LA
FUNDACIÓN DE LOS TRUJILLOS: ¿Fueron tan generosos como
dicen?
El demonio está en los detalles
Varios meses después del ajusticiamiento, el gobierno norteamericano había
"sugerido" en diversas reuniones que la familia Trujillo
abandonase el país y al principio insistía en que se creara una Fundación y que
la familia Trujillo donara todas sus empresas a la fundación en beneficio del pueblo dominicano. Semanas después hablaban en términos de "la mayoria" o "las principales" empresas para la fundación. La razón por la cual el gobierno de Kennedy optó por una fundación y no la estatización de las empresas de los Trujillos era que después del trujillato el país podría caer fácilmente en manos de otro dictador debido al vacío político que quedaría y dicho dictador o dictadores harían lo mismo con las empresas "de los Trujillos": se apropiarían de ellas totalmente o parcialmente. De hecho, se temía que las empresas estatizadas serían
un incentivo para una serie de golpes de estado de parte de oficiales
militares codiciosos. En octubre el gobierno americano le hizo saber
claramente al gobierno Ramfis-Balaguer que no se levantarían las
sanciones si no se cumplía con
una serie de requisitos, siendo los más importantes 1) la creación
de una Fundación en beneficio del pueblo dominicano, 2) la salida de los dos hermanos de Trujillo (Héctor
y Petán) y 3) la creación
de un gobierno de transición en coalición con la oposición
democrática. Esto, más una serie de exigencias secundarias, se conocía
como 'The Kennedy Plan'. Ramfis se resistía a la primera condición (usando al principio un tono diplomático), en parte para ganar
tiempo con el fin de disponer por su cuenta lo que haria con las
empresas. Insistía en que se levantaran las sanciones económicas lo
más pronto posible alegando que de continuar, los oficiales que lo
apoyaban podrían desmoralizarse y quitarle el apoyo por lo que el país
caería en una guerra cvil o en una revolución. Aún más importante para
él, naturalmente, si se levantaban las sanciones, él podría vender de
inmediato
grandes cantidades de azúcar (acumulada durante el embargo) a
Estados Unidos y otros países de los 12 ingenios que él había
heredado de su padre. La cuota estadounidense del azúcar que le
tocaba a RD, si se levantaban las sanciones, representaba un ingreso
inmediato de US$45-60 millones (hoy, unos US$360-480 millones).”
Los
Trujillos eran los dueños nominales de 12 de los 15 ingenios
azucareros en RD y como ellos tenían la costumbre de depositar gran
parte de los ingresos de las ventas del azúcar directamente en
bancos de EUA y Canadá, sin que entraran a RD, la acumulación por
este concepto de muchos millones más todavía para sus cuentas en
EUA, Suiza y otros países representaba un mecanismo facilísimo de aumentar
su fortuna en el exterior en medio del tenso, volátil e impredecible
proceso sociopolítico que rodeaba al gobierno de transición
Ramfis-Balaguer. Esto explica el interés obsesivo de Ramfis para que
levantaran las sanciones cuanto antes. Desde su llegada, después de
haber cumplido su misión de atrapar, torturar y eliminar a la
mayoría de los que ajusticiaron a su padre, Ramfis se dedicó
febrilmente a extraer fondos de empresas, bancos, dependencias, etc.
y a mandar dichos fondos con Víctor Sued, L. Rosemberg y otros testaferros a
cuentas bancarias en el exterior (ver, entre otros, las revelaciones
de su secretario César Saillant, sección LA FORTUNA de este
portal), ya sea porque desde el principio tuvo la intención secreta
de abandonar el país y sólo regresó para vengar a su padre y
recoger todo el dinero que pudiese o por precaución, en caso de que
las circunstancias se tornaran demasiado peligrosas y tuviese que
irse repentinamente.
Un documento de la CIA de 1962, desclasificado en 2003, indica que después del ajusticiamiento la familia Trujillo estaba tratando de venderles las empresas de Trujillo a empresarios norteamericanos (ver documento de la CIA más abajo). En contraste, el punto 5 de dicho documento declara que la embajada americana (entonces consulado) estaba promoviendo activamente un plan para que se creara una fundación
con el fin de que se pusiera parte de las empresas de la familia Trujillo al
servicio del pueblo dominicano, documento que confirma lo declarado en
1) otros documentos del gobierno americano, 2) en las memorias de los
negociadores norteamericanos (ver más abajo) y 3) en las revelaciones de César Saillant: Que el gobierno americano
tomó la iniciativa de que se creara una fundación con las empresas, no fueron los Trujillos.
