jueves, 1 de julio de 2021

NUEVAS ENTRADAS - Varios


En esta página colocamos cada semana los nuevos posts que en los próximos tres meses vamos incluyendo en las diferentes secciones de este portal y los posts que ya no caben en muchas de las secciones repletas (en las que el programa de Blogger ya no permite más textos ni imágenes). Por tanto, les sugerimos a los interesados que busquen cada semana en esta sección NUEVAS ENTRADAS la información o datos más recientes que vayamos encontrando en nuestras investigaciones. Incluiremos en esta sección también información y datos ya incluidos en diversas secciones de este portal, los cuales consideramos que, por su importancia, merecen ser reproducidos y releídos.
 

No podemos garantizar la superviviencia de El Grito Contenido en el futuro, por lo que instamos a los lectores a que nos ayuden a preservar en el futuro y a divulgar toda esta importane información haciendo un back up del contenido de todo el portal ya sea montándolo en Cloud o siguiendo las instrucciones más abajo.

 


 

Trujillo, The Last Caesar

Gral. Arturo Espaillat

Chicago, 1963

Hace algunos años habíamos leído este libro de Arturo Espaillat en su totalidad pero esta vez, por falta de tiempo, no releímos el libro por completo por lo que los extractos más abajo se limitan a las partes que releímos, apenas una tercera parte o la mitad del libro, saltando capítulos y páginas enteras. Hemos traducido los siguientes extractos al español de la edición de 1963 en inglés. Las aclaraciones y los comentarios en corchetes son nuestros.

El general Arturo Espaillat (“Navajita”) fue un colaborador de Trujillo de alto nivel durante 15 años. Fue brevemente director del SIM, alto oficial del Ejército y agente encubierto de Trujillo en el exterior.

Por su formación académica (graduado de West Point), no fue un fanático ciego del Jefe sino un frío y leal colaborador de Trujillo hasta el final. Esto explica por qué en su libro, escrito en el exterior poco después del ajusticiamiento, expone sólo algunos incidentes y aspectos negativos del régimen a la vez que matiza y trata de justificar o “explicar” la política y las acciones criminales del dictador y sus colaboradores.

EXTRACTOS

Refiriédose al cambio de la dominación de la oligarquía tradicional y sus caudillos al Trujillato en 1930, Espaillat comenta:

Los campesinos nunca se dieron cuenta de que sólo habían cambiado de dueño. Trujillo era un realista cínico. El sabía que los oficiales del ejército y los aristócratas eran un peligro potencial. Tarde o temprano se combinarían para tumbarlo. Así que Trujillo se dedicó a cautivar a las masas que son las que les proveen la fuerza de trabajo a dichos oficiales y aristócratas.

Una de las técnicas que usaba eran los bautizos -bautizos con billetes de cien dólares. Trujillo se convirtió en el padrino de cientos de miles de niños. Y los padres de cada niño recibían cien dólares. Trujillo sacaba su ventaja: Se considera vergonzoso en Latinoamérica conspirar en contra de tu compadre, el padrino de tu hijo.

Había que ver estos bautismos para creerlo. Mujeres andrajosas de la clase baja, sosteniendo a sus niños llorones, desfilaban a través de los muy resguardados portones del Palacio Nacional y formaban fila fuera de la capilla del Palacio. El Jefe dirigía el proceso como una línea de producción industrial. Le sonreía brevemente a cada mujer con su hijo, mascullaba algunas palabras entre dientes y luego pasaba a la siguiente.”

(Págs. 25-26)

**********

Nadie conocía mejor el lado maligno de su jefe que los hombres que estaban allí reunidos, sus lugartenientes y sus secuaces. Éste era un hombre totalmente despiadado, amoral, que había matado una y otra vez y que seguiría matando antes de que finalmente cayera.”

[Refiriéndose a los hombres que acompañaban a Trujillo en sus paseos por el malecón)

(Pág. 37)

**********

Mucho antes de que Madison Avenue inventara ese término, Trujillo estuvo creando su “imagen.”

Fundó un partido político con el propósito de incrustar esa imagen en cada rincón de la república.

Durante treinta años no pasó un solo día en que el pueblo dominicano no quedara expuesto a las alabanzas sobre la gloria de Trujillo. Fue, en las palabras que usaría Madison Avenue, una campaña de saturación.”

(Pág. 43)

[Nota: Madison Avenue es la avenida en Nueva York donde quedaban las principales casas de publicidad de Estados Unidos en el Siglo XX. A partir de la década de los cuarentas, las empresas expertas en estrategias publicitarias, en marketing y propaganda jugaron un papel clave y poderoso en el engranaje comercial de productos de consumo masivo.]

**********

Cada vez que se lanzaba una nueva aventura empresarial no quedaba claro si pertenecía a Trujillo o al gobierno. Si la empresa registraba ganancias era de Trujillo, si fracasaba, era del gobierno.”

(Pág. 53)

**********

En otra ocasión, un ferviente agente de Trujillo supo que un comunista guatemalteco llamado José Perez estaba involucrado en una conjura en contra del Jefe. Al investigar más a fondo, el agente averiguó que no había menos de tres José Perez in el Partido Comunista Guatemalteco. ¿Cuál sería el culpable? ¿A quién matar? Él resolvió el problema de una manera drástica: Hoy ya no queda un solo José Perez en el Partido Comunista Guatemalteco. Podemos decir que este aparentemente insignificante incidente representa la historia de las conspiraciones en el Caribe. Este incidente se repite en incontables estilos diferentes, a menudo a una escala mucho mayor, y es la esencia de la política salvaje de Latinoamérica.”

