sábado, 2 de julio de 2016

Extracto: Los huesos cuentan su historia

EXTRACTO
Los huesos cuentan su historia

Este extracto es de un articulo publicado por el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana titulado sencillamente Expedicion de Constanza, Maimon y Estero Hondo.

Unos 28 años después se logra obtener el permiso para rescatar del seno de la tierra las osamentas de los héroes que habían sido fusilados y lanzados en fosas comunes en el patio del Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA), en San Isidro. Mediante el decreto 15437, emitido en abril de 1987, y siendo Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas el general Antonio Imbert Barrera -uno de los que ajusticiaron al tirano-, se inician las labores de búsqueda y excavaciones arqueológicas, llevadas a cabo a lo largo de un período de dos meses.

El personal de campo estuvo dirigido por los antropólogos Dr. Fernando Luna Calderón y Clenis Tavárez María, quienes laboraban en el área de la arqueología forense del Museo del Hombre Dominicano. Contaron con la asistencia de miembros de la Dirección General de Entrenamiento Militar del Ejército, así como con la presencia de miembros de la Fundación y varios de los expedicionarios sobrevivientes, aportando informaciones para alcanzar su identificación.

De los 84 patriotas que se dice fueron fusilados en el CEFA, se lograron rescatar del interior de 14 fosas comunes unos 67, siendo apenas identificados 26 expedicionarios, 12 que habían desembarcado por Constanza y 14 por las playas de Maimón y Estero Hondo.

Los restos fueron sometidos a un proceso de limpieza y restauración, ya que se encontraban muy deteriorados por impactos de bala y objetos contundentes. "Hubo muertes por fractura de cráneo, con objetos como madera o culata de fusil, y muchos otros con el "tiro de gracia". Cuatro esqueletos no presentaban cabezas, lo que indica que fueron cercenados antes del enterramiento. Dos esqueletos mostraron evidencias de haber sido ahorcados, uno con una tira de goma y el otro con una correa, encontradas alrededor de sus cuellos


Posiblemente, otros dos fueron asfixiados, aplastándoles el tórax, hasta juntar ambos hombros e igualmente sus caderas. Varios mostraron cortes de extremidades superiores e inferiores. Un gran número murió con las manos atadas con soga a sus espaldas, esposas y hasta alambres de púas en ambas extremidades".

Casi todas estas osamentas correspondían a expedicionarios que habían sido traídos aún con vida, torturados durante su cautiverio y fusilados, encontrando en sus restos numerosos proyectiles de fusiles Maüser. Las excavaciones mostraron que sus cuerpos estaban apiñados unos sobre otros, al ser lanzados en las fosas. Se logró rescatar parte de sus vestimentas, ropa interior, medias, botones, hebillas, así como anillos y en uno de los casos una medalla de la Virgen del Cobre, Patrona de Cuba.

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Se torturaba desde los inicios de la dictadura

Extracto de Una satrapía en el Caribe de José Almoina:

"La suerte de los partidarios de Arias [Desiderio Arias] fue espantosa; no se salvó ni uno; todos perecieron, después de horribles martirios. Entonces designó Trujillo, lugarteniente suyo en el Cibao a uno de los tipos más criminales que haya producido su régimen, el tristemente célebre José Estrella. 

