LAS SIGUIENTES ENTRADAS Y LOS SIGUIENTES CASOS SE REFIEREN A LAS VICTIMAS DE LAS REPRESALIAS POR EL AJUSTICIAMIENTO DE TRUJILLO
30 DE MAYO, 1961
**************************************************30 DE MAYO, 1961
UN BAÑO DE SANGRE TRAS EL TIRANICIDIO – Más de 68 asesinados
UN TOTAL DE 68 PERSONAS, POR LO MENOS, FUERON ASESINADAS Y DOS
MÁS SE SUICIDARON COMO CONSECUENCIA DEL AJUSTICIAMIENTO DE TRUJILLO:
18
conjurados ejecutados
14
militares bajo el mando de Pupo Román ejecutados (por lo menos 14)
20
presos políticos asesinados por Radhamés Trujillo (por lo menos 20)
3 presos comunes por orden de Ramfis para
simular policias asesinados
2 suicidios cuando el SIM los fue a buscar para llevarlos a prisión
1 el hijo de Miguel Angel Baez Díaz torturado y asesinado (ver
sección TORTURAS)
1 Tomasito Diaz, desaparecido (hijo de Juan Tomás Díaz)
1 Lucas Díaz (Luquita), sobrino de Modesto Díaz, muere de las torturas
1 Segundo Imbert Barrera, hermano del conjurado sobreviviente, Antonio Imbert
Barrera
1 El hermano de Salvador Estrella Sahdalá se ahorcó o lo ahorcaron en la cárcel
2 choferes, el de Pedro Livio Cedeño y el de Ernesto de la Maza
2 Dos desconocidos que fueron confundidos con Ubencio Solano, chofer de J.
Tomás Díaz
1 Virgilio Peña Tejada, asesinado por ser el barbero y jardinero de Juan Tomás Diaz
1 Ama de llaves de uno de los conjurados por no delatar el complot a tiempo
1 Alto oficial del SIM por no interrogar a la ama de llaves en las oficinas del SIM
1 teniente por no avisar que el carro del Jefe no pasó por el puesto de vigilancia
en la autopista como se esperaba
También fueron detenidos y desaparecidos un número indeterminado de empleados y amigos de Juan Tomás Díaz y de otros conjurados. Cuando obtengamos los nombres de algunos de estos desaparecidos, los incluiremos aqui.
DETALLES:
Lucas Díaz (Luquita), sobrino de Modesto y Juan Tomás Díaz. Fue detenido pocos días después del ajusticiamiento por ser pariente de los conjurados. Como Lucas era agente del SIM, se sospechó que él estaba informado del complot y que no lo delató. Él y su hermano (agente del SIM también) fueron ferozmente torturados y después fueron liberados (no se sabe si con intenciones de desaparecerlos). Lucas y su hermano fueron a la casa de Lipe Collado (conocido autor y periodista) a que la madre de Lipe los curara de las heridas (ella era enfermera). En una entrevista con Pedro de León para el AGN, Lipe Collado cuenta que Lucas tenía “chichones”, la sangre coagulada, etc. Uno o dos días después Lucas murió debido a las heridas. Al principio Lipe Collado menciona casualmente que los dos hermanos murieron, pero como no da detalle sobre el hermano ni menciona su nombre, por ahora no incluiremos al hermano de Lucas en la lista de los 68 eliminados por la dictadura.
El 3 de junio, Ismael Estrella Núñez, medio hermano del conjurado Salvador Estrella Sahdalá, se ahorcó en la cárcel (según la versión oficial) debido a las presiones sicológicas que sufrió de parte de los organismos de represión. Posteriormente, su hijo, Juan Reynoso Estrella, le relató al periodista Héctor Tineo, que la familia recibió la versión de que en realidad fue ahorcado en el Palacio de la Policía Nacional, donde era investigado en torno al complot contra Trujillo.