(Pág. 134)

[Nos preguntamos cuán común en Latinoamérica eran estos asesinatos indiscriminados en esa época. Sospechamos que Espaillat añade ese tipo de comentario, generalizando el estilo criminal del Trujillato al resto de Latinoamérica para matizar o neutralizar sus revelaciones contra el régimen y no proyectarse como un cobarde y traidor al régimen justo después de la caída de la dictadura (1963), dictadura a la que él sirvió durante 15 años. Estos matices forzados y estas distorsiones para presentar a Trujillo como un dictador latinoamericano más, en cuanto a la crueldad y los crímenes, permean todo el libro para disimular sus revelaciones contra la dictadura y que no lo acusen de cambiachaquero de última hora.]

(Fin de los extractos)

A continuación resumimos algunos relatos largos para no tener que traducirlo todo palabra por palabra.

Resumen 1:

A pesar de ser ya multi-millonario en tierras, ganado, empresas y dinero, Trujillo no desaprovechaba cualquier oportunidad para extorsionar a los que estaban en una situación vulnerable. El general Espaillat nos cuenta que cuando el depuesto dictador venezolano Perez Jiménez se exilió en RD e informado de que el dictador venezolano no había salido pobre de su país, Trujillo le extrajo US$1 millón de dólares (equivalentes hoy a US$9 millones de dólares) por su breve estadía en RD.

[Aislado en la guarida de la fiera, Perez Jiménez no tuvo otra alternativa que pagar esa generosa suma por su breve alojamiento antes de lograr salir apresurado de Santo Domingo.]

(Ver pág. 138)

**********

Resumen 2:

En las páginas 139-141 Arturo Espaillat relata cómo en 1955 Trujillo se sintió ofendido por un comentario del recién inaugurado Presidente de Cuba, Fulgencio Batista. Con el fin de consolidar una alianza con Batista, por órdenes de Trujillo Espaillat le ofreció dinero (“ayuda”) a Batista quien le contestó que estaba dispuesto a aceptarlo pero que “por dios, que nadie se entere”. Por este comentario Trujillo se sintió ofendido y lanzó un operativo concreto para tumbar o matar a Batista con armas o explosivos. Le ofrecieron US$100,000 dólares al Coronel La Rubia del Ejército cubano, pero éste, aunque no quería a Batista, lo rechazó porque no le parecía un proyecto realizable. Luego negoció con el ex Presidente de Cuba Prío Socarrás en Miami para financiar y apoyar militarmente una guerrilla en contra de Batista con pertrechos y apoyo por mar y aire. Sabemos, por otras investigaciones nuestras, que Trujillo habilitó una de sus fincas para que los guerrilleros cubanos se entrenaran en RD. Todo por un breve comentario de Batista que no le gustó al Jefe. Espaillat también menciona que había motivos latentes relacionados a la competencia azucarera. Sin embargo, fue el comentario de Batista lo que encendió la mecha de la ira del tirano y que lo motivó a querer eliminarlo. 

Trujillo, The Last Caesar

Gral. Arturo Espaillat

Chicago, 1963

 

 **************************************************************************************************

  


 

 


*****************************************************************************************

 

ANTONIO IMBERT BARRERAS NO ERA GOBERNADOR DE PUERTO PLATA EN LAS DÉCADAS DE 1950 Y 1960

Antonio Imbert Barreras no era gobernador de Puerto Plata en 1960 cuando mataron a las hermanas Mirabal como alegan y no pudo darle la orden a Víctor A. Peña Rivera para que las mataran. Él había sido gobernador de Puerto Plata en 1948-1949 y luego Trujillo lo destituyó porque desaprobó su actuación frente a los expedicionarios de Luperón en 1949.

La lista de gobernadores de esa provincia demuestra que el gobernador de Puerto Plata entre 1954 y 1962 era Luis A. Ginebra y que el gobernador interino era José Sixto Ginebra Henríquez 1956-1961.

Ver en Acento.com: Galería de gobernadores provinciales de Puerto Plata (1861-2014)

https://acento.com.do/opinion/galeria-gobernadores-provinciales-puerto-plata-1861-2014-8469932.html

Además de la lista, como pruebas de que Luis Ginebra era el gobernador en 1960, tenemos las siguientes referencias:

En su cronología Drama de Trujillo, el periodista puertoplateño Alonso Rodríguez Demorizi comenta en la pág. 81 sobre los preparativos para el Desfile del Millón que estaba programado para el 24 de octubre, 1960:

Se dice que le han exigido al gobernador Luis Ginebra un contingente de 15,000 de Puerto Plata, pero no le dan dinero, ni transporte. En Trujillolandia no hay vehículos. Para movilizar 1,000,000 se necesitan 200,000 carros de 5 pasajeros o 20,000 camiones.”

Más adelante, en la pág. 86, comenta sobre una reunión en Puerto Plata en 1960:

Johnny Abbes estuvo en el Hotel Tropical Bambú de Luis A. Pelegrín y allí estuvieron con él Ernest Carlsson, Juan Bra Gómez hijo y Ramoncito Mercado. Se dice que le entregaron algunos papeles pero como no ha sucedido nada, nada se puede decir. Hasta el gobernador Luis Ginebra se puso nervioso cuando supo que ese turpén andaba aquí.”

Luego, en la pág. 104, en octubre de 1960 el puertoplateño Rodríguez Demorizi comenta:

Luis Ginebra, gobernador, conversó con Danilo Brugal Alfau, Iván Savignon More y conmigo frente a mi casa.”

Ver: https://en.calameo.com/books/00034521430d090c7a56c

*****

En su libro Balaguer y Yo (Tomo I), Víctor Gómez Bergés (pág. 134) menciona a L. Ginebra, gobernador de Puerto Plata, en abril de 1961:

En Puerto Plata, en el mes de abril del mismo año [1961], se había realizado actos desaprensivos, algo parecidos, como salir a las 5 de la madrugada de un baile… rodeado de un grupo de amigos que le acompañaban, entre ellos, Virgilio Alvarez Pina, Paíno Pichardo, el gobernador Luis Ginebra, Luis Augusto Ginebra Hernández...”