Ante
el plan presentado por el gobierno de EUA de que se creara una
Fundación con las empresas de los Trujillos, Ramfis primero mantuvo la
postura de que los ingenios eran de su familia y que ellos tenían el
derecho de venderlos si lo deseaban. Un artículo publicado en varios periódicos (ver entre otros, The Kansas City Times,
26 de octubre, 1961, pág. 27), informa que, según algunas fuentes, la
familia Trujillo estaba tratando de vender en el exterior el enorme
consorcio The Haina Sugar Co. pero que, en ese polvorín político-militar
del momento, ningún inversionista mostró interés. El artículo agrega
que este gigantesco consorcio azucarero (nominalmente de Trujillo, pero
endeudado con el Estado dominicano) estaba compuesto por 12 ingenios
(los ingenios Barahona, Consuelo, Quisqueya, Boca Chica, Santa Fe,
Porvenir, Ozama, Monte Llano, Esperanza, Amistad, Río Haina y Jacarey).
El gobierno americano no cedía
por lo que Ramfis luego exigió que entonces les recompensaran por entregar "sus" ingenios. Les recordamos que ese derecho de propiedad sobre los ingenios que Ramfis pretendía tener era sólo nominal, no real (ver entre otros: Propuesta de una corporación azucarerea dominicana más abajo). Después, Ramfis les sugirió (a través de Balaguer en una
reunión en Nueva York con George Ball, Subsecretario de Estado, ver último documento más abajo) que en
lugar de donar los ingenios azucareros, se los podría vender al
millonario George Pappas y con el dinero pagar la deuda que el
gobierno dominicano había asumido para que Trujillo comprara y
modernizara varios ingenios de propiedad privada suya.
Naturalmente, siendo Ramfis el mandamás absoluto en el país (aunque a la postre resultó ser breve), no
había garantías de que Ramfis cumpliera con ese pago de la deuda
después de vender los ingenios y después de que le hubieran levantado las sanciones. La propuesta fue rechazada por el gobierno americano. Poco después, mientras
todavía negociaba con los americanos sobre la Fundación y "sus"
empresas, por detrás, representantes de Ramfis estaban negociando
secretamente en el yate Angelita con el millonario griego George Pappas en persona para
vender barato y a la carrera el consorcio de ingenios azucareros por un monto
de unos US$40 millones, una ganga para Pappas (su verdadero valor antes del ajusticiamiento era de unos US$150 millones), pero con el alto riesgo
de que los ingenios podrían ser nacionalizados posteriormente por
futuros gobiernos ya sea porque estaban endeudados con el gobierno o
por política económica. Ya habían preparado los contratos a la carrera, listos para ser firmados, cuando a última
hora el señor Pappas se retiró misteriosamente de las negociaciones, (ver las Revelaciones de César Saillant). Este misterio lo aclara en sus memorias (On the Frontline of the Cold War, págs.
138-141), el negociador de Kennedy, George McGhee, al revelar que cuando
le informaron que Pappas estaba negociando con Ramfis para comprarle los
ingenios, McGhee exigió una reunión con el millonario griego en la cual
le declaró firmemente que esa compra no encajaba con el plan de Estados Unidos y señala que Pappas de inmediato renunció a sus intenciones y desapareció del escenario. Mientras
tanto, el gobierno americano le seguía aplicando al gobierno
Ramfis-Balaguer la estrategia que ellos llamaban "cuota-flota",
es decir, por un lado condicionar el levantamiento de las sanciones
económicas al cumplimiento de las exigencias del Plan Kennedy (cuota) y, por
otro lado, mantener una flotilla de barcos de guerra en las aguas
cercanas a la isla (flota) y hacérselo saber como amenaza de una
intervención si el
gobierno Ramfis-Balaguer no accedía a las condiciones del plan
norteamericano. En sus memorias (op cit. 238-241) George McGhee también comenta sobre la exigencia del gobierno americano de que se creara una fundación en beneficio del pueblo dominicano.
