan bien. Se sentía la presión
causada como consecuencia de los errores cometidos por Trujillo. A
las abiertas acciones de 1959 y 1960 se sumó la absurda orden de
matar a las hermanas Mirabal y aunque Trujillo, en la intimidad,
quería hacer ver que no había tenido una participación directa en
ese asesinato, se sabía que un crimen de esa
magnitud de ningún modo se podía haber perpetrado sin su anuencia".
Referencias:
Cita
de Balaguer: Tomada de su libro La palabra encadenada,
págs. 315-318.
Cita
de Salomón Sanz: Tomada del documental
en YouTube:
Nombre
Secreto: Mariposas, el documental – Minuto 42:51
Publicado
por Biblioteca Dominicana - Mayo 1, 2015.
Cita
de Virgilio Alvarez Pina:
Tomada de su libro La
Era de Trujillo,
pág. 51.
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Lea la importante serie Trujillo contra las hermanas Mirabal en seis partes, detallados artículos sobre el caso Mirabal publicados en el 2019 por el historiador Alejandro Paulino Ramos. Excelente investigación y análisis:
https://acento.com.do/politica/trujillo-contra-las-hermanas-mirabal-minerva-tuvo-que-rogar-para-que-le-permitieran-ir-a-la-universidad-1-8752263.html
https://acento.com.do/politica/trujillo-contra-las-hermanas-mirabal-seis-meses-antes-de-asesinato-el-tirano-acuso-a-las-mirabal-de-comunistas-2-8752791.html
https://acento.com.do/politica/trujillo-contra-las-hermanas-mirabal-en-el-juicio-testigos-narraron-la-forma-en-que-fueron-asesinadas-3-8753206.html
https://acento.com.do/politica/trujillo-contra-las-hermanas-mirabal-la-camara-penal-aporto-detalles-espeluznantes-sobre-el-multiple-asesinato-4-8753519.html
https://acento.com.do/politica/trujillo-contra-las-hermanas-mirabal-diecisiete-anos-despues-pena-rivera-confeso-participo-y-dirigio-el-crimen-contra-heroinas-de-salcedo-5-8753746.html
https://acento.com.do/politica/trujillo-contra-las-hermanas-mirabal-en-1967-el-asesino-johnny-abbes-confeso-el-dictador-le-ordeno-salir-de-las-mirabal-y-6-8754056.html