Ver: https://en.calameo.com/books/000345214b863f6f461aa

*****

En su libro La Era en los días del fin (pág. 115), el investigador Rafael Chaljub Mejía comenta sobre la visita de Trujillo a Puerto Plata en 1959,  parte de su gira para celebrar su victoria sobre la expedición de 1959:

Era martes, se quedó en la ciudad y al día siguiente asistió a una recepción en el histórico Club del Comercio, donde el señor gobernador don Luis Ginebra y su esposa doña Enriqueta, encabezaron la lista de los anfitriones.”

Ver: Google Books, el link es demasiado largo

*****

Nota final

Estas son pruebas que presentamos, no palabras vacías, pero sabemos que a los manipuladores trujillistas estas pruebas no los inmutan y continuarán repitiendo sus mentiras y difamaciones con tal de higienizar la imagen de Trujillo y redimirlo de uno de los crímenes más repudiables de la Era de Terror.

Es una vieja táctica fascista atacar sistemáticamente, negar rotundamente, empantanar, burlarse, crear confusión sobre los peores actos de violencia de un régimen para, por lo menos, neutralizar con esa coraza de mentiras, burlas y confusión, el impacto que tengan esos hechos oprobiosos del pasado sobre la conciencia de las nuevas generaciones.



**********


EL TRILLADO TEMA DEL "HOMBRE DEL SOMBRERO"

 

(Otro esfuerzo por adecentar la figura de Trujillo)

Como hemos comentado antes, con el fin de limpiar y transformar la figura de Trujillo usando el poder de las palabras y la repetición para insertar el trujillismo en la arena política como una opción política honorable, los manipuladores trujillistas se concentran especialmente en neutralizar, en transmutar los peores episodios de esa dictadura, ya sea negándolos rotundamente o presentando una versión fabulada de los hechos, como siempre, sin presentar pruebas ni argumentos coherentes. Como hemos señalado anteriormente, para convencer recurren a las técnicas manipuladores de los sobrentendidos (como si fuera una verdad ya establecida que no necesita ninguna prueba), a la repetición incesante de las mismas frases para crear una “verdad ya consolidada”, a las insinuaciones sin fundamentos y al teatro dramático exhibiendo una supuesta “indigación” y profunda “convicción” sobre lo que alegan.

Uno de estos esfuerzos es tratar de desvincular a Trujillo por completo del asesinato de las hermanas Mirabal y para esto repiten su versión de que quien le dio la orden a Víctor A. Peña Rivera de matarlas fue Antonio Imbert Barrera.

Ya hemos demostrado con pruebas de que Imbert Barrera no era gobernador de Puerto Plata y que, por lo tanto, no pudo haberle ordenado a Peña Rivera del SIM de que mataran a las hermanas.

Pero los manipuladores hacen caso omiso y persisten en repetir y divulgar, además, que Imbert Barreras era “el hombre del sobrero” que supervisó esa masacre. De nuevo, como siempre, sin pruebas ni argumentos coherentes. Las únicas bases con que cuentan para sustentar esa afirmación es la bruma de rumores que han creado y la repetición incesante que da por entendido o por “consabido por todos” la relación directa entre Imbert Barreras y “el hombre del sombrero”.

Veamos, entonces, los hechos con respecto al manido tema del “hombre del sombrero”:

Por cierto, al investigar sorprende lo fácil que es encontrar testimonios y pruebas sobre quién fue el verdadero “hombre del sombrero”, pruebas que los apasionados trujillistas, extrañamente, parece que nunca han percibido, a pesar de su intenso interés en este episodio del pasado.

Veamos primero lo que nos relata el periodista Víctor A. Mármol, entonces un joven periodista de La Nación en 1960, en su artículo Crímen de las Mirabal (Listín diario, Nov. 23, 2018 -

https://listindiario.com/.../23/542950/crimen-de-las-mirabal)

Yo fui el primer periodista, con apenas 17 años de edad, que transmitió la noticia de la muerte de las hermanas Mirabal, al entonces periódico La Nación, el día 25 de noviembre, diario que circulaba en Santo Domingo en horas de la tarde, y del que yo era su corresponsal en Santiago de los Caballeros, mi ciudad natal.

En la mañana del 25 llegué al Departamento Norte de la Policía Nacional en Santiago, ubicado en la calle El Sol, antigua Presidente Trujillo, en busca de noticias del día. Grande fue mi sorpresa cuando entré al despacho del coronel Comandante de la Policía Nacional y quien me recibió sentado encima del escritorio fue el capitán del Ejército Víctor Alicino Peña Rivera, a quien yo nunca le caía bien.

Al verme, con una sonrisa cínica que siempre tenía en su rostro me dijo: periodista, aquí lo único que hay es un accidente de un jeep que se descarriló por un precipicio en Puerto Plata, mientras me entregaba un telegrama enviado por el destacamento del Ejército ubicado en La Cumbre, lugar situado entre Puerto Plata y Santiago, en el cual se informaba del supuesto accidente del jeep, donde murieron las tres hermanas Mirabal y el chofer Rufino de la Cruz.

Peña Rivera era el jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), la tenebrosa entidad represiva de Trujillo.

Cuando me entregó el telegrama aún vestía de color amarillo, botas llenas de lodo y un sombrero grande de alas anchas, el mismo que tenía cuando dirigió la terrible operación. Fue al hombre del sombrero de alas anchas que algunos lugareños vieron hablando con unos hombres y ese hombre fue Peña Rivera.”

