domingo, 8 de noviembre de 2015

Nuevas Entradas


NUEVAS ENTRADAS - Varios


En esta página colocamos cada semana los nuevos posts que en los próximos tres meses vamos incluyendo en las diferentes secciones de este portal y los posts que ya no caben en muchas de las secciones repletas (en las que el programa de Blogger ya no permite más textos ni imágenes). Por tanto, les sugerimos a los interesados que busquen cada semana en esta sección NUEVAS ENTRADAS la información o datos más recientes que vayamos encontrando en nuestras investigaciones. Incluiremos en esta sección también información y datos ya incluidos en diversas páginas, los cuales consideramos que, por su importancia, merecen ser reproducidos y releídos.

Entre los artículos latinoamericanos en la lista predominan los de El Tiempo de Colombia y La Nación de Costa Rica sencillamente porque sólo esos dos periódicos hispanoamericanos han colocado sus antiguos archivos en la red. 

No se olviden de visitar nuestra página El Grito Contenido en Google+: www.elgritocontenido.googleplus.com.




Informe desclasificado de la CIA
Fecha: 6 de enero, 1961

TRADUCCIÓN DE LOS PRIMEROS PÁRRAFOS:

La situación económica del la República Dominicana

El decreto del 24 de enero que designa al Generalísimo Trujillo como “Presidente de los Bancos del Estado” y coordinador de un gran número de las instituciones que tienen que ver con la mayoría de las actividades de la vida económica y financiera del país coincide con los informes [--frase tachada por la CIA--] de que las manipulaciones financieras del dictador han llevado al régimen al punto de la bancarrota. El 27 de enero [--frase tachada por la CIA--] prácticamente no quedaban fondos para manejar el gobierno.

El estricto control de la economía por parte de Trujillo le permitirá encubrir mejor sus recientes depredaciones y malos manejos y continuar apropiándose de la riqueza del país. Durante los últimos 30 años, él ha amasado una fortuna que se calcula entre $500 millones y $800 millones y ha logrado un control personal sobre gran parte de las empresas agrícolas e industriales del país. En los últimos 13 años todos los altos funcionarios del Banco Central, excepto uno, han sido denigrados y convertidos en chivo expiatorio del deterioro económico y financiero del gobierno.

Pocos de los dominicanos bien informados interpretan las movidas financieras de Trujillo como evidencia de que él se está preparando para huir del país a corto plazo -aunque la preparación para tal posibilidad es una de las razones por las que él ha transferido grandes cantidades de activos al exterior.

[El resto del informe describe las tácticas usadas por Trujillo hacia la iglesia católica, hacia EUA, la cuota azucarera y las sanciones de la OEA.]

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1950: Injerencia del regimen en politica interna de Haiti, complot para tumbar gobierno de Estime. Incluye complot para asesinar a los diplomaticos dominicanos de la embajada dominicana en Port-au-Prince y echarle la culpa al gobierno de Haiti. Con esto el regimen de Trujillo tendria un pretexto para intervenir en Haiti. Dos de los diplomaticos, al quedar informados, se refugiaron en EUA.








Sobre el mito trujillista de la “eficiencia” del régimen:

 

Reunión en el Departamento de Estado (EUA)

Fecha: 26 de abril, 1956

Ref: Programa de asistencia militar a la Marina Dominicana

 

Resumen del texto:

Tanto la Embajada Americana en RD como el Jefe de la Misión Naval de EUA en RD recomendaron eliminar por completo el programa de asistencia militar a la Marina y que el rol de la Misión Naval de EU se limite a la labor de entrenamiento.

Las razones que presentaron para estas recomendaciones fueron:

1 – La incapacidad de la Marina dominicana de mantener los barcos y el material en buen estado para navegar (seaworthy).

2 – Corrupción en los contratos de compra y reparación.

3 – La asignación de personal entrenado a labores que no requieren su capacidad ni el entrenamiento que han recibido.

Mientras no se corrijan dichas fallas, no se le asignará fondos ni material a la Marina Dominicana. El Departamento de Estado está de acuerdo con esta posición.


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EXTRACTOS

Las manifestaciones populares descritas por el embajador Morrison en todas las ciudades y pueblos que él visitó en noviembre de 1961, exigiendo libertad y que no se levantaran las sanciones hasta que se fueran los Trujillos, ocurrían en días y semanas en que había represión, paleros, presos, disparos contra las multitudes, desaparecidos. Es decir, esas manifestaciones masivas en casi todo el país no podían ser un falso montaje controlado por grupos de intereses ya que eran demasiado masivas, temerarias y sus reacciones y las expresiones eran espontáneas. Con sus movilizaciones masivas el pueblo no tenia otra opción que ponerse a la altura de las circunstancias históricas que talvez no retornarían en muchas décadas. Sabían que esta era tal vez la única oportunidad de romper sus cadenas antes de que el régimen superara su aislamiento económico/político y estaban dispuestos a arriesgar sus vidas para ponerle fin a los 31 años del trujillato. El embajador Morrison, a pesar de haber sido en el pasado un simpatizante del régimen y amigo del dictador y su hijo, al viajar por el territorio nacional en noviembre y conocer la realidad, nunca puso en duda que las numerosas manifestaciones masivas que él presenció en su recorrido por el país fuesen auténticas expresiones inevitables de un pueblo radicalmente oprimido y explotado, ansioso por liberarse. 
 
Como dijimos, Morrison había tenido una larga y cordial relación con los Trujillos, hasta amistosa. Inclusive, cuando se reunían, Ramfis se dirigía al diplomático por su apodo (“Chep”). A pesar de su posición conservadora y su anti-castrismo, el embajador Morrison tuvo la honestidad de reconocer la realidad irrebatible que vivió en esos días en cuanto al deseo imperioso del pueblo dominicano de que todos los Trujillos se fueran cuanto antes. Cuando al final de su recorrido se reunió con Ramfis, le comunicó personalmente, sin rodeos, esa voluntad nacional que él palpó en todo el territorio, sin pensar en cómo esa cruda sinceridad afectaría su relación con el hijo del dictador. Leamos algunas de las observaciones del embajador Morrison:

EL LEGADO DE TRUJILLO

Por Delesseps S. Morrison
Embajador americano ante la OEA
Miembro de la delegación de la OEA en RD en noviembre, 1961


Cuando salí y seguí mis actividades fue sólo para encontrar más sentimientos antitrujillistas.

