viernes, 1 de octubre de 2021

Nuevas Entradas

NUEVAS ENTRADAS - Varios


En esta página colocamos cada semana los nuevos posts que en los próximos tres meses vamos incluyendo en las diferentes secciones de este portal y los posts que ya no caben en muchas de las secciones repletas (en las que el programa de Blogger ya no permite más textos ni imágenes). Por tanto, les sugerimos a los interesados que busquen cada semana en esta sección NUEVAS ENTRADAS la información o datos más recientes que vayamos encontrando en nuestras investigaciones. Incluiremos en esta sección también información y datos ya incluidos en diversas secciones de este portal, los cuales consideramos que, por su importancia, merecen ser reproducidos y releídos.
 

No podemos garantizar la superviviencia de El Grito Contenido en el futuro, por lo que instamos a los lectores a que nos ayuden a preservar en el futuro y a divulgar toda esta importane información haciendo un back up del contenido de todo el portal ya sea montándolo en Cloud o siguiendo las instrucciones más abajo.



De Lilís a Trujillo – Luis F. Mejía – 1944

Extracto:

En cada una de sus haciendas y en lugares frescos, apropiados para el solaz, posee cómodas y agradables residencias, por las que han desfilado mujeres de todas las razas y categorías sociales, pues su libidinosidad no desmerece ni de su soberbia, ni de su crueldad, ni de sus insaciables apetitos de riqueza: se jacta de ser, como sus toros y caballos de raza, un excelente semental.

Sus mancebas son bien recibidas en todas partes, ya por vil adulación, para merecer la protección de ellas acerca de él, ya por miedo. Junto al puerto recién construido se hizo levantar una residencia de placer llamada “Sans Souci”, dotada de toda clase de refinamientos, donde iba a gozar de sus conquistas amorosas. Después de sus viajes al exterior la ha transformado en un cabaret atendido por mujeres francesas, traídas expresamente de París.”

De Lilís a Trujillo
Luis F. Mejía
Caracas, 1944
Págs. 491 y 492

Naturalmente, como Sans Souci había otros centros dedicados a los impulsos libidinosos del Benefactor. Además de que cada edificio municipal del Partido Dominicano tenía una habitación reservada para los encuentros sexuales del Jefe con las atractivas jóvenes locales que le llevaban, también usaban para este servicio íntimo las habitaciones de hoteles regionales y casas particulares. La Hacienda Fundación, lugar donde Trujillo pasaba dos o tres días a la semana en plan de relajamiento, también estaba dotada de un nutrido suministro de atractivas doncellas. A este suministro de féminas alude el escritor Guaroa Ubiñas en su libro La Hacienda Fundación:

Señoritas invitadas y transitorias que eran mujeres a las cuales no se les molestaba y, al igual que las amas de llave, tenían que gozar de un respeto a distancia de la peonada. Ellas se relacionaban directamente con el Jefe.” – (Pág. 54)

La Hacienda Fundación - Guaroa Ubiñas Renville – AGN – 2013

 






Conocedores de la disposición de Trujillo a recurrir a cualquier crueldad con los instrumentos de terror que tiene disponibles, los dominicanos han aprendido a nunca discutir sobre política en sitios públicos o en la presencia de niños, sirvientas o extraños. A los niños siempre se les aleja antes de discutir algún tema político controversial. En relación a esto, yo recuerdo la pregunta sin respuesta que un niño dominicano muy inteligente le hizo a su padre: ‘Papá,’ preguntó, ‘¿por qué es que cuando hablamos de Trujillo en la escuela siempre lo vitoreamos y cuando tú lo haces aquí en la casa siempre lo haces en susurro?’

Cuando les preguntan sobre el propio Generalísimo, la actitud de las personas cambia, enardecidos te darán la entusiasmada respuesta estándar: todos declararán un profundo amor por el Benefactor. Aún los pocos que en la privacidad de sus hogares se desahogan con la crítica más amarga contra el régimen, en los lugares públicos actuarán como sus más entusiastas partidarios.”

Trujillo, Little Caesar of the Caribbean
Germán E. Ornés
Nueva York - 1958
Pág. 101






Reportaje de septiembre de 1961:

En tres meses (enero-marzo de 1961), cuando el Jefe todavía gobernaba, se esfumó extrañamente lo que quedaba de reservas en oro en el Banco Central, US$10 millones (hoy unos US$870 millones).

Además, aunque el peso dominicano estaba oficialmente a la par del dólar, su valor en el mercado negro era una quinta parte el valor del dólar, es decir, que un peso dominicano valía 20 centavos del dólar.

Datos obtenidos por el periodista de los propios informes oficiales del Banco Central de RD publicados en la Gaceta Oficial de RD del mes de enero y el mes de abril de 1961 (ver artículo).

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Resumen:

El anterior extracto discute la gran preocupación que tenían los economistas y las autoridades monetarias de Estados Unidos con la inflación de precios causada por la inflación monetaria, el exceso de dólares que estaban circulando en el mercado, el exceso de dinero sentado en los bancos, etc. Señala que había unos 300 mil millones en manos del público, lo que representaba 8-10 veces más que la cantidad que había 25 años atrás, la fuerza inflacionaria que causó los problemas de entonces.