(Fin de la cita)

Pero el que más claramente identifica al hombre del sombrero es el propio Victor A. Peña Rivera en su libro Trujillo, la herencia del caudillo (1978) cuando se refiere a las declaraciones del testigo Pascual de Jesús Espinal, empleado de Obras Públicas, en cuanto a lo que vio el 25 de noviembre (págs. 113-114). Citamos:

"Momentos antes, había declarado que mientras reparaba un derrumbe ocurrido en un tramo de la carretera, vio pasar, como a las once de la mañana, un jeep en cuyo interior iban tres mujeres y el chofer, y que, posteriormente, vio pasar un carro rojo, marca Mercedes Benz, conducido por el capitán Peña Rivera, quien vestía de paisano y llevaba un sombrero grande como el que usan habitualmente los vaqueros. Manifestó que conocía bien al capitán, a quien le temía, al igual que todo el pueblo".

Al redactar esto, Peña Rivera mantiene silencio y no expresa ninguna objeción ni crítica. De hecho, en ninguna parte del libro, Víctor A. Peña Rivera desmiente al testigo, ni siquiera insinúa una duda de ningún tipo. Es muy importante notar que esto fue publicado en 1978, cuando no se preveían los alegatos sin fundamentos que hoy esgrimen los Trujillos de que el hombre del sombrero era Antonio Imbert Barreras.

En la pág. 112 de su libro, Peña Rivera también se refiere a otro testigo, José Rafael Perez, que trabajaba en un camión de la Caja de Seguro Social y quien declaró que:

"En la carretera vio un carro azul y blanco de cuyo interior salieron varios sujetos que interceptaron un jeep y apresaron a sus ocupantes, que eran mujeres, excepto el chofer. Aseguró que más adelante, y a varios kilómetros de distancia, estaba estacionado un automóvil Mercedes Benz de color rojo y que dentro del mismo, había una mujer en el asiento del frente, y un hombre alto, con sombrero de ganadero, estaba tomando café en un kiosko cercano."

No olvidemos que Antonio Imbert Barreras no era un hombre de estatura alta. Pero lo más significativo es que el propio Peña Rivera nunca niega en sus dos libros que él fuera ese hombre que iba en el Mercedes Benz y que llevaba el sombrero de ganadero ni tampoco dice un ápice o insinuación alguna de que el hombre del sombrero fuese Antonio Imbert Barreras.

Lo anterior lo confirma de nuevo el propio Víctor Alicinio Peña Rivera durante el mismísimo juicio de 1962 cuando el fiscal le preguntó si él tenía un sombrero de vaquero. Veamos lo que el propio Víctor A. Peña Rivera nos relata en su libro La herencia del caudillo (Edición 1978, pág. 117):

Fiscal: Dígame una cosa, acusado: ¿Tenía usted un automóvil "Mercedes Benz" rojo?

VAPR: No señor: tuve un "Mercedes" sólo dos meses antes de caer prisionero, y era negro.

Fiscal: ¿Tenía usted un sombrero grande estilo vaquero?

VAPR: No, señor:, no tenía uno; tenía más de seis.

(fin de la cita)

Como dice el principio jurídico: "A confesión de parte, relevo de pruebas."

Los lectores pueden encontrar las declaraciones de los testigos Pascual de Jesús Espinal (Obras Públicas) y José Rafael Perez (Caja de Seguro Social) sobre el “hombre del sombrero” en el “Expediente judicial de la Cámara Penal con Jurisdicción Nacional”. Acta de Audiencia. En: El Juicio a los asesinos de las hermanas Mirabal. Santo Domingo, CPEP, 2011, pp. 31-32 y pp. 175-216.

Pero la verdadera confesión y aclaración la hace Víctor A. Peña Rivera en su segundo libro, Historia oculta de un dictador (1996, págs. 277-295), Peña Rivera relata la conversación cuando recibió la orden de matar a las hermanas Mirabal de parte de Cándido Torres Tejada, Jefe Interino del SIM. Como no podemos reproducir el extenso diálogo entre los dos jefes del SIM que revela paso a paso el plan de la masacre, extraímos sólo la parte que demuestra que la orden procedió directamente desde Cándido Torres a Víctor A. Peña Rivera, cumpliendo la orden superior desde la más alta autoridad del país, Trujillo, través de Pupo Román, Jefe de las FFAA. Citamos a Peña Rivera:

--Vengo de parte del Ministro de las Fuerzas Armadas, General Román par que dispongas el traslado a Puerto Plata de los esposos de las Mirabal, que están en la cárcel de Salcedo. Diles que estamos esperando una introducción de armas clandestinas, y como esperamos capturar a los contrabandistas necesitamos tenerlos en el área de los hechos para que ellos no ayuden a determinar si esas personas pertenecían al movimiento “14 de Junio”. Explícales que tan pronto termine la operación serán regresados a Salcedo, que contra ellos no hay nada, y que sus esposas pueden visitarles como de costumbre.

Torres Tejada hizo una pausa, y luego agregó:

Una vez trasladado tu deberás prepararle una emboscada a las Mirabal en la carretera, matarlas y simular un accidente automovilístico, sin que nadie quede vivo. Ese es el deseo del Jefe.(…).

Ahora me daba perfecta cuenta que mi fin estaba acercándose. Alguien quería ponerme en una situación tan peligrosa y comprometedora, que desde ese mismo momento, en cualquier forma que actuase, iba a quedar perjudicado.

(Fin de la cita)

Lo anterior no lo decimos nosotros, lo dice el propio Peña Rivera en su segundo libro.

Como pueden notar, en todo lo anterior, por ningún lado aparece la sombra de Imbert Barreras. Debemos preguntar: ¿Por qué en los siguientes 50 años ninguno de los cinco asesinos materiales de las hermanas Mirabal, quienes escaparon del país y han vivido décadas en el exterior, jamás ha dicho un ápice que asociara a Imbert Barreras con el hombre del sombrero de ganadero, quienes tendrían que saber muy bien quién fue que los dirigió y coordinó la acción?