Por todas partes era lo mismo. En la ciudad portuaria, Puerto Plata, en el norte, en San Cristóbal, San Pedro, La Vega, Constanza, hasta en La Romana, en el corazón de la deprimida zona de la caña de azúcar: “Nos quedaremos sin comida, viviremos en la pobreza, si eso significa que podemos salir de los Trujillos.” En Constanza el secretario local nos recibió en su casa, un poco más grande que una choza. Bebimos limonada bastante caliente y tuvimos que espantar millares de moscas pequeñas y aguijoneantes. El hecho de que el partido fuera la UCN, el PRD o el 14 de Junio, no importaba. Estaban en desacuerdo sobre las personalidades y sus demandas políticas diferían, pero la aspiración común se concentraba en la frase “Fuera los Trujillos”. Eso comprendía a toda la familia Trujillo. 
 
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NAVIDAD CON LIBERTAD

Cada vez que salíamos la población de la ciudad parecía estar esperándonos afuera, cantando “Libertad, Libertad” y soplando cuernos como una señal para decirles a los demás que se podía. Al principio la gente temía hablarnos. 
 
Cada bienvenida era más emocionante. Pense que habíamos calado en la tónica de la gente. En esas multitudes excitadas que aparecían, las palabras eran de advertencia: “No escuchen al gobierno [Ramfis-Balaguer]. Tan pronto ustedes se vayan ellos estarán en nuestras espaldas. Los paleros todavía están en la calle manteniendo el sistema. 

Ayúdennos! Ayúdennos!”

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“Habiamos visto niños mendigando. Niños de tres, cuatro y cinco años de edad, frotándose las manos en el estómago, tendiendo la mano mendigando por monedas, con las caras delgadas penosamente encogidas. Habíamos caminado por ruinosos barrios de gente miserable. Esos barrios de América Latina que resultan inolvidables. Habíamos visto gente que había sufrido años de maltrato. Y con todo, sabiendo que todo esto podía cambiar mediante una recomendación que podíamos formular, todavía odiaban tanto a los Trujillos, con tanta amargura, que preferían continuar en este calvario antes que arriesgarse a mantener el régimen.

*****
“Era distinto a lo que yo había esperado. Yo había esperado que los Trujillos fueran extremadamente impopulares en muchos sectores, pero yo no estaba preparado para la casi universal ola de odio.


Cuando reanudamos nuestra caminata, unos centenares se apartaron de la multitud y se unieron a nosotros, gritando: “No nos dejen, hay gente inocente que esta siendo encarcelada.” Casi tuvimos que luchar para seguir nuestro camino. Mientras tanto me di cuenta de que había un rumor de aviones. Miré hacia arriba. Era un escuadrón de cazas de la Fuerza Aérea Dominicana. Venían bajo. Pasaron peligrosamente cerca de nuestras cabezas. Estaban atronando a la multitud. La gente comenzó a gritar y a correr en todas direcciones. Salazar exclamó: “Pero esto es estúpido. ¿No saben ellos que esta gente sólo discrepa?” Después de pasar una vez los aviones siguieron volando, pero el desfile continuó y la multitud nos acompañó hasta las mismas puertas de la catedral, antes de alejarse saludándonos con sus pañuelos.”

El legado de Trujillo
Por Delesseps S. Morrison
Revista ¡Ahora! - Pags. 6, 8, 9
!8 de diciembre de 1972


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ENTRENADOS COMO EJÉRCITO DE OCUPACIÓN


Párrafos traducidos del inglés:

Los oficiales les enseñaron a los soldados que Trujillo era como un dios y que ellos tenían que obedecer a Trujillo sin reservas. “Me dijeron”, dijo Cuevas Sena, “que como soldado tenía que entender que todos los civiles, incluyendo a mis padres y a mis hermanos y a mis hermanas, eran mis enemigos y que yo tenía que obedecer las órdenes aún cuando las órdenes fueran matarlos.”

(Más adelante, otro párrafo)

A una semana de haber ingresado en el ejército, al adolescente Gómez Núnez le hicieron saber que desde ese momento Trujillo era la persona más importante en su vida, que todas las cosas y personas eran secundarias, incluyendo a su padre, a su madre y la patria. Su madre estaba enferma y su padre los había abandonado, pero “durante el entrenamiento el instructor le explicó que entre Trujillo y su madre, el Jefe iba primero.”

The Militarization of Culture in the Dominican Republic
Dra. Valentina Peguero
Profesora de Historia (Universidad de Wisconsin)
University of Nebraska Press, 2004
Págs. 81 y 82

 

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Añadir leyenda










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DOCUMENTO DESCLASIFICADO DE LA CIA

Fecha: 24 de febrero, 1960

El siguiente largo informe es del Secretario de Asuntos Económicos de la embajada americana en RD y contiene muchos puntos reveladores. Es un resumen de la conversación que tuvo el Secretario con un contratista americano que tenía relaciones con Trujillo y con figuras políticas en Washington:

1- William B. Rouse, ingeniero contratista de construcción pesada y especulador revela que Trujillo tenía tratos con la Lehman Bros., por mucho tiempo el cuarto banco de inversiones y especulación financiera de EUA, lo que implica que Trujillo depositó fondos en dicho banco para especular en el mercado de valores, que es a lo que se dedicaba dicha empresa. Aparentemente Trujillo tuvo pérdidas dado que los calificó furibundo, tanto a Rouse como al representante (Jno. Rens) de la Lehman Bros., como "ladrones". Rouse lamenta, ademas, que un "negocio grande" con Trujillo se vino abajo. 
 
2 - Que el gral. Espaillat, quien Rouse dice que lo conocía muy bien, le reveló que él personalmente había estado a cargo del secuestro de Jesús de Galíndez.