Los dos extractos anteriores, entre otros que hemos publicado en este portal, demuestran de nuevo que el gobierno norteamericano en esa etapa tenía un interés activo en que los países latinoamericanos que no habcían creado sus propias monedas lo hicieran para desdolarizar esas economías con el fin de ellos recoger todos esos millones de dólares que circulaban dentro de cada país y así reducir el exceso de dólares en los mercados mundiales. El principal objetivo era evitar una mayor inflación monetaria del dólar y los efectos que esto tendría sobre la economía de Estados Unidos. Con ese fin vinieron a RD los consejeros (“money doctors”) del US Federal Reserve Board Robert Triffin y Henry Wallich con programas para la creación de una moneda local y un Banco Central.

Naturalmente, Trujillo y su poderosa maquinaria propagandística le vendieron al pueblo dominicano que el peso-oro dominicano y el Banco Central habían sido el fruto exclusivo de la genialidad y la gran iniciativa nacionalista del Jefe.



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LOS RECUERDOS DE LAS VIUDAS DEL 30 DE MAYO

 

La suerte que sufrieron algunas de las viudas de los ajusticiadores (con niños pequeños):

(1) - Familia de Huáscar Tejeda todavía espera justicia
Ju
an Salazar - Listín Diario – 23 de mayo, 2018)

Alumbró a Manuel sobre una mesa y luego tuvo que dejar a sus tres hijos menores de edad al cuidado de sus padres, en un hotel propiedad de la familia, en Higüey, adonde tuvieron que ir a vivir cuando su vivienda fue desmantelada y cedida después a un familiar del dictador Rafael Leónidas Trujillo.

María Leonor González (Lindín), de 85 años, ya había sentido los embates de la dictadura que la apresó estando embarazada del hijo que trajo al mundo en tan difíciles circunstancias y a quien no pudo ni siquiera amamantar, porque debía salir urgentemente hacia la capital para investigar sobre la suerte de su esposo Huáscar Tejeda, uno de los conjurados en el ajusticiamiento del sátrapa.

La familia quedó casi proscrita, a tal punto de que algunos vecinos y conocidos se movían al otro lado de la acera para evitar saludarlos en las vías públicas, por temor a represalias de los Trujillo.

Su vivienda estaba permanentemente vigilada por esbirros del régimen dictatorial, además de que fue prácticamente saqueada y sus muebles los encontró doña Lindín en el Servicio de Inteligencia Militar (SIM), cuando la llevaron allí detenida estando embarazada, antes de trasladarla a una vivienda que era propiedad del secretario de las Fuerzas Armadas, José René Román Fernández (Pupo), quien apoyó la trama contra Trujillo. La casa de la familia Tejeda Pimentel luego fue cedida a Amable Romero Trujillo (Pipí), hermano del dictador, quien se la regaló a su hijo Darío Trujillo.”

(2) -Testimonio de la viuda de Juan Tomás Díaz
(Angela Peña – Hoy.com – La otra dimensión – 1998)

En una entrevista en el periódico Hoy.com en 1998 con Angela Peña, doña Chana comentó sobre su situación después de quedar liberada:

Yo lo perdí todo. Me quedé con lo que me dio la gente. Tengo la lista de las personas que me ayudaron. Me gusta agradecer.”

Ver: https://hoy.com.do/dona-%C2%93chana-diaz%C2%94-vivio.../

En otra entrevista en video publicado por el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana (MMRD), doña Chana, viuda de Juan Tomás Díaz comenta:

Yo tenía terror a que me violaran, terror, terror, que me mataran mejor, ese era mi terror. Y entonces Johnny dijo ‘Bueno, súbala allá arriba que ella habla más tarde’.

Después supe quieres eran, eran casi todos mi familia ya golpeada y de La 40 nos mandan pal 9. Parece que dijo ‘mándenlos acá una vez. Y a mí noche por noche me sacaban. Nunca me torturaron físicamente, mentalmente sí.

Ellos habían venido de todas partes. Los amigos estaban presos, los amigos en La Vega, en La Romana, en todas partes los amigos de Juan Tomás fueron presos.

Envueltos pasaban, por ejemplo. en lonas, porque las puertas eran abiertas las celdas, y abajo el cuarto de torturas. Subían. ¿Cuál será que va a ir, familia de uno o no familia. Pero varias veces, envueltos en lonas, eran cadáveres.

Y yo, como te digo, los apoyo, los apoyaría otra vez y respeto la decisión que ellos tomaron, todos. Para mí eran hermanos, para mí eran mis hermanos toda esa gente que participó en ese hecho.”

Video publicado por el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana (MMRD)
https://www.youtube.com/watch?v=-UF2PEhOWK8

(3) - Testimonio de Olga Despradel, viuda de Pedro Livio Cedeño
(Con Víctor Grimaldi - Testimonios de los familiares… - Min. 39:40 - 15 de mayo, 2020

https://www.youtube.com/watch?v=_6Vn0pz4V6k

Olga Despradel: “Entonces, a él lo llevaron para la clínica, para el hospital de las FFAA y a mí me llevaron para la 40. Yo estaba en estado de la niña mía y me pasaron un mes durmiendo en el piso y nos daban medio plátano verde todos los días en un plato que parecía de ese que le echan la comida a los perros, que lo había pisoteado antes de llevarlo.”