El chofer de Pedro Livio Cedeño, detenido en el patio de la Clinica Internacional donde su patrón se encontraba herido. Aunque él juraba que no sabía nada de lo que estaba pasando, lo obligaron a escribir una nota suicida, se la colocaron en un bolsillo del pantalón y lo ahorcaron en el patio de la misma clínica por órdenes expresas de Johnny Abbes.
Ubencio Solano Toledo "Mirito", chofer de Juan Tomás Díaz, después de manejar el carro que todavía llevaba el cadáver de Trujillo (sin que él lo supiera, pues “Mirito” no sabía nada del complot) y de manejar a algunos de los complotados de casa en casa, tuvo que esconderse él mismo en varios lugares y finalmente en una cueva. Él después supo que habían matado a dos personas en diferentes ocasiones porque los esbirros habían creído que eran él.
El chofer de Ernesto de la Maza, Enerio Perez (Gumarra), fue detenido y torturado en La 40 junto a su patrón y asesinado el 1ro de junio.
Cuando obtengamos el número preciso y los nombres de los empleados y amigos asesinados, lo publicaremos en esta página. Estamos investigando esta información.
Cuando Trujillo viajaba de incógnito, sin escolta, sólo con su chofer, el SIM tenía varios “puestos” que reportaban sobre el
trayecto del automovil, confirmando que el carro había pasado sin ningún
problema. La noche del 30 de mayo, “el primer puesto no dio el aviso. De la
Central esperaron algún tiempo. Después, lo llamaron, sin resultado. Alguna
cosa debía haber sucedido. Más tarde, el encargado de ese puesto, un teniente
dijo que, posiblemente, cuando el coche de Trujillo pasó, él se encontraba en el
reservado. Esto le costó la vida.” (Ver revista Ahora!, Edición No. 1, 15 de
enero, 1962, pág. 42).
Los tres presos comunes acribillados en la guagua con placa oficial 1530 por orden de Ramfis, quienes habían sido indultados e incorporados al ejército para “servicios especiales,” fueron Pedro Maria Romero Alcántara, Félix Calderón Castillo, José Fabriziano Cruz Guaba. Aparte de la confesión de uno de los ejecutores de estos tres ex presos, una de las inconsistencias garrafales de esta simulación fue señalada en el oficio de la investigación en el sentido de que el supuesto asalto de la guagua por los 6 ajusticiadores fue próximo a las 10:00 de la noche cuando “habían salido antes de las 5:00 de la tarde del Palacio de Justicia “…o sea, 5 horas después de su partida cuando sólo se necesitan 30 minutos para realizar este viaje.
Este baño de sangre no incluye, naturalmente, a los que murieron en las calles durante las manifestaciones y enfrentamientos en los siguientes meses cuando el pueblo presionaba para que se fueran los Trujillos del pais.
Más de la mitad de esas 68 personas que fueron asesinadas habían sido torturadas antes de ser eliminadas. Además, uno de los dos que se suicidaron también había sido torturado y el otro se suicidó precisamente para evitar las torturas antes de que lo mataran (ver abajo). El paroxismo demencial de los Trujillos quedó puesto de manifiesto hasta el final cuando Ramfis mandó a arrestar a todos los varones De la Maza mayores de 2 años.
El que más de 70 personas pagaran con sus vidas como represalia por la muerte de un solo hombre (por demás traidor, corrupto, criminal y sexualmente perverso toda la vida), no conmovió en absoluto a los hijos y hermanos del tirano. Todo lo contrario: Radhamés no mató a más presos políticos el 31 de mayo en San Isidro porque lo detuvieron y le quitaron la ametralladora.
Con este baño de sangre de por lo menos 70 personas eliminadas terminó la dictadura más sanguinaria del continente americano hasta mediados del siglo XX.