3- Que en esos momentos Trujillo estaba armando activamente un complot para tumbar a Fidel Castro, el cual involucraba su asesinato si fuese necesario, y que el amigo y socio de Trujillo, William Pawley, estaba involucrado (Pawley y Rouse se conocían y compartían la misma ideología).  

4- Menciona de paso los sobornos que hay que pagar para hacer negocio en Latinoamórica, que Manuel de Moya (amigo íntimo de Trujillo) y su grupo se dedican a "negocios turbios" ("shady business deals). 
 
5- Cuando el Secretario de la embajada americana le preguntó qué pasó con los US$50 millones (hoy en 2017, US$500 millones) que el gobierno dominicano desembolsó para "gastos militares extraordinarios" Rose trató de justificarlo diciendo que se compraron tanques en Francia, rifles de la OTAN, encubrimiento absurdo el cual implica que Rose posiblemente estuvo involucrado en el manejo de parte de esos fondos y que posiblemente tuvo que ver con el fracaso con la Lehman Bros. (Rouse siendo probablemente el intermediario), dinero que Trujillo obviamente perdió dado que los calificó de "ladrones".

El Secretario le señala a Rose que los gastos que él menciona no se acercan a los $50 millones, entonces Rose le menciona 8 aviones militares B-26 que se encuentran estacionados en un aeropuerto alrededor de Monte Cristi y la construcción de infraestructura militar en ese aeropuerto. Con estas explicaciones absurdas (una ínfima parte de los $50 millones) resulta obvio que Rouse tiene algo que encubrir sobre el manejo de esos fondos puesto que si no tuviera nada que ver, sencillamente diría que él no sabe de eso. Sus justificaciones son aún más sospechosas dado que acababa de tener serios problemas con Trujillo (por lo de Lehman Bros.); sin embargo, se esfuerza por presentar razones que expliquen el misterioso destino de esos fondos (US$50 millones).  El Secretario de la embajada señala que esos 8 aviones fueron adquiridos en EUA y que sólo costaron US$20,000 cada uno (total: US$160,000, ni una cuarta parte de un millón). Las diversas preguntas del Secretario indican que la embajada tiene fuertes sospechas sobre el destino de buena parte de esos importantes fondos (hoy US$500 millones; ver www.usinflationcalculator.com). 
 
La conversación luego toca otros temas: La penetración comunista en Latinoamérica por medio de contratos con los gobiernos de la región, los deficientes servicios de inteligencia americanos en la región (según Rouse), que la represa de Nisao podría terminar financiada por fondos comunistas que, según Rouse, están penetrando en Latinoamérica, las relaciones entre Trujillo y algunos senadores de EUA, de nuevo el complot contra Castro en que dice que Espaillat está involucrado, lo difícil que se ha tornado hacer negocios en Latinoamérica por la competencia de los comunistas, los crecientes sobornos que tiene que pagar, etc. 
 
 



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Mis recuerdos del ajusticiamiento de Trujillo

Mi hermana Carmen y yo, recién salidas del internado en La Vega, cursábamos el bachillerato en el Instituto de Señoritas Salomé Ureña, ubicado enla calle Padre Billini, justo al lado de la iglesia de Regina.

Como vivíamos en San Carlos, bajábamos a pies por la calle 16 de Agosto, y al entrar a la calle de El Conde hacíamos una parada en la casa de una familia muy anti-trujillista, amiga de mis padres, una de cuyas hijas se nos unía para seguir hacia el Instituto.

En esa casa nos dieron la noticia: ¡Mataron a Chapita! Previo a darnos la información, dona Marina nos llevó a una habitación, indicándonos hacer silencio con un dedo en su boca y nos dijo que con toda certeza sabia que Trujillo había sido asesinado el día anterior, pero que aun no lo habían hecho público y que debíamos volver a nuestra casa inmediatamente, y sin decirle una sola palabra de esto a nadie por el camino.

Saltábamos de alegría y nos abrazábamos todos, evitando hacer ruidos porque el terror en que vivíamos no nos permitía celebraciones: estar enterados de eso a esa hora era muy peligroso. Así que volvimos sobre nuestros pasos tratando de ocultar un sentimiento que era una mezcla de alegría, miedo e incertidumbre. ¿Y ahora, qué va a pasar?, me preguntaba en mis ingenuos quince años.
Así que, caminando en vía contraria a las demás alumnas, nos encontramos con amigas que nos preguntaban que si olvidamos algo, que si nos pusimos enfermas, que qué nos pasó; en tanto que otras que solo nos identificaban por el uniforme, se limitaban a decir al pasarnos por el lad “estas dos van al revés”. Y yo pensaba: “al revés van ustedes que no tienen ni idea de la cosa tan grande que ha pasando en este país y de la que se puede armar a partir de ahora.”

Encontramos a nuestra madre en su habitación, pegada a la radio, escuchando con el tono bien bajito y asistida con un aparatito, una emisora cubana que estaba dando la noticia con lujo de detalles y felicitando al pueblo dominicano con grande emoción. Se paró frente a nosotras y nos hizo la misma señal de silencio con el dedo índice sobre sus labios apretados, mientras saltaba con ambas piernas, emocionadísima como una chiquilla cualquiera.

Antes de que le dijéramos cómo nos enteramos y por qué estábamos de regreso, mamá nos dio detalles de todo y nos advirtió que la empleada no podía darse cuenta de nuestra alegría. Mélida –que así se llama la ex trabajadora que hoy es mi comadre– era novia de un guardia. Imagínense lo que nos pasaría si ella le decía que en mi casa había tanta alegría por una noticia como esa!

En ese tiempo ya yo sabía casi todo sobre Trujillo, ese tirano y asesino implacable que convirtió a nuestro país en poco menos que una finca de su propiedad y que era el responsable de la muerte atroz, hacia apenas seis meses, de las Hermanas Mirabal, cuyo recordatorio, con sus tres fotografías denunciando su asesinato, habíamos distribuido clandestinamente y aun teníamos algunos escondidos dentro de una antiquísima plancha de hierro de las que se usaban con el carbón adentro.