Al
final, reconociendo quienes son los tiburones grandes de las aguas del
Caribe, Ramfis cedió pero, siempre con ese instinto
simulador y oportunista de los Trujillos, hizo que de inmediato
prepararan un anuncio para que fuese debidamente publicado en El
Caribe
y
en otros medios, redactado de tal forma que transmitiese la idea de que,
en un
noble gesto, la familia Trujillo creaba generosamente la 'Entidad 24
de Octubre, Fundación Trujillo-Martínez" para "el
mejoramiento del pueblo dominicano y como monumento a la obra
gloriosa de mi padre para la felicidad de la familia dominicana.' Este
cambio final en la postura de Ramfis también lo registra el artículo del
Kansas City News (op. cit., pág. 27) y el Chicago Daily Tribune del 26 de octubre, 1961 (pág. 12). Sin embargo, este importante periódico, el Chicago Daily Tribune, dice que se trataba de ocho ingenios (no doce) con un valor total de US$160 millones (eso sería su valor normal, antes del ajusticiamiento). Estamos seguros de que no faltaron crédulos que quedaron
maravillados por el generoso altruismo del primogénito al oír el
anuncio. Es
importante que los dominicanos se enteren (ver César Saillant y las memorias de diplomáticos
americanos) sobre la forma despectiva en que Ramfis se refería al pueblo
dominicano en privado para que juzguen si Ramfis en el fondo sentía tal aprecio por el pueblo dominicano.
Según
lo que el mismo Ramfis confesó en privado (ver César Saillant), el consorcio Río Haina que finalmente le cedió a la Fundación
US$100 millones. Sin embargo, estamos seguros de que el valor real de ese consorcio habia caido verticalmente desde el ajusticiamiento debido
al futuro incierto del país y de las empresas de los Trujillos y al hecho de que a través de una
maraña de transacciones secretas y semi-secretas entre diversos
ingenios y el gobierno dominicano, y la compra, venta y reventa de
diferentes ingenios entre sí, el Ingenio Río Haina terminó
endeudado y Trujillo con US$50 millones más en sus cuentas privadas. A continuación compartimos un extracto del libro Propuesta de una Corporación Azucarera Dominicana, informe de
Coverdale & Colpitts, págs. 22-26:
Como acabamos de ver, lo que Ramfis Trujillo había donado fue un consorcio azucarero que, de facto, sólo
nominalmente le pertenecía a su familia puesto que estaba endeudado con el gobierno. Pero además, lo que Ramfis le donó a la
fundación apenas fue una mínima parte del total de las empresas y
propiedades de la familia (ver las Revelaciones... de César Saillant en
sección LA FORTUNA). La realidad es que el resto de las empresas de Trujillo no fueron donadas "generosamente" por la familia Trujillo sino que fueron confiscadas por el gobierno dominicano después de la partida final del resto de la familia (Ramfis, Petán y Negro) en noviembre de 1961.
En cuanto a los "ingenios del norte" (Catarey, Esperanza, Monte Llano, Amistad e Imbert), poco antes de irse, Ramfis se los vendió al Banco Agrícola por la bagatela de US$25 millones, pensando a última hora, suponemos, que más vale venderlos por lo que sea antes de perderlo todo (ver abajo In the Path of the Golden Horde, pág. 108).
Otro
ejemplo de esta farsa es la empresa Chocolatera Sanchez, la cual también fue
donada a la Fundación. Sabemos que meses antes Ramfis le había hecho creer
a Porfirio Rubirosa que él, Ramfis, pensaba continuar en el país al
mando del poder y convenció a Rubirosa a que comprara buena parte de
las acciones de la chocolatera y, según
recordamos, posiblemente las acciones de otro par de empresas, todas
las cuales a la postre fueron confiscadas después de la salida de
Ramfis. Esto explica el odio acérrimo que de repente le tuvo Porfirio
Rubirosa a Ramfis cuando éste, sin aviso previo, abandonó el poder y se fue, dejando a su suerte la inversión que hizo Rubirosa (gran parte de sus ahorros).
Pero
aún con mayor cinismo, es obvio que nunca pensó abandonar sus
empresas en caso de tener que irse al exilio ya que mucho antes
de
irse
del
país en noviembre, de hecho, mucho antes del ajusticiamiento, ya había hecho preparativos legales para
descapitalizarlas desde el exterior, o bien, vender casi todas las
empresas desde el poder absoluto que tendría cuando faltara su
padre. El mismo Ramfis se lo confesó en privado a su antiguo
secretario, César Saillant, ya en el exilio en París. La siguiente
cita proviene de las Revelaciones
a Sánchez Cabral
(César
Saillant):
"Ese
yate pertenece a una compañía extranjera, mía, y yo tengo todos
los papeles. Igual que todas mis empresas en el país: mis acciones
están vendidas a una compañía extranjera —aquella que formé el
año pasado— que me dio el 10% de su valor por adelantado y que más
adelante, cuando yo recobre esas propiedades, me pagará el resto
dejando sólo una comisión*. Yo pienso vender todas mis industrias
en el país para no tener más rompederos de cabeza y poder ocuparme
bien de gobernar."