Y la señora Ariza que también la llevaron y la pusieron junto conmigo durante dos días me dijo: “Cómete tu pedazo de plátano porque esto no se va a acabar así.” La llevaron presa a ella y a don Andrés que era el tío de Pastoriza. Doña Matilde estaba llorando porque la metieron junto conmigo ahí sentada en el piso.” [Matilde y don Andrés eran tíos de Roberto Pastoriza].

[…]

Y a mí me sacaron de ahí, me llevaron presa y me tuvieron un mes durmiendo en el piso, en estado.”

[…]

Yo no tenía ninguna responsabilidad porque Pedro Livio nunca en la vida dijo ni media palabra que yo pudiera sospechar que él estaba involucrado en esa trama.”

Doña Olga Despradel de Cedeño después logró salir al exilio.

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En su artículo Las mujeres del 30 de mayo, el historiador Juan Daniel Balcácer nos brinda más detalles sobre la experiencia de las heroicas mujeres del 30 de mayo:

En la cárcel personal de Ramfis Trujillo, ubicada en el kilómetro 9 hacia San Isidro, catorce de las parientes directas de los tiranicidas fueron aherrojadas en una pequeña celda en la que apenas había espacio para seis u ocho personas. Las detenidas soportaron en silencio la humillación de ver a muchos de sus esposos y familiares completamente desnudos, esposados con las manos atrás y visiblemente desfigurados por las torturas. Todas las noches, tanto Ramfis como Radhamés Trujillo pasaban por las celdas donde se encontraban las indefensas reclusas, mientras algunos de sus sicofantes proferían dicterios y amenazas contra ellas. Asimismo, cada día ellas escuchaban los gritos enloquecedores de sus familiares a consecuencia de las torturas que tenían lugar en ese antro infernal. Por lo general, los esbirros anunciaban las torturas tocando un timbre sobremanera estridente. Dicen que era un ruido desesperante que alteraba el estado anímico de las mujeres, pues sabían que el mismo preludiaba una nueva sesión de torturas para sus indefensos compañeros.”

Las mujeres del 30 de mayo
Juan Daniel Balcácer (historiador)
Listín Diario - 27 de junio, 2018

(4) – Alrededor del 2017 yo tuve una conversación con un hijo de uno de los ajusticiadores quien me comentó que el hijo de otro de los ajusticiadores hace poco le pidió dinero prestado para poder arreglar el televisor de su casa porque no tenía con qué pagar el arreglo. No voy a compartir el nombre del hijo necesitado de ese mártir, pero esto les da una idea de lo bien que parece que viven los descendientes de los ajusticiadores que “se apoderaron de los bienes de Trujillo”.

Y si Joaquín Balaguer en un momento dado dispuso una recompensa para algunas de las viudas e hijos de los ajusticiadores que fueron asesinados y despojados, tal como se practica la justicia restaurativa en los gobiernos democráticos y constitucionalistas o cuando hay un cambio de régimen, no entendemos la crítica de los trujillistas sobre eso. Obviamente su actitud es que las víctimas dominicanas no tienen los mismos derechos de justicia restaurativa que tienen los otros pueblos de recibir una recompensa por el asesinato de sus familiares, la pérdida de sus bienes, la persecución y el acoso a manos del gobierno. Esto no nos sorprende pues la mentalidad de los trujillistas siempre ha sido, en el fondo, el desprecio y la burla de los derechos humanos y civiles de los dominicanos, como si fuéramos un pueblo de tercera categoría sin los derechos normales de que gozan los demás pueblos.


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TRUJILLO ACUSADO DE VIOLADOR

Chichi de Jesus Reyes

Hoy.com

22 de mayo, 2017

En reconocimiento “a las buenas actuaciones y eficientes servicios” prestados a los invasores norteamericanos en el control de los llamados “gavilleros” en el Este, el teniente Rafael L. Trujillo fue ascendido a capitán y enviado a dirigir la fortaleza de San Francisco de Macorís.

Durante su estadía en la zona oriental estableció importantes vínculos de amistad que le fueron incondicionales hasta el día de su asesinato en mayo de 1961.

Uno de esos “amigos” cercanos fue Ramón Berroa, de San José de Los Llanos, con quien mantuvo una estrecha amistad y a quien distinguió con importantes posiciones públicas con poderes casi totales, no obstante su limitada formación escolar. Fue comisionado presidencial en el Este, síndico de Los Llanos, alcalde pedáneo y otros.

Berroa, siendo guarda almacén de los depósitos de las tropas de ocupación en San Pedro de Macorís facilitaba con frecuencia mercancías y bebidas al joven oficial. Y más tarde le ayuda militantemente cuando Trujillo fue encarcelado y juzgado en Los Llanos, acusado de violar a una joven del lugar.