Y por supuesto que también sabía yo que por culpa de Chapita, una parte de mi familia vivía en el exilio, y que cinco meses atrás, el 4 de diciembre, mi abuelita materna perdió la vida mientras asistía a la misa de domingo en la iglesia de San Carlos. Paso a relatarles el suces

Eran los tiempos en que ya la iglesia empezaba a rebelarse contra Trujillo después de un armonioso matrimonio de muchos años, con Concordato incluido; pero, como a cada puerco le llega su noche buena (Y que me perdonen los cerdos por la comparación con Chapita), la represión contra los curas no se hizo esperar, tras aquella famosa Carta Pastoral contra Trujillo que fue leída en todas las iglesias y parroquias del país el 25 de Enero de 1960, tras el apresamiento de decenas de integrantes del Movimiento Clandestino 14 de Junio.

Y en la Iglesia de San Carlos cuando el Padre Miguel, un español asiduo visitante de mi casa, estaba refiriéndose al Evangelio, entro un caliè borracho y subido en la parte trasera donde estaba el coro empezó a maldecir contra Dios y su Justicia Divina, –tema del día,–diciendo entre palabrotas y maldiciones que Trujillo era el único que tenia poder para hacer justicia y que iba a acabar con todos los curas comunistas.

Tal impresión fue algo muy fuerte para mi abuela, una mujer cuya familia lidiaba con una calificación de “desafecta al régimen” y a quien le habían incautado su pasaporte cuando vino de visita desde New York donde residía con su hijo mayor, Pedro Alfonso Nadal, un reconocido activista anti trujillista.

Agonizando la llevaron cargada en brazos a mi casa, ubicada frente al templo y allí, don Pablo Mella, un medico vecino, minutos después certifico su muerte por un fulminante paro cardíaco y derrame cerebral. Abuelita tenía 61 años de edad. Otra señora, afectada por la misma acción del esbirro trujillista, quedo paralitica tras sobrevivir a un derrame cerebral. Ya antes, a esa misma iglesia los calieses del SIM les habían detonado dos o tres bombas caseras, de cuya autoría responsabilizaban a los sacerdotes.

Teníamos un colmado, el Valle Verde, y ese día en que empezó a correr el rumor del ajusticiamiento de Trujillo hubo que cerrarlo al medio día, como medida de precaución, pues mucho antes de las dos de la tarde, hora en que dieron por radio la noticia del “vil asesinato del insigne líder”, ya se habían vendido todas las bebidas alcohólicas y la gente seguía llegando eufórica buscando mas. Mi madre les decía en tono bajo que fueran precavidos para que ninguno se convirtiera en “el ultimo muerto de la última batalla”. Y tenía razón Tatà Nadal, pues en los estertores finales de la muerte, esa dictadura, nefasta bestia ya decapitada, asesinó a muchos valiosos dominicanos.

Y yo, que no dejaba de quejarme porque mi abuelita Florinda se había perdido el espectacular final del implacable dictador, decidí que ya no debía guardar mas luto por su muerte y, aquel 30 de mayo de 1961, me vestí de rojo escarlata. Y aunque ese día me prohibieron salir a la calle con tan llamativo atuendo, no me quite mi vestido. ¡Era mi forma de honrar a mi abuela, no lamentando “el vil asesinato del insigne líder”, como repetía hasta el cansancio un locutor de la época, sino celebrando “el insigne asesinato del vil líder”, como terminó diciendo, quizás por error, el mismo locutor!
elsapenanadal@hotmail.com


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TRUJILLO, PROTECTOR DEL DERECHO AL VOTO


Mostrando una total carencia del sentido de la mesura y del decoro, o talvez debido a un cínico sentido del humor, el embajador dominicano en Washington, García Godoy, les comunica al Sub Secretario de Estado americano, Spruille Braden, y a otros reunidos en Washington que (pongan atención lectores) las siguientes elecciones dominicanas en 1947 serían “las más libres en la historia del hemisferio”… no en la historia de Latinoamérica, ni siquiera en la historia de RD, sino en todo el continente, incluyendo a las democracias del Canadá y Estados Unidos. Esto lo dijo el embajador García Godoy refiriéndose a un régimen que ya para 1945 era descrito por varios periódicos y analistas políticos como la dictadura más autoritaria del mundo y uno de los peores regímenes de terror de la tierra. De hecho, después de la caída de los nazis, el trujillato era probablemente en 1945 el peor estado de terror del mundo pese a su pequeño tamaño y su insignificancia internacional.

Para completar la ridícula farsa, el embajador García Godoy agregó, segundos después, que en dichas elecciones libérrimas no concurrirían dos partidos, sólo uno, dado que, según él, la oposición era tan raquítica que no contaba con candidatos competentes y aceptables por lo que “no presentarán a ningún candidato” (will present no ticket) en las elecciones…y esas serían las elecciones más libres del continente… con un solo partido: el de Trujillo. Naturalmente, el embajador no explicó que si la oposición era raquítica se debía a las desapariciones, persecuciones, torturas, asesinatos, apropiaciones, amenazas y exilio, de todo el que criticara, se rehusara a colaborar (los desafectos) o que mostrase fría indiferencia al régimen...incluyendo a los familiares de éstos.
Esta clase de adefesio chocante como el que cometió el embajador del trujillato es típico de las dictaduras caudillistas, de las cuales Trujillo fue su más vulgar expresión en este continente, sólo superado en otras latitudes por Mussolini e Idi Amín.

Debido a la fuerte crítica internacional contra el régimen y probablemente para sorpresa del propio García Godoy, Trujillo promovió la organización de dos partidos manipulados que se opusieran a la candidatura suya en 1947 con el fin de que la “democratización” fuese más creíble: uno encabezado por un diputado del Partido Dominicano del Jefe (Pratts Ramírez) y el otro encabezado por el Secretario de Trabajo del régimen (Rafael Espaillat). Para sorpresa de nadie, Trujillo ganó las elecciones con el 90% de los votos (99.9% hubiera sido demasiado obvio) e inmediatamente después, tanto Pratts como Espaillat fueron designados diputado por Trujillo.