Es
decir que para cuando los Trujillos les "regalaron" esas
empresas a la Fundación, ya esas empresas estaban o endeudadas, como
hemos visto,
o parcialmente descapitalizadas/vendidas a las
empresas fantasmas de
Ramfis en
el exterior de tal forma que él, si quería, podría exigirle al gobierno dominicano, a través de sus testaferros (supuestos "dueños" de las empresas extranjeras) que se les compensara por la estatización de dichas empresas. Este traspaso previo del título de propiedad de esas empresas todavía no lo conocían
los americanos y
probablemente ni siquiera el propio Balaguer. Además, observen que
Ramfis ya tenía otros planes para "sus empresas" (venderlas) cuando
regresara y retomara el poder desde el cual, con unos cuantos plumazos
contractuales al estilo de su padre, al final podría reasumir abiertamente la
propiedad de esas empresas y convertir en una farsa
circense la Fundación que los americanos le habían obligado a
crear.
Acotamos
que
Ramfis le había dicho a César Saillant en París que él y
Radhamés estaban tomando activamente los pasos necesarios con sus
agentes leales en RD para regresar y eliminar de una vez por todas, a
sangre y a fuego, todo vestigio de oposición.
Antes
de
George McGhee, ya otros altos emisarios (Morrison, Murphy, luego,
Bartlow Martin, George Ball) habían negociado con Balaguer y con Ramfis y
este último sugería siempre que le levantaran las sanciones antes de
ceder
a las condiciones de los americanos. A continuación un resumen de la
última entrevista entre el Secretario de Estado Adjunto, George
McGhee, y Ramfis sobre la creación de la Fundación:
Observen
que Ramfis se opuso a la creación de la fundación sin que se le
compensara a la familia Trujillo. Ante las presiones de los emisarios americanos sugirió como contrapropuesta que lo que el
gobierno dominicano recibiera fueran los ingresos derivados de las
ventas de azúcar cuando levantaran las sanciones y que la familia Trujillo, por aparte, vendiera sus ingenios.
También
pueden leer más abajo el documento desclasificado (ver último documento abajo). Se trata de un extracto de la transcripción de la reunión
entre el Sub-secretario
de Estado George Ball y el presidente Balaguer en
el Hotel Waldorf-Astoria de Nueva York en octubre de 1961 donde se
discute la destrujillización de las empresas del Jefe. Como podrán
ver, una vez más el gobierno americano condiciona el levantamiento
de las sanciones a la creación de la Fundación para las principales
empresas de Trujillo y a la salida definitiva de los hermanos de
Trujillo, Héctor y Petán. El presidente Balaguer, después de
presentar la contrapropuesta de Ramfis, al final expresa
diplomáticamente que probablemente Ramfis aceptaría el plan
americano, pero no sabemos si Balaguer, al decir esto, estaba hablando
motu propio (por su cuenta) sencillamente para quedar él bien con
los americanos sin realmente saber y sin importarle lo que Ramfis de
hecho pensaba hacer. Balaguer,
en realidad, no tenía nada que perder con aceptar inmediatamente el
Plan
Kennedy de boca para fuera ya que, aunque Ramfis después lo
rechazara, lo importante era que él, Balaguer, había logrado
demostrarles a los altos funcionarios americanos su voluntad de
cooperar con ellos sin reservas y con eso ganaba mucho: El apoyo del
gobierno
americano para su futuro político. Contrario a lo que Balaguer le dijo a
George Ball en Nueva York y tal como los hechos lo demuestran,
hasta poco antes de partir Ramfis se resistió, siempre en forma diplomática pero firme, a traspasar los ingenios y otras empresas a la
Fundación propuesta por los americanos.
Este
es el link de dicho documento:
https://history.state.gov/historicaldocuments/frus1961-63v12/d322
Los
lectores deben leer, además, los textos en la sección LA FORTUNA
para que
puedan conocer los muchos otros subterfugios que usó Ramfis para
sacar dinero del país y esconderlo en Europa y también el lujo en
que vivía en España, prueba de lo que él mismo le confesó varias veces a
su secretario Saillant: que había sacado una gran fortuna, unos US$300 millones antes del ajusticiamiento y unos US$120-140 millones más después del ajusticiamiento (aparte de lo que le tocó a Radhamés).