Poco tiempo después de zarpar de la isla, Ramfis se arrepintió de su decisión de abandonar el poder. Desde Europa empezó a coordinar estrategias con militares trujillistas en el país para regresar y retomar el poder con fuerza decisiva y con planes de hacer una limpieza de arriba abajo en todo el país con el fin de eliminar de una vez por todas cualquier resistencia, inclusive, hasta el ejército privado de Petán Trujillo si fuera necesario. Como algunos militares trujillistas clave sabían que dicho plan significaría necesariamente una persecución y represión de gran envergadura, es decir, un baño de sangre de cientos o miles de personas no visto desde la matanza de los haitianos, pero principalmente porque los americanos se oponian decididamente a su retorno, algunos traicionaron su lealtad trujillista, se le opusieron y decidieron apoyar el nuevo proyecto de apertura, fuera ésta real o de maquillaje. En 1969 Ramfis todavia acariciaba ocasionalmente la idea de regresar al poder cuando murió a raíz de un accidente automovilístico. Para entonces, el país ya se encontraba bajo el yugo de un nuevo dictador: Joaquin Balaguer.
COMPARTIR
1 Tomasito Diaz, desaparecido (hijo de Juan Tomás Díaz)
1 Lucas Díaz (Luquita), sobrino de Modesto Díaz, muere de las torturas
1 Segundo Imbert Barrera, hermano del conjurado sobreviviente, Antonio Imbert
Barrera
1 El hermano de Salvador Estrella Sahdalá se ahorcó o lo ahorcaron en la cárcel
2 choferes, el de Pedro Livio Cedeño y el de Ernesto de la Maza
2 Dos desconocidos que fueron confundidos con Ubencio Solano, chofer de J.
Tomás Díaz
1 Virgilio Peña Tejada, asesinado por ser el barbero y jardinero de Juan Tomás Diaz
1 Ama de llaves de uno de los conjurados por no delatar el complot a tiempo
1 Alto oficial del SIM por no interrogar a la ama de llaves en las oficinas del SIM
1 teniente por no avisar que el carro del Jefe no pasó por el puesto de vigilancia
en la autopista como se esperaba
También fueron detenidos y desaparecidos un número indeterminado de empleados y amigos de Juan Tomás Díaz y de otros conjurados. Cuando obtengamos los nombres de algunos de estos desaparecidos, los incluiremos aqui.
DETALLES:
Lucas Díaz (Luquita), sobrino de Modesto y Juan Tomás Díaz. Fue detenido pocos días después del ajusticiamiento por ser pariente de los conjurados. Como Lucas era agente del SIM, se sospechó que él estaba informado del complot y que no lo delató. Él y su hermano (agente del SIM también) fueron ferozmente torturados y después fueron liberados (no se sabe si con intenciones de desaparecerlos). Lucas y su hermano fueron a la casa de Lipe Collado (conocido autor y periodista) a que la madre de Lipe los curara de las heridas (ella era enfermera). En una entrevista con Pedro de León para el AGN, Lipe Collado cuenta que Lucas tenía “chichones”, la sangre coagulada, etc. Uno o dos días después Lucas murió debido a las heridas. Al principio Lipe Collado menciona casualmente que los dos hermanos murieron, pero como no da detalle sobre el hermano ni menciona su nombre, por ahora no incluiremos al hermano de Lucas en la lista de los 68 eliminados por la dictadura.
El 3 de junio, Ismael Estrella Núñez, medio hermano del conjurado Salvador Estrella Sahdalá, se ahorcó en la cárcel (según la versión oficial) debido a las presiones sicológicas que sufrió de parte de los organismos de represión. Posteriormente, su hijo, Juan Reynoso Estrella, le relató al periodista Héctor Tineo, que la familia recibió la versión de que en realidad fue ahorcado en el Palacio de la Policía Nacional, donde era investigado en torno al complot contra Trujillo.
El chofer de Pedro Livio Cedeño, detenido en el patio de la Clinica Internacional donde su patrón se encontraba herido. Aunque él juraba que no sabía nada de lo que estaba pasando, lo obligaron a escribir una nota suicida, se la colocaron en un bolsillo del pantalón y lo ahorcaron en el patio de la misma clínica por órdenes expresas de Johnny Abbes.