Como segunda nota, observen que el embajador comenta que él probablemente “renunciará” a su cargo cuando llegue a Ciudad Trujillo. Esto coincide con el fracaso de obtener las municiones de EUA que el régimen había solicitado a Washington. Era práctica común que de inmediato Trujillo destituyera caprichosamente a sus embajadores o funcionarios desde un primer fracaso en alguna gestión, sin importar que el fracaso se debiera más a las desmesuradas pretensiones del dictador o a condiciones fuera del control del embajador o funcionario. Normalmente, el embajador/funcionario era obligado a renunciar “por su cuenta” y no figuraba como despedido.

Pueden encontrar este documento del Departamento de Estado de EUA en este link:

https://history.state.gov/historicaldocuments/frus1945v09/d810
 
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   Trujillo abrió ensayo democrático en 1946
 
16 septiembre, 2011
Chichí de Jesús Reyes
El Nacional

Al cumplir 16 años en el poder, el dictador Rafael L. Trujillo decidió abrir un  ensayo democrático permitiendo la  formación de organizaciones políticas, manifestaciones públicas y encuentros de obreros y campesinos, entre otras.

En el marco de esa apertura el 12 de septiembre de 1946, hace 65 años,  se celebró en el país  un congreso obrero patrocinado por el dictador Rafael L. Trujilo, actividad en la que participaron delegados de México, Puerto Rico, Cuba y otras naciones americanas. En la sesión inaugural los delegados manifestaron el pesar que les produjera “la triste situación del obrero dominicano”, lo  que atribuían al Gobierno. 
 
Hablaron de la ausencia de libertad que tenían los trabajadores y el pueblo dominicano para expresar sus problemas, para hacer legislar en su favor y que esas leyes se cumplieran al pie de la letra. Los delegados revelaron que antes del inicio del evento “recorrimos las diferentes regiones  y observamos muchos edificios, muchas carreteras, pero detrás de estas estructuras vimos un pueblo muerto de hambre y carente de libertades”. Era la primera vez que se criticaba al régimen de Trujillo en un acto público
El delegado oficial,  Rafael Paíno Pichardo, abandonó la sesión tan pronto se pronunció la primera palabra  que cuestionaba su Gobierno. 
 
Concluido el congreso los delegados fueron agasajados con un almuerzo en el Centro Obrero, que estaba en la Caracas con Jose Martí, detrás de la tienda Sederías California. El pueblo se concentró frente al edificio y pidió a los expositores extranjeros que salieran a los balcones para demostrarles su simpatía con prolongados aplausos. El representante del gobierno, el licenciado Julio César Ballester Hernández, hubo de ser sacado escondido y escoltado porque hombres y mujeres querían lincharlo.

Luego de divulgados los planteamientos y acuerdos  reivindicativos en beneficio de la clase obrera dominicana,  se formaron dos agrupaciones políticas  encabezadas por jóvenes con ideales firmes de libertad: el Partido Democrático Renovador y el Socialista Popular.
Trujillo   había  prometido  elecciones libres y permitió el surgimiento de los dos grupos. El dictador quiso apreciar cómo respondía el pueblo y observar cómo andaban su prestigio y su popularidad. Pero su esperanza fue tan triste   que tuvo que  revocar  la incipiente demostración   de libertad que estaba promoviendo.

La noche del 29 de septiembre de 1946 se efectuó un mitin en el parque Julia Molina (ahora Enriquillo), en el sector de Villa Francisca, donde concurrieron más de 40 mil personas.  El pueblo capitaleño acudió pletórico y lleno de júbilo, pero con cierta reserva de temor, ya que el Gobierno había hecho correr la voz de que iban a ametrallar a los presentes.  El valor y el heroísmo de la multitud sorprendió a Trujillo, quien ordenó  el envío de cientos de sus sicarios, fuertemente armados, para que dispersaran a los asistentes. El público no se movió de sus puestos hasta que el último de los oradores agotó su turno.
 El tercer y último mitin de la jornada democrática que auspició Trujillo se efectuaría la noche del 26 de octubre en el parque Colón, pero no pudo efectuarse totalmente porque el régimen lo desbarató por  la fuerza.

 La actividad debió empezar a las 8:00, pero desde tempranas horas de la tarde el parque y sus inmediaciones fueron   ocupados por una infinidad de hombres armados, que dispensaban  miradas y gestos amenazantes. 
 
Al intervenir  el primer orador un contingente de guardias vestidos de civiles desprendió cartelones y propagandas relativos al mitin,  que intentaron llevar al centro de operaciones de los sicarios, ubicados en el hotel Colón, en la calle El Conde con Meriño,  pero la concurrencia los siguió y  recuperó el material propagandístico, al tiempo que tiraron al suelo y patearon a los intrusos.

A seguidas entró en acción el temido coronel® Joaquin Cocco,   quien junto con un grupo de matones fuertemente armados penetraron violentamiento al parque y destruyeron la tarima y los cartelones.

Los manifestantes resistieron y se entabló una verdadera batalla campal en la que los asistentes utilizaron los puños y las sillas, y los trujillistas filosos puñales y las culatas de sus armas, ya que Trujillo había impartido instrucciones de no disparar. No obstante los enfrentamientos, los oradores seguían con sus discursos, pero los presentes no los escuchaban porque el servicio de energía eléctrica fue suspendido. Sin embargo nadie abandonó el parque hasta que los dirigentes Mauricio Báez, Freddy Valdez, Ramón Grullón, Francisco Henríquez (Chito), Pericles Franco, los hermanos Juan y Felix Servio Doucudray, y otros, pidieron, confundidos con el público,  hospitalizar a los heridos y a desfilar por ante algunas delegaciones extranjeras para que conocieran las “garantías” y las “libertades” del régimen.

Los trujillistas, por su parte, recogieron los restos de la tribuna y los cartelones y al lado de la estatua de Colón  hicieron una fogata.

 Luego destruyeron los humildes locales de los partidos Democrático Renovador y Socialista Popular, en Villa Francisca, y golpearon a los dirigentes y familiares de esas agrupaciones.

 En la madrugada se allanaron las casas de personas que se consideraban relacionadas con el movimiento, tales como las senoritas Carmen Natalia Martínez Bonilla y Josefina Padilla Deschamps, luego viuda Sánchez.