Pero hay algo más:

Por ser un extracto demasiado largo, al final de este artículo compartimos las declaraciones del respetado comandante constitucionalista Evelio Hernández publicadas en el Diario Libre (2010) sobre la orden dada directamente a Peña Rivera desde la base de San Cristobal. Esta última orden desde San Cristóbal provino después de que se había dado la orden original de eliminar a las Mirabal. Hubo dos intentos anteriores de matarlas, pero como iban con niños, pospusieron la acción. Por eso preguntan cuántos cocos hay en Puerto Plata. Aquí se trata de la orden final ya que se verificó que sólo iban cuatro pasajeros (las tres hermanas y el chofer). A continuación extraímos sólo un párrafo:

Hernández narra que el 25 de noviembre de 1960 se encontraba en la unidad de radio junto al sargento mayor Darío Piña cuando "entre las doce y doce y media (del día) llamaban insistentemente al capitán Alicinio Peña Rivera, quien estaba de puesto en Santiago, y se le preguntó: "Cuántos cocos tiene hoy la mata de cocos de Puerto Plata, y éste contestó: cuatro. Y la orden que siguió a la respuesta fue un tajante: túmbelos los cuatro." (refiriéndose a los cuatro pasajeros que iban en el jeep).

En resumen, comparen los testimonios anteriores con la total ausencia de pruebas de los trujillistas cuando repiten incesantemente la frase “Imbert Barreras, el hombre del sombrero" sin presentar ninguna prueba ni fundamento.

Para más detalles sobre el papel que jugó Victor A. Peña Rivera en el asesinato de las hermanas Mirabal les recomendamos el artículo del historiador Alejandro Paulino Ramos:

Trujillo contra las hermanas Mirabal: En el juicio testigos narraron la forma en que fueron asesinadas (3)

https://acento.com.do/.../trujillo-contra-las-hermanas...

Este es uno de una serie de seis informes sobre la masacre de las hermanas Mirabal, extensa investigación del historiador Alejandro Paulino Ramos. Estos seis informes contienen mucha información y detalles nunca antes revelados. Recomendamos que los lean.

También pueden leer una extensa investigación sobre esta masacre en El Grito Contenido de enero 2017: Las hermanas Mirabal y su chofer Rufino de la Cruz

https://elgritocontenido.blogspot.com/.../las-hermanas...

********

Evelio Hernández: "Trujillo ordenó matar a las Mirabal"
4 de marzo, 2010

Diariolibre.com

Dijo que fue testigo de excepción de la orden que terminó con las tres hermanas

SANTO DOMINGO. El comandante constitucionalista Evelio Hernández reafirmó que Rafael L. Trujillo Molina ordenó a Johnny Abbes García dar muerte a las hermanas Mirabal. Con su afirmación contradice la versión de Angelita Trujillo, en el sentido de que Luis Amiama Tió, uno de los ajusticiadores del tirano, y Segundo Imbert Barreras habían tenido participación en la planificación y ejecución de ese crimen.

En una carta enviada a este diario, Hernández explica que fue testigo de excepción de la orden de ejecutar a las Mirabal por ser parte de la XII Compañía del Ejército Nacional, ubicada en San Cristóbal y donde existía un sistema de radio para la comunicación que recibía las instrucciones y órdenes confidenciales que daban los altos mandos de las Fuerzas Armadas.

Hernández narra que el 25 de noviembre de 1960 se encontraba en la unidad de radio junto al sargento mayor Darío Piña cuando "entre las doce y doce y media (del día) llamaban insistentemente al capitán Alicinio Peña Rivera, quien estaba de puesto en Santiago, y se le preguntó: "Cuántos cocos tiene hoy la mata de cocos de Puerto Plata, y éste contestó: cuatro. Y la orden que siguió a la respuesta fue un tajante: túmbelos los cuatro".

Al día siguiente, agrega Hernández, "la noticia de la muerte de tres de las hermanas Mirabal y del chofer del vehículo que las transportaba, Rufino de la Cruz, consternaba a toda la sociedad dominicana".

"Inmediatamente concatené lo escuchado en la radio con la muerte de las tres heroínas y el chofer (pues era coherente que éstos fueran los cuatro cocos)", detalla Hernández.





 

 Los que se asilaron en la Embajada de Argentina: 

 “Escuchaba sus historias, realmente terribles, estaban muchos de ellos lastimados por las torturas; unos con quemaduras de cigarrillos, otros por la picana en los genitales, vagina, lo inimaginable. José Frank, mientras estaba en la silla eléctrica, le quemaban las piernas con periódicos encendidos. Con mi madre los curamos, llevábamos al médico escondido en el baúl del Impala cuando ya noche cerrada no quedaba personal doméstico.”

Testimonio de María Magdalena Escobar, hija del embajador argentino en RD en 1960, Dr. Enrique Escobar Cello
Recuerdos de mi vida II
Pueden leer mas en: http://chinaescobar2.blogspot.com/ 

(José Frank, como otros, entró corriendo a la embajada bajo una lluvia de balas. Ella abrió la puerta justa a tiempo para que él entrara a salvo.) 

En otro porta, María Magdalena Escobar, hija del valiente y solidario diplomático argentino y de doña Elsa, su señora esposa, quienes les salvaron la vida a decenas de dominicanos, comenta lo siguiente:

"En 1960 mi padre, el Dr. Enrique Escobar Cello fue el embajador argentino en República Dominicana, con mi madre y el Dr. Reid, escondido en el baúl del auto, curamos y atendimos las terribles heridas de 50 asilados, heridas de torturas. Entre ellos, Sina Cabral Mejía, Rafael Gómez Pérez, Abel Rodríguez del Orbe, José Frank, y muchos más que no recuerdo el nombre, muchos estaban en la Residencia y el resto en Cancillería Argentina, a mis 20 años fui con un joven argentino, casa por casa a buscar cartas y dinero y de sus familiares. …hasta la comida les era servida por mi madre y yo, el Servicio de inteligencia los esperaba al servicio doméstico, todos los días, nos ponían micrófonos y tenían prohibido atenderlos, tenían terror. Pasamos momentos muy difíciles que le costaron la salud a mi padre.”