Se instaló en Santiago en calidad de General Gobernador, y pronto su fama hizo estremecer la región entera; Estrella asesinaba con alevosía y detalles tan espeluznantes, que las gentes no se atrevían ni a vivir en la comarca y cientos de familias buscaron, con diferentes pretextos, excusas para trasladarse a otras poblaciones o al extranjero. Sin embargo, Estrella no hacía sino seguir puntualmente las instrucciones del Jefe; éste trataba de obtener dos objetivos: deshacerse de sus numerosos adversarios del Cibao y sembrar un terror tal en aquella comarca que pudiera apoderarse de las fincas tabaqueras y de los arrozales. Estrella logró plenamente este objetivo. En un año los asesinados por Estrella sumaban más de seiscientos. La llamada Fortaleza de San Luis, en Santiago, se convirtió en la más horrorosa mazmorra de torturas; allí se aplicaban los métodos nazis del látigo alambrado de púas y cubierto de cuero, llamado «cantaclaro»; allí el sistema del «tortor testicular»; allí el tormento del agua, el de hierro candente, el de arrancamiento de las uñas; allí se violaba a las doncellas; allí se obligaba, a latigazos, a los propietarios a firmar letras y pagarés o cesiones de sus fincas y de sus intereses; Allí se infamaba e insultaba a los hombres de mayor posición económica y moral, humillándolos, indefensos ante la bestialidad. Estrella logró de esta manera que pasasen a Trujillo las tierras de mayor producción tabaquera y arrocera y que el número de enemigos se multiplicase ilimitadamente. El tirano lo sostuvo allí, hasta lograr para sí el dominio del monopolio del tabaco. Después lo destituyó; y años más tarde ordenó que se le procesase por asesinato. Fue una comedia espantosa; Trujillo que sabía donde estaban enterrados los cadáveres de las víctimas, ordenó que se «encontrasen» algunos y mandó abrir expediente contra Estrella; se trataba de echarle la culpa de aquellos crímenes, que habían cometido por orden suya, a fin de humillarlo. Estrella fue condenado, pero después devolvió unas fincas con las que trataba de quedarse y dio fuertes sumas de dinero y el dictador, una vez que le había despojado de las cantidades con las que él se había quedado sin su permiso, lo perdonó. Pero en el Cibao, quedó Estrella, hasta hoy, como ejemplo de lo que es la dictadura trujillera (José Almoina, pág. 104-105).

Nota: Para poder luchar contra las fuerzas leales a los caudillos del Cibao y poder realizar ese exterminio de cientos de campesinos en esa región, así como el despojo masivo de fincas en los primeros 2-3 años de la dictadura, el despiadado General Estrella, ostentando el cargo de Comisionado Especial para el Cibao, tenía que contar con cientos de soldados, armamento y numerosos pertrechos militares. Precisamente por eso, es imposible que Estrella realizara esas masacres y despojos por su propia cuenta puesto que Trujillo, un megalómano que se mantenia informado y que controlaba todos los detalles, jamás hubiera tolerado ni una semana semejante amenaza a su propio poder, amenaza derivada de la peligrosa combinación de autonomía y poderío militar. El Gral. Estrella pudo ostentar ese poderío militar en los primeros 2-3 años y aplicarlo despiadadamente porque no representaba una amenaza contra Trujillo ya que se mantuvo militarmente leal a Trujillo y obedecía sus órdenes. Precisamente, años después, en octubre de 1940, Trujillo apresó a Estrella y a un grupo porque cuando Trujillo estuvo gravemente enfermo de antrax, Estrella empezó a tomar medidas con el propósito de asumir el poder político a nivel nacional. Una vez superada la enfermedad, el general y el grupo fueron apresados y condenados a 20 años de prisión. Sin embargo, la razón que Trujillo dio publicamente, con el fin de desprestigiar a Estrella y proyectarse a sí mismo como un gobernante noble y justo, fue que lo apresó porque Estrella les había robado tierras a los campesinos y había matado a varias personalidades, como si las directrices no las hubiera dado el propio Trujillo y como si éste no hubiera sido el que se quedó con la gran mayoría de esas tierras robadas por el Gral. Estrella y sus hombres. Prueba de que realmente no lo apresó por ningún tipo de escrúpulo moral es que al año siguiente, después de que Estrella le devolviera el dinero "robado" y las propiedades de arroz y tabaco robadas, Trujillo lo perdonó y el sanguinario general no tuvo que cumplir los 20 años de trabajos públicos.

Pueden descargar gratis el valioso libro Una satrapía en el Caribe en el portal del AGN, un legado histórico por el cual José Almoina pagó con si vida tras meses y años de persecusión.

También puede leer más sobre las torturas en la primera etapa de la dictadura (cárcel de Nigua) en el libro Una gestapo en América del Dr. Juan Isidro Jiménez Grullón, entre otros libros, quien estuvo preso en la cárcel de Nigua.