Para
los
que se pregunten cómo es posible que el hijo del dictador, con
cientos de millones de dólares en bancos europeos y canadienses
(equivalentes a miles de millones de
dólares actuales) que ya le había exprimido al país, actúe de una forma
tan mezquina, fría y
avara, tratando de extraer hasta el último dólar que pudiera
sacarle al país, mientras estaba rodeado por un pueblo que, en su
mayoría, carecía
de vivienda digna, alimentos básicos, zapatos, ropa y otros
artículos elementales, los lectores deben leer las revelaciones de su
secretario César Saillant. En éstas se enterarán sobre la forma en que
Ramfis
trataba a sus empleados más humildes y como, mientras en París él
derrochaba grandes sumas en los más caros caprichos para sí mismo, Lita Milán y
sus altos consortes, se rehusaba a pagar un centavo en un dentista
para un humilde chofer suyo que tenía dolor de muela, o a darle una
humilde regalía de despedida a la cocinera que le había cocinado
desde años atrás cuando al final la despidió (ver César
Saillant). Y esto a pesar de que él nunca tuvo que pagarles el salario
porque corría por cuenta del Estado dominicano, como casi todo.
Esa tacañería de Ramfis la confirma Alfredo Vorshim, asesor de Ramfis en Bruselas. Recuerda Vorshim que una noche en que viajaban, ellos regresaron a Bruselas mucho antes de lo previsto y que al llegar a su lujosa vivienda Ramfis encontró a un par de sirvientes en la cocina tomando cerveza. A Ramfis le dio un ataque de furia y les dijo a los sirvientes que el precio de las cervezas que se tomaron se lo iban a descontar de sus salarios (ver From Hitler to Trujillo; Vorshim, pág. 112). Deben
leer, además, sobre el desprecio que Ramfis sentía hacia los
dominicanos y la forma en que lo expresaba (ver declaraciones del embajador John
B. Martin). Para muestra, un botón:
"Al
pueblo no se le puede hacer caso; al pueblo hay que apretarlo, y
mientras más, mejor. Desgraciadamente hay que reconocer que es así.
Tú verás, como te dije anoche, lo que es mandar con el puño" [Ramfis se refería a sus planes de regresar pronto a RD para imponer
su poder en todo el país]. Continúa César Saillant:
Y
agitó frente a mí su puño cerrado.
—Santo
Domingo —continuó— es un pueblo que hay que acabar de castrarlo.
Papá comenzó; yo terminaré. Si ningún oficial de las Fuerzas
Armadas se ha apoderado del gobierno es porque no tienen capacidad;
ahí lo que hay es una partida de patanes, y tú lo sabes. Lo único
bueno que había eran Tuntí y Luis José, en la Aviación; en el
Ejército nunca ha habido nadie que valga la pena.
Papá
lo hizo todo en el país y el pueblo lo sabe; no hay nada que no haya
que agradecérselo a él y yo haré que el pueblo se arrodille ante
su imagen."
Ramfis
Trujillo Martínez
(Ver Revelaciones a Sánchez Cabral de César Saillant)
Todo este egoísmo demuestra, además, que la postura de Ramfis
después del ajusticiamiento de apoyar públicamente la
destrujillización del país y la democratización eran apenas
tácticas maquiavélicas ajustadas a la necesidad imperante del
momento para que levantaran las sanciones y para neutralizar la enorme
frustración que sentía la población, esperanzado de que con esas
medidas inmediatas consolidaría su futuro político en medio de ese
volátil proceso de transición. Obviamente, actuaba según sus
intereses económicos y políticos, no los de un pueblo que él
despreciaba. Esa simulación de Ramfis en esos meses la mencionan varios documentos de la CIA.
De hecho, su hija Aida Trujillo reveló en una entrevista y en su libro que para abandonar el país, su padre Ramfis pactó con Balaguer un acuerdo: Ramfis se iría bajo una serie de condiciones, de las cuales las principales eran: 1) Que Ramfis recibiría una cantidad de dólares por irse, 2) que Ramfis no sería extraditado y 3) que los miembros de su familia no perderían la nacionalidad dominicana, con derecho al uso del pasaporte. Es decir, que además de los US$300 millones que había sacado el año anterior (exclusivamente para sí mismo, puesto que Radhames tenía su propia fortuna y su madre también) y los más de US$100 millones que sacó desde el ajusticiamiento, Ramfis buscó la manera de exprimir aún más al Estado (entiéndase, al pueblo) dominicano exigiendo más fondos todavía, los cuales estamos seguros de que no serían unos chelitos; Aida, su hija, dice que ella no tenía idea alguna sobre el monto que le dieron. He ahí el perfil de un patriota que ama a su pueblo.