Lorenzo Berroa Leguizamón, de 91 años, nieto de Berroa, quien vive en la comunidad de Dos Hermanas, próximo al cruce de Cayacoa, en la carretera Mella, cuenta que fue su abuelo Ramón quien salvó a Trujillo de la acusación de violar a la muchacha llanera y de hacer quemar la casa del Tribunal y los registros judiciales del caso.

A principios de 1940, un pariente del Jefe que prestaba servicios en el Palacio Nacional confirmó lo sucedido con la joven, según narra Mario Read Vittini, en su libro “Trujillo de Cerca”, Páginas 46 y 47.

Otro gran amigo de Trujillo durante su ejercicio militar en San Pedro de Macorís fue el comerciante Juan Hazim, casado con Aurelia Medina (doña Lela), en cuya casa pernoctaba y comía cuando iba desde su comando en El Seibo. Lela era nativa de San Cristóbal y en su lar sus familiares eran vecinos de los Trujillo.

Doña Lela contó a Read Vittini que una vez llegó Trujillo a su casa, en la calle Independencia 23, con todo el uniforme lleno de pintas de sangre y que de sobremesa de la cena, de pie, con las manos sobre el espaldar de una silla de comedor, contó cómo esa misma tarde había acabado con una familia de gavilleros, hombres, mujeres y niños y que él mismo había ahorcado algunos de ellos. Lela, horrorizada, le dijo: “ay, Chapita… ¿Cómo puedes ser tan cruel?… ¿Cómo puedes hacerles esas cosas a esos infelices?”, a lo que Trujillo, sin inmutarse, respondió: “¡No te mortifiques, mamita, que esas gentes no eran tuyas!”

Tiempos después la Guardia Nacional fue convertida en Policía Nacional y Trujillo fue nombrado comandante de una compañía, y a raíz de la muerte del mayor César Lora, comandante del departamento Norte con asiento en Santiago, el futuro dictador lo sustituyó ascendido al rango de mayor. Aprovechó la oportunidad y concertó fuertes y convenientes amistadas que le fueron muy útiles para la ejecución de sus fines políticos, materializados en febrero de 1930 con el golpe contra Horacio Vásquez.

chichidejesusreyes@gmail.com

Hoy.com

 


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GERMÁN ORNÉS RECUPERA “EL CARIBE”


El periódico El Caribe fue fundado por el periodista americano Stanley Ross en 1947, pero luego, el gobierno dominicano se lo compró para usarlo como medio de influencia y propaganda del régimen. Sin embargo, Trujillo deseaba que el periódico no figurara como propiedad del gobierno puesto que sería demasiado obvio que las noticias, editoriales y comentarios representaban los intereses de la dictadura. Germán Ornés era Secretario de Prensa del gobierno y se sobreentiende que Trujillo hizo que Ornés comprara El Caribe por su cuenta para que figurara como un medio totalmente independiente del gobierno. Ornés adquirió legalmente El Caribe en 1951 a través de un préstamo obtenido del Banco de Reservas y, naturalmente, mantuvo una línea netamente trujillista, como todos los medios de comunicación bajo la dictadura. Sin embargo, en 1955 Germán Ornés se separó de la dictadura en un viaje que hizo a Estados Unidos y Trujillo incautó el periódico, le vendió acciones a una empresa norteamericana que trabajaba en RD, de nuevo, para distanciar el periódico del régimen, pero el control del mismo y el contenido de sus publicaciones los controlaba una empresa editora propiedad de Trujillo. Por su parte, desde el exilio Germán Ornés denunciaba a la dictadura exponiendo detalles concretos sobre los mecanismos y manejos usados por el dictador para dominar, aterrorizar y explotar a la población. Su principal legado fue su libro Trujillo, Little Caesar of the Caribbean, publicado en 1959.

Tras la caída de la dictadura, Germán Ornés regresó al país a finales de 1961 y reclamó la propiedad de El Caribe con el argumento de que legalmente él era su dueño ya que él había pagado las cuotas del préstamo y el periódico había sido incautado arbitrariamente por Trujillo sin un proceso legal. En este reclamo Ornés fue apoyado plenamente por casi todos los empleados de El Caribe y por la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa). Balaguer le restituyó El Caribe a Ornés y éste, según lo registra el Banco de Reservas, reanudó los pagos de la deuda contraída para la compra de las acciones del periódico, hasta cubrirla totalmente, algo que no hacía Trujillo cuando él le tomaba millones “prestados” a los bancos estatales para financiar sus empresas. 

Citamos un párrafo de un editorial del periódico Hoy:

"Es de justicia señalar que Ornes, desde que le devolvieron el diario, pagó al Banco de Reservas hasta el último centavo del préstamo que le hicieron en 1954. Con Ornes de director-propietario comienza lo que puede considerarse la segunda etapa de la historia de El Caribe, que logró lauros internacionales por su rabiosamente intransigente defensa de la libertad de expresión, lo que también le valió a Ornes la conquista del premio María Moors Cabot. Ornes murió en la noche del 14 de abril del día en que su periódico cumplía medio siglo de vida."