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El siguiente articulo fue publicado en octubre de 1962, en la revista argentina VEA Y LEA de Argentina 

(http://www.magicasruinas.com.ar/revistero/internacional/santo-domingo-incognita-caribe-trujillo.htm)


SANTO DOMINGO: INCÓGNITA DEL CARIBE

Como si fuese un recuerdo siniestro de la dictadura de Trujillo por 31 años en la República Dominicana, se yergue este falso coloso en la entrada de la "Feria Mundial de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre". Esa feria fue organizada por Trujillo, en 1956, con todas las características del despilfarro que señaló los últimos años del régimen y agravó los males del país. Ahora se va desgastando el cemento de la estatua, típica de las obras ostentosas de Trujillo, pero con escaso beneficio para el desarrollo económico-social del país. Precisamente, un símbolo de la pobreza que aqueja a la República Dominicana es el niño desnudo de la izquierda, que se entretiene con un juguete de su fabricación en una vereda del vasto barrio de emergencia de Santo Domingo. El elevado número de desocupados urbanos, y la miseria de los campesinos, crea una situación de inestabilidad.

Por ANTONIO MUIÑO LOUREDA

EN ESTE mismo octubre —mes de rancia prosapia americana—, Rafael Leónidas Trujillo debería haber apagado las velas de los 71 años —el XXXII de la Primera Era de. Trujillo—, presidente electo de la República Dominicana. Estaba escrito así. "Sean cuáles fueren las sorpresas que el futuro nos reserve, estamos seguros de que el mundo no verá a Trujillo correr como Batista, ni fugitivo como Pérez Jiménez, ni ante el estrado de un tribunal como Rojas Pinilla. El líder dominicano, para honra de la República y seguridad de sus amigos, es hombre de otra moral y de otra estirpe". La petulante profecía del académico Joaquín Balaguer, elaborada poco antes de ser homologado presidente, frustróse el 30 de mayo de 1961, mes de linaje no menos ilustre en los anales de América.

El Mesías de 1930, como se le llamó más de una vez —"Después de Cristo, Trujillo es el segundo hombre de la historia del mundo"—, no tuvo tiempo de correr, huir o ser juzgado. El Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva murió en su ley —como Remón, Somoza y Castillo Armas—, es decir, la mala ley que implantara con la horrenda masacre de los braceros haitianos, la eliminación de Jesús de Galíndez o el fallido intento de asesinar a Rómulo Betancourt, luego de haber sepultado en vida a un pueblo digno de mejores destinos. Un año y cinco meses después de su asesinato, sin embargo, el mundo entero se pregunta aún cuál será la solución final del problema dominicano. En verdad, la respuesta no es nada fácil.

Pertrechados miembros de la policía cuyos despliegues consisten en colocar fuerzas policiales en los puntos estratégicos de la Capital y se realizan cuando se prevén las frecuentes manifestaciones antigubernamentales

El presidente Rafael Bonnelly (sentado) rodeado por otros miembros del Consejo de Estado provisional (integrado por siete civiles) que gobierna el país, dirige un llamado por radio y televisión al pueblo dominicano, a fin de obtener su apoyo en pro de la unidad nacional. El Consejo de Estado no tiene gran respaldo popular ni cuenta con apoyo directo de ningún partido político; sus miembros representan opiniones muy variadas. Quizá las elecciones de diciembre constituyan el primer paso hacia una nueva era de libertad y desarrollo, pero parece por el momento que el camino es muy largo.
El "hombre de la calle" es el blanco de todos los nuevos partidos políticos que han surgido de las cenizas de la dictadura de Trujillo. Esta empalizada en el centro de Santo Domingo lleva símbolos y "slogans" de los más variados sectores. El asunto más candente en el país es el comunismo. Las encontradas opiniones al respecto provocan a veces refriegas entre grupos antagónicos. Deben solucionarse —dicen los observadores— los problemas del hambre, la desunión y la falta de madurez política antes de que pueda establecerse firmemente la democracia.

LAS MAS LARGA E IMPLACABLE DICTADURA: TRUJILLO

Desde Alaska hasta Tierra del Fuego, entre uno y otro océano, son escasos los países que no han padecido y padecen alguna suerte de dictadura. La flor de la libertad pareciera condenada a marchitarse al ser trasplantada en América latina. En lo que va del siglo, extrañas plantas parasitarias —el parásito es uno de los tipos preferidos de la comedia latina— han vivido vorazmente a sus expensas, igual que la tenia vive del hombre. Con todo eso, puede afirmarse, sin temor a dudas, que la sufrida América no ha conocido dictadura más completa, implacable y larga que la trujillista. Si dictadura es tiempo que dura, tendríamos que remontarnos al siglo pasado, a la paraguaya de Francia, para encontrarle un aceptable paralelo al desaparecido generalísimo.

Después de Dios, cuando menos, Rafael Leónidas Trujillo lo fue todo en Santo Domingo. "Dios, Patria y Libertad" rezaba la divisa original del escudo dominicano, pero en los últimos treinta años la libertad y la patria tuvieron que retirarse avergonzadas de la escena, dejando solo a Dios, acaso porque Dios no era un rival demasiado visible: se supone que debe estar en todas partes, y no hay mayor peligro en aceptarlo. Merced al gigantesco letrero luminoso que así lo proclamaba, en efecto, "Dios y Trujillo" iluminaban en la alta noche la oscura vida de la ciudad más vieja de América, pero en la mayoría de los hogares quisqueyanos la fotografía del tirano estaba por encima de la pobre postal de Jesús. No en vano el advenimiento de Trujillo al poder, según dijo también Balaguer, en 1959, "parece un milagro en el cual hubiesen intervenido las propias manos de la Virgen como instrumento de designios superiores".