Como
comentarios finales, es menester señalar que en toda nuestra
investigación, en ninguno de los documentos, libros y artículos, ni
en ninguna parte de las extensas memorias de César Saillant se ha mencionado fundación alguna que proviniera de la iniciativa propia de
Trujillo ni de la familia Trujillo, en absoluto. Todas las referencias a la
Fundación señalan que ésta se originó exclusivamente en “El
Plan Kennedy”. Se supone que los Trujillos tendrán una presunta
copia del alegado testamento del Jefe, pero en todos estos años desde 2010 no la
han publicado en la red. Además, los documentos y libros señalan que
las empresas que Ramfis incorporó a regañadientes a la Fundación
fueron sólo algunas de las 50 ó 70 empresas de los Trujillos,
precisamente, empresas que comoquiera ya estaban endeudadas con el
Estado y otras que ya estaban descapitalizadas o que habían sido
vendidas antes o paralelamente a la creación de la Fundación a empress fantasma. Todo esto constituye una burla y una estafa con lo cual Ramfis se despidió del
país en noviembre de 1961.
Ver
más sobre las empresas y la fortuna Trujillo en las secciones LA
FORTUNA y CORRUPCION-MONOPOLIO y en la parte interior de ANTECEDENTES de este portal.
NOTA1:
Las memorias de César Saillant se basan exclusivamente en lo que él
vio y oyó hasta su último día de trabajo para Ramfis Trujillo, el
19 de noviembre, 1961 y lo que Ramfis le contó en sus conversaciones
posteriores en París. Por consiguiente, hay información y datos que
no aparecen en sus revelaciones. Por ejemplo, Ramfis usó a otros
testaferros para sacar dinero del país y transferirlo de pais en
pais, tal como Lelan Rosemberg y a uno de sus primos. De esto, obviamente, Saillant
no estaba al tanto.
NOTA
2: Citamos
al señor Salomón Saenz, estrecho colaborador de la familia Trujillo, cuando recordaba los últimos días del dictador:
“Domingo,
7 de mayo. Mientras nos preparábamos para salir rumbo a Nueva York en
viaje a París donde se celebraría una serie de polo, a eso del
mediodía llegó un automóvil y trajo consigo un amplio documento
redactado por el Lic. Juan Contín, un reconocido jurista dominicano,
donde Trujillo donaba a Radhamés la Hacienda Fundación con todas
sus anexidades y una población ganadera de 63,000 cabezas de ganado.
“
Minuto
0, segundo: 30
Presagio
de muerte de Trujillo – YouTube
Esta
enorme hacienda de Trujillo medía, según un investigador, 146,000
hectáreas.
NOTA 3:
El nombre “Hacienda Fundación” de la enorme hacienda del Jefe en
San Cristóbal proviene del nombre que ya tenía una de las
principales propiedades que Trujillo adquirió cuando empezó a
extender sus dominios en San Cristóbal. Por alguna razón, decidió
dejarle el nombre original.
Entonces nos preguntamos: ¿Tenía el Jefe realmente el propósito de regalarle todas sus propiedades al pueblo dominicano, como hoy alegan, cuando ya le había donado a uno de sus hijos la enorme hacienda Fundación con sus 63,000 cabezas de ganado?
NOTA 4: En sus memorias (Trujillo en la intimidad), su hija Flor de Oro relata las reuniones en agosto con sus medio-hermanos (los Trujillo-Martínez, los Lovatón y otros) sobre la repartición de la herencia y no menciona fundación alguna (ver extracto más abajo). De haber existido tal testamento del Jefe para que se creara una fundación con todos sus bienes para el beneficio del pueblo dominicano, los Trujillo-Martínez hubieran tenido el mejor de los motivos para dejar a sus medio-hermanos casi sin herencia. Pero no se habló de ninguna fundación cuando se reunieron en agosto, 1961 porque la idea de una fundación no la presentaron los americanos sino hasta finales de septiembre o principios de agosto, 1961.