El Caribe en su 60 aniversario
Editorial de Hoy.com
14 de abril, 2008

A continuación compartimos un extracto de uno de los diversos artículos que dan cuenta de que Ornés cumplió con su deber de pagar la deuda contraída para ser su legítimo dueño, a diferencia de otros testaferros de Trujillo.

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Extracto:

El Caribe fue fundado el 14 de abril de 1948 y fue su primer director el norteamericano Stanley Ross, quien con el paso de los años dirigiría el Diario La Prensa, de Nueva York, en español.

El periódico, que inició una etapa en el diarismo nacional, pasó a la propiedad del doctor Germán E. Ornes, quien lo adquirió con un préstamo que le hizo el gubernamental Banco de Reservas. Pero en 1955 Ornes se separó de la dictadura de Rafael L. Trujillo y estando éste en Kansas City se marchó al exilio, interrumpiendo así sus pagos al Banco de Reservas. Ornes pasó a El Mundo de Puerto Rico, y desde allí combatió el régimen de Trujillo.

El diario, se tiene entendido, fue negociado por órdenes de Trujillo con James Hagan, de la Elmhurst Contracting Company, que trabajaba en construcciones viales en el país. Luego el control quedó directamente en manos de una editora que controlaba Trujillo a través de terceras personas. Pero las acciones expedidas a nombre de Ornes nunca fueron ocupadas y se comentó que fueron sacadas del país.

Muerto Trujillo en 1961, el entonces presidente Joaquín Balaguer devolvió El Caribe a Ornes, tras intensas gestiones realizadas con el respaldo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Ornes, según dio cuenta el Banco de Reservas, reanudó los pagos de la deuda contraída para la compra de las acciones del periódico, hasta cubrirla totalmente.

Ornes dirigió el periódico hasta el momento de su deceso, el 14 de abril de 1998, al cumplirse exactamente medio siglo de vida del diario, instalado originalmente en El Conde 1 y luego en su propio edificio en Los Prados.

Los herederos de Ornes vendieron el diario al Grupo Popular, que lo opera desde la fecha. Hace poco tiempo se le cambió el formato a tabloide y se edita totalmente a full color.

(Fin del extracto)

Grupo oferta comprar medios
Hoy.com
30 de septiembre, 2004

 

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Little Caesar of the Caribbean - Germán Ornés – 1958

Extractos:

Los grandes logros de Trujillo y sus proezas más celebradas, las cuales han sido todas muy publicitadas como la materialización de su patriotismo y la abnegada dedicación al bienestar de la Patria, son difíciles de medir con precisión ya que siempre los rodea una bruma casi impenetrable de mentiras y engaños. Se puede decir honestamente que aunque Trujillo y sus propagandistas hablan con mucho ardor y convicción patriótica y nobles principios, la larga y sostenida influencia que el Generalísimo ejerce sobre el pueblo dominicano resulta ser uno de los fraudes más desvergonzados que jamás se haya cometido contra un pueblo. (Extracto del prólogo)

Bajo una engañosa superficie de aparente paz y tranquilidad, el terror hilvana sus hilos de sangre a través del tejido de la sociedad dominicana. El cáncer del miedo devora las entrañas del pueblo y afecta con su poder paralizante toda actividad humana. Alta tensión, desesperación y un sentido de peligro inminente prevalecen en la vida social.

Los dominicanos se temen uno al otro y les tienen un pavor mortal a los extranjeros. Sospechan de sus sirvientes, dudan de sus amigos. Temen a ser denunciados; tienen la sensación escalofriante de que los observan constantemente; les tienen pavor a los severos y demoledores decretos y a la red de regulaciones que, con estilo totalitario, determina el curso de sus vidas desde la cuna hasta la tumba.

Por último pero no por menos importante, los dominicanos le temen a la omnipresente, abarcadora, vengativa e implacable mano del Hombre Fuerte, “El Jefe”, el Generalísimo Doctor Rafael Leonidas Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y padre de la Patria Nueva. “Algo que impresiona al que visita la República Dominicana,” escribió Robert M. Hallett, editor para América Latina del Christian Science Monitor, “es el hecho de que cada vez que alguien menciona al Generalísimo en sentido crítico, aún cuando la persona es un extranjero, el tono de la voz baja de inmediato y toda la conversación adquiere un tono de conspiración”. Otro reportero americano, Milton Bracker del New York Times, declaró que “los diplomáticos son reacios a hablar sobre el régimen en las habitaciones de los lujosos hoteles Jaragua y Embajador. Temen que haya un sistema de grabación aún en lugares en que no se puede demostrar que éstos estén operando.”

Toda una generación se ha criado sin saber lo que significa permanencia y seguridad interna. Lo único permanente parece ser la dictadura y todo lo demás es mutable y provisional, según los caprichos del Benefactor. Para los dominicanos, sólo dos palabras tienen un significado definitivo: incertidumbre y terror.

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En las actuales circunstancias, la clara señal de los dominicanos es el semblante de miedo, el rostro bajo una careta, el habla en susurro. Las personas se cuidan de no emitir una palabra desprevenida contra el régimen. Están siempre vigilantes para que no se les escape un gesto indiscreto, una sonrisa comprometedora.