Nota: Estos asilados se habían metido desesperados en la embajada después de salir de los centros de torturas cuando la dictadura los soltó (temporalmente) por presiones de la OEA y la comunidad internacional. Sabían que la costumbre era "desaparecer" a los presos políticos después de que los "liberaban" (para lavarse las manos) y por eso buscaban asilo en las embajadas. 

 


 


  

 


 


 Traducción:

Algunos de nuestros embajadores opinaban que tenían que llevarse bien con Trujillo. Joe Farland era de otra opinión. El empezó a reportar todas sus iniquidades: la cámara de torturas, a quienes habían matado y bajo qué circunstancias. Sobre una persona perfectamente honorable, Trujillo escrbía cartas anónimas cuestionando su carácter. Yo recuerdo el caso de una señora doctora que Trujillo dijo que era lesbiana. Cosas de ese tipo… sencillamente malvado. Desaparecían a la gente. Las personas tenían miedo de hablar en lugares donde los pudieran escuchar. Yo recuerdo un reportero de US News and World Report que vino a la capital. Habiendo estado ahí varios días tras haber tenido varios episodios desagradables, un día me dijo: “Sabes, yo pasé dos años en Moscú, pero nunca sentí verdadero miedo hasta que llegué aquí.” Una noche estaba sentado en su cuarto en el hotel con la puerta cerrada con llave. La puerta se abrió y un enorme, monstruoso hombre entró, se paró ahí, lo miró y luego, sin decir una palabra, dio la vuelta y se fue. Estaban tratando de asustarlo para que no dijera nada en contra del gobierno.

(Fin del extracto)

Henry Dearborn
Jefe de Misión Adjunto
Ciudad Trujillo (1959-1961)

Entrevista oral
Association for Diplomatic Studies
Pág. 27

*******

 


La familia García Bideau formaba parte de la sociedad y eran invitados a los grandes acontecimientos. “Siempre nos invitaron: que si el Corso Florido de Angelita –unas carrozas inmensas que se hacían en honor a la hija de Trujillo, durante el Carnaval–, que si el cumpleaños de Radamés o el cumpleaños de Ramfis... Mi mamá nos ponía un ajo debajo del brazo para que nos subiera la fiebre. Nos daba hasta purgantes para que nos diera diarrea. Mis niñas están enfermas”. ¿No fuiste a ninguna de esas fiestas? –le pregunto. “A ninguna, nunca. Recuerdo que a mí me tocó un baile de Reyes en Azua, el Generalísimo estaba en esa fiesta. Me llenaron la cara hasta de puntos rojos como si tuviera sarampión, a riesgo que supiera que podía ser mentira. Mi papá decía que lo último que le faltaba en su vida era que Trujillo o un hijo de Trujillo se antojara de su hija. Siempre hubo un pretexto para que yo, que era la mayor, no fuera a ninguna parte”.

 ***************************************************************************************
 


 

HUBO MUCHAS URANIA CABRAL EN LA VIDA DE TRUJILLO

Mira, Urania, por ejemplo, es un personaje inventado, pero hubo muchas Uranias en la historia de Trujillo. Incluso a mí me impresionó muchísimo. Tú sabes, cuando se publicó La fiesta del chivo yo fui a la República Dominicana a presentar la novela, y a los dos o tres días de estar allí de pronto leí en los periódicos, creo que en el Listín Diario de Santo Domingo, una carta que me impresionó muchísimo, de un señor mayor que había sido militar, que decía: 'Yo me he impresionado mucho al leer este libro, porque la historia de Urania es la historia de mi hermana.

El autor no podía saberlo, eso nunca. Pero a mi hermana le pasó eso. Nosotros éramos una familia trujillista, y para desgracia nuestra un día Trujillo conoció a mi hermana. Fue la tragedia de nuestra vida, porque mis padres, éramos grandes trujillistas, y de pronto nos encontramos con que mi hermana había sido maltratada de una manera monstruosa por él y no podíamos abrir la boca”. Bueno, y contó que para la hermana también había sido una tragedia terrible esta historia. Se habían ido a los Estados Unidos y habían vivido en el extranjero, muertos de la vergüenza con lo ocurrido. Y él decía algo muy interesante: «Al leer la novela de pronto me he encontrado con una tragedia que realmente nosotros vivimos en casa. Fue la tragedia de la familia'."

Entonces, para inspirarte en Urania ¿escuchaste alguna versión similar    o parecida?

Muchas versiones, escuché muchas versiones de muchachas. Era algo que ocurría allí, prácticamente, con frecuencia, por desgracia,y no solamente por culpa de Trujillo, sino de los hijos también.

Mario Vargas Llosa
Extracto de entrevista en ABC (España)
Publicada en RD por el Listín Diario
4 de abril, 2021

Nota: Ver mucho más sobre la explotación sexual de los Trujillos en la sección  VARIOS de este portal (en el medio de esa larga página)

******************************************

  



LA CULPABILIDAD DE TRUJILLO EN LA MASACRE DE LAS HERMANAS MIRABAL

(Palabras de los más íntimos colaboradores de Trujillo)

JOAQUÍN BALAGUER, leal asistente personal de Trujillo por 31 años y conocedor a fondo de la personalidad, la duplicidad y el modus operandi de Trujillo, escribe en su libro La palabra encadenada, págs. 315-318:

“Una vez consumada la iniquidad, sin duda el más repugnante de los crímenes realizados durante la Era de Trujillo, el responsable del hecho se presenta ante sus propios esbirros como un ser inocente que había sido abrumado por la noticia”.