NOTA 5: En
la edición del 26 de octubre, 1961 (pág. 12) del Chicago Tribune
se publicó la noticia de que Ramfis Trujillo le escribió una carta
a Balaguer en la cual anunciaba que él le donaba ocho ingenios
azucareros al gobierno. “Expertos legales calculan que el valor de
las propiedades era de US$160 millones de dólares, los cuales
producen el 60% del millón de toneladas que produce el país.”
Ramfis le pidió al gobierno que usara el dinero para crear una
fundación que llevara el nombre de “24 de Octubre Fundación
Trujillo-Martínez”. El artículo señalaba que todavía quedaban
en sus manos otras propiedades, tales como haciendas ganaderas,
bienes raíces, etc., cuyo valor, según se ha reportado, ascendía a
más de US$500 millones. Otra prueba de que no “todos” los
bienes del Jefe se traspasaron a la Fundación sino que fue una quinta parte, entidad además, que como hemos demostrado, no se
inspiró en una presunta voluntad benéfica del Jefe sino en la
iniciativa del Plan Kennedy. Naturalmente, todas esas propiedades
fueron abandonadas por la familia Trujillo cuando, al final, los que
quedaban (Ramfis, Negro y Petán) se fueron también al darse cuenta de que Estados Unidos
estaba dispuesto a invadir al país para sacar a todos los Trujillos
y tomar el control si ellos no se iban por voluntad propia. En las
palabras del propio nieto de Trujillo “las tierras, los terrenos, las casas, los negocios, todo lo que quedó no se
pudo llevar.”* Se supone que si hubieran podido meter el ganado, los edificios y las tierras en los aviones y los yates, también se lo hubieran llevado.
* Pueden encontrar esta cita en YouTube: Entrevista a Ramfis Dominguez Trujillo Primera parte (min: 3, seg: 24), elpulmondelademocracia.com:
https://www.youtube.com/watch?v=Z3vxkzDbXbg&t=2s
EXTRACTO
Documento desclasificado del Departamento de Estado sobre la reunión que tuvo lugar entre el presidente Joaquín
Balaguer y el Sub-Secretario de Estado George Ball en octubre de 1961
en el hotel Waldorf-Astoria de Nueva York para discutir el futuro
programa para la República Dominicana.
De este largo memorando, extraímos sólo la parte que nos interesa para esta sección: La discusión sobre el futuro de las empresas y propiedades de Trujillo.
Antes de estas negociaciones en Nueva York ya los emisarios americanos le habían presentado las condiciones del Plan Kennedy al gobierno Ramfis-Balaguer entre las cuales se encontraba la creación de uan Fundación con las empresas de los Trujillos. En esta entrevista los americanos y Balaguer (representando la posición de Ramfis Trujillo) discuten las condiciones de la Fundación. Observen el lenguaje sumamente diplomatico con que le exigian los cambios a Balaguer mientras que, en los hechos, ya les habían hcho saber que no lejos de la costa se encontraba una flotilla de la armada de guerra norteamericana.
Pueden encontrar el siguiente memorando desclasificado en este link:
https://history.state.gov/historicaldocuments/frus1961-63v12/d322
------------------------------------------------
322. Memorandum of Conversation/1/
New York, October 3, 1961.
/1/Source: Department of State, Central Files, 739.00/10-361. Secret. Drafted by Hill and Ball.
PARTICIPANTS
Dr. Joaquin Balaguer, President of the Dominican Republic
The Honorable George Ball, Under Secretary of State
The Honorable George McGhee, Counselor of the Department of State
Mr. John Calvin Hill, Jr., Consul General, Ciudad Trujillo
SUBJECT
Program for the Dominican Republic
[
Extracto de la exposición que le hizo el Sub-Secretario de Estado George Ball A Joaquín Balaguer]
Meanwhile
he could say in general that the United States regarded the following
as among the pre-conditions to the lifting of sanctions:
(1) The deconcentration of the political and economic power of the Trujillo family, including the early departure of General Arismendi and Generalissimo Hector Trujillo, and
(2) Appropriate arrangements for the disposition of the Trujillo properties.
(3) Cessation of repressive measures by the repressive groups and progress towards observance of human rights.
(4) Arrangements with the moderate opposition, such as a coalition government, and
(5) Effective action against repressive and Communist elements which sought to undermine the democratic system.
[Extracto de la respuesta de Joaquin Balaguer a las "propuestas" de George Ball]
(2) Trujillo properties.