Nadie se para ante el tirano dominicano manteniendo plenamente su estatura humana. La degradación se practica en forma tan meticulosa que cuando Trujillo aparece en público cada ciudadano tiene que quitarse el sombrero, colocarlo sobre su corazón y bajar la cabeza. Probablemente esa es la razón por la que tantos dominicanos salen a la calle sin sombrero.

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No basta con homenajear a Trujillo personalmente. Toda función tiene que incluir algo en honor a los padres de Trujillo, ya sea un tributo floral para la tumba de su fallecido padre o una visita a su madre todavía viva. Practicamente todos los días los periódicos dominicanos publican tiernas fotos de una delegación de ciudadanos rodeando a la anciana. Además del amable rostro de la Excelsa Matrona, todas las fotos siempre contienen un arreglo floral en el centro.

Eslógans tales como “Dios y Trujillo”, “Trujillo Siempre,” “Trujillo es mi Protector,” “Todo lo que tengo se lo debo a Trujillo,” “Que viva Trujillo,” “Siempre Seguiremos a Trujillo,” adornan los edificios públicos y privados, las fortalezas, las carretas y hasta las cajas de los limpiabotas. Todo edificio público, toda tienda, practicamente todo hogar tiene que tener cuadros colgados del Generalísimo y su hermano menor Héctor, el actual Presidente de la República Dominicana. (Algunas personas visionarias también exhiben la fotografía del hijo mayor de Trujillo, el Teniente General Rafael Leonidas “Ramfis” Trujillo Martínez.)

Sus cuadros se exhiben en los lugares más visibles. Un objeto familiar es la placa de bronce, con la imagen de Trujillo a colores, que se encuentra en cada lobby de los hoteles, restaurantes y en la mayoría de los hogares. De un lado la placa dice “En esta casa Trujillo es el Jefe” y en el otro extremo:

Símbolos Nacionales: Rectitud, Libertad, Trabajo y Moralidad.”

Que esas placas existan ya es en sí algo curioso, pero lo que pocos visitantes al país saben es que ese “símbolo nacional” es otro de los negocios de Trujillo. Se venden a $30 pesos* y le producen un buen ingreso a la Ferretería Read C. por A., la ferretería de la esposa de Rafael L. Trujillo, el negocio donde hay que comprarlas obligatoriamente*. Sin embargo, un rumor reciente dice que cuando se supo ampliamente que el costo de producción de la placa, fabricada en México, era de menos de $2 pesos, la ferretería cedió a la opinión pública y le bajó el precio. Las empresas tienen que pagar en efectivo por la placa, pero las personas pueden adquirirla a crédito: “cuélguela ahora y pague después.”

(Fin de los extractos)

Trujillo, Little Caesar of the Caribbean
Germán Ornés Coiscou
Nueva York, 1958
Págs. 3-8 (extractos)

Notas:

* En 1958, cuando se publicó el libro, el peso dominicano estaba a la par del dólar. En 1958 un dólar equivalía a US$9.00 actuales. Por tanto, la placa de $30 dólares hoy valdría US$270 dólares.

* La breve expresión idiomática en inglés “or else” representa una amenaza equivalente a: “es mejor que lo hagas”. “si no lo haces, sufrirás las consecuencias”. Por tanto, tradujimos esa expresión como “obligatoriamente”. De hecho, había que comprar esas placas en la Ferretería Read. Tenemos entendido que la Armería San Cristóbal de Trujillo llegó a producir una versión más barata de la placa, en un metal más barato, para las personas de pocos recursos. Fue también otro buen negocio ya que la armería era propiedad de Trujillo. Un amigo me dijo que su padre compraba paquetes de esas placas más baratas para regalarlas entre sus empleados en ocasiones especiales.

Este libro, Trujillo, Little Caesar of the Caribbean, fue escrito en español desde el exilio por Germán Ornés entre 1955-1958. Ya que su propósito fue exponer ante el público norteamericano la realidad interna de la dictadura trujillista, fue traducido al inglés de inmediato y publicado en 1958 en dicho idioma. Hasta ahora no hemos encontrado la versión original en español, la cual suponemos que, si aún existe, estaría en forma de manuscrito. Esto nos obligó a traducir al español los extractos seleccionados más arriba. El traductor al inglés recurrió a incontables expresiones idiomáticas en inglés por lo que en muchas partes nos fue imposible traducir las frases literalmente sino que tuvimos recurrir a otras expresiones con tal de mantener intactas las ideas detrás de las frases idiomátcias.

Este valioso libro (338 páginas) está lleno de información concreta y detallada sobre la dictadura, especialmente en lo referente a los mecanismos de corrupción y monopolización de Trujillo y su familia, puesto que Germán Ornés fue funcionario del régimen y luego director de El Caribe. Pueden leer gratis online este libro completo en inglés en el siguiente portal:

https://archive.org/stream/trujillolittleca013349mbp/trujillolittleca013349mbp_djvu.txt





BASTA YA DE TANTO LAMBONISMO Y PROSTRACIÓN

No negamos que durante los 31 años de la satrapía trujillista hubo un importante desarrollo industrial y obras de infraestructura.

