Extracto
del discurso de Trujillo semanas antes de las elecciones de mayo, 1930,
en medio de la cacería terrorista lanzada por el ejército y
paramilitares en contra de otros contendientes y la junta electoral:
“No
hay peligro en seguirme porque en ningún momento la investidura con que
pueda favorecerme en los resultados de los comicios de mayo servirá
para tiranizar la voluntad popular a la cual sirvo en este momento y a
la que serviré lealmente en el porvenir. Si
la suerte nos favoreciera con el triunfo, en las alturas del poder
habría cesado la lucha para continuar allí por más tiempo que el que
hayan señalado la confianza del pueblo y el voto de la ley.”
Según un informe de la embajada americana, en 1930 Trujillo ganó las elecciones por un número mayor que el número total de votantes que acudieron a las urnas. En 1935 hizo que el Congreso lo designara Presidente Vitalicio. Su dictadura hereditaria duró 31 años hasta que lo ajusticiaron, la más sanguinaria en la historia del continente hasta mediados del Siglo XX y la más perversa en la historia republicana de América Latina.
Cita de Rafael Trujillo extraída de:
Hispanoamerica en el Siglo XX –Volumen 18, pág. 341
Autor: Jaime Delgado
Ediciones Rialp, 1992
La cita también se encuentra en:
Trujillo: El poder del Jefe – Parte I
René Fortunato: Director y Productor