The President [Balaguer] indicated that while
the book value of the sugar enterprises was $170,000,000--$140 million
for the Rio Haina complex and $30 million for the northern mills--this was exaggerated. Under present conditions a more realistic price would be $80 million. They were subject to debts owed the Dominican Government aggregating $48 million.
As
a result Balaguer stated that, if the properties were sold, the
Dominican people would benefit by the repayment of these debts. Ramfis proposed, he said, to dispose of the properties in the following way:
(a) He
[Ramfis] proposed to sell the northern properties, on which the
Government-owned Banco Agricola held a note, for $30 million to
Dominican businessmen--[2 lines of source text not declassified]. The sale price would be $30 million. The purchasers, however, would not put up any money on their own. They
would borrow $30 million from the Banco Agricola and repay the
indebtedness owed by the northern properties to the Banco Agricola. The transaction would thus be a "wash sale".
(b) He [Ramfis] proposed to sell Rio Haina to foreign investors for $50 million. He hinted that the purchaser would be George Pappas. Of this $50 million, $18 million would be applied to repay a note owed by Rio Haina to the Banco Central.
President Balaguer emphasized the fact that if
these transactions were completed the Dominican Government would thus
receive $48 million through the repayment of the notes owed by Trujillo
on the sugar properties. This money could be used for badly needed public works such as the CIBAO irrigation project.
Mr. McGhee pointed out that if the transactions were undertaken as described by President Balaguer the net benefit to the Dominican Government would be only $18 million, since the $30 million repaid to the Banco Agricola would be offset by a new loan by the Banco Agricola to [less than 1 line of source text not declassified] who were not putting in any equity capital. The
President replied that these were "fictitious" paper transactions. Mr.
McGhee asked if it might not create a more favorable impression on the
opposition if the northern properties were taken over by the Banco Agricola directly. He pointed out that under the proposed arrangements [less than 1 line of source text not declassified]
would in effect acquire the properties without putting up any money of
their own. The President agreed that this was the case and that it might be better to have the transaction handled in the manner suggested by Mr. McGhee.[Balaguer cede.]
Mr. Ball pressed the President [Balaguer] as to whether he thought Ramfis
Trujillo would be willing to contribute a substantial portion of his
net receipts from the proposed transaction ($32 million) to a foundation.
The President replied that if the properties were sold he thought that
the General might be willing to give a portion of the proceeds to a
foundation, mentioning the Instituto de Auxilios y Viviendas.
[Fin del extracto]
[
Noten el estilo diplomático con que los Estados Unidos ejercían presión
"proponiendo", "sugiriendo", lo que en realidad eran dictámenes. De
rehusar estas "propuestas" el gobierno Ramfis-Balaguer se exponía a la
continuación indefinida de las sanciones económicas y, peor aún, a una intervención militar, la estrategia cuota-flota.]
Documento desclasificado de la CIA reitera los documentos del
Departamento de Estado y las memorias publicadas por los negociadores y
funcionarios de la Administracion Kennedy:
Para leer mucho más sobre la fortuna que la familia Trujillo sacó de RD hacia otros países, especialmente hacia Europa, puede ir a la sección FORTUNA. También encontrarán más información en las secciones CORRUPCION y MONOPOLIO, ANTECEDENTES (parte abajo) y en las secciones NUEVAS ENTRADAS (.abajo) de las ediciones de meses anteriores en esta página principal.
Días antes de irse secretamente del pais, Ramfis le vendio los 5 ingenios del norte al Banco Agricola por la bagatela de US$25 millones. Como buen oportunista, Ramfis sabía que esos molinos ya eran, en los hechos, del Estado porque estaban endeudados con el Estado (ver negociaciones con los americanos en noviembre de 1961) y que estaban, además, realmente fuera de su control porque EUA insistía en que terminantemente todas las empresas de los Trujillos fuesen agrupadas en una fundación benéfica para el pueblo dominicano. De todas formas, Ramfis sabía que los funcionarios del Banco Agrícola pensaban que él iba a continuar en el poder y que tampoco sabían de las negociaciones secretas con los americanos sobre el destino de las empresas de Trujillo, ni de la insistencia de los americanos de que toda la familia Trujillo saliera del país. Por eso sabía que los funcionarios del Banco Agrícola no se atreverían a negarle la compra de los molinos temerosos de las represalias puesto que creían que la dictadura continuaría en manos de Ramfis Trujillo.
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