Pero los dominicanos que respetamos a nuestro sacrificado pueblo y nuestra sufrida historia no le daremos ni una pizca de elogios al sanguinario y corrupto déspota por las siguientes cuatro razones:

1) Trujillo le cobró al pueblo dominicano y al Estado una enorme fortuna, beneficios y privilegios para él y su extensa familia a través de la corrupción, extorsión, sobornos, saqueo, etc., convirtiéndose en uno de los seis hombres más ricos del mundo en un país en que en 1961 el 70% de la población vivía en estado de subsistencia y un 10-15% vivía en estado de austeridad.

2) Peor aún, por ese progreso el pueblo dominicano pagó un enorme precio en sangre, torturas, despojos, violaciones, humillaciones y terror psicológico innecesario e injustificable durante tres décadas. Fuimos el pueblo más sufrido del continente y el más reprimido del mundo.

3) Trujillo exigió un culto descomunal a su persona, endiosándose ante el pueblo por medio de una maquinaria propagandísticas pocas veces igualada en la historia de la humanidad. En vida Trujillo recibió alabanzas, cientos de misas, homenajes, desfiles, estatuas, títulos, medallas, nombres de parques, avenidas, escuelas, calles, etc. en todo el territorio nacional, muy por encima de lo que se merecía por sus “hazañas”, muchas de las cuales eran exageradas por la propaganda o eran méritos de otros.

4) Gran parte del progreso en esas décadas se debió a las condiciones internacionales favorables al desarrollo industrial y de infraestructura en la mayoría de los países de la región y RD no fue una excepción, ya fuese Trujillo el gobernante u otra persona, pero el ególatra exigía que lo promovieran como el genio y único progenitor de ese progreso.

Basta ya de tanta prostración y falta de respeto a la dignidad de nuestro pueblo, a nuestra sufrida historia y a nosotros mismos como individuos.

Referencias:

Sobre el descomunal culto a la personalidad y la poderosa maquinaria propagandística del Trujillato, ir a la sección IDOLATRIA de elgritocontenido.blogspot.com

Sobre la fortuna que Trujillo y su familia amasaron, ir a CORRUPCION/MONOPOLIO y FORTUNA, de elgritocontenido.blogspot.com

Sobre el precio en sangre, torturas, violacones, etc. que el pueblo dominicano pagó, ir a las secciones CRIMINES I, II, III, IV, TORTURAS, ATROPELLOS, CONTROL, VARIOS de elgritocontenido.blogspot.com

 






LA VIOLACION A LA EMBAJADA DE BRASIL

Los agentes nos ordenaron a que saliéramos del recinto de la embajada hacia la acera. Al virar, pude ver los ojos de las personas que estaban dentro de la residencia quienes miraban horrorizados por una especie de persianas en las ventanas. Mi madre me contó recientemente que ella también los vio. Yo iba detrás de mi hermano Héctor y vi que lo sacaban del recinto a punta de pistola sobre su sien. Al salir hacia la acera vi a mi hermano mayor Alberto tirado en la calle con dos agujeros de bala en el estómago. Tenía los ojos cerrados por lo que pensé que estaba muerto. Al pisar la acera miré hacia la derecha y ahí me impactó la horrible imagen de mi padre que nunca se borrará de mi mente. Le habían disparado en la cabeza y tenia el rostro deformado. Todavía respiraba por la boca llena de sangre, pero no sabía si estaba consciente. Sabía que respiraba porque la sangre le hacía burbujas en la boca. Además, a veces movía las piernas. Yacía en la sotana de religioso con los brazos abiertos a la vez que, de la misma forma, el crucifijo todavía le colgaba en el pecho. La amarga ironía de esas dos imágenes juntas es la que siempre ha creado una enorme contradicción en mi mente sobre la religión y la protección divina que nos enseñan que existe.

El lugar estaba lleno de agentes vestidos de civil (supuse que eran todos calieses) que daban órdenes por todos lados. No sé cómo pudieron llegar tantos hombres al sitio tan rápido ni de dónde salieron porque yo recuerdo sólo haber visto esa mañana a un solo hombre parado en los alrededores. Aparentemente Trujillo tenía las embajadas más resguardadas de lo que la gente se imaginaba.4

Mi hermano Ricardo, de 13 años, tenía una herida de bala en la cabeza por lo que sangró muchísimo (las heridas en la cabeza sangran profusamente), pero por suerte fue un impacto lateral y no le entró en el cráneo. Mi vestido estaba empapado de sangre en toda la parte delantera pero yo no sentía ninguna herida. Sólo sentía una leve quemazón en la espalda (resultó ser simplemente el roce de una bala fría). Estoy segura de que la sangre que había manchado profusamente mi vestido era de la herida de Ricardo ya que él iba sentado a mi lado en el carro.