Ubencio Solano Toledo "Mirito", chofer de Juan Tomás Díaz, después de manejar el carro que todavía llevaba el cadáver de Trujillo (sin que él lo supiera, pues “Mirito” no sabía nada del complot) y de manejar a algunos de los complotados de casa en casa, tuvo que esconderse él mismo en varios lugares y finalmente en una cueva. Él después supo que habían matado a dos personas en diferentes ocasiones porque los esbirros habían creído que eran él.
El chofer de Ernesto de la Maza, Enerio Perez (Gumarra), fue detenido y torturado en La 40 junto a su patrón y asesinado el 1ro de junio.
Cuando obtengamos el número preciso y los nombres de los empleados y amigos asesinados, lo publicaremos en esta página. Estamos investigando esta información.
Los tres presos comunes acribillados en la guagua con placa oficial 1530 por orden de Ramfis, quienes habían sido indultados e incorporados al ejército para “servicios especiales,” fueron Pedro Maria Romero Alcántara, Félix Calderón Castillo, José Fabriziano Cruz Guaba. Aparte de la confesión de uno de los ejecutores de estos tres ex presos, una de las inconsistencias garrafales de esta simulación fue señalada en el oficio de la investigación en el sentido de que el supuesto asalto de la guagua por los 6 ajusticiadores fue próximo a las 10:00 de la noche cuando “habían salido antes de las 5:00 de la tarde del Palacio de Justicia “…o sea, 5 horas después de su partida cuando sólo se necesitan 30 minutos para realizar este viaje.
Este baño de sangre no incluye, naturalmente, a los que murieron en las calles durante las manifestaciones y enfrentamientos en los siguientes meses cuando el pueblo presionaba para que se fueran los Trujillos del pais.
Más de la mitad de esas 68 personas que fueron asesinadas habían sido torturadas antes de ser eliminadas. Además, uno de los dos que se suicidaron también había sido torturado y el otro se suicidó precisamente para evitar las torturas antes de que lo mataran (ver abajo). El paroxismo demencial de los Trujillos quedó puesto de manifiesto hasta el final cuando Ramfis mandó a arrestar a todos los varones De la Maza mayores de 2 años.
El que más de 70 personas pagaran con sus vidas como represalia por la muerte de un solo hombre (por demás traidor, corrupto, criminal y sexualmente perverso toda la vida), no conmovió en absoluto a los hijos y hermanos del tirano. Todo lo contrario: Radhamés no mató a más presos políticos el 31 de mayo en San Isidro porque lo detuvieron y le quitaron la ametralladora.
Con este baño de sangre de por lo menos 70 personas eliminadas terminó la dictadura más sanguinaria del continente americano hasta mediados del siglo XX.
Poco tiempo después de zarpar de la isla, Ramfis se arrepintió de su decisión de abandonar el poder. Desde Europa empezó a coordinar estrategias con militares trujillistas en el país para regresar y retomar el poder con fuerza decisiva y con planes de hacer una limpieza de arriba abajo en todo el país con el fin de eliminar de una vez por todas cualquier resistencia, inclusive, hasta el ejército privado de Petán Trujillo si fuera necesario. Como algunos militares trujillistas clave sabían que dicho plan significaría necesariamente una persecución y represión de gran envergadura, es decir, un baño de sangre de cientos o miles de personas no visto desde la matanza de los haitianos, pero principalmente porque los americanos se oponian decididamente a su retorno, algunos traicionaron su lealtad trujillista, se le opusieron y decidieron apoyar el nuevo proyecto de apertura, fuera ésta real o de maquillaje. En 1969 Ramfis todavia acariciaba ocasionalmente la idea de regresar al poder cuando murió a raíz de un accidente automovilístico. Para entonces, el país ya se encontraba bajo el yugo de un nuevo dictador: Joaquin Balaguer.
COMPARTIR