"UN DOMINIO FEUDAL"

No es necesario acudir a "La Era de Trujillo", el libro que le costó la vida a Galíndez, para reconstruir aquella pavorosa época. "Esto no es un país —había escrito antes William Krehm, en "Democracias y tiranías en el Caribe"—: es un dominio feudal". Testimonio que coincide con el que nos dejó Albert Hicks, en su obra "Sangre en las calles", "Trujillo es el amo de la tierra y de los bienes —anotó—, con derecho de vida y muerte sobre todos los habitantes". En las cartillas escolares de aquella maltratada isla, sin embargo, los dominicanos que hoy rondan la treintena aprendieron que "Trujillo mantiene la paz, sustenta las escuelas, hace las carreteras, protege el trabajo, ayuda la agricultura, ampara la industria, conserva los puertos, mantiene los hospitales, favorece el estudio y organiza el ejército para garantía de cada hombre pacífico". Repetida hasta la saciedad durante seis lustros, la letanía habría de prender por fuerza en la remodelada mente del hombre común dominicano, junto con el "buenos días" y el "buenas noches con Trujillo", el "felices con Trujillo", el "Trujillo es mi norte" y tantos otros lemas que hubieran hecho palidecer de envidia al mismísimo Goebbels.

Cuando de política se trata, la experiencia nos demuestra que el moderno recurso de la propaganda, administrado con mala fe, tiene sobre el individuo efectos parecidos a los de un barbitúrico. Aplicado colectivamente, el remedio termina por adormecer a todo un pueblo, impidiéndole ver la verdad y encontrar su camino. El gigantesco aparato de las relaciones públicas trujillistas, pagado con generosos dólares del erario nacional, obró milagros entre cuatro millones de seres encajonados en un territorio seis veces más pequeño que la provincia de Buenos Aires. Pocos meses antes de su muerte, bueno es recordarlo, Trujillo congregó en la ciudad que llevaba su nombre una multitud de medio millón de personas, pidiéndole, hasta enronquecerse, que volviera a asumir formalmente la presidencia de la República. Ese mismo año, cuando un puñado de expedicionarios rebeldes trataron de emular la gesta de Cayo Confites, los cuchillos y los machetes de los campesinos dieron cuenta de los liberadores antes que los propios esbirros del régimen. Duele registrar episodios tan tristes, pero la verdad tiene una sola cara, y el tratar de olvidarla, concediendo su tributo a la demagogia, apenas serviría para dificultar la comprensión del problema que nos ocupa.

LA "PROSPERIDAD" DOMINICANA EN LA "ERA DE TRUJILLO"

El dominicano un poco mayor o un poco menor de los treinta años, pues, sólo conoció la Era de Trujillo. La antigua Quisqueya, "madre de todas las tierras", era un oasis de paz y prosperidad en un mundo carcomido por todos los demonios del catecismo oficial. El pueblo se levantaba y se acostaba con el nombre de Trujillo en los labios, bautizando a sus hijos e hijas con los de Rafael Leónidas, Héctor Bienvenido, Radamés, Flor de Oro, Angelita o Julia, la "excelsa matrona", cuyo difunto marido descansaba entre los próceres de la primera catedral americana, junto a la primera audiencia, la primera universidad y el primer hospital. El país no tenia deuda externa, el peso estaba a la par del dólar y Ciudad Trujillo, destruida por un ciclón el mismo año en que su epónimo asumió el poder, era una ciudad mucho más limpia y hermosa que Port-au-Prince, la vecina capital de Haití.

Newton Carlos, cuando visitó Ciudad Trujillo, calculó que había en ella 30.000 prostitutas, es decir, una por cada tres mujeres en edad de ejercer cualquier profesión. Si tenemos en cuenta que el número de militares y policías del trujillismo era todavía bastante mayor que la de aquéllas, veremos que la paz y prosperidad de Santo Domingo, a pesar de la propaganda a la que aludíamos antes, distaban mucho de ser reales. A pocos pasos de los tres grandes hoteles de la orgullosa capital —La Paz, el Embajador y el Jaragua—, míseras chozas de adobe, madera y hojalata exhibían una humanidad de mujeres acabadas, hombres analfabetos y niños hambrientos. En las vías laterales de El Conde —la calle Florida dominicana— sicarios en mangas de camisa enarbolaban sus negras ametralladoras de cuarenta balas por ráfaga, terciada al hombro la cartuchera con sus seis tiradores completos. El canto de la medalla daba escalofríos, y el pueblo mestizo dominicano, encorvado secularmente por la fatalidad, prefería el mentiroso espectáculo de la faz risueña.

El capitán Knapp, durante la ocupación norteamericana, había desarmado a la población civil. Soldado de fortuna, el ex telegrafista Trujillo encontró en el país bases lo suficientemente sólidas como para construir sobre ellas, metódica y científicamente, su fantástico monumento a la represión. Las fuerzas armadas dominicanas fueron en su época las mejor equipadas del Caribe, a pesar de su imberbe jefe de Estado Mayor, "Ramfis" Trujillo, cuyas únicas proezas bélicas apenas avasallaban la débil estrategia de Kim Novak o Zsa Zsa Gabor, a golpe de tapados de visón, joyas y automóviles fuera de serie. Por encima del ejército, estaban los ojos, los oídos y los ejecutores brazos de la tristemente célebre Seguridad, diabólicamente manejada por ese auténtico genio del crimen que fue el coronel John Abbes García. Con su flotilla móvil de radiopatrullas y su eficaz red de delatores, Abbes convirtió a Santo Domingo en una ciudadela sitiada por dentro, una fortaleza enorme, donde las paredes eran teléfonos y las aldabas caían sobre las puertas, igual que en las mejores épocas de la Gestapo, como un anticipo brutal de las trompetas del juicio final.

EL GENERALÍSIMO: 600 MILLONES DE DOLARES

Lo que no pudo convencer la propaganda o enmudecer el terror, en fin, lo compró un poderoso instrumento que desde el fondo de los tiempos viene haciendo otros milagros, socavando las montañas más anchas y desviando el curso de los ríos más procelosos el dinero. El "Wall Street Journal", cuando el dictador aún estaba en vida, dijo que "ni Perón, Batista o Pérez Jiménez desplegaron el talento de Trujillo para hacer dinero". Ese mismo periódico calculó la fortuna personal del generalísimo en 600 millones de dólares. Sabiendo que gastó más de un millón sólo en tratar de demostrar su inocencia en el misterioso caso Galíndez, comprenderemos que no era el dinero, precisamente, lo que le faltaba a este rey Midas tropical. "Sus operaciones comerciales —escribió Joseph Guilfoyle— se caracterizan por la rudeza y la astucia que utiliza para mantener su dictadura política".