Mi madre tenía una herida de bala en la muñeca pero parecía que no sentía nada, pues sólo trataba de ir a donde estaba mi padre tirado. Un par de agentes le gritaban en forma arrogante y la empujaban hacia atrás como a un animal, pero ella no desistía, quería estar a su lado para atenderlo. De repente, un calié la agarró de los cabellos y la golpeó fuertemente en la parte trasera de la cintura con una macana (a mi hermano Alberto le parece que fue con la culata de una ametralladora que la golpeó, segun él lo recuerda) y la obligó bruscamente (empujándola con fuerza hacia abajo por los cabellos como a un animal) a que se arrodillara en la acera al lado izquierdo de la entrada a la embajada, gritándole con arrogancia "arrodíllese ahí!".5 La forma en que trató a mi madre, como a un animal, cuando ella estaba desesperada ante su marido moribundo, ya herida de bala, es algo que nunca se borrará de mi mente, jamás. Ninguno de los agentes mostró ninguna misericordia; todo lo contrario, hacían desmanes y gritaban con arrogancia.

Tal como mi padre lo había previsto, las personas que trabajaban en el edificio de enfrente, y supongo que personas de otras partes, habían salido a la calle al oír los disparos. Había mucha gente en las aceras al otro lado y algunas gritaba desesperadas: “¡No los maten, asesinos, no los maten! ¡Son niños, no los maten, criminales, son niños!” Es muy posible que precisamente porque no era una embajada aislada, que gracias a todos esos testigos y al hecho de que los funcionarios brasileños salieron a reclamar, no ultimaron en esos momentos a los demás adultos para después no tener que lidiar con los sobrevivientes como testigos ante la opinión pública fuera del país.

Nos obligaron a todos a que nos arrodilláramos al lado de mamá. Alberto, cuyas dos heridas en el estómago eran de entrada y salida, por lo que la bala no se alojó adentro, pudo levantarse y unirse a nosotros lo que me sorprendió al ver que no estaba muerto. Alberto era muy inteligente y estaba muy informado para su edad por lo que me parece que pensó que si creían que estaba seriamente herido, se lo llevarían por aparte a dejarlo morir en algún lugar sin regreso o a ultimarlo, como hicieron con mi padre. Me contó recientemente que en el momento en que el calié le disparó, él atinó a moverse hacia un lado rápidamente, por lo que la bala no se alojó en el cuerpo sino que entró y salió, probablemente salvando asi su vida.

Mientras el caos alrededor continuaba, con los agentes dando órdenes y la gente en la acera gritando, nosotros llorábamos arrodillados y no dejábamos de mirar hacia papá que yacía con los brazos abiertos y el rostro deformado. Lo mirábamos fijamente como si todos esperáramos un milagro que le recompusiera el rostro de repente.

Los agentes (creo que todos eran calieses, pues no recuerdo haber visto a un solo hombre uniformado) sacaron el carro del recinto de la embajada y lo colocaron justo antes de la entrada como para hacer creer que nunca habíamos entrado en la embajada. Le pregunté recientemente a mi hermano Ricardo y él me dijo que él también vio cuando sacaron el carro y lo colocaron a la entrada. También le pregunté a mi madre, pero eso ella no lo vio, pues ella estaba concentrada en mi padre tirado en la acera. Le pregunté a mi hermano Alberto y él sí recuerda que sacaron el carro y lo colocaron a media acera. Recuerdo que después de que pasó todo el tiroteo, cuando ya nos habían sacado a todos a la acera, un par de funcionarios brasileños tuvieron el valor de salir de la embajada a reclamar, pero los agentes los ignoraban y hasta los empujaron un par de veces. También vi como dos hombres después recogieron el cuerpo de mi padre por los brazos y los pies y lo tiraron como un saco cualquiera en la parte trasera de un jeep militar que llegó y se lo llevó de inmediato.

Una tía mía que era enfermera (Divina) averiguó días después que todavía estaba vivo cuando llegó al hospital ese día. Yo la oí decirle a alguien en voz baja que cuando llegó lo sentaron en una silla amarrado hasta que dejó de respirar. No me lo dijo a mí personalmente ni oí el nombre de mi padre cuando lo dijo, pero al decirlo pocos días después de la tragedia, supuse por lógica que no podía tratarse de nadie más que de mi padre. En retrospectiva, tampoco me sorprende demasiado que él haya llegado vivo al hospital puesto que mi padre era un hombre sano, que nunca en su vida fumó, ni trasnochaba, ni abusaba del cuerpo. Recuerdo que estaba obsesionado con la buena salud y con una dieta balaceada para todos en la familia, rica en proteína, calcio, etc. y creía mucho en los deportes y en una vida activa.

Ya cuando estábamos en Brasil, Eugenio Cabral le declaró a la prensa que en el recinto de la embajada “gritaban ¡los malditos curas son los primeros que deben morir! y nos metían fuego”. Yo no oí eso (probablemente porque yo estaba gritando muy alto) pero, cuando le mencioné eso a mi hermano Ricardo, él me confirmó recientemente que él sí oyó lo mismo cuando estábamos en la embajada. Alberto también me dijo que él oyó eso.

Ver más sobre el asalto a la embajada de Brasil el 7 de julio, 1960 en:


http://undiadejulio.blogspot.com/p/7-de-julio-1960.html