SALOMÓN SANZ, asistente de suma confianza de Trujillo y sus hijos: "Pero imposible que en un régimen como en el de Trujillo que eso ocurriera sin la voluntad o sin la decisión de él." (Ver en YouTube: documental: Nombre Secreto: Mariposas, el documental - Min. 42:51 - Publicado por Biblioteca Dominicana 2:0 - Mayo 1, 2015.

VIRGILIO ÁLVAREZ PINA (don Cucho), pariente y amigo íntimo de Trujillo desde la infancia y uno de los más cercanos colaboradores de Trujillo durante décadas, leal hasta el final y conocedor íntimo de los mecanismos interno de poder del régimen, escribe en su libro La Era de Trujillo, pág. 51 y 155:

"El propio Trujillo se refería a ese injustificado crimen, en la intimidad, como un acontecimiento ajeno a su voluntad, pero los que le rodeábamos sabíamos que órdenes de esa naturaleza no podían provenir de ninguna autoridad inferior a la del árbitro nacional, que era el mismo Trujillo, y mucho menos producirse sin su consentimiento expreso”.

Más adelante reitera lo anterior cuando comenta en la pág. 155:

“Dentro del gobierno, las cosas no marchaban tan bien. Se sentía la presión causada como consecuencia de los errores cometidos por Trujillo. A las abiertas acciones de 1959 y 1960 se sumó la absurda orden de matar a las hermanas Mirabal y aunque Trujillo, en la intimidad, quería hacer ver que no había tenido una participación directa en ese asesinato, se sabía que un crimen de esa magnitud de ningún modo se podía haber perpetrado sin su anuencia".

***********************************************************************************************



La horrorosa cárcel de Nigua
Santiago Estrella Veloz
Diario Libre

(Extracto)

Las raciones de comida consistían en agua de chocolate, un plátano verde y pan duro y viejo, incluso con lama, a menudo con una fetidez que revolvía el estómago. Los presos estaban obligados a comerla, pues de otro modo morirían por inanición. Los que enfermaban de paludismo debido a los mosquitos no recibían tratamiento médico alguno.

Las heridas de los golpes, culatazos y del "cantaclaro"-un látigo confeccionado a base de alambres-se tornaban blanquecinas con el salitre del mar Caribe cercano, por el lado sur, pero además por los gusanos que les caían. La atención médica era nula, de modo que los presos tenían que curarse las heridas por los métodos más inverosímiles, como por ejemplo tapándoselas con lodo.

Simplemente, aquellos condenados a tan triste suerte eran dejados morir, cuando no es que perecían fusilados en un sitio vecino llamado Camunguí, cerca de una plantación de arroz propiedad de Trujillo, en cuyos predios los cadáveres eran sepultados sin señal alguna que algún día permitiese identificarlos. Órdenes para fusilar presos fueron dadas en Nigua por el general Federico Fiallo y el coronel Joaquín Cocco, asistidos por esbirros de la talla de José Leger, Dominicano Alvarez, capitán José Pimentel y un soldado al que solo se le conocía por el apodo de Pelo Fino, cruel hasta la saciedad. En alusión a la cárcel de Nigua, el asesinado escritor español José Almoina dice:

"Es algo que tiene para los dominicanos un perfil siniestro, que hace estremecer a la gente. Se dijo durante mucho tiempo que era preferible tener cien niguas en un pie y no un pie en Nigua. La situación de este campo de concentrados políticos, entre arenales que se torrefactan al sol implacable del trópico y se humedecen por la acción del mar próximo, es algo horroroso. En estos inhóspitos médanos los presos estaban obligados a trabajar de sol a sol y, vejación satánica, a contemplar los fusilamientos de sus propios compañeros. Por Nigua han desfilado miles de dominicanos y allí han muerto fusilados, o incapaces de soportar más trabajos, centenares de ellos"

La horrorosa cárcel de Nigua

Santiago Estrella Veloz

Diario Libre

20 de febrero, 2010

**********************

Muchos hombres, trabajadores en su mayoría, temerosos de que peligrara su vida, resolvieron ponerse lejos de las garras del felino de S. Cristóbal y solicitaron el pasaporte correspondiente, el cual fue negado. Al ser perseguidos por el delito imperdonable de querer salir del país, se salieron clandestinamente. El odio del Déspota burlado se sació en los parientes de los que huyeron y los calabozoas de la cárcel de Nigua se repletaron de gente sin más delito que ser parientes de los que burlaron la vigilancia de Trujillo. La tragedia sigue perfilando sus lineamientos de sangre y dolor con una frecuencia espeluznante.”

Crímenes y Usuerpación
Heriberto Lopez
Revista Bohemia
29 de abril, 1934
Págs. 10 y 63

******************************************************************

Félix W. Bernardino y la justicia de Trujillo

Ramón Emilio Espínola
Historia Dominicana
15 de abril, 2021

Félix W. Bernardino fue sin lugar a dudas un brutal chacal que asesinaba con órdenes y sin órdenes de Trujillo.

En 1950 cuando es secuestrado en una calle de la Habana el líder de los obreros azucareros dominicanos Mauricio Báez fue Bernardino el líder ejecutor de tan cobarde hecho.

Diez años después, o sea en 1960, esbirros de la tiranía batistiana confesaron en la justicia revolucionaria de que Bernardino había pagado a un grupo de confiteros para que ejecutaran el hecho. En el momento del secuestro este rufián se desempeñaba como agregado comercial en la embajada dominicana en Cuba, de este y de otros tantos crímenes se acusa a este hombre que como un vulgar asesino solo sabia matar para la dictadura.