Durante muchos años —es decir, mientras duró su férula—, era-imposible encontrar un solo negocio en la República Dominicana en el que el Benefactor no tuviese algún interés directo o indirecto. Además de ser el principal ganadero y agricultor del país, dominaba 12 de los 16 centros azucareros, poseía el monopolio de la sal, de la leche y del tabaco, aparte de manejar los frigoríficos, los seguros, las fábricas de cemento, la industria licorera y hasta las manufacturas de sacos para envases. A través de Tirso Emilio Rivera, presidente de la Petrolera Dominicana, saqueaba en provecho propio los hidrocarburos y la riqueza minera. Su cuñado era director de la Textilera del Caribe, y Charles Mac Laughlin —un infante retirado de la Marina norteamericana, cuya hija Alma estaba casada con su hermano Héctor— administraba la cadena hotelera Intercontinental. No contento con todo esto, el 10 por ciento del salario bruto de cada ciudadano hábil pasaba a engrosar compulsivamente las cajas del Partido Dominicano, el único que funcionaba en el país a su imagen y semejanza.

LA HERIDA SIGUE ABIERTA

La propaganda, el terror y el dinero, sin embargo, no bastaron para sojuzgar totalmente la conciencia del pueblo quisqueyano. Así como hemos dicho más arriba qué una gran parte de la masa dominicana, políticamente ineducada y anulada, sucumbió temporalmente a los lemas, el miedo o las migas limosneras que el dictador dejaba caer de la mesa del festín, no es menos cierto que la llama ardiente de la resistencia estuvo siempre prendida, con luz más o menos vigorosa, dentro de aquel mundo de tinieblas. En las ciudades y en el campo, especialmente entre la humillada clase media y la pequeña burguesía desplazada, una corriente subterránea salpicaba de heroísmo la sobresaltada siesta de la isla. Pero la oposición era suicida. La Argentina apenas conoció, en los últimos momentos, el fenómeno de estos nuevos exilados, hermanos de aquellos primeros españoles peregrinos y de los actuales desterrados cubanos, pero los Estados Unidos, México y Venezuela estaban acostumbrados desde mucho antes a verlos llorar, luchar y esperar días más libres y diáfanos. Santo Domingo no sólo exportó alegres "play-boys", cruzados de diplomáticos, como Porfirio Rubirosa, sino escritores y poetas injertados en libertadores, como Juan Bosch y Manuel del Cabral.

El generalísimo Rafael Leónidas Trujillo cayó hace menos de año y medio. Pero un régimen de treinta años no puede desaparecer súbitamente sin producir perturbaciones. Por eso, la herida trujillista sigue aún abierta en el castigado cuerpo de Santo Domingo. El proceso de "destrujillamiento", iniciado en realidad con la retirada de Joaquín Balaguer, corre ahora a cargo de los siete hombres que integran el Consejo de Estado. Su tarea es ardua. La vida en Ciudad Trujillo, como la de todas las capitales recién liberadas, sigue siendo dura, incómoda y violenta. Abierta de pronto la espita que se mantuvo cerrada durante tres décadas, la oleada popular anega las calles y las plazas, contenida precariamente por las carabinas y los gases lacrimógenos que lanzan o disparan los uniformes. En El Conde, los comerciantes protegen con planchas de acero las puertas y las vitrinas de sus establecimientos, atemorizados por las turbas que bajan de las mansiones donde otrora vivieron los trujillistas fugitivos. Es una historia vieja como el mundo, y sólo cabe esperar a que las pasiones se calmen, una vez desahogadas, para comenzar nuevamente la tarea de reconstruir el país.

VEINTE PARTIDOS EN LUCHA POR EL PODER

Entretanto, mientras caen por tierra los bustos y demás recuerdos de la satrapía, cunden la miseria, la desocupación y la ignorancia, mitigadas apenas por la euforia engañosa del magnífico ron dominicano. El descenso de los precios mundiales del café y del cacao, productos que forman, con el azúcar, la base de la economía local, agravan la situación de día en día, mientras que las reservas del tesoro, esquilmadas a tiempo por los trujillistas, saltan ahora en las ruletas de Montecarlo, el París "la nuit" o las carteras de las "call-girls" de Miami Beach. Al disminuir las exportaciones y las importaciones, el comercio privado y público acusaron inevitablemente el impacto, retrayéndose la circulación de la moneda, las obras públicas y las fuentes de ocupación. La agitación social, unida a la frágil estabilidad política, alejan de las playas de la isla a los dispendiosos turistas de antaño. En la República Dominicana, acaso más que en cualquier otro país del continente, urge una amplia reforma agraria —las tres cuartas partes de la población están formadas por campesinos al servicio de terratenientes feudales—, la organización de un movimiento sindical libre y un plan atrevido de fomento general. El tiempo dirá si estas tres necesidades elementales podrán ser satisfechas con éxito.

En la actualidad, como es sabido, no menos de veinte agrupaciones políticas, abarcando todos los matices que habitualmente se dan entre los dos grandes extremos tradicionales, están disputándose como lobos las simpatías y el futuro caudal electoral del pueblo dominicano. La mitad de ellos son legales. Parece que el péndulo oscila entre la Unión Cívica —discretamente conservadora—, el Partido Revolucionario —arraigado ya entre las masas populares— y el Movimiento 14 de Junio, enrumbado mucho más a la izquierda que el anterior. Se asegura que los comunistas son pocos, pero están bien escogidos y tienen la movilidad del bacilo de Koch. Geográficamente, convendría no olvidarlo, Santo Domingo está situado entre Cuba y Puerto Rico; San Juan, a la derecha, y La Habana, a la izquierda. Esperemos que esta simple precisión geográfica no sea más que un símbolo. Las elecciones que se anuncian para el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, descifrarán esta incógnita inquietante. Siempre que puedan celebrarse, naturalmente.


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