También se acusó a esta hiena del asesinato en el bajo Manhattan de Andrés Requena y de haber sido uno de los participantes en el secuestro del Vasco Jesús de Galíndez en la estación del metro de la calle 57 y octava avenida en la ciudad de New York. En ambos crímenes estuvo este diabólico ser auxiliado por su dilecta hermana y compañera del mal y la calumnia Minerva Bernardino.

A este hombre se le acusa de ser el autor intelectual del intento de asesinato llevado a cabo en una calle de la Habana vieja con una inyección de veneno contra el líder exilado venezolano don Rómulo Betancourt.

W. Bernardino y los Jinetes del Este

En enero de 1960, Bernardino estaba residiendo en la ciudad del Seibo en la parte oriental de la república, para ese entonces el régimen de Trujillo se veía amenazado por todos lados y este caballero de horca y cuchillo lideraba una banda de facinerosos llamada “Los Jinetes del Este”, quienes amedrentaban a la población con sus tropelías, resultó que en dicha ciudad estando el chacal departiendo en un bar protagonizó un lamentable incidente cuando tres jóvenes de la localidad entraron al establecimiento donde Bernardino tomaba bebidas alcohólicas y según este chacal dichos jóvenes no lo saludaron con la debida reverencia y cortesía que su presencia demandaba de todos los presentes y por dicha razón varios de sus matarifes cumpliendo órdenes de su jefe atacaron sin piedad a Héctor Barón Goico, y a los hermanos Pedro y Demetrio Díaz, tan fuerte fue la agresión que los jóvenes tuvieron que ser hospitalizados.

Bernardino no conforme con la agresión ordenó a sus esbirros a que fueran al hospital y se apoderaran de las tres víctimas.

Los asesinos se presentaron en el centro médico y bajo la protesta del personal dieron muerte a los tres jóvenes en sus propias camas, se los llevaron y desmembraron sus cuerpos, colocando los sanguinolentos despojos en sacos que cargaron sobre mulas partiendo los asesinos rumbo a la finca de Bernardino donde ocultaron los desmembrados cadáveres dentro de una cueva.

El escándalo que se armo fue mayúsculo, tan grande fue la indignación de la población seibana que Bernardino tuvo que comparecer ante la justicia, pero su amigo el todopoderoso dictador Trujillo desde su oficina en el Palacio Nacional dictó una sentencia absolutoria para su amigo.

Trujillo baso su fallo en el hecho de que el inculpado estaba ebrio y por lo tanto no estaba en sus cabales…Esta sentencia le fue transmitida a los jueces del tribunal encargado de hacer justicia, pero como la misma había sido dada por Trujillo quien era ley, batuta y constitución no había más nada que hacer, de esa manera salió libre el chacal del Pintado, burlándose así de toda la población que pedía justicia.

Lo interesante de este caso es que en ninguna parte del mundo el estar ebrio exonera a ningún inculpado de algún delito…Solo a un sátrapa como Trujillo se le podía ocurrir algo semejante.

Es que en la "Era de Trujillo" todo era posible por más absurdo y ridículo que pareciera.

**********

Nota: Felix Bernardino tuvo que ver con muchos asesinatos durante la Era. Mataba a empleados de su finca para no tener que pagarles el salario. Este personaje bestial también estuvo detrás del asesinato de Tavito de la Maza. Aprovechándose de que buscaban un chivo expiatorio para encubrir el asesinato del piloto americano Gerald Murphy, Bernardino hizo que escogieran a Tavito de la Maza para poder eliminarloy así cobrarle la muerte de su hermano Luis Benardino a quien Tavito de la Maza había matado en Londres en una rencilla años atrás. Tras la caída de la dictadura se encontraron cadáveres enterrados en la misma. Se le hizo un juicio por el asesinato de varios empleados suyos para no pagarles el sueldo. Durante la revolución del 1965 logró escapar hacia el sector americano y salió del país sin tener que cumplir la condena.

  


 *****************************************************************************************

 




 

 EL TIRANICIDIO DE 1961

Dr. Roberto Cassá: 

La dictadura tenía una particularidad de este control tan total de la vida del país que la pieza unificadora [Trujillo] tenía que desaparecer y como ejercía un papel represor tan intenso, su presencia dificultaba en extremo cualquier movimiento que en lo inmediato produjese su caída.” (Min. 24:45) 

****** 

Los héroes del 30 de Mayo interpretaron la naturaleza de esta crisis y supieron dar una respuesta en fue la única solución para la superación de este orden indigno era la muerte del tirano.

Se ha especulado mucho acerca de las motivaciones de los héroes del 30 de Mayo. Se les ha acusado por parte de análisis interesados de que respondían a conveniencias personales y a ansias de venganzas de baja categoría. Eso, desde luego, forma parte de los mitos generados por ciertas versiones revisionistas-historiográficas que no tienen mayor importancia pero que tienen que ser también respondidas en aras de la claridad histórica y de la contribución al desarrollo de la conciencia histórica.

Es parte de un debate intelectual y moral la defensa de los héroes del 30 de Mayo como sintetizadores en su momento y en su acción de la crisis histórica del Trujillato. En este sentido, el 30 de Mayo cumplió con esta función de dar lugar al final esperado por sectores muy distintos de la vida nacional. De manera que el 30 de mayo, si bien pudo ser objeto de apoyos por parte de los Estados Unidos en su estrategia contraria a un orden revolucionario en el país y como parte de los inicios de esta teoría del domino, no actuaron como agentes extranjeros, para nada, sino que resultaron ser producto de los propios intereses dominicanos, de la perspectiva de que era un deber, una necesidad histórica dar lugar a la superación de la dictadura.” (Min. 25:42)

El tiranicidio de 1961 (Extractos)
Dr. Roberto Cassá, Director
Archivo General de la Nación (AGN)
(Conferencia en FUNGLODE - Min. 25:42)

https://www.youtube.com/watch?v=wDlnyltqQyY

 

**